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29.11.2013 20:34

Vislumbrar el valor que subyace al fenómeno vibratorio del color en todas sus formas de expresión, ya sea artística, terapéutica o doméstica, nos conduce a ver que cada uno de los colores, tuvo el mismo significado en todos los pueblos de la antigüedad, aunque esos territorios no estuvieran aún comunicados entre sí. Esto puede indicarnos la existencia de un origen común, que entronca con la cuna de la humanidad. La Historia sitúa esa cuna o matriz básicamente en la ideología y la religión que desarrolló el pueblo Persa (sin entrar ahora en otras civilizaciones desaparecidas).
Hablar del color siempre significa hablar de un lenguaje. Todo lenguaje tiene un abecedario, unos signos, unos símbolos combinables entre sí, con unas características y unos valores utilizables por el hombre. El color es exactamente eso: un sistema de valores y de códigos para poder comunicar ideas. Ese código, esa combinación de símbolos y vibraciones, el lenguaje del color, fue la gran herramienta de comunicación de los valores internos de las religiones y del arte; más tarde lo fue de la heráldica, sobre todo a partir del siglo XV, y también de la medicina, a lo largo de toda la Historia y en muy diferentes civilizaciones.
El lenguaje simbólico de los colores, considerado antiguamente como una ciencia basada en ciertos códigos de transmisión, pasó de la civilización de Persia al antiguo Egipto, a la India, a China, a Grecia y también a Roma. Más tarde, esos códigos reaparecieron en el Medioevo, y los vemos en su aspecto artístico en las vidrieras de las magníficas catedrales góticas, obras de expertos alquimistas conocedores de las verdades esenciales del universo y del lenguaje de las distintas energías, seres sensibles y conscientes del beneficio que esos efectos cromáticos aportaban en la salud y en el ánimo de los hombres.
De muy diversas maneras, el color fue utilizado siempre como lenguaje simbólico para transmitir códigos e ideas y, en resumen, como medio de transmisión de conocimiento. Por tanto, la luz y sus colores, como sistema de conocimiento y como código cromático, es pues también un medio de evolución y de superación de negatividades o situaciones insanas.
En la actualidad, con la reciente búsqueda de los valores primordiales en relación al alma del ser humano, los atributos y los valores activos de cada color comienzan a reutilizarse, en diferentes ámbitos, para el beneficio curativo y equilibrador del hombre, tanto en el aspecto biológico como psicológico, sanitario, e incluso estético/decorativo, aunque realmente aún es una minoría de artistas vanguardistas los que manejan el color desde el punto de vista energético y terapéutico.
El fenómeno del color, tanto en la antigüedad como hoy en día, entronca con el dualismo de la luz y de las tinieblas, un dualismo que nos ofrece básicamente dos prototipos de colores. Incluso antiguamente sólo se admitían dos fuerzas matriz, dos colores primigenios: el blanco y el negro, de los que se derivaban todos los colores conocidos. Conforme la religión de cada hombre se fue alejando de sus principios y se fue degradando, es decir, perdiendo grado y significado, también se fue olvidando el significado simbólico de los colores y su procedencia.
En realidad podemos ver que toda religión nace de la espiritualidad y se extingue en el materialismo; eso es algo que, tristemente, venimos comprobando los hombres durante varios siglos. Aunque, cuando se extingue una línea religiosa o espiritual, a la vez nacen nuevas visiones sobre el aspecto espiritual del ser humano.
Sin embargo, este lenguaje misterioso del color, ha ido reapareciendo siempre, lleno de vida, de significado y de utilidad, a la vez que lo hacían también los valores de la verdad religiosa y espiritual. Actualmente ha resurgido en la vida del hombre esa eterna búsqueda del significado de la Realidad, en especial con lo que llamamos Espiritualidad Integral (ver Ken Wilbber) aunque estemos dentro de ese gran contexto materialista en el que hoy vivimos pero que todos, de alguna forma, empezamos a cuestionarnos.

