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17.01.2014 16:18
 
Aarchaeous porque está basada en un trabajo Alquímico conocido como el archaeous del agua.  En este trabajo alquímico, el individuo toma un volumen de agua y lo separa en sus Elementos a través de un proceso de destilación.  Una vez que las partes son separadas y purificadas, son recombinadas o reintegradas, resultando en agua apoderada que tiene facultades que no poseía antes.  El self-healing archaeous sigue este mismo patrón alquímico de separación, purificación y subsiguiente reintegración, pero en vez de agua, nuestro sujeto es el cuerpo humano de tres partes.       
 
Como Bardon, el Archaeous define tres "cuerpos" que corresponden a tres "reinos": Mental, Astral, y Físico.  Los efectos curativos del Archaeous son logrados a través de la consiente manipulación de estos tres cuerpos, y muy especialmente, a través de su integración.  
 
A cada paso en el Archaeous, el individuo trabaja en consiente cooperación con los caminos de influencia y poder que la Naturaleza misma proporciona.  La técnica imita uno de los procesos más esenciales de la Naturaleza: Integración + Separación + Reintegración...el ritmo de la vida.
 
Las lecciones uno, dos y tres, tienen que ver con la conciencia total de cada cuerpo y su integración con cada uno.  La lección uno tiene que ver con la conciencia total, relajación e integración del cuerpo físico, la lección dos con la conciencia total del cuerpo astral y su conciente integración con el cuerpo físico; y, la lección tres con la conciencia total del cuerpo mental y su consiente integración con el cuerpo astral y con el cuerpo físico.      
 
Lecciones cuatro y cinco tienen que ver con la separación pasiva de estos cuerpos, uno del otro, y con su subsiguiente reintegración.  Durante el periodo de separación, cada cuerpo naturalmente logra un grado de descanso que le es desconocido.  El archaeous toma total ventaja de este derivado curativo que resulta de esta tranquila soledad.    
 
La lección seis tiene que ver con la purificación y equilibrio de cada cuerpo individual y la subsiguiente reintegración de estos cuerpos balanceados.  Esto es logrado a través de la carga  de cada cuerpo con los cuatro Elementos en sus regiones apropiadas.    
 
La lección final, siete, tiene que ver con una forma más alta de integración - la de auto-expresión integrada a través de su concientemente unificado y Elementalmente balanceado cuerpo físico-astral-mental.
 
El archaeous está diseñado para ser seguido en conjunción con el trabajo de Iniciación al Hermetismo.  Lecciones uno, dos y tres, que están enfocadas en integración, son adecuadas para cualquier Paso de Bardon.  
 
Las lecciones cuatro y cinco sin embargo, que tienen que ver con la separación, deberán solamente ser seguidas después de la terminación del Paso Dos y la adquisición del Equilibrio Elemental rudimentario.  
 
Lección seis, que tiene que ver con la manipulación de los Cuatro Elementos, deberá ser seguida solamente después de que un buen progreso ha sido logrado con el Paso cuatro y el trabajo de la acumulación de los Elementos.  
 
Y finalmente, la lección siete deberá ser llevada acabo después de que el trabajo del Paso Seis ha sido empezado.
 
Así que, sigamos con la práctica de la lección uno y la conciencia total, relajación e integración del cuerpo físico.  
 
Práctica:
 
Cierre sus ojos y sitúese cómodamente.  Es mejor si se sienta derecho, con sus manos reposando gentilmente en sus muslos,  ya que esto le ayudará a resistir la tentación de quedarse dormido durante la fase de relajación.
 
Despeje su mente de todas las preocupaciones mundanas y pensamientos indeseables.  Ahora enfoque su atención en sus pies.  Hágase conciente de cómo se sienten sus pies.  Sienta los dedos de los pies, los arcos y las partes superiores de sus pies.  Ahora relaje toda la tensión de sus pies.       
 
Cambie su conciencia a sus pantorrillas.  Similarmente, hágase consiente de cómo se sienten sus pantorrillas, relájelas, y libere toda le tensión acumulada es su musculatura.  
 
Ahora cambie su conciencia a sus muslos.  Note como se sienten y relaje sus músculos. 
 
Ahora cambie su conciencia a sus glúteos e ingle y relaje todos los músculos en esta área.  
 
Relaje toda la tensión de su abdomen e intestinos.  
 
De su espalda baja. 
 
De su espalda superior.
 
Libere toda la tensión de su  pecho.
 
Relaje sus hombros, brazos y manos.  
 
Relaje todos los músculos de su cuello.  
 
Relaje su mandíbula y boca.  
 
Relaje su nariz.  
 
Sus ojos.
 
Sus mejillas. 
 
Sus orejas.  
 
Ahora relaje su cuero cabelludo.  
 
Enfóquese en qué tan relajado se encuentra su cuerpo entero en este momento.  
 
16.01.2014 18:27
idad? ¿Se puede cambiar la orientación sexual? Y son los cerebros de las personas homosexuales diferentes de las de los heterosexuales? Adrian Tippetts cumple Dr. Qazi Rahman, profesor asistente de Biología Cognitiva de la Universidad Queen Mary de Londres, para obtener más información.
Mientras que casi todos los científicos aceptan la homosexualidad tiene causas puramente naturales, el debate se ha sumido en la confusión. Ha habido informes contradictorios sobre la existencia de genes "gay" y su significado. Propagandistas religiosos han tratado de promover los mitos de que la sexualidad es cambiante. Y los medios de comunicación, más interesados ​​en la causa de controversia que la celebración de un debate racional, ha hecho poco para aumentar la comprensión del público sobre el tema. Para el Dr. Rahman, quien encabeza Biológica y el Grupo Experimental Psicología QMUL, es bastante clara: eres gay nacido, y eso es todo.
Empiezo preguntándole qué aspectos de la biología son los responsables de la orientación sexual.
"Todo el debate naturaleza-educación es totalmente sin sentido", dice. "La orientación sexual no es una elección, porque los seres humanos son de dos tipos: uno con una vagina, el otro con un pene, por lo que la orientación sexual es totalmente biológico.
"A todos nos terminamos en el mismo punto: la heterosexualidad o la homosexualidad. Hay poca variación en el medio, pero esto no es excluir el comportamiento bisexual. Las personas no terminan atracción sexual por los plátanos o los animales, por ejemplo. Esto no es un comentario impertinente. Lo que estoy diciendo es que vemos los mismos rasgos característicos y comportamientos, como resultado de un número relativamente pequeño de factores.
"Creemos que las causas de las diferentes orientaciones sexuales se agrupan en torno a dos áreas. Sabemos que algo menos de la mitad de la variación en la orientación sexual se ha reducido a los genes. A continuación, el resto de la variación se debe a factores "no compartidos", y aquellos que, como las hormonas, son principalmente biológica ".
En este punto se necesita un poco de historia.
El Dr. Rahman explicó que la historia de genes se originó en 1993, cuando el genetista Dean Hamer publicó un estudio que se cobró la homosexualidad fue influenciado genéticamente, y señalado el tramo del cromosoma X (se hereda de la madre). Estudió 76 parejas de hermanos homosexuales y encontraron que compartían un tramo de ADN. Sin embargo, desde entonces, ninguna investigación ha podido repetir la prueba.
A pesar de las deficiencias de la investigación de Hamer, los científicos coinciden en los factores ambientales no causan la homosexualidad. Es cada vez más claro que no solo gen es responsable de la orientación sexual. Por otra parte, William Reiner en la Universidad de Oklahoma examinó la sexualidad de un grupo que había sido reasignada quirúrgicamente de niños a niñas al nacer, debido a deformidades genitales. A pesar de que fueron criados como mujeres, y no sabían nada acerca de su cirugía, todos ellos fueron atraídos por las mujeres en el futuro.
Michael Bailey de la Universidad Northwestern encontraron que un gemelo idéntico de un hombre gay tenía una probabilidad del 50 por ciento de ser también gay. Entre los gemelos fraternales, pero no idénticas, esa probabilidad se redujo a 20 por ciento. Esta última estadística de hecho no restar importancia al papel de la genética, ya que no todos los genes que heredamos son activos. Recibimos dos genes alternativos de todos los genes - uno de cada padre. Nuestros cuerpos, por lo tanto, contienen dos juegos de planos de construcción. Un proceso llamado metilación se apaga ciertos genes y determina si el gen que heredamos de la madre o el padre se excita. Aunque este proceso se hereda, no tiene ninguno de los mecanismos de corrección de pruebas de ADN, por lo que varía mucho de una generación a la siguiente. Las causas y los efectos de la metilación están bajo investigación por parte de Sven Bocklandt en UCLA.
Pero si la homosexualidad se hereda, ¿no los genes para que desaparezca debido a la selección natural?
El Dr. Rahman dijo: "Eso es un malentendido común, y lo que se dice por personas que no tienen conocimiento de la biología evolutiva. La sexualidad es un complejo rasgo humano, al igual que el CI o de la personalidad. Esto no está determinado por un solo gen, sino cómo varios genes trabajan juntos. Toda una gama de características con desventajas reproductivas se puede mantener en la reserva genética de generación en generación, aunque sólo sea una parte de los genes responsables son ventajosas para los transportistas heterosexuales ".
Él continuó: "Una de las ideas es que los hombres heterosexuales que pueden llevar a algunos alelos" gay "que dan lugar a los rasgos más empáticas y de crianza, que son por lo tanto más atractivo para las mujeres, que pueden aparearse con ellos y luego llevar a aún más esos genes sucesivamente. Mientras que pasa en algunas versiones de estos genes es reproductivamente ventajosa, el hecho de que en algún momento de las generaciones que terminan con un hombre completamente homosexual - con todos los genes activados gay - es intrascendente. Evolution estará feliz de tolerar que mientras la ventaja reproductiva en general para las personas se mantiene.
"Sin embargo", añadió, "hay mucho trabajo por hacer. Todavía no sabemos cómo funciona esto. Un par de artículos publicados el año pasado sugirió mujeres, más que los hombres, se benefició. Los genes responsables de la homosexualidad tienen que hacer algo, pero no escriben literalmente la palabra "gay" en el cerebro.
"Tal vez ellos están involucrados en la producción de ciertos tipos de proteínas u hormonas que confieren atracción por los hombres, útil para las mujeres, pero tal vez tenga algunos de estos alelos hacerlos más atractivos a los hombres, o tal vez estos genes los hacen lucir más bella, effeminising en alguna forma.
"De cualquier manera, estas mujeres ayudan a encontrar un compañero con más facilidad y darles más descendencia, mientras que casi la esterilización de la línea masculina. Un hombre que es gay no va a competir con sus propios resultados reproductivos. A nivel genómico, las mujeres deben estar más interesados ​​en la producción de 'como' es decir, más mujeres ".
La segunda influencia en la sexualidad es hormonas.
El Dr. Rahman siguió: "El nivel de exposición a las hormonas sexuales, como la testosterona, durante la vida en el vientre materno, parece influir en la dirección de la preferencia sexual. Todo el mundo iba a nacer hembra, si no fuera por la testosterona. En algunas ocasiones, durante el embarazo, la hormona se introduce en el útero. El nivel de testosterona al que está expuesto el feto determina el nivel de la masculinidad. Algunos marcadores corporales dan una idea de la exposición. Un ejemplo es la longitud relativa de dedo índice para dedo anular.
"Hay toda una serie de medidas como respuestas de sobresalto, una emisión de sonido particular que proviene de los perfiles del oído interno y cognitivas, que muestran cómo las personas realizan en diferentes tareas de resolución de problemas."
Por lo tanto, los cerebros de los homosexuales se conectan de manera diferente?
"En los hombres el efecto hermano mayor también es importante. Los hombres homosexuales tienden a nacer más jóvenes en relación con sus hermanos. El sistema inmune materno reconoce fetos masculinos sucesivas y puede formar una respuesta inmune a determinados tipos de proteína que se forman en la superficie del cerebro en el feto en desarrollo. Esto podría afectar a la diferenciación sexual o podría producir algún mecanismo hormonal que produce que la variación, también. El efecto hermano mayor sólo parece ser importante cuando los hombres gays son diestros. Hombres gay zurdos deben su orientación sexual a otras causas no somos conscientes de.
"Hace relativamente poco tiempo, ha habido un montón de investigación en neurobiología - lo que pasa en el cerebro. Nuestro laboratorio ha estado trabajando mucho en las habilidades para resolver problemas mentales como la capacidad espacial, encontrar su camino alrededor, encontrar objetos importantes en un entorno espacial, habilidades emocionales y reconocimiento verbal.
"Y sabemos que son diferentes entre los sexos, pero nos encontramos con hombres homosexuales tienden a tener un tipo femenino de la capacidad espacial. La capacidad espacial se controla en parte por dos regiones del cerebro. Así que si sabemos que los hombres gays actúan de forma diferente en este tipo de pruebas, que sugiere que una parte del cerebro, ya sea es funciones estructuralmente diferente o de una manera diferente. Eso nos da una idea de desarrollo del cerebro.
"Gracias a la resonancia magnética, también tienen la tecnología para observar el cerebro directamente en lugar de llevar a cabo pruebas de resolución de problemas en las personas. Los estudios realizados en los últimos dos años sugieren fuertemente que en el cerebro adulto gay, lesbiana y el cerebro, que está conectado de manera muy diferente al cerebro derecho.
"En 2008, los científicos suecos del Instituto Karolinska compararon los hemisferios cerebrales de los gays y las lesbianas saludables con hombres heterosexuales y mujeres adultos.
"Los resultados mostraron que los hombres y las lesbianas heterosexuales muestran una asimetría hacia la derecha en su cerebro - que parece ser más grande en volumen que la izquierda. Sin embargo, los hemisferios cerebrales de los hombres gay y las mujeres heterosexuales eran más simétrica.
"Se podría explicar por qué los hombres heterosexuales tienden a ser mejores en las habilidades espaciales, existe alguna evidencia de que las lesbianas son mejores en algunas habilidades motoras visuales. Las pruebas muestran que los hombres gay y las mujeres heterosexuales tienden a ser mejores en el lenguaje, la fluidez verbal, las habilidades y el procesamiento de la emoción.
"El grupo sueco también encontró diferencias en la amígdala, la parte del cerebro responsable de orientar el resto del cerebro en respuesta a un estímulo emocional, como un sobresalto (lucha o huida) la respuesta, o la presencia de una pareja potencial.
"Los hombres heterosexuales y las mujeres homosexuales tienen más conexiones nerviosas en la parte derecha de la amígdala, mientras que los hombres gay y las mujeres heterosexuales tienen más a la izquierda.
"Por lo tanto, la red cerebral que determina lo que la orientación sexual en realidad" orienta "hacia es similar entre hombres gay y las mujeres heterosexuales, y entre las mujeres homosexuales y los hombres heterosexuales."
Ahora, algunos se preguntarán '¿pero cómo puede usted estar seguro de que el tener experiencias sexuales homosexuales o experiencias sexuales heterosexuales no es responsable de estas diferencias y seguramente la experiencia puede cambiar la estructura del cerebro?'
El Dr. Rahman dice que esto es una buena pregunta: "No sabemos la respuesta, pero los estudios con animales sugieren estas diferencias aparecen antes de cualquier experiencia sexual calibrar la biología. Pero sólo el trabajo en el ser humano puede realmente responder a esto, y esto queda por hacer ".
Lo mismo ocurre con los datos justifican los estereotipos? ¿Sugiere futbolistas y atletas tienen menos probabilidades de ser gay? Y podría investigar descubrir por qué algunas personas son homofóbicos?
 El Dr. Qazi Rahman de la Universidad Queen Mary de Londres analizó el impacto de los genes y las hormonas sobre la homosexualidad. Aquí, se dirige a la isse de los estereotipos gay y refuta las teorías psicoanalíticas de por qué algunas personas son homosexuales. También sugiere que la investigación sobre el cerebro de los homosexuales puede ayudar a combatir la homofobia. Informa Adrian Tippetts.
Sobre el tema de los estereotipos gay, el Dr. Rahman dijo: "[Estos] podrían provenir de la observación de que los niños, los hombres homosexuales tienden a ser de género no conformes, sino que son más femeninas, en promedio, y eso se ve en todas las culturas. Estas preferencias pueden tener su base en la neurobiología durante el desarrollo temprano (los roles de género se organizan en parte por las hormonas sexuales prenatales y desarrollar aun antes que los niños pueden etiquetar los sexos y los roles de género atribuyen a ellos). "
Y agregó: "Pero no dejarse llevar con los estereotipos irreales, ya que hay una gran cantidad de variación dentro de ese rango de los hombres gay. Un montón de hombres gay están interesados ​​en el deporte de competición y otras esferas tradicionalmente pensado como dominios "masculinas". Y los científicos tienen que explicar que la variación también. Esta es un área en la que necesitamos más investigación ".
¿Cómo explica esto la bisexualidad, y los informes de las personas de cambiar la sexualidad?
"Sabemos muy poco acerca de la bisexualidad, pero los primeros trabajos sugieren que, si bien existe un comportamiento bisexual, una orientación bisexual (sensibilidad sexual para ambos sexos) es poco frecuente en los hombres. En las mujeres, no parece haber evidencia más clara de la capacidad de respuesta bisexual. Esto sugiere que los investigadores necesitan para medir la sexualidad de forma diferente en las mujeres que en los hombres ".
Por lo tanto, sus estudios pueden ser útiles más allá de decir cómo alguien resulta gay?
"Sabemos que hay grandes diferencias entre sexos en ciertos problemas de salud mental. Las mujeres tienen tres veces más altas tasas de ansiedad que los hombres, mientras que los hombres sufren más de autismo, problemas de lectura, un inicio más temprano de la esquizofrenia. La evidencia preliminar sugiere que los hombres homosexuales muestran niveles similares de ansiedad y trastornos de la alimentación como las mujeres, la incidencia de la drogadicción y de la personalidad problemas en las lesbianas son similares a los reportados en los hombres.
"Si hay algo de verdad en estas diferencias cerebrales, podemos tratar de entender por qué surgen ciertas condiciones y, a continuación ofrecemos la medida, en lugar del tratamiento genérico. Esto sería un gran avance en la salud mental, ya que las personas responden de manera muy diferente en función de su composición biológica. Esto no excluye la importancia del papel de los factores sociales (como el estigma) en el desarrollo de problemas de salud mental en las minorías sexuales (al igual que impacta otras minorías).
"Además, si aprendemos cómo las personas detectan la orientación sexual en los demás, podemos explorar si alguien detecta desde el habla o el movimiento de una persona. Sabemos por experiencias anteriores, que la gente puede detectar la orientación sexual dentro de un par de segundos. Podemos investigar si las personas homofóbicas tienen una mayor sensibilidad a los demás sobre la base de su sexualidad. Si sabemos que podemos ir de alguna manera el desarrollo de las intervenciones psicosociales para hacer frente a los prejuicios relacionados con la sexualidad ".
Y añadió: "Damos la bienvenida a la entrada de la comunidad gay y lesbiana, para averiguar cuáles son las prioridades importantes son. "
Algunos dicen que este tipo de investigación podría conducir a intentos de eliminar a los homosexuales de la reserva genética. ¿No existe el peligro de esto?
El Dr. Rahman dijo: "Los gays y las lesbianas pueden encontrar este fascinante o aterrador y algunos pueden ser francamente contra ella. Pero los seres humanos tienen una fascinación por sus naturalezas humanas subyacentes. La sexualidad es una parte fundamental de lo que somos como seres humanos, y por esta razón por la que debe valorarse.
"Esta investigación tiene muchos beneficios. Puede que nos proporcionan pistas sobre la lucha contra la homofobia con eficacia. Puede ayudarnos a comprender mejor la enfermedad mental, o enseñarnos más sobre el desarrollo biológico y psicológico de los adultos gays y lesbianas mayores. Sobre este último tema, que actualmente sabemos muy poco.
"En el Reino Unido, el mío es el único grupo que hace la investigación en esta área, pero en los estados, que tienen financiación más saludable, hay más grupos. Tienen más dinero, pero incluso en los EE.UU. ha habido problemas para obtener fondos ".
Hay un grupo marginal de los psicoanalistas, como la NARTH, que afirman que la homosexualidad es causada por las madres dominantes. El Dr. Rahman hace hincapié en que no hay evidencia para estas afirmaciones.
Él dijo: "La homosexualidad no es debido a una madre dominante y un padre distante que alguna tontería psicoanalítica ha sugerido. El quid de la teoría predice que los hombres gay deben provenir de hogares donde el padre está ausente - no hay evidencia demográfica apoya esta afirmación. En segundo lugar, la idea de que la homosexualidad se debe a lo complejo de Edipo no resuelto (un principio básico de la teoría psicoanalítica) hace que la predicción de la manera incorrecta - que debe explicar la heterosexualidad y la homosexualidad no. Si los hombres gays están tan obsesionados con sus madres como las que sostiene la teoría entonces ¿por qué terminan creyendo hombres? La teoría psicoanalítica es mejor dejar en la tierra de la brujería y el engaño de duende. "
¿Puede la exposición a la información sobre la homosexualidad (por ejemplo a través de las clases de educación sexual) o la experimentación sexual en la infancia que la gente más propensos a resultar gay?
"Toda la evidencia biológica y de desarrollo muestra que la homosexualidad no puede ser aprendido por lo que enseñar acerca de las relaciones entre personas del mismo sexo en las escuelas no pueden dar lugar a aumentos de la homosexualidad. No se puede aprender la homosexualidad como si aprendiera matemáticas! Una cierta cantidad de juegos violentos entre personas del mismo sexo es común en la adolescencia, pero no hay evidencia de que son los resultados de manera desproporcionada en la homosexualidad adulta ".
Aunque hay frecuentes informes de niños que sufren abusos, que crece hasta convertirse en gay, el Dr. Rahman descarta esto como anecdótico.
Le pregunto sobre la derecha religiosa, que parece ser muy bueno en sus relaciones públicas, con terapeutas reparativos obtener cobertura de noticias importantes cuando visitan el Reino Unido. ¿Parece que los medios de comunicación para dar sus ideas descabelladas mucha más atención de la que merecen?
El Dr. Rahman respondió: "Sí, y los medios de comunicación tienen la culpa, para crear controversias donde no existen. Es vital contar con pesos pesados ​​armados con los hechos para demoler los argumentos de las personas que pueden reclamar, por ejemplo, a los homosexuales "curar". Pero tener los expertos no hace 'sexy' suficientemente TV para los medios de comunicación. En su lugar, ellos piensan, 'vamos a un miembro del clero gay', que puede ser controvertido, pero que no hace justicia a la verdad, o hacer frente a los argumentos suficientemente ".
También comentó sobre las representaciones mediáticas de la actividad homosexual en el mundo natural: "Hay una fuerte ausencia de cualquier evidencia de animales que tienen comportamientos homosexuales en sus programas en los documentales de historia natural. Yo no creo ni por un instante que no ven el comportamiento. Parece muy bien para poner la actividad heterosexual en la cara derecha y centro izquierda, pero cuando se trata de la homosexualidad, parece que es un tema que simplemente no están dispuestos a tocar. Es irónico, porque Gran Bretaña es pasos agigantados por delante de la mayoría de los países en términos de representación de gays y lesbianas en los medios de comunicación ahora, antes de la cuenca, pero la sexualidad animal es un tanto inhibido. Tal vez es demasiado animalista no sé ".
Como muestra el Dr. Rahman, queda mucho por aprender sobre cómo se determina la orientación sexual. Pero después de casi dos décadas de investigación, la evidencia de que la naturaleza ha determinado nuestra sexualidad es cada vez más fuerte.
Para algunos, puede sonar como que los gays y las lesbianas son un "error" genético. No, en absoluto. La civilización humana debe su grandeza a la capacidad de transmitir las ideas y anular los genes. Debemos estar agradecidos que hemos roto las reglas salvajes de la selección natural. Tome inspiración de Richard Dawkins, que nos recuerda nuestra astronómicamente suerte de estar aquí, en 'Unweaving el Rainbow':
"Vamos a morir, y eso nos hace los afortunados. La mayoría de la gente nunca va a morir porque nunca van a nacer. Las personas potenciales que podrían haber estado aquí en mi lugar, pero que, de hecho, nunca verá la luz del día más que los granos de arena del Sahara. Ciertamente, esos fantasmas no nacidos son mayores poetas que Keats, científicos superiores a Newton. Sabemos esto porque el conjunto de posibles personas permitidas por nuestro ADN excede en número tan masivamente el conjunto de personas reales. En los dientes de estas probabilidades soporíferas que usted y yo, en nuestra cotidianidad, que está aquí ".
Y si eso no envía un escalofrío por la columna vertebral, nada lo hará.

