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05.04.2013 10:40

EL "ESPACIO SAGRADO" EN EL HINDUISMO Y EL BUDISMO

 

Es bien conocida la visión que el hinduismo clásico tiene del mundo como samsara, un espacio infinito donde la realidad múltiple va cambiando constantemente de forma en un ciclo infinito de "reencarnaciones" sucesivas.

El samsara, por lo mismo que constituye la multiplicidad mundana es maya, o sea ilusorio. Es así que el hinduismo consiste en la "doctrina del desapego" (Sanatana Dhamma) con respecto a toda la multiplicidad, gracias al esfuerzo yóguico desarrollado por el principio de individualidad, "jivatman", quien va reencarnándose de manera sucesiva hasta liberarse finalmente de todo apego (karma).

Tal como dice el Bhagavad-Gita:

"Has de saber que ni la materia (Prakriti) ni el espíritu (Purusha) tuvieron principio, y que todas las modificaciones y las Gunas (o atracciones) proceden de la materia. Prakriti determina la cadena de causas y efectos. Mientras Purusha determina la experiencia del placer y el dolor. Pues el espíritu que reside en la materia experimenta las Gunas de la materia, y el apego a las Gunas es la causa de los renacimientos y sus circunstancias. Pero en el cuerpo reside también el Ser supremo, llamado el Testigo, el Fundamento, el Gran Señor, el Mahatman. Quien así conoce el espíritu (purusha) y la materia (prakriti) con sus Gunas, no vuelve a renacer, haga lo que haga" (8).

Y con respecto a ese Ser Supremo o Mahatman, expresa también:

"Aunque carece de sentidos, todo lo percibe. Sin tocar nada, todo lo sostiene. No constituido por las Gunas, las contiene. Exterior a todos los seres, sin embargo está en ellos. Inmóvil, sin embargo se mueve. Es tan sutil que no puede ser percibido. Está muy lejos y sin embargo muy cerca. Indiviso, se manifiesta dividido en la infinidad de seres existentes. Es el fundamento de todas las cosas, el que las crea (=Vishnu) y el que las destruye (=Siva)" (9).

Con este texto puede apreciarse ya la sutilidad con que, en el hinduismo clásico, se plantea la relación entre el Ser Supremo o Fundamento sagrado de todos los seres y el espacio profano propio de la multiplicidad, o samsara, donde actúan la materia y el espíritu individual ("jivatman"). El mito más conocido para establecer esa relación que constituye el "espacio sagrado" hindú es el de la montaña o cono Sumeru, que se encuentra en el centro de la superficie terrestre, en el eje vertical del cosmos imaginado en forma de huevo (10). En los diversos costados de esa montaña sagrada se encuentran la multiplicidad de los seres terrestres y de los celestes ("apsaras" y "gandharva"). En la cima del cono Sumeru está la morada de los dioses eternos y de los que ya han logrado la "inmortalidad", los "amara", superando definitivamente el ciclo de reencarnaciones. De ahí que ese lugar sagrado se denomine "Amaravati" (ciudad inmortal).

Ese mito de Sumeru y Amaravati se verá reflejado después en los stupas de los santuarios budistas, que tienen la forma cuadrangular de Amaravati, a los cuales se accede por cuatro entradas protegidas con rejas de piedra o madera (vidikà), desde cada uno de los cuatro costados, representando los cuatro puntos cardinales. En sus cuatro puertas están esculpidos los lokapàla, o protectores del mundo terrestre, representados por figuras humanas de divinidades. Los stupas tienen una misma estructura simbólica: En el núcleo más interior hay una masa sólida hecha con tierra y piedras, rodeada por grandes paredes de ladrillo, las cuales están recubiertas con placas de piedra pulida. Ese conjunto macizo central es denominado anda, que significa "huevo" o "testículo"; también se lo llama garbha, que significa "útero", el cual contiene la bija, o "semilla", que a veces es identificada con la "reliquia" o restos del Budha (11). Está en el centro de un espacio en forma de terraza (medhì), o de varias terrazas superpuestas y conectadas entre sí, que permiten dar la vuelta ritualmente alrededor del anda, siempre en dirección de occidente hacia el oriente y ascendiendo hacia la cima de la torre maciza que está en el centro, o anda. En esa cima hay un baluarte cuadrangular ("harmika") con elementos decorativos en forma de corona o de turbante. A las diversas terrazas se puede acceder también por medio de una escalinata (sopàna). En algunos lugares de la India, el "espacio sagrado" se encuentra situado dentro de cuevas, cuyas entradas substituyen las cuatro puertas de los Stupas, que permiten acceder a una especie de altar, a cuyo alrededor pueden caminar los peregrinos devotos. En algunas de estas cuevas habitan monjes budistas. Su interior constituye un "espacio sagrado" sin esculturas figurativas, que recibe la tenue luz solo a través del acceso exterior de la cueva. Denotando así una forma de espiritualidad más depurada en el camino yóguico de la total extinción de la realidad exterior, hacia la pura iluminación interior.

Por lo dicho antes, respecto a las stupas más habituales, puede verse la relación existente entre el "espacio sagrado" constituido por la stupa, cuyo centro es el origen primordial de la vida (anda), equivalente al "ombligo" de otras tradiciones, y el ritual de acceso hacia la vida, caminando de occidente a oriente hasta llegar finalmente a la cúspide de ese centro cósmico.

De esta manera, la montaña Sumeru del hinduismo, coronada por la "ciudad inmortal" Amaravati, se ve transformada, en el budismo, por la stupa, cuyo centro es el "huevo sagrado" rodeado del camino ascendente de las múltiples terrazas que permiten ir accediendo, en sucesivas vueltas encarnatorias, hasta llegar a la cima de la Vida inmortal. Cuando el peregrino llega a esa cima que corona la stupa, considera que ha logrado anticipar "ritualmente" su propia "iluminación definitiva", que lo convierte en Budha, superado ya todo apego kármico. Así, la misma estructura arquitectónica del "lugar sagrado" le ofrece, al fiel budista, la oportunidad física para el viaje metafísico, que es lo que pretende a su vez el ejercicio del yoga (12). La explicación del "espacio sagrado", como "centro teofánico" que conecta con lo transcendente se encuentra también en otras formas de expresión budista que conciben la creación del mundo como partiendo de una altura central, desde la cual todo se ha expandido y a la cual accedió originariamente el mismo Budha, constituyéndose así su doctrina (Damma) en el "camino" de acceso para los demás:

"Inmediatamente después de nacer, el Budha puso sus pies sobre la tierra y vuelto hacia el Norte dio siete saltos, situándose en la cima; y gritó: yo estoy en la cúspide del universo y soy el origen del mundo" (13).

En forma análoga al stupa puede verse el sentido del mandala practicado en las escuelas "tántricas" tibetanas. La palabra "mandala" significa "círculo" o "centro". De hecho su práctica consiste en pintar en el suelo, sirviéndose de un hilo de color hecho con fibras de harina de arroz, un diagrama de círculos inscritos dentro de un cuadrado. En su interior se representan diferentes imágenes de divinidades tántricas. En ese espacio, el neófito se somete a un rito de iniciación consistente en ir penetrando en los diferentes niveles del "mandala", que equivalen al peregrinaje del fiel budista recorriendo el camino hacia la cima del stupa (14).

 

Una perspectiva similar y complementaria puede encontrarse también en los textos védicos donde se establece el ritual de consagración del "espacio sagrado", identificado con el altar para el sacrificio. En el Çatapatha Brahmana la erección del altar sagrado se concibe como un rito de "creación del mundo" (15) gracias al cual ese lugar sagrado constituye un verdadero "microcosmos" donde se repite la cosmogonía. Así, el mismo texto Brahmana considera que el agua utilizada para amasar los ladrillos del altar y de sus fundamentos es el "agua primordial" de la cual Brahma hizo surgir el mundo (16), desde su "trono de lotos" (17). La "flor del loto" es, por lo mismo, un símbolo muy frecuente en el hinduismo y particularmente en el budismo japonés de los seguidores de Nichiren, que veneran el Gran Título (go daimoku) del Sutra-Loto, para expresar la vida renovada, que siempre emerge pura y luminosa sobre las aguas, sean estas limpias o contaminadas; aunque para las escuelas de Nichiren tome una connotación también política, denotada con el término kaidan, con el que se quiere indicar que la misma tierra japonesa se constituye como "tierra santa" (equivalente, en algo, al "monte Sión" bíblico), hacia la cual concurrirán para congregarse ahí todos los pueblos de la tierra y recibir la salvación mediante el Sutra-Loto (18).

Por otra parte, el simbolismo del "agua" como elemento constitutivo del "espacio sagrado" vincula también ese fundamento sagrado con la "purificación", que se logra al conectar lo mundano con su origen primero incontaminado.

El " agua primordial" es, pues, a la vez símbolo del "caos" o nada, del cual Brahma hizo surgir el Ser de cuanto existe, y el "agua incontaminada" que fecundó la vida y con cuyo contacto se produce la regeneración de quien se lava ritualmente en ella. Esa connotación es dada por el concepto del tirtha, inseparable del agua, que interioriza todo lo que lleva consigo la noción de purificación, tan propia del hinduismo y que permite comprender la importancia de la inmersión en las aguas sagradas del río Ganges para todo hindú. En definitiva, lo que purifica es el contacto con lo divino, hasta el punto que lo sagrado puede ser definido como "la manifestación poderosa y llena de esplendor de purificación de lo Divino que actúa a través de los espacios (sagrados), los objetos, los gestos purificadores, manifestación por la que lo Divino libera a la conciencia-sujeto del hombre de su encadenamiento y de sus manchas" (19). Algo similar puede decirse respecto a las "ciudades santas" que abundan, en la India, y hacia donde constantemente peregrinan multitudes de fieles.

Por otra parte, este mismo significado "purificador" del acceso al espacio sagrado, determina también su relativización en el proceso de interiorización budista, así como del hinduismo krishnaita. Y ello constituye un fenómeno habitual también en otras religiones, consistente en la relativización del mismo espacio sagrado a medida que el fiel profundiza en el significado de esa mediación espacial. El "lugar sagrado" tiende, pues, a identificarse con el "conocimiento" creyente o místico. Así el Baghavad-Gita establece como " sagrado" cualquier espacio, con un mínimo de condiciones "religiosas", donde el Yogui pueda concentrarse en Brahma:

"El Yogui debe permanecer en un lugar solitario, meditando en el Atman, controlando su cuerpo y su mente, libre de apego y de deseo. En un lugar limpio de impurezas, ni muy alto ni muy bajo, se preparará un asiento con hierba sagrada (Kusha), cubierta con un lienzo y una piel negra de antílope... En ese asiento, con la mente concentrada y los sentidos y el pensamiento bajo control, se purificará identificando su ser con el que reside en todas las cosas... De esta manera el Yogui se identificará con el Atman y obtendrá la paz que culmina en el Nirvana... en verdad el Yogui es superior a quienes se esfuerzan en hacer méritos mediante la penitencia, la erudición o los rituales... y el mejor de todos los Yoguis es aquel que se llena de Mi amor y se dedica plenamente a Mí" (20).

