Cómo captar los elementos etéricos contenidos en el Sol. Al mirar al Sol, nuestra alma toma la forma del Sol. Part 1

04.06.2013 11:59

El Sol es el origen de todos los planetas, que han salido de él; por
eso podemos decir que todo lo que existe aquí, en la Tierra, los
elementos químicos, las sustancias minerales o vegetales, existe ya en
estado sutil, etérico, en el Sol. La cuestión es, pues, ahora, saber cómo
captar estos elementos, en particular cuando queremos remediar las
enfermedades, las deficiencias. Sí, porque es preciso que el hombre se
habitúe a tomar lo que le falta en las regiones sutiles. Cuando siempre
buscamos remedios abajo, en el plano físico, sin hacer ningún esfuerzo
para elevarnos, no ganamos nada en el plano espiritual: nos volvemos
perezosos, nos apoltronamos, porque lo tenemos todo al alcance de la
mano; ni siquiera nos desplazamos, llamamos por teléfono o mandamos
a alguien a la farmacia... Es mucho más provechoso hacer el esfuerzo
de poner en movimiento todo nuestro ser para ir a buscar estos
elementos, estas quintaesencias, arriba, en el plano etérico.
La medicina oficial no conoce aún estos elementos etéricos, que son a la vez más sutiles y más eficaces que todos los que ha
descubierto hasta ahora. Actualmente la medicina piensa que las
glándulas endocrinas, con sus secreciones, son las que gobiernan todo
el organismo. No, no son las glándulas endocrinas las que juegan el
papel esencial: son otros factores, en el plano astral y en el plano
mental, los que gobiernan, desencadenan y dirigen el funcionamiento de
las glándulas endocrinas. Porque, para que una glándula endocrina
secrete demasiado, o demasiado poco, y produzca anomalías en el
organismo, sin duda debe de haber una causa. ¿Y dónde se encuentra
esta causa? La Ciencia iniciática responde: en el campo de los
pensamientos y de los sentimientos.
Yo no estoy de acuerdo con la medicina materialista que cree que
la salud del ser humano depende exclusivamente de la cantidad de
vitaminas o de hormonas que absorbe. En realidad, en los planos astral
y mental existen otros factores más poderosos que excitan o perturban
el organismo, y es ahí donde hay que armonizarlo todo y ponerlo todo a
punto, en vez de ocuparse únicamente del cuerpo y de buscar siempre
las causas de las enfermedades en el plano físico. Estas dos regiones,
astral y mental, en donde se forman los pensamientos y los
sentimientos, todavía no han sido exploradas ni dominadas, y desde
ellas son proyectados los elementos nocivos que van a perturbar
después los otros aparatos: las glándulas endocrinas, el sistema
nervioso, el simpático, los ganglios... Hay que ir a buscar, pues, mucho
más arriba las causas de las enfermedades y sus remedios. Poco a
poco, la ciencia los descubrirá.
Hace unas decenas de años, los médicos decían: “Si tomáis cada
día tanto de prótidos, tanto de lípidos, tanto de glúcidos y tanto de sales minerales, tendréis tantas calorías que os darán tantas energías”. Y
todo el mundo creía que eso bastaba para tener buena salud, hasta el
día en que la medicina se puso a hablar de unos elementos más sutiles
e imponderables: las vitaminas. Entonces, ¡todo el mundo se atiborró de
vitaminas! Pero un Iniciado, en cambio, no tiene necesidad de ocuparse
de calorías ni de vitaminas: en sus trabajos espirituales logra elevarse
hasta muy arriba para captar otros elementos todavía más sutiles y
necesarios que se encargan de ordenar y de poner todo a punto en su
organismo, incluso la asimilación de las vitaminas mismas. Por otra
parte, el descubrimiento de las glándulas endocrinas y el misterio de su
funcionamiento prueba que a la medicina le quedan aún otros campos
más sutiles que explorar.
Por eso nosotros insistimos tanto en la calidad de los pensamientos
y de los sentimientos: porque los pensamientos y los sentimientos son
unas fuerzas que ponen en marcha ciertos centros sutiles, los cuales
actúan, a su vez, sobre las glándulas endocrinas, sobre el sistema
nervioso, y, después, sobre todos los demás sistemas, y de ello se
deriva tal estado de equilibrio o de desequilibrio, de orden o de
desorden. Hay, actualmente, algunos investigadores que trabajan en
esta dirección, pero no se les escucha. Sin embargo, pronto la medicina
se verá obligada a admitir oficialmente sus conclusiones, y sólo se
estudiarán estos factores sutiles que son el pensamiento y el
sentimiento: se crearán nuevas ramas de estudios, con laboratorios y
técnicas especiales, y todos reconocerán que la Ciencia esotérica tenía
bases sólidas y verídicas. Mientras tanto, se burlan de ella.
Os diré ahora cómo podéis tomar estas partículas etéricas que el
Sol envía a profusión cada mañana. En realidad es muy sencillo, ni siquiera hay que saber qué elementos restablecerán vuestra salud, eso
no tiene ninguna importancia. Os esforzáis solamente en subir... en
subir con el pensamiento hasta las regiones más sutiles: allí, os
exponéis, esperáis... y, entonces, vuestra alma y vuestro espíritu, que
son unos químicos y unos médicos muy competentes, que conocen
exactamente la naturaleza de todas las sustancias etéricas, captan lo
que os es necesario y dejan a un lado todo lo demás. Os concentráis,
esperáis, con amor, con sumisión, con gozo, con confianza, y, un
tiempo después, cuando volvéis, sentís que algo se ha restablecido,
serenado, reforzado.
Poco importa, pues, si de momento no conocéis la naturaleza de
estos elementos. Lo que puedo deciros, en pocas palabras, es que se
encuentran en el prana. El prana es una fuerza viva, es la vitalidad que
viene del Sol y que el hombre respira con el aire, y absorbe a través de
todas sus células. Si queréis, podemos comparar al prana con el agua,
un agua que fluye de las altas montañas, un río que contiene muchos
elementos nutritivos para los peces, así como para los animales y los
hombres que viven en sus orillas. El prana es un río que viene del Sol
hasta nosotros, y debemos extraer de él, mediante la respiración y la
meditación, los elementos que necesitamos.
Aquéllos que prefieran no tener que hacer otra cosa que abrir la
boca para tragarse una píldora son libres de hacerlo, pero deben saber
que esta solución es nociva y perjudicial para ellos, porque les impide
desarrollar su voluntad; y, por otra parte, esto sólo les procurará un
alivio pasajero y superficial, en lugar de una mejora profunda y
duradera. Comprendedme bien, no digo que no haya que tomar
medicamentos, digo solamente: no lo hagáis nunca sin haber captado primero estos elementos vivos, espirituales, que están en el prana.
Porque el esfuerzo que ello os exige, psíquicamente y espiritualmente,
refuerza vuestra voluntad, os pone en comunicación con unas regiones
superiores, vivifica, estimula y pone en marcha ciertos centros que
preparan el terreno, y, después, cuando tomáis el remedio físico, el
efecto es mucho más poderoso y duradero.

Contacto

María del Carmen

609458688 idrisazzahra@gmail.com