 

16.01.2014 10:14
  • Orientación Sexual
  • 2. • Tendencia sexual o inclinación sexual refiere a un patrón de atracción sexual, erótica, emocional o amorosa a determinado grupo de personas definidas por su género
  • 3. • -Muchos animales muestras episodios de homosexualidad (bisexuales) – Homosexualidad exclusiva ocurre humano. – El comportamiento homosexual/bisexual no se limita a animales cautivos.
  • 4. Investigación sobre el factor social. • Bell, Weinberg y Hammersmith – Factor por madres dominantes o padres sumisos no afectaba a la orientación sexual. – Los niños manifestaban ya la preferencia sexual a los 3 años. – Datos no apoyan explicaciones sociales homosexualidad. • la posibilidad de que la orientación este determinada por situaciones biológicas/ fisiológica.
  • 5. • Las mujeres tienen menor predisposición genética que los hombres. – Descubrimiento de su orientación. – Conductas infantiles. – Cambios de preferencia sexual.
  • 6. La Orientación Sexual y el Encéfalo. • Diferencias entre los hemisferios: – Hombres heterosexuales, el hemisferio cerebral derecho es de mayor tamaño que el izquierdo – Hombres homosexuales y mujeres heterosexuales tienden a un mayor equilibrio hemisférico.
  • 7. INAH-3 • Simón LeVay estudió cuatro tipos de neuronas del hipotálamo anterior, denominadas INAH-1, INAH-2, INAH-3 y INAH-4. • El INAH-3 el cual por lo general es mas del doble mas grande en hombres heterosexuales que en mujeres. Teniendo mas células con andrógenos.
  • 8. • Cuando una mujer tiene Testosterona que estrógenos este núcleo hipotalámico (INAH3) recibe más estímulos •Cuando un hombre posee baja dosis de testosterona, este núcleo se ve poco estimulado para desatar la masculinidad y por eso se presenta los afeminados, que por lo general son de preferencias homosexuales.
  • 9. • La amígdala: vinculada con al aprendizaje emocional. – Hombres homosexuales y las mujeres tienen mas conexiones en el lado izquierdo. – El hombre heterosexual tiene mas conexiones en el derecho.
  • 10. Otras Diferencias. 1-Nucleo supraquiasmatico: +Mhomo – Mhete 2-Nucleo sexualmente dimórfico: +Mhete – Mhomo y Fhete 3- Comisura anterior: +Mhomo y Fhete - Mhete
  • 11. Orientación Sexual y Genes. • Estudios enfocados generalmente en gemelos. – La probabilidad de una orientación homosexual • Gemelos monocigóticos: 52% • Gemelos dicigóticos: 22% • Hermano adoptado: 11% – Las cifras en mujeres son menores.
  • 12. • No se ha identificado un gen asociado con la orientación sexual. • Estudios en parientes maternos y paternos. – Los cuales sugieren que el gen podría estar dentro del cromosoma X. el cual el hombre recibe necesariamente de la madre.
  • 13. Orientación Sexual y Hormonas Tempranas. • No esta relacionada con los niveles hormonales adultos: – Niveles de testosterona casi iguales en hombres sin importar su orientación. – Niveles de estrógeno casi iguales en mujeres. • La orientación depende del periodo sensible del desarrollo cerebral. (niveles de testosterona)
  • 14. • Hormonas prenatales o postnatales tempranas: – En estudios animales, afectan la conducta sexual y la anatomía . • El sistema inmunológico de la madre: – La probabilidad de una orientación homosexual es mas alta entre hombres que tienen hermanos mayores.
  • 15. • El estrés y el alcohol en el entorno prenatal: • Alteran el desarrollo sexual en animales de laboratorio. • Solo a machos. – Efectos en el desarrollo cerebral. • Estrés libera endorfinas: antagonizantes para de la testosterona en el hipotálamo. • Eleva los niveles de la hormona suprarrenal corticosterona: disminuye la liberación de testosterona.
11.01.2014 02:32

El mito del eterno retorno. Mircea Eliade.

 
Mircea Eliade. Ben Heine.
El segundo libro que comentamos de Mircea Eliade (1907-1986) es, paradógicamente, anterior al primero que vimos hace unos días, Mito y realidad (fue publicado por primera vez en 1947). Esto tiene su explicación: en esta obra se apunta más al detalle, se hace más hincapié en cuestiones concretas (sobre todo en la cuestión de la historia y en analizar cómo el hombre primitivo la enfrentaba), dejando a un lado aspectos más técnicos e introductorios, aspectos mejor tratado en Mito y realidad. Por ello recomiendo seguir para su mejor comprensión ese mismo orden que nosotros seguimos en este blog. 
La edición que manejamos es la siguiente: Eliade, Mircea (2011): El mito del eterno retorno. Madrid. Alianza (3ª edición). Vamos a pasar a resumir cada uno de los capítulos:

