Cómo captar los elementos etéricos contenidos en el Sol.Part 2

04.06.2013 12:11

los
medicamentos contienen sustancias vegetales y minerales que vienen
del Sol, y si Dios ha depositado estos elementos en la naturaleza es
para que nos sirvamos de ellos, sin ninguna duda. Pero creer que todo
está en eso y que únicamente el remedio físico puede restableceros, es
ir en contra de la Ciencia esotérica. ¿De qué sirven, entonces, el
pensamiento, el sentimiento, la voluntad?
Veis, pues, mis queridos hermanos y hermanas, que no es algo sin
importancia mirar al Sol con amor, comprensión y agradecimiento.
Diréis: “Sí, pero las partículas que captamos son imponderables”. Es
cierto, son imponderables, pero son la quintaesencia más viva que el
Sol envía al universo. Y el hecho de que la medicina homeopática haya
descubierto que las dosis muy diluidas son, a menudo, mucho más
eficaces que las dosis muy concentradas, prueba la veracidad de lo que
os digo. ¿Por qué no absorber estas partículas muy diluidas,
imponderables, esta especie de vitaminas de una naturaleza muy sutil
que nos aportan los rayos del Sol?
En el futuro el Sol será la primera fuente de energía. Hace ya
muchos años os dije que, un día, todas las fuentes de energía como el
petróleo, el carbón, se agotarán, y, entonces, los hombres se servirán
del agua, del aire, y sobre todo del Sol, que es una fuente inagotable de
la que podemos extraerlo todo, absolutamente todo. Ya se han hecho
algunos intentos en este campo de la técnica. Pero nosotros, que
vamos a extraer del Sol la vitalidad, la salud, y también el amor, la
sabiduría, la paz, vamos varios siglos por delante de la humanidad.
Además, algunos me lo han dicho: “Con sus ideas, lleva varios siglos de
adelanto”. Es verdad, lo que nosotros pensamos hoy, el mundo entero
lo pensará en el futuro.
Me gustaría ahora presentaros otro aspecto del Sol. Esta mañana,
al mostraros la importancia del Sol como centro de nuestro universo, os
decía que, yendo a verle por la mañana nos acercamos a nuestro centro
interior de forma natural y, por así decirlo, automática. Porque, ¿sabéis
lo que sucede cuando miramos un cuadro, un rostro, un pájaro, una
montaña o el Sol? Sí, ¿qué sucede cuando nuestros ojos se posan
sobre un objeto? La mirada... Nada hay más vasto, más profundo, más
significativo que el acto de mirar. Parece que sea algo sencillo, sin
secretos, pero estudiad lo que es la mirada, descifradlo: todo el universo
está ahí, desvelado. Es la magia más alta.2
Cuando miráis un objeto, no tenéis conciencia de que éste ya
representa un peligro o una suerte que os acecha. Sí, eso depende de
la naturaleza del objeto, de su forma, de sus radiaciones, y también de
vuestro estado interior: porque todo vuestro ser toma, entonces, la
forma, las dimensiones y las cualidades del objeto. Diréis: “Pero el
hombre no cambia de forma”. Exteriormente, claro, sigue siendo el
mismo, pero interiormente, en el plano psíquico, se identifica con
aquello que mira. Se trata de una ley natural, biológica.
el mimetismo es una ley natural que no podemos
negar y el mismo hombre no escapa a esa ley. Si habita en unos
lugares sucios, apagados, oscuros, también él se volverá, poco a poco,
en sus pensamientos y en sus sentimientos, triste, sombrío, pesimista.
No es su cuerpo, claro, sino su alma, su psiquismo, el que se deja
influenciar: se produce una especie de ósmosis, de penetración del
medio ambiente. Pero en otro lugar, lleno de flores, de verdor, de
riachuelos, ahí aparecen poetas, pintores y músicos, porque son
influenciados por el encanto, por la luz y los colores.
Y ahora, cuando miramos al Sol, incluso sin que nosotros lo
sepamos, nuestra alma toma la forma del Sol: se vuelve una esfera
incandescente y luminosa. Es la misma ley mágica la que entra en
acción: al mirar al Sol, todo nuestro ser empieza a ser semejante a él. A través de la mirada, el hombre se asocia con el objeto o con el ser al
que mira, se pone a su nivel de vibración, le imita, incluso
inconscientemente. Cuando vemos a alguien que se ríe, que hace
muecas o gesticula, ¿no tenemos, acaso, tendencia a imitarle?