Asimismo, en la perspectiva radical del primer budismo, tal como puede apreciarse en los textos del Canon Pali de la doctrina de Buda, el concepto de "espacio sagrado" equivale finalmente al "aislamiento monástico". Es en la soledad donde el monje budista encuentra el "lugar" de la superación del karma que lo apegaba al mundo profano, sin permitirle la liberación. El único "espacio sagrado" es, pues, interior. En esa concentración de la mente el monje budista debe encontrar la experiencia religiosa del Nirvana, mientras esté en este mundo, para lograr la fusión en el Uno del Pari-Nirvana, una vez superado el ciclo de reencarnaciones. En el comentario a la tercera noble verdad del Budismo, referida a la extinción del sufrimiento, el texto canónico Nicaya expresa:

"Esto es paz, esto es sublimidad: el fin de todo lo compuesto, el abandono de los fundamentos de la existencia, la aniquilación, la desaparición, la extinción del deseo, el nirvana" (21).

Y para lograr esa "liberación" (moksa) definitiva, no se requiere ningún "espacio sagrado" especial, sino únicamente el propio aislamiento, tal como lo recoge un texto en el que se transmiten las últimas palabras de Buda antes de morir:

 

"Que cada uno de Ustedes sea su propia isla, cada uno de Ustedes su propio refugio, sin buscarlo en ningún otro lugar. Que cada uno de Ustedes tenga el conocimiento por isla, tenga el conocimiento por refugio, sin buscarlo en ningún otro lugar. Todo esto, oh monjes, que yo he comprendido por experiencia propia y que les he enseñado, y que Ustedes han aprendido a fondo, debe ser practicado y cultivado, deben trabajarlo con asiduidad, a fin de que esta vida de pureza se mantenga y perdure siempre, en beneficio de muchos, para felicidad de muchos, para compasión del mundo, para el bien y la felicidad de todos los seres humanos y divinos" (22).

 

 

II. EL "SPACIO SAGRADO" EN EL ISLAM

 

El Islam prohíbe la sacralización de objeto o imagen alguna, en coherencia con su concepción radical del monoteísmo expresado en la Shahada: "No hay otro dios sino Alá". Toda sacralización de cualquier objeto o figura humana o animal constituye, así, shirk; es decir, idolatría, que es el pecado más abominado por los musulmanes. Por eso mismo, quienes consideran algo como "santo" al lado de Alá, son "asociadores", nombre dado a los infieles (judíos y cristianos) por el Corán (23). En cambio, el Corán y, por lo mismo, la tradición musulmana establece un "espacio sagrado", como una de las cinco instituciones fundamentales del Islam: la mezquita. Y, a la vez, prescribe la peregrinación a la primera mezquita, la Kaaba, como uno de los cinco "pilares" del musulmán practicante.

La Kaaba es la enorme piedra de basalto negro que constituye el centro del espacio sagrado de la mezquita de La Meca. Se trata de un santuario anterior a Mahoma, que constituía centro de peregrinaciones y de culto politeísta de las tribus nómades árabes preislámicas, y que era administrado por la tribu principal de los "koreish". La experiencia monoteísta de Mahoma en su primera etapa de La Meca lo llevó a enfrentarse al culto politeísta y a los responsables "koreish" del culto de la Kaaba y, debido a ello, en el 622, tuvo que emprender la huida, o "hégira", a Yatrib, ciudad que posteriormente se convertiría en Medina-t-el nabí (ciudad del Profeta). Ocho años más tarde, el 630, convertido ya en el líder indiscutido de todo el mundo islámico, Mahoma regresó triunfalmente a La Meca e hizo la consagración de la Kaaba en honor de Alá. El rito que, según la tradición (hadith), habría realizado Mahoma en esa ocasión funda la norma religiosa de la "peregrinación" anual ("Hajj") a la Meca, preceptuada para todo buen musulmán, así como el rito concreto de circunvalación que los peregrinos realizan en ese lugar sagrado.

De acuerdo a la tradición islámica, la Kaaba está situada en el lugar más alto de la tierra, frente a la estrella polar, que se halla en el centro del firmamento (24). Por eso la Kaaba se salvó del diluvio, así como Jerusalén.

El lugar más sagrado de Jerusalén, el "tophel", tenía como núcleo sagrado la "roca de Abrahán", donde Dios le había inicialmente pedido que sacrificara a Isaac. Según la tradición rabínica, esa "roca" cubría un hoyo que conectaba con las aguas caóticas del "tehom", de tal manera que si se sacara esa roca, volvería el diluvio sobre la tierra; dicho en otros términos, el mundo está fundado gracias al lugar sagrado de Jerusalén (25). Lo mismo se expresa con el mito "cosmogónico" correlativo, según el cual el mundo fue creado por Dios como un embrión, "y así como el embrión se desarrolla a partir del ombligo, asimismo inició la creación del mundo a partir de Jerusalén y desde allí se extendió en todas direcciones" (26). De la misma manera, según el Corán, Abraham habría también fundado la antigua mezquita ("quibla") de la Kaaba, tal como le fue revelado a Mahoma (27). De ahí que la Kaaba constituya el verdadero centro primero del universo, hacia el cual ha de "mirar" todo aquel que quiera fundar su existencia en Dios. Por eso, junto a la peregrinación anual a la Meca ("Hajj") para hacer las siete circunvalaciones alrededor de la Kaaba, el fiel musulmán deberá orar siete veces al día ("Salat") en dirección a la Kaaba de La Meca, tal como lo prescribe el Corán:

"Te haremos dirigir tu mirada hacia la quibla con la cual estarás satisfecho. Mira en la dirección a la mezquita sagrada. Dondequiera que te halles, vuelve tu rostro en aquella dirección. Aquellos a quienes ha sido dado el Corán saben que esa es la verdad procedente de su Señor..." (II, 139/144).

La orientación hacia la Kaaba remite también a la vinculación del "espacio sagrado" con la teofanía originaria fundante. De ahí que el Corán señale explícitamente esa relación entre "espacio sagrado" y "verdad revelada":

"Vuelve tu rostro en dirección de la Mezquita Sagrada. Dondequiera que estéis, volved vuestros rostros en su dirección. Aquellos a quienes se dio el Corán saben que es la Verdad procedente de su Señor La Verdad procede de tu Señor No estés, pues, entre los escépticos De dondequiera que salgas, vuelve tu rostro en dirección de la Mezquita Sagrada. Esto es la Verdad procedente de tu Señor" (II, 144-150).

Este precepto de "orientarse" siempre hacia la Kaaba, en las siete plegarias del musulmán, determina el significado de la urnacina o "mihrab", a menudo ricamente trabajada, que se halla en todas las mezquitas en un punto distinto según la dirección en que se encuentre la Meca, y los fieles se postran siempre orientados hacia la "mihrab", asegurando así su vinculación fundante con el "centro del mundo" situado en la Kaaba. La íntima relación entre la piedra de Abraham, que identifica el templo de Jerusalén con el "axis mundi", y la "kaaba" considerado el "centro más alto de la tierra", erigido también por el mismo Abraham, se ve ratificada de forma muy significativa en otra tradición islámica fundada en el famoso texto del Corán sobre el fantástico "viaje nocturno" de Mahoma. Dice así:

"Loado sea quien hizo viajar a su siervo, por la noche, desde la Mezquita Sagrada hasta la Mezquita más remota, aquella a la que hemos bendecido su alrededor, para hacerle ver parte de nuestras aleyas..." (XVII, 1)

La "Mezquita sagrada" es aquí sin duda la Kaaba, y la Mezquita "más lejana" ("El Aksa") ha sido siempre identificada por la fe musulmana como el lugar más sagrado de Jerusalén, el "tophel". Ahí se construyeron más tarde las dos mezquitas, en la llamada "explanada de las mezquitas": la de Omar, en el mismo lugar del antiguo templo judío y teniendo como espacio más sagrado la antigua "roca de Abraham", denominada ahora la "roca de Mahoma", y la mezquita "el Aksa" (="la lejana", en relación a la Meca), a la cual se refiere el texto citado del Corán.

Ese texto coránico sobre el "viaje nocturno" de Mahoma a Jerusalén ha dado pie a una rica tradición, con la que se vincula el "espacio sagrado" primigenio de la Kaaba, con el lugar sagrado de la tradición bíblica sobre la "roca de Abrahán", conectando ambas tradiciones y convirtiendo, apologéticamente, la tradición religiosa bíblica en un anticipo y confirmación de la revelación coránica, al vincular la revelación del Corán recibida por Mahoma en la Meca, con una experiencia extática del mismo Mahoma hecha en la "roca sagrada de Abrahán", en Jerusalén, convirtiéndose por ello desde ahora en la "roca de Mahoma".

Hay abundantes tradiciones sobre el "viaje" legendario de Mahoma. De ella se conserva una excelente edición latina, con versión francesa (la versión castellana original está extraviada), que fue ordenada por Alfonso X el Sabio, y hecha en Sevilla en 1264. En Profeta, montado en el equino "al-Borak" y guiado por el ángel Gabriel, fue trasladado hasta el templo de Jerusalén:

"Et postquam fuimus ante portam templi, precepit mihi ut descenderem ad quendam nigrum lapidem ...et accipiens me per manum, duxit in templum...; et ecce Gabriel me per manum accipiens duxit extra templum et ostendit mihi quandam scalam, que durabat a primo celo usque ad terram ubi stabam..." (28).

A continuación el texto va narrando la "ascensión" de Mahoma a los diversos espacios celestes hasta llegar al lugar mismo de la habitación divina, separada de las estancias anteriores por grandes cortinajes:

"Sic eundo per cortinas illas, tantum profectus sum quod inter deum et me non erant nisi due cortine solum, quarum una tenebrarum erat, et altera sue potencie claritatis. Et dum ista respicerem, ecce audivi post cortinas illas vocem quandam, que dixit verba libri alkoran:... nuncius (el Profeta) credidit totum quod in historia dictum est, a primo usque ad finem... Et Dominus dixit mihi: Machomete, accipe historiam istam Alkoram, quam tibi dono et concedo...