 
Capítulo 1. Arquetipos y repetición.
El objetivo de este libro es estudiar ciertos aspectos de la«ontología arcaica», es decir, analizar las concepciones del ser y de la realidad que pueden desprenderse del comportamiento del hombre de las sociedades premodernas. Eliade entiende por sociedades «premodernas» tanto el mundo que habitualmente se denomina «primitivo» como las antiguas culturas de Asia, Europa y América.
Un rasgo es destacable sobre el resto cuando nos acercamos al comportamiento de los hombres de estas sociedades: tanto los objetos del mundo exterior como los actos humanos propiamente dichosno tienen un valor extrínseco autónomo sino que tan solo son reales en cuanto participan de una realidad (divina, heroica, primordial en definitiva) que los transciende: «El producto bruto de la naturaleza, el objeto hecho por la industria del hombre, no hallan su realidad, su identidad, sino en la medida en que participan de una realidad transcendente. El gesto no obtiene sentido, realidad, sino en la medida en que renueva una acción primordial» (pp. 17-18).
A continuación Eliade pasa a mostrarnos una serie de grupos de hechos tomados de diversas culturas primitivas que nos ayudan a comprender cómo y por qué algo llega a ser real para el hombre de las sociedades premodernas, es decir, nos ayudan a entender mejor las bases de la ontología arcaica. Resulta importante conocer dichas bases pues constituyen el sustento de nuestra posterior indagación acerca de la existencia humana y de la historia en la espiritualidad arcaica. Estos elementos quedan divididos por el autor en tres grupos principales:
1º. Aquellos elementos cuya realidad está determinada por imitación o repetición de arquetipos celestes. Los templos y las ciudades, por ejemplo, tienen un prototipo divino, celeste. Una ciudad como Jerusalén tiene un modelo divino que, por supuesto, precede a la ciudad construida por la mano del hombre, algo que también ocurre con todas las ciudades reales hindúes, incluso las más modernas. Pero esto no sucede únicamente con los templos y las ciudades sino que el mundo en el que sentimos la presencia y la obra del hombre arcaico (montañas, ríos, cultivos, santuarios, etc.) tiene también un modelo celeste. Ahora bien, no todo el mundo que nos rodea tiene para el primitivo esa categoría, como nos muestra Eliade, también a las zonas desiertas o los mares desconocidos les corresponde un modelo mítico, pero de una naturaleza diferente: esas zonas incultas están asimiladas al caos. Es por ello que cuando se toma posesión de un nuevo territorio se realizan ritos que repiten de forma simbólica el acto de creación: «Cuando los colonos escandinavos tomaron posesión de Islandia, landnáma, y la rozaron, no consideraron ese acto ni como una obra original ni como un trabajo humano y profano. La empresa era para ellos la repetición de un acto primordial: la trasformación del caos en cosmos por el acto divino de la creación» (p. 23).
2º.Un segundo grupo de hechos hacen referencia a una serie de creencias referidas al prestigio del «centro». Este simbolismo del centro se explica del siguiente modo: para multitud de pueblos (japoneses, finlandeses, hindúes, etc.) la Montaña sagrada (lugar de reunión del cielo y la tierra)  se encuentra en el centro del mundo. Además, todo templo o palacio (y, por ello, toda ciudad sagrada o residencia real) es una montaña sagrada por lo que se transforma en centro. «Las ciudades y los lugares santos están asimilados a las cimas de las montañas cósmicas. Por eso Jerusalén y Sión no fueron sumergidas por el diluvio» (p. 28). De este modo, la ciudad o el templo sagrado se convierte en punto de encuentro entre el cielo, la tierra y el infierno.
3º. Un tercer grupo de hechos nos muestran un elemento fundamental de la ontología arcaica que, de alguna manera, ya habíamos apuntado anteriormente: tanto los rituales como aquellas acciones profanas que son significativas (la danza, los actos bélicos, la construcción de edificios, la justicia humana, etc.) únicamente poseen sentido para el hombre primitivo en cuanto repiten una acción llevada a cabo en el comienzo de los tiempos por un dios, un héroe o un antepasado mítico: ««Debemos hacer lo que los dioses hicieron al principio». «Así hicieron los dioses; así hacen los hombres». Este adagio hindú resume toda la teoría subyacente en los ritos de todos los países» (p. 34).
Cada uno de los hechos que hemos visto en este capítulo muestra un factor clave de la mentalidad primitiva: un objeto o actividad no es real más que en cuanto imita o repite un arquetipo. En ese sentido es posible decir que la ontología arcaica tiene una estructura platónica (más bien Eliade afirma que la filosofía de Platón es capaz de llevar la ontología arcaica a su máxima expresión) y esto es posible afirmarlo en un doble sentido: en primer lugar en cuanto en el pensamiento primitivo, del mismo modo que en el platónico, resulta esencial la dualidad entre el mundo sensible y el mundo ideal o divino. Pero, por otra parte, y este es el factor que resulta especialmente interesante para Eliade, ambas tendencias promulgan la abolición del tiempo por la imitación de los arquetipos y por la imitación de los gestos paradigmáticos: Un sacrificio, por ejemplo, no solo reproduce exactamente el sacrificio inicial revelado por un dios ab origine, al principio, sino que sucede en ese mismo momento mítico primordial; en otras palabras: todo sacrificio repite el sacrificio inicial y coincide con él. Todos los sacrificios se cumplen en el mismo instante mítico del comienzo; por la paradoja del rito, el tiempo profano y la duración quedan suspendidos. Y lo mismo ocurre con todas las repeticiones, es decir, con todas las imitaciones de los arquetipos; por esa imitación el hombre es proyectado a una época mítica en que los arquetipos fueron revelados por primera vez» (pp. 49-50).
Para ahondar en esta transformación del hombre en arquetipo mediante la repetición, el autor pasa a analizar una cuestión muy interesante: ¿en qué medida la memoria colectiva conserva el recuerdo de un acontecimiento «histórico»? Eliade se acerca a aquellos casos en que un personaje histórico (del que se posee constancia documental de sus actos) se convierte en mito heroico. Mostrándonos diversos ejemplos nos muestra cómo personajes auténticos o hechos históricos (de un pasado nada lejano) pierden su historicidad para ser asimilados al mito por la memoria popular: «Esto se debe al hecho de que la memoria popular retiene difícilmente acontecimientos «individuales» y figuras «auténticas». Funciona por medio de estructuras diferentes; categorías en lugar de acontecimientosarquetipos en vez de personajes históricos» (p. 59). El motivo de ello es, según el historiador de las religiones, que la memoria colectiva es ahistórica, uno de los rasgos principales de la ontología arcaica.
 
 
Capítulo 2. La regeneración del tiempo.
Pese a la gran diversidad de ritos y creencias, pese a la gran variabilidad que ofrece el año en las diferentes culturas y aún a pesar de la fiesta del Año Nuevo entre unas culturas y otras y en la misma cultura, Eliade no tiene problemas en afirmar la importancia que en todas las culturas tiene el fin de un periodo y el comienzo de otro nuevo. Y su interés en el estudio de estos fenómenos culturales se encuadra en el marco de nuestra investigación del modo siguiente: la importancia de la regeneración periódica del tiempo presupone (sobre todo en las civilizaciones históricas) una creación nueva, esto es, la repetición del acto cosmogónico, y esta concepción de la creación periódica (regeneración cíclica del tiempo) nos lleva a su vez al problema de la absolución de la historia, que es la cuestión clave de la obra que estamos analizando.
Estas ceremonias periódicas pueden quedar divididas para su análisis en dos grandes grupos: 1.º, la expulsión anual de los demonios, enfermedades y pecados y; 2.º, los rituales de los días que preceden y siguen al Año Nuevo.
1. La expulsión anual de los demonios, enfermedades y pecados. Aunque resulta difícil encontrarlos en una sola cultura, Eliade considera que los elementos principales de esta celebración son los siguientes: «En líneas generales, la ceremonia de expulsión de los demonios, enfermedades y pecados puede resumirse en los elementos siguientes: ayuno, abluciones y purificaciones, extinción del fuego y su reanimación ritual en una segunda parte del ceremonial; expulsión de los «demonios» por medio de ruidos, gritos, golpes (en el interior de las habitaciones), seguida de la persecución de aquellos, acompañada de gran estrépito, a través del pueblo. (…) A menudo se intercalan combates ceremoniales entre dos grupos de figurantes, u orgias colectivas, o procesiones de hombres enmascarados (que representan las almas de los antepasados, los dioses, etc.). (…) También en esa ocasión se celebran las ceremonias de iniciación de los jóvenes (…). Casi en todas partes, esa expulsión de los demonios, de las enfermedades y de los pecados coincide o coincidió en cierta época, con la Fiesta de Año Nuevo.» (pp. 68-69). El significado de esta ceremonia (así como el de todos los elementos que lo componen) es el intento de restauración (momentánea) del tiempo mítico y primordial de la creación, es decir, una repetición de la cosmogonía a partir de la cual se trata de abolir el tiempo histórico.
2. Los rituales que preceden y siguen la fiesta de Año Nuevo. El autor se sirve para explicar este tipo de rituales del akitu, el ceremonial del Año Nuevo babilónico. En la sociedad babilónica el soberano desempeñaba un papel de gran importancia: era hijo y vicario de la divinidad en la tierra y, de esa manera, tenía la responsabilidad de regular los ritmos de la naturaleza y de cuidar del buen estado de la sociedad en general. De esa manera no puede extrañarnos que el soberano tenga un papel de primer orden en la celebración de los rituales de Año Nuevo. Una de las partes más importantes de esta ceremonia es la reactualización del combate entre Marduk y el monstruo marino Tiamat, un combate que puso fin al caos por la victoria del dios. La dominación temporal de Tiamat simboliza según nos muestra el autor la vuelta momentánea al caos, durante este tiempo se trastorna todo el orden social (abolición del orden y de la jerarquía). Marduk vence al monstruo y crea el cosmos a partir de los pedazos del cuerpo desmembrado de Tiamat, dicha creación es conmemorada cada año con lo que el acto creador es reactualizado, esto lleva al hombre de forma momentánea al momento primordial porque participa de forma directa en esa obra cosmogónica. Otro elemento fundamental de la ceremonia de Año Nuevo babilónico es la«fiesta de las Suertes» (zahmuk), una fiesta en la que se determinan los presagios de cada uno de los doce meses del año, esto es equivalente según el autor a la creación de los doce meses por venir. Como vemos el akitu comprende una serie actos dramáticos que tienen el objetivo de anular el tiempo transcurrido mediante la restauración del caos primordial y la repetición del acto cosmogónico.
 
A pesar de que los escenarios de Año Nuevo en los que se repite la creación son particularmente explícitos en aquellos pueblos en los que comienza la historia propiamente dicha (babilonios, egipcios, hebreos o iranios), no debemos pensar que son los únicos que necesitan liberarse del peso de la historia, ya que incluso las sociedades humanas más simples sienten la profunda necesidad de regenerarse de manera periódica aboliendo el pasado y reactualizando la cosmogonía.
Además de las ceremonias de Año Nuevo, las sociedades tradicionales conocían y ponían en práctica métodos diversos para lograr la repetición del acto cosmogónico. Buen ejemplo de ello son los ritos de construcción: «Lo que importa es que el hombre  sintió la necesidad de reproducir la cosmogonía en sus construcciones, fuesen de la especie que fuesen; que esa reproducción lo hacía contemporáneo del momento mítico del principio del mundo, y que sentía la necesidad de volver con toda la frecuencia a ese momento mítico para regenerarse.» (p. 93). Es ilustrador a su vez el simbolismo del sacrificio brahmánico que también señala una nueva creación del mundo: el brahmán reactualiza el acto cosmogónico arquetípico y, de esa manera, hace coincidir el instante mítico con el momento actual, esto supone tanto la abolición del tiempo como la regeneración continua del mundo. También nos habla Eliade del ceremonial de entronización del rey: «Para los indígenas de las islas Fidji, la «creación» acontece en cada entronización de un nuevo jefe; idea que, por lo demás, se ha se ha conservado en otros lugares en una forma más o menos aparente. En casi todas partes, un nuevo reinado ha sido considerado como una regeneración de la historia del pueblo e incluso de la historia universal. Con cada nuevo soberano, por más insignificante que fuera, comenzaba una «nueva era».» (p. 96). Así como de los rituales de curación: «En efecto, en muchos pueblos primitivos la curación lleva implícita como elemento esencial la narración del mito cosmogónico: esto se confirma, por ejemplo, en el seno de las tribus más arcaicas de la India, los Bhils, los Santalis y los Baigas. A través de la actualización de la creación cósmica, modelo ejemplar de toda «Vida», se espera la restauración de la salud física y la integridad espiritual del enfermo. En las tribus mencionadas también se relata el mito cosmogónico con ocasión del nacimiento, el matrimonio y la muerte, pues ocurre siempre que, por medio de un retorno simbólico al instante atemporal de la plenitud primordial, se espera asegurar la realización perfecta de cada una de estas «situaciones».» (p. 98).
Todos estos ritos y muchos otros tienen un objetivo en común: su intención antihistórica, es decir, muestran la necesidad de las sociedades arcaicas de regenerarse periódicamente por medio de la anulación del tiempo. Especialmente interesantes al respecto resultan las creencias y rituales relacionados con la luna, ya que prueban que para el hombre primitivo la regeneración del tiempo se produce de forma continua, incluso en el intervalo que es el año. El ritmo lunar (fundamental en la medición del tiempo en muchas culturas) no solo se revela en intervalos cortos, sino que también sirve de modelo para duraciones considerables, esto nos dice Eliade, trae consigo una visión optimista de la temporalidad: «pues así como la desaparición de la luna nunca es definitiva, puesto que necesariamente va seguida de una luna nueva, la desaparición del hombre no lo es mucho más, y especialmente la desaparición incluso de toda una humanidad (diluvio, inundación, sumersión de un continente, etc.) nunca es total, pues una humanidad renace de una pareja de sobrevivientes.» (p. 104). El optimismo del que nos habla Eliade hace referencia a la «normalidad» que otorga esta concepción lunar a las catástrofes cíclicas ya que les otorga un sentido y, además, ofrece la garantía de que no son definitivas. Estas concepciones lunares nos ofrecen en ese sentido el retorno cíclico de lo que antes fue, es decir, el eterno retorno, esto es, la manera que encuentra el hombre primitivo de anular la irreversibilidad del tiempo a través de la dirección cíclica del mismo. Pero, ¿por qué ese intento por parte del hombre primitivo de escapar de la historia? Según Eliade tras esa actitud se esconde su sed de realidad y el miedo de dejarse invadir por la existencia profana con toda su insignificancia.
 
