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02.12.2013 12:33

muertos levantaron un gran tumulto, pues eran cristianos. Los muertos avanzaron como niebla a través de los pantanos y gritaron: Háblanos más sobre el supremo Dios. Abraxas es el Dios difícilmente reconocible. Su poder es el supremo, pues el Hombre no lo ve. Del Sol ve el summum bonum, del Diablo el infimum malum, de Abraxas, sin embargo, la VIDA indeterminada en todos los aspectos que es la madre del bien y del mal. La Vida parece ser más pequeña y más débil que el summum bonum, razón por la cual resulta difícil pensar que Abraxas supere en poder incluso al Sol, que es, sin embargo, la fuente iluminante de toda fuerza de vida misma. Abraxas es el Sol y a la vez el abismo eternamente arrollador del Vacío, del empequeñecedor y disgregador, del Diablo. El poder de Abraxas es ambivalente. Vosotros no lo veis pues en vuestros ojos lo opuestamente orientado de este poder deja de ser. Lo que Dios Sol dice es vida. Lo que dice el Diablo es muerte. Abraxas, sin embargo, dice la palabra digna y condenada, que es a la vez vida y muerte. Abraxas produce verdad y mentira, bien y mal, luz y tinieblas en la misma palabra y en el mismo acto. Por ello es Abraxas temible. Es soberbio como el león en el instante en que vence a su víctima. Es bello como un día de primavera. Sí, es el gran Pan mismo y el pequeño. Es Príapo. Es el monstruo del averno, un pólipo con mil brazos, serpiente alada, furia. Es el Hermafrodita del principio más inferior. Es el Señor de las ranas y los sapos, que viven en el agua y suben a la tierra, que cantan al mediodía y a medianoche. Es el Lleno que se une con el Vacío. Es la cópula sagrada, es el amor y su homicidio, es el santo y su traidor. Es la más clara luz del día y la más profunda noche del absurdo. Verle significa ceguera, conocerle significa enfermedad, rezarle significa muerte, temerle significa sabiduría, no oponerse a Él significa salvación. Dios vive detrás del sol, el Diablo vive detrás de la noche. Lo que Dios engendra a partir de la luz, el Diablo lo arrastra a la noche. Pero Abraxas es el mundo, su devenir y dejar de ser mismo. A cada ofrenda del Dios Sol el Diablo presenta su maldición. Todo cuanto solicitáis de Dios Sol, produce un acto del Diablo. Todo cuanto creáis con Dios da al Diablo poder de actuación. Esto es el terrible Abraxas. Es la Creatur más poderosa y en él la Creatur se horroriza a sí misma. Es la colisión patente de la Creatur contra el Pleroma y su nada. Es el horror del hijo ante la madre. Es el amor de la madre por el hijo. Es el encanto de la tierra y la crueldad del cielo. El Hombre queda paralizado ante su semblante. Ante él no hay preguntas ni respuestas. Es la vida de la Creatur. Es la acción de la diferenciación. Es el amor de los hombres. Es el habla de los hombres. Es la claridad y la sombra del hombre. Es la realidad cambiante. Aquí los muertos aullaron y se enfurecieron, pues eran imperfectos. Los muertos llenaron el

yo les enseñé: Oíd: yo comienzo en la nada. La Nada es lo mismo que la Plenitud. En la infinitud hay tanto lleno como vacío. La Nada es vacía y llena. Vosotros podríais igualmente decir otra cosa de la nada, por ejemplo que es blanca o negra, o que no existe o que existe. Lo infinito y eterno no tiene propiedades porque tiene todas las propiedades. La Nada o lo Pleno lo llamamos nosotros PLEROMA. Ahí dentro se deja de pensar y de existir, pues lo infinito y eterno no tiene propiedad alguna. En él no existe nadie, pues entonces se distinguiría del Pleroma y tendría propiedades que le diferenciarían como algo del Pleroma. En el Pleroma es nada y todo: no es posible pensar sobre el Pleroma, pues ello

significaría diluirse a sí mismo. La CREATUR no es en el Pleroma sino en sí. El Pleroma es principio y fin de la Creatur. Atraviesa por ella y por entre ella, como la luz del sol penetra el aire por todas partes. Aunque el Pleroma la penetra totalmente, la Creatur no tiene, sin embargo, parte alguna en ello, del mismo modo que un cuerpo completamente transparente no deviene claro ni oscuro por la luz que le atraviesa. Pero nosotros mismos somos el Pleroma, pues somos parte de lo eterno e infinito. Pero no tenemos participación en ello sino que estamos distanciados del Pleroma infinitamente, no espacial o temporalmente sino ESENCIALMENTE, en cuanto nos diferenciamos en esencia del Pleroma como Creatur, que está limitada en el espacio y en el tiempo. Sin embargo, en cuanto somos parte del Pleroma, también el Pleroma está en nosotros. Incluso en el punto más pequeño el Pleroma es infinito, eterno y completo, pues pequeño y grande son propiedades que están contenidas en él. Es la Nada que es en todas partes total e inevitable. Por ello hablo yo de la Creatur como una parte del Pleroma sólo a modo de imagen, pues el Pleroma no está realmente dividido en ningún aspecto, pues es la Nada. Nosotros somos también todo el Pleroma, pues, a modo de imagen, el Pleroma es el punto más pequeño sólo apuntado, no existente, en nosotros y la infinita bóveda del mundo que está a nuestro alrededor. ¿Por qué, sin embargo, hablamos del Pleroma en general, si es todo y nada? Hablo de ello por empezar en algún sitio, y para desengañaros de que en algún sitio, fuera o dentro, exista algo determinado de antemano fijamente o de algún modo. Todo lo denominado fijo o determinado es sólo relativo. Sólo lo que está arrojado al cambio es fijo y determinado. Pero lo cambiable es la Creatur; es, pues, ella lo único fijo y determinado, pues tiene propiedades, ella misma es Propiedad.

Planteamos la cuestión: ¿Cómo surgió la Creatur? Las creaturas han surgido, pero no la Creatur, pues es la propiedad del Pleroma mismo, como también la no-creación, la muerte eterna. Creatur existe siempre y en todas partes, Muerte existe siempre y en todas partes. El Pleroma lo tiene todo, diferenciación e indiferenciación. La diferenciación es la Creatur. Es diferenciada. Diferenciación es su esencia, por ello se diferencia ella también. Por ello se diferencia el Hombre, pues su esencia es diferenciable. Por ello diferencia él también las propiedades del Pleroma que no existen. Las diferencia a partir de su esencia. Por ello el Hombre debe hablar de las propiedades del Pleroma, que no existen. Los muertos seguían por la noche a lo largo de los muros y gritaban: Sobre Dios queremos saber. ¿Dónde está Dios? ¿Está muerto Dios? Dios no está muerto, es tan vivo como siempre. Dios es Creatur, pues es algo determinado y por ello diferenciado del Pleroma. Dios es propiedad del Pleroma y todo cuanto digo de la Creatur, vale también para Él. Sin embargo, se distingue de la Creatur en que es mucho menos claro y más indeterminado que la Creatur. Es menos diferenciado que la Creatur, pues el principio de su esencia es plenitud verdadera y sólo en cuanto es determinado y diferenciado es Creatur y en cuanto es la patentización de la verdadera plenitud del Pleroma. Todo cuanto no diferenciamos cae en el Pleroma y se anula con su oposición. Por ello cuando no diferenciamos a Dios, la verdadera plenitud deja de existir para nosotros. Dios es también el Pleroma mismo, del mismo modo que cada punto ~o en lo creado y en lo increado es el Pleroma mismo. El vacío actuante es la esencia del Diablo. Dios y Diablo son las primeras patentizaciones de la Nada, que nosotros llamamos Pleroma. Es indiferente si el Pleroma existe o no existe, pues se anula a sí mismo en todo. No es así con la Creatur. Dios y Diablo, en cuanto son Creaturas, no se anulan, sino que existen opuestamente como contra ríos actuantes. No necesitamos prueba alguna de su existencia, basta que debemos siempre hablar de ellos de nuevo. Incluso aunque ambos no existieran, la Creatur, a partir de su naturaleza de diferenciación, los diferenciaría de nuevo M Pleroma. Todo lo que adquiere su diferenciación a partir M Pleroma es antinomia, por ello siempre a Dios le corresponde el Diablo. Esta mutua pertenencia es tan íntima y, como vosotros habéis experimentado, también tan indisoluble en vuestra vida como el Pleroma mismo. Ello proviene de que ambos están muy próximos al Pleroma, en el que todos los contrarios dejan de existir y son uno. Dios y Diablo son distintos por el lleno y el vacío, engendramiento y destrucción. Lo ACTUANTE les es común. Lo Actuante les une. Por ello lo Actuante está por encima de ellos y es un Dios por encima de Dios, pues unifica lo Pleno y el Vacío en su acción. Éste es un Dios del que vosotros nada sabíais, pues los hombres lo olvidaron. Nosotros le denominamos por su nombre: ABRAXAS. Es todavía más indeterminado que Dios y Diablo. Para diferenciar a Dios de él, llamamos a Dios HELIOS o Sol. Abraxas es acción, frente a él no hay nada sino lo irreal, por ello su naturaleza activa se despliega libre. Lo irreal no existe y no se opone. Abraxas está por encima del Sol y por encima del Diablo. Es, lo improbable, probable; lo irreal, activo. Si el Pleroma tuviera una esencia, Abraxas sería su manifestación. Es ciertamente lo activo mismo, pero ninguna acción determinada, sino acción en general. Es irreal activo, porque no tiene acción determinada alguna. Es también Creatur, puesto que se diferencia del Pleroma. El Sol tiene una acción determinada, al igual que el Diablo; por ello nos parecen mucho más actuantes que el Abraxas indeterminable. Es Fuerza, Duración, Transformación. Aquí los

muertos levantaron un gran tumulto, pues eran cristianos. Los muertos avanzaron como niebla a través de los pantanos y gritaron: Háblanos más sobre el supremo Dios. Abraxas es el Dios difícilmente reconocible. Su poder es el supremo, pues el Hombre no lo ve. Del Sol ve el summum bonum, del Diablo el infimum malum, de Abraxas, sin embargo, la VIDA indeterminada en todos los aspectos que es la madre del bien y del mal. La Vida parece ser más pequeña y más débil que el summum bonum, razón por la cual resulta difícil pensar que Abraxas supere en poder incluso al Sol, que es, sin embargo, la fuente iluminante de toda fuerza de vida misma. Abraxas es el Sol y a la vez el abismo eternamente arrollador del Vacío, del empequeñecedor y disgregador, del Diablo. El poder de Abraxas es ambivalente. Vosotros no lo veis pues en vuestros ojos lo opuestamente orientado de este poder deja de ser. Lo que Dios Sol dice es vida. Lo que dice el Diablo es muerte. Abraxas, sin embargo, dice la palabra digna y condenada, que es a la vez vida y muerte. Abraxas produce verdad y mentira, bien y mal, luz y tinieblas en la misma palabra y en el mismo acto. Por ello es Abraxas temible. Es soberbio como el león en el instante en que vence a su víctima. Es bello como un día de primavera. Sí, es el gran Pan mismo y el pequeño. Es Príapo. Es el monstruo del averno, un pólipo con mil brazos, serpiente alada, furia. Es el Hermafrodita del principio más inferior. Es el Señor de las ranas y los sapos, que viven en el agua y suben a la tierra, que cantan al mediodía y a medianoche. Es el Lleno que se une con el Vacío. Es la cópula sagrada, es el amor y su homicidio, es el santo y su traidor. Es la más clara luz del día y la más profunda noche del absurdo. Verle significa ceguera, conocerle significa enfermedad, rezarle significa muerte, temerle significa sabiduría, no oponerse a Él significa salvación. Dios vive detrás del sol, el Diablo vive detrás de la noche. Lo que Dios engendra a partir de la luz, el Diablo lo arrastra a la noche. Pero Abraxas es el mundo, su devenir y dejar de ser mismo. A cada ofrenda del Dios Sol el Diablo presenta su maldición. Todo cuanto solicitáis de Dios Sol, produce un acto del Diablo. Todo cuanto creáis con Dios da al Diablo poder de actuación. Esto es el terrible Abraxas. Es la Creatur más poderosa y en él la Creatur se horroriza a sí misma. Es la colisión patente de la Creatur contra el Pleroma y su nada. Es el horror del hijo ante la madre. Es el amor de la madre por el hijo. Es el encanto de la tierra y la crueldad del cielo. El Hombre queda paralizado ante su semblante. Ante él no hay preguntas ni respuestas. Es la vida de la Creatur. Es la acción de la diferenciación. Es el amor de los hombres. Es el habla de los hombres. Es la claridad y la sombra del hombre. Es la realidad cambiante. Aquí los muertos aullaron y se enfurecieron, pues eran imperfectos.

02.12.2013 12:11

A. Obra completa de Carl Gustav Jung (Madrid: Editorial Trotta, 1999-. ISBN 978-84-8164-344-2)[1] [2]

Volumen 1 - Estudios psiquiátricos (Traducción Andrés Sánchez Pascual y María Luisa Pérez Cavana, 1999 [2ª edición 2007]. ISBN 978-84-8164-299-5/ ISBN 978-84-8164-341-1)

  1. Acerca de la psicología y patología de los llamados fenómenos ocultos (1902)
  2. Sobre la paralexia histérica (1904)
  3. Criptomnesia (1905)
  4. Sobre la distimia maníaca (1903)
  5. Un caso de estupor histérico en una mujer en prisión preventiva (1902)
  6. Sobre simulación de trastorno mental (1903)
  7. Peritaje médico sobre un caso de simulación de trastorno mental (1904)
  8. Peritaje arbitral sobre dos peritajes psiquiátricos contradictorios (1906)
  9. Acerca del diagnóstico psicológico forense (1905)

Volumen 2 - Investigaciones experimentales. Estudios acerca de la asociación de palabras

Estudios acerca de la asociación de palabras
  1. Investigaciones experimentales sobre las asociaciones de sujetos sanos (C. G. Jung y F. Riklin, 1904/1906)
  2. Análisis de las asociaciones de un epiléptico (1905/1906)
  3. Sobre el tiempo de reacción en el experimento de asociación (1905/1906)
  4. Observaciones experimentales sobre la facultad de recordar (1905)
  5. Psicoanálisis y experimento de asociación (1905/1906)
  6. El diagnóstico psicológico forense (1906/1941)
  7. Asociación, sueño y síntoma histérico (1906/1909)
  8. El significado psicopatológico del experimento de asociación (1906)
  9. Sobre los trastornos de reproducción en el experimento de asociación (1907/1909)
  10. El método de asociación (1910)
  11. La constelación familiar (1910)
Investigaciones psicofísicas
  1. Sobre los fenómenos psicofísicos concomitantes en el experimento de asociación (1907)
  2. Investigaciones psicofísicas con el galvanómetro y el pneumógrafo en sujetos normales y enfermos mentales (C. G. Jung y F. Peterson, 1907)
  3. Nuevas investigaciones sobre el fenómeno galvánico y la respiración en sujetos normales y enfermos mentales (C. G. Jung y C. Ricksher, 1907)
  4. Datos estadísticos del alistamiento de reclutas (1906)
  5. Nuevos aspectos de la psicología criminal (1906/ 1908)
  6. Los métodos de investigación psicológica usuales en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Zúrich (1910)
  7. Breve panorama de la teoría de los complejos [1911] (1913)
  8. Acerca del diagnóstico psicológico forense: el experimento forense en el proceso judicial ante el jurado en el caso Näf (1937)

