Yoga de la Nutrición. ¿La Ciencia Iniciática?

04.06.2013 17:58

En el momento que abandonamos esta tierra, debemos reconciliarnos, es decir estar en armonía con todas las criaturas. Y si hayalgunas con las que estamos en conflicto, no debemos permitir que dure esta situación, sino hacer también las paces con ellas. Sino, esto se grabaráen nosotros como una deuda a pagar. Y nos la llevaremos al más allá

 
 
El coche o el barco, es tu cuerpo,éste eres tú, tu y todo lo que has aprendido de la vida que te dará una ciertaseguridad, pero tener el seguro de accidentes a mano, es muy importante. Diréisque para el mas allá no hay compañías de seguros, y yo os digo que sí. Cuandodebéis asegurar vuestro barco, se debe pasar lo que se llama un Survey primero.Si, el Survey que viene a ser un certificado de navegabilidad cuando es aceptadoentonces te dán el seguro de accidentes. Y preguntareis que quien da estecertificado de navegabilidad? Pues a mí me lo ha dado la enseñanza de la reencarnación. Una vez has pasado este tipo de reválida o survey, o comollamamos en España la ITV para los coches, entonces podremos salir de viajecon el Seguro en los bolsillos. Si, el seguro que el Maestro nos acompañara eneste transito tan maravilloso que es el misterio del Gran Viaje al más Allá. Yademás con billete de retorno pagado. Billete que según tus meritos o esfuerzospuede ser en
furgón de cola
o clase Turista o Club, Business o primera Clasecon cabina de Lujo. De ti solo dependerá.
hecho esto posible?. Pues para mantenernos el mayor tiempo posible aquí!Diréis que la naturaleza no ha engañado siendo ella misma quien crea las otrasregiones y las otras existencias en las cuales iremos después de esta vida? Puessi así es nos guste o no, y el Maestro nos dice que esto viene a ser una pruebamás de su sabiduría y prevención. Pues de no ser así a lo mejor decidiríamosmarcharnos mucho antes, pero lo habríamos sin haber cumplido nuestrosdeberes y esto sería un fallo imperdonable.Que la muerte no existe, podéis estar seguros que sí existe. Que del otrolado se está mejor podéis estar cien por cien seguros de que es así. Pero tambiéndebéis estar bien seguros que solo nos iremos el día señalado, ni un minuto antesni un minuto después y debemos procurar que cuando llegue este minuto quepuede ser en cualquier momento, tenemos que estar bien preparados pues así como os digo y os afirmo que el viaje es una delicia, también os digo que si noestáis preparados, puede ser un viaje bien accidentado y esto puede ser dolorosoen todos los aspectos.Entonces, si de una cosa debéis tener miedo, es de tener que marchar undía sin tener vuestro barco bien preparado y el seguro en orden. De no ser así,vuestro barco puede naufragar. Y allí en alta mar, quizás solos deberéis esperaralgún auxilio de alguna alma bondadosa que os lleve de nuevo a tierra, en billetede turista y algo incómodos para volver a empezar todo de nuevo, vuestrotransito en esta vida, habrá sido TIEMPO PERDIDO. O un fracaso.Pero sabed como dice el Maestro y no al 100% sino al 1000%, que siestáis preparados os espera un viaje fabuloso, emocionante, esplendoroso, unviaje de ensueño. Pues será un Ángel, el Ángel de la Muerte que os vendrá abuscar y no os dejara hasta el final del Gran Viaje. Y allí en otro mundoparecido pero más bello, todo igual pero más puro, volveréis a empezar unanueva vida y después de esta otra todavía mejor y después otra mejor en dondeos iréis preparando instruyéndoos para vuestro retorno glorioso, pues de lo quetenéis que estar más que convencidos es que volveréis. Aquí en este mundo o enotro igual parecido o mejor, esto ya dependerá de vosotros, pues en todos lossitios deberéis hacer vuestros esfuerzos, la evolución nunca se termina. Lapredestinación del hombre, su predestinación lejana, es llegar a ser como suPadre celestial, acercarse cada día más a su sabiduría, a su amor y a su poder y amanifestarlos en sus vidas. Está escrito que somos dioses en formación.