Observad a los niños: ¡imitan todo lo que se hace delante de ellos! Y
cuando veis a una persona que sufre, ¿acaso no empezáis a sentir
también los mismos dolores o penas que ella? Es algo contagioso. Esto
sucede más aún con los mediums: cuando entran en estado de trance
sienten exactamente los mismos dolores que las personas enfermas o
desgraciadas que se encuentran ante ellos; hasta hay que despertarles,
porque sufren demasiado.
Así pues, más o menos, claro, según la sensibilidad, la
mediumnidad o el desarrollo de las facultades psíquicas, al mirar a
alguien tomamos sus enfermedades, sus debilidades, sus dolores, o
bien sus cualidades y sus virtudes. La ley es absolutamente verídica. Y
cuando miramos al Sol esta ley mágica entra también en acción, y
empezamos a parecernos al Sol. Todos vosotros, que vais a ver la
salida del Sol, seréis un día como el Sol... sí, ¡pero siempre que sepáis
cómo mirarle! Para parecerse al Sol hay que mirarle con mucho amor,
con mucha confianza. Y entonces os volvéis más luminosos, más
cálidos, más vivificantes y, cuando pasáis entre los humanos, igual que
un Sol, irradiáis sobre ellos luz, calor y vida. Sí, si durante años seguís
yendo conscientemente hacia el Sol, esta ley se manifestará con un
poder real y os volveréis verdaderamente un Sol.
¿Veis, queridos hermanos y hermanas, qué importante es ir cada
mañana a la salida del Sol con una conciencia iluminada, sabiendo el
significado y el valor de lo que hacéis? Y, sobre todo, sabed que, puesto
que el Sol es el centro de su sistema, al mirarlo os acercáis a vuestro
propio centro, cuya conciencia habéis perdido, pero que sigue estando
ahí dentro, en vosotros. El Sol va a restablecer este centro, a
despertarlo mágicamente en vosotros, porque él mismo es un centro. Y
cuando hayáis encontrado vuestro centro, todas las corrientes que
pasan a través vuestro, de manera desordenada todavía, empezarán a
armonizarse a su alrededor...3
¿Veis, pues, mis queridos hermanos y hermanas, la utilidad de las
salidas de Sol? Y, si seguís viniendo cada mañana con mucho amor,
con mucha devoción, comprenderéis que el Sol es verdaderamente...
¡una magnífica persona! Sí, sí, os lo aseguro, es alguien muy
distinguido, muy bien trajeado, muy rico, muy desinteresado.
Verdaderamente, ¡hasta os diría que es alguien perfecto!... ¿Encontráis
que ésta es una curiosa forma de hablar del Sol? Quizás, pero emplearé
todos los medios para que me comprendáis.
¿Y sabéis que el Sol también hace yoga? Sí, todos los yogas. Por
ejemplo, Karma-yoga, el yoga de la acción desinteresada, lo practica:
da, da sin esperar recompensa, no quiere ni pago ni agradecimiento, da
gratuitamente. Es más, los Iniciados descubrieron el Karma-yoga
mirando al Sol, cuando vieron que lo da todo gratuitamente, que hace
que todo germine y crezca, que alimenta al mundo entero, y que en su
generosidad encuentra su felicidad. ¡Ahora nos toca a nosotros
practicar, como él, este gran y excelente yoga, el Karma-yoga!
¡Y también practica el Sol Jnani-yoga, el yoga del conocimiento!
Mira, observa, lo conoce todo; nada está oculto para él, porque envía
sus rayos como la luz de un proyector, de un proyector extraordinario
que ilumina hasta 150 millones de kilómetros, y nos ve.
Y Bhakti-yoga, el yoga del amor y de la adoración, también lo
practica, porque hace su trabajo adorando al Señor. Vive sin cesar en
una efervescencia y en una adoración tales que su luz, su amor y toda
su gratitud para con el Eterno se manifiestan con ardor a través del
espacio llegando hasta nosotros.
Y Kriya-yoga, ¿dónde lo encontraréis mejor que en el Sol, puesto
que es el yoga de la luz? Ser luminosos e irradiantes, proyectar luz a
nuestro alrededor, ¡si el Sol no hace más que eso! Y puesto que lo logra
perfectamente, que es un maestro en este yoga, tenemos que ir a
instruirnos con él.