Volumen 3 - Psicogénesis de las enfermedades mentales

  1. Sobre la psicología de la dementia praecox: un ensayo (1907)
  2. El contenido de las psicosis (1908/1914)
  3. Sobre la comprensión psicológica de procesos patológicos (1914)
  4. Crítica del libro de E. Bleuler (1911)
  5. Sobre el significado de lo inconsciente en psicopatología (1914)
  6. Sobre el problema de la psicogénesis en las enfermedades mentales (1919)
  7. Enfermedad mental y alma ("¿Enfermos mentales curables?") (1928)
  8. Sobre la psicogénesis de la esquizofrenia (1939)
  9. Consideraciones recientes acerca de la esquizofrenia (1956/1959)
  10. La esquizofrenia (1958)

Volumen 4 - Freud y el psicoanálisis (Traducción Ángel Reparaz, 2000 [2ª edición 2011]. ISBN 978-84-8164-394-7/ ISBN 978-84-8164-395-4)

  1. La doctrina de Freud acerca de la histeria: réplica a la crítica de Aschaffenburg (1906)
  2. La teoría freudiana de la histeria (1908)
  3. El análisis de los sueños (1909)
  4. Una contribución a la psicología del rumor (1910/1911)
  5. Una contribución al conocimiento de los sueños con números (1910/1911)
  6. Reseña crítica de Morton Prince, M.D., «The Mechanism and Interpretation of dreams» (1911)
  7. Acerca de la crítica al psicoanálisis (1910)
  8. Acerca del psicoanálisis (1912)
  9. Ensayo de exposición de la teoría psicoanalítica (1913/1955)
  10. Aspectos generales del psicoanálisis (1913)
  11. Sobre psicoanálisis (1916)
  12. Cuestiones psicoterapéuticas actuales (Correspondencia C. G. Jung/R. Loÿ) (1914)
  13. Prólogos a los Collected Papers on Analytical Psychology (1916/1917/1920)
  14. El significado del padre para el destino del individuo (1909/1949)
  15. Introducción al libro de W. M. Kranefeldt Die Psychoanalyse (1930)
  16. La contraposición entre Freud y Jung (1929)

Volumen 5 - Símbolos de transformación. Análisis del preludio a una esquizofrenia (1952) [Reelaboración del libro Transformaciones y símbolos de la libido (1912)] (Traducción Rafael Fernández de Maruri, 2012. ISBN 978-84-9879-335-2/ ISBN 978-84-9879-336-9)

Volumen 6 - Tipos psicológicos (2013. ISBN 978-84-9879-479-3/ ISBN 978-84-9879-480-9)

  1. Tipos psicológicos (1921/1960)
  2. Sobre la cuestión de los tipos psicológicos (1913)
  3. Tipos psicológicos (1923)
  4. Tipología psicológica (1928)
  5. Tipología psicológica (1936)

Volumen 7 - Dos escritos sobre psicología analítica (Traducción Rafael Fernández de Maruri, 2007. ISBN 978-84-8164-759-4/ ISBN 978-84-8164-760-0)

  1. Sobre la psicología de lo inconsciente (1917/1926/1943)
  2. Las relaciones entre el yo y lo inconsciente (1928)
  3. Nuevos rumbos de la psicología (1912)
  4. La estructura de lo inconsciente (1916)

Volumen 8 - La dinámica de lo inconsciente (Traducción Dolores Ábalos, 2004 [2ª edición 2011]. ISBN 978-84-8164-586-6/ ISBN 978-84-8164-587-3)

  1. Sobre la energética del alma (1928)
  2. La función transcendente [1916] (1957)
  3. Consideraciones generales sobre la teoría de los complejos (1934)
  4. El significado de la constitución y la herencia para la psicología (1929)
  5. Determinantes psicológicos del comportamiento humano (1936/1942)
  6. Instinto e inconsciente (1919/1928)
  7. La estructura del alma (1927/1931)
  8. Consideraciones teóricas acerca de la esencia de lo psíquico (1947/1954)
  9. Puntos de vista generales acerca de la psicología de los sueños (1916/1948)
  10. De la esencia de los sueños (1945/1948)
  11. Los fundamentos psicológicos de la creencia en los espíritus (1920/1948)
  12. Espíritu y vida (1926)
  13. El problema fundamental de la psicología actual (1931)
  14. Psicología analítica y cosmovisión (1928/1931)
  15. Realidad y suprarrealidad (1933)
  16. El punto de inflexión de la vida (1930-31)
  17. Alma y muerte (1934)
  18. Sincronicidad como principio de conexiones acausales (1952)
  19. Sobre sincronicidad (1952)

Volumen 9/1 - Los arquetipos y lo inconsciente colectivo (Traducción Carmen Gauger, 2002 [2ª edición 2010]. ISBN 978-84-8164-524-8/ ISBN 978-84-8164-525-5)

  1. Sobre los arquetipos de lo inconsciente colectivo (1934/1954)
  2. El concepto de inconsciente colectivo (1936)
  3. Sobre el arquetipo con especial consideración del concepto de ánima (1936/1954)
  4. Los aspectos psicológicos del arquetipo de la madre (1939/1954)
  5. Sobre el renacer (1940/1950)
  6. Acerca de la psicología del arquetipo del niño (1940)
  7. Acerca del aspecto psicológico de la figura de la Core (1941/1951)
  8. Acerca de la fenomenología del espíritu en los cuentos populares (1946/1948)
  9. Acerca de la psicología de la figura del Trickster (1954)
  10. Consciencia, inconsciente e individuación (1939)
  11. Acerca de la empiria del proceso de individuación (1934/1950)
  12. Sobre el simbolismo del mándala (1938/1950)
  13. Mándalas (1955)

Volumen 9/2 - Aion. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo (1951) (Traducción Carlos Martín Ramírez, 2011. ISBN 978-84-9879-219-5/ ISBN 978-84-9879-220-1)

Volumen 10 - Civilización en transición (Traducción Carlos Martín, 2001. ISBN 978-84-8164-405-0/ ISBN 978-84-8164-403-6)

  1. Sobre lo inconsciente (1918)
  2. Alma y tierra (1927/1931)
  3. El hombre arcaico (1931)
  4. El problema anímico del hombre moderno (1928/1931)
  5. Sobre el problema amoroso del estudiante universitario (1928)
  6. La mujer en Europa (1927)
  7. El significado de la psicología para el presente (1933/1934)
  8. Acerca de la situación actual de la psicoterapia (1934)
  9. Prólogo al libro Reflexiones sobre la historia actual (1946)
  10. Wotan (1936/1946)
  11. Después de la catástrofe (1945/1946)
  12. La lucha con la sombra (1946/1947)
  13. Epílogo al libro Reflexiones sobre la historia actual (1946)
  14. Presente y futuro (1957)
  15. Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo (1958)
  16. La conciencia desde un punto de vista psicológico (1958)
  17. El bien y el mal en la psicología analítica (1959)
  18. Prólogo al libro de Toni Wolf Studien zu C. G. Jungs Psychologie (1959)
  19. El significado de la línea suiza en el espectro de Europa (1928)
  20. El amanecer de un mundo nuevo. Reseña del libro de H. Keyserling: Amerika. Der Aufgang einer neuen Welt (1930)
  21. Reseña de H. Keyserling La révolution mondiale et la responsabilité de l'esprit (1934)
  22. Complicaciones de la psicología norteamericana (1930)
  23. El mundo ensoñador de la India (1939)
  24. Lo que la India puede enseñarnos (1939)
  25. Apéndice: Nueve comunicaciones breves (1933-1938)

Volumen 11 - Acerca de la psicología de la religión occidental y de la religión oriental (Traducción Rafael Fernández de Maruri, 2008. ISBN 978-84-8164-902-4/ ISBN 978-84-8164-907-9)

La religión occidental
  1. Psicología y religión (1938/1940)
  2. Ensayo de interpretación psicológica del dogma de la Trinidad (1942/1948)
  3. El símbolo de la transubstanciación en la misa (1942/1954)
  4. Prólogo al libro de Victor White God and the Unconscious (1952)
  5. Prólogo al libro de Zwi Werblowsky Lucifer and Prometheus (1952)
  6. Hermano Klaus (1933)
  7. Sobre la relación de la psicoterapia con la cura de almas (1932/1948)
  8. Psicoanálisis y cura de almas (1928)
  9. Respuesta a Job (1952)
La religión oriental
  1. Comentario psicológico al Libro Tíbetano de la Gran Liberación (1939/1955)
  2. Comentario psicológico al Bardo Todol (1935/1960)
  3. El yoga y occidente (1936)
  4. Prologo al libro de Daisetz Teitaro Suzuki La Gran Liberación (1939/1958)
  5. Acerca de la psicología de la meditación oriental (1943/1948)
  6. Sobre el santón hindú (1944)
  7. Prólogo al I Ching (1950)

Volumen 12 - Psicología y alquimia (1944) (Traducción Alberto Luis Bixio, 2005. ISBN 978-84-8164-704-4/ ISBN 978-84-8164-717-4)

Volumen 13 - Estudios sobre representaciones alquímicas

  1. Comentario al libro El secreto de la Flor de Oro (1929)
  2. El espíritu Mercurius (1943/1948)
  3. Las visiones de Zósimo (1938/1954)
  4. Paracelso como fenómeno espiritual (1942)
  5. El árbol filosófico (1945/1954)

Volumen 14 - Mysterium coniunctionis: investigación sobre la separación y la unión de los opuestos anímicos en la alquimia (1955-56) (Traducción Jacinto Rivera de Rosales y Jorge Navarro Pérez, 2002 [2ª edición 2007]. ISBN 978-84-8164-512-5/ ISBN 978-84-8164-513-2)

Volumen 15 - Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia (Traducción Cristina García Ohlrich, 1999 [3ª edición 2007]. ISBN 978-84-8164-300-8/ ISBN 978-84-8164-342-8)

  1. Paracelso (1929)
  2. Paracelso como médico (1941/1942)
  3. Sigmund Freud como fenómeno histórico-cultural (1932)
  4. Sigmund Freud. Necrología (1939)
  5. En memoria de Richard Wilhelm (1930)
  6. Sobre las relaciones de la psicología analítica con la obra de arte poética (1922)
  7. Psicología y poesía (1930/1950)
  8. Ulises. Un monólogo (1932)
  9. Picasso (1932)

Volumen 16 - La práctica de la psicoterapia: contribuciones al problema de la psicoterapia y a la psicología de la transferencia (Traducción Jorge Navarro Pérez, 2006. ISBN 978-84-8164-811-9/ ISBN 978-84-8164-812-6)

Problemas generales de la psicoterapia
  1. Consideraciones de principio acerca de la psicoterapia práctica (1935)
  2. ¿Qué es la psicoterapia? (1935)
  3. Algunos aspectos de la psicoterapia moderna (1930)
  4. Metas de la psicoterapia (1931)
  5. Los problemas de la psicoterapia moderna (1929)
  6. Psicoterapia y cosmovisión (1943/1946)
  7. Medicina y psicoterapia (1945)
  8. La psicoterapia en la actualidad (1945/1946)
  9. Cuestiones fundamentales de la psicoterapia (1951)
Problemas especiales de la psicoterapia
  1. El valor terapéutico de la abreacción (1921/1928)
  2. La aplicabilidad práctica del análisis de los sueños (1934)
  3. La psicología de la transferencia (1946)

Volumen 17 - Sobre el desarrollo de la personalidad (Traducción Jorge Navarro Pérez, 2010. ISBN 978-84-9879-149-5/ ISBN 978-84-9879-150-1)

  1. Sobre conflictos del alma infantil (1910/1946)
  2. Introducción al libro de Frances G. Wickes Análisis del alma infantil (1927/1931)
  3. El significado de la psicología analítica para la educación (1928)
  4. Psicología analítica y educación (1926/1946)
  5. El niño superdotado (1943)
  6. El significado de lo inconsciente para la educación individual (1928)
  7. Sobre el devenir de la personalidad (1934)
  8. El matrimonio como relación psicológica (1925)

Volumen 18/1 - La vida simbólica (Traducción Jorge Navarro Pérez, 2009. ISBN 978-84-9879-041-2/ ISBN 978-84-9879-042-9)

  1. Las conferencias Tavistock. Sobre la teoría y la práctica de la psicología analítica (1935)
  2. Los símbolos y la interpretación de los sueños (1961)
  3. La vida simbólica (1939)
  4. Sobre el ocultismo (OC 1)
  5. La psicogénesis de las enfermedades mentales (OC 3)
  6. Freud y el psicoanálisis (OC 4)

Volumen 18/2 - La vida simbólica (Traducción Jorge Navarro Pérez, 2009. ISBN 978-84-9879-082-5/ ISBN 978-84-9879-083-2)

  1. Sobre el simbolismo (OC 5)
  2. Dos escritos sobre psicología analítica (OC 7)
  3. La dinámica de lo inconsciente (OC 8)
  4. Los arquetipos y lo inconsciente colectivo (OC 9)
  5. Civilización en transición (OC 10)
  6. Psicología y religión (OC 11)
  7. Estudios de alquimia (OC 12-14)
  8. Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia (OC 15)
  9. La práctica de la psicoterapia (OC 16)
  10. Sobre el desarrollo de la personalidad (OC 17)
  11. Adenda

Volumen 19 - Bibliografía

  • Los escritos publicados de C. G. Jung
  • Obras originales y traducciones
  • La Obra Completa de C. G. Jung
  • Seminarios de C. G. Jung

Volumen 20 - Índices generales de la obra completa


B. Seminarios

  • Conferencias en el Club Zofingia [1896-1899] (1983)
  • Análisis de sueños [1928-30] (1984)
  • Sueños infantiles [1936-41] (1987)
  • Sobre el Zaratustra de Nietzsche [1934-39] (1988)
  • Psicología analítica ([1925] (1989)
  • La psicología del yoga kundalini ([1932] 1996)
  • Visiones ([1930-1934] 1998)

C. Autobiografía

D. Epistolario

E. Entrevistas

  • Conversaciones con Carl Jung y reacciones de A. Adler de I. Evans (The Houston films) (1946)
  • Encuentros con C. G.Jung (1975) (Traducción Román Escohotado, 2000. ISBN 978-84-8164-304-6)

 

The Complete Works of C.G. Jung

Proyecto de actualización de las Collected Works a cargo de la Philemon Foundation incluyendo material disponible no editado en las ediciones estándar: 30 volúmenes adicionales a los 20 ya existentes en un plazo estimado de 30 años (Philemon Series):[3]

Véase también[editar · editar código]

Referencias[editar · editar código]

  1. Ir a «La Obra de Carl Gustav Jung». Editorial Trotta.
  2. Ir a Traducción directa del alemán al castellano a cargo de la Fundación Carl Gustav Jung de España de la última edición de las Gesammelte Werke, compulsándose distintas versiones, entre ellas las Collected Works en inglés. Madrid: Editorial Trotta.
  3. Ir a «Forthcoming» (en inglés). Consultado el 26 de octubre de 2012.
02.12.2013 11:36

En su interesantísimo libro autobiográfico Erinnerungen, Träume, Gedanken (Recuerdos, sueños y pensamientos), Carl Gustav Jung describe su encuentro con la filosofía de F. Nietzsche cuando estudiaba medicina en Basilea, en 1898 (en el mismo instituto donde Nietzsche impartió clases como catedrático de filología clásica). Escribe Jung:

comillasLos siguientes semestres me ocuparon tanto que apenas tuve tiempo para mis escapadas a lugares apartados. Sólo los domingos podía leer a Kant. Leía también con interés a E. von Hartmann. Nietzsche estuvo por algún tiempo en el programa, pero dudaba en leerlo porque no me sentía suficientemente preparado. Se discutía entonces mucho sobre Nietzsche, pero se rechazaba casi siempre, con mayor viveza por los estudiantes de filosofía «competentes», de lo que yo sacaba mis conclusiones sobre la oposición reinante en las altas esferas. La máxima autoridad era naturalmente Jakob Burckhardt, de quien se divulgaban diversos juicios críticos en relación con Nietzsche.

