EL DESCORAZONAMIENTO; No forma parte de la ley del triunfo

04.06.2013 18:45

 
Los desánimos, las debilidades, las flaquezas, los desmayos,nos asaltan continuamente, aunque esto, no representa nadatodavía. Podemos estar muertos uno o dos días, y despuésresucitar. El mejor arte que podéis manifestar es de saber cómoanimaros a vosotros mismos, pues nadie es más fuerte que unomismo para ayudarse. El hombre a veces, está construido, deórganos, de tejidos muy débiles y esto se puede reconocer muy amenudo por la simple apariencia. Los tejidos débiles sedesaniman fácilmente. Hay, en efecto, tejidos tan duros, comoaquel trozo de carne que quería cortar el célebre Lariflette
(personajede dibujos animados, que representa a un padre de familia)
en donde se rompiósu cuchillo. Después quiso hacer de él una suela de zapato, peroincluso allí los clavos se torcieron dentro y finalmente, tuvo quetirarla. Hay dos clases de carnes: unas tan dulces y tiernas y otrastan extremadamente duras. Las primeras son las que conocen muya menudo, los descorazonamientos, los desánimos, las otras, no.Las primeras pertenecen a las personas que parecen piedras quegiran, y después se paran. Debemos darles de nuevo otra patada,para que se pongan de nuevo a girar. Para llevarlas hasta la cima,debemos darles patadas, empujones de forma sucesiva, hasta quelleguen hasta arriba, y allí, ellas se quedaran inmóviles.El espíritu es eterno, poderoso, es él que debe ayudar a lapersonalidad. Esta representa el sexo débil; el espíritu, es elhombre que ayuda a la mujer, que le dice: “Vamos, avanza todavía un poco mas.” Si dejamos la personalidad trabajar sola, alcabo de dos días, todo habrá acabado. Si el espíritu no abandonala personalidad, ella podrá vivir miles de años, tan pronto laabandonará, ella morirá. Debemos ayudar siempre a lapersonalidad, cuidarla, reforzarla, por la presencia del espíritu. Elespíritu no debe nunca abandonarla a si misma.* * * * * *Todos los seres humanos conocen el desánimo, ya seaobservando a las personas, ya sea constatando, que les han sidocolocados obstáculos en su camino. Cada quien tiene mil razonespara estar deprimido o descorazonado, pero el arte consiste enempezar de nuevo sin cesar de trabajar animadamente. Si nopodemos fabricar la piedra filosofal dentro de sí, no tieneimportancia. Solo los alquimistas que conservan el fuego interior,llegan a vivir mucho tiempo debido a esto. No dejan de soplarsobre el fuego sagrado. Los verdaderos alquimistas no sedesaniman; mientras que los que lo son solo por curiosidad,pronto paran de trabajar; ¿Para qué sirve intentar soldar dos cosas juntas, que siempre se separan?Se deben casar, unir los dos elementos antagónicos, a fin eque den nacimiento a un hijo. Debéis unirlos a la fuerza,calentarlos. La preparación de las condiciones necesarias, paraque esta unión se vuelva posible, es la historia más larga quedeberéis llevar a cabo, la más difícil que se conozca. Cuando sesabe despertar la atracción entre estas dos materias, acto seguido,nace el hijo. El alquimista entonces debe cuidar este hijo, que sevolverá tan fuerte y grande, que podrá modificar todos losmetales. Los alquimistas se parecen a la madre. Se requiere paraesto la paciencia más grande. Sucede lo mismo para el espíritu humano. Existen dos materias antagónicas en nosotros y debemosreconciliarlas. Esta reconciliación permitirá transformar lascondiciones de la vida en oro. Las dos materias están en nosotros;¡Cuántas veces intentaremos ponerlas en contacto una con la otra,pero el esfuerzo es en vano!¿Cómo conseguirlo? Gracias a la esperanza absoluta, loconseguiremos un día, a través de una fe inalterable en lospoderes que Dios ha puesto en nosotros. Por el amor en estascosas. Por la voluntad que debemos ejercer cada día. Por estoscinco elementos: esperanza, fe, amor, paciencia, y voluntad, loconseguiremos, pues la paciencia nace del amor y de la fe, elsaber, el conocimiento vendrán después por la voluntad.Palpando, probando, leyendo, descubriremos como actuar,escucharemos dentro de nosotros la voz de la sabiduría. Si estascinco cualidades faltan, no podremos llegar hasta el final, pormuchos libros que leáis que traten de este tema. Estos cincoelementos, son el pentagrama.Sin la voluntad, sin la paciencia, no hay nada que hacer.Estas son las cinco virtudes más necesarias. La sabiduría, el saber,no son una virtud, pero un resultado, una riqueza. La pacienciadepende de nosotros. Si queréis ser pacientes inmediatamente,esto depende de vosotros; pero el saber no puede seré adquiridoen un instante. Es algo que debe surgir, emanar de vuestroespíritu, es alguien que os lo da, mientras