Accepi librum de manu sua... Et tunc, inter ipsum et me non erat aliquis angelus, neque homo, aut quicquam aliud nisi solum ipse et ego eciam recto situ" (29).

En este texto notable quiere destacarse sin duda la íntima vinculación entre la revelación coránica recibida por Mahoma, inicialmente en La Meca y confirmada solemnemente en el lugar más sagrado de la tradición abrahámica previa, situado en Jerusalén, conectando así la "roca negra" (nigrum lapidem) de Abrahán con el cielo, por medio de la "escalera" por la que Mahoma ascendió para recibir la ratificación divina del texto coránico, una vez fue trasladado, desde la Meca a ese "lejano" lugar sagrado, el Aksa.

De esta manera el "espacio sagrado" islámico constituye también el punto de confluencia entre cielo y tierra, así como el lugar donde el fiel musulmán puede conectarse con la "experiencia revelatoria" (teofanía) fundante, dada al Profeta.

Los místicos sufíes musulmanes, al profundizar en el monoteísmo estricto, evitando toda "asociación" (shirk), llegaron a una espiritualidad de la superación radical de las formas espacio-temporales, que los llevó a relativizar el "espacio sagrado" como lugar de revelación y medio de acceso a Dios, interiorizándolo y dando la primera importancia religiosa al "conocimiento". Así el sufi Jakim Jami expresa:

"Si alguien quiere llegar a Alá, debe buscarlo en el corazón de los hombres... Llevar alegría a un solo corazón es mejor que construir muchos santuarios para adorar ahí a Alá..." (30).

O también:

"Los gnósticos son el centro de la atención de Dios en el mundo; es más, son el centro de la teofanía de Dios en la existencia... Dios ha erigido los cimientos de la religión y, aún más, los cimientos de todas las religiones sobre el solar de su gnosis" (31).

 

En esa misma línea, el gran sufi Ibn-Arabí llegaba a una relativización aún más radical de todas las mediaciones de los espacios o los objetos sagrados:

"Hubo un tiempo en que yo censuraba a mi prójimo si su religión era diferente de la mía. Ahora, mi corazón acoge toda forma: prados para las gacelas, claustros para los monjes, templos para los ídolos, kaaba para los peregrinos, tablas de la Torah, libro del Corán. Mi religión es Amor, dondequiera que se oriente" (32).

Sin embargo, el impacto de esta teología negativa sufi, difuncional a la religiosidad popular masiva de los musulmanes, determinó que ese movimiento fuera perseguido en diversos países por los responsables institucionales del Islam, tanto del ala sunnita como de la shiita, si bien el sufismo mantuvo siempre y sigue manteniendo, dentro del Islam, el prestigio propio de los santos místicos.

Pero el "espacio sagrado" sigue hoy día marcando trágicamente la guerra entre judíos y musulmanes en la "tierra santa". En la de "la Kaaba", en Arabia Saudita, por la presencia de soldados norteamericanos que llevó a Bin Laden a emigrar, autoexiliándose, a Afganistán, apelando a la prohibición coránica según la cual: "Los asociadores no deben cuidar del mantenimiento de las mezquitas de Alá, siendo testigos contra sí mismos de su incredulidad (Corán, IX, 17). Y en Palestina, la última "intifada" tuvo como ocasión o pretexto el que un "asociador", como lo era Ariel Sharon, osara poner el pie en la "explanada de las mezquitas" de Omar y El Aksa; mientras, por su lado, ese mismo "espacio sagrado" es considerado por los grupos judíos más radicales como el garante de la legitimidad propia en la posesión de esa tierra ancestral. Pero el conflicto vinculado al "espacio sagrado" de la tierra santa es particularmente trágico cuando asume perspectivas "fanatizadas" que hacen de Dios, sea este Jahvé o Alá, un recurso funcional a los intereses del propio grupo. Ahí el "espacio sagrado", en lugar de conectar la propia tierra con el cielo, se convierte en un factor poderoso de muerte e inconsistencia para todos. Quizá habría que conectarse de nuevo con la espiritualidad "sufi" musulmana y la tradición "chasidita" judía para devolver a esa "tierra" su verdadero fundamento sagrado común, el Dios-misericordia (Al-Raham), capaz de alimentar también una común fraternidad.

III. EL ESPACIO SAGRADO EN LA TRADICIÓN MAPUCHE

Para terminar, quiero presentar brevemente algunas reflexiones sobre el "espacio sagrado" de la tradición mapuche, tan cercana a nosotros, pero a la vez tan amenazada de verse peligrosamente alejada de nuestra propia tradición.

Según la cosmovisión mapuche todo el mundo que los rodea, "Wallontu Mapu", es sagrado por ser la tierra de los ancestros que allí vivieron y siguen ahí sobreviviendo integrados a la vida de sus descendientes. De ahí la importancia religiosa de la vinculación a esa "tierra" (mapu) de los propios ancestros. Por lo mismo, cualquier lugar previamente convenido es adecuado para el desarrollo del rito fundamental de "consagración" de la tierra, el Ngillathun o Rehuen, que se celebra cada cuatro años, probablemente en correspondencia al carácter cuaternario del espacio dividido en cuatro puntos cardinales; aun cuando la celebración puede ser ocasionalmente fuera del tiempo cuaternario. El lugar elegido, Ngillatuhue, para la celebración ritual, tiene como centro el llangi, consistente en un tronco de árbol con una cara esculpida en su parte superior (Rehue) y recubierto de ramas de canelo. Es alrededor de ese Rehue que transcurre todo el rito de consagración de la naturaleza, impetrando a Dios la fecundidad de la tierra y de los animales en los próximos cuatro años y dándole gracias por los beneficios recibidos en el período anterior (33).

El Rehue constituye además el símbolo particular del carácter mediador de la machi entre su propio pueblo mapuche y su dios Nidol-Ngenechen, cuyo rostro está simbolizado por la cara tallada en la parte superior del Rehue. Por eso el Rehue se encuentra siempre ubicado frente a la puerta de entrada de la "ruca", situada hacia el oriente, donde habita la (o el) machi, revestido de ramas de canelo, cuando la machi ha recibido su consagración como tal (Ngeikurehuen) (34), o sin revestimiento alguno, si se trata de una novicia no consagrada (kemu-kemu).

La consagración de una machi está, sin embargo, supeditada a que esa persona haya tenido el impacto del perrimontún, que constituye un llamado vocacional vinculado a menudo a la experiencia revelatoria hecha en un "espacio sagrado" concreto, donde fue tomada por el Espíritu (Fil.leu). Así cuenta su propia experiencia de perrimontún la machi Ammillán:

"No bien hube llegado al monte, cuando se me presentó un camino que antes nunca había visto y que ahora tampoco he podido encontrar. Seguilo, y al atravesar un arroyo que por él pasaba, tropezaron mis pies con algo extraño: era un Kultrún. Tan pronto como tomé en mis manos el instrumento, presagio de que iba a ser machi, apareció en mi camino un perro que me guió hasta llegar a la montaña de Nahuelbuta, en donde encontré al dios. Escondiome este bajo un cajón para que los ilochefe (ogros) no me vieran y aprovecharan mi carne joven. Después me enseñó el modo de curar las enfermedades, de provocarlas y mantenerlas por el tiempo que deseara, como también lo que debía cobrar por la aplicación de remedios y visitas" (35).

El Rehue, como signo sagrado fundamental mapuche, constituye un verdadero "axis mundi" que conecta la tierra (mapu) con el cielo (wenu). Contiene en sí mismo todo el universo como un microcosmos. En la parte anterior del tronco están tallados siete peldaños, significando esa totalidad, de manera ascendente: el primero, de color negro, está enterrado bajo tierra, simbolizando el mundo o tierra inferior (miche-mapu); el segundo peldaño, que está a ras del suelo, de color verde, corresponde a la tierra (mapu); encima de ella, como tercer peldaño, está el espacio atmosférico (Anka-wekufe), de color rojo,considerado como el ámbito de los malos espíritus que amenazan al ser humano; encima de este espacio de malas influencias están los cuatro peldaños superiores celestes (azul morado, azul marino, azul celeste y azul blanco) que culmina con el espacio superior propio del Nidol-Ngenechen.

Cuando los malos espíritus (Wekufe) que habitan el espacio atmosférico logran producir un desorden grave en la tierra o en el ser humano, la machi interviene ascendiendo ritualmente por el Rehue hasta colocarse en la plataforma superior frente al rostro tallado del Nidol. Y ahí entra en el éxtasis chamánico que le permite recibir la revelación del cielo respecto a cual es el espíritu maligno que ha producido aquel mal. Y una vez la machi ha recibido ese don salta al pie del Rehue, donde es recogida por un grupo de hombres y fija el día para realizar el exorcismo en la casa del enfermo o en el lugar del desastre, si se trata de un mal cósmico (sequía, terremoto, maremoto). De esta manera, gracias al acceso por ese "axis mundi", la tierra o el microcosmos humano podrán ser restaurados y volver al orden originario creado por Dios.

Todo hombre y mujer mapuche está, pues, fundado en el Nidol, cuya estructura simbólica es por lo mismo cuaterna, incluyendo en sí la totalidad de la vida humana bisexuada: Fucha (anciano), Cushe (anciana), Hueche Wentru (hombre joven), Wicha domo (doncella joven).

Asimismo, la sacralización del espacio, buscada tanto a través del Ngillathun como del Machithun, se encuentra también en la misma estructura geográfica del pueblo mapuche, conectando los cuatro grupos mapuches de acuerdo a los cuatro puntos cardinales y a los 16 pillanes (o poderes volcánicos) simbólicamente distribuidos en: Picu (4 pillanes del norte: "picunches"), Huilli (4 pillanes del sur: huiliches), Puel (4 puillanes de oriente: puelches) y lafkén (4 pillanes de occidente: lafkenches).

Análogamente, el instrumento musical utilizado en todos los ritos religiosos mapuches, el cultrún¸ constituye también un símbolo microcósmico, con los cuatro puntos cardinales ahí representados. Los astros representados en los cuatro ángulos del cultrún son la luna (cuyen) y la estrella de la mañana (Guñelfe).

Ambos signos astrales nocturnos son vistos como portadores de la cuaternidad omnienglobante del Nidol: luna o estrella plena (Fucha), luna o estrella oculta (Cu-she), luna o estrella ascendente (hueche Wentru) y luna o estrella menguante (Wicha domo) que fundan el orden de la tierra en correspondencia con el orden del cielo.