Carl Gustav Jung (1875-1961) psiquiatra suizo, fundador de la escuela de Psicología analítica.

Carl Gustav Jung (1875-1961) psiquiatra suizo, fundador de la escuela de Psicología analítica.

Además existían algunos que habían conocido personalmente a Nietzsche y por ello eran capaces de informar acerca de toda clase de curiosidades sobre él, y no precisamente las más simpáticas. La mayoría no había leído nada de él y, por consiguiente, se recreaban en ciertos aparentes equívocos, por ejemplo, en sus caprichos de gentleman, en su modo de tocar el piano, en sus excentricidades estilísticas, pura curiosidad que sacaba de quicio a los estudiantes de Basilea de aquel entonces. Estas cosas no me sirvieron de excusa para aplazar la lectura de Nietzsche —por el contrario, fueron para mí el máximo incentivo—, sino el que se trataba de un miedo secreto a que quizás yo era semejante a él, por lo menos en lo referente al «misterio» que le aislaba en su ambiente. ¿Quizás, quién sabe, había tenido una experiencia interior o ideas de las que quería hablar y desgraciadamente no era comprendido por nadie? Resultaba evidente que era una rareza, o por lo menos pensaba por tal, como un lupus naturae que yo en ningún caso quería ser. Me atemorizaba el posible descubrimiento de que yo, como Nietzsche, fuera «también Uno». Naturalmente —si parva componere magnis licet—, él era ciertamente un profesor, había escrito libros, es decir, había alcanzado alturas increíbles; es verdad que procedía también de una familia de teólogos, pero en la gran y vasta Alemania, que se extendía hasta el mar, y yo sólo era un suizo que procedía de una modesta casa parroquial de un pequeño pueblo fronterizo. Él hablaba un correcto alemán académico, sabía latín y griego, quizás también francés, italiano y español, mientras que yo sólo sabía expresarme con cierta seguridad en el rudo alemán de Basilea. En posesión de todas estas riquezas podía él permitirse después de todo una cierta excentricidad, pero yo no podía saber entonces hasta qué punto me parecería a él.

"Nietzsche y la Locura", por Guido Luigi Russolo (1885-1947)

"Nietzsche y la Locura", por Guido Luigi Russolo (1885-1947)

comillasPese a mis temores, sentía curiosidad y me decidí a leerle. Lo primero que cayó en mis manos fueron las Consideraciones anacrónicas. Quedé fascinado por completo y no tardé en leer Así hablaba Zaratustra. Constituyó, como el Fausto de Goethe, una fuerte conmoción. Zaratustra era el Fausto de Nietzsche, y la número 2 era mi Zaratustra, era —esto me resultó claro— morboso. ¿También la número 2 era anormal? Esta posibilidad me dio un miedo que hacía mucho que no quería reconocer aunque me preocupaba mucho y se me presentaba siempre inoportunamente forzándome una y otra vez a meditar sobre mí mismo. Nietzsche había descubierto tarde a su número 2, transcurrida ya la mitad de su vida, mientras que yo conocía mi número 2 ya desde mi primera juventud. Nietzsche habló ingenua y descuidadamente de este Arrheton, que no se debe nombrar, como si todo esto fuese normal. Sin embargo, yo había visto muy pronto que con ello se adquieren experiencias muy malas. Él era por otra parte tan genial que ya en su juventud vino como

El profeta Zaratustra. Jung afirmaba que el personaje de Zaratustra era la “personalidad Nº 2” de Nietzsche, de la misma manera que Fausto lo era para Goethe.

El profeta Zaratustra. Jung afirmaba que el personaje de Zaratustra era la “personalidad Nº 2” de Nietzsche, de la misma manera que Fausto lo era para Goethe.

catedrático a Basilea sin sospechar nada de lo que le esperaba. Precisamente a causa de su genialidad hubiera debido notar a tiempo que algo no concordaba. Esto fue pues, pensaba yo, su morboso error: resuelta e insospechadamente había mostrado la número 2 a un mundo en el que nada se sabía ni se comprendía de tales cosas. Estaba dominado por la infantil esperanza de encontrar hombres que compartiesen sus éxtasis y comprendieran la «transmutación de todos los valores». Pero sólo halló filisteos de la cultura; en realidad fue tragicómico que él mismo fuera de los que, como todos los demás, no se comprendían a sí mismos, cuando se sumergió en el misterio y en lo indecible y quiso ensalzarlo ante una multitud indiferente y dejada de la mano de todos los dioses. De ahí lo ampuloso de su lenguaje, lo recargado de sus metáforas, la ditirámbica exaltación que inútilmente intentaba hacer inteligible este mundo que se basó en datos científicos inconexos. Y así este equilibrista no concordó ni consigo mismo. No conocía a fondo este mundo —«dans ce meilleur des mondes posibles»— y fue por ello un poseso, alguien que sólo podía ser tratado con sumo cuidado por sus adeptos.”

El texto citado lo extraje de: Recuerdos, sueños y pensamientos. C. G. Jung, Seix Barral. Barcelona, 1989. En ese libro, Jung hace varias alusiones a Nietzsche. Si te interesa leerlo, puedes descargarlo en formato pdf comprimido, clickeando la siguiente link:

Descargar Recuerdos, sueños y pensamientos de Jung (cortesía del portal de Planeta Sedna)

Para descargar más libros gratis de psicología, clickea este AQUÍ (también del portal de Planeta Sedna)

.https://blogdenotasnietzsche.wordpress.com/2009/10/02/cuando-jung-topo-con-nietzsche/

ANEXO:

Las personalidades Nº 1 y Nº 2 de Jung

Estos párrafos han sido tomados de este excelente artículo: “La Individuación“.

comillasJung cuenta en sus memorias cómo gradualmente tomó consciencia de la naturaleza antitética del ego y el Sí-mismo. Para diferenciarlos entre sí, llamó a su ego –con todas sus limitaciones como ciudadano, doctor y paterfamilias– “Personalidad Nº 1”, en tanto la “Personalidad Nº 2” representaba un factor eterno que lo influenciaba desde un mundo transpersonal, que ya desde niño había vivenciado como una “personalidad superior”, un “anciano de gran autoridad” que se le aparecía bajo diversas apariencias y también como una voz interior. “Nº 1” y “Nº 2” son nombres suficientemente modestos considerando su contenido, sin embargo Jung podría haber afirmado con todo derecho que ya había descrito estos dos factores o figuras en su trabajo científico. Asimismo, ponía mucho cuidado de no utilizar palabras portentosas; en lo que a él se refería, los números eran de por sí suficientes.

Era natural que esto provocara malentendidos. En la actualidad, el conocimiento del mundo interior y la existencia de un Sí-mismo que trasciende a la consciencia, o “personalidad superior”, han quedado sepultados en el olvido y el individuo está indefenso y perplejo ante cualquier experiencia psíquica de una esencia infinita del ser. El mundo objetivo, todo lo mensurable, fascina y esclaviza, en tanto lo irracional, lo que se dirige al interior, lo trascendental, continúa siendo negado o pasado por alto. La vida ya no apunta más allá de sí misma. Y sin embargo, la afirmación de que el hombre participa de dos realidades – consciente e inconsciente, ego y Sí-mismo, historia y eternidad, lo personal y lo transpersonal, lo sagrado y lo profano, existencia y esencia – evidencia el conocimiento interior que aparece una y otra vez a lo largo de la historia humana y que, nuevamente, pasa al olvido. La mayoría de las religiones, la cristiandad incluida, se dirigen al hombre interior, espiritual, inmortal, cuyo reino “no es de este mundo” y sin embargo se torna realidad en este mundo.”

Jung cuenta en sus memorias cómo gradualmente tomó consciencia de la naturaleza antitética del ego y el Sí-mismo. Para diferenciarlos entre sí, llamó a su ego – con todas sus limitaciones como ciudadano, doctor y paterfamilias – “Personalidad Nº 1”, en tanto la “Personalidad Nº 2” representaba un factor eterno que lo influenciaba desde un mundo transpersonal, que ya desde niño había vivenciado como una “personalidad superior”, un “anciano de gran autoridad” que se le aparecía bajo diversas apariencias y también como una voz interior.”Nº 1” y “Nº 2” son nombres suficientemente modestos considerando su contenido, sin embargo Jung podría haber afirmado con todo derecho que ya había descrito estos dos factores o figuras en su trabajo científico. Asimismo, ponía mucho cuidado de no utilizar palabras portentosas; en lo que a él se refería, los números eran de por sí suficientes.Era natural que esto provocara malentendidos. En la actualidad, el conocimiento del mundo interior y la existencia de un Sí-mismo que trasciende a la consciencia, o “personalidad superior”, han quedado sepultados en el olvido y el individuo está indefenso y perplejo ante cualquier experiencia psíquica de una esencia infinita del ser. El mundo objetivo, todo lo mensurable, fascina y esclaviza, en tanto lo irracional, lo que se dirige al interior, lo trascendental, continúa siendo negado o pasado por alto. La vida ya no apunta más allá de sí misma. Y sin embargo, la afirmación de que el hombre participa de dos realidades – consciente e inconsciente, ego y Sí-mismo, historia y eternidad, lo personal y lo transpersonal, lo sagrado y lo profano, existencia y esencia – evidencia el conocimiento interior que aparece una y otra vez a lo largo de la historia humana y que, nuevamente, pasa al olvido. La mayoría de las religiones, la cristiandad incluida, se dirigen al hombre interior, espiritual, inmortal, cuyo reino “no es de este mundo” y sin embargo se torna realidad en este mundo.

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02.12.2013 10:43

Estructura del sí-mismo
C.G. Jung. Aion. Contribuciones al simbolismo del sí-mismo. Trad. C. Martín. Obra
completa, vol. 9/2. Trotta Ed. 2011. 322 páginas.

En una feliz coincidencia, el volumen 9/2 de la Obra completa (OC) de
Jung, que viene publicando desde 1999 la Editorial madrileña Trotta, ha
llegado a nuestras librerías el mismo año que El libro rojo de C.G Jung (El hilo
de Ariadna, Ed.). Porque si hay algún libro científico del psiquiatra suizo
relacionado con ese trabajo suyo de imaginación activa es este texto
fundamental que constituye una monografía sobre el sí-mismo. Ambos tratan
de la problemática surgida en un mundo post-cristiano y ofrecen una
respuesta a la desesperación del individuo desarraigado de su orden simbólico
y anegado por la ideología estadística de ese hombre-masa conocido hoy como
‘consumidor’: autoconocimiento, contacto con los “símbolos instrumentales”
(cuentos populares y dogmas religiosos) e individuación (diferenciación e
integración de los contenidos psíquicos)
Evidentemente, hay muchas variaciones entre una obra y otra. El libro
rojo, compuesto entre 1913 y 1928, tiene un carácter privado y se presenta
como un experimento psicológico con el cual Jung pone a punto su
metodología de la imaginación activa. Por el contrario, Aion, publicado en
1951, es una investigación sobre la progresiva delimitación del ánthropos
dentro del eón cristiano —con su tensión Cristo/Anticristo y la enantiodromía
renacentista—, estudiado empírica e históricamente a través del símbolo del
pez y el signo astrológico de Piscis, contexto cosmológico del cristianismo.
Jung concibe el espíritu post-cristiano como “un verdadero antimimon
pneuma, un pseudoespíritu compuesto de arrogancia, histeria, indefinición,
amoralidad criminal y terquedad doctrinaria, un generador de mercancías de
pacotilla, pseudoarte, balbuceos filosóficos y engaños utópicos, que sólo
sirven para alimentar a gran escala el hombre masa de hoy” (§ 67).
Congruentemente, denuncia “el materialismo, el ateísmo y otros sustitutos,
que se expanden como epidemias. […] El ateísmo materialista constituye con
sus quimeras utópicas la religión de esos movimientos racionalistas que dejan
en manos de la masa la libertad de la personalidad y, de ese modo, la
extinguen” (§ 170). Pues “donde domina el materialismo racionalista, los
Estados se convierten menos en prisiones que en manicomios” (§ 282). Un
discurso políticamente conservador que da en el blanco al señalar el
empobrecimiento espiritual de la sociedad occidental.

Nuestro autor no se deja engañar, y como descubrió en esa
confrontación con su inconsciente que es El libro rojo, “hay que hablar de
Cristo, porque es el mito todavía vivo de nuestra cultura. Es nuestro héroe
cultural que, independientemente de su existencia histórica, encarna el mito
del hombre divino primigenio, del místico Adán” (§ 69). Por el contrario, “el
paganismo primitivo, […] con la forma económica que le es propia, la
esclavitud, ha podido apoderarse de nuevo de gran parte de Europa” (§ 273).
Jung escribe cinco años después del final de la II Guerra Mundial, con una
Europa dividida bajo el dominio de dos potencias opuestas: el totalitario
estalinismo ruso, iniciado ya en su estela el horror maoísta, y el imperialismo
depredador del capitalismo estadounidense, dominante internacionalmente a
partir de entonces.
La complejidad del asunto y la metodología junguiana propia de su
etapa alquímica hacen imposible resumir el contenido de esta obra. Sí puede
señalarse que los cuatro primeros capítulos presentan la versión acabada de
sus conceptos cardinales ‘yo’, ‘sombra’, ‘sicigia ánima/us’ y ‘sí-mismo’. Y que
el último, el capítulo 14, se ocupa específicamente de la estructura y dinámica
del sí-mismo tal como se manifiesta empíricamente en sueños, visiones e
imaginación activa. Jung confía en “haber establecido algunos fundamentos
históricos y conceptuales” (§ 284), entre los cuales se encuentra tratar del
“destino del hermetismo, que, si no se tiene en cuenta a la moderna psicología
de lo inconsciente, sigue siendo un libro cerrado con siete llaves. Pero este
libro tiene que abrirse de una vez, si queremos de otra manera llegar a
comprender la situación espiritual presente, pues la alquimia es la madre de
los esenciales contenidos mentales y del pensamiento sustancial de las
modernas ciencias naturales, y no la Escolástica, a la que en lo esencial sólo
tenemos que agradecer la disciplina y el entrenamiento del intelecto” (§ 266).
Afirma que si “la Mater Alchimia, […] en los siglos XVI-XVII, alumbró la era
de las ciencias naturales, […] su auténtica esencia procede de los sistemas de
los gnósticos” (§ 267) en el alba del cristianismo.
Planteamientos que adelanta Jung en el prólogo de este libro al señalar
que “mi investigación trata de enfocar, por medio de los símbolos del símismo,
cristianos, gnósticos y alquímicos, la transformación experimentada
por la situación psíquica dentro del ‘eón cristiano’” [p. 3]. Una situación
psíquica referida al dilema Cristo/Anticristo y al surgimiento del Anticristo al
final de los tiempos. Considerando a Cristo como símbolo del arquetipo del
sí-mismo, Jung se esfuerza en delinear el aspecto de complexio oppositorum de
este último, oponiéndose así a la visión cristiana ortodoxa de un Cristo
exclusivamente bueno, con el ánimo de integrar a ese Anticristo, su sombra.
Para conseguir este objetivo se refiere a la diversa imaginería
integradora que presenta su estructura: geométrica —círculo, esfera,
cuaternidad, cruz, es decir, mándalas—; algebraica —grupo 3+1, relación 3x4 y
axioma de María (3:4)—; natural —montaña, mar, flor, árbol, cristal—; social