De este modo puede decirse, sin mucho margen de error, que el arte nació de la religión. Recordemos que la pintura, la escultura y el arte estatuario, nacieron para honrar a la Divinidad y se utilizaba para ornamentar los recintos sagrados y los templos, de donde nació también el arte de la arquitectura, como una forma más de dignificar y honrar a la Divinidad. El arte no fue nunca un producto para el vulgo.
En las antiguas viviendas particulares, sobrias en sus formas y útiles en sus funciones, nadie tenía pinturas o esculturas para su goce o para el embellecimiento de las paredes; tan sólo se encontraban esas representaciones formales y cromáticas, es decir, murales, pinturas, esculturas en madera o piedra, dentro de los templos y en lugares de invocación o acercamiento a la divinidad. La popularización del arte fue muy tardía.
Así pues, el arte no sólo era una manifestación estética para los profanos, sino que el arte, en todas sus expresiones, era considerado como el depositario de los misterios sacros, y un medio de comunicación humana que explicaba los principios sagrados, el origen del universo y la naturaleza de la energía divina. El lenguaje del arte informaba al vulgo de las verdades sin tiempo. Y este lenguaje complejo utilizaba dos sistemas de códigos combinados entre sí: el color y las formas arquetípicas. Cada color y cada diseño sintético o arquetípico, contenía una simbología específica,.que a su vez plasmaba una idea.
Un ejemplo de la utilización del arte como medio de comunicación lo podemos ver en las primeras vallas publicitarias de la Historia, que se realizaron alrededor del siglo X, en plena época románica en Europa; me refiero a los Pantocrátor, los murales ovalados, pintados sobre los muros de las iglesias de entonces, puros “anuncios” que informaban visualmente, (no con palabras, como ahora, sino sólo con imágenes llenas de contenido) de la existencia de un Dios todopoderoso que regía y ordenaba todo el cosmos (representado por la elipse azul alrededor de la figura central); eran pinturas al fresco llenas de símbolos encriptados en cada uno de los diseños, arquetipos, gestos o 'mudras' y colores que se observan en cada fragmento de la gran valla publicitaria, fruto todo ello de un intenso proceso de abstracción y 'esencialización' por parte de sus realizadores (que en aquella época, por cierto, aún no se llamaban ‘artistas’) y que llevaban un mensaje visual, sintético pero concreto, al pueblo, aún analfabeto.

El lenguaje de los colores se ha considerado siempre como una degradación o derivación de la lengua divina. El Génesis dice: Yo pongo mi arco en las nubes, y éste será la prenda del pacto entre Mí y la Tierra (G. 9/13). Si hacemos un breve repaso de esta materia tan poco estudiada, vemos que desde los albores de la Historia, el arco iris es el emblema de los atributos divinos. En la mitología griega, Iris es la mensajera de los dioses, y su cinturón de colores era el símbolo de la alianza entre Dios y los hombres. Los seis colores del arco iris (no siete, como veremos) y todos los tonos intermedios de esas seis vibraciones, eran los símbolos de las seis energías primarias que todo lo abarcaban, junto al blanco, color de síntesis, unión y pureza. El negro se considera el útero de la creación, la ausencia o vacuidad de la que todo parte
Durante siglos hubo incluso reglas severas respecto a esos símbolos. El lenguaje de la geometría, así como el lenguaje cromático y los códigos que ellos contenían, era de naturaleza sagrada y, por tanto, no podía ser empleado a la ligera. Por ejemplo, en Roma, quien se ponía o quien vendía una tela de color púrpura, era condenado a la pena de muerte. También en China, quien vestía o compraba ropas con los dibujos prohibidos del fénix y del dragón, se exponía a tres años de destierro y a trescientos bastonazos en la espalda. Existía un lenguaje cromático y formal sagrado y no profanable.
Muchas pinturas indias, o egipcias, así como las pinturas etruscas, fueron todas ellas realizadas con tintas planas de color brillante, sin medios tonos y, al parecer, sólo podía ser así. Era una norma, no transgredible, el usar sólo colores puros y limpios. Tanto el dibujo como las formas y su color, se consideraba que tenían un significado profundo, útil y muy concreto, por tanto, recurrir a los medios tonos, hubiera creado confusión y por eso era severamente reprimido en su época. Sabemos también que las vidrieras de las iglesias cristianas, así como las pinturas egipcias, tienen un doble significado: uno aparente y otro oculto; uno para el pueblo, y otro regido por las creencias místicas y utilizado por los sabios, la mayor parte de ellos grandes místicos y expertos alquimistas conocedores del poder vibratorio de los números, los códigos geométricos y el color.
Fue a partir del Renacimiento cuando la lengua divina de los colores quedó olvidada y la pintura pasó a ser un arte, ya no una ciencia. Tanto la pintura como la arquitectura y la escultura, contenían en sí mismas unos principios alquímicos, matemáticos y metafísicos de alto valor. La simbología de los colores tan sólo se mantuvo un poco, a nivel popular, gracias a los emblemas de los escudos de armas y al arte heráldico en general, con sus significativos esmaltes, aunque cada vez resultara más confusa la simbología heráldica, tanto la de los colores empleados como la de sus símbolos formales.
En síntesis, el color y su significado, puede considerarse el hilo de Ariadna que nos guía por el laberinto de las antiguas religiones y todo lo que de ellas se ha derivado, tanto en el campo de las artes, de la comunicación y del marketing, como en el campo de la sanación (o curación del cuerpo y del alma), de la terapéutica energética avanzada, y de la armonización sana y coherente de los espacios habitables.