¿Y Agni-yoga, el yoga del fuego? ¡Pero si el fuego es él! Y el que
distribuye el fuego con el que todo el mundo puede encender su
corazón, su hogar, su llama. El es la perfecta encarnación del Agniyoga.
En cuanto a Chabda-yoga, todavía mejor, ¡puesto que el Sol es el
Verbo! Lo que todavía no han comprendido los hombres es que el Sol
canta; sí, canta, habla, explica, pero todavía no han llegado a oírle.
Desde hace poco hay sabios que tratan de descifrar las ondas sonoras
que salen del Sol; con sus aparatos ya han captado ciertos sonidos,
pero todavía no han llegado a comprenderlos... Hay una música que
sale del Sol, la más bella de todas las músicas. El Sol habla, canta,
crea... Un día, los astrónomos podrán grabar la música del Sol y de los
planetas...
Me diréis: “¿y Hatha-yoga? ¿no lo practica?” ¡Ah! Me parece que, en efecto, ha ignorado este yoga y que ha dejado para los humanos el
trabajo de doblarse, contorsionarse, replegarse... Sin embargo, dicen
que sale y se pone... No lo hace muy rápidamente, no tiene prisa, ¡pero
son, de todas formas, pequeños ejercicios de Hatha-yoga!
Esto es lo que os quería decir hoy, mis queridos hermanos y
hermanas; es algo muy breve, pero importante. Cuando miráis al Sol,
vuestra alma toma la forma del Sol. Pronto os explicaré cómo mirarle, y
os diré en detalle lo que es el Sol. Porque el Sol es todo un mundo, un
mundo con seres, con viviendas, con palacios, con árboles, con
ciudades, con océanos... ¡un mundo con una cultura que supera todo lo
que os podáis imaginar! Es la tierra más bella, es la Tierra de los Vivos
de la que hablan los Salmos cuando dicen: “Caminaré ante el Eterno en
la Tierra de los Vivos”.4 Los Vivos son los seres inmortales, eternos, los
que ya viven en la luz... Viven en el Sol, y son ellos los que nos envían
esta luz. El Sol es un mundo extraordinario, poblado de ángeles, de
arcángeles, de divinidades. Desde el Sol van a visitar los otros planetas
para trabajar, para ayudar a las criaturas, y después se vuelven a él...
Es toda una organización increíble... Y hasta, a menudo, seres muy
inteligentes y muy bellos, muy poderosos, vienen hasta aquí para
visitarnos.
¿Creéis que el universo es una máquina absurda, sin alma ni
inteligencia...? No, ¡todo es inteligente en el universo, todo está vivo,
todo es sensato, todo es bello! ¿Cómo lo sé?... Yo no tengo el don de
los videntes o de los cartománticos para deciros lo que hay en vuestros
bolsillos, cuántos hijos ilegítimos tenéis, o cuántas deudas: esto no me
lo pidáis, no lo sé, ni me interesa. Pero lo que sí veo es esto: un
universo poblado por criaturas muy inteligentes, muy bellas, muy poderosas; vienen, se van, transmiten mensajes, aportan ayuda... Por
todas partes, por todas partes, en las piedras, en las plantas, en los
animales, en las aguas, en las estrellas, hay seres que trabajan sin
cesar...
Poco a poco vais a tener una idea de lo que es Surya-yoga, el yoga
del Sol. Si verdaderamente lo practicáis con todo vuestro corazón, no
puede dejar de ayudaros; porque el Sol es el alimento más sustancial, el
más necesario para nuestra época. En el futuro el mundo entero irá a
extraer del Sol fuerzas, calor, amor, ánimo. Abandonarán también las
otras fuentes de energía, porque ya empiezan a agotarse, y se dirigirán
hacia la fuente inagotable; se iluminarán las ciudades, se calentarán,
viajarán, gracias a la energía solar; y hasta se alimentarán de la luz del
Sol, harán alimentos con ella.
Buenas tardes, mis queridos hermanos y hermanas. Procurad
pensar en el Sol más que en todas estas cosas que os arrastran hacia
la periferia, en donde sois siempre mordidos, aplastados... Dirigíos hacia
el Sol, hacia la unidad, hacia la simplicidad, ¡hacia la claridad!

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María del Carmen

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