—ciudad, castillo, iglesia, casa, habitación, recipiente, rueda—; animal
—elefante, caballo, toro, oso, ave blanca y negra, pez, serpiente, tortuga,
caracol, araña, coleóptero—; humana —figura humana superior al soñante,
viejo sabio o madre ctónica, falo—; metafísica —demon, lapis.
En cuanto a su dinámica, el sí-mismo toma la forma de cuaternidad de
pares de opuestos —cuaternio de Moisés, cuaternio de los ríos del paraíso—;
serpiente —uroboros—; árbol —despliegue natural— y proceso de
ascenso/descenso. Es decir, el sí-mismo “no es una mera magnitud estática ni
una forma insistente, sino que es también un proceso dinámico, […] una
fuerza actuante” (§ 411). Esta visión energetista del sí-mismo permite pensar
en “una coincidencia final de los conceptos físicos y psicológicos” (§ 413). La
noción de sincronicidad, coincidencia de sentido de fenómenos materiales y
psíquicos no conectados causalmente, será la vía para investigar y establecer
dicha vinculación conceptual entre física y psicología. Jung publicará un año
después su monografía al respecto (OC 8, 18).
En suma, Aion (1951) ofrece la versión final del concepto junguiano de
sí-mismo, como Mysterium coniunctionis (1955-56) es la presentación más
acabada del proceso de individuación, la realización consciente del sí-mismo.
Estos dos títulos sintetizan y contienen así el pensamiento de madurez de
Jung.
Sobre la traducción
En 1986 la Editorial Paidós publicó una primera traducción a nuestro
idioma de Aion, debida al filólogo Julio Balderrama, quien salió airoso del
reto. Aunque se trata de la traducción del volumen 9/2 de las Gesammelte
Werke, su edición no sigue los criterios propios de la Obra completa. Que sí
debían haberse utilizado en esta nueva traducción, según fueron fijados en su
día por el Comité Científico de la Fundación Carl Gustav Jung de España y
puestos en práctica en la edición de los volúmenes publicados entre 1999 y
2006 (1, 15, 4, 10, 14, 9/1, 8, 12 y 16).
Carlos Martín, el traductor de este volumen 9/2, lo es también del
volumen 10 (2001), de un estilo muy diferente, aunque ello no debería servir
de excusa para los muchos errores que encontramos en esta traducción. Antes
de nada, es incomprensible que el traductor (o quien haya ejercido de editor
de esta traducción) no haya tenido en cuenta las decisiones tomadas para la
edición de los volúmenes 12 y 14 respecto a la traducción a las lenguas
vernáculas de los nombres de alquimistas y médicos que firmaron sus textos
en latín con su nombre latinizado, así como en lo relativo a los títulos de sus
escritos.
Siendo esto grave, pues crea discordancias dentro de la propia OC y
dificulta la elaboración del volumen 20 (Índices generales de la Obra completa),

más chocantes resultan otras incorrecciones, que revelan sobre todo incultura.
Es penoso tener que escribirlo, y no es este el lugar para establecer una lista
exhaustiva. Bastará señalar las más llamativas.
En primer lugar, ‘alquimista’ se define en el Diccionario de la Real
Academia Española como sustantivo referido al adepto, no como adjetivo que
califique interpretaciones, concepciones y demás, para lo que contamos con
‘alquímico/a’. Menos aceptables son otros términos, como ‘ithyfálico’ en vez
de ‘itifálico’; ‘kuretes’, ‘kabiros’ o ‘daktilos’ en vez de ‘curetes’, dáctilos’ o
‘cabiros’. O, más sangrante, ‘naasenses’, ‘sabeístas’, ‘setheenses’, ‘mítricos’ en
vez de ‘naseenos’, ‘sabianos’, ‘setianos’ o ‘mitraicos’, como está decidido no
sólo por los anteriores editores de la OC. Errores flagrantes son traducir
‘demonio’ en vez de ‘demon’ para daimon (§ 51), ‘trigon’ en vez de ‘trígono’,
‘sincrónicamente’ en vez de ‘sincronísticamente’ (§ 148), ‘plenitud’ en vez de
‘completud’ (§ 171), ‘joaniano’ por ‘joánico’, ‘Chadir’ por ‘Jadir’, ‘yahvínica’ en
vez de ‘yahvista’, ‘Hébdomas’ en vez de ‘hebdómada’, ‘Arcon’ por ‘arconte’,
‘bogomiliano’ por ‘bogomilo’, ‘Asia anterior’ en vez de ‘Oriente Próximo’,
‘cuaterniones’ en vez de ‘cuaternios’, ‘cuatridad’ por ‘cuaternidad’, ‘Adyton’
como nombre propio cuando el ‘adyton’ es el lugar donde el dios délfico
transmite su oráculo a la pitia, un ‘sancta santórum’ y no el ‘altísimo’, como
vierte el traductor…
Lamento tener que referirme a este asunto, aunque sea de modo
puramente descriptivo y ejemplarizante. El proyecto de edición de la Obra
completa de Jung, que permitió una intensa colaboración entre la Fundación
Carl Gustav Jung de España y la Editorial Trotta, fijó entre 1996 y 2006 una
serie de criterios de edición que se han revelado fructíferos. Esta edición de
Aion evidencia el peligro de no seguirlos. Con ello, la oferta por parte de la
Fundación de homologar a través de la OC la traducción de Jung al castellano,
resolviendo los muchos problemas presentados por las anteriores ediciones
parciales de su obras, es arrojada a la basura. Sin que nadie gane. Esperemos
que la Editorial Trotta, tan loable por muchas razones que exceden
ampliamente la temática junguiana, no se permita estos desfallecimientos.
Enrique Galán Santamaría
Noviembre, 2012
FUENTE; fundacion C.G.Jung

02.12.2013 10:13
"El caldero, como utensilio perteneciente a una civilización refinada, sugiere el cuidado y la alimentación de hombres capaces, lo que redunda en beneficio del Estado… Vemos aquí a la cultura en el punto en que alcanza su cumbre en la religión. El caldero sirve para ofrendar el sacrificio a Dios… La suprema revelación de Dios aparece en los profetas y en los santos. Venerarlos, es auténtica veneración de Dios. La voluntad de Dios, tal como se revela a través de ellos, debe ser aceptada con humildad."
 
 
"Una vasija en la que se brinda a los dioses las ofrendas sacrificiales, el alimento ritual para nutrirlos. Se concibe a sí mismo como un utensilio de culto destinado a proveer alimento espiritual a los elementos o fuerzas inconscientes ("agentes espirituales") que han sido proyectados como dioses -en otras palabras, destinado a prestar a esas fuerzas la atención que necesitan a fin de desempeñar su papel en la vida del individuo. En verdad, este es el significado primero de la palabra religio: una cuidadosa observancia y consideración (de relegere) de lo numinoso"




"Muy a menudo nuestras relaciones dependen casi exclusivamente de nuestras propias actitudes, si bien podemos no tener conciencia alguna de este hecho. Ocurre así que si un individuo es inconsciente de su papel en una relación, puede que ahí se esconda una sorpresa para él; contrariamente a su expectativa, puede aparecer él mismo como el agente principal, tal como el texto lo indica a veces en forma inequívoca. También puede ocurrir que tomemos una situación demasiado en serio y la consideremos de extrema importancia, en tanto que la respuesta que obtenemos al consultar al Yi Ching dirige la atención hacia algún otro aspecto insospechado implícito en la pregunta. Casos como éste podrían hacer pensar, por lo pronto, que, que el oráculo es falaz. Se dice que Confucio recibió una sola respuesta inapropiada, a saber el hexagrama 22, Lo Agraciado, un hexagrama que en toda su extensión tiene que con lo estético. Esto nos recuerda el consejo dado a Sócrates por su daimon: "Tú deberías hacer más música", a raíz de lo cual Sócrates empezó a tocar la flauta. Confucio y Sócrates compiten por el primer puesto en lo que se refiere a sensatez y a una actitud pedagógica frente a la vida; pero es poco probable que ninguno de los dos se ocupara de "conferir gracia a la barbita de su mentón" como lo aconseja la segunda línea de ese hexagrama. Desgraciadamente, la sensatez y la pedagogía a menudo carecen de gracia y encanto, y así es posible que, después de todo, el oráculo no se haya equivocado"

"El sujeto de este hexagrama es alguien que tropieza en su ascenso con toda suerte de vicisitudes, y el texto describe la forma en que debería conducirse. El Yi Ching se encuentra en la misma situación: se eleva como el sol y se da a conocer, pero es rechazado y no halla confianza: se lo ve "progresando pero apesadumbrado". Sin embargo, "uno obtiene gran felicidad de su antepasada". La psicología puede ayudarnos a dilucidar este pasaje oscuro. En los sueños y en los cuentos de hadas, la abuela, o antepasada, a menudo representa al inconsciente, ya que éste contiene en el hombre el componente femenino de la psiquis. Si el Yi Ching no es aceptado por la parte consciente, por lo menos el incosciente lo acepta a medias, y el Yi Ching está más estrechamente conectado con el inconsciente que con la actitud racional de la conciencia. Dado que el inconsciente a menudo aparece representado en los sueños por una figura femenina, tal puede ser la explicación en el caso presente. La persona femenina podría ser la traductora que ha brindado al libro sus cuidados maternales, y esto muy bien podría parecerle al Yi Ching una "gran felicidad". El Yi Ching anticipa la comprensión general, pero teme ser mal usado: "Progresa como una comadreja". Pero está atento a la advertencia:"No te tomes a pecho ganancia y pérdida". Permanece libre de "móviles no imparciales"."

"El Yi Ching insiste de un extremo a otro de su texto en la necesidad del conocimiento de sí mismo. El método que servirá para lograrlo está expuesto a toda clase de abusos; de ahí que no esté destinado a la gente inmadura y de mente frívola; tampoco es adecuado para intelectualizantes y racionalistas. Sólo es apropiado para gentes pensantes y reflexivas a quienes les place meditar sobre lo que hacen y lo que les ocurre- predilección que no debe confundirse con el morboso y rumiante cavilar del hipocondríaco. Como he señalado más arriba, no tengo respuesta para la multitud de problemas que surgen cuando tratamos de armonizar el oráculo del Yi Ching con nuestros cánones científicos aceptados. Pero, ni falta decirlo, nada "oculto" puede deducirse por raciocinio. Mi posición en estas cuestiones es pragmática, y las grandes disciplinas que me han enseñado la utilidad práctica de este punto de vista son la psicoterapia y la psicología médica. Probablemente en ningún otro campo tenemos que habérnoslas con tantas incógnitas, y en ninguna otra parte nos acostumbramos tanto a adoptar métodos que resultan operantes aun cuando por largo tiempo acaso ignoremos por qué son operantes. Pueden darse curas inesperadas ocasionadas por terapias cuestionables, e inesperados fracasos ocasionados por métodos presuntamente seguros. En la exploración del inconsciente nos topamos con cosas sumamente extrañas, de las que el racionalista se aparta con horror, asegurando luego que no ha visto nada. La plétora irracional de la vida me ha enseñado a no descartar nada jamás, aún cuando vaya contra todas nuestras teorías (de tan breve perduración en el mejor de los casos) o bien no admita ninguna explicación inmediata. Esto, naturalmente, resulta inquietante, y uno no sabe con certeza si la brújula está apuntando bién o no; pero la seguridad, la certidumbre y la paz no conducen a descubrimientos. Lo mismo ocurre con este método chino de divinación. Es obvio que la finalidad del método es el conocimiento de sí mismo, aun cuando en todas las épocas también se lo ha usado en un sentido supersticioso".

"Yo, por supuesto, estoy absolutamente convencido del valor del autoconocimiento, pero ¿tiene algún objeto recomendar semejante introvisión cuando los hombres más sabios a través de las edades han predicado sin éxito su necesidad? Aun para la mirada más prejuiciosa resulta obvio que este libro representa una larga exhortación a una cuidadosa indagación de nuestro propio carácter, actitud y motivaciones. Esta posición encuentra resonancia en mí y me indujo a emprender el prólogo. Antes, en una sola ocasión había manifestado algo en relación con el problema del Yi Ching: fue en un discurso conmemorativo en homenaje a Richard Wilhelm. Fuera de esto, he mantenido un discreto silencio. No es nada fácil percibir cuál es nuestro propio camino para penetrar en una mentalidad tan remota y misteriosa como la que subyace en el Yi Ching. No se puede dejar de lado sin más a espíritus tan grandes como Confucio y Lao Tse, por poco que uno sea capaz de apreciar la calidad del pensamiento que ellos representan; mucho menos es posible pasar por alto el hecho de que el Yi Ching constituyó para ambos su fuente principal de inspiración. Sé que anteriormente no me hubiera atrevido a expresarme en forma tan explícita sobre una cuestión tan incierta. Puedo correr el riesgo porque estoy ahora en mi octava década y las cambiantes opiniones de los hombres ya apenas me impresionan; los pensamientos de los viejos maestros tienen para mí mayor valor que los prejuicios filosóficos de la mente occidental".

"Sometí dos preguntas al método de azar representado por el oráculo de las monedas; la segunda de ellas, después de haber escrito mi análisis de la respuesta a la primera. La primera pregunta estuvo dirgida, por así decir, al Yi Ching: ¿qué tenía que decir sobre mi propia acción, es decir sobre la situación en que yo era la persona actuante, la situación descrita por el primer hexagrama que obtuve? A la primera pregunta el Yi Ching respondió comparándose con un caldero, una vasija ritual que requiere una renovación, una vasija que solo contaba con una dudosa atención por parte del público. La respuesta a la segunda pregunta fué que yo había caído en una situación dificil, ya que el Yi Ching, representaba un foso profundo y peligroso lleno de agua, en el que uno podía fácilmente atascarse en el fango. Sin embargo, resultó que el foso era un viejo pozo que solo requería ser renovado para que se lo pudiera usar nuevamente con fines útiles.
Estos cuatro hexagramas tienen unidad temática en lo fundamental (vasija, foso, pozo) y, en lo que concierne a su contenido intelectual, parecen tener sentido. Si un ser humano hubiese dado tales respuestas, yo, como psiquiatra, habría tenido que declararlo mentalmente sano, por lo menos sobre la base del material presentado. Por cierto que no hubiera sido capaz de descubrir ningún elemento de delirio, idiotez o esquizofrenia en las cuatro respuestas. En vista de la extrema vejez del Yi Ching y de su origen chino, no puedo considerar anormal su lenguaje arcaíco, simbólico y florido. Por el contrario hubiera tenido que felicitar a esta persona hipotética por el alcance de su percepción de mi inexpresado estado de duda. Por otro lado cualquier persona de mente aguda y flexible puede dar vuelta toda la cuestión y mostrar cómo he proyectado mis contenidos subjetivos sobre el simbólismo de los hexagramas.
Semejante crítica aunque catástrofica desde el punto de vista de la racionalidad occidental, no afecta la función del Yi Ching. Por el contrario, el sabio chino me diría sonriendo: " ¿No ve usted lo útil que es el Yi Ching, al hacer que usted proyecte sobre ese abstruso simbólismo pensamientos hasta ahora inadvertidos? Usted podía haber escrito su prólogo sin advertir para nada la avalancha de mal entendidos que el mismo podía desencadenar".