© Marta Povo, 2005   (www.geocromoterapia.com)

© Marta Povo, abril 2007
https://www.geocromoterapia.com

EL COLOR REALMENTE NO EXISTE

Cuando empiezas a comprender la naturaleza del fenómeno cromático, se observa que, de hecho, el color no existe. Una cosa es que existan todas esas radiaciones en nuestro entorno, como realmente nos demuestra la ciencia y la experimentación cotidiana); y otra cosa es observar el verdadero funcionamiento del ojo humano y sus curiosas reacciones respecto a esas ondas de luz. En la práctica, cuando miramos la luz, sea la luz solar o la de una lámpara, nunca vemos las seis franjas cromáticas a la vez. Solo vemos una simple luz, más o menos blanca; nunca sus colores. ¿Qué es lo que ocurre pues realmente?
Lo que sucede es que, la luz que vemos, es interpretada y codificada por la retina de nuestro sistema óptico; luego, esa codificación es procesada por nuestro cerebro. La luz que penetra en nuestra retina estimula sus células, las cuales poseen unos pigmentos sensibles, como si fueran los pigmentos de una película fotográfica; es el mismo fenómeno. De hecho, la fotografía nació de una imitación de nuestro sistema óptico.
En nuestra retina hay dos tipos de células, unas son llamadas bastoncillos y las otras, conos. Los bastoncillos de nuestra retina son muy poco sensibles a la luz y solamente registran los tonos grises. Sin embargo, los conos de la retina son unas células (menos abundantes que los bastoncillos) que pueden ser de tres tipos, y eso es lo más interesante puesto que, cada uno de los conos de nuestra retina, es sensible a uno de los tres colores primarios.
 Es decir, hay un tipo de cono que es sensible tan sólo a la frecuencia del rojo-magenta (750-600 Ä), otro cono es sensible solo al color verde-amarillento (600-500 Ä), y el tercer tipo de cono es sensible solamente a la frecuencia del azul-cián (500-400 Ä). Cada uno es sensible a una determinada franja de frecuencias del espectro.
Los conos sensibles a la luz verde se encuentran situados precisamente en el mismísimo centro de la retina de nuestro ojo, un lugar más equilibrado que los bordes curvados de la retina, donde se encuentran las células sensibles a la luz rojiza y a la luz azulada. Esa situación privilegiada (el centro de nuestra lente) parece ser la razón por la que el verde claro resulta un color que produce tanta relajación y equilibrio (como la contemplación de la vegetación, que no por casualidad es mayormente verde).
Al entrar la luz blanquinosa en nuestros ojos, los tres conos reaccionan a ella gracias a esa combinación óptica de células sensibles a las tres frecuencias básicas (rojizas, verdosas y azuladas) que nos permite, junto a la captación de los tonos grises que registran los bastoncillos de nuestra retina, poder contemplar las múltiples tonalidades de la vida.

Por otro lado, los objetos que vemos en sí mismos no tienen un color, tan sólo 'los vemos' de un color. Ese es un fenómeno muy importante que no siempre se tiene en cuenta. Cuando a un objeto le da la luz, solo cuando incide la luz en él, sus moléculas absorben todas las frecuencias de la luz, menos una. Esta frecuencia que no absorbe, el objeto la refracta o la devuelve hacia el exterior, y esa frecuencia es precisamente lo que hace que nosotros lo veamos de un color determinado. Cuando una pared la vemos de color rojo, por ejemplo, es que nuestra retina admite toda la luz visible pero rechaza una frecuencia concreta, la que corresponde al rojo.
Pongamos el ejemplo de un papel... o un jarrón, pintado de color azul. Lo que ocurre es que la pintura del jarrón ha recibido luz (procedente de una ventana o de una lámpara) y por tanto ha recibido todos los colores y frecuencias del espectro lumínico. El tipo de pintura del jarrón, las determinadas moléculas que componen la pintura, han absorbido todas las frecuencias... menos la del color azul (rechaza las frecuencias de 450-500 Ä), que la refracta o la devuelve en sentido contrario. Por eso vemos el jarro azul, porque nos ha reflejado hacia nuestra retina una radiación, pongamos por caso, de 468 Ä (un tono determinado de azul), mientras que todas las demás radiaciones o colores de la luz... las ha absorbido en su interior.
De ese objeto, al que solamente le incide una luz, nuestra retina registra la información de sus moléculas, combina esa información, la codifica y la devuelve. Sin embargo, en nuestro ojo, han entrado todos los colores de la luz. Es decir: en nosotros solamente ha entrado luz; pero hemos registrado tan sólo 'una porción' de ella.
pero es una entidad que convive con nosotros a diario, aunque ignoremos sus peculiaridades, aunque desconozcamos su naturaleza en gran medida. Por tanto, los hombres realmente desconocemos el alcance de los efectos de la luz y su enorme potencial utilizable, tanto para nuestro cuerpo biológico como para nuestra mente y nuestra alma. Esta parte del libro trata de dar un poco de luz al fenómeno del color (valga la paradoja...), con el fin de facilitar al lector el llegar a emplear el cromatismo de una forma coherente para la vida, en nuestra salud, en nuestro trabajo y en cualquier rincón de nuestro espacio vital.
Marta Pavo en
https://www.geocromoterapia.com/esarticu.html#articulos