¿Qué es la Ciencia Iniciática?

Si hemos bajado a la Tierra es, en primer lugar, para cumplir con las deudas que hemos contraído en nuestras encarnaciones precedentes. Después debemos comprender la situación en la que nos encontramos actualmente. Y, por último, debemos trabajar para perfeccionarnos en todos los ámbitos. La mayoría de los humanos no conoce la razón de su vida en la Tierra, e incluso se preguntan qué hacen en ella y, mientras esperan para marcharse de nuevo, se contentan con comer, beber, dormir, divertirse, pelearse… Pero para el discípulo de la Ciencia iniciática, todo está claro: sabe que debe reparar los errores cometidos en sus vidas precedentes. Luego, intenta comprender por qué está en tal país, en tal familia, por qué posee tales facultades o tales lagunas y lo que se espera de él. Por último, se esfuerza en desarrollar todas las semillas de las cualidades y virtudes que el Creador ha puesto en él desde la eternidad. Por eso es tan indispensable una Escuela iniciática, porque no hay nada por encima de la luz que aporta al discípulo sobre el sentido de su vida terrestre. 
 No por leer libros iniciáticos llegaréis a ser Iniciados. La iniciación es un trabajo ininterrumpido de organización, de purificación, de control. Por eso, lo que ocurre actualmente, este interés que se observa cada vez más por las obras de ocultismo, no responde en realidad, a la necesidad de una verdadera espiritualidad, sino al deseo de sumergirse en un terreno desconocido, misterioso, prohibido. Además, se ven los resultados: estos libros no hacen que la gente sea más sensata, más equilibrada, más pura; al contrario, liberan en las personas fuerzas oscuras, trastornan sus ideas, las hacen víctimas de entidades inferiores que sólo buscan dañar a los humanos… 

… El objetivo de la iniciación es, en primer lugar, despertar la consciencia del discípulo a la existencia del mundo superior, y después trabajar para hacer de su cuerpo una morada para la Divinidad. Y esto es precisamente lo que hacemos en la Escuela Divina: despertamos nuestra consciencia al mundo divino y construimos nuestro templo con los materiales más puros para atraer al Espíritu Santo, con el fin de que haga de nosotros su morada. Este templo es el cuerpo de gloria, del que os hablé al explicaros cómo atraer las partículas celestiales que deben contribuir a su edificación. 
Se ha hablado y se ha escrito mucho sobre las iniciaciones, pues a lo largo del tiempo y en diferentes lugares de la Tierra éstas han adoptado formas muy diversas. En realidad, todas las iniciaciones, las del pasado y las de hoy, y sea cual sea el lugar, tienen sólo un objetivo: realizar la unión del espíritu y de la materia. Sí, un solo fin: la unión, la fusión del espíritu y de la materia, del hombre y de su Creador. Y si para alcanzar este fin único las explicaciones, las presentaciones son tan variadas y múltiples, es porque los conocimientos necesarios para realizar esta fusión son infinitos. Todos los medios que el hombre posee, todos los conocimientos que adquiere continuamente, debe ponerlos al servicio de un solo fin: unirse a la Divinidad, fusionarse con la Causa primera. Mientras busque otra cosa, no hará más que errar por caminos sin salida
En el pasado, el que quería ser admitido en una Escuela así era sometido a ciertos exámenes que debían revelar sus cualidades mentales y psíquicas. Se le encerraba, por ejemplo, en una habitación después de haber puesto ante él una figura geométrica (círculo, cuadrado, triángulo…) y debía interpretarla. Se le dejaba allí con un poco de agua y de comida, y algunos días después se le pedía que expusiera el resultado de sus meditaciones. En función de la interpretación que hacía de la figura, se le aceptaba o no en la Escuela. Ahora, las Escuelas iniciáticas están abiertas a todos, lo que, por un lado, es algo bueno, pues cada uno a su nivel puede, si es sincero, encontrar por lo menos una verdad que le permitirá progresar. Pero aquellos que, empujados por la vanidad, la codicia, la sensualidad, el gusto por los poderes, buscan otra cosa que no sea el perfeccionamiento, corren, psíquicamente, los mayores peligros.