"Como si fuera una parte de la naturaleza, espera hasta que se lo descubra. No ofrece hechos ni poder, pero para los amantes del autoconocimiento, de la sabiduría- si los hay- parece ser el libro indicado. Para alguno su espíritu aparecerá tan claro como el día; para otro, umbrío como el crepúsculo; para un tercero, oscuro como la noche.
Aquel a quien no le agrade no tiene por qué usarlo, aquel que se oponga a él no está obligado a hallarlo verdadero.
Dejémoslo salir al mundo para beneficio de quienes sean capaces de discernir su significación."  C.G.Jung
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02.12.2013 10:10
Las Anthesterias  constituían un "culto mistérico cruento" cuyo protagonista era Dionysos, a quien Homero dedica también uno de sus himnos . El mito de Dionysos es complejo e intenso. Su núcleo está en el despedazamiento del dios, presentado como un niño "divino" ( con cuernos como el dios Pan)  rodeado de serpientes, devorado por las fauces de los Titanes, quienes hirvieron sus pedazos en una caldera, mientras un granado brotaba de la tierra donde había sido derramada su sangre; pero Rea (Cibeles) reconstruyó sus miembros y así vuelve a nacer, como en el mito de Osiris cuyo cuerpo destrozado también es reconstruido por Isis. Dionysos nace también dos veces: de su madre y del muslo de su padre.
El culto dionisíaco se extendió rápidamente por Grecia y todo el mediterráneo, África, Asia central, encontrando vestigios incluso en India. En analogía a los misterios Eleusinos ( en honor de la tríada Hécate-Demeter-Perséfone), los misterios Dionisíacos consistían en una celebración ritual para llevar al "iniciado" a un estado alterado de conciencia, que le permitira "ver" y esa visión es lo que le  transformará. Ambos misterios son , sobre todo, nocturnos aunque la gran diferencia es que en los misterios dionisíacos inicialmente solo estaba permitida la asistencia de mujeres.
En la mitología griega las Ménades son seres femeninos divinos estrechamente relacionados con el dios Dionysos, Baco para los romanos. 
Se sabe que el nombre Dionysos puede derivar de las palabras sánscritas Deva-nahusha, "el dios renovador" . Las primeras ménades fueron las "ninfas" que se encargaron de la crianza de Dionysos, que posteriormente fueron poseídas por él, y quien les inspiró una locura mística. 
 
En la Grecia primitiva existió una sociedad de mujeres, llamadas "Ménades", en referencia a la primigenias Menades del mito,  que se "formaban" de iniciación en iniciación. Esas iniciaciones se hallaban vinculadas, en su origen, con los cultos a las grandes divinidades femeninas:  Artemisa, Afrodita, Athenea, Deméter, las herederas de la Gran Diosa Madre del mundo antiguo , diosas de la naturaleza, la agricultura , la salud y los ciclos vitales…diosas de la sabiduría y la belleza, y también diosas vírgenes acompañadas de fieras, dominando la naturaleza salvaje. 
Todas ellas se acercan progresivamente y paralelamente al culto a Dionysos. Los pocos textos que describen a las mujeres que asistían a los misterios dionisíacos dicen que "el ritual iba acompañado de danzas frenéticas, acompasadas por la flauta, que pronto llevaban a las bailarinas al estado de trance y éxtasis, con la boca abierta, la nuca doblada, todo el cuerpo tenso y echado atrás, en estado de  "posesión". Seguían una procesión, a la luz de antorchas, a través de zonas boscosas. Las iniciadas y las de mayor experiencia llevaban la "nébrida", piel de cervatillo, animal sacrificado en el curso de alguna iniciación anterior" . También está descrito que algunas de esas iniciaciones exigían un tiempo de retiro en el bosque durante el cual las futuras iniciadas eran sometidas a pruebas. 
Esto las contrapone a las Bacantes o Basarides, mujeres mortales que emulan muy posteriormente a esas antiguas Ménades, que se dedican al culto de Dionysos. No hay unanimidad, sin embargo, en estas acepciones. En muchas fuentes Ménades y Bacantes son sinónimos, entendiéndose incluso por Bacante la acepción latina de Ménade.
Literalmente Ménades puede traducirse por "las que desvarían". Se las conocía como "mujeres en estado salvaje y de vida enajenada con las que era imposible razonar" . Se decía de ellas que vagaban en bandas rebeldes o Thiasoi por las laderas de las montañas. Los misterios de Dionysos, el dios de la vida , el misterio y la intoxicación, las llevaban a un frenesí extático. Dicen que "se permitían dosis de violencia, derramamiento de sangre, sexo, intoxicación y desenfreno"  Se las representa pictóricamente a menudo ataviadas con coronas de hojas de vid, vestidas con pieles de cervatillo, llevando el Thirsus, (del griego Thyrsoi, una vara con una piña en la punta y adornada con hiedra u hojas de vid) y danzando en el mundo salvaje. Se supone también que "llegaban a practicar en su éxtasis el esparagmos o desgarro de sus víctimas en trozos tras lo que ingerían su carne cruda".
Tanto las matronas como las doncellas subían en procesión a un monte solitario y durante unos días, sin contacto con hombre alguno, se lanzaban a un desenfreno místico sostenido por la ingesta de alcohol y/o plantas alucinógenas. Las madres que amamantaban aún a bebés no podían asistir.
El rito mistérico primitivo contenía muchos elementos salvajes y arcaicos, como despedazar a pequeños animales vivos y comerlos. Pero también mucho contenido de liberación erótica.  Eurípides cuenta que "pasaban noches enteras bailando desnudas, excitadas en un éxtasis no sólo alcohólico". Se suponía que dichas prácticas fomentaban la fertilidad, y las matronas ,que ejercían de sacerdotisas, proporcionaban alcohol y otros tóxicos a las mas jóvenes. Los rumores maledicentes ( probablemente propiciados por algunos esposos griegos contrariados)  afirmaban que las mujeres que participaban en los misterios dionisíacos recorrían los bosques insinuándose y lastimando a los hombres que encontraban. La danza de las ménades era el rito central de las ceremonias.
Todo ello tenía como objetivo que las mujeres obtuviesen el «entusiasmo» (que etimológicamente significa la "entrada de Dios") facilitando así que el espíritu del dios entrara en la iniciada. Las mujeres que creían que habían hecho el amor con Dionysos se consideraban afortunadas y protegidas.
Puede suponerse que las fiestas llamadas "agrionias" , de Beocia, eran quizá parte de las bacanales, ya que es muy sugerente el hecho de que también de ellas se diga que en ellas "se comía carne cruda". Las "agrionias" consistían en unos pequeños "misterios", en los que también sólo participaban mujeres. Éstas se congregaban de noche y aparentaban buscar al dios; al no encontrarlo, decían que estaba con las Musas. Acto seguido, las devotas iniciaban una orgía -baile, bebida e ingestión de carne sin cocinar-. Al término de este banquete ritual, se procedía a la revelación del contenido de los enigmas, quizá jeroglíficos sagrados procedentes del lugar de origen del dios, que formaban parte del repertorio litúrgico de los misterios.
Sacerdotisas, magas, seductoras y sacrificadoras sanguinarias de víctimas humanas, tenían sus santuarios en valles salvajes y remotos. ¿Por qué encanto sombrío, por qué ardiente curiosidad, las mujeres eran atraídos a esas soledades de vegetación lujuriante y grandiosa? Formas desnudas, danzas lascivas en el fondo de un bosque..., risas,  gritos y las bacantes se liberaban". En la estricta sociedad griega, en donde el papel femenino era casi el del nivel del esclavo, las esposas y viudas griegas tenían un único espacio propio en donde no se sometían a nadie: Los misterios Dionisíacos.
Esos mismos rumores críticos decían que "las bacantes domesticaban leones y panteras que hacían aparecer durante sus fiestas, amamantando a fieras pequeñas ; negandose a cocinar comían frutos del bosque y carne cruda…y al anochecer, con serpientes enroscadas en los brazos, se postraban ante la triple Hécate; después, en rondas frenéticas, evocaban al Dionysos subterráneo, de doble sexo y cabeza de toro". 
El misterio y el secreto también infunden temor, así , para no ser vigiladas y espiadas se decía : "!!desgraciado del extraño, desgraciado del sacerdote de Júpiter o de Apolo que venga a espiarnos! Será descuartizado!!”.
En cuanto al rito o la "amenaza" de despedazar animales, pudiera ser que fuera una representación de la historia de Dionysos devorado por los Titanes. Según la leyenda mitológica este hecho permitió a los titanes tener una chispa de divinidad dionisíaca. 
La celebración dionisíaca tenía lugar, tanto en Grecia , como mucho después en Roma, en una primera etapa ("Pequeñas fiestas dionisíacas") de diciembre (Rústicas) a febrero (Leneas), para culminar con las "Grandes Dionisíacas" en el plenilunio de la primavera europea, durante el mes de marzo. La culminación de ese culto dionisíaco tardío cambió notablemente, puesto que incluyó ya a hombres y mujeres y consistía, como en Eleusis, en una procesión y ceremonial en donde se "actuaba" la visión de la unión de la pareja mística constituida por Dionysos (o el sacerdote que lo representaba) y la esposa del rey de Atenas , Basillinna, tal como lo cuenta el mismo Aristóteles en su tratado sobre "La constitución de Atenas" . También Eurípides, en Las Bacantes, alude a esa visión luminosa, cuando después de hablar de las Ménades como "enfurecidas por el fuego divino", hace exclamar al Coro: "¡Ya veo!...¡Luz en las tinieblas!".
 
La celebración del culto mistérico de las Anthesterias en Roma,se conserva particularmente en los Annales, escritos por el historiador romano del siglo segundo antes de Cristo, Tito Livio.
Había anualmente numerosas fiestas y celebraciones en honor del dios. Las fiestas llamadas "Haloas" tenían lugar en Eleusis y en Atenas, y se celebraban en honor de Deméter (diosa de la agricultura), de su hija Koré-Perséfone, y de Dionysos, también Hades , esposo de Koré. Se ignora en qué consistían y cómo se desarrollaban, pero sin duda señalan la vinculación de Deméter y Dionysos. 
Dionysos, en los cultos esotéricos de Tracia, de Frigia y de la misma Hélade, era uno de los dioses del mundo infernal Dionysos-Hades, donde reinaba con su esposa Koré, hija de Deméter. Por ese aspecto del dios, se le conmemoraba en  las libaciones fúnebres.
Junto al culto mistérico de Dionysos, se desarrollaron también otros cultos, particularmente el de Orfeo, cuyo mito se funde con el de Dionysos, hasta el punto de que los rituales "órficos" tenían como protagonista "mistérico" a Dionysos.  Se supone que dichos rituales no desaparecieron completamente y se mantuvieron en la clandestinidad hasta bien entrada la Edad media , ya que se han encontrado imagenes en cerámicas  y pinturas medievales representando a las Bacantes. Partiendo de esta reflexión mitológica no nos resultará muy difícil observar que la descripción de la conducta de las Brujas y la celebración de un "Aquelarre", no difiere en exceso con la supuesta conducta de sus antepasadas las Bacantes.
fuente www.sololasbrujastienenollas.blogspot.com.es
29.11.2013 20:42

El ser humano es un maravilloso y complejo mecanismo electroquímico compuesto por millares de moléculas que, a su vez, están compuestas por átomos. Y todo átomo contiene, como sabemos, unas cargas eléctricas o sub-partículas llamadas electrones, protones y neutrones.
Además, el ser humano está compuesto básicamente de un 70% de agua (80% en los niños), con las correspondientes cargas electrolíticas que todo líquido contiene. Emitimos y recibimos cargas eléctricas y, todo ser humano, es un conductor idóneo de la energía precisamente por tener tanta agua en el cuerpo; así pues, somos criaturas electromagnéticas y sensibles a cualquier radiación.
También observaremos que, durante cinco mil años, se ha comprobado la existencia de catorce caminos o canales de circulación energética: los doce meridianos bilaterales de acupuntura, además de los dos meridianos centrales que pasan por el centro de la parte delantera y de la parte trasera del cuerpo, siguiendo la médula.
En realidad, solo existe un canal energético largísimo, con un complejo recorrido; donde acaba un meridiano, nace otro; y donde éste termina, empieza el siguiente, y así sucesivamente. Cuando los acupuntores hablamos de catorce meridianos y cuatrocientos puntos, tan solo estamos usando una estrategia pedagógica para su estudio, para la clasificación y la nomenclatura de ese largo recorrido de energía en nuestro organismo y sus puntos ideales de manipulación energética que activan los mecanismos naturales de autocuración de todo ser.
Cada uno de estos meridianos o líneas de circulación del Qi (nombre chino para definir la energía humana, una variante sutil de la electricidad en el interior del cuerpo) contiene varios puntos vitales; esos puntos de acupuntura pueden ser vistos como el lugar de entrada, o de intervención, de la energía vital del cuerpo; los acupuntores, o bien los empleamos para realizar una estimulación, o bien para hacer una sedación de esa sutil energía que va recorriendo el meridiano alterado. Los puntos de acupuntura son los núcleos idóneos a través de los cuales el canal energético debe ser tratado, con el fin de nivelar su flujo de corriente a un ritmo armónico (si la energía vital se encuentra estancada o acelerada).
De todos los puntos de acupuntura del cuerpo, siete de ellos son especialmente importantes (en mi opinión hay bastantes más puntos de carácter vital). A esos siete puntos acupunturales se le llamaron, en lengua sánscrita (muy distante como civilización respecto a la china), los siete chakras, o centros neurálgicos en los que se procesan nuestras acciones volitivas y todos nuestros procesos psicoemocionales. Los siete principales chakras de nuestra anatomía sutil (existen muchos más) vienen a ser como unas centrales de comunicación con el medio circundante.
Cada uno de los chakras, cruces de energía o centros acupunturales, cumple tres funciones básicas. Cada chakra es, a la vez, una central emisora de energía, una central receptora, y una central traductora o transformadora de esa energía. La central receptora es como un radar que recibe todas las ondas que llegan hasta un individuo, procedentes de diferentes agentes (emisores de ondas y a su vez receptores). Como hemos visto, todos nosotros y... todo en general, emite códigos y somos susceptibles de recibirlos a través de cada chakra. La estación emisora de cada chakra propaga nuestra energía personal y singular (biológica, psicoemocional, anímica y espiritual) hacia el exterior, incidiendo en todas las cosas y sobre los demás seres.
La tercera función de un chakra es la estación transformadora. Es como un laboratorio que procesa toda la energía y toda la información recibida para, acto seguido, codificarla. La información necesita ser codificada para que pueda ser leída, interpretada e inteligible (para luego materializarla) por nuestro sistema nervioso y nuestro sistema endocrino. Estos dos sistemas del cuerpo son considerados, más allá de su fisiología densa y orgánica, los dos grandes 'traductores' de esos códigos que circulan por doquier. Cada plexo nervioso y cada glándula endocrina se encarga de traducir (o de recodificar bioquímicamente) la información recibida a través del chakra, la cual será recogida y acoplada a nuestro sistema de salud y bienestar anímico, o bien, la información será rechazada, creando interferencias en nuestro cuerpo y en nuestra mente (lo que llamamos enfermedad).
Todo lo resumido en estos párrafos nos da una idea de nuestra compleja sensibilidad energética, pero también nos resulta muy útil para entender el fenómeno de recepción y acoplamiento de ondas que constantemente capta nuestro ser. Generalmente a este fenómeno se le ha llamado la Ley de Sintonía, de Resonancia, o de empatía energética, temas que vienen ampliamente revisados en mis anteriores libros, teniendo en cuenta especialmente las teorías del Isomorfismo de Bertalanfty y la Teoría de la Resonancia Mórfica (o campos estructurales) del bioquímico Rupert Sheldrake.
En los fenómenos de la ondulación, la física nos da la definición de 'resonancia' como: la vibración del mismo tipo, o el 'acoplamiento' de la misma frecuencia de onda. Se trata también de nuestra cotidiana sensación de empatía con alguien o con algo.
Este principio de resonancia entre ondas, así como el concepto de empatía o de relación armoniosa entre varios entes (personas, naturaleza, objetos, casas, obras de arte...) no sólo se da con las conocidas ondas sonoras y la música, ya reconocidas y medidas, como hasta ahora lo son también ondas de la luz, los rayos X, las micro-ondas, sino que el concepto de resonancia pertenece a todo el gran y complejo contexto energético dentro del cual vivimos.

