Perinatales
Consciencia de Ser a través de la Quietud
Así como una corchea necesita un espacio entre las líneas de un pentagrama,
una nota musical necesita del vacío silencioso para ser escuchada,
la esencia del ser precisa la escucha atenta sin juicio de otro ser, para ser manifestada.
....así emerge la sanación desde el silencio de la Quietud...
LA NUEVA VIDA
Los primeros meses y años de nuestra vida son importantes, pero también el período a partir de la concepción marca nuestro SER puesto que el feto experimenta ya percibe y siente mientras está en el vientre de la madre, pues durante ese período está íntimamente unido a ella a todos los niveles.
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Todos nosotros, como bebés, hemos sido la consecuencia de la relación entre dos seres
humanos de distinto sexo, nuestros padres.
Ya fuese una relación afortunada o desafortunada, lo cierto es que en el momento de nuestra
concepción, la vida, comenzó a tomar forma en el interior del útero de nuestra madre.- Se fue
abriendo camino y desarrollando, incorporando en su crecimiento todos los elementos nutritivos
que el entorno uterino le aportaba.
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s por nuestra madre.-
Es por esto que todo bebé, no sólo es producto de la carga
genética aportada en esa relación puntual por cada uno de
nuestros progenitores biológicos, sino de la interrelación
entre esa carga genética (genotípo) y el aporte del entorno
que le rodea, dando lugar a lo que finamente somos (el
fenotipo).- Ese entorno uterino se encargó de aportar
nutrientes, cuya calidad dependió de la calidad de los
alimentos comido
Pero como dice la enseñanza: “no sólo de pan vive el
hombre”, nosotros diremos: “no sólo de nutrientes se forma
un bebé”.- Por supuesto que es fundamental un buén aporte
nutricional durante la gestación para consolidar una óptima
estructura física, pero no menos importantes son la influencia
de las sustancias químicas producidas por el cuerpo de
nuestra madre, según su estado mental y emocional durante
todo el embarazo. Por todo ello no podemos desligar la
buena formación y el bienestar fetal del futuro bebé, de las
situaciones, no sólo nutricionales, sino también
psicoemocionales que vive la madre.
También es fundamental, como no podía ser menos, la actitud del padre ante su futuro hijo,
pues juega un papel determinante en ese bienestar o malestar materno del que hablábamos.-
Si está presente o ausente, si aporta seguridad al entorno o no, si es consciente o no de su
responsabilidad para con la nueva vida que ha contribuido a gestar, sus miedos o alegrías, sus
expectativas, etc.- Todo esto, creámoslo o no, tiene una carga emocional y vibracional, pues a
la postre todo es energía, que es captada por el bebé que se está formando y creciendo en el
vientre de la madre, donde no solo crece su cuerpo, sino también su psique y la impronta que
le indica si el entorno en el que se está formando y le acogerá, es hostil o no.
Muchas de las “enfermedades”, bloqueos, maneras de enfrentarnos al mundo y formas de
afrontar situaciones, se han gestado en ese periodo “mágico” de nuestra historia personal, que
va desde la concepción al parto.- Incluso el propio parto, como es vivido por los padres (
fundamentalmente la madre) y por el bebé ( como es el expulsivo, y el entorno en el que este
tiene lugar), va a dejar su huella en el despliegue de la futura vida de la persona.- En el caso
concreto del bebé, su sistema corporal se enfrenta a situaciones que pueden ser traumáticas y
que conllevan un estrés orgánico, dando lugar a tensiones y restricciones en los tejidos que
van a tener consecuencias más allá del propio nacimiento, a lo largo del despliegue y
crecimiento del cuerpo de la persona; como por ejemplo: la inducción acelerada del parto por
medios químicos artificiales (sueros con Oxitocina), vuelta de cordón umbilical en el cuello del
bebé, que éste puede experimentar en el futuro como situaciones que le agobian y le asfixian
en la vida, o tracciones mecánicas como los fórceps o la ventosa de succión, que estresan los
tejidos durales que envuelven y protegen el Sistema Nervioso Central
Desde que somos concebidos, entramos en
relación; en relación con la vida en un plano
material, en relación con nuestros progenitores, a los
que un día llamaremos y concebiremos como padres
( aunque a veces éstos no coincidan con aquellos),
en relación con el mundo que se abre ante nuestros
sentidos
Este entrar en relación con…, e interactuar con el
entorno, va escribiendo desde el primer momento
nuestra historia personal, historia de vida que va
quedando grabada en los tejidos de nuestro cuerpo
en formación y en lo más profundo de nuestro ser,
configurando además las bases psíquicas que
determinarán nuestra futura personalidad.
Por tanto cuerpo y mente están íntimamente
relacionados desde el inicio de su formación, y en
ambos se archiva la información de nuestra historia
personal.
En esa interrelación con el entorno intra y extra uterino que establecemos desde el comienzo
de nuestra vida, y que como hemos dicho va a conformar nuestra historia personal, no todo es
perfectamente integrado, aunque si incorporado a nuestro ser en formación.- Va a haber
elementos químicos, “energías parásitas” o emociones insanas ( lo que llamamos noxas ), que
no integremos convenientemente o que directamente nos ocasionen algún tipo de daño, ante el
cual se producirá una reacción de contracción defensiva tisular o de miedo, lo que originará en
nuestra estructura en formación (tanto física como psíquica), alteraciones y/o bloqueos más o
menos importantes que se podrán poner de manifiesto nada más nacer o en un futuro, a lo
largo del desarrollo de nuestra vida.
El Ser que se encarna, es de procedencia espiritual (todos nosotros somos seres espirituales
encarnados, lo que en Biodinámica se conoce como la encarnación del aliento de vida), es
pura energía de amor.- Es por esto que se puede encarnar y tomar forma físicamente.- Si no
fuese pura energía de amor, nada podría ser creado, concretizado, materializado, pues es
intrínseco a esta energía espiritual de amor el unir, nutrir y crear.- Por tanto ese ser espiritual
de puro amor, que encarna, que toma forma, necesita del entorno adecuado para el
despliegue y expresión de todo su potencial.
Todo Recién Nacido, despierta en quién lo contempla un sentimiento de ternura, porque al
contemplarlo resuena en nuestro interior ese amor que en su día se desplegó y nos formó a
nosotros
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Durante el embarazo el bienestar físico y emocional de la madre principalmente, y su entorno, es importante para el desarrollo equilibrado del feto. La terapia craneosacral, el shiatsu, etc. pueden ser un buen apoyo natural para paliar los síntomas de los cambios emocionales y fisiológicos que se producen desde el momento de la concepción en la madre, tales como náuseas, alteración del sueño, ciática, dolor de espalda en general, calambres, mala circulación, estreñimiento, hemorroides, etc.
Además mediante este apoyo aumentan las posibilidades de que el parto se desarrolle de forma más natural y rápida. Después del parto, si éste se ha desarrollado con normalidad, puede resultar muy útil tomar unas sesiones para facilitar que la cadera, la musculatura, en general el cuerpo y las emociones vuelvan a su estado habitual
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