que la pacienciadepende de vosotros. Entonces, si deseáis actuar, esto depende devosotros. Pero el saber vendrá solo a causa de las virtudes puestasen acción, y cuando llegue, sabréis como trabajar.Esta es la razón por la cual el Maestro nos dice que estamosexpuestos al descorazonamiento. Empezamos, trabajamos y todo y así no lo conseguimos. Yo mismo tengo importantes problemasque resolver y así muchas veces me desanimo también; peroempiezo de nuevo y me animo de nuevo, practicando el arte queel Maestro me ha enseñado. Moisés, Mahoma, Jesús llegaron asentirse muy desanimados, en ciertos momentos de su vida. Nodijo Jesús a sus discípulos; “¿Hasta cuándo os tendré que soportarraza ingrata?” También, pienso en ellos y en el hecho que se debeconocer la ciencia que nos enseña el Maestro: que la personalidadse desanima fácilmente, y no podemos obtener nada así de un sologolpe, que hay ciertas cosas que son lentas para ver sus resultadosy que debemos tener paciencia para esperar que aquellos aquienes instruimos, comprendan y acepten una enseñanza, y quedebemos amarlos a pesar de sus debilidades; todas estasreflexiones que me hago, me dan ánimos para proseguir.Si estamos desanimados por la actitud de los otros, debemosponernos a amarlos. Si estáis desanimados por vosotros mismos,debéis esperar y creer, tener fe. No es por el amor, quecambiareis vuestro propio desanimo pero, si este proviene de losotros, será amándolos que lo disipareis.Esperanza, fe, amor, voluntad, paciencia, he aquí lasvirtudes que pueden restablecer el coraje en vosotros, cuandollega el desanimo. Suponed que os sentís muy desanimados; ¿cuáles la virtud que os dará coraje? La fe. La voluntad. La esperanza.Cuando tendréis la fe, restableceréis la voluntad y la esperanzallegara enseguida. Si el descorazonamiento proviene de los otros,deberéis llamar a la paciencia y amareis a aquellos que osquitaban el poder de actuar. No hay nada que pueda resistirdelante de estas cinco virtudes, dice el Maestro. Podéis si queréisdarles otros nombres: bondad, justicia, amor, sabiduría y verdad
Estos nombres son la traducción de las otras. La bondad es lavoluntad, las dos son físicas, la paciencia, es la justicia. ¡El amor,sigue siendo el amor! La sabiduría y la verdad, son la fe y laesperanza que vienen a ser casi la misma cosa, pero una en elplano espiritual y la otra en el plano físico. (
Consultar en la web, secciónTalismán – Las siete invocaciones divinas-. Si lo practicáis en voz alta o media voz, veréis losgrandes resultados que conseguiréis
.)Sabiduría, es saber lo que es la verdad, pues, la sabiduría yla verdad se transforman a menudo en una o la otra. Sabemos loque es verídico, mientras que ignoramos lo que es real. Las cincovirtudes pueden crear otras cinco, ellas tienen disfraces y gracias aestos, pueden introducirse por todos los sitios. Citadme algunacualidad y os diré que la misma corresponde a la rama de una deestas cinco virtudes fundamentales. Analizándola, y clasificándolasegún sus manifestaciones, su naturaleza, constatareis que es hijade una de estas cinco virtudes, son madres de todas las demás.Podemos así clasificar todas las virtudes humanas. Podemostambién hacer transposiciones. No os sorprendáis que podamosencontrar siempre cinco, siete, diez o veinte virtudes, pues todastienen la misma raíz. Ellas manan como los ríos, puede que llevennombre diferentes, pero su origen es siempre el mismo.Tengamos la misma confianza de las hormigas y las abejas.Observaremos pensando en estos insectos, como nos están dando continuamente un ejemplo de seres incansables. Nunca se ha vistouna hormiga descorazonarse. Las abejas tampoco se descorazonannunca. Las células de la sangre, no se descorazonan nuncatampoco. Nunca paran, ni interrumpen su trabajo. Las célulasignoran lo que es el cansancio, salvo cuando el espíritu lasabandona, pero en este momento es que el hombre ha muerto.Cuando el hombre está herido, enfermo, las células de la sangrecontinúan su trabajo, a pesar de que las otras células, éstas si sedesaniman, pero las de la sangre nunca. Las células de la sangre, osea las del corazón, no paran nunca. Es por esta razón que se diceque el corazón es superior al cerebro que es egoísta y calculador.A menudo el cerebro dice: “Descansemos un poco, dejemostrabajar los otros” Pero el corazón dice lo contrario: “Cuandotodos descansan, yo permanecerá vigilante sobre mis hijos, loslavaré, los purificaré, no los abandonaré nunca.” El corazón es laúltima instancia del amor, del sacrificio

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María del Carmen

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