Siempre que existe una relación entre dos cosas, o dos entes, se produce cierto movimiento. Todo movimiento o fricción... genera vibración y vida. El movimiento conduce a la dualidad, a la polaridad, e induce a la expansión (nunca a la retracción, ni a lo estático, ni a la muerte). Y muy a menudo el movimiento, o los fluidos, se presentan en varias direcciones y en varias dimensiones (como mínimo, tres); es decir, el movimiento de esa fuerza sutil o fluido, a la que normalmente llamamos energía, tiene una vibración multidireccional y multidimensional, no va nunca en una sola dirección sino que se expande en todos los sentidos.

Ese conjunto inseparable de materia-energía, nos rodea, nos invade y nos bendice. Somos y existimos dentro de ella. Por el momento el hombre no ha aprendido aún a utilizarla conscientemente en toda su amplitud. Esa fuerza inteligente es nuestro sustento y nuestro fluido; está en permanente comunión con los seres vivos. Esta comunicación constante entre materia y energía, entre lo denso y las ondas de lo sutil, nos envía órdenes continuamente. Es el gran sustrato de la comunicación, el medio sin el cual no recibiríamos los imputs o códigos que nos convierten en entes vivos, en permanente proceso de cambio y de desarrollo.
Todo está en su lugar, del mismo modo que todo tiene su significado. La clave de todo ese paradigma energético parece estar en la coherencia. La llave que abre nuevas puertas y posibilidades está en conocer (y re-conocer) el medio coherente donde cada uno tiene que hacer su proceso, en saber emitir ondas coherentes e inteligentes que faciliten el proceso individual y favorezcan también el proceso grupal de esa humanidad inserta en una esfera natural, energética y también sabiamente coherente.
Al buscar la coherencia energética, la encontraremos en varios niveles pero básicamente en la fuerza de la Armonía (vinculada a la fuerza del amor, la paz y la transparencia), una vibración expansiva de alto potencial. Las energías de armonía, de amor, de belleza, de libertad, de unidad, de veracidad y transparencia, por ejemplo, jamás emiten ondas contractivas, caóticas, oscuras, ni emiten fuerzas involutivas o incoherentes. La Armonía, y todas las frecuencias relacionadas o derivadas de ella, son ondas de conocimiento y campos de fuerza inteligentes, activos, organizadores, creadores.
Esa coherencia procedente de las frecuencias de la Armonía, es la que nos proporcionan la capacidad de discernimiento a través del sentimiento y la frecuencia idónea para abrir los bancos de memoria de nuestro ADN completo. Realizar cualquier acto de nuestra vida, ya sea de tipo relacional, creativo, medicinal, etc. siendo conscientes de esos fenómenos y buscando la coherencia energética de todo los que nos rodea y el acoplamiento idóneo de ondas y frecuencias, tal vez sea lo más legítimo que un ser humano puede hacer para honrar su existencia.

29.11.2013 20:40

En todo el proceso de aprendizaje y perfeccionamiento, el ser humano tiene unos mecanismos de toxicidad y contagio energético, pero a la vez posee también los medios naturales de purificación o prevención. Cuando una persona entra en contacto con otras energías, incluso si son tóxicas, sus campos se acoplan y el individuo reacciona a ellas de distintas maneras, empleando sus cuatro elementos físicos y psíquicos para reencontrar su equilibrio.
El Sistema de Equilibrio Anímico que posee el hombre va mucho más allá del sistema inmunológico conocido. El ser posee 'cuatro elementos básicos' que continuamente emplea, tanto para su aprendizaje, como para su ajuste y reequilibrio. Los cuatro elementos son evidentes vistos desde la materia. Somos Fuego pues poseemos mecanismos que nos mantienen a 36º durante toda la existencia. Somos un 70% de agua, como todos sabemos. Somos la Tierra y minerales que sostienen el esqueleto y alimentan la sangre. Somos Aire y oxígeno que mantiene pura toda la mecánica vital.
Sin embargo, desde la visión psicoenergética, el ser humano también tiene:
El elemento Aire para procesar y filtrar sus ideas y pensamientos
El elemento Tierra para procesar y filtrar sus acciones y materializaciones
El elemento Fuego para procesar y filtrar sus pasiones y impulsos
El elemento Agua para procesar y filtrar sus emociones y sentimientos.
El alma tiene un mecanismo de defensa y neutralización para todo lo que le impide avanzar, ascender, expandirse y reencontrar su Esencia lumínica primigenia. Pero lo que le impide su avance mayormente son los virus energéticos (que a menudo son externos, pero también son generados por él mismo). El grado de contagio, infección y toxicidad energética a veces es tan alto que la luz innata que contiene el Ser se ve oscurecida y paralizada.
Expliquemos estos mecanismos de contagio y toxicidad, recordando una vez más la ley universal de correspondencia, 'como es arriba es abajo'. Siempre existe una similitud o correspondencia entre lo que ocurre en un plano existencial y en otro. La palabra 'virus' significa 'veneno', y está asociada a algo que es 'filtrable', porque los virus son mucho más pequeños que las bacterias, por tanto un virus fácilmente atraviesa cualquier filtro o impedimento, y aparentemente no hay nada que lo detenga.
En el plano energético y psíquico es idénticamente igual que en el plano material. Los virus están en la frontera de la vida: son parásitos celulares pues no tienen capacidad de vida autónoma. No tienen una estructura celular, están formados solamente por un ácido nucleico y una cobertura proteica, y no tienen capacidad de replicarse, solamente pueden hacerlo usando la maquinaria de la célula huésped a la que se han infiltrado o han infectado.
Muchos virus tienen la capacidad, además, de burlar los sistemas de defensa del cuerpo: inyectan su ácido nucleico en el interior de la célula y éste se integra en el ADN del huésped. De esta forma, el programa genético viral (ajeno) se mezcla con el programa genético de la célula infectada (propio), y queda en estado latente, esperando el momento oportuno para poder replicarse: una bajada de defensas, cansancio, mala alimentación, estrés, falta de higiene, etc. En ocasiones, el virus se inserta dentro de un gen vital para la célula, rompiendo o transformando su información original. La pérdida de la información del gen puede causar alteraciones celulares importantes, entre ellas el cáncer, como en el caso de los virus oncogénicos.
El virus tiene esta peculiar propiedad de 'disfrazarse' dentro de la célula  infectada, de filtrarse y acoplarse al código del huésped, para beneficiarse de él. Por eso resulta tan difícil de combatir, tanto por el sistema natural de defensas como mediante medicamentos antivirales. La única manera de evitar la infección por virus en nuestro ser físico y energético es: evitando abrirles la puerta de entrada, no teniendo en nosotros puntos flacos donde puedan instalarse, y sobretodo, conociendo exactamente cuáles son sus mecanismos de replicación, de usurpación y de infección o parasitismo de la célula original.
Los comportamientos psicoenergéticos son idénticos. Las ideas, pasiones, emociones y acciones (en estado desmesurado) pueden comportarse como un virus, camuflándose en nuestro ser como si fueran parte de nosotros, hasta el punto que nuestro sistema de protección natural no sepa reconocerlos. Existe una enorme contaminación psicoenergética en el mundo actual, debido mayormente a la manipulación y a los medios de comunicación; siempre ha sido igual, pero hoy las ideas y las emociones se propagan con una rapidez enorme debido a este avance tecnológico comunicativo que es el que expande mayormente los virus energéticos como una plaga.
guerra, la ira, la competitividad, la manipulación, etc. son virus que entran en nuestro ser, o en las partes susceptibles de nuestra psique (según las vivencias y las memorias anteriores gravadas) y se instalan en nuestro software, modificando nuestro comportamiento habitual, igual que ocurre con el ADN de la célula sana cuando se ha infectado del ADN o programa viral.
Según sea el tipo de virus, dañará más a un elemento que a otro. Escuchar y absorber las emociones conflictivas (y a su vez infectadas previamente) de una vecina, o de un paciente, o la simple conversación telefónica con un hermano que te cuenta su miedo o su tristeza, influencia, altera o infecta a tu elemento Agua.
Si una información escuchada por la radio, televisión o internet, o directamente de un conocido, hace referencia al mundo de los ideales y las creencias (sean políticas, religiosas, filosóficas…) y a la crítica sobre cualquier asunto, será una intoxicación o una infección del elemento Aire.
Si hace referencia a cuestiones pasionales, instintivas, fanáticas, impulsivas (por ej. el acto sexual con personas tóxicas, en cualquier campo) o que de alguna forma amenacen nuestro instinto de supervivencia, se alterará el elemento Fuego.
Y si de alguna forma el tipo de virus es específico sobre los actos, realizaciones y materializaciones de ideas (proyectos, construcciones, actos…) altera el Elemento Tierra. La toxicidad puede llegar a ensuciar e incluso a paralizar cualquiera de los cuatro elementos que intervienen en el aprendizaje y en la protección de dicho aprendizaje.
Pero… ¿qué es lo que 'atrae' a un virus? En términos generales puede decirse que lo atrae un virus a nuestro campo de energía es otra energía, de igual calidad o similar. En general, la energía tóxica que más atrae a los virus psicoenergéticos, por un lado, es el miedo y la desconfianza, y por otro lado, la idea de error y la culpabilidad. Si lo analizamos veremos que éstas son solamente 'energías', como muchas otras,  pero mal polarizadas, o predominantemente decantadas hacia el polo negativo de las mismas.
La energía del miedo existe, es real, palpable y natural en cualquier ser humano; pero la polaridad positiva del miedo se llama 'prudencia'. Sin embargo, su polo opuesto es el terror, el temor, el miedo como lo conocemos comúnmente, y la falta total de confianza (su antídoto) en cualquier asunto (o en nosotros mismos, en la Vida, etc). El miedo es una energía necesaria para ser prudentes y no arriesgar la vida inútilmente, pero un exceso de miedo paraliza las experiencias, impide avanzar, experimentar y ascender. Con la idea del 'error', o de la equivocación, ocurre lo mismo. La idea o el 'miedo a equivocarnos' es pues absurda e ineficaz, pues tan solo existe la experiencia; y a su vez, la idea de error engendra la energía de la 'culpa' (si nos equivocamos… somos culpables…) Pero nunca nos equivocamos, tan solo experimentamos.
No existe el 'error' en el aprendizaje, eso es una gran manipulación antiquísima (asociada a la culpa) enquistada en nuestra memoria celular, pues tan solo existe la 'experimentación', la vivencia, la exploración y el aprendizaje sobre cualquier tema. ¿Los niños se equivocan cuando tocan una estufa caliente y se queman? No, no se equivocan, aprenden, experimentan, codifican lo que ocurre y se inmunizan para el futuro. Entonces, si no existe el error… no existe la culpa!
La culpabilidad es uno de los mayores virus que a lo largo de la historia de la humanidad ha actuado y se ha transmitido como una epidemia. Además ha sido utilizado de forma maquiavélica para obtener poder y dominio. Como el miedo y la culpa, existen muchos otros virus psicoenergéticos actuando alrededor nuestro y en nuestro interior. Igual que existe un programa genético, un ADN celular o almacenamiento de datos en nuestras células físicas (más o menos infectadas), también existe un ADN etérico o energético que almacena comportamientos emocionales, mentales e instintivos.
No obstante, igual que existe un sistema inmunológico físico, también existe un complejo sistema inmune psicoenergético que tiene la propiedad de evitar y de transformar las infecciones de energía de tipo mental, emocional y etérica. Si no fuera así, la raza humana ya no existiría.
Es mediante la fuerza de la pureza y el amor con lo que transformamos la impureza y ascendemos.
Es cierto que en cada uno existen memorias, heridas, marcas y patrones de todas las experiencias vividas y de todas las infecciones sufridas procedentes de los virus de las creencias, de los códigos culturales, de las manipulaciones y experiencias que han entrado en nuestro disco duro. Esas grabaciones enquistadas son, precisamente hoy, nuestros mayores enemigos internos e impedimentos, porque se acoplan a lo que está en el aire.
actuales son precisamente (uno a uno, o en grupo, como un egrégor) el gran 'imán' que atrae a los virus actuales, a veces ya parasitados o que habitan en nuestras células y en nuestro campo energético. En definitiva, son los múltiples virus energéticos actuales, en resonancia con nuestros antiguos códigos, los que nos aportan la gran toxicidad que muchas veces nos impide ascender y experimentar la plenitud y la coherencia.