 
Capítulo 3. «Desdicha» e «historia».
Hemos visto en el capítulo anterior cómo el hombre primitivo se niega a aceptar la historia y trata de oponerse por todos los medios a su alcance, sin lograr, sin embargo, siempre conseguir ese objetivo (nada puede hacer contra catástrofes cósmicas, desastres militares, desgracias personales, etc.). Es por eso que Eliade trata de analizar en este capítulo cómo sobrellevaba el hombre primitivo ese sufrimiento, es decir, trata de analizar cómo el hombre primitivo era capaz de soportar la historia.
Vivir para un hombre perteneciente a las culturas tradicionales es ante todo, ya lo hemos apuntado en capítulos anteriores, vivir según modelos extrahumanos, vivir conforme a un arquetipo, también supone vivir conforme a la ley y a los ritmos cósmicos. En este cuadro de existencia el sufrimiento y el dolor no son nunca una experiencia desprovista de sentido: «Si tales padecimientos pudieron ser soportados fue precisamente porque no parecían gratuitos ni arbitrarios. (…) El primitivo que ve su campo devorado por la sequía, su ganado diezmado por la enfermedad, su hijo enfermo, que se siente él también con fiebre, o que comprueba que es un cazador demasiado a menudo sin suerte, etc., sabe que todas esas circunstancias no incumben al azar, sino a ciertas influencias mágicas o demoníacas, contra las cuales el brujo o el sacerdote disponen de armas. Así, del mismo modo que la comunidad lo hace cuando se trata de una catástrofe cósmica, se dirige al brujo para eliminar la acción mágica, o al sacerdote para que los dioses le sean favorables. Si esas intervenciones no dan resultado, los interesados recuerdan la existencia del Ser Supremo, casi olvidado el resto del tiempo, y le ruegan mediante la ofrenda de sacrificios» (p. 113). Como nos muestra Eliade, el sufrimiento solo tiene capacidad de perturbar al hombre primitivo en cuanto su causa permanece ignorada. Cuando se descubre su motivo, ese sufrimiento es incorporado a un sistema y puede ser explicado y, por lo tanto, puede ser soportado. Una concepción de la causalidad universal como es el karma, por ejemplo, resulta doblemente beneficiosa ya que a partir de ella los sufrimientos no sólo adquieren sentido sino que, además, alcanzan un valor positivo: «Los sufrimientos de la existencia actual no solo son merecidos –puesto que son el efecto fatal de los crímenes y de las faltas cometidos en el curso de las existencia anteriores–, sino además bienvenidos, pues solo de ese modo es posible recordar y liquidar una parte de la deuda kármica que pesa sobre el individuo y decide el ciclo de sus existencias futuras.» (p. 116).
Es bastante común y está bastante extendida la concepción arcaica según la cual el sufrimiento es imputable a la voluntad divina, ya sea porque lo produzca de manera directa, ya sea que permita que otras fuerzas lo provoquen. Es más, en el área mediterráneo-mesopotámica el sufrimiento de los hombres fue tempranamente relacionado con el sufrimiento de la divinidad, con ello se les dotaba de un arquetipo que lograba otorgarles realidad y «normalidad». Eliade nos habla en ese sentido del mito del sufrimiento, muerte y resurrección de Tammuz. Este mito tiene un objetivo muy similar al que habíamos visto en los mitos lunares (de los que según el autor deriva), pero va más allá: ya que ofrece un mensaje optimista al afirmar  no solamente que gracias a su muerte el hombre justo se salva, sino que también le salvan sus sufrimientos: «Pues ese drama mítico recordaba al hombre que el sufrimiento nunca es definitivo, que la muerte es siempre seguida por la resurrección, que toda derrota es anulada y superada por la victoria final. La analogía entre esos mitos y el drama lunar, esbozado en el capítulo anterior, es evidente. Lo que ahora queremos hacer notar es que Tammuz –o toda otra variante del mismo arquetipo– justifica o, en  otros términos, hace llevaderos los sufrimientos del «justo». El Dios –como tantas veces el «justo», el «inocente»– sufría sin ser culpable. Se le humillaba, se le golpeaba hasta sangrar, encerrado en un «pozo», es decir, en el infierno. Ahí es donde la Gran Diosa (o, en las versiones tardías y gnósticas un «mensajero») le visitaba, le daba valor y le resucitaba. Este mito tan consolador del sufrimiento del dios tardó mucho tiempo en desaparecer de la conciencia de los pueblos orientales.» (p. 119).
Para el pueblo hebreo una calamidad histórica nunca suponía un hecho absurdo porque tras ella se veía la figura de Yahvé, todo lo contrario, suponía algo necesario porque estaban previstas por Dios para que el pueblo elegido no fuera en contra de su propio destino. Como nos muestra Eliade, los judíos van a ofrecernos un nuevo sentido de la historia: por primera vez los acontecimientos históricos van a tener un valor en sí mismos puesto que  son la mostración de Dios, es decir, el pueblo judío interpreta por primera vez la historia como una epifanía de Dios: «Ese Dios del pueblo judío ya no es una divinidad oriental creadora de hazañas arquetípicas, sino unapersonalidad que interviene sin cesar en la historia, que revela su voluntad a través de los acontecimientos (invasiones, asedios, batallas, etc.). Los hechos históricos se convierten así en «situaciones» del hombre frente a Dios, y como tales adquieren un valor religioso que hasta entonces nada podía asegurarles. Por eso es posible afirmar que los hebreos fueron los primeros en descubrir la significación de la historia como epifanía de Dios, y esta concepción, como era de esperar, fue seguida y ampliada por el cristianismo.» (pp.122-123). Puede uno preguntarse (como de hecho lo hará el autor) hasta qué punto esta concepción de la historia es inherente al monoteísmo en cuanto dicha revelación se efectúa en el tiempo, en la duración histórica. Esta nueva concepción de la historia que ofrece el judaísmo trae consigo una nueva experiencia religiosa, la fe. Eliade explica dicha experiencia a partir del clásico ejemplo del sacrificio de Abraham (que el autor considera como fundador de esta expresión religiosa), de cómo el sacrificio de su hijo no era simplemente el sacrificio del primogénito (costumbre extendida entre los hebreos hasta la llegada de los profetas) sino que suponía todo un acto de fe, una nueva relación entre el hombre y las divinidad. Pero a pesar de esta nueva valoración de la historia, el mesianismo no llega a superar la valoración escatológica del tiempo. Para los judíos el futuro regenerará el tiempo devolviéndole su pureza y su integridad. Eliade encuentra que el judaísmo lleva a cabo un doble movimiento que puede a primera vista parecer contradictorio y que sin embargo no lo es, esto es, en la concepción mesiánica la historia como hemos visto empieza a ser valorada por lo que debe ser soportada por el hombre, pero esto sólo es así debido a que la historia tiene una función escatológica, es decir, la valoración de la historia sólo puede llevarse a cabo porque el hebreo es consciente de que dicha historia será abolida en el futuro. Así vemos que lejos de lo que en un principio nos pueda parecer en el judaísmo pervive la actitud antihistórica que habíamos señalado como característica de las culturas primitivas
Eliade pasa analizar a continuación la especial importancia que tienen las teorías de los grandes ciclos cósmicos para mostrar la significación de la historia en las civilizaciones arcaicas. Estas teorías del «Gran Tiempo», como también las denomina nuestro autor, presentan dos orientaciones distintas: una tradicional, la del tiempo-cíclico que se regenera periódicamente ad infinitum y la otra, más moderna, del tiempo finito entre dos infinitos atemporales. Una característica común en ambas orientaciones es que suelen estar acompañadas por el mito de la «edad de oro». En ambas doctrinas esa edad de oro es recuperable: una infinidad de veces en la primera, mientras que una sola vez en la segunda.
Es en la tradición hindú donde esa teoría de los ciclos cósmicos se muestra más intensamente. El autor pasa a explicar brevemente en qué consiste dicha concepción del tiempo: «La unidad de medida del ciclo más pequeña es el yuga, la «edad». Un yuga va precedido y seguido por una «aurora» y un «crepúsculo» que enlazan las «edades» entre sí. Un ciclo completo, o magayuga, se compone de cuatro «edades» de duración desigual, de las cuales la más larga aparece al principio del ciclo, y la más corta, al final. (…) A las disminuciones progresivas de la duración de cada nuevo yugacorresponde, en el plano humano, una disminución de la duración de la vida, acompañada de un relajamiento de las costumbres y de una declinación de la inteligencia.» (p. 133). Aquí nos interesa sobre todo destacar un aspecto fundamental de dicha concepción: la eterna repetición del ritmo fundamental del cosmos, su destrucción y recreación periódica. La gran cantidad de cifras que tiene en cuenta la religiosidad hindú, ante tal ciclo sin principio ni fin, el hombre debe responder para no quedar eternamente atrapado, en ese sentido solo puede apartarse con un acto de libertad espiritual (liberación de la ilusión cósmica). Aunque encontramos también en el hinduismo un rechazo de la historia, según Eliade existe una diferencia fundamental entre ésta visión y las concepciones primitivas: el hombre de las sociedades tradicionales rechaza la historia reviviendo sin cesar el momento intemporal de los comienzos, el hinduismo por su parte ya no considera como una solución ante el sufrimiento ese tiempo auroral. Sin embargo introduce un elemento nuevo: ofrece una justificación ante la decadencia continua de la biología, de la sociología, la ética y la espiritualidad humana (algo muy ligado al mito de la edad de oro) con lo que resulta ser a la misma vez vigorizante y consoladora para el hombre aterrorizado por la historia: «Por el simple hecho de vivir actualmente en el kaliyuga, o sea, en una ‘edad de tinieblas’, que progresa bajo el signo de la disgregación y ha de terminar en una catástrofe, nuestro destino es sufrir más que los hombres de «edades» precedentes. Ahora, en nuestro momento histórico, no podemos esperar otra cosa; a lo sumo (y en eso se ve la función soteriológica del kaliyuga y los privilegios que nos concede una historia crepuscular y catastrófica) podemos librarnos de la servidumbre cósmica.» (p. 138).
Resulta interesante esta situación en la que se considera el hombre en una época de tinieblas y de fin de ciclo porque la encontramos en otras culturas y momentos históricos, por ejemplo en la civilización grecooriental donde destaca especialmente el mito de la conflagración universal: un mito que hunde sus raíces en la escatología irania y que nos habla del fin del mundo por el fuego, un fin del mundo del que se salvarán los buenos: «Se trata de una apocatástasis, de la cual nada tienen que temer los buenos. La catástrofe pondrá término a la historia y reintegrará, por tanto, al hombre a la eternidad y a la beatitud.» (p. 145). También está presente en grandes religiones como la irania, la judaica y la cristiana. Pero este rasgo común que comparten estas tradiciones, este fatal destino que es propio del momento histórico que les ha tocado vivir no debe ser considerado como un estigma pesimista sino más bien todo lo contrario: «más bien denuncia un exceso de optimismo, pues, en la agravación de la situación contemporánea, una parte, por lo menos, de los hombres veía los signos anunciadores de la regeneración que necesariamente debía seguir.» (p. 153). La historia, en ese sentido, podía ser soportada no sólo porque tuviera un sentido, sino porque era en último término algo necesario: «Los imperios se construían y se hundían, las guerras provocaban sufrimientos sin número, la inmoralidad, la disolución de las costumbres, la injusticia social, etc., se agravaban sin cesar, porque todo eso era necesario, es decir, querido por el ritmo cósmico, por el demiurgo, por las constelaciones o por la voluntad de Dios.» (pp. 154-155). Sobre esta cuestión la historia de Roma adquiere especial interés ya que integrando las catástrofes en una teoría-mito determinada (la de la «edad» de Roma y el «Año Magno»), éstas pudieron no solamente ser soportadas por los contemporáneos sino también ser valoradas de forma positiva inmediatamente después de su aparición.
 
 
Capítulo 4. «El terror a la historia».
Lejos de lo que pueda parecer, el conflicto entre la concepción arcaica (arquetípica y antihistórica) y la concepción moderna del tiempo (histórica) sigue aún presente en nuestros días. En efecto, todavía en la actualidad las sociedades agrícolas (tradicionales) europeas se mantienen con obstinación en una posición antihistórica, siguen reconociendo en la presión ininterrumpida de los acontecimientos los signos de la voluntad divina o de una fatalidad astral. Pero no son ni mucho menos los únicos que mantienen esta concepción arcaica o antihistórica del tiempo. Eliade nos muestra cómo desde los inicios del cristianismo (los Padres de la Iglesia) la sociedad intelectual de la Edad Media quedó dividida entre aquellos que defendían una visión lineal del tiempo (San Agustín es su máximo representante) y aquellos otros que se decantaban por una concepción cíclica del mismo y una regeneración periódica de la historia (entre los que destaca Joachim de Fiore). Durante el siglo XVII la concepción progresista de la historia comenzó a declinar la balanza a su favor ganando cada vez más adeptos (Francis Bacon o Pascal entre sus más destacados) para llegar a su máxima difusión en el siglo XIX gracias a la teoría del evolucionismo. No es hasta el siglo XX cuandonuevamente comienza a despertar el interés por la teoría de los ciclos: «así asistimos, en economía política, a la rehabilitación de las nociones de ciclo, de fluctuación, de oscilación periódica; en filosofía, Nietzsche pone de nuevo en la orden del día el mito del eterno retorno; en la filosofía de la historia, un Spengler, un Toynbee se dedican al problema de la periodicidad, etc.» (p.167).
Esta recepción de las teorías cíclicas en el pensamiento contemporáneo resulta especialmente interesante ya que pone de manifiesto el deseo de hallar un sentido y una justificación transhistórica a los acontecimientos históricos, es decir, muestra un deseo de volver a las posiciones prehegelianas. En efecto, desde Hegel se tiende a valorar el acontecimiento histórico en sí mismo y por sí mismo. Sin embargo, en la perspectiva hegeliana todavía sobrevive algo de la concepción judeocristiana que analizábamos un poco más arriba: el acontecimiento histórico era para el filósofo alemán la manifestación del espíritu universal. Como ocurría con los profetas hebreos, Hegel considera que un acontecimiento histórico es irreversible y válido en sí mismo en cuanto manifestación de la voluntad de Dios. Por su parte, también el marxismo conserva un sentido de la historia puesto que consideran que los acontecimientos conducen a un fin preciso: la eliminación final del temor a la historia. En ese sentido se puede decir que Marx ha revalorizado (a un nivel exclusivamente humano) el mito de la edad de oro, con la diferencia de que lo sitúa exclusivamente al final de la historia y no al principio. Sin embargo, el temor a la historia resulta cada vez más difícil de soportar desde la perspectiva de las diversas filosofía historicistas: «¿cómo podrá el hombre soportar las catástrofes y los horrores de la historia –desde las deportaciones y los asesinatos colectivos hasta el bombardeo atómico– si, por otro lado, no se presiente ningún signo, ninguna intención transhistórica, si tales horrores son solo el juego ciego de fuerzas económicas, sociales o políticas o, aún peor, el resultado de las «libertades» que una minoría que se toma y ejerce directamente en la escena de la historia universal.» (p. 173). Por ello, Eliade afirma que aunque la visión historicista sea inevitable para todos aquellos pueblos que definen al hombre como «ser histórico», no se encuentra sin embargo en la actualidad completamente extendida, es más, el autor llega a pronosticar una época no muy lejana en la que por la precariedad de la existencia debido a la historia, la humanidad volverá de nuevo la vista a la concepción del pueblo propia de los pueblos primitivos, es decir, «se conforme con repetir los hechos arquetípicos prescritos y se esfuerce porolvidar, como insignificante y peligroso, todo hecho espontáneo que amenazara con tener consecuencias «históricas».» (p. 176).
El horizonte de los arquetipos y la repetición solo puede ser superado impunemente mediante una filosofía de la libertad que no excluya a Dios. Es lo que según el autor lo que ocurrió cuando el horizonte de los arquetipos y la repetición fue por primera vez superado por el judeocristianismo y se introdujo una experiencia religiosa de nuevo cuño: la fe. La fe supone la emancipación absoluta de la ley natural y, en ese sentido, la más alta libertad que el hombre pueda imaginar. «En efecto, solamente presuponiendo la existencia de Dios conquista, por un lado, la libertad (que le concede autonomía en un universo regido por leyes o, en otros términos, la «inauguración» de un modo de ser nuevo y único en el universo) y, por otro, la certeza de que las tragedias históricas tienen una significación transhistórica, incluso cuando esa significación no sea siempre evidente para la actual condición humana. Toda otra situación del hombre moderno conduce, en última instancia, a la desesperación.» (p. 186).

 

11.01.2014 01:55
Gérard de Nerval fue uno de los escritores más representativos del romanticismo francés. Entre sus méritos se cuentan la elaboración de poemas y libros de relatos llenos de turbación; tradujo al francés a Goethe, Schiller y Heine; viajó por Oriente y Europa; entabló amistad con algunas de las figuras culturales más notables de su tiempo, y se dice que inventó la palabra “surrealismo”, que André Breton y los suyos tomaron de él. Fue un prodigio en acaparamiento de desarreglos psíquicos tales como el trastorno bipolar, el sonambulismo o la esquizofrenia; hizo célebre la imagen del poeta paseando a una langosta con una cinta rosa, y cuentan de él que pasaba el tiempo en los internados psiquiátricos instruyéndose sobre magia y cábala. En general, Nerval representa el arquetipo del “poeta maldito” por excelencia.
 
La inclinación de este autor por los planos más oscuros y fluctuantes de la imaginación es incuestionable, pero asimismo, Nerval padecía la misma compulsión irrefrenable y autodestructiva que parece ser la seña de identidad de tantos otros espíritus turbulentos que como él han hollado la tierra; nos referimos a su gusto por las experiencias visionarias y el empleo de psicotrópicos, tal vez como intento de vislumbrar el mundo de los sueños, particularmente agitado y convulso en su interior. No es casual la poderosa semejanza que existe entre las experiencias con fármacos o psicotrópicos y las metáforas poéticas de lo onírico, de las que Nerval era todo un maestro.
 
Junto a Téophile Gautier, quien compartiera una fecunda amistad con el alucinante poeta, solían acudir con asiduidad al llamado “club de los hachisianos”, un fumadero de opio situado en los bajos fondos de París. Allí pasaban tardes de infinito delirio, recostados en el mullido colchón de la enajenación, y quién sabe si no proyectarían en ese lugar algunas de las historias que más tarde hicieron populares en sus narraciones. Posteriormente los dos amigos recordarían un capítulo que podría tener cierta relevancia en lo concerniente al trágico final de Nerval, aunque no por ello se ajuste a la razón.
 
En la correspondencia privada que durante su vida mantuvieron Nerval y Gautier, se encuentra por cuatro ocasiones la mención a una vieja gitana que provenía del este de Europa, la cual practicaba la adivinación y toda suerte de encantamientos con la habilidad que sólo estas personas manejan. Es destacable, a la vez que extraño, que ninguno de ellos se prodigue en detalles sobre este misterioso personaje, así como la patente disparidad entre la descripción física que uno y otro hacen del mismo. Según uno, la anciana tenía un solo ojo y era completamente calva; según el otro, ésta exhibiría una abundante melena y un muñón en el lugar de la mano derecha. El único punto en el que ambos parecen coincidir es que la anciana era una asidua del “club de los hachisianos”.
 
Años más tarde, al morir prematuramente la amada y musa de Nerval, el poeta confesaría en una carta a su amigo que la hechicera había ocasionado su muerte. Esta afirmación tal vez deba achacarse a uno de los tantos delirios del escritor, si bien tampoco esclarece la existencia efectiva de la anciana.
 
Según pudo dilucidar Gautier de entre la bruma intoxicada que rodeaba la memoria así como las cartas de su amigo, la anciana le habría propuesto al poeta un trato abominable: como si de una princesa fáustica se tratase, se cree que pudo ofrecerle el dominio de la palabra a cambio del alma de una joven de espíritu puro. Según parece Nerval se debatió largamente contra esta perspectiva, e incluso se especula que su viaje por Oriente estuviese motivado por el deseo de encontrar a la vieja hechicera y ofrecerle su propia alma a cambio.
 
Ninguno de ellos volvió a saber nunca de la anciana, ni nadie, entre los regentes y la clientela del fumadero de opio, pudo dar fe de una persona así descrita.
 