 

 

CONCLUSIÓN

 

El tema del "espacio sagrado" aparece, pues, en toda forma religiosa como una dimensión mítico-ritual propia del ser humano que refleja, por un lado, su propia conciencia de ser no fundado en sí mismo; pero, a la vez, intuyendo con fuerza inextirpable que hay un fundamento transcendente que lo determina en su propio ser, constituyéndolo como creatura. La "nostalgia" que lo mueve a buscar conectarse con ese fundamento originario se manifiesta en la referencia mítica a un "espacio sagrado" donde "in illo tempore" tuvo lugar esa conexión del cielo con la tierra y que la celebración "ritual" le permite actualizar y apropiarse salvíficamente.

Este esquema mítico-ritual universal tiene su propia concreción en cada una de las religiones. Aquí he intentado mostrar algunos elementos tal como se encuentran en tradiciones no cristianas tan distintas como el hinduismo y budismo, el islam y la religión ancestral mapuche, cuyo conocimiento puede ayudar a profundizar más en el diálogo interreligioso que constituye una urgencia cada vez mayor en estos momentos históricos de inicio del tercer milenio, que, junto con hacernos más conscientes del pluralismo cultural y religioso, puede, por ello mismo, incitar a luchas de poder, de culturas enfrentadas, intentando someter a otros a las propias cosmovisiones religiosas o laicas.

 

 

RESUMEN

 

El artículo parte señalando el significado fenomenológico originario del "espacio sagrado", presente en toda tradición religiosa. Tal "espacio", constituye el ámbito privilegiado de la celebración ritual, por la cual los fieles creyentes se conectan con una experiencia "teo-fánica". De ahí que la etimología del término latino "fanum" tenga la connotación de "templo" o "lugar sagrado" y que la referencia a esa "teo-fanía" acontecida "in illo tempore", en ese lugar, tenga una fuerza "fanatizadora".

Aquí, pues, se estudia esa perspectiva religiosa referida al "espacio sagrado" en algunos aspectos de cuatro tradiciones religiosas no cristianas: Hinduismo (mito de Sumeru y Amaravati, Tirtha), Budismo (Stupa, Kaidan), Islam (Quibla y mito del "ascenso" de Mahoma) y en la tradición religiosa mapuche (Ngillathuhue y Rehue).

Se muestra también el proceso "interiorizador" del espacio sagrado que se da en algunas de esas tradiciones religiosas, particularmente en la espiritualidad "mística".

 

 

ABSTRACT

 

(The article points out the phenomenological meaning of the "sacred place", which is found in all religious traditions. This "place" represents the special location of the ritual celebrations, trhough which the believers may come in contact with the original "theo-phanic" experience. That's why the ethimological meaning of the latin word "fanum" has the connotation of "sacred place" and also that the reference to this "teo-fania", which happaned "in illo tempore" in this "place", has a "phanatic"strength.

This religious perspective is studied in the present article about the "sacred place" in some aspects of four non christian traditions: Hinduism (the mithe of Sumeru and Amaravati, Thirta), Boudhism (Stupa, Kaidan), Islam (Quibla and the mithe of Mohamed's "ascens"), and, finally, in the "mapuche" religious tradition (Ngillathuhue, Rehue). The author shows also the progressive "inner meaning" given to the concept of "sacred place" in some of these religious traditions, mainly in their "mistical" spirituality).


(1) Julien Ries, Lo sagrado en la historia de la humanidad, Madrid, Ed. Encuentro, 1989, p. 174;         [ Links ] cf. también H. Fugier, Recherches sur l'expression du sacré dans la langue latine, Paris, 1963, pp. 120-125.         [ Links ]

(2) Cf. Mircea Eliade, Traité d'histoire des religions, Paris, Ed. Payot, 1948, cap. X, p. 315.         [ Links ]

(3) Al respecto, puede verse Thierry de Saussure, Psicologia del fonamentalisme, en "El fonamentalisme", Barcelona, Ed. Cruïlla, 1994, pp. 18-19.         [ Links ] La relación entre el "espacio sagrado" o "templo" y la experiencia "fanatizadora" hecha en ese lugar puede verificarse en uno de los lugares sagrados antiguos más significativos, como lo fue el santuario dedicado a Deméter en Eleusis, conocido como telestérion. El carácter sagrado de ese lugar preciso remite a la "hierofanía" de Deméter, quien había ordenado la construcción de ese templo para celebrar sus "misterios", según lo relata Homero en su Himno a Deméter: "Yo soy la veneranda Demeter, que representa la mayor utilidad y alegría así para los inmortales como para los mortales. He aquí lo que debéis hacer: que todo el pueblo me construya un gran templo con su altar al pie de la ciudad y de su alto muro que se ciernen sobre el pozo Calícoro, en la prominente colina, y yo en persona os enseñaré los misterios, para que luego aplaquéis mi ánimo con santos sacrificios" (versión castellana de Hofmann y Rucck, en El camino a Eleusis, México, Fondo de Cultura Económica, 1992, pp. 95ss,         [ Links ] correspondientes a los vv. 265-275 del himno homérico). Los neófitos que eran iniciados en esos misterios en el telesterion, durante los ritos de las Thesmoforias, pasaban de "mustai", o tapados, a "epoptai", los que "habían visto". Y tal "visión", que iba vinculada al contacto físico con una "reliquia sagrada" de Deméter (ta ierá), tenía características profundamente "fanatizadoras", como puede verse en los relatos entregados por la Documentación aportada por Hofmann y Rucck en el mismo libro antes citado; a ello se refiere ya Platón, al hablar de los "phasmata" en el Fedro, 250c.

(4) Cf. Mircea Eliade, op. cit. pp. 316-319.

(5) Cf. Mircea eliade, op. cit. pp. 321-322.

(6) Al respecto, puede verse la obra clásica de Marcel Mauss, Esquisse d'une théorie générale de la magie, en Col. "Année Sociologique", 1902-1903, vol. VII, pp. 1ss.         [ Links ]

(7) Para esto puede verse Frazer, La rama dorada, Ed. castellana de la versión en un volumen, México, Fondo de Cultura Económica, 1944, pp. 33ss.         [ Links ]

(8) Bhagavad-Gita, Yoga XIII, "El yoga del campo y el conocedor del campo", nn. 20-24. Versión de Carlo Frabetti, Barcelona, Ed. Bruguera, 1978, pp. 108-109.         [ Links ]

(9) Bhagavad-Gita..., op. cit. Yoga XIII, nn. 15-17.

(10) La imagen del cosmos como un "huevo" originario se encuentra también en la tradición china, así puede verse el inicio mismo del mito de creación recogido por Confucio en el "Libro de los Documentos Imperiales": "Chang-Yi, el Soberano del cielo hizo el mundo como un huevo de gallina. El cielo era la concavidad superior de la cáscara por donde caminan los astros, la yema era la tierra y la clara era el océano primordial" (Ed. castellana de Gastón Soublette, Anales de primavera y otoño, Santiago, Ed. Nueva Universidad, 1978, p. 41.         [ Links ]

(11) La "reliquia de Budha" puede así ser el equivalente a la "localización" del poder sagrado originario que, como vimos, da pie al "espacio sagrado", como lugar de la repetición de la "teofanía" fundante originaria.

(12) Cf. Kapila Vatsyayan, Espai i símbol en el viatge espiritual vers la il.luminació en l'art de l'Índia, en "Espai i símbol en l'art oriental", Barcelona, Ed. Cruïlla, 1997, pp. 37-43.         [ Links ]

(13) Majjima Nikaya, III, 123.

(14) Ver, al respecto, Mircea Eliade, Traité d'histoire des religions, op. cit. pp. 319-320.

(15) VI, 5, 1ss.

(16) Çatapatha Brahmana, I, 9,2 y 29. En forma análoga al mito de sacralización del "espacio" practicado en el antiguo Egipto con la entronización del faraón que accedía por la escalinata de la pirámide sagrada simbolizando la creación del mundo, gracias a la emergencia desde el fondo de las aguas caóticas de la colina primordial (cf. M. Eliade, Histoire des croyances et des idées religieuses, Paris, I, pp. 97 y 103ss).         [ Links ]

(17) Baghavad-Gita, Yoga XI "El yoga de la visión divina", n. 15.

(18) Uno de los libros sagrados más importantes del budismo japonés es precisamente El loto de la verdadera doctrina (Saddharma-pundarika-sutra), cf. la versión francesa, en Les livres sacrés de toutes les religions sauf la Bible, Ed. Pauthier et Brunet, Paris, 1858, vol. II, pp. 566ss.         [ Links ] Respecto al concepto de kaidan en el budismo japonés de las escuelas de Nichiren, cf. las referencias de Heinrich Dumoulin, Encuentro con el budismo, Barcelona, Herder,1982, pp. 156-158.         [ Links ]

(19) C.A. Keller, Le sacré et l'expression du sacré dans l'hinduisme, en "L'expression du sacré dans les grandes religions", (Ed. J. Ries), Louvain-la-Neuve, Centre d'Histoire des Religions, vol. II, p. 244.         [ Links ]

(20) Baghavad Gita, yoga VI, "Yoga de la meditación", nn. 10-12, 15 y 46-47.

(21) Anguttara Nicaya, 3,32 (La paraula de Buda, Publicacions Abadia de Montserrat, 1984, p. 58).

(22) Digha-Nikaya, n. 16 (en La paraula de Buda, op. cit, p. 122).

(23) Ver, por ejemplo, V, 76/72 y 85/82 (Traducción de Prof. Juan Vernet, Ed. Planeta, 1983).

(24) Cf. A.J. Wensinck, The ideas of the western Semites concerning the Navel of the Earth, Amsterdam, 1916, p. 28.         [ Links ]

(25) Cf. Eric Burrows, Some cosmological patterns in babylonian religion, en "The Labyrinth", Londres, Ed. Hooke, 1935, p. 55.         [ Links ]

(26) A.J.Wensinck, op. cit. p. 16 y 19.

(27) Cf. Corán II, 119/125, 121/127.

(28) Edición de José Muñoz Sendino, Madrid, Dirección General de Relaciones Culturales, 1949:
"Y habiendo llegado a la puerta del templo, me ordenó que descendiera hasta una piedra negra... y tomándome de la mano me introdujo en el templo...; y he aquí que Gabriel, tomándome de la mano, me llevó fuera del templo y me mostró un escalera que iba desde el primer cielo hasta la tierra donde yo estaba" (caps. III y V, pp. 272 y 274).

(29) "Y atravesando aquellas cortinas, caminé tanto que entre dios y yo solo quedaban dos, una de tinieblas y la otra de su poder luminoso. Y mientras las miraba, de repente oí a través de las cortinas una voz que pronunciaba las palabras del Corán:... El Enviado creyó todo cuanto hay en la historia, desde el principio hasta el fin. Y el Señor me dijo: Mahoma, recibe esta historia del Corán; que a ti te doy y te concedo... Recibí el libro de sus manos... Y entonces entre Él y yo no había ángel alguno, ni hombre ni nada más, sino solo Él y también yo frente a frente" (cap. XLIX, op. cit. pp. 391-392).

