Vínculo Afecto, Apego, Maternidad

17.05.2013 18:43

 

 
Traducido del blog de Marianne Littlejohn
 
 
Este es un estado del arte escrito por una partera sudafricana basado en investigaciones de  John Bowlby, Marshal Klaus, Lloyd De Mause, Dr Arthur Janov, Allan N. Schore, Dr Michel Odent  and Dr David Chamberlain, entre otros.
 
Se ha investigado el apego y los efectos neurobiológicos de las experiencias tempranas durante y luego del nacimiento y se ha explorado cómo estas primeras experiencias modelan las respuestas cerebrales y corporales a los largo de la vida.  La evidencia sugiere que eventos traumáticos tales como  la experiencia de stress prolongado durante el embarazo, parto y  postparto pueden afectar en forma permanente el desarrollo de las estructuras cerebrales y patrones conductuales del bebé. 
Una madre contenta, preparada para el trabajo de parto, que permite que su trabajo de parto progrese con confianza y da a luz en forma espontánea y sin drogas para aliviar el dolor, asegura la preparación biológica para la adpactación y respuesta social de su bebé luego de nacer. 
Este es el resultado de la liberación de un cocktail hormonal que Michel Odent llama la "hormonas del amor", llamadas oxitocina, prolactina, endorfinas y pequeñas dosis de adrenalina. Las "hormonas del amor" son liberadas durante el trabajo de parto e inmediatamente después del nacimiento en oleadas: las concentraciones de hormonas del amor en el torrente sanguíneo están en su "peak" y la mujer y la guagua están preparadas para iniciar el proceso de apego. 
 
Este período luego del parto es considerado biologimanete como un "período sensible" en el cual la madre y el recién nacido están alertas y despiertos para reconocerse y apegarse uno del otro. Estas interacciones tempranas establecen los fundamentos para los patrones de comunicación social  y el posterior desarrollo de la personalidad. De hecho, el Dr. Michel Odent va mas allá preguntándose que sucede cuando una mujer no tiene estas altas concentraciones de "hormonas de amor" en el cuerpo: ¿cómo una cesárea programada puede preparar a la madre y el bebé para el apego? 
 
En investigaciones con animales (ratas y ovejas)  demuestran que cuando el trabajo de parto es interrumpido, las madres rechazan a sus pequeños; por ejemplo, si a una oveja se le administra una epidural o cloroformo, esta oveja va a ignorar a su recién nacido luego del parto. 
Es esencial para la sobrevivencia del recién nacido que la madre se sienta apegada y motivada a cuidarlo y esta necesidad es imperativa en los seres humanos, porque nuestros recién nacidos son más dependientes que otras especies de nuestro cuidado para sobrevivir. 
 
Durante la mayoría de las cesáreas el recién nacido es separado de su madre, a veces por horas. Se ha demostrado que la incidencia de dificultades en la lactancia materna aumenta considerablemente cuando una mujer tiene una epidural o una cesárea. Es además incómodo para la madre tomar a su hijo con confianza luego de la cesárea debido al dolor de la cicatriz uterina y abdominal. 
 
La interrupción de apego temprano (bonding) puede llevar a una comunicación disarmónica entre la madre y el bebé, como resultado de lo que Bowlby llama "disociación" luego de la separación y pérdida, ya que las estructuras psicobiológicas en el cerebro del bebé son altamente susceptibles a las marcas y experiencias desde la concepción a los 2 años de vida, considerando el momento del parto. 
 
Un bebé disociado o que no responde no será capaz de provocar respuestas en la madre a traves del tacto, la mirada y la respuesta a las señales auditivas. Esto lleva a una falta de respuesta de la madre, desencadenando problemas en la comunicación entre la diada madre-hijo y  posibles retrasos en el desarrollo y crecimiento del bebé. 
 
Se sabe que durante el embarazo el bebé está expuesto al estado neuro-hormonal y neuro-quimico de la madre  a través del torrente sanguíneo. Cuando un ser humano está sometido a estrés por largos períodos de tiempo el cuerpo produce cortisol y altos niveles de cortisol en la sangre pueden eventualmente generar un daño a nivel de los órganos y en las funciones saludables del cuerpo. Sabemos también que altos niveles de cortisol por periodos de tiempo prolongados dañan las celulas del hipocampo, el cual forma parte del centro emocional del cerebro. En investigaciones en animales se ha comprobado que la muerte de células en el hipocampo se relaciona con conductas agresivas y un comportamiento social menos cooperativo.
 