En 1855, Nerval se ahorcó colgándose de una farola en una calle de París.
 
Cierto o no, alucinación o fantasía, este apunte no pretende establecer juicio alguno sobre la figura del genial escritor francés. En última instancia, sólo puede dudarse de estas reflexiones y las de sus protagonistas, en un caso que trasciende el historicismo y la veracidad para sumergirse de lleno en el terreno del delirio
 
10.01.2014 16:05
En nosotros están actuando dos fuerzas de la naturaleza.
 
Una de ellas nos hace decidir que en esta vida haremos avance espiritual, pero, al momento siguiente, la otra fuerza, maya, la energía ilusoria, dice: "¿Qué son todas estas molestias en las que te estás metiendo? Tú disfruta de la vida, y sé indulgente contigo mismo" 
 
Esa tendencia a olvidar es la difnrencia entre Dios y le hombre. Arjuna es compañero íntimo de Krsna, y, cada vez que Krsna aparece en cualquier planeta, Arjuna nace y aparece con Él otra vez. Cuando Krsna explicó la Bhagavad-gita al dios del Sol, Arjuna estaba allí también con Él. Pero, como es una entidad viviente finita, Arjuna no lo podía recordar. El olvido es la naturaleza de la entidad viviente. Ni siquiera podemos recordar lo que estábamos haciendo ayer exactamente a estas horas, o la semana pasada.
 
Si no podemos recordar eso, ¿cómo vamos a poder recordar lo que ocurrió en nuestras vidas anteriores? Aquí cabría preguntar por qué Krsna puede recordar y nosotros no podemos, y la respuesta es que Krsna no cambia de cuerpo
 
09.01.2014 21:53
Prólogo de Sandra Ingerman
 
Conocí a Llewellyn Vaughan-Lee en el año 2005. Desde entonces he seguido sus escritos sobre la deidad femenina y, en tanto que mujer y practicante del chamanismo, encuentro que su obra me habla al corazón. Me he dado cuenta de que, aunque cabalgamos sobre distintas olas, no obstante, tendemos a llegar a la misma costa.
 
La manera en que la deidad femenina se acoge en las enseñanzas de los indígenas es crucial para nuestra sanación y para la sanación de la Tierra. Durante miles de años se ha mantenido el conocimiento de que todo lo que existe en este mundo está vivo y tiene un espíritu. Estamos conectados con una red de vida que a su vez está influida por el comportamiento de todo lo viviente. Este conocimiento ancestral de la deidad femenina, de la interconexión de toda la creación, es un tema central en los trabajos de Llewellyn. Como él dice en sus escritos, cuando le hablamos al alma de los árboles, rocas, ríos, etc., le hablamos a lo divino de la creación.
 
Existe en el chamanismo un ejercicio, procedente de distintas tradiciones, denominado el escuchar profundo. Si escuchamos profundamente, sabremos cómo evitar una nueva destrucción del mundo. Las respuestas se encuentran en la naturaleza – la naturaleza está compartiendo continuamente sus enseñanzas con nosotros. También podemos encontrar las respuestas en nuestra naturaleza interior o sabiduría interior. Para ello hay que llevar la energía de la cabeza al corazón, recordar lo que amamos en la vida y lo que nos transporta a un lugar de sobrecogimiento y maravilla, reavivar nuestra pasión. Hemos de recordar cómo honrar y respetar la vida con cada respiración, con cada paso, palabra y pensamiento. Aquello que bendices, te bendice también a ti.
 
Se puede utilizar este ejercicio del escuchar profundo para ir más allá de lo que nuestros simples oídos son capaces de percibir, para volver a los ámbitos de lo invisible, a la luz femenina y a su sabiduría, y al amor que nos interconecta a todos. Para poder prestar un verdadero servicio al planeta, hemos de reconectarnos con esta sabiduría innata de lo femenino que nos enseña que el poder del cambio proviene del ser, en lugar del hacer.
 
En El retorno de lo femenino y el alma del mundo, Llewellyn aborda todos estos principios y algunos más de un modo único. Llewellyn nos obsequia en sus escritos con algo que va más allá de un enfoque intelectual. Su auténtico don reside en que encuentra palabras que se internan profundamente en nuestras células, como una flor que absorbe la luz vivificadora del sol tras una intensa lluvia purificante. De esta manera, crea un espacio más allá del pensamiento que nos permite entrar en contacto con el lugar olvidado y abandonado, en el que se encuentra la sabiduría sagrada, y hace posible que vivamos las enseñanzas.
 
He leído todos los libros de Llewellyn y cada uno de ellos me ha servido de inspiración. En el presente libro de Llewellyn confluyen sus enseñanzas sobre lo femenino, en las que pone de relieve una y otra vez el papel central que lo femenino desempeña en la tarea de lograr una sanación y transformación a nivel global y en la regeneración de la vida. En estos textos nos recuerda los secretos primarios de la creación inmanentes a lo femenino, poniendo énfasis en que esta sabiduría es, por naturaleza, una parte inseparable del cuerpo femenino y de su sabiduría interior, y en que es especialmente necesaria, en la época actual de crisis intensa, para revitalizar la vida tal y como se supone que debe ser vivida. Asimismo, nos recuerda nuestro conocimiento ancestral del anima mundi, el alma del mundo, y hasta qué punto su presencia es vital en estos tiempos. Es hora de que recuperemos el alma del mundo, volviendo a honrar esta fuerza creadora de vida.
 
Estoy segura de que todo el que lea este libro se sentirá inspirado. De modo que les ruego que sigan leyendo.
 
—SANDRA INGERMAN
autora de Medicine for the Earth y How to Heal Toxic Thoughts
https://www.sandraingerman.com
 
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Introducción de Llewellyn Vaughan-Lee
 
Es esencial leer la siguiente introducción para poder comprender la razón por la cual se ha recopilado este material y entender cuál es su contribución al momento actual en que vivimos.
 
La asamblea se llena de fragancia
sólo con mencionarla a ella,
y cada lengua pronuncia su nombre.
— Ibn ‘Arabî
 
Los siguientes capítulos representan una recopilación de mis trabajos sobre la feminidad sagrada desde 1991 a 2008. A lo largo de estos años escribí, di conferencias y entrevistas sobre el tema del principio femenino, de la feminidad sagrada. Los primeros textos se refieren a mis propias experiencias con relación a lo femenino desde una perspectiva psicológica, la figura del anima o alma del interior de mi propia psique, tal y como se expresaba en sueños e imágenes, su oscuridad y su luz, su poder y belleza. Desde esta reconexión interior con la feminidad sagrada, que tan a menudo ha sido rechazada, malentendida y maltratada, comencé a valorar y entender el papel que desempeña lo femenino en la búsqueda espiritual, la importancia del escuchar, de la receptividad, y del espacio sagrado que es necesario para el renacer espiritual y para poder vivir el anhelo del alma.
 
Estas cualidades femeninas se encuentran tanto en los hombres como en las mujeres y ejercen una atracción que nos traslada hacia nuestras profundidades interiores, hacia los misterios del alma, cuya sabiduría se llama Sofía. También nos reconectan con el dolor primario de la naturaleza femenina, de la que tanto ha abusado nuestra cultura masculina. Llegamos a experimentar sus lágrimas y heridas, su dolor, que es también el dolor de nuestra propia alma. En el reino de lo femenino todo está conectado, nada se excluye. Al trabajar con la gente, especialmente con las mujeres, y al escuchar sus sueños e historias, comencé a ver que ese dolor, ese rechazo, es una herida en cada uno de nosotros que requiere comprensión y perdón, si es que queremos recuperar nuestra herencia espiritual verdadera, el saber innato de lo femenino y la sabiduría de la Tierra.
 
Mi propio camino me llevó más allá de la búsqueda individual, hacia el drama del todo, y sentí el sufrimiento de la Tierra y su anhelo de despertar de esta pesadilla de explotación y codicia patriarcal. Fue entonces cuando sentí la necesidad apremiante de recuperar la sabiduría y el poder de la Diosa, Su potencial de sanación y transformación. Y percibí que esta energía está especialmente presente en las mujeres, y que las mujeres tienen un papel crucial que desempeñar en la redención de la feminidad sagrada y a la hora de aprender de nuevo a trabajar con ella. Aunque lo femenino constituya una parte importante de la psique masculina, las mujeres portan su sabiduría y poder en cada una de las células de su cuerpo, y tienen la responsabilidad de hacer despertar de nuevo su potencial.
 
La historia de nuestra relación con la Tierra me llevó más lejos, me hizo volver al conocimiento ancestral del anima mundi, el alma del mundo, el principio divino presente en la creación. A lo largo de la historia, en distintas épocas y culturas, ha habido una relación con el anima mundi, y existían modos de trabajar con ella, de transportarla a la vida cotidiana, en especial a través del arte y de la imaginación. Esta conciencia femenina presente en todo lo vivo requiere de nuestra atención para que podamos redimir nuestra civilización y nuestro mundo. Hemos de oír su clamor, hemos de hacer llegar su sabiduría a nuestra conciencia.
 
Mi viaje espiritual ha seguido el sendero sufí del amor, en cuyos misterios del corazón lo femenino siempre ha ocupado un lugar central. Para los peregrinos sufíes es la cualidad femenina del anhelo la que nos impulsa en el viaje de regreso hacia el Amado. Los amantes místicos esperan, en un profundo espacio femenino de receptividad y desconocimiento, que el Amado Se revele. Esta relación interior de amor entre el alma y Dios me ha enseñado mucho sobre la relación con la feminidad sagrada, y la tradición sufí de imágenes y poesía mística me ha ayudado a expresar algunos de sus misterios. La fragancia de esta tradición de amantes estará presente en estas páginas.
 
Aunque este material provenga de mi camino personal, he insistido, no obstante, en que la labor de lo femenino es parte integrante del proceso de sanación y transformación del todo. El libro comienza con varios capítulos que se centran en nuestra necesidad de volver a valorar la naturaleza femenina, de comprender que desempeña un papel central en la labor de la sanación y transformación global. Su conciencia natural contiene un conocimiento profundo de las interconexiones de la vida, de cómo las diferentes partes del todo están relacionadas: de cómo puede evolucionar la cualidad de unidad inmanente a ella que está despertando. Todas las mujeres portan en sus centros espirituales la substancia sagrada de la creación necesaria para regenerar vida. Sin la plena participación de lo femenino, nada nuevo podrá nacer. Después, la lectora o lector serán transportados a la dimensión del anima mundi, de cuya sabiduría y forma ancestral de entender la unidad de la vida requerimos, si es que queremos redimir el mundo. He incluido como apéndice un trabajo sobre la naturaleza femenina enfocado desde una perspectiva psicológica y espiritual, que representó el principio de esta búsqueda, de cómo el viaje hacia el alma del mundo comenzó dentro de mi propia alma.
 
La dificultad para entender y describir lo femenino se debe en parte a su naturaleza especialmente elusiva, a los velos que la rodean, así como también a la represión patriarcal y a la negación de su sabiduría y poder. Tampoco se documentaron nunca por escrito los misterios femeninos ancestrales, ni sus iniciaciones y enseñanzas. No es fácil de determinar y definir, sino que es misteriosa en su movimiento y cambio continuo. Pertenece a la luz plateada de la luna y a sus múltiples reflejos, más que al duro resplandor del brillo solar masculino y a sus construcciones racionales. Es más fácil acercarse a ella mediante alusiones o referencias para expresar el misterio y la matriz de la creación, que siempre serán un milagro, y no algo que se pueda explicar. Así pues, estos capítulos no pretenden ser una explicación racional, lineal, de lo femenino, sino que son más bien facetas de un espejo que refleja diferentes cualidades y formas de manifestación femeninas. Numerosas son las repeticiones en este material recopilado, puesto que cada capítulo contempla un tema ya tratado desde una perspectiva ligeramente diferente, de tal forma que a lo largo del libro emerge sutilmente una imagen más acabada y completa del asunto repetido. También esto forma parte del misterio de lo femenino, cuya creación es una repetición eterna de ciclos en evolución. En cada momento, el mismo milagro divino se expresa de una manera ligeramente distinta.
 
Del mismo modo, la repetición tiene un valor en sí misma: tras una fase tan prolongada y un condicionamiento tan profundo de abandono y olvido de la naturaleza, cualidad y valor de la feminidad sagrada en nuestra cultura, existe la necesidad de hacerla regresar a nuestra conciencia. Probablemente, en una cultura tan marcada por los valores masculinos como es la nuestra, no sea suficiente hacer mención sólo una vez a estos temas olvidados hace ya tanto tiempo. Es necesario ponerla una y otra vez de relieve, hasta que sus cualidades vuelvan a formar parte de nuestra relación con la vida. Mientras más nos la recuerden, mejor podrá afianzarse en nuestra conciencia individual y en nuestra cultura colectiva.
 
Lo femenino forma parte tanto de los mundos interiores como del mundo exterior de la creación. Es parte del misterio del alma, del seno del mundo. Nuestra cultura masculina se ha centrado en el mundo de lo exterior, definible y mensurable, pero la naturaleza femenina conoce una dimensión diferente: lo que está oculto en el interior, a menudo en la oscuridad. Una gran parte de estos escritos trata de los mundos interiores, el hogar tradicional de los místicos y chamanes, los poetas, las sacerdotisas y los videntes. Estos reinos, donde a menudo abundan los símbolos, sentimientos e imágenes, a los que se accede a través de las visiones y de la imaginación, no son muy conocidos en nuestra cultura, y nuestro lenguaje está mal equipado para describirlos, ya que nuestra lengua forma parte de una cultura masculina racional, que gusta de que los cosas se definan, en lugar de que simplemente se haga alusión a ellas. Al leer este libro es importante reconocer las limitaciones del lenguaje, y permitir que nos hable lo que se encuentra más allá de las palabras.
 
En lugar de explicar el papel de lo femenino de una manera lógica y lineal, estos capítulos intentan acercar a la lectora o lector a su sabiduría y misterio. No existe una única definición de lo femenino, pero puede haber un despertar a sus modos y formas, a sus cualidades y poderes. A veces la he denominado “la deidad”, o “la Diosa”, o “el principio femenino” o el “anima mundi”. La naturaleza de lo femenino no gusta de ser aprisionada en un único nombre o en una explicación fija. Ella es una forma de relacionarnos con la vida, con nosotros mismos y con lo divino.
 
De igual modo, es importante recordar que lo divino femenino no se encuentra en contraposición u oposición con lo masculino. Todo está incluido en su sagrada totalidad. Y, cuando me refiero al aspecto incognoscible de lo divino, que está más allá de toda forma o conocimiento, con la palabra “Él”, es sin género: el “Él” no es masculino en el sentido de opuesto a lo femenino. Aunque vivamos en una cultura dominada por la separación, lo divino se encuentra más allá de cualquier división. Sin embargo, lo femenino tiene su propia fragancia, su magia especial. Ojalá, a través de estas páginas, se haga consciente algo acerca de su verdadera naturaleza y Ella nos revele algunas de sus cualidades, retire alguno de sus velos.
 
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Capítulo 1: Recuperar el misterio femenino de la creación
 
„Entonces la creación reconoció a su Creador en sus
propias formas y apariencias. Pues, al principio, cuando
Dios dijo: „¡Hágase!“ y así aconteció, el instrumento y la
Matriz de la creación fue el Amor, dado que toda la
creación se configuró a través de Ella,
como en un abrir y cerrar de ojos.”
— EL ESPÍRITU SANTO COMO SAPIENTIA
SANTA HILDEGARD VON BINGEN
 
LA MATRIZ DE LA CREACIÓN
 
Lo femenino es la matriz de la creación. Esta verdad es algo profundo y elemental, y toda mujer la conoce desde las células de su cuerpo, desde la profundidad de su instinto. La vida surge de la substancia de su propio cuerpo. Las mujeres pueden concebir y dar a luz, ser partícipes del mayor misterio, que es traer un alma al mundo. Y, no obstante, nos hemos olvidado, o se nos ha privado, de la profundidad de este misterio, de cómo la luz divina del alma crea un cuerpo en el seno de la mujer, y de cómo las mujeres participan en este misterio, entregando su propia sangre, su propio cuerpo, a aquello que va a nacer. El enfoque de nuestra cultura en un Dios incorpóreo, trascendente, ha dejado a las mujeres despojadas, negándoles el carácter sagrado de este sencillo misterio de amor divino.
 