     

Terapia por la Luz y el Color

   

La utilización de los colores para una finalidad terapéutica se remonta a los principios de la medicina. Así como ocurre con el sonido, la luz también es una forma de vibración, por lo que ejerce un efecto sobre todo organismo vivo. El sistema Espectro-Cromático explica el origen de la curación por luz, por un proceso que llama "entonación" del aura luminosa del cuerpo humano. Sus efectos en la salud dependen de los diferentes colores que emiten distintos estímulos y de los diferentes tipos de reacciones químicas moleculares presentes en los organismos vivos con su propia capacidad de reacción vibratoria. Hay que recordar que el cuerpo humano está dotado de una especie de programación automática, en la que nuestro organismo aprovecha todas las reacciones químicas que lo nutren o fortalecen, provocando la estimulación de la producción de secreciones hipotalámicas, las cuales logran la normalización de todas las funciones orgánicas.
Chakras y cuerpo humanoEn síntesis, todos los seres vivos son receptivos a la luz solar, es decir que sus células son fotosensibles, por lo que el uso de la luz modifica el ADN.
La cromoterapia es un sistema para curar desequilibrios físico-psico-emocionales, proporcionando a cada campo la vibración armónica necesaria a través de la energía de la luz manifestada por los colores. Así como nuestros oídos captan el sonido de una cuerda vibrante según la frecuencia de su vibración, nuestros ojos son sensibilizados de acuerdo con la frecuencia de la vibración de la luz, lo que crea en nuestro cerebro la sensación del color. Las frecuencias más bajas nos dan la sensación del rojo y las más altas del violeta. Las frecuencias intermedias nos revelan todos los colores del arco iris.

 

El Color Naranja

   

Frecuencia: 950-1050 Hertz
Chakra: Sacro (o Hipogástrico)
Propiedades
Color creado a partir de la mezcla del rojo y el amarillo; es el color de las pasiones suaves, de las energías controladas y de la actividad prolongada. Es el productor de la alegría, de la acción inteligente y de la resistencia.
Su naturaleza es esencialmente tónica, estimulante, suavizante y asimilativa.
También es un color energético, pero, a diferencia del rojo, contiene las gentiles y cuidadosas propiedades de la energía femenina. A pesar de que no es el color complementario del rojo, complementa sus energías, donde el rojo se alinea con la energía masculina y el naranja con la femenina. El naranja es un color que abarca nuestros talentos creativos y genera alegría debido a su capacidad de cambiar la estructura bioquímica, que resulta en la dispersión de la depresión. Sus rasgos negativos son el orgullo y una inclinación hacia el exceso de ambición.
 Según tratados tibetanos antiguos, es el color que absorbe más prana (energía vital)del universo .
 El naranja favorece al corazón, motor de la vida, centro de los sentimientos más puros y de las emociones más suaves y serenas. Esta es la razón por la que dicho color es muy útil para los cardiacos. El naranja además es un regenerador del pulmón y un estimulante respiratorio cuando se utiliza en esa zona. La respiración desempeña un papel fundamental en el organismo.
 La atracción física hacia el naranja podría ser síntoma de una falta de energía, depresión o un trastorno femenino. Otro motivo para necesitar este color podría ser la falta de creatividad e intuición.

 

Las Esencias de Luces Cromáticas

   

sol
Las Esencias de Luces Cromáticas son un grupo de 20 esencias preparadas con las vibraciones cromáticas de 20 colores, obtenidos directamente de rayos lumínicos puros que poseen frecuencias específicas. Actúan especialmente estimulando las diferentes funciones del organismo, especialmente las del sistema nervioso, endocrino y el metabólico. Constituyen una valiosa herramienta terapéutica complementaria de cualquier tratamiento terapéutico.

