jinn part 1

04.07.2013 10:29

JINN

Corresponde al islamismo y la cultura árabe.

Seres espirituales que pertenecen al credo musulmán y que se encuentran a caballo entre los ángeles y los demonios.

Son considerados "genios" que pese a poseer cuerpos etéreos, comen, beben y pueden engendrar hijos, uniéndose algunas veces con mujeres.

Los más malignos son los mellada y los menos diabólicos los efrits.

De acuerdo con el Corán son seres espirituales creados del fuego, algunos de los cuales se convirtieron en infieles e intentaron sugerir falsas ideas a Mahoma, por lo que serán arrojados al infierno.

Sura 15, aleya 27: "Antes de él habíamos creado al genio, de fuego purísimo".

Sura 6, aleya 128: "Recuerda del día en que los congregue a todos y diga a los genios: "¡Oh genios! ¡Ya habéis abusado bastante del hombre! Y sus autores humanos dirán: Oh, Señor Nuestro, nos hemos solazado recíprocamente; pero, hemos alcanzado el término que nos fijaste. Entonces El les dirá: "el fuego será vuestro albergue, donde permaneceréis perpetuamente, hasta que Dios quiera; porque, tu Señor es prudente, sapientisimo".

El Dawah o método de adivinación aceptado en el Islam basado en la teología simbólica de las letras, de los noventa y nueve nombres de Dios y de sus atributos, considera veintiocho genios o jinns unidos a otras tantas letras y nombres de la divinidad, a la vez que opuestos al mismo número de ángeles.

JINN

Seres espirituales que se mencionan en el Corán y que fueron creados de fuego.

Los jinn son seres mortales y pueden ejercer un influjo maléfico sobre los hombres.

Su morada preferida son los árboles y los lugares desiertos.

Para algunos ocultistas los jinn son fuerzas de la naturaleza y causas de enfermedad.

Con frecuencia se les considera elementos hostiles.

Djinns.
Los Espíritus del Desierto.

Según parece, la palabra árabe "djinn" proviene de la misma raíz que la palabra "genio", que se encuentra en todas las lenguas arias, y que corresponde a un tipo muy preciso de espíritu juguetón.

En la tradición islámica se dice que Alá hizo a los ángeles con luz, a los hombres con polvo, y a los Djinns con fuego.

La fisionomía de los djinns es bastante complicada, ya que usualmente se los describe con un cuerpo que carece de materia sólida, y que está conformado por una especie de fuego negro y sin humo, del cual brota un hedor insoportable.

Fueron creados (siempre dentro de la tradición islámica) dos mil años antes de Adán, pero su raza no llegará a ver el Final de los Tiempos.

Pueden asumir una forma más o menos humana. Al principio se muestran como una columna de vapor, alta e indefinida; luego, según su voluntad, se presentan como un hombre, un chacal, un escorpión o una serpiente.

Lo curioso de estos seres es que entre ellos hay espíritus creyentes, ateos, agnósticos, e incluso heréticos. El porcentaje no está sujeto a las interpretaciones del Profeta.

Antes de matar a un reptil, afirma el Alcorán, debemos pedirle que se retire en nombre del Profeta. No se nos dice qué debemos hacer en el hipotético caso de que el batracio se resista a respondernos.

Muchas de las actividades de los djinns son prosaicas, suelen volar o hacerse invisibles. A menudo, durante sus vuelos logran llegar hasta el Cielo Inferior, donde escuchan a escondidas las conversaciones de los ángeles sobre acontecimientos futuros. De esta manera, pueden ayudar a los brujos, quienes habitualmente tienen comercio con estos indiscretos seres.

Se cree que los djinns disfrutan enterrando a la gente, y raptando hermosas mujeres. Arriesgamos una hipótesis: los primeros acaso son los maridos de las segundas. Que los sabios de la tradición recojan el guante.

Para evitar sus desaforadas actividades conviene invocar el nombre de Alá. Sus moradas más comunes son las ruinas o lugares abandonados, siempre que estén en el desierto. Los egipcios les atribuían las tormentas de arena, y aseguraban que las estrellas fugaces eran dardos arrojados por Dios a los depravados djinns.

Según otras tradiciones, los djinns habitan en una especie de mundo subterráneo, ya que Ibis (también llamado Seitán), un demonio de la religión islámica, es su padre y Señor.

Originalmente pertenecían a las tradiciones semíticas, quienes les atribuían el conocimiento, el cual no podían revelar, de todo lo que inquieta y desespera a los seres humanos. Tal vez por ello moraban perpetuamente en el desierto, y sólo se dejaban ver por los peregrinos extraviados y por los dementes.

 

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María del Carmen

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