(30) Citado por Félix Pareja, en "La religiosidad musulmana", Madrid, BAC, 1975, p. 380.         [ Links ]

(31) En Al-Insan al-kamil, II, p. 83 (citado por Seyyed Hossein Nasr, en Sufismo vivo, Barcelona, Herder, 1985, p. 188).         [ Links ]

(32) Citado por Félix Pareja, en op. cit., p. 401. Si bien esa "relativización" del lugar sagrado puede encontrarse ya insinuada en un versículo del mismo Corán, al referirse a la quibla: "Para cada uno hay una dirección hacia la que se orienta. Rivalizad en buenas obras; dondequiera que estéis Dios irá con vosotros..." (II, 143/148).

(33) Puede verse el texto del desarrollo ritual y sus plegarias en la compilación de Martín Alonqueo, Instituciones religiosas del pueblo mapuche, Santiago, Ed. Nueva Universidad, col. La fe de un Pueblo, vol. 7, pp. 26ss.         [ Links ]

(34) Para el desarrollo del ritual puede verse, Martín Alonqueo, op. cit. pp. 209-213.

(35) Jorge Dowling, Religión, chamanismo y mitología mapuches, Santiago, Ed. Universitaria, 1971, p. 88.         [ Links ] Puede verse otra narración de perrimontún en el sueño, recogida por Martín Alonqueo en op. cit. pp. 157-158.

 https://www.scielo.cl/scielo.php
05.04.2013 10:07

Si no tenemos atención consciente, entonces nuestro lenguaje y acciones no tienen sentido. La atención consciente es simplemente el recuerdo. Es una causa para la aparición de la auto-consciencia y la sabiduría. Cualquier virtud que hayamos cultivado es imperfecta si no tenemos atención consciente. La atención consciente es aquello que nos observa mientras estamos de pie, 
caminando, sentados y tumbados.



Ajahn Chah Subhatto (1918 - 1992)

05.04.2013 08:58

 

La doctrina metafísica podría ayudar a redescubrir la naturaleza virgen, eliminando la influencia estranguladora del racionalismo

 

05.04.2013 08:50

 

La propia Divinidad también viaja, como Soplo vivificador, Aliento animado, una especie de latido que mantiene vivo y despierto el cosmos

La existencia como un viaje infinito del hombre y del alma y la idea moderna de que la creación no es algo estático y concluido, sino una danza sin fin de seres y cuerpos celestes, en fuga y cambio constante, fue expuesta ya en el siglo XIII por el filósofo y místico andalusí.

Carlos Varona, arabista y periodista, director del Instituto Cervantes de Jordania, ha descubierto, al preparar la primera traducción en español de “El esplendor de los frutos del viaje”, que acaba de publicar Ediciones Siruela, que este autor ya vislumbró hace ocho siglos la idea de la “creación renovada a cada instante”.

“A tenor de los últimos descubrimientos de la física y la astronomía, a nadie pueden escapársele los inquietantes ecos que estas ideas adquieren”, ha advertido en una entrevista con EFE Carlos Varona, que ha viajado a España poco después de la aparición del libro.

“Ibn Arabi, el San Juan de la Cruz musulmán, está considerado uno de los más importantes teóricos del sufismo, la corriente mística del Islam, además de poeta.

En este libro, desveló, además de la idea de viaje infinito, una noción de radical importancia ontológica, en opinión de Carlos Varona: que la propia divinidad también viaja, como Soplo vivificador, Aliento animado, una especie de latido que mantiene vivo y despierto el cosmos.

En la Introducción del libro, Carlos Varona incluye una referencia a los nuevos hallazgos científicos sobre la expansión acelerada del Universo y una bibliografía.

“El universo -explica- no sólo se halla en expansión, como se sabe desde hace décadas y ya formulara Einstein, sino que esa expansión no puede ser recogida en una fría fórmula física, como cuando explota un objeto y sus partes se disgregan por el espacio”.

“Hoy no se pone en duda -añade- que todo el cuerpo del cosmos recibe, por causas aún no aclaradas, una aceleración en el impulso de alejamiento de las galaxias y estrellas entre sí, no justificada por la explosión primigenia del Big Bang”.

Siguiendo a Ibn Arabi, Carlos Varona recuerda que “el origen de la existencia es el movimiento y que la inmovilidad, a la larga o a la corta, significa la muerte”.

¿Dónde radica la existencia? “El origen -afirma- está en el cambio, partiendo de un germen que se está buscando, lo que ahora llaman la partícula de Dios, un enigma que no conoces, y de ahí la riqueza del camino. Muchos viajeros han comenzado desfondados y ha sido el viaje el que les ha descubierto qué son… el poder del viaje es que hace mutar las cosas, sin mutación sería el final o la muerte para los seres”.

“El viaje -precisa- es un ir mas allá de los límites habituales, un habituarse a romper de manera constante las fronteras de la mirada, para descubrir lo que no se conoce y aprender y hacer frente a los imprevistos y pruebas del camino, en el sentido de vía hacia la verdad”.

Porque lo que quiere decir este libro, según Carlos Varona, es que el camino tiene que tener un sentido, la angustia se crea cuando vas de la nada a la nada y para Ibn Arabi el viaje es un puente para cruzar hacia nuestra esencia y es el que nos permite acceder al mundo de la imaginación creadora, distinta de la fantasía, que no tiene la capacidad visionaria de la imaginación y es enemiga y vulgarizadora de ella”.

Carlos Varona, delegado de la Agencia EFE en El Cairo y director de su Servicio Árabe antes de asumir hace ocho años primero la dirección del Cervantes en Siria y actualmente en Jordania, está especializado en literatura mística musulmana.

Varona publicó anteriormente “El intérprete de los deseos”, el primer libro que tradujo de este filósofo y místico andalusí, nacido en Murcia en 1165 y muerto en Damasco en 1240, cuya obra despierta hoy gran interés en el mundo y está siendo recuperada en EEUU y otros países.

 

05.04.2013 08:41

La propia Divinidad también viaja, como Soplo vivificador, Aliento animado, una especie de latido que mantiene vivo y despierto el cosmos

 

04.04.2013 19:00

 

 

Este texto es copiado de una respuesta dada por Abdennur prado ante el planteamiento que otro hermano le expuso:

, lo que has ofrecido podía ser buena definición de un profeta: "un ser humano quien, a través de esfuerzos tremendos, se transformó y trascendió su limitación humana creándose en el un nuevo orden de Ser: Un ser Iluminado". 

Nadie adora 
estatuas, y menos los budistas. Lo que si vemos a diario es gente que adora a "su" religión en vez de adorar a Al-lâh, la Fuente común de las distintas religiones. Este shirk se muestra, por ejemplo, en la pretensión de que aquello que se ha revelado en el Corán es la única verdad o forma de adoración posible, que deberían aceptar los seguidores de otras tradiciones. Pero Al-lâh nos ha dicho en el Corán que Al-lâh se ha revelado a todos los pueblos, y que cada uno de ellos debe seguir su propia sharia.
 

 

04.04.2013 18:46

 
EL HOMBRE PERFECTO

En las enseñanzas de Ibn al-'Arabi hay una posición central en el hombre perfecto (al-al-kamil insan). Es por eso que Qutb ad-Din Ibrahim bin Abd al-Karim al-Jili (d. 1403, según Titus Burckhardt y ca. 1428 según Richard Gramlich) ha escrito un libro completo dedicado a este tema. En este libro de al-Jili el capítulo 60a es el central. En sus propias palabras: "Este capítulo es el tema real de todos los capítulos de este libro, si todo el libro, desde su principio hasta su fin, es una explicación de este capítulo. Por lo tanto, entender el significado de estas palabras! "

Espero dar un poco de atención a este importante capítulo. Titus Burckhardt ha dado una traducción parcial de todo el libro y en la introducción de "hombre universal" que se presta cierta atención a este capítulo citando partes de ella. Richard Gramlich en su "Islamische Mystik 'es mucho más completo. A partir de su representación del capítulo 60a espero hacer una traducción.


EL HOMBRE PERFECTO

Capítulo 60: Sobre el hombre perfecto y que él es Muhammad y que él es un opuesto correspondiente al Creador y la creación.

Usted debe saber que este capítulo es el objeto real de todos los capítulos de este libro, si todo el libro, desde su principio hasta su fin, es una explicación de este capítulo. Por lo tanto, entender el significado de estas palabras! 

Cada individuo de la especie humana es completamente una copia de los otros. En ninguno de ellos hay alguna carencia en lo que se refiere a lo que los otros tienen y las limitaciones son más que accidental, como cuando alguien ha perdido las manos o los pies o alguien puede nacer ciego a causa de lo que sucedió cuando él todavía estaba en el vientre de su madre. Cuando no hay intervención condiciones accidentales, los individuos son como dos espejos opuestos, en el que cada uno refleja plenamente el otro. Se da la circunstancia de que hay personas en las que usted puede encontrar lo presente en tiempo potencial en otros se trata realmente allí. Los últimos mencionados son el más perfecto entre los profetas y los amigos de Dios. Y también entre ellos hay diferencias en el grado de perfección: se pueden encontrar los perfectos y los más perfectos, pero ninguno de ellos ha sido dotado en este mundo, con más de la perfección de Muhammad [Alá paz y las bendiciones sean con él]. Sus cualidades personales, sus estaciones, sus acciones internas y varios de sus palabras dan testimonio de esto. Él es el hombre perfecto. Los otros profetas perfectos y amigos de Dios se conecten a él como la perfección a una mayor perfección ... Cuando lees en mis libros de la expresión "el hombre perfecto" en un sentido ilimitado, entonces me refiero sólo a las bendiciones de Muhammad [Alá y la paz sea con él], esto por respeto a su estación elevada espiritual y su más perfecta realización ...