El yoga de la nutrición

No es tan esencial saber qué o cuánto comer, sino cómo comer, cómo considerar el alimento, cómo hacer que el acto cotidiano de comer deje de ser banal y devolverle el significado místico que pudo alcanzar en la Santa Cena. Incluso aquél que no valora este aspecto espiritual comprenderá que, con su forma de considerar el alimento, puede penetrar más profundamente el misterio de las relaciones entre el hombre y la naturaleza. La naturaleza da el alimento al hombre, pero el hombre puede, con su pensamiento y sus sentimientos, extraer de este alimento elementos más sutiles que contribuirán al desarrollo de todo su ser. 
Comer es introducir en nuestro organismo materiales que se utilizarán en la construcción de nuestro cuerpo físico, pero también de nuestros cuerpos sutiles. Por lo tanto, es particularmente importante realizar este acto que repetimos cada día, varias veces por día, en un estado de paz y armonía. Por eso siempre insisto en la importancia de recogerse algunos minutos antes de las comidas. Sé que no es una costumbre muy extendida; la mayoría de la gente ni siquiera hace una oración: enseguida se lanzan sobre la comida, tragan hablando, riñendo, haciendo ruido con los cubiertos… Por eso no obtienen muchos beneficios del alimento, sólo absorben los elementos más toscos. Para absorber los elementos sutiles, los elementos etéricos que contribuyen a nutrir también nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, hay que prepararse para comer en la armonía y el recogimiento
Puesto que el hombre no sólo posee un cuerpo físico sino también otros cuerpos más sutiles, sede de sus funciones psíquicas y espirituales, la cuestión que se le plantea precisamente es saber cómo alimentar estos cuerpos sutiles, que por su ignorancia se quedan a menudo sin alimento. Sabe más o menos lo que debe dar a su cuerpo físico, pero no sabe alimentar sus demás cuerpos: el cuerpo etérico (o cuerpo vital), el cuerpo astral (sede de los sentimientos y emociones), el cuerpo mental (sede del intelecto), y aún menos los demás cuerpos superiores. 

…Para el cuerpo físico es necesaria la masticación. Para el cuerpo etérico hay que añadir la respiración; la digestión es una combustión…, por lo que, al comer, debéis deteneros, de vez en cuando, y respirar profundamente, para que esta combustión permita al cuerpo etérico extraer las partículas más sutiles del alimento. 

…Deteniéndoos algunos instantes con una actitud de amor hacia los alimentos, preparáis vuestro cuerpo astral para extraer partículas aún más preciosas. …Cuando el cuerpo astral ha absorbido estos elementos, tiene todas las posibilidades para suscitar sentimientos de un orden extremadamente elevado: el amor por el mundo entero, la sensación de ser feliz, de estar en paz y de vivir en armonía con la naturaleza. 

…Para alimentar su cuerpo mental, un sabio se concentra en el alimento, e incluso cierra los ojos para concentrarse mejor. Como el alimento representa para él una manifestación de la divinidad, se esfuerza en estudiarlo bajo todos sus aspectos: de dónde viene, qué contiene, qué cualidades le corresponden, qué entidades se han ocupado de él. Estando su espíritu absorto en estas reflexiones, extrae del alimento elementos superiores… De esta forma accede a una claridad, una penetración profunda de la vida y del mundo… 
El hombre come, todas las criaturas comen, pero ¿por qué? Dirán que es para tener fuerzas. Sí, pero ¿no hay otra razón? Todo lo que hacemos no tiene sólo una razón, un solo fin, y si comemos, no es solamente para mantenernos con vida y con salud… Mirad, ¿qué hacen las lombrices? tragan la tierra y después la expulsan. Haciéndola pasar de esta forma a través suyo, las lombrices trabajan la tierra con el fin de airearla, de hacerla más rica, más fértil. Pues bien, eso es lo que el ser humano hace también con el alimento. Por sus facultades psíquicas, espirituales, el hombre pertenece a un grado muy superior al de la materia que absorbe; así, al hacerla pasar a través de él, enriquece y afina la materia. Esta es una cuestión que merece la pena ser meditada.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
 

 

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