Una experiencia traumática vivida por la embarazada va a afectar al niño antes de nacer. Las mujeres que no cuentan con suficiente soporte social experimentan altos niveles de stress y esto tiene efectos en el feto. El embarazo adolescente, abuso de alcohol, violencia intrafamiliar o en la comunidad, malnutrición y/o desnutrición son algunos de los escenarios que pueden tener consecuencias negativas en el niño que está por nacer. 
 
La cesárea, aunque es una intervención que puede salvar vidas en una emergencia médica, es también una operación violenta tanto para la madre como para el bebé. La cirugía mayor abdominal es un shock para el cuerpo de la madre por lo que es cuidadosamente monitoreado por un anestesista durante y después de la operación por varias horas. El bebé es empujado fuera del vientre en pocos minutos a un ambiente ruidoso, con iluminación intensa y rodeado de extraños para luego ser examinado y recibir inyecciones dadas por el neonatólogo y enfermeras. Esto significa separación y pérdida para el bebé y una experiencia sensorial abrumadora que, si se prolonga, puede tener influencias negativas en la respuesta del sistema límbico. 
 
¿Cómo se puede prevenir el trauma fetal y neonatal, la experiencia de separación y pérdida relacionada con el proceso de parto? 
Una posibilidad sería  facilitar el cuidado de madre-canguro. El contacto piel a piel promueve la liberación de oxitocina en la madre y el bebé y ayuda al proceso de apego, mitigando los efectos del parto quirúrgico. 
 
Trauma, separación y pérdida deberían ser evitadas lo más posible durante el embarazo, parto y período de postparto. Cuando hay trauma y pérdida los efectos pueden ser disminuidos a través de asegurar apoyo social a la madre y promoviendo el contacto piel a piel madre-hijo lo más pronto posible luego del parto. Las mujeres embarazadas necesitan ser apoyadas y ayudadas cuando atraviesan por circunstancias de estrés y necesitan que se les permita tener un parto sin los disturbios dados por intervenciones innecesarias. El trabajo de parto es un proceso normal, fisiológico y biológico que se desarrolla sin problemas para el 85% de las mujeres. El bebé no debería ser separado de la madre por el menos la primera hora después de nacer, más aún si se realizó una cesárea medicamente necesaria. 
Debería hacerse lo posible para evitar la administración de drogas y de epidural ya que tienen consecuencias negativas para el bebé, el amamantamiento y el proceso de apego. En vez de eso se debería entregar más herramientas e información que empodere a las mujeres. Talleres prenatales, clases de preparación de parto, asistencia de doulas y matronas en el parto, partos en casa, partos en el agua, partos sin violencia son vehículos que enseñan a los padres cómo proteger la integridad de la diada madre-hijo. Los esfuerzos deberían estar dirigidos a tratar a las mujeres que dan a luz con respeto, entregándoles orientación y un ambiente adecuado para el parto. 
 
Luego de haber dicho todo esto, es importante recordar que el apego y la vinculación afectiva son flexibles. Cuando una mujer es apoyada y querida es capaz de generar un apego profundo con su hijo durante el embarazo y la vinculación entre ellos sería mínimamente afectada en el caso de ocurrir una intervención traumática como una cesárea de emergencia o la necesidad de separación madre-hijo luego del parto. Muchas madres se mantienen vigilantes a una lado de la incubadora cuando sus bebés están enfermos y necesitan cuidados médicos, así mantienen la cercanía en pequeños gestos que luego ayudan a retomar la cercanía. 
 
Para concluir, una sociedad que respeta a las mujeres y su rol en la maternidad, respeta a los bebés. Una sociedad que valora el parto natural y estimula a las mujeres dar a luz con confianza y amor, potencia las capacidades maternas y entrega mejores posibilidades para comenzar el maternaje y la comunicación con el bebe
 

 

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María del Carmen

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