BABAJI. ¿Qué es la Verdad?

26.04.2013 18:57

 

 
 
Una de las respuestas puede ser la siguiente:
La Evolución tiene lugar dentro del Cuerpo 
del Absoluto. 
Nuestra Meta es el Creador. Nuestra tarea es 
trasformarnos de una parte del Absoluto en una 
Parte del Creador, enriqueciéndolo con nosotros 
mismos de esta manera.
Con este fi n debemos convertirnos en el Amor 
fuerte, sabio y sutil, como es el Amor de la Conciencia Primordial.
Sencillez
La Sencillez se manifi esta en la naturalidad 
prudente del estilo de vida y de la conducta. Es 
también la ausencia de altanería y fatuidad. La 
Sencillez es el prerrequisito del Amor. También es 
un atributo indispensable para los guerreros espirituales.
La mejor manera para desarrollar la Sencillez 
es a través de la proximidad a la naturaleza y a 
través de la sintonización con su armonía. En medio de los boques o campos, cerca de un lago o río, 
sin pestañas ni labios pintados, sin aretes, sin ropa 
elegante sintética o, incluso, sin nada de ropa, podemos amar la belleza de la Creación y al Creador, podemos recibir óptimamente Su ayuda, derramándonos como conciencias en la belleza de la 
Creación y en el Espíritu Santo.
También la Sencillez es hermosa en las manifestaciones de amor hacia otras personas: en la 
sonrisa, en la actitud amistosa, en la ternura, en la 
sinceridad con los amigos…
No obstante, hay que tener el sentido de la 
medida en todo. Por ejemplo, andar desnudo delante de personas que no lo entienden, propagando de esta manera el propio entendimiento de la 
«sencillez», es una carencia de tacto, y no puede 
ser reconocido ni como un acto espiritual ni como 
un acto armonioso.
Lo mismo, en las relaciones sexuales: la «sencillez» que resulta en enfermedades venéreas y en 
los embarazos indeseados, combinada con la violencia y el egoísmo, no es aquello que Dios quiere 
de nosotros.
La «espontaneidad» al satisfacer todos los caprichos, necesidades y deseos, una recomendación 
difundida ampliamente por algunas sectas pseudo-espirituales modernas, no tiene nada que ver 
con la Sencillez verdadera.
Sólo esta Sencillez es verdadera, la cual es practicada por las personas razonables de la guna satt va12
o por aquellas que avanzaron más allá de ésta.
Las personas de la guna tamas entienden la 
sencillez como violencia, grosería, pelea o como 
los gruñidos de un borracho en el lodo.
La Sencillez verdadera es un elemento del 
aprendizaje «para ser Dios». No es para aquellos 
que están lejos de Él.
Amor
El Amor es la cualidad principal de Dios. Para 
unirse con Él (o, por lo menos, para evitar el in-
fi erno), debemos aprender a experimentar las emociones de amor y realizar los actos de amor, rechazando todos los estados y actos opuestos, independientemente de las circunstancias.
El Amor es lo más importante que Dios quiere de nosotros y es la única manera de conocerlo 
y de unirse con Él. 
El Amor incluye varios estados emocionales 
o, en otras palabras, estados de la energía de la 
conciencia. Y las conciencias (o almas) es lo que 
somos.
Cada vez que dejamos de mantener el estado 
de amor, nos alejamos de Dios. «Cada salida del 
estado de amor produce la acumulación de karma 
negativo», así Dios me dij o una vez [8].
Las personas culpan por sus desgracias y enfermedades a quienquiera que sea, menos a ellas 
mismas. Sin embargo, culpables somos nosotros 
mismos.
Es muy importante entender que el estado 
fi rme y estable de amor puede ser logrado sólo mediante las técnicas de autorregulación psíquica, 
que incluyen el trabajo con los chakras, entre los 
cuales el anahata es el chakra principal
Antiguamente en el cristianismo fue elaborada la técnica para la «apertura» del corazón espiritual, denominada «Oración de Jesús» o «Plegaria 
a Jesús». Los practicantes tenían que repetir continuamente una oración, lo que resultaba, después 
de años de práctica y sólo para algunos de ellos, 
en que ésta «penetraba» en el corazón espiritual y 
el practicante conocía lo que es el amor en realidad y su vida entera se transformaba [15].