Usted debe saber - que Dios te proteja - que el hombre perfecto es el polo (Qutb) alrededor del cual evolucionan las esferas de la existencia / ser de la primera a la última. Él es único desde el comienzo de la existencia hasta la eternidad. Pone en diferentes formas y aparece en muchos lugares de culto y es por eso que se le da un nombre de acuerdo con su atuendo de la época y que no correspondan a atuendos diferentes. El nombre original que le pertenece a él es Muhammad, su apodo es Abu l-Qasim, el nombre que muestra sus cualidades es 'Abdallah y su título es Shamsaddin Honoraria. En lo que respecta a otros atuendos que tiene otros nombres. En cada época, tiene el traje que corresponde a su atuendo de la época. Así es como yo lo descubrí en la forma de mi maestro Sheij Sharafaddin Isma'il al-Jabarti. Yo no sabía que él era el profeta, pero yo sabía que era mi shaykh. Esa es una de sus formas en la que aparecían y en el que lo vi en Zabid [en Yemen] en el año 796/1393-4. El secreto detrás de este asunto es que Muhammad [las bendiciones de Alá y la paz esté con él] puede adoptar cada forma que le gusta. Cuando el iniciado le ve en la forma que tuvo durante su vida, entonces él llama a sus medios por los de su propio nombre. Cuando se le ve en otra forma exterior y sabe que él es Muhammad [bendiciones de Alá y la paz esté con él] lo llama con el nombre de la forma externa.

El nombre de Mahoma sólo se utiliza para la realidad de Muhammad. ¿No sabes que cuando él se apareció en forma de Shibli, Shibli dijo a su discípulo: "atestiguan el hecho de que yo soy el mensajero de Dios", fue discípulo de este hombre de revelaciones místicas y es por eso que reconoció y le dijo: "Yo testifico que es el mensajero de Dios!" No hay nada que destacar. Se puede comparar a la situación cuando un soñador ve que A en la forma de B. La etapa más baja de la divulgación interior es lo que con él en su conciencia de vigilia, el mismo es posible cuando como en el sueño. Hay una diferencia, sin embargo entre el sueño y la divulgación interna y es la siguiente: El nombre de la forma en que se ve a Mahoma en sueños no se utiliza - al estar despierto - para la realidad de Muhammad, ya que la explicación se basa en el mundo de similitudes y es por eso que al estar despierto se habla de la realidad de Muhammad como la realidad de la forma [visto en sueños]. En caso de revelación interior es diferente. Cuando se le revelara que la realidad de Muhammad se revela en la forma de una persona determinada, entonces usted debe dar a la realidad de Muhammad, el nombre de esta figura. Usted tiene que tratar con el dueño de esta forma con los mismos modales tan buenos como con Muhammad, ya que ha sido revelada a usted que Mahoma ha asumido esta forma hacia el exterior. Después de reconocer que él no puede comportarse de la misma manera que antes.

Pero no me imagino que no hay, en mis palabras, alguna alusión a la metempsicosis. Que Dios nos guarde de esa idea! Y que el mensajero me mantenga lejos de esas intenciones! Es de la misma familia que el mensajero de Dios es capaz de asumir todo tipo de formas externas para revelarse en él. Y es su hábito de asumir en cada época la forma de la más perfecta entre la gente con el fin de elevar la posición de esta persona y restaurar las cosas que necesitan ser restauradas. Son sus representantes externos y él es su realty interior.

Sabed que el hombre perfecto en sí mismo comprende correspondencias con todas las realidades de la existencia. Le corresponde a los translunar (superior) la realidad por su propia naturaleza sutil y que corresponde a las sublunares (inferior) con la realidad de su naturaleza cruda. Hay varias correspondencias con la realidad de los seres creados. Su corazón se corresponde con el trono divino como el profeta ha dicho: "El corazón del creyente es el trono de Dios";

su I (aniyah) corresponde al pedestal divino, 

su estación corresponde al árbol de Loto del séptimo cielo, 

su intelecto corresponde a la pluma suprema, 

su alma se corresponden con la tabla vigilado, 

su naturaleza corresponde a los elementos, 

su receptividad corresponde a la materia, 

su juicio corresponde a la esfera novena sin estrellas.
04.04.2013 18:32

Lo que le identifica, lo que le hace ser Él, es su sentido de honor en la Unidad del Creador, por ello entiende, comprende y trasciende, y se siente como libertad y objetividad, cuando lees sus escritos, libros, Musulmán es aquel que es sumiso a Dios y no tiene asociados, y esto es un reflejo en su caminar, pues todo es coherente, lo que dice con lo que piensa y como actúa, no lo idealizamos pues incurriríamos en error, ya que es un humano haciendo su camino....pero si quieres conocimiento reflexivo, es un instrumento del cual aprender, aunque tu religión no sea musulmana.

Ser musulmán en España. Derechos religiosos y debate identitario

El libro analiza la situación de las comunidades musulmanas en España, caracterizada por la precariedad social, el incumplimiento de derechos religiosos y la desigualdad con respecto a la religión mayoritaria, pero también por las rivalidades internas y el avance del fundamentalismo. Se aborda la cuestión identitaria y las razones del rechazo del islam por parte amplios sectores de la sociedad, así como la posibilidad de un islam europeo. No se trata de un análisis académico, ni sociológico ni jurídico, sino de la obra de un musulmán español dedicado a la tarea de la normalización del islam en el espacio laico y, con ello, al logro de una transición hacia la democracia en materia religiosa.

Abdennur Prado (Barcelona, 1967) es uno de los autores más destacados en el campo del pensamiento islámico contemporáneo. Director del Congreso Internacional de Feminismo Islámico y defensor de los derechos civiles de los musulmanes en España, es autor de los siguientes libros: Los retos del islam en el siglo XXI (2011), El islam como anarquismo místico (2010), El lenguaje político del Corán (2009), El retorn de l’islam a Catalunya (2008) y El islam anterior al Islam (2007).


Índice

1. Ser musulmán en España
2. El incumplimiento de los derechos religiosos
3. El debate sobre la representación
4. Islam e inmigración
5. ¿Es el islam parte de nuestra identidad?
6. Apuntes sobre el diálogo interreligioso en España
7. ¿Tiene cabida el feminismo islámico en la Alianza de Civilizaciones?
8. Relaciones entre el islam y la Unión Europea
9. La originalidad del islam europeo

Prado, Abdennur, (aut.)
Editorial Milenio. S.L.
1ª ed.,1ª imp.(03/01/2013)
178 páginas
Idiomas: Español
ISBN: 8497435095 ISBN-13: 9788497435093


Wahdat-e-din: sobre la unidad (trascendente) de las religiones

junio 18, 2012

No cabe la menor duda de que la idea de una “unidad (trascendente) de las religiones” es una de las enseñanzas más básicas del Corán, repetida una y otra vez, tanto de forma literal como velada, de modo que no quede la menor duda al respecto. Existe un hadiz donde Muhámmad afirma: “Los profetas son hermanos e hijos de diferentes madres, pero su religión es una” (Bujari y Muslim). Uno de los arkan al-iman es la creencia en todos los profetas, y otro la creencia en todos los libros revelados. Solo los ignorantes más recalcitrantes pueden afirmar que el Corán rechaza el pluralismo religioso. ¡Eso equivale a rechazar a los enviados de Al-lâh! Por eso, aquellos que afirman que el islam es la única religión legítima en realidad rechazan y ocultan los mensajes de Al-lâh. En este caso, el rechazo sería tanto de las religiones anteriores al islam, como de los numerosos versículos en los cuales el Corán afirma que los musulmanes son aquellos que creen en el Corán y en todas las revelaciones anteriores. Dice Al-lâh en el Corán:

Di: “Creemos en Al-lâh
y en lo que se ha hecho descender para nosotros,
y en lo que se hizo descender para Abraham, Ismael, Isaac, Jacob
y sus descendientes, y en lo que Moisés, Jesús
y todos los profetas han recibido de su Sustentador:
no hacemos distinción entre ninguno de ellos.
Y a Él nos entregamos.”
(Corán 3: 84)

Todas las religiones reveladas son vías de salvación legítimas:

Ciertamente, los que creen [en esta escritura divina],
los que profesan el judaísmo, los cristianos y los sabeos
—todos los que creen en Dios y en el Último Día y obran con rectitud—
tendrán su recompensa junto a su Sustentador;
y nada tienen que temer ni se lamentarán.
(Corán 2: 62)

Quien no cree en el origen divino de todas las revelaciones, simplemente no puede ser calificado como musulmán. Entre los libros revelados en que el musulmán debe creer, el Corán cita explícitamente la Tora y el Evangelio (3: 3-4). El Corán nos dice que no contiene nada nuevo, que se trata de una confirmación de lo que contienen la Tora y el Evangelio, del mismo modo que el Evangelio era una confirmación de la Tora (5: 46). También nos dice que su contenido se halla en todos los libros antiguos de sabiduría: no hay nada nuevo en el Corán. Por lo menos, no en cuanto a sus contenidos esenciales, en cuanto a su mensaje eterno. Desde el punto de vista coránico, todos los libros revelados contienen la misma revelación con diferente forma. En consecuencia, el Corán no pide a los judíos que abracen el islam, sino que sean fieles a su propia tradición, según el ejemplo de los rabinos más antiguos (5: 43-44). También exhorta a los seguidores de Jesús a seguir lo que dice el Evangelio (5: 47).

Todo esto tiene su base en los versículos coránicos que hablan sobre la matriz del Libro, la matriz eterna e increada de la revelación, de la que surgen las revelaciones sucesivas, como manifestaciones concretas de un mismo mensaje.

En un sentido profundo, las religiones son una. Pero son distintas en cuanto a sus ritos y sus creencias exteriores. El Corán es claro a la hora de afirmar esta diversidad como querida por Al-lâh, incluida la diversidad de sharias.

A cada uno de vosotros le hemos asignado una ley
y un modo de vida [distintos]. Y si Dios hubiera querido,
ciertamente, os habría hecho una sola comunidad:
pero [lo dispuso así] para probaros en lo que os ha dado.
¡Competid, pues, unos con otros en hacer buenas obras!
Habréis de volver todos a Dios: y, entonces,
Él os hará entender aquello sobre lo que discrepabais.
(Corán 5: 48)

Lo cual señala a algo importante: la necesidad de seguir fielmente unasharia. Es decir: la idea de la unidad trascendente de las religiones no conduce a una disolución de las mismas, sino a un reforzamiento de sus particularidades. Por eso no se habla de una unidad externa de las religiones, lo cual es un absurdo, sino de una unidad trascendente, que solo puede producirse sobre la base de la aceptación de su diversidad. Y eso incluye el respeto al derecho de los seguidores de todas las religiones a regirse por su Sharia. Por desgracia, el concepto de tolerancia vigente en occidente es muy limitado, está todavía en sus comienzos.

