EL TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN EL BEBE

23.06.2013 07:11
 

TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA EN BEBÉS

Hoy en día, las problemáticas psicopatológicas perinatales son cada vez más reconocidas. Sin embargo, en el terreno, estas patologías, sobre todo cuando son precoces, siguen siendo poco conocidas por los padres y los médicos. Hoy hablaré de los trastornos de conductas alimentaria.

Las más destacadas son las siguientes:

1) La Pica: se trata de la ingestión repetida de substancias no nutritivas: tierra, hormigón, tejido, pelos, piedras, excrementos de animales, etc. No hay rechazo hacia la comida. La Pica se encuentra en situaciones de grandes carencias de cuidados y de falta de vigilancia. Sin embargo, ocurre también en el caso de niños que sufren retraso mental o de trastornos generales del
desarrollo como es el autismo.

2) Los Vómitos Psicógenos: Aparecen muy temprano y están muchas veces, pero no siempre, asociados al reflujo gastroesofágico y para los cuales existe hoy en día tratamientos eficaces que hay que tomar en consideración. Estas situaciones de vómitos se entienden como una perturbación precoz de la relación padre-niño y llegan a veces a un rechazo alimentario. 

3) El mericismo: es la regurgitación activa y repetida de comida, seguida de rumiación. El trastorno se produce lo más frecuentemente cuando el niño está solo y surge
durante la primera o segunda infancia. El niño está totalmente absorto por su actividad y la mirada está vacía. Esta completamente indiferente al entorno, el niño se autoestimula para producirse sensaciones satisfactorias que compensan la falta de estimulaciones externas. Afecta más a los chicos que a las chicas. El apetito no está alterado. Sin embargo, asistimos a una ausencia de aumento de peso e incluso una perdida de peso y, sin
tratamiento, la malnutrición está a veces tan severa que puede ser mortal. Es un trastorno poco frecuente que surge en situaciones de gran carencia de cuidados y de un profundo trastorno de la relación madre-niño sin compensación del entorno.

4) La anorexia de la primera edad. Es importante diferenciarla de los niños "poco comedores." Los “poco comedores” son niños que manifiestan signos de oposición a la alimentación o son selectivos en su alimentación. Desde un punto de vista pediátrico, no hay ruptura de la curva estaturo-ponderal ni tampoco signos de
malnutrición. El desarrollo psicomotor es en la mayor parte de los casos normal. La ansiedad parental es variable pero no hay trastorno grave en la relación de apego y de la interacción entre el padre, la madre y el niño. Evidentemente, antes de hablar de trastornos del comportamiento alimentario, hay que asegurarse previamente de que cualquier enfermedad orgánica que altera el apetito haya sido descartada. Las manifestaciones sintomáticas de la anorexia de la primera edad son diversas; hay que ser particularmente atento a los signos depresivos subyacentes en los que el niño tenderá más a tener unas actitudes pasivas:

• Rechazo alimentario activo o rechazo pasivo evitando la mirada que se queda fija.
• Vómitos al menor acercamiento a la boca. Esta actitud suele estar vinculada a una hipersensibilidad innata o adquirida de la esfera bucal.
• Niño que rechaza el contacto o al contrario “se adhiere” al progenitor que no sabe que decirle y se ve muchas veces criticado por sus familiares, que habrá que tratar de manera particular, como lo veremos.
• Perturbación interactiva: los intercambios son pobres con el niño triste o al contrario el niño domina la relación con un control extremadamente vigilante o hasta sonriendo al que le da de comer.
• De la misma manera, mostrará un desinterés por los objetos o un interés particularmente intenso como en la succión defensiva del chupete o del pulgar.
• Este comportamiento tiene una repercusión sobre el desarrollo del niño.
Efectivamente, observamos o un retraso en el crecimiento o una ruptura a nivel de la curva del peso que alerta al pediatra.

El conjunto de estos síntomas nos lleva a considerar 3 formas de anorexia infantil:

• Anorexia de inercia: forma depresiva, « vacía »: Las
separaciones y de las pérdidas reales o psíquicas, llevan a una caída de las capacidades de interacción (no saben cómo relacionarse). El principio puede a veces ser muy precoz (antes del tercer mes) y vinculado a trastornos importantes del apego. Pero, puede ser también consecuencia de problemáticas somáticas importantes asociadas a unas hospitalizaciones muy tempranas. El aspecto depresivo del bebé esta muy marcado en este caso.

• Anorexia de oposición o destete: oposición, afirmación identitaria ("yo decido qué y cuándo como"). Surge más tarde (se inicia a los 6 meses en el momento del destete).

• Anorexia ansiosa y fóbica: El niño esta aterrorizado por la comida. Esta ansiedad es consecuencia de problemática somáticas importantes asociadas a hospitalizaciones muy tempranas por una parte. Por otra parte, puede resultar también durante una ansiedad extrema, una insuficiencia de apego, unas incoherencias y discontinuidades en la alimentación o el destete. El niño se bloquea y el principio suele ser brusco. Este tipo de anorexias surge en cualquier momento hasta la pubertad.

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María del Carmen

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