Hace tiempo Dios, viendo mi aspiración sincera e intensa a Él y mi deseo de ayudar a las personas, me ayudó a crear un sistema de métodos, 
maravilloso por su efectividad, para «abrir» y desarrollar el corazón espiritual. Estas técnicas fueron parcialmente descritas en algunos de mis libros e impartidas ampliamente en Rusia y en 
otros países.
No obstante, cabe mencionar que entre los 
miles de estudiantes solamente algunos pudieron 
llegar al conocimiento verdadero y total de Dios. 
¿Y por qué el resto no pudo? Porque no eran capaces de comprender cabalmente los puntos de la 
fórmula de Babaji.
Así, la mayoría de los practicantes no tenía esa 
aspiración al conocimiento de Dios que les permitiera apartar su atención de los objetos del mundo 
material y dirigirla hacia Dios. Otros cedían ante 
las amenazas de los sectarios
Las psicotécnicas en sí no pueden garantizar 
que una persona conozca a Dios. Éstas solamente sirven como medios auxiliares indispensables
Un requisito previo para progresar en el Camino 
espiritual es la facultad del practicante de abarcar 
con su intelecto desarrollado la Verdad en toda 
su plenitud y formar la aspiración infl exible a la 
Meta principal o, en otras palabras, el enamoramiento del Creador.
En el Camino espiritual una persona debe 
necesariamente desarrollarse de una manera integral, lo que incluye el desarrollo intelectual, ético 
y luego psicoenergético.
Uno no puede adquirir el amor cabal sólo mediante los ejercicios con el anahata, sino que debe 
llenar con éste su vida entera, todos sus aspectos.
Este amor debe manifestarse en:
— el mantener inalterablemente el estado 
anahatico,
— la actitud respetuosa y de mucho tacto hacia cada persona conocida y desconocida,
— la facultad de perdonar, olvidar fácilmente 
ofensas y no vengarse,
— la conducta que excluye la posibilidad de 
ofender, afl igir a alguien inmerecidamente.
El amor debe contener la abnegación, la voluntad de ayudar a los demás aun en detrimento de uno mismo. Los intereses de las personas 
—dignos de esto— deben tener más prioridad sobre los intereses propios.
El amor debe ser dirigido no sólo a Dios y a 
las personas, sino también a los animales y a las 
plantas. Nadie puede pensar que tiene amor desarrollado si es capaz, sin necesidad, de matar y mutilar las plantas o se permite comer los cuerpos de 
los animales para satisfacer su gula.
El amor debe ser impecable en las relaciones 
con los niños. ¡Que se manifi este, en particular, en 
la incapacidad de irritarse! ¡Sin embargo, cuando 
uno debe acostumbrarles a la probidad y disciplina, lo puede hacer con la exigencia para el bien de 
los mismos niños!
Cada uno debe analizar cómo se comporta 
y cómo es su amor en el ámbito de la sexualidad, 
porque es allí donde se manifi estan muy vivamente varios defectos humanos.
Cualquier forma de violencia o de coacción 
en el sexo —aun en palabras o pensamientos— 
es uno de los ejemplos de las cualidades que son 
opuestas al amor.
Cuando el varón no se preocupa por evitar el 
embarazo indeseado de su pareja es otro ejemplo 
de la falta de amor.
La pasividad de la mujer durante la unión 
sexual, cuando ella no anhela regalar su amor, sino 
que solamente espera de manera egoísta la propia 
satisfacción y luego, además, se ofende por lo que 
él «no lo hizo como lo debería haber hecho», es 
otro ejemplo común de la falta de amor. (Cabe mencionar que todas las personas son diferentes en su 
sexualidad y un nuevo compañero nunca sabe de 
antemano como satisfacer de mejor manera a su 
pareja).La verdadera sexualidad es el arte de dar el 
propio amor al otro a través de la comunicación
sexual. Siempre y cuando haya amor sincero de 
parte de ambos, hay armonía.
Estoy seguro de que a muchas mujeres las 
podría ayudar el maravilloso libro de Barbara 
Keesling, Curación Sexual (Sexual Healing) [11], libro que promueve la práctica en la cual la mujer 
da su amor sexual como un regalo. No obstante, no puedo recomendar todo lo que está escrito en este libro. Por ejemplo, el sexo oral aumenta 
bruscamente la posibilidad de la difusión de las 
infecciones. Tampoco puedo recomendar a una 
persona que va por el Camino espiritual tener las 