En fin, ya he escrito ampliamente sobre esto:https://paradigmainterreligioso.wordpress.com/71-2/

2. La unidad de las religiones en la tradición islámica

Siendo parte básica del mensaje del Corán, esta idea ha tenido un amplio desarrollo en la tradición. Una muestra la podemos encontrar en Ahmad ibn Muhammad Ibn Miskawayh, citado habitualmente como Ibn Miskawayh (932-1030). Este gran filósofo, historiador y poeta musulmán escribió una obra titulada Al-hikmat al-khalidah (la sabiduría eterna o increada) en el cual recopilaba sentencias e ideas de sabios de diversas épocas, mostrando que existía una identidad más allá de la apariencia, y postulando la existencia de una sabiduría perenne común a toda la humanidad.

Hemos ya citado un famoso dicho del Profeta Muhámmad (saws): “Los profetas son hermanos e hijos de diferentes madres, pero su religión es una” (Bujari y Muslim). De ahí surge otro término que aparece en la tradición islámica: Wahdat-e-din, la unidad de la religión. Este término fue utilizado en el siglo XVIII por el pensador indio Shah Waliyullah (1703–1762), y desarrollado ampliamente en su Tafsir del Corán por Maulana Azad (1888–1958), precisamente comentando los versículos coránicos que sobre los que se fundamenta la idea de la unidad trascendente de las religiones.

Al-hikmat al-khalidah (la sabiduría perenne) y Wahdat-e-din (la unidad de las religiones) son pues conceptos acuñados por autores musulmanes.

Las citas de autores musulmanes en esta línea son tan numerosas que llenarían numerosos tomos. En especial, existen centenares de dichos de los sufíes que reflejan esta visión coránica del pluralismo religioso, y de máximo respeto a todas las religiones reveladas, sobre la base de que todas ellas son emanadas desde el Uno-Único. Citamos algunas:

Ibn ‘Arabî de Murcia (al-Andalus, 1165-1240): “¡Guárdate de atarte a una religión en particular rechazando las demás! Si tal haces, no obtendrás de ello gran beneficio. Peor aún, no conseguirás el verdadero conocimiento de la realidad. Trata de hacer de ti Materia Prima para todo tipo de creencia religiosa. Dios es demasiado grande y amplio para quedar confinado en una sola religión”.

Otra cita de Ibn ‘Arabi: “Todas las religiones reveladas son luces. Entre estas religiones, la religión revelada por Muhámmad (saws) es como la luz del sol sobre las luces de las estrellas. Cuando el sol aparece, las luces de las estrellas quedan ocultadas, y sus luces incluidas en la luz del sol. Su quedar ocultas equivale a la abrogación de las otras religiones reveladas que se lleva a cabo a través de la religión revelada por Muhámmad (saws). Sin embargo, de hecho existen, del mismo modo en como la existencia de las luces de las estrellas se actualiza. Esto explica por qué nuestra religión todo-inclusiva nos ha requerido que tengamos fe en la verdad de todos los mensajeros y de todas las religiones reveladas. Estas no han sido declaradas nulas por abrogación –esta es la opinión de los ignorantes.

Aún otra cita de ibn ‘Arabi: “Cuando uno adquiere una cantidad infinitesimal del Amor, se olvida de ser musulmán, zoroastriano, cristiano o infiel.”

Y Mansur Hallay (Iraq, 857-922): “He reflexionado acerca de las denominaciones confesionales esforzándome en comprenderlas. Ahora considero que existe un principio único con numerosas ramificaciones. Por eso, no pidáis a una persona que adopte determinada denominación confesional; con ello la desviarías del Principio, que es solio y fundamento. A esa persona ha de venir a buscarla el propio Principio en el que se dilucidan todas las grandezas y todas las significaciones. Entonces la persona comprenderá…”

Yunus Emre (Chiraz, 1184-1256): “Como un compás, tenemos un pie fijo en el islam y con el otro viajamos dentro de otras religiones.”

Abu-l-Fadl Allami (India, 1551-1602): “¡Señor! Un día visito la iglesia, otro día la mezquita; pero de templo en templo, sólo a Ti voy buscándote. Para tus discípulos no hay herejía, no hay ortodoxia; todos pueden ver Tu verdad sin velos. Que el herético siga con su herejía y el ortodoxo con su ortodoxia. Tu fiel es el vendedor de perfumes: necesita la esencia de rosas del divino Amor.”

El poeta y santo Mazhar Jan-i-Janan (Delhi, 1699-1781), escribió una carta a uno de sus discípulos: “Debes saber que el Misericordioso, al principio de la Creación, envió un libro llamado Veda; este es el antecedente de los libros sagrados de los indios. Este libro tiene cuatro partes [Rig Veda, Sama Veda, Yajur Veda y Atharva Veda] y a través de él se regulan los deberes de las gentes en este mundo y en el próximo, a través de las instrucciones del divino Brahma, que es omnipotente. Ahora, debemos recordar que el Corán establece: Y no hay un pueblo al cual no haya sido enviado un Advertidor [35:24]; y A todas las tierras hemos enviado un Advertidor [25:51]. Así pues hubo profetas en la India al igual que en otros países, y su memoria ha debido quedar recogida en sus libros. ¿Cómo podría Dios, el Benefactor, el Misericordioso, haber dejado fuera de su gracia a una parte tan extensa de la tierra?”.

‘Abd al-Karim al-Yili (m. 1428), uno de los más importantes herederos de la doctrina de Ibn ‘Arabi, discute sobre el origen de la diversidad religiosa:

“Diez grupos son el origen de todas las diferencias religiosas (las cuales son demasiado cuantiosas para enumerarse) y todas las diferencias giran alrededor de estos diez grupos. Estos son: politeístas, naturalistas, filósofos, dualistas, magos, materialistas, brahmanes, judíos, cristianos y musulmanes. En cada uno de estos grupos, Dios ha creado a gente cuyo destino es el Cielo y ha creado a gente cuyo destino es el Fuego. ¿No has visto cómo los politeístas de épocas pasadas que vivieron en regiones a las cuales no alcanzó el profeta de aquel tiempo, se dividen entre los que hacen el bien, a quienes Dios recompensa, y los que hacen el mal, a quienes Dios castiga con el Fuego? Cada uno de estos grupos adora a Dios, tal y como Dios desea ser adorado, ya que Él los creó para Sí, y no para ellos mismos. Así, ellos existen tal y como fueron creados. [Dios], sea glorificado y exaltado, manifestó Sus nombres y atributos a estos grupos mediante Su esencia y todos los grupos Lo adoran [a su modo].”

Para Yili existen politeístas y materialistas que son verdaderos creyentes y gentes del Paraíso, y existen gentes que se denominan musulmanes que están destinados al Fuego. Esto les resultará incomprensible para quienes consideren al islam como una religión histórica, siendo incapaces de comprender el porque Al-lâh llama musulmanes a seguidores religiones anteriores: Noé (Corán 10: 72); Abraham y sus descendientes (Corán 2: 128-132); el profeta José (Corán 12: 101); los hechiceros del Faraón, cuando reconocen su derrota (Corán 7: 126).

Esto incluye al el Pueblo de Israel (Corán 10: 84) y a los apóstoles de Jesús (Corán 7: 52). Por eso, no hay contradicción alguna si llamamos musulmanes a judíos, cristianos, hindúes, budistas… Como los apóstoles de Jesús, son musulmanes en el sentido primordial de esta palabra: personas que reconocen su dependencia del Creador de los cielos y la tierra.

Como conclusión: el Corán afirma que musulmán es aquel que cree en lo revelado en el Corán y en todas las revelaciones anteriores. Quien no cree que el cristianismo, el judaísmo, etc., son religiones reveladas por Al-lâh, ese no es considerado musulmán por Al-lâh. Es uno de aquellos que, en palabras de Yili, se consideran a si mismos musulmanes, pero solo lo son en apariencia: su ignorancia y su fanatismo los condena. De hecho, la ignorancia y el fanatismo son el Fuego.

3. La idea de la filosofía perenne en occidente

La idea de la “sabiduría o filosofía perenne” es cualquier cosa menos occidental, por lo menos en su origen. Existen formulaciones muy antiguas, en especial en las tradiciones orientales. La idea de que todas las religiones son distintas manifestaciones de un mismo mensaje puede encontrarse tanto en corrientes del hinduismo, como en el islam o el taoísmo.

Esta idea ha llegado muy tarde a occidente, tan solo en el momento en el cual el cristianismo ha dejado de ser la única religión permitida, dándose paso a un cierto pluralismo. Es en este momento cuando determinados autores occidentales descubren esta idea, que toman de las tradiciones orientales, especialmente del hinduismo, del taoísmo y del islam. La pretensión de que la idea de una “unidad trascendente de las religiones” tiene su origen en occidente, o tiene algo que ver con el cristianismo, no es sino una muestra de chovinismo occidental. Algo que no se le puede achacar a Aldous Huxley, el cual cita a autores hindúes, budistas y musulmanes como sus antecedentes.

No es cierto que el término “filosofía perenne” fuese acuñado por Leibniz, aunque así lo pretenda Aldous Huxley. Suele atribuirse a Agostino Steuco en su libro De perenni philosophia libri X (1540), un servidor del Papa, defensor de la escolástica. Más interesante es Moisés Amyraud, teólogo protestante francés (1596-1664), autor de un Tratado de las religiones contra los que las creen indiferentes. Fue condenado como hereje, tanto por los católicos como por sus correligionarios protestantes. Uno de sus alumnos en la Universidad de Samur fue el cuáquero William Penn, considerado como “fundador” (más bien propietario) de Pennsylvania y abanderado de la libertad religiosa, autor de The Great Case of Liberty of Conscience Once More Debated & Defended (1670).

Más importante que establecer los orígenes del término en occidente, es conocer el contexto en el cual esta idea se desarrolla, y sus implicaciones. La idea de la unidad de las religiones en Al-lâh tiene en occidente una connotación teológica muy clara: es una idea central en la lucha contra el trinitarismo. De ahí que fuese profesada mayoritariamente por los unitarios de los siglos XVII-XVIII, ya sean servetistas, socianos, u otros. También fue aceptada por algunos cuáqueros y anabaptistas. Todos ellos desarrollaron la idea de la tolerancia religiosa.

El unitarismo tiene una historia muy potente en Transilvania, bajo la protección otomana. Pocos europeos conocen el Edicto de Turda (1568): la primera proclamación de tolerancia religiosa desarrollada por un gobierno europeo de la edad moderna, incluyendo la libertad de conciencia. Según la historiadora (y reverenda de la Iglesia Unitaria Universalista) Susan Ritchie, dicho edicto no fue sino una adaptación de las leyes otomanas. Uno de sus promotores, el gran Ferenc David, no solo rechazaba la trinidad, sino que llegó a pedir a los cristianos que dejasen de adorar a Jesús. Murió en prisión.