De lo que no nos damos cuenta es de que esta negación patriarcal no sólo afecta a todas las mujeres, sino también a la vida misma. Cuando negamos el misterio divino de lo femenino, también le estamos negando algo fundamental a la vida. Estamos separando la vida de su núcleo sagrado, de la matriz que alimenta a toda la creación. Separamos nuestro mundo de la única fuente que puede sanarlo, alimentarlo y transformarlo. La misma fuente sagrada que nos dio la vida a cada uno de nosotros es necesaria para darle significado a nuestras vidas, para alimentarlas con lo que es verdadero, y para revelarnos el misterio, el propósito divino de estar vivos.
 
Dado que la humanidad desempeña una función central en la totalidad de la creación, lo que nos negamos a nosotros mismos, se lo negamos a todo lo que está vivo. Negándole a lo femenino su poder y propósito sagrados, hemos empobrecido la vida de un modo que no entendemos. Le hemos negado a la vida la fuente sagrada de significado y designio divinos, que las sacerdotisas de la antigüedad conocían. Quizá pensemos que sus ritos de fertilidad y otras ceremonias se debían tan sólo a la necesidad de procreación o de conseguir una buena cosecha. En nuestra cultura contemporánea no podemos entender hasta qué punto se expresaba a través de ellos un misterio más profundo, que conectaba conscientemente a la vida con su fuente de origen de los mundos interiores, una fuente que sustentaba la totalidad de la vida como una encarnación de lo divino, permitiendo que el milagro de lo divino estuviera presente en cada momento.
 
Atrás ha quedado la época de las sacerdotisas, de sus templos y ceremonias, y dado que la sabiduría de lo femenino no ha sido documentada por escrito, sino transmitida de forma oral (logos es un principio masculino), se han perdido sus conocimientos sagrados. No podemos hacer volver el pasado, pero podemos dar testimonio de un mundo en el que ella no está presente, un mundo en el que explotamos por codicia y afán de poder, en el que violamos y contaminamos sin ninguna consideración. Entonces podremos emprender la labor de darle la bienvenida a la naturaleza femenina, de reconectarnos con lo divino que se encuentra en el núcleo de la creación, y aprender de nuevo a trabajar con los principios sagrados de la vida. Sin la intercesión de la deidad femenina, permaneceremos en este terreno física y espiritualmente estéril que hemos creado, dejándoles como legado a nuestros hijos un mundo enfermo y profanado.
 
La opción es sencilla. ¿Podemos recordar la totalidad que se encuentra en nuestro interior, la totalidad que une el espíritu y la materia? ¿O vamos a seguir por el camino que ha abandonado a la deidad femenina, que ha separado a las mujeres de su sabiduría y poder sagrados? Si nos decidimos por la primera opción, podremos comenzar a recuperar el mundo, no con planes masculinos, sino con la sabiduría de lo femenino, la sabiduría que forma parte de la vida misma. Si nos decidimos por la segunda, quizá logremos llegar a alguna solución superficial con las nuevas tecnologías. Quizá combatamos el recalentamiento global y la polución con planes científicos, pero no habrá un cambio verdadero. Un mundo que no está conectado con su alma, no puede sanarse. Sin la participación de la deidad femenina, nada nuevo puede nacer.
 
RECUPERAR SU SABIDURÍA SAGRADA
 
Si la sabiduría de lo sagrado femenino se ha perdido, ¿cómo podemos saber lo que tenemos que hacer? Parte de la sabiduría de la naturaleza femenina es esperar, escuchar, ser receptiva. Una mujer no sabe conscientemente cómo hacer que llegue la luz de un alma a su seno, y cómo ayudar al alma para que forme un cuerpo. Y, sin embargo, este misterio tiene lugar dentro de ella. Tampoco sabe conscientemente cómo alimentar esta luz con su propia luz, ni cómo ofrecer su sangre para que el cuerpo crezca. La mujer es el misterio de la luz que nace en la materia, y su embarazo es una fase receptiva, de espera, en la que escucha y siente lo que está ocurriendo en su interior. Ella y la Gran Madre son un mismo ser y, si escucha con atención, percibirá en su interior los conocimientos que requiere.
 
Quizá hayamos abandonado esta simple sabiduría femenina del escuchar y, en esta época, en que la información nos inunda con tantas palabras, es fácil subestimar el conocimiento instintivo que proviene de nuestro espacio interior. Sin embargo, los principios sagrados de la vida nunca se han escrito: forman parte del ritmo del corazón, del ritmo de la respiración y del fluir de la sangre. Están vivos como la lluvia y los ríos, como el crecer y el menguar de la luna. Si aprendemos a escuchar, descubriremos que la vida, la Gran Madre, está hablándonos, comunicándonos lo que debemos saber. Vivimos en una época en la que el mundo está muriendo, a la espera de renacer, y el caudal de palabras recogido en nuestras bibliotecas y en Internet no nos dará una respuesta a cómo debemos actuar. Sin embargo, la naturaleza femenina sí puede compartir con nosotros sus secretos, decirnos cómo hemos de ser, cómo asistirla en el momento en que vuelve a nacer. Y, como somos sus hijos, ella podrá hablarnos a cada uno de nosotros, siempre que tengamos la humildad de escucharla.
 
¿Cómo podemos escuchar lo que desconocemos? ¿Cómo podemos recuperar lo que perdimos hace ya tanto tiempo? Cada momento es nuevo. El momento presente no es simplemente una progresión de los momentos pasados, sino que está, a su manera, vivo, es completo y perfecto. Es el momento lo que requiere de nuestra atención. Sólo en el momento podemos estar plenamente despiertos y responder a la necesidad real. Sólo en el momento presente podemos estar completamente atentos. Sólo en el momento presente puede manifestarse lo divino en la existencia. Los hombres podrán planificar las cosas, pero una madre atenta a sus hijos sabe lo que es realmente necesario en cada instante. Siente en su cuerpo la interconexión de todo lo vivo de una forma velada para lo masculino. Ella sabe que no se pueden hacer planes, puesto que existen muchas variables, pero sí se puede reaccionar con la sabiduría que incluye el todo y todas sus interconexiones. La deidad femenina nos pide que estemos presentes en la vida en su totalidad, sin juicios ni planes. Entonces podrá hablarnos, revelarnos el misterio de su renacer.
 
Como se trata de un nacimiento, lo femenino debe estar presente, no sólo como una idea, sino como una presencia viva en nosotros, en el interior de los hombres y de las mujeres ya que, aunque las mujeres encarnen más plenamente la deidad femenina, Ella comparte también parte de su secreto con los hombres, del mismo modo que un hijo lleva en sí parte de su madre de una forma que queda velada para sus hijas. Sin embargo, vivir la naturaleza femenina es algo que casi hemos olvidado: nuestra cultura patriarcal ha negado su poder y verdadera sabiduría, la ha esterilizado del mismo modo que la ha separado de su magia, que forma parte del ritmo de la creación. Pero la necesitamos, más de lo que nos atrevemos a reconocer.
 
En cualquier caso, si queremos entrar plenamente en contacto con la deidad femenina, el principio creativo de la vida, hemos de estar preparados para encontrarnos con su rabia, con el dolor que proviene del abuso que ha sufrido. Durante siglos, nuestra cultura masculina ha reprimido su poder natural, ha quemado sus templos, dado muerte a sus sacerdotisas. El patriarcado, con su afán de dominio y su miedo a lo femenino, a lo que no puede comprender o controlar, no sólo la ha descuidado, sino que la ha torturado y destruido deliberadamente. No sólo la ha violado, sino que ha rasgado la mismísima estructura de la vida, la totalidad primaria de la cual ella siempre ha tenido la custodia. Y la naturaleza femenina está furiosa, aunque su rabia haya sido reprimida junto con su magia.
 
Darle la bienvenida a lo femenino es reconocer y aceptar su dolor y su rabia, y el papel que hemos desempeñado en su profanación. Las mujeres también han actuado en connivencia con lo masculino, han negado su propio poder y magia naturales y, en su lugar, han aceptado valores y formas de pensar masculinos. Han traicionado a su propio yo más profundo. Sin embargo, hemos de tener cuidado de no quedar atrapados en esta oscuridad, en las dinámicas del abuso, en la rabia y la traición.
 
Las mujeres se identifican fácilmente con el sufrimiento de lo femenino y con el trato que recibe de lo masculino, y proyectan su propio dolor y rabia en los hombres. Entonces quedamos todavía más enredados en la red que nos niega cualquier transformación. Si nos identificamos con el dolor de lo femenino, nos convertimos fácilmente en agentes de su rabia, en lugar de llegar a lo más profundo del misterio del sufrimiento, a la luz siempre oculta en la oscuridad. Ya que, en las profundidades de lo femenino, se encuentra el conocimiento profundo de que el abuso también forma parte del ciclo de la creación. La Gran Madre encarna una totalidad que contiene incluso la negación de Sí misma, y necesitamos Su totalidad, si es que queremos sobrevivir y renacer.
 
La transformación verdadera, como cualquier nacimiento, requiere de la oscuridad tanto como de la luz. Sabemos que se ha abusado de lo femenino y que se sigue abusando, así como se continúa contaminando el planeta. Pero la mujer que ha experimentado el dolor de un parto, que sabe que la sangre forma parte de él, está iniciada en la oscuridad; conoce los ciclos de la creación de un modo oculto para lo masculino. Es necesario que la mujer se entregue y entregue su sabiduría al proceso actual de muerte y renacimiento, y honre así el dolor que ha sufrido. Descubrirá entonces que su magia y poder habrán renacido de una nueva forma, que se los habrán devuelto de una manera en la que ya no podrán ser contaminados por lo masculino y su afán de poder. Sin embargo, sin su total participación, existe el peligro de que el niño nazca muerto; en ese caso, este ciclo presente de creación no llevaría a cabo su potencial.
 
Primero hemos de reconocer el sufrimiento de la naturaleza femenina, de la Tierra en sí misma, o de otro modo la luz que se encuentra en el interior de lo femenino permanecerá oculta para nosotros. Debemos pagar el precio por nuestro deseo de dominar la naturaleza, por nuestros actos de arrogancia desmedida. No estamos separados de la vida, del viento y del clima. Somos parte de la creación y debemos disculparnos ante ella, asumir la responsabilidad de nuestra actitud y de nuestros actos. Hemos de entrar conscientemente en la próxima era, reconociendo nuestros errores. Sólo entonces podremos honrarla y escucharla plenamente. Sin embargo, todavía existe la posibilidad de que no demos este paso. De que, como niños obstinados, no reconozcamos el dolor que le hemos infligido a nuestra madre, y no recuperemos la totalidad que ella encarna. Entonces permaneceremos en la oscuridad que está comenzando a devorar nuestras almas: las promesas vanas del materialismo, el mundo fracturado del fanatismo. Dar un paso a la madurez siempre implica reconocer nuestros errores, el mal que hemos causado.
 
DAR A LUZ A NUESTRA PROPIA TOTALIDAD
 
Entrar en la matriz de lo femenino, honrar algo tan sagrado y simple como la sabiduría de la vida, es un verdadero reto. Sin embargo, dado que nos encontramos al borde del abismo de una crisis global, requerimos de esta sabiduría más de lo que nos imaginamos. ¿Cuántas veces ha estado este mundo al borde de la extinción? ¿Cuántas veces, en sus millones de años de existencia, se ha encontrado ante un desastre? En el momento actual hemos creado nuestro propio desastre a partir de nuestra ignorancia y codicia, y el primer paso es pedirle ayuda a nuestra madre y escuchar su sabiduría. Entonces veremos que nos encontramos en un entorno muy diferente del que nos imaginamos actualmente. Descubriremos que están teniendo lugar cambios en las profundidades de la creación, de los cuales formamos parte, y que la contaminación y el dolor que hemos causado son parte de un ciclo de vida que implica su propia destrucción aparente. No estamos aislados, ni siquiera cuando nos equivocamos. Formamos parte de la creación en su totalidad, aunque hayamos negado el todo. En nuestra arrogancia desmedida nos hemos separado de la vida y, sin embargo, jamás podremos estar separados. Esto es sólo una ilusión del pensamiento masculino. La separación no existe. Es sólo un mito creado por el ego.
 
Todas las cosas forman parte del todo, las equivocaciones y los desastres incluidos. Una vez que recobremos esta simple conciencia, descubriremos que están teniendo lugar cambios que requieren de nuestra participación, que necesitan que estemos presentes. Veremos que el eje de la creación se está desplazando, que algo está naciendo y se está manifestando de una nueva forma. Estamos renaciendo, no en el sentido de algo separado, sino como un todo completo. No disponemos de imágenes provenientes de nuestra conciencia masculina que nos permitan imaginarnos cómo sería, pero eso no quiere decir que no esté ocurriendo. Hay algo en nuestro interior que sabe que la era presente ya ha pasado, que la época de la separación está llegando a su fin. Actualmente, lo sentimos más claramente en su aspecto negativo, en la percepción de que las imágenes de la vida ya no nos sustentan, que el consumismo está matando a nuestra alma y al planeta. Y, sin embargo, existe algo justo detrás del horizonte, como un amanecer que podemos presentir, aunque no lo podamos ver.
 
Y este amanecer porta una luz, y esta luz nos está llamando, llamando a nuestras almas, aunque aún no llame a nuestras mentes. Y nos pide que le demos la bienvenida, que le demos vida. Y si nos atrevemos a hacerlo, a darle el “sí” a este amanecer, descubriremos que esta luz se encuentra dentro de nosotros, y que algo está cobrando vida en el interior de cada uno de nosotros. Formamos parte de un misterio compartido: somos la luz oculta en la materia que está siendo despertada.
 
Durante demasiados siglos hemos permanecido atrapados en el mito de la separación, hasta que nos hemos quedado aislados los unos de los otros y de las energías de la creación que nos sustentan. Pero ahora hay una luz creciente que porta el conocimiento de la unidad, la unidad que cobra vida a través del sello divino. Esto es lo que se nos está devolviendo. Esta es la luz que está despertando. La luz de la unidad es un reflejo de la unidad divina de la vida, y cada uno de nosotros es una expresión directa de esta unidad. Y esta unidad no es una idea metafísica, sino algo muy simple y ordinario. Se encuentra en cada respiración, en el batir de alas de cada mariposa, en cualquier trozo de basura de las calles urbanas. Esta unidad es vida, una vida que ya no se experimenta únicamente a través de la visión fragmentada del ego, sino que se reconoce desde el corazón, se siente en el alma. Esta unidad es el latir del corazón de la vida. Es el reconocimiento de la creación hacia su Creador. En esta unidad la vida se celebra a sí misma y celebra su origen divino.
 
La naturaleza femenina conoce esta unidad. La siente en su cuerpo, en su sabiduría instintiva. Conoce su interconexión del mismo modo que sabe cómo alimentar a sus propios hijos. Y, sin embargo, hasta ahora, esta sabiduría no ha portado la luz brillante de la conciencia masculina. Se ha mantenido oculta con ella, en la oscuridad de su yo instintivo. Y parte de su dolor ha sido que no ha sabido cómo usar su sabiduría en el mundo racional y científico en que vivimos. En lugar de valorar su propia sabiduría, ha jugado los juegos de lo masculino, imitando su forma de pensar, dejando a un lado su conocimiento de cómo todo está interrelacionado y su capacidad de percepción innata para captar los esquemas inmanentes a la creación.
 
Ha llegado la hora de que esta sabiduría de lo femenino se combine con la conciencia masculina, de manera que esta nueva forma de entender la totalidad de la vida se pueda utilizar para ayudarnos a sanar nuestro mundo. Las soluciones científicas de las que disponemos en la actualidad proceden de los instrumentos masculinos de análisis, precisamente del mismo concepto mental, basado en la separación, que ha causado los problemas. No podemos permitirnos el lujo de aislarnos una vez más del todo, y el hecho de que nuestros problemas sean globales lo ilustra. El calentamiento global no es tan sólo una imagen científica o un concepto, sino que es una realidad dramática. Combinando la sabiduría masculina con la femenina podemos llegar a entender las relaciones existentes entre las partes y el todo y, si escuchamos, podremos oír que la vida nos está explicando cómo corregir este desequilibrio.
 
