La Memoria del nacimiento

22.04.2013 10:15

Todo suceso que rodea el nacimiento, desde el momento de la concepción hasta la acogida del bebé (justo después del nacimiento biológico), queda grabado en una memoria que se reproduce posteriormente en el trascurso de la vida del niño y del adulto.
La acogida amorosa de todo lo acontecido durante esos primeros meses posibilita el cambio de dirección en cuanto a la vivencia que tenemos de la vida y a la experiencia profunda de Quién Soy. 

Esta teoría habla de que tenemos memoria emocional de la concepción, la gestación y el alumbramiento y según como se hayan vivido, según como actuaremos en nuestra vida, es decir, por ej. si hemos nacido mediante fórceps, podemos encontrarnos con que a menudo necesitamos que nos presten ayuda "violenta" para afrontar los problemas que nos surjan, entendiendo violenta como ayuda de" formas bruscas".
Así mismo,   los que se encuentren paralizados para tomar decisiones por cuenta propia, indagando en su memoria emocional podrían descubrir que nacieron mediante un parto programado por otras personas(otros decidieron por él) . Lo natural sería que el bebé decidiera cuándo nacer, y al no ocurrir esto, en la vida adulta como que guarda memoria (inconscientemente) de su forma de llegada al mundo y se encuentra con que son otros  los  que deciden por él(no es capaz de hacerlo por sí mismo) y se pregunta interiormente por qué le ocurre esto, por que razón no confía en su propio criterio, lo que llevaría a vivir una vida no muy espontánea.

Un parto donde el bebé se sienta abandonado podría dar lugar a que de adulto elija a parejas que siempre le abandonen. Por ello necesitaría saber como fue su nacimiento, para responder a sus preguntas interiores y poder entender.  Una vez que hallemos las respuestas en nuestras manos está sanar y cambiar eso que nos parecía inexplicable e incluso nos hacía sufrir.

De esto a grandes rasgos se trataría la memoria del nacimiento.
Claro está, que lo ideal sería un haber nacido mediante un parto natural o lo más respetado posible, pero de todas las formas de nacimiento, se conserva un resquicio de memoria no consciente que conformará nuestra mochila emocional.
No se trata de culpabilizar, sino de buscar respuestas .
El cambio en la conciencia del nacimiento sería capaz  de cambiar las cosas.

La memoria celular
Todos los sucesos y experiencias que tenemos desde la concepción hasta la acogida del bebé, después del nacimiento biológico, quedan grabados de forma inconsciente. Toda experiencia emocional, todas las creencias e ideas acerca del nacimiento y la vida, la conciencia con la que es acogido el nuevo ser e incluso información que recoge este de diferentes campos dimensionales por donde pasa hasta encarnar en la materia, es grabado en nuestro interior de la única manera en que el bebé, en su inocencia, puede hacerlo, celularmante. En la célula queda una reproducción de todas esas experiencias formando un orden.

En la vida, cuando el bebé se hace niño, cuando el niño se hace adulto o en todos los acontecimientos vitales importantes con circunstancias parecidas, este patrón de orden se activa y se reproduce la misma información.

Recuperar la memoria original
La sencilla toma de conciencia de todas esas memorias ya es suficiente para provocar  un cambio en el dibujo/orden de la célula y, por tanto, provocar también un cambio en la vivencia que tenemos de la vida, generando una nueva perspectiva que ayuda al libre caminar.

Sin embargo, la simple toma de conciencia de las memorias no es suficiente para una sanación profunda y, por tanto para un verdadero cambio en la experiencia. La sanación se produce cuando el amor “toca” la memoria, es decir, cuando decidimos acoger todo cuanto aconteció. En ese “toque” amoroso la información en forma de shock/desorden de la célula es transformada e integrada en una memoria más grande, una información que estaba ya allí y que, por tanto, llamamos “información de amor original”.

La direccionalidad con la que veo y afronto la vida cambia diametralmente en este momento. Antes dedicaba toda mi energía a proteger todo aquello que para mi era doloroso, generando estructuras mentales que justificaran esa visión. Ahora decido, desde la ternura y el amor con la que necesita ser acogido un bebé, cambiar/acoger cualquier experiencia. Antes todo estaba regido por una energía masculina que protegía y justificaba, poniendo límites cada vez más estrechos al dolor. Este funcionamiento llegó a ser útil a toda nuestra cultura. Ahora, sin embargo, una energía mucho más femenina está ahí para acoger suavemente lo que antes estaba dentro de las protecciones; “dispuesta a ser tocada”. Un nuevo objetivo mueve ahora nuestra cultura y tiene que ver con el equilibrio de estas dos fuerzas.

La experiencia de vivir en la información original es lo que genera el verdadero cambio en la percepción y la vivencia del hoy como momento presente. Atreverse a vivir esta información de amor original es atreverse a vivir en la experiencia del Ser, de aquello que Soy y que palpita con su propio ritmo en nuestro interior.

Amor vertical/Amor horizontal
Si puedo concebir y reconocer la existencia de esa memoria original que Soy, no me queda más remedio que admitir la existencia de un cuerpo energético- espiritual que estaba allí incluso antes del acto reproductivo de nuestros padres. Instantes antes de este acto amoroso el Ser desciende, acogido por la Tierra/Mater, recogiendo e integrando diferentes memorias de diferentes cuerpos dimensionales que trascienden lo personal (transpersonal) hasta impactar con la materia. A esta información la llamamos Amor Vertical y su experiencia es la experiencia del Ser. La unión entre el cielo (principio masculino) y la Tierra (principio femenino).

Por otro lado, la información genética que yo recibo de mis padres (cargada con la información de mis padres pero también de toda la humanidad) es lo que llamamos una información de Amor Horizontal. De nuevo aquí como en la anterior encontramos las dos polaridades masculino/femenino representadas a través del padre/madre.

La Unión de estas dos líneas de Amor y su vivencia en el Corazón es lo que permite la evolución del alma individual en la Tierra, pies y piernas de la evolución del Alma humana (colectiva) que estimula a través de las diferentes generaciones (amor horizontal) el cambio profundo de conciencia espiritual del ser humano.

Conclusión
Para llegar a la conclusión de todo esto no cabe más remedio que formularse antes una pregunta esencial. ¿Qué pasaría si todos y cada uno de nosotros hiciéramos esta toma de conciencia? Y, lo más importante, ¿Qué pasaría si todos esto padres y madres conscientes acogiéramos a nuestro hijos, incluso antes de ser concebidos, como lo que verdaderamente son? La repuesta a esta pregunta es obvia: El cambio en la conciencia del nacimiento es capaz de cambiar el mundo.

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María del Carmen

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