Uno de los autores influenciados por la controversia entre unitarios y trinitarios fue Jonh Locke, el famoso autor del Tratado del entendimiento humano. Cuando Locke publicó su Carta sobre la tolerancia, en el 1689, defendiendo la libertad religiosa y de conciencia, es instructivo saber que fue acusado de unitario y de haber tomado esta doctrina del Corán. Locke escribió dos libros en los cuales se defiende de las acusaciones, afirmando ser un seguidor del Evangelio, y que precisamente por eso rechaza la trinidad y la divinidad de Jesús.

Como conclusión provisional, diremos que la idea de la tolerancia religiosa se consolidó en Europa por dos motivos principales: 1) la necesidad de llegar a una paz entre las diferentes ramas del cristianismo, en el contexto de la reforma protestante y 2) la influencia del islam, a través del modelo otomano de las millet.

 

https://abdennurprado.wordpress.com/

 
04.04.2013 18:25

 

Respuesta: Nota sobre el Decreto y el Destino.
Para responder a este tema de forma muy breve decir que, es de esos temas que se han debatido a lo largo de todos los siglos desde el inicio del Islam. Y en todo este tiempo se han desarrollado diversas teorías y por eso aparecen diferentes tendencias como Al-qadaría, Al-yabría, etc…
Realmente es más sencillo de lo que presentan muchos teóricos que han intentado presentarlo de forma compleja e incomprensible o como un secreto que no se puede descodificar…

Pero la cuestión es ¿dónde está la discrepancia?, la mayor parte de este debate gira en torno a nuestras acciones, es decir, todos están de acuerdo en que el contexto de la existencia está creado y predefinido en sus infinitas posibilidades por Dios (Otro debate diferente es la continuidad de la creación), pero ¿Son nuestras acciones también creadas y predefinidas? ¿O Dios nos creó con la capacidad de accionar, o tener la capacidad de llevar a cabo una acción? Lo que nos llevaría a otra cuestión sobre la autoría de la acción ¿Somos nosotros los autores de la acción o a caso es Dios el autor de la acción? Cuando realizo o llevo a cabo una acción ¿fue mi elección o estoy obligado a realizar dicha acción debido a que estaba decretada que así fuera, por lo tanto no fue mi elección? ¿Quién es responsable entonces de las acciones?...

Esta idea de que nuestras acciones son decretadas previamente, es un concepto político que aparece al inicio del dominio Omeya, que justificaba sus asesinatos y crímenes diciendo que esto es el decreto Divino y por lo tanto así tenía que llevarse a cabo por lo que “yo” no soy responsable, sólo llevo a cabo aquello que Dios decretó… Y para algunos musulmanes pasó a ser parte de su creencia o Aqidah.

Y algunos con tal de justificar su visión respecto a este tema han aceptado comentarios o hadices como el que dice: que “Dios lanzó su luz sobre sus siervos y aquellos que les tocó la luz son guiados y aquellos que no, no son guiados”, es decir, como si fuera cuestión del mismo azar, y este hadiz representa a tantas contradicciones en sí mismo y contradice a tantas aleyas coránicas que no hay por donde sujetarlo, independientemente de quién le da consideración de veracidad en su cadena de transmisión.

Este concepto de que las acciones están predecretadas, y que el ser humano como criatura no posee capacidad de accionar y no elige su acción, contradice del todo el Corán, por ejemplo la Azora de las Abejas :
Entrad en el Jardín por vuestras obras. (32)
Es decir, según esta aleya la autoría de la acción no es de Dios sino del ser humano, al decir “vuestras obras”.

Si decimos que Dios tiene todo conocimiento de todo de lo que va a ocurrir, lo que no va a ocurrir y las infinitas posibilidades de lo que podría ocurrir, eso es correcto. Pero decir, que da igual lo que hagas ya estaba predecretado que lo hicieras así, por lo tanto estabas obligado a hacerlo de esa forma y en ello no hay libre albedrío, eso contradice el Corán y la justicia Divina.

Por lo tanto, Dios concede a su criatura, es decir, al ser humano una serie de capacidades entre las que se encuentra la capacidad de elegir y llevar a cabo las acciones y con ello se define la Justicia Divina y por ello existe un Día de Juicio. De lo contrario si Dios ya decretó tu acción y estás obligado a llevarla a cabo ¿Cómo se logra la Justicia Divina?

La teoría que dice que Dios es Justo porque tiene el derecho de obrar como le plazca en Su dominio porque le pertenece, de igual forma cada uno tiene derecho de obrar con lo que es suyo porque le pertenece. Esta teoría intenta sostener que las acciones del ser humano son predecretadas y al mismo tiempo ese predecreto no contradice la Justicia Divina. Esta teoría no es más que una incoherencia en sí misma. Y el símil realizado no es cierto sino falso. Como ejemplo, si uno posee un animal y éste es de su propiedad ¿a caso maltratar ese animal está en su derecho aunque sea de su propiedad? ¿Eso es justo?
Según esta teoría, si Dios castiga a los piadosos y los sinceros como los profetas y mensajeros sería Justo porque pertenecen a Dios, y eso contradice el Corán y el concepto coránico de la Divinidad.
Y esta teoría no sólo enfrenta el principio de Justicia Divina sino que también pone entredicho otros principios como Su Misericordia y Su Compasión. Así que, la injusticia es la acción no concordante y no proporcionada, y no es solamente el no usar la propiedad de otro sin derecho mientras que en la propiedad de uno mismo puede hacer lo que le venga en gana. Así que la justicia es un concepto que está definido en sí mismo y en ese sentido Dios es Justo.

La mayoría de los sabios musulmanes están de acuerdo en que el contexto existencial está decretado, es decir, el cosmos y su formación, su composición, sus leyes, su funcionamiento, sus principios, etc… 
Mientras que los que dicen que las acciones del ser humano están dentro de ese decreto, es decir, aquellos que obren mal fue decretado que así fuese y los que obren bien está decretado que así fuese, esto contradice la lógica y el Corán.

Pero los que dicen que Dios quiso y decretó que sus siervos tuvieran libre albedrío y capacidad de realizar las acciones, esto coincide con la lógica y con el Corán.

Y esta voluntad independiente que Dios concede a sus criaturas es la que encontramos en las aleyas del Corán, por ejemplo en:
La Azora de Cueva (29):
Y di: La verdad procede de mi Señor; así pues el que quiera creer, que crea; y el que quiera negarse a creer, que no crea.

Azora de La Noticia:
Quien quiera, que tome refugio en su Señor. (39) 

Azora del Temblor:
Y el que haya hecho el peso de una brizna de bien, lo verá; (7) y el que haya hecho el peso de una brizna de mal, lo verá. (8)

Azora de las Abejas :
Entrad en el Jardín por vuestras obras. (32)

Azora del Viaje Nocturno:
Quien desee la vida efímera...(18)
Pero quien desee la Última Vida y se afane en su esfuerzo hacia ella siendo creyente... A ésos se les agradecerá su esfuerzo. (19)
………. Y las aleyas son muchísimas…..

Por lo tanto las acciones de los siervos no son las acciones de Dios y no existe una coacción por parte de Dios sobre sus siervos:
Azora de la Vaca 256:
No hay coacción en el Diin

Y el absoluto conocimiento de Dios sobre lo ocurrido, lo que está ocurriendo, lo que ocurrirá y lo que no ocurrirá y las infinitas posibilidades del futuro de cada acción no implica de ninguna manera ninguna coacción o decreto previo sobre las acciones del ser humano o la coacción de su libre albedrío.
Por otro lado el pensamiento del Yabr o la coacción o la acción predecretada, en el Corán Dios lo presenta como el argumento de los asociadores y los negadores el Día del Juicio cuando quieren negar su responsabilidad respecto a sus acciones como dice la siguiente aleya en la Azora de los rebaños:

Dirán los que asociaron: Si Allah hubiese querido no habríamos caído en atribuirle asociados ni tampoco nuestros padres, ni habríamos prohibido nada de lo que prohibimos. Del mismo modo negaron la verdad quienes les precedieron hasta que probaron Nuestro castigo. Di: ¿Tenéis acaso algún conocimiento que nos podáis mostrar? Sólo seguís suposiciones y no hacéis sino conjeturas. (148)

También para eludir sus responsabilidades en esta vida para no ayudar al necesitado ni alimentar al hambriento utilizan el argumento de que esto estaba predecretado por Dios, en la Azora de Ya Sin:
Y cuando se les dice: Gastad de la provisión (al necesitado) que Allah os ha dado, los que se niegan a creer les dicen a los que creen: ¿Es que vamos a alimentar nosotros a quien Allah, si quisiera, alimentaría? Sólo estáis en un claro extravío. (47)

En cuanto al argumento que presentan algunos en la Azora de As-ssaafat aleya 96:
cuando Allah os ha creado a vosotros y a lo que hacéis? (96)

Luego dicen que tanto el ser humano como sus acciones ya fueron creados previamente ¿No es eso un argumento Coránico de que las acciones ya están predecretadas?
La respuesta a esta pregunta es tan simple como el leer la aleya anterior:

Dijo: ¿Adoráis lo que vosotros mismos habéis esculpido, (95) cuando Allah os ha creado a vosotros y a lo que hacéis? (96)

Es decir, esta aleya va dirigida a gente que se dedica a fabricar ídolos y se ponen a adorarles en vez de a Dios. Y Dios les dice: “cuando Allah os creado a vosotros y a lo que hacéis”, es decir, a los ídolos. Todo ello pertenece a la creación de Dios, y no está diciendo que las acciones ya están creadas y nada tiene que ver una cosa con la otra.

Y esto se aplica a los demás argumentos que se sostienen en algunas aleyas para intentar justificar el concepto del Decreto contra el libre albedrío. Pues Al-qadar es que ello que está bien medido, definido y cuantificado, es decir, las leyes que rigen la creación y no una predefinición de las acciones del ser humano.

En cuanto a los argumentos que se presentan con los hadices, decir al respecto que estos hadices no se sostienen en su cadena o no se sostienen en su contenido, eso por un lado. Por otro lado decir que los principios de creencia no se argumentan con los hadices del Ahad aunque sean sahih en su cadena, aquellos contados por un compañero o dos.

Y el tema es muy largo y extenso y espero que con esto al menos la idea general haya quedado clara y con ello haber respondido a la pregunta. Wa assalam
 

 

 

 

04.04.2013 12:47

 

 

Dice Frithjof Schuon: "Cuando se intenta escapar de la estrechez dogmática, debe ser hacia arriba y no hacia abajo: lo dogmático se trasciende llegando al fondo y contemplando su contenido universal y no con la negativa nacida de un ideal pretencioso e iconoclasta de "la verdad pura”.

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