uniones sexuales con varios compañeros, porque 
durante cada unión sexual sucede un intercambio 
energético intenso, lo que puede afectar gravemente a la persona con el sistema energético más 
sutil, contagiándola con la grosería y suciedad 
energéticas, así como con las enfermedades del 
otro compañero.
Cada uno forma su destino usando el libre albedrío dado a nosotros por Dios. Algunos desarrollan el amor abnegado ayudando a los demás. 
Otros cultivan egoísmo caprichoso, odio, grosería 
y crueldad. Los primeros, aguantando y perdonando, evitan los confl ictos y la enemistad y así 
mantienen el amor y la aspiración al Creador, llegando fi nalmente a Él. Los segundos se convierten 
en los «desechos de la Evolución». A los primeros, 
con justa razón, podemos llamarlos cristianos. ¿Y 
cómo podemos llamar a los segundos, a pesar de 
que ellos van a las iglesias y templos?
Nuestra sexualidad no está diseñada por Dios 
sólo como un medio para la reproducción, sino 
también como un medio para el perfeccionamiento espiritual. Es así porque puede contribuir al desarrollo de varios aspectos de amor, tales como 
ternura, atención, solicitud, abnegación y facultad 
de unir las conciencias. Esto nos prepara para la 
Unión con la Conciencia de nuestro Creador, el 
Amado Supremo. El amor sexual puede estimular 
directamente el desarrollo del corazón espiritual. 
También nos enseña (si todo va bien) a experimentar la tranquilidad, que es la cualidad de Dios, indispensable en el Camino hacia la Perfección.
Sin embargo, lo que hemos dicho es verdad 
sólo para la sexualidad satt vica (pura, armoniosa) 
de las personas que están avanzando realmente 
en el Camino espiritual. En este caso esta sexualidad acelerará considerablemente su progreso.
En cambio, la sexualidad de las personas groseras y egoístas, que no tienen corazones espirituales desarrollados, puede ser asquerosa y puede hacerlas entrar aún más profundamente en el 
infi erno.
El «cristianismo» degenerado, aquel que perdió el amor, ha sido y es una desgracia para la evolución espiritual de muchas personas. Éste, entre 
otras cosas, anatematizó el amor sexual, declaró 
que la renuncia de este amor es una «hazaña cristiana», profanó todas las concepciones, habiéndolas 
llamado «maculadas», a distinción de la supuestamente «inmaculada» (es decir, sin la participación del hombre) concepción de la madre de Jesús el 
Cristo. El mismo cuerpo humano, especialmente 
el femenino, fue declarado obsceno e ignominioso. Y aun la palabra «piernas», en otros tiempos, fue 
pronunciada vergonzosamente por las personas 
«decentes». Es más, las palabras relacionadas con 
el ámbito sexual fueron declaradas «obscenas» y se 
convirtieron en palabrotas, en un medio para insultar a otras personas. De esta manera se formó 
y sigue existiendo en Rusia el lenguaje de la guna 
tamas, llamado mat.
¿Y cómo podía formarse una actitud correcta 
hacia la sexualidad en el ambiente de personas que 
la consideraban un «vicio» detestable y la odiaban 
en ellas mismas y especialmente en los demás? 
Pero sin esta actitud, es difícil esperar que uno refi -
ne la conciencia, desarrolle el amor y se acerque a 
Dios.
¡Las personas tenían miedo a aquello que les 
podía ayudar a transformarse!
Muchos varones, incluso, empezaron a odiar 
a las mujeres exactamente por aquello que los podía ayudar. Pues, una mujer —en general— es mucho más sutil que un varón (esto es determinado 
también por su estatus hormonal). Y ella —según 
esta cualidad— está más cercana a Dios.
Lo mismo enseñó Jesús el Cristo al dirigirse 
a los varones:
os varones:
«Respétenla, protéjanla. Actuando así, ganarán su amor (…) y encontrarán el favor ante la vista de Dios…Amen a sus esposas y respétenlas…
Sean benévolos con la mujer. Su amor ennoblece al varón, ablanda su corazón endurecido, 
doma a la fi era y la convierte en un cordero.
La esposa y la madre son tesoros inestimables, 
dados a ustedes por Dios. Ellas son los ornamentos más hermosos en el universo…
Por lo tanto, Yo les digo que después de Dios 
sus mejores pensamientos deben pertenecer a las 