Existe una luz en la vida, conocida entre los alquimistas como lumen naturae, que puede hablarnos, que puede hablar a la luz de nuestra conciencia. Existe un diálogo primario de luz a luz, conocido por todas las sanadoras y sanadores, que tiene lugar cuando escuchan al cuerpo de sus pacientes y le permiten comunicarse con ellos: permiten que su luz le hable a la luz que se encuentra dentro de ellos. A través de este diálogo de luz saben dónde tienen que colocar las manos, qué hierbas se requieren, qué puntos se deben presionar. A esta comunicación directa se añaden los conocimientos de sanación que hayan adquirido, lo cual da lugar a una alquimia capaz de redespertar la energía del paciente, de resintonizar el cuerpo con el alma. Así se producen las sanaciones verdaderas, y lo que es válido para un individuo, lo es también para el mundo, excepto que en este caso somos las dos cosas: pacientes y sanadores. Las heridas del mundo y su desequilibrio son nuestras heridas y nuestro desequilibrio, y disponemos en nuestro interior de la sabiduría y del entendimiento necesarios para volver a equilibrarnos a nosotros y al mundo. Esto forma parte del misterio de la totalidad de la vida.
 
Lo femenino nos puede ayudar a entender cómo todas las diferentes partes de la vida están relacionadas las unas con las otras, a comprender cuáles son sus esquemas de relación, las interconexiones que nutren la vida. La naturaleza femenina puede ayudarnos a reconocer conscientemente lo que ella sabe instintivamente: que todo es parte de un todo vivo, orgánico, en el cual las partes de la creación se comunican las unas con las otras, y que cada célula de la creación expresa el todo de un modo único. El conocimiento de la totalidad orgánica de la vida proviene de la sabiduría instintiva de lo femenino, pero, si se combina con la conciencia masculina, entonces se puede comunicar en palabras, no sólo en sentimientos. Podemos combinar los conocimientos procedentes de la mente y de los sentidos con la sabiduría interior. De este modo, podremos recibir un proyecto para el planeta que nos permita vivir en armonía creativa con todo lo vivo.
 
LA NUEVA MAGIA PRESENTE
 
¿Qué significa recuperar lo femenino? Significa honrar la conexión sagrada, presente en cada instante, que tenemos con la vida. Significa comprender que la vida es un todo y comenzar a reconocer las interconexiones que configuran la red de la vida. Significa comprender que cada cosa, cada acto, incluso cada pensamiento, afecta al todo. Y también significa que le permitamos a la vida que nos hable. Somos bombardeados continuamente por tal cantidad de impresiones provenientes de los medios de comunicación y de los anuncios, que no es fácil escuchar la simple voz de la vida misma. Sin embargo, está presente, incluso en el espejismo de nuestros miedos y deseos, de nuestras ansiedades y expectativas. Y la vida está esperando que la escuchemos: tan sólo requiere de nuestra presencia y de nuestra atención. Está intentando comunicarnos los secretos de la creación, de modo que podamos participar en el milagro de lo que está naciendo.
 
Hemos sido exiliados de nuestro propio hogar, nos han vendido un páramo inhóspito, repleto de fantasías sin alma. Es hora de regresar a casa, de reclamar lo que es nuestro, la vida sagrada de la que formamos parte. Eso es lo que nos está esperando, y sus signos ya están apareciendo a nuestro alrededor. No sólo se encuentran en nuestra insatisfacción, en la sensación de que hemos sido explotados y de que nos han mentido. Se encuentran en una cualidad mágica que está comenzando a aflorar, como el batir de alas de los ángeles, que no podemos ver, pero sí sentir. Nos están recordando lo que realmente somos, la presencia divina que existe en nuestro interior y en la vida. Anhelamos esta magia, una vida que una los mundos interiores y exteriores. Y eso otro ya está presente entre nosotros de formas que no esperamos. Tan sólo hemos de estar abiertos y ser receptivos, decir “sí” a lo que no podemos ver o tocar, pero sí sentir y darle una respuesta. Y para cada uno de nosotros este encuentro de los mundos será diferente, único, porque cada uno es diferente, único. Es lo sagrado inmanente a la vida que nos habla en su propio lenguaje. Quizá al jardinero le hable a través de la magia de las plantas, a la madre mediante algo inesperado en el modo de ser de sus hijos – siempre es algo que percibimos, pero que aún no conocemos – el cumplimiento de una promesa que sabemos que llevamos tiempo esperando que se cumpla. Los niños son los primeros en sentirlo, pero para ellos no es nada excepcional; es parte del aire que respiran, de la luz en la que viven. Todavía no han sido completamente desterrados, y quizá crezcan en un mundo en el que esta magia perdure.
 
El misterio de la deidad femenina nos habla desde dentro de su creación. No es una deidad distante en el cielo, sino una presencia que se encuentra aquí, entre nosotros, que requiere de nuestra respuesta. La deidad femenina es lo divino que regresa a reclamar su creación, el verdadero milagro de lo que significa estar vivo. La hemos olvidado, del mismo modo que hemos olvidado tantas otras cosas acerca de lo sagrado y, sin embargo, ella siempre ha formado parte de nosotros. Pero ahora necesita que la reconozcamos una vez más, no sólo como un mito, como una imagen espiritual, sino como algo inmanente a la sangre y la respiración. Ella puede despertarnos a la expectación que vibra en el aire, a un recuerdo ancestral que está cobrando vida de un nuevo modo. Ella puede ayudarnos a dar vida a lo divino que se encuentra dentro de nosotros, y a la unidad que está a nuestro alrededor. Ella puede ayudarnos a recordar nuestra verdadera naturaleza.
 
https://www.workingwithoneness.org/the-feminine/book-translation-es
09.01.2014 21:42
Fisióloga nacida en Letonia, psiquiatra junguiana, feminista, traductora y ecologista, Lola Hoffmann hizo de su persona el campo de una revolución interior y contribuyó en forma singular a la construcción de una nueva sensibilidad en Chile, su país de adopción.
 
SALVADA. Helena Jacoby, Lola (1904-1988) nació en Riga, actual capital de Letonia, en una familia intelectual y acomodada de origen judío. En 1919 los Jacoby se instalaron en Friburgo donde a pesar de la oposición paterna Lola se inscribió en la Facultad de Medicina. Allí su vida cambió radicalmente: hizo nuevas amistades, se integró a un grupo de universitarios de origen báltico y asistió a las charlas de Carl Gustav Jung y de Richard Wilhelm, quien acababa de terminar la traducción al alemán del I Ching, El Libro de los Cambios. Ese fue el primer contacto con dos hombres que treinta años más tarde marcarían su vida. Sin embargo en ese momento Lola se sintió una ignorante porque no logró entender nada del contenido de aquellas conferencias.
 
En 1927 comenzó a preparar su tesis final, sobre el estudio de las glándulas suprarrenales en ratas. Dos años después, en un mundo que reservaba la ciencia a los hombres, trabajaba en Berlín como asistente del principal especialista en hormonas de Alemania, el doctor Paul Trendelenburg. Berlín también fue la ciudad que le abrió las puertas al arte y donde descubrió el amor. Asistió a La ópera de tres centavos de Bertolt Brecht, al estreno de La consagración de la primavera de Stravinski y se interesó por el movimiento Bauhaus y el dadaísmo.
 
Conoció a Franz Hoffmann, un médico chileno que hacía un postgrado de Fisiología. Se enamoraron y cuando volvió a Chile, Franz se la llevó con él. Para Lola hubo algo de predestinación en la decisión de no regresar a la conservadora Riga de la infancia. Eso la salvó del destino de la mayor parte de su familia: la deportación y la muerte en los campos de concentración nazis.
 
EN TERRITORIO DE FRANZ. En 1931 Lola Hoffmann subió a un barco por primera vez en su vida. Dos meses después desembarcó en Valparaíso donde la esperaba la familia de Franz. El primer año lo dedicó a aprender español y después empezó a trabajar como asistente de su marido en el Instituto de Fisiología. El matrimonio también era una pequeña y armoniosa comunidad científica; investigaban, publicaban y viajaban juntos. Aunque los dos aportaban al trabajo científico el reconocimiento era exclusivamente para Franz. Lo nombraron miembro de la Royal Society of Medicine of London, de la Real Academia de Medicina de Madrid y la Organización Mundial de la Salud lo contrató para estudiar los problemas de la educación médica en Europa y América.
 
Cuando cumplió 46 años, y todo parecía estar bien, pues tenía trabajo, dos hijos y un marido que la amaba y protegía, Lola entró en crisis: "Franz era extraordinariamente hábil y tenía un sentido de la forma que yo admiraba mucho. En fisiología lo inventaba todo. Mi trabajo en el Instituto era eficiente pero nunca fue remunerado. (...) Comencé a cuestionar mi dependencia total al sistema en que vivía. No podía ser tan inútil. Desde muy joven había sido capaz de grandes realizaciones en una sociedad absolutamente hostil al desarrollo de las mujeres y no podía ser que me encontrara a esa edad totalmente subordinada".
 
En esos días tuvo un sueño al que atribuyó una importancia decisiva en la transformación de su vida. Estaba en el laboratorio, donde pasaba la mayor parte del día, abriendo el esternón de un perro con una gran tenaza. El tórax abierto dejaba ver el corazón, latiendo rítmicamente, y unos pulmones que se inflaban y desinflaban como una bomba. De pronto su blanquísimo delantal se tiñó de sangre y del cuerpo del animal surgió un brazo de mujer que se agitaba con desesperación; luego una cabeza y finalmente quedó frente al rostro ensangrentado de Margarita Engel, la secretaria de su marido, por quien Lola sentía especial afecto. La imagen onírica la llenó de repulsión y culpa, y la decidió a no matar nunca más un animal.
 
Los años siguientes fueron duros pues dejó de interesarle lo que hasta ese momento, y durante más de veinte años, había sido el centro de su existencia. Sentía que la vida no tenía sentido ni futuro y se hundió en la depresión. Franz le propuso hacer un viaje por Europa. En Buenos Aires, donde esperaban la salida de un barco italiano, descubrió un libro que le atrajo: La psicología de C. G. Jung, de Yolanda Jacoby. Recordó aquellas lejanas e incomprensibles charlas del psiquiatra en Berlín y le sorprendió el apellido de la autora, que era también el suyo de soltera. En las páginas de Jung, en lo que él llamó proceso de individuación y en la importancia que atribuía a la interpretación de los sueños, Lola intuyó que podía encontrar una pista de lo que le pasaba.
 
NACIMIENTO DEL ÁNGEL. Franz la animó a viajar a Zurich para tomar contacto con Jacoby. Ella le dijo que en los sueños una palabra o una imagen podían resumir una compleja situación. El sueño en el que Lola asesinaba a Margarita Engel, la secretaria de su marido, era una metáfora de lo que estaba haciendo con su propia vida. "Engel" en alemán quiere decir "ángel": Lola estaba matando su propio ángel.
 
El encuentro con Jacoby tuvo una primera consecuencia: la decidió a abandonar la fisiología y a dedicarse a la psiquiatría. Tomó distancia profesional de Franz y de la colaboración intelectual que mantenían desde 1929.
 
En el alejamiento definitivo de la ciencia fue clave la relación con el poeta y escultor chileno de origen alemán, Tótila Albert. Él fue, según palabras de Lola, "el mensajero del inexplorado infinito". Se hicieron amantes y amigos hasta la muerte del poeta 17 años más tarde.
 
Pero Lola no rompió su matrimonio. No sólo porque el vínculo con Franz estaba por encima de cualquier otro sino porque estaba convencida de que las relaciones "exclusivas y excluyentes" eran una hipocresía impuesta por la sociedad y afirmaba que las relaciones colaterales eran indispensables para el crecimiento de la pareja. Siguieron viviendo en el mismo terreno, cada uno en su casa, compartiendo el almuerzo, siempre en estrecha comunicación. Franz también descubrió un nuevo mundo. Empezó a estudiar antropología y profundizó su interés por la pintura. Aunque no volvió a formar pareja tuvo muchos romances y sus amigas siempre lo fueron también de Lola.
 
Cuando Lola volvió de Europa se dedicó de lleno a la psiquiatría. Comenzó a autoanalizarse y a registrar sistemáticamente sus sueños. Durante cinco años trabajó en la Clínica Psiquiátrica Universitaria de Ignacio Matte, uno de los primeros freudianos chilenos. A él le habló de su interés en unir psiquiatría y fisiología. Descubrió y empezó a practicar el "Entrenamiento autógeno" de Schultz, método de autohipnosis que logra provocar con ejercicios fisiológicos un estado equivalente al que se obtiene con la hipnosis exógena. En la Clínica Psiquiátrica, también se vio obligada a aprender y aplicar tratamientos que no compartía, como el electroshock.
 
En 1957 ganó una beca para estudiar en Tubinga con el neurólogo alemán Ernst Kretschmer, a quien se le debe la caracterización que relaciona el temperamento con el tipo corporal. En Zurich asistió a las últimas conferencias que daba un ya viejo y enfermo Jung. De vuelta en Chile, Lola se unió a los primeros ensayos de terapia grupal y se abrió a la experimentación con LSD y marihuana.
 
ARGUEDAS. Como psicoterapeuta su primer trabajo fue con niños porque los consideraba —ingenuamente, admitió luego— más fáciles. Solo después de ingresar a la Clínica de Matte empezó a tratar adultos. Uno de sus pacientes fue el escritor peruano José María Arguedas, quien estuvo unido a ella por un fuerte vínculo de confianza e intimidad del que da testimonio la correspondencia que mantuvieron durante ocho años. En esas cartas Arguedas deja ver el sentimiento de orfandad y de desamparo afectivo que lo persiguió desde la niñez. También hablan de la seguridad que le daba la presencia de Lola. La llamó "mi gran madre" y se consideraba "su hijo más necesitado de vigilancia y consejo". Aunque dijo que solo su palabra podía evitarle el naufragio en "los mares del dolor", Arguedas no logró superar los fantasmas que lo atormentaban y que terminarían llevándolo al suicidio.
 
LO PRIVADO. La periodista chilena Delia Vergara también fue su paciente y amiga. Publicó Encuentros con Lola Hoffmann, y en una entrevista relató cómo la psiquiatra llevaba adelante las sesiones terapéuticas: "Te ordenaba las cosas, te las lanzaba a la cara y te daba recetas. Y si llegabas con un mismo cuento muchas veces, olvídate cómo te retaba. Era muy apasionada". Vergara había llegado a la psiquiatra apesadumbrada por la culpa de una relación extramatrimonial. Con acento alemán, Lola le respondió que si le gustaban debía quedarse con los dos hombres y le habló de la importancia de la independencia en una relación amorosa. Según ella "la zona en que uno se encuentra con la pareja es muy estrecha. Lo demás es privado. La zona oscura es de uno nomás y la pareja no tiene derecho a entrar ahí. Uno tiene derecho a la privacidad, que no es propiamente una mentira".
 
A los 60 años descubrió el hinduismo y empezó a practicar Hatha Yoga, Tai Chi y psicodanza. A pesar de su entusiasmo era muy cautelosa sobre la actitud frente a las disciplinas orientales: "Sentarse a los pies de un místico, de un filósofo no es para un occidental. El occidental tiene que aprender a vivir conscientemente su vida individual hasta que aprenda a ser un miembro útil de la sociedad".
 
Por esa época empezó a padecer graves problemas en la vista y debieron operarla cuatro veces de un glaucoma hasta que en la última intervención los médicos tuvieron que extirparle el ojo enfermo. Se sentía infinitamente vieja, abrumada por la imagen que le devolvía el espejo y cayó en una profunda depresión de la que salió concentrándose en la traducción al español de la obra poética de Tótila Albert.
 