No obstante, es muy importante comprender también que los virus los necesitamos para evolucionar. Una vez más, no hay error. Los virus existen para que experimentemos, nos hagamos fuertes y tengamos la oportunidad de saber usar la fuerza de nuestra pureza genuina. Por otro lado, hay que recordar que las emociones, pensamientos y demás… son fenómenos naturales, tan naturales y activos como un virus orgánico. Respecto a éstos, hay que puntualizar que no deberíamos asociar siempre 'virus' con 'veneno', puesto que recientes investigaciones demuestran que ha habido virus en el planeta que han tenido una función positiva y evolutiva y hoy se valora que algunos de ellos han tenido un papel decisivo en la historia de la vida de la Tierra.
Esa misma visión, la podemos aplicar también a las cuestiones de virus y tóxicos psicoenergéticos. Sin olvidar que siempre es mejor evitarlos y no generarlos (por una cuestión de pureza) también hay que pensar que algunos de los fenómenos tóxicos generan, y han generado, mucha transformación, desarrollo y evolución espiritual a la humanidad, sobretodo por ser un elemento de reflexión.
La clave de todo este asunto es saber que todo, absolutamente todo (desde la visión energética y anímica) es una cuestión de polaridades, de grado y de dosis. Ni demasiado, ni demasiado poco. Todo puede emplearse con la 'dosis terapéutica'; pero… lo mismo, puede ser usado con la 'dosis letal'. Y eso no solamnte puede aplicarse a la homeopatía, a la fitoterapia, a la alimentación, a la Geocromoterapia, etc… sino que ocurre cada día con los virus energéticos, con nuestra psicología y toda nuestra experiencia de mutación. Y respecto al fenómeno de toxicidad, en todas sus vertientes, también existe un grado de tolerancia, de inmunidad… de dosis moderadas o evolutivas, o bien de dosis tóxicas o involutivas.
La higiene necesaria en estos momentos evolutivos tan delicados para la humanidad, la única terapia preventiva inteligente que cada uno puede hacer, es en primer lugar alejarse o prescindir de situaciones, películas, noticias, lugares o personas tóxicas, simplemente para evitar el contagio. En segundo lugar, hay que educar y aprender a usar la fuerza de la voluntad natural, es decir la Voluntad del Ser (…no la del 'esfuerzo' según un ego o personalidad), para poder prescindir y alejarse coherente y amorosamente, y hacerlo a tiempo, de la presencia de los virus psicoenergéticos en nuestro entorno cotidiano.
En tercer lugar, lo más importante y definitivo es que cada uno individualmente no active ningún elemento tóxico ni con su palabra, ni con los actos, pero tampoco con las emociones, impulsos e instintos. En este terreno, aunque nos parezca que nadie sepa que las emociones tóxicas están dentro de nosotros e intentemos disimularlo, debemos saber que igualmente son campos de fuerza que generan también mucha toxicidad alrededor, aunque no sean explícitos.
Ha llegado ya el momento de madurez para que el ser humano aprenda a usar de forma sana (en su polaridad positiva) la energía de las ideas, las palabras, los actos, los instintos, las emociones… y sobretodo ha llegado el momento de emplear el silencio como el gran antídoto del caos.

© Marta Povo, abril 2007

29.11.2013 20:38

A lo largo de mi existencia he comprobado que existe una confusión semántica muy importante sobre esos tres conceptos, en especial viendo como se emplea la palabra alma como sinónimo de espíritu. El alma tan solo es una fuerza intermediaria entre el plano eterno y el plano temporal o dual (psicología y cuerpo). Y es precisamente 'mediante' el alma como se expresa nuestro Espíritu.
Antes hemos dicho que en realidad nuestro espíritu es grupal, es una gota de agua de un gran océano llamado humanidad. La peculiaridad de nuestra gota de agua es indiscutible; una contiene más sal, o menos yodo, es más transparente o más turbia o mezclada de otros substancias, tiene más concentración de información o menos, etc. y cada uno es completamente peculiar y único, aunque pertenezcamos a un mismo océano; es decir, nuestra esencia espiritual está indiferenciada de la esencia espiritual del vecino, porque cada espíritu es una pequeña parte de 'lo mismo', a veces llamado dios, o campo unificado.
Lo que realmente es 'muy diferente' es nuestra alma o conciencia. Nuestra alma contiene muchos registros, muchos datos de todas las experiencias vividas, muchas cargas energéticas, unas más densas y otras más ligeras o luminosas, de todas las vivencias, de todos los paisajes explorados, de todas las emociones y creencias registradas y almacenadas. De hecho nuestra conciencia es una biblioteca de luz, un almacén de cargas energéticas diversas, un substrato de registros, informaciones y experiencias… que en su conjunto llamamos 'alma'.
La conciencia o registro del alma podría decirse que es nuestro cuerpo átmico, nuestro cuerpo de luz. Por eso hay almas muy luminosas, y almas muy oscuras, almas que han adquirido y transformado muchas experiencias, y otras almas que no han sabido aún transformar en luz todo lo que han experimentado en el plano de la dualidad (donde existe el polo positivo y el polo negativo… como todo lo dual) durante sus procesos perfectivos. Esa acumulación de registros, no todo el mundo la realiza de la misma manera.

   

Podríamos poner un ejemplo simple y hacer un paralelismo con nuestra cotidianidad material. Todos tenemos casas, objetos, paisajes, pero no todos armonizamos y embellecemos la casa de igual manera. Hay gente que, aunque tiene naturaleza a su alrededor, nunca pone ninguna planta o flor en su casa; ni siquiera sus cuadros hacen referencia a la fuerza natural. Aunque tenga grandes ventanas por las que puede entrar la luz, prefiere bajar las persianas, mantener la casa a oscuras (a veces con el pretexto obsesivo de 'no estropear' los muebles, o sea, para que sus propiedades duren más tiempo…) y encender la electricidad, la falsa luz solar, para la convivencia y el descanso, que es en realidad la finalidad de un hogar. Aunque tengan muchos utensilios y productos de limpieza, aunque tengan la oportunidad de ventilar, prefieren cerrar todo y poner aire acondicionado, o usar ambientadores perfumados, o limpiar con toallitas olorosas, en lugar de desinfectar a fondo cada objeto sucio y limpiarlo de verdad. A veces es simplemente el hecho de priorizar lo cómodo, lo fácil, lo rápido… ante lo natural, lo energético, lo saludable, lo puro.
Algunas almas son perezosas, otras son activas. Algunas almas tienen ya un entreno de trabajo, otras no están tan entrenadas ni saben por dónde comenzar su proceso iluminativo. Algunas tienen ya muchos registros de luz, es decir, tienen ya una conciencia de lucidez, de claridad, de amor, de pureza, de confianza… otras tienen aún muy poca información lumínica y son almas con menos conciencia, menos experiencia de amor y con más densidad. En realidad, son almas que sufren pues están muy lejos de su espíritu o se sienten 'separados' del campo unificado; entonces viven su vida, toman decisiones, sienten y actúan… desde esa desconexión con la fuente.
El sustrato de nuestras experiencias es la conciencia. Así podríamos definirla. Y el alma es la cantidad de lucidez ganada con esas experiencias registradas. El espíritu es la esencia genuina de la cual partimos, nuestro espíritu creador de experiencias. Nuestro ego y el cuerpo son los medios que emplea el alma para almacenar experiencias. Por tanto, es el alma la administradora de las experiencias que necesita el espíritu para reconocerse a sí mismo y activar o ampliar su capacidad activa, lumínica o creadora.
Por eso nuestro Espíritu genuino trasciende los códigos culturales, los sufrimientos psicoemocionales, y los dolores o necesidades del cuerpo. Tan solo desde nuestra esencia espiritual podemos curar el cuerpo, tan solo desde ella podemos adquirir el equilibrio psicológico necesario para el proceso perfectivo, y tan solo desde este espíritu esencial podemos dirigir e iluminar nuestra alma y tener una conciencia plena, tranquila y expansiva.
De hecho, parece ser que el alma nunca desaparece; después de la muerte, el alma, más o menos iluminada después de la experiencia vital o encarnación, tiene cierto camino a seguir, un proceso no dual del universo, pero no un camino en estos planos conocidos, como el que ya hizo en vida. Tal vez el alma viva en otras dimensiones, o quizá esté a la espera de la oportunidad de volver a encarnar, o sea, de tomar un cuerpo de carne, para seguir su proceso perfectivo o iluminativo.
El hecho de que nuestro espíritu tenga 'hoy' un cuerpo físico, un cuerpo psicoemocional y un alma, es una verdadera suerte. Los budistas explican en sus enseñanzas que, estar vivo, es una oportunidad muy rara, muy poco frecuente, un verdadero privilegio. Existen millones y millones de almas que conviven con nosotros, aunque sean seres incorpóreos que no podemos ver con nuestro sistema óptico (especialmente diseñado para no ver otras dimensiones o realidades existentes). Estas almas… no tienen la suerte de estar vivas, de tener unos vehículos de expresión. Ese fenómeno explica también el parasitismo energético, pero eso es un material didáctico para otro contexto del libro.

. El caso es que, esos entes incorpóreos o sin vehículos de expresión, no pueden tener experiencias en la dualidad, ni retos para crecer, desarrollarse, reconocerse, amplificarse como seres. Su luz interna, está como estática. No cambia, pues no puede cambiar si no tiene una experiencia vital y egoica; siempre está en el mismo punto… hasta que tiene la oportunidad de vivir. Pero los seres humanos, a los que va dirigido este libro, sí tenemos la oportunidad de vivir y de evolucionar como entes.
 Cada experiencia que registramos, sea del tipo que sea, adquirimos luz y sabiduría y eso nos expande como fuerzas activas. Así, somos seres cada vez más creadores de realidades, más autónomos como entidades, más maestros de nosotros mismos. Eso es algo que posiblemente deberíamos agradecer a diario, el simple hecho de estar vivos y tener así la oportunidad de crecer, expandirnos o reconocernos como pequeños dioses creadores. El simple hecho de saber o tener conciencia de todo ello, ya es algo importante para poder 'aprovechar' cualquier enfermedad o anomalía, puesto que se trata siempre de una oportunidad experimental y de desarrollo.

© Marta Povo, junio 2007

29.11.2013 20:36

En la Historia de la humanidad, se puede observar cómo el hombre ha ido confundiendo siempre dos fenómenos: Ser versus Tener. Dentro del sistema actual, esa confusión vital ha llegado a unos extremos muy peligrosos para la propia subsistencia de la humanidad.
No solamente el hecho de 'Ser' se ha diluido, identificándonos con el 'Tener' o poseer unos vehículos de expresión, sino que incluso la explotación de los recursos naturales, el tener de todo, el consumo, la posesión y el poder, han substituido los valores esenciales de la vida y se ha perdido el sentido del Ser de cada uno, de la esencia espiritual de cada ente existente, incluso hemos ignorado la existencia del propio espíritu de la Tierra, la esencia de ese ser viviente llamado a veces Gaia.
Si alguien tiene un propósito es nuestro Ser, la esencia genuina que nos mueve.  Y ese propósito, traducido por el alma de cada uno, se realiza precisamente mediante nuestros mecanismos psicológicos y el cuerpo. Pero no somos realmente ideas, conceptos, cultura, proyectos. No somos emociones, pasiones, deseos, temores, nostalgias; no somos la ira, ni la pereza, ni la inseguridad. Tampoco somos instintos, dolor, calor, frío, hambre, sexo… Es evidente que Tenemos todo eso… pero no Somos todo eso.
El Ser, nuestra esencia, no tiene calor o frío, ni instintos; el Ser no desea nada; en todo caso, anhela, desde su fuerza volitiva espiritual. Y nuestro Ser… sabe, tiene una sabiduría interior, una mente lúcida que no es solamente intelectual sino a la vez intuitiva; el raciocinio y la lógica es la mecánica de lucidez y aprendizaje que utiliza el Ser, para crear y llevar a cabo sus ideas creadoras y expansivas.
El Ser, nuestra esencia, no tiene calor o frío, ni instintos; el Ser no desea nada; en todo caso, anhela, desde su fuerza volitiva espiritual. Y nuestro Ser… sabe, tiene una sabiduría interior, una mente lúcida que no es solamente intelectual sino a la vez intuitiva; el raciocinio y la lógica es la mecánica de lucidez y aprendizaje que utiliza el Ser, para crear y llevar a cabo sus ideas creadoras y expansivas.
Quien sabe dónde va… es el Ser. La personalidad tan solo materializa la voluntad de nuestro espíritu interior (o debería ser así, si no estuviéramos tan identificados con el ego), a través de nuestra alma o conciencia. Si nuestra Esencia, por ejemplo, en esta existencia necesita aprender sobre el orgullo-humildad, el alma recorrerá el camino exacto y adecuado para que las circunstancias de la vida, y las personas con quien nos relacionamos, nos proporcionen las pruebas de humildad adecuadas para que el orgullo se diluya y se vaya puliendo, para que aumentemos la luz, el amor y la compasión de nuestra alma.
Si tal vez debemos aprender algo sobre el poder, tal vez la esencia decida nacer en una familia muy rica, para tener la oportunidad de saber utilizar las propiedades y el dinero coherentemente, sin abuso de poder ni manipulación. Si el alma necesita transformar el miedo, o las memorias de temor, escasez, inseguridad y falta de confianza en la vida misma, entonces establecerá un programa vital donde haya muchas situaciones de miedo para que éste pueda ser diluido y haya la oportunidad de que aflore la fuerza de la fe, la confianza y el valor para enfrentar retos y cambios evolutivos.
El foco, proyecto vital o programa de nuestra Esencia, a veces no coincide con el programa de nuestra mente o el foco de nuestras emociones, sobretodo si nuestro ego y nuestro espíritu no están alineados. Esa es la clave. Desde luego, la naturaleza única y genuina de nuestra esencia individual es muy difícil de conocer, sobretodo porque tenemos el volumen muy bajo de nuestro espíritu, o… el volumen demasiado alto de nuestro ego.
Si lo dijéramos según la metáfora del carro, los caballos y el jinete, veremos que a menudo no conocemos el propósito genuino, o sea el camino que quiere recorrer el jinete, porque las riendas que lo unen a los caballos y al carro que lo transportan a él, están demasiado sueltas; de hecho, normalmente estamos desconectados (unos más y otros menos) de la fuerza de Voluntad de nuestra divinidad individual, inserta en el Campo Unificado de conciencia y energía.