mujeres. La mujer para ustedes es el templo divino, donde obtendrán fácilmente la dicha completa 
(…) y la fuerza espiritual. Allí olvidarán sus dolores y fracasos y recuperarán la energía gastada, 
necesaria para ayudar a los prójimos.
No las humillen. En caso contrario, ustedes 
mismos se humillarán y perderán el estado de 
amor sin el cual nada existe aquí en la Tierra.
Protejan a su esposa y ella los protegerá a ustedes y a toda su familia. Todo lo que hagan para 
su esposa, su madre, una viuda u otra mujer en 
afl icción, lo habrán hecho a su Dios» (La Vida de 
San Issa, 12:13-21).
Sin embargo, el pseudo-cristianismo (y no sólo 
éste) declaró que la mujer es… «la fuente del pecado» y prescribió ocultar su cuerpo por todos los 
medios. En Rusia durante siglos las mujeres fueron obligadas a bañarse en unos vestidos especiales hasta los talones e incluso a dormir con ropa Otro ejemplo de la parecida abominación es 
cuando a algunos niños —almas encarnadas por 
Dios para su desarrollo en la Tierra— los declaran 
«bastardos» e infaman la maternidad de aquellas 
mujeres a quienes Dios ha encomendado estas almas para su crianza!
Hay que comprender que las personas de la 
guna tamas, personas que viven viciosamente, ven 
alrededor sólo el vicio y, además, poseen la agresividad primitiva, son las que toman las riendas de 
los movimientos religiosos, inicialmente sagrados, y 
los dirigen poco a poco hacia la dirección contraria, 
trastornando completamente la doctrina de Dios.
¡Y lo mismo sucede en el ámbito sexual! Siendo personas infernales, poseídas de la pasión por 
la violencia, profanación y satisfacción de su lujuria egoísta, ellos no pueden imaginar que para 
otras personas satt vicas, ¡la sexualidad no es lujuria, sino un medio para compartir su amor y que 
esto también puede ser su servicio a Dios!
* * *
Sin embargo, apasionarse mucho por el sexo 
es también malo. El término «adulterio» tiene importancia no sólo para las personas, sino también 
para Dios. Éste signifi ca:
— la superabundancia de contactos sexuales
— o el sexo con compañeros/as inadecuados
(es decir, el sexo con la persona cuyo nivel del 
avance espiritual es muy diferente).La amenaza de las enfermedades de transmisión sexual es el mecanismo que Dios usa para 
frenar las tendencias a las distracciones sexuales 
en las personas.
La verdad consiste en que debemos intentar 
dirigir casi toda nuestra atención a la búsqueda de 
Dios, sin apasionarnos mucho por algo más. (El 
sexo excesivo es solamente una de estas distracciones).
Tanto en el sexo como en otras cosas, cada 
uno debe encontrar un «término medio», un equilibrio entre dos extremos.
* * *
Es imposible refi nar la conciencia y alcanzar 
satt va —una etapa necesaria en el Camino hacia 
el conocimiento del Espíritu Santo y de Dios Padre— sin abarcar el concepto de la BELLEZA.
«¡La Belleza! ¡El Cosmos basa la Evolución en 
esta fórmula!», así nos enseña Dios a través de Helena Roerich [11-12].
La belleza espiritual existe en las dos gunas
(etapas de la ascensión espiritual): en rajas y en 
satt va.
Rajas implica, entre otras cosas, la energía, la 
reconcentración y la belleza de la hazaña. Es un 
guerrero espiritual con una intención infl exible.
Podemos encontrar el tema de rajas en varios 
estados de la naturaleza y también en el baile, en 
la música y en la pintura, por ejemplo, en los dibujos de Nicolás Roerich.
Satt va es la pureza y la belleza espiritual sutil, saturada con el amor tierno. Es una etapa que 
tiene lugar inmediatamente antes del conocimiento del Espíritu Santo y del Creador.
En la naturaleza el estado de satt va podemos 
ver en la luz pura del sol ascendente, en los cantos 
primaverales de los pájaros, en el silencio fascinante de la noche tranquila…
La belleza satt vica de un cuerpo humano armónico es también la belleza espiritual, belleza 
que puede ayudar a muchas personas a experimentar la ternura, la caricia, el silencio y la tranquilidad; cualidades y estados que les faltan tanto.

 

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María del Carmen

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