Por primera vez después de cincuenta años de haber dejado Riga sintió la necesidad de volver; también quería recorrer Friburgo, la ciudad que le había dado la independencia personal. En Riga tuvo los primeros síntomas del glaucoma en el ojo sano y en Friburgo, un médico le anunció que éste seguiría el mismo proceso. La operaron con éxito en España pero el oftalmólogo le adelantó que antes de dos años se le produciría una catarata.
 
En 1967 murió Tótila. Dos meses más tarde Franz sufrió un ataque apoplético que le paralizó el lado derecho; luego la invalidez se hizo total. Vivió 13 años más en los que fue cayendo lentamente con terribles dolores que llenaron de angustia a Lola y a sus hijos.
 
En 1971 concluyó la traducción del I Ching, El Libro de Los Cambios. El estudio de la doctrina junguiana había despertado su interés por el milenario oráculo, al que conocía en la versión alemana de Wilhelm. En 1976 la editorial chilena Cuatro Vientos publicó la obra en español.
 
EL FIN DEL PATRIARCADO. En una entrevista que dio a los 77 años dijo que su principal contribución había sido la de ayudar a hombres y mujeres a ser personas completas. Entendía que para lograr el equilibrio personal era imprescindible desmontar el sistema patriarcal que dominaba la sociedad. Fue Tótila Albert quien le habló por primera vez sobre el asunto y a quien le debía ese punto de vista. "Yo estaba convencida que así era la naturaleza humana: que la mujer era más tonta que el hombre, más débil, dependiente, incapaz de organizar nada —una aldea, una ciudad, un país— que tiene que ser objeto sexual del hombre, el que insiste en la virginidad prematrimonial. (...) Tótila me habló con mucha pasión y gran convencimiento de que este concepto del rol de la mujer no correspondía a la naturaleza del ser humano sino que era algo relativamente moderno".
 
Para él cada persona era una trinidad: padre, madre e hijo. Un huevo fecundado presenta tres capas embrionarias, llamadas blastodérmicas y que corresponden a esos principios esenciales. A partir del ectoderma se desarrolla el sistema nervioso y los órganos de los sentidos. De allí surgía el principio paterno que hace la conexión con el mundo. Del endoderma provienen los órganos internos y todo lo vinculado a la alimentación. En él residía el principio materno, la capacidad para alimentar al hijo y posibilitar su desarrollo. La capa intermedia, el mesoderma, da origen al sistema óseo y muscular y de donde también se forma el aparato circulatorio y las glándulas sexuales. Allí estaba el principio filial, el Yo. Según Lola, el equilibrio de los tres componentes había sido perturbado por la toma del poder absoluto del principio paterno. La educación patriarcal había forzado a hombres y mujeres a aceptar valores trastocados como si fueran verdaderos y eso violentó la naturaleza humana.
 
De esa convicción surgió una nueva mirada sobre la mujer y la pareja ya que a su juicio el paradigma dominante impedía las relaciones libres y plenas: "El sufrimiento de hoy es ese concepto de propiedad: ‘mi’ marido, ‘mi’ mujer. (...) En mi larga vida, yo he visto que una proximidad exagerada destruye el ‘eros’. Hay una sumación de pequeñas irritaciones, sobre todo de noche, al dormir en la misma cama. (...) Cuando yo le he propuesto a una pareja que casi se saca los ojos mutuamente, que separen los dormitorios, de inmediato esgrimen que no hay más piezas en la casa y, sobre todo están acostumbrados y que no pueden dormir sin el otro. Yo llamo a este fenómeno ‘adicción a la cama’. Como el alcohol o la morfina. Una tremenda esclavitud. Por paradójico que parezca, mientras más separación haya en el espacio, tanto más cercanía espiritual".
 
PLANETA AMENAZADO. Lola no creía en la acción política sino en la transformación individual. Sin embargo en la década del 80 se volcó a lo colectivo: se hizo pacifista y se dedicó con pasión a la ecología. En 1981 se fundó en Nueva York la Iniciativa Planetaria para el Mundo que Elegimos; dos años después cuando el proyecto se formalizó en Chile, Lola fue la principal oradora en el acto de lanzamiento. En 1985 se instaló en Santiago la Casa de la Paz, de la que formó parte. Era necesario tomar conciencia de que el mundo estaba organizado de forma incompatible con la naturaleza y la dignidad humana: "El tremendo desastre ecológico de los últimos decenios, la cercana posibilidad de la muerte de la humanidad toda, no ha sido provocado por todos los hombres, sino sólo por aquellos que tienen un efectivo poder sobre la naturaleza y las condiciones de vida de la humanidad. Ni las mujeres ni la juventud piensan de esa manera destructiva y se oponen instintivamente a todo empeño de destrucción".
 
En su larga y rica vida todavía hubo lugar para una nueva transformación, a la que llamó "el encuentro con Dios". En 1984 enfermó de gravedad. Deliraba, no reconocía a nadie y solo hablaba en letón. Días más tarde y de manera milagrosa, según el relato de la familia, recuperó la conciencia y regresó al trabajo. A partir de ese momento vivió en reiteradas oportunidades estados de conciencia alterados de los que volvía siempre lúcida.
 
Cuando la enfermedad le impidió vivir sola se mudó a la casa de su hija Adriana, en Peñalolén, al borde de los Andes. Como no quería dejar la quinta donde había vivido durante casi cincuenta años, Adriana y su marido le encargaron a un arquitecto la construcción de una casa que fuera réplica de la vieja quinta. Después, en un acto de amor y admiración hacia la madre, fueron colocando los libros, cuadros, y adornos en el mismo lugar que tenían en la casa original. Lograron una reproducción tan perfecta que los pacientes, a quienes atendió hasta la semana anterior a su muerte, se sorprendían de encontrar en la otra punta de la ciudad la antigua casa de la calle Pedro de Valdivia.
 
Dice su nieta, Lenora Calderón: "Esa mujer maravillosa que impactó con su revolución interior a tantos era ahora una anciana. Veía como los años habían marcado huellas indelebles en su rostro, en sus manos. Los hombros estaban caídos; casi ciega. Las imágenes eran para ella sólo bultos casi amorfos, ambiguos, no veía los colores, aun así trataba de demostrar en cada gesto su autosuficiencia. Una noche, al levantarse se cayó y se quebró la cadera. Murió días después, el 30 de abril de 1988, a los 84 años". l
20.12.2013 14:00
Si el espíritu puede llegar a ser una materia maleable y la materia suavizada llegar a ser el espíritu, la experiencia espiritual demostrará que ella puede transformar la conducta del individuo. Esta transformación --espíritu-materia y materia-espíritu-- es, en suma, un verdadero existencialismo espiritual, la toma de conciencia de sat. Pero, es una época de peligro y de depresión, mientras reine la pasión que caracteriza el actual plan vital, esta hambre humana representada en Occidente por el existencialismo, ha falseado todas las perspectivas de una "Existencia pura" (sat).
En toda disciplina espiritual, primero se avanza con el pensamiento, después con la palabra. El cuerpo sigue muy lentamente. Sólo entonces se puede hablar de sumisión integral. Establecer una disciplina que comprometa a todas las funciones del cuerpo, es largo y difícil, porque el cuerpo es pesado y dormido (tamas). En la vida del mundo, primero se utiliza el cuerpo. Se le educa, se le enseña hábitos de toda clase, hasta que uno esté satisfecho de su comportamiento.
La mayor parte de la gente ignora todo respecto a los órganos internos de los sentidos (indriyas). El órgano interno del pensamiento no tiene nada en común con el pensamiento habitual vuelto hacia el exterior. Rara vez es utilizado. El órgano interno de la palabra es utilizado más raramente aún. Ahora bien; la vida interiorizada utiliza sólo los órganos internos de los sentidos que tienen una función doble: la de ponernos en relación con la vida exterior y la de conducir hacia uno mismo una impresión que es preservada. Reconocer el funcionamiento de estos órganos internos (indriyas) implica un trabajo muy delicado sobre sí mismo.
Ciertas leyes no deben ser reveladas antes de que una larga preparación les haya dado cuerpo. Únicamente la experiencia directa hará vivir la sustancia y demostrará su existencia. Estas leyes forman parte de la experiencia interiorizada, de la sustancia de vida que ha sido "succionada" del Vacío; no se la puede comer ni beber: sólo es posible absorberla en uno mismo.
... Se dice "Toma una escoba y barre delante tuyo." En el plano filosófico esto significa "separarse de la prakriti". Una parte de uno mismo es pasiva, permanece tranquila, inmóvil; la otra parte es activa, está en movimiento, constantemente en acción y reacción.
Es fácil notar un perro que amarrado a su caseta, ladra; pero el perro no sabe que ladra. No hace más que llenar la función por la cual está ahí. El animal tiene conciencia, pero no conciencia de sí. El corazón del problema que nos interesa es el siguiente: "Tenga Ud. los ojos abiertos sobre sí mismo, ¡Obsérvese!" En la vida, Ud. es en efecto como el perro guardián que ladra; Ud. vigila siempre al otro, pero jamás se mira con la misma agudeza.
 
Shri Anirvan
 
Extracto del libro de Lizelle Reymond , La vida en la vida - Práctica de la filosofía del Samkhya según la enseñanza de Shri Anirvan.
 
18.12.2013 16:55

Descripción: emocionesICHING.bmp

 

YANG es luz, creativo, positivo, une, YIN es oscuridad, receptivo, negativo, separa. 
Siempre hay que tomar en cuenta la polaridad y de que uno provoca su opuesto o polar, como  un péndulo
YIN es oscuridad, no darse cuenta o YANG es luz, darse cuenta.
la línea de abajo es lo que escondemos el inconsciente, 
la línea de en medio es el consciente o lo que reconocemos 
la línea de arriba es la que proyectamos hacia afuera..

Los 4 trigramas básicos de movimientos internos

Descripción: SKY.GIF

LA LUZ es El AMOR de lo CREATIVO del CIELO, es todo YANG, abajo en el subconsciente tiene yang luz y positividad en el centro yang en lo que se es consciente tiene luz y positividad y arriba yang proyecta hacia afuera luz y positividad. Es un trigrama que sube y se expresa hacia afuera.

Descripción: EARTH.GIF
 LA OSCURIDAD es EL MIEDO de lo PASIVO de la TIERRAes todo YIN, comienza por yin arriba, la oscuridad y negatividad del exterior, entra al centro de lo que somos conscientes que es YIN también oscuridad, negatividad y pasividad o debilidad que entra profundamente dentro de la línea de abajo YIN en el subconsciente también es oscuridad, negatividad y debilidad. Osea no se puede hacer nada, uno esta acogido a lo que suceda por el exterior y se implota y se encoje hacia adentro, se esconde.
Descripción: WATER.GIF
 EL AGUA es EL ODIO de la TIERRA empieza por el centro se da cuenta de su luz y positividad pero  ve afuera en la línea de arriba YIN oscuridad, negatividad y estancamiento, lo cual entra abajo o refleja lo que se lleva adentro con YIN también con oscuridad, debilidad y negatividad en el subconsciente. Sale del centro y al ver oscuridad afuera que refleja la oscuridad de adentro, aunque no se reconoce como suya.
Descripción: FIRE.GIF
 EL FUEGO es LA IRA del CIELOempieza por el centro con YIN donde reconoce su oscuridad o su debilidad, vulnerabilidad, sin embargo en el subconsciente abajo hay YANG, luz, positividad y creatividad subconsciente. que sube arriba hacia el exterior en la línea YANG de positividad y de expresión de creatividad. Sale del centro y al tener luminosidad adentro se expresa con firmeza y positividad hacia afuera. 
Los 4 trigramas de movimientos externos
Descripción: LAKE.GIF
  El LAGO es el YANG de la TIERRA, es la ALEGRIA como el reflejo del cielo que sube hacia arriba. Abajo en el subconsciente YANG esta la luz, la creatividad y lo positivo, en el centro lo que se hace consciente también esta YANG la luz y lo positivo aunque arriba en el exterior hay YIN la oscuridad y negatividad. Refleja el amor de dentro aunque haya oscuridad y pasividad en todo el entorno.
Descripción: MOUNTAIN.GIF

 La MONTAÑA es el YIN de la TIERRA,  es la TRISTEZA que hace un puente entre el cielo y la tierra bajando hacia abajo. Arriba en el exterior se ve luz y positividad, sin embargo en el centro hay YIN de oscuridad de debilidad de dependencia que uno es consciente de ello,  y abajo en el subconsciente hay Yin de oscuridad, pasividad, negatividad que crea inmovilidad. Da estabilidad y permanencia en lo terrenal.
Descripción: WIND.GIF

 El VIENTO es el YANG del CIELO es el ASCO el mediador del sol en la Tierra bajando hacia abajo hacia adentro, arriba hay YANG la luz y positividad del exterior que entra en lo que uno se da cuenta con YANG en el centro de positividad y movimiento que entra dentro en el subconsciente la oscuridad de lo negativo y es como el movimiento hacia adentro de algo que provoca una reacción de movimiento. El movimiento constante rápido o lento del cielo en la Tierra.
Descripción: THUNDER.GIF
La TORMENTA es el YIN del CIELO, es la SORPRESA como la reacción de la Tierra en el Cielo subiendo hacia arriba hacia afuera, el YANG de la positividad del subconsciente produce un movimiento hacia arriba para romper la estructura estancada de lo que se conoce en el centro y moviliza la oscuridad y estancamiento YIN que está afuera en el exterior. Rompe todo lo establecido dando lugar a algo nuevo.

 
Descripción: TRIGRAMAvoz.JPG


Después según tenemos las 8 EMOCIONES básicas de los 8 Trigramas, podemos estudiarlos de esta manera y según se añaden líneas yin o yang se convierten en 64 hexagramas… 
Los trigramas que suben son cielo, fuego, lago y trueno 
 los trigramas que bajan son tierra, agua, montaña y viento y las interpretaciones se hacen desde esto, 
Los elementos alquímicos básicos del Fuego y el Agua comienzan en el centro tomando conciencia de ello la Ira y el odio
Cuando ponemos un trigrama encima del otro se unen o se separan, suben juntos o bajan juntos. 
El Miedo, Odio, tristeza, y asco se mueven hacia adentro
El amor, alegría, ira y sorpresa se mueven hacia afuera hacia los demás …. 
Para hacer un hexagrama y  para crear las otras emociones desde las principales, se colocan dos trigramas uno encima del otro y se ve no solo las emociones si suben juntas, si bajan juntas, si se unen porque la de arriba baja y la de abajo sube o se separan porque la de arriba sube y la da abajo baja.
Esta dinámica  de estas 8 emociones básicas representadas en los 8 trigramas dan lugar a muchas mas emociones. Los hexagramas son 64 se ve como surgen en un grafico abajo, son seis líneas o dos trigramas uno abajo y otro arriba.


PROGRESIÓN BINARIA DEL ICHING

Desde aquí el Proyecto de estudio son localizar las emociones de los 64 hexagramas y verlos relacionados al Dharma de cada persona según las fechas del nacimiento del TzolkinTAO, entonces progresaríamos a lo largo de nuestra vida por 12 emociones, cambiando cada 4 años. Ver TzolkinTAO planetario en www.fundacion-soliris.eu/porque.htm Añadiremos informados según vamos haciéndolo.
También relacionado a los colores. Según la teoría de refracción lo que se dulcifica es azul violeta, cuando algo se pudre dentro de la tierra se convierte en azulado violáceo. 
Y cuando algo se acidifica en el sol se convierte en amarillento.


Descripción: concavo-convexo.JPG


El verde y el magenta representan la vida biológica del elemento Madera y son colores compuestos de dos rayos. Ver teoría de refracción en www.fundacion-soliris.eu/luzsolar.html


Descripción: colorELEMENTOS.JPG


En el mundo de los sentidos  las posiciones de los elementos son las posiciones de los 5 elementos y al tomar en cuenta todos los colores sin blanco y negro salen relaciones diferentes que si tienen mas sentido relacionado a las emociones.

Descripción: OCTAVASiching.JPG


Descripción: ichingmandalascolor.GIF


Descripción: Iching64mandalas1.jpg

https://www.youtube.com/watch?v=l7XS7V_Z6FU

 

 

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