© Marta Povo, junio 2006
https://www.geocromoterapia.com

 

 

MEMORIA CELULAR y REGISTROS HUMANOS

 

En el banco de memoria de nuestro campo sutil y de nuestras células, está registrado el programa completo de la existencia de cada uno, como ser multidimensional. La llamada memoria celular es un archivo completo de nuestras experiencias vividas y toda la información registrada.
En cada célula se encuentra la información de la impronta genética (física y etérica), la información congénita o heredada, y los datos adquiridos en cada día de nuestra vida. Pero también todo ser humano tiene una memoria emocional, y una memoria o registro intelectual.
La información 'consciente', lo que sabemos de nosotros, es tan solo la parte visible de un gran iceberg. La información 'no consciente' es la parte invisible, sumergida y mucho mayor, y es donde están precisamente los patrones no conscientes de nuestra conducta involutiva o improductiva. De toda esta información no consciente, se derivan los patrones conductuales automáticos que nos imposibilitan ser/estar en plenitud, y nos impiden conducir nuestra vida libremente.
De todos esos códigos o registros se pueden distinguir distintas clases. La propiamente dicha memoria celular o reptiliana, es decir, las fijaciones del cuerpo y en cualquier parte del organismo humano; la memoria emocional o límbica; y la memoria mental o intelectual.
La memoria celular es como un 'cronista' de las experiencias que llegan a nuestro cuerpo; este registro tan solo retiene los hechos detalladamente. El cuerpo ni opina ni interpreta. Tan solo es una crónica, una grabación fiel, fría y objetiva de nuestro organismo, de lo que ocurrió exactamente en alguna etapa de nuestra vida (incluso de otras existencias, pues este registro se hereda mediante el ADN etérico). La memoria celular es una 'materialización' de toda vivencia o experiencia evolutiva. Se puede hablar también del 'cuerpo de dolor' pues, estas memorias, mientras no se transformen e integren, generan sufrimiento en la materia, a modo de mecanismo de 'aviso' sobre algo inconcluso o pendiente en otro plano.
La memoria emocional es otro tipo de registro, que sí interpreta los hechos, les pone dramatismo, es un recuerdo subjetivo y personal. El mismo hecho puede ser registrado con distintas versiones e interpretaciones según la madurez del campo emocional de cada individuo. También la memoria emocional está registrada en el campo sutil del ser humano, y está en relación a los deseos, a las sensaciones y a los sentimientos reales o imaginarios.
La memoria intelectual, llamada también subconsciente, es el gran almacén de todos los procesos inconclusos en nuestra historia, de todas las asignaturas pendientes, de todas las vivencias no completadas. Son códigos del alma humana individual, que son enviados periódicamente (mediante sueños, recuerdos, etc.) a la memoria celular y a la memoria emocional, con el fin de ver si ya pueden ser procesadas, terminadas, completadas. Una vez la persona acepta la existencia de este registro, cuando lo ve, lo 'entiende', lo procesa y lo integra, solo entonces puede llevar esta memoria existencial a la Consciencia, y se transforma en un elemento luminoso, perfectivo, de madurez espiritual y de sabiduría.
Este sabio mecanismo de todo individuo es una estrategia de su ecosistema espiritual, inserto en el Campo Unificado o gran ecosistema de la Existencia, para completar las experiencias inconclusas (de traumas, toxicidad emocional, creencias, etc.) para economizar y regular así el consumo de energía y todo el desequilibrio que de ellas se deriva. Todo está ocurriendo al mismo tiempo. La experiencia humana es multidimencional, y cada experiencia o registro de la memoria celular individual, contiene también la información completa de la solución y del equilibrio armónico del universo.
En la Geocromoterapia existen varios arquetipos que nos permiten ver y escuchar los registros almacenados que nos dificultan la evolución, en especial el Círculo Morado, entre otros. Son filtros energéticos que remuevenla memoria celular, la memoria emocional y la memoria intelectual, con el fin de definir y ubicar sus distintos códigos y registros. Cuando al fin se mueven estas grabaciones incrustadas, pueden aflorar las visiones de las experiencias inconclusas, los asuntos pendientes entre padres e hijos, entre ancestros, parientes y parejas; incluso a veces pueden aflorar tímidamente dolores o tensiones en determinados lugares del cuerpo físico, etérico o emocional, justo para poder ver, comprender y transformar.
Una vez visto y definido el patrón conductual que ha marcado una relación humana, y que quedó sin concluir y completar, puede trabajarse, enfrentar el dolor almacenado, integrarlo, transformar la experiencia relacional (aunque sea individualmente, es decir, sin la participación del otro ser relacionado). A veces, los arquetipos geométricos nos dan claridad sobre el asunto registrado, o nos muestran la inutilidad de seguir sufriendo.
Muy a menudo pueden mostrarnos también la pauta conductual a seguir, sin tener que experimentar los acontecimientos creando más memorias de dolor. Es decir, nos permiten cortar la pauta conductual, los hábitos. Incluso algunos arquetipos pueden llegar mostrar las semillas positivas y evolutivas procedentes de aquellas memorias de dolor (físico, emocional o mental) registradas en el pasado, reconociendo la enseñanza que encerraban, la no necesidad de repetir la experiencia tropezando con la misma piedra, y liberando desde esta visión el patrón reactivo o pauta conductual.
En el Sistema Geocrom, el valor sanador y evolutivo de la geometría y el cromatismo nos ayuda en confiar en el proceso natural de la vida y va construyendo un puente o diálogo muy peculiar entre los distintos cuerpos, la energía, las memorias y los registros del universo.

 

© Marta Povo, julio 2007     (www.geocromoterapia.com)

Cómo Nos Afectan las Vibraciones
Por el Dr. H. Spencer Lewis, F.R.C.
 
En forma general, podemos definir las vibraciones como variaciones de energía de diferentes frecuencias y amplitud. Como seres humanos, vivimos en un virtual mar de energía. Esta energía es un espectro de diferentes tipos de manifestaciones, como ser, por ejemplo, rayos cósmicos, rayos X, ultravioleta y otras frecuencias de luz y sonido. Estamos conscientes de varias de las multiplicidades de vibraciones a las cuales estamos expuestos. Podemos, en otras palabras, relacionar las sensaciones que tenemos, directamente a sus causas; En cuanto a muchas otras, no estamos directamente conscientes de que tengan influencia alguna sobre nosotros, sea esta física o psíquica. Sabemos de la existencia de tales vibraciones sólo a través de un origen técnico o académico, como nos la relatan los tratados científicos. Los rayos cósmicos son un ejemplo.
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Las vibraciones de energía pueden ser dañinas o benéficas para el hombre. La luz del Sol, por ejemplo, la conocemos como un factor contribuyente a la vida. Sin embargo, una excesiva exposición a los rayos ultravioleta del Sol puede causar ceguera o ser, de otros modos, perjudicial. Además, se ha descubierto que muchas vibraciones constituyen un peligro industrial. Tales los sonidos que son ultra o infra en naturaleza; es decir, que no son audibles pero que tienen un efecto dañino sobre el sistema nervioso y el organismo en general. El que sigue es material sometido a nosotros de un artículo científico relacionado con los efectos dañinos de ciertas clases de vibraciones.
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“Dos sabios franceses (en su lugar de trabajo) no oían nada y, sin embargo, sentían agudísimos dolores en los tímpanos. Luego descubrieron que un ventilador defectuoso, girando a velocidad lenta cerca de su laboratorio, estaba emitiendo intensos infrasonidos, es decir, ondas de sonido bajo el nivel de la capacidad del oído humano. Y así comenzó una investigación que podría, si se usara mal, llevar a la producción de una nueva clase de armas de guerra.”
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Un hombre de ciencia, a cargo de una investigación, contó la historia de sus experimentos en una publicación científica. Dijo que el trabajo con los infrasonidos era potencialmente dañino, y que uno de sus colegas, inventor del silbato Levavasseur, se había convertido en un inválido permanente, víctima de sus propias investigaciones".

Ese doctor dijo que el incidente del ventilador llevó a su grupo a usar el principio para una "pistola acústica" que resultó ser casi letal. Pese a que sólo fue probada cinco minutos, él y su personal se "volvieron conscientes de una dolorosa resonancia dentro de sus cuerpos. Todo dentro nuestro, dijo, parecía vibrar cuando hablábamos o nos movíamos. Lo que había sucedido era que ese sonido, actuando directamente en el cuerpo, producía intensa fricción entre los órganos internos, resultando en una severa irritación de los terminales nerviosos. Presuntivamente, si la prueba hubiese continuado por más de cinco minutos, habrían ocurrido hemorragias internas.
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"La sensación de resonancia interna desapareció después de unas tres horas. Probamos la pistola acústica nuevamente, esta vez fuera del laboratorio, para determinar su dirección. Unánimes y vociferantes protestas de parte de miembros de otros laboratorios cercanos pusieron desde ese entonces punto final a más pruebas de esa naturaleza."
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En grandes ciudades
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El doctor dijo además que "experimentos llevados a cabo en Alemania habían demostrado que ciertas frecuencias bajas inaudibles podrían producir miedo, pánico y náusea", y que él mismo había especulado que la maquinaria pesada, equipos de ventilación y otros aparatos en las grandes ciudades pueden ayudar a causar colapsos nerviosos y alergias en los habitantes de las ciudades. También dijo: "Asombra el poco trabajo científico que se ha llevado a cabo en este campo. Aparte de las posibles aplicaciones militares (después de todo se afirma que trompetas derribaron los muros de Jericó) una investisgación de los efectos biológicos del infrasonido, al cual podemos estar inconscientemente expuestos la mayoría del tiempo en las grandes ciudades, está demasiado atrasada";
¿Qué efecto tienen sobre nosotros las vibraciones psíquicas?  Por psíquicas nos referimos a esas sutiles vibraciones de una frecuencia desconocida, levanta >das por las emociones de un individuo, que radian de su cuerpo. Este tipo de radiaciones, llamado aura por los místi­cos, constituye un campo de sensitividad alrededor del ser humano. Parece estar afectado por vibraciones externas de varios tipos, que reaccionan sobre la naturaleza emocional del individuo, y que pueden manifestarse como cambios variables en la personalidad. Además, las emanaciones del aura pueden a veces golpear sobre un campo de aura similar, de otro ser humano, induciendo ciertas sensaciones dentro de ese individuo.
 
Durante un tiempo considerable, la ciencia (tanto la física como la psicología) desecharon el muy viejo concepto metafísico y místico de un aura como una antigua fantasía oculta sin campos empíricos para apoyarla. Sin embargo, en tiempos más recientes, una seria investigación de una posible radiación del organismo humano ha estado bajo con­sideración por investigadores en campos tales como la parapsicología y los fenómenos psíquicos.

La probabilidad científica de tal radiación de energía que se extiende de o alrededor del cuerpo humano y que es vibratoria en naturaleza, se originó en conexión con experimentos llevados a cabo con gente ciega. Se descubrió, en experimentos controlados, que una persona absolutamente ciega muchas veces era capaz de percibir un obstáculo en su camino, tal como una silla o una puerta cerrada. Tales pruebas fueron conducidas en habitaciones en las que esas personas nunca habían estado. Además, no sabían por adelantado la naturaleza del experimento.
 
Se observó que muchas de estas personas ciegas vacilaban o se detenían antes de hacer contacto con los objetos ante ellos. Parecían conocer la presencia de alguna obstrucción y luego alcanzar a sentirla o retirarla. Al preguntárseles por qué se detenían y comenzaban a tentar con las manos, contestaban que presentían o "sentían" la existencia de algo en su camino. Esa "sensación" la hallaron difícil de describir. No existía cualidad táctil alguna asociada con ella. No existía, en otras palabras, sensación alguna de dureza, blandura, frío o calor. La mejor intención de describir la sensación fue aquella de somatesia, es decir, una especie de suave presión contra el cuerpo. Sin embargo, en realidad no hubo contacto físico entre el objeto y el cuerpo.

Pruebas llevadas a cabo con aquellos que no eran ciegos pero cuyos ojos habían sido vendados, produjeron ejemplos menos frecuentes de este campo de sensitividad, de esta aura alrededor del cuerpo. Se teorizó que la persona ciega había cultivado su sensitividad a este "campo de energía" y había llegado a depender en él, a causa de su pérdida de visión.

               


Confirmación por la ciencia

Los investigadores presumían que todas las personas "probablemente" tie­nen hasta cierto grado esa radiación, ese campo vibratorio, en o alrededor de ellos, siendo más grande la sensitividad en ciertas personas. En esta conclusión, la ciencia, por supuesto, estaba confirmando lo que se había conocido y experimentado durante siglos en el reino de la metafísica y del ocultismo.

Experimentos sobre la percepción extrasensoria, hechos por la Orden Rosacruz y la investigación científica fuera de la organización, han descubierto que el intenso ímpetu emocional aumenta la proporción del éxito en pruebas de este fenómeno. El atentado casual de la proyección del pensamiento, excepto por una minoría de sensitivos, carece de éxito. Sin embargo, si un individuo tiene un tremendo impulso emocional tras del pensamiento en mente, los resultados tienen posibilidad de ser exitosos. Emociones tales como la pena, miedo o amor, si se relacionan con el receptor para quien el pensamiento se quiere, parecen proveer el estímulo de energía. Se vuelve en una excitación de la fuente de misteriosa energía que irradia del cerebro.
 
Igualmente, estados emocionales in­tensos parecen activar la energía del aura extendiéndola y dándole mayor sensitividad e intensidadDicho en forma más simple, la naturaleza vibra­toria es aumentada en alguna manera. Las personas que tienen un grado de sensitividad personal de su propia aura, son capaces de sentir fácilmente un es­tado emocional, como el odio o el miedo, en otra persona que se les acerca. Esta sensación se recibe aún cuando no ha­yan sido demostradas características o expresiones físicas de tales emociones.
 
Hasta ahora, no ha habido una verdadera determinación de la clase de energía o promedio de vibración del aura humana. No ha habido instrumentos que determinen fielmente la naturaleza de esta energía. La energía del aura ha parecido heterodinizar, es decir, golpear en ciertas pruebas sobre un campo de luz de manera de hacer pe­queños cambios en la onda de la luz. De este modo, algunas personas que apa­rentemente tienen fuertes radiaciones del aura, colocadas ante una pantalla sobre la cual se proyectaba una luz co­loreada, causaron ligeras variaciones visibles en el color en la pantalla. Han habido marcas estadísticas mantenidas por los antiguos místicos y ocultistas en cuanto a la relación de tales variaciones de color y el temperamento de la per­sona, en el momento. En realidad, no es el color de las emanaciones del aura el que se vea que varíe en tales pruebas, sino más bien sus efectos aparentes so­bre las
ondas de luz proyectadas contra la pantalla.
 
La ciencia está hoy considerando se­riamente todos los llamados fenómenos psíquicos. No los considera como estan­do en el reino de lo sobrenatural, sino más bien como siendo fenómenos miste­riosos aunque naturales que deben explorarse de manera que el hombre pue­da saber más sobre sus potencialidades. Esta es la misma actitud que los Rosacruces habían asumido años antes de que la ciencia reconociera estos temas.
 
Un médico de un gran hospital de Nueva York ha estado dedicando su tiempo (y el de sus ayudantes) a una investigación de la sensitividad de in&shy;dividuos a la posible transmisión del pensamientoFue una investigación puramente empírica a la que se llama percepción extrasensorialDados los largos años de estudio y experimentashy;ción de la Orden Rosacruz, el doctor de referencia pidió a AMORC que colabo&shy;rara con él en esos experimentos. Cinco mujeres, miembros de la Orden, fueron elegidas por el representante de la organizació<WBR>n para participar en esas pruebas, dadas sus aparentes calificaciones. Estas calificaciones fueron determinadas por adelantado en una clase condu&shy;cida por la Logia de AMORC en Nueva York, para ese propósito.

Citamos ahora de un informe de un representante de AMORC acerca de esas pruebas llevadas a cabo en el Labo&shy;ratorio del Hospital de Nueva York:
&nbsp;
"Las pruebas diseñadas por el Dr. E. y sus colegas eran principalmente prue&shy;bas de reacciones simpáticas entre per&shy;sonas que tenían un cierto grado de afinidad entre sí. El que enviaba fue colocado en una pieza sellada "Fara&shy;day"<WBR>, en la que había un proyector.
&nbsp;
"El recibidor estaba aislado en una habitación similar, ubicada en otro piso del edificio. Luego el proyector mostra&shy;ba escenas al azar en la pantalla y cier&shy;tos nombres preelegidos que presuntivamente tenían significado para el que enviaba y el que recibía. Estos fueron todos marcados al segundo. Aparatos en el recibidor detectaban el pulso, tem&shy;peratura, presión de sangre y otros cambios hasta un grado ínfimo. Pese al hecho que ninguna de estas mujeres estaba en modo alguno conectada o relacionada, trataron de afinarse una con la otra, y se obtuvieron algunos resultados suficientemente significati&<WBR>shy;vos, que complacieron al Dr. E."
&nbsp;
La palabra telekinesia es un término técnico del control de la mente sobre la materia. Ha sido un tema de estudio por un largo tiempo. Tiene que ver con el poder de la mente de dirigir, mover y de cualquier otro modo influir la materia, sin conexión física.
&nbsp;
Somos seres pulsantes en un universo pulsante. 

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