 

Esencia de luz Naranja

 

Por ser un color Cálido, sus características son de acción YANG o expansiva, estimulante, catabólica, calorífica, eliminativa y contractiva de la energía vital.

-Estimula el metabolismo del CALCIO.
-Es Regenerador del PULMÓN.
-Complementa la acción del Rojo.
-Estimula el Ritmo de la RESPIRACIÓN.
-Favorece la captación de OXÍGENO A NIVEL CELULAR.
-Estimula la TIROIDES y GLÁNDULAS MAMARIAS.
-Posee una acción ESTRUCTURANTE A NIVEL PSICOFÍSICO.
-Función de AUTOSOSTÉN
-SEGURIDAD INTERIOR. ESTADOS DE OPRESIÓN. PESIMISMO.
-CAPACIDAD AFECTIVA y SEXUAL.
-Mecanismos de defensa ADAPTATIVOS.
-Sentimientos de INSEGURIDAD. DESARRAIGO. ABANDONO.
-Regula la Energía del Meridiano del ESTOMAGO.
-Estreñimiento. Úlceras. Gastritis. Agalaxia.
-Descalcificación. Calambres. Antiespasmódico.
-Trastornos de la NUTRICIÓN.
-Trastornos de la ALIMENTACIÓN (bulimia-anorexia).
-Para personalidades FRÍAS y DESAFECTIVIZADAS. RACIONALES.
-Estimula el CHAKRA SEXUAL.

 

29.11.2013 20:29

El Sistema Geocrom considera a la 'geometría' como el lenguaje del alma, sus pautas arquetípicas armónicas, y a la 'luz' como un fluido de transmisión y activación de los arquetipos geométricos universales. Cada ser humano posee una estructura geométrica esencial y es resonante o reactivo a las pautas ordenadas de la geometría y a las frecuencias del color.

El descubrimiento de la propia naturaleza esencial, estructural, geométrica, lumínica y cromática de cada individuo, y la reactividad a esos principios, convierten al Sistema Geocrom en un nuevo paradigma para comprender y activar la evolución y el proceso perfectivo de cada ser humano.

En la investigación realizada hasta ahora, se observa que la teoría científica que tal vez más apoye la efectividad de la Geometría sobre la salud y el comportamiento humano es la Teoría de los Campos Morfogénicos o Resonancia Mórfica, del bioquímico Rupert Sheldrake. Respecto a la efectividad de la luz y el color, es la reciente investigación sobre los biofotones.

La aplicación práctica del Sistema Geocrom es la Geocromoterapia, una nueva manera de entender la salud, más allá del bienestar, con una acción evolutiva y espiritual, además de la terapéutica. Esta nueva visión es aplicable tanto al terreno de la medicina, la psicología y el desarrollo de la conciencia, como a la medicina del hábitat y a la lectura energética del entorno.

Desde 1997 se fue creando un colectivo humano de diferentes países que, de forma natural e independiente, ha ido estructurando una dinámica de investigación (Instituto Geocrom) y un cuerpo de estudio de la Geocromoterapia, grupal y a la vez autónomo, con la finalidad de constatar y ampliar este nuevo sistema terapéutico y evolutivo.
Su material de observación, experimentación y recogida de datos es principalmente sobre los efectos que tienen las formas geométricas, la luz, los colores, y otros campos de energía o de estructura, sobre el ser humano en cualquier edad y situación vivencial. Todos esos parámetros son contemplados como principios activos y ondas inteligentes, como fuerzas que modifican muchos comportamientos celulares, psicológicos, anímicos y ambientales, e impulsan a la lucidez y al desarrollo espiritual.
Estos factores energéticos geométricos y lumínicos se pueden explorar tanto desde la medicina, la psicología, la genética y la física cuántica, como desde el arte, el amplio campo de las humanidades, la metafísica y la espiritualidad.  Se observa, analiza y estudia el tipo de influencia y efectividad de estos tres principios activos, empleados consciente y voluntariamente como herramientas para el trabajo pedagógico, terapéutico, psicológico, lúdico, expansivo, metafísico y de desarrollo espiritual.
Por el momento el grupo de investigación carece de los medios ortodoxos, apoyos o subvenciones, por lo tanto, todos los proyectos, en cualquier campo, se realizan de forma individual e independiente. Mientras se elaboran los trabajos, o cuando se ha llegado a cierto punto de observación/conclusión, el investigador normalmente comparte sus apreciaciones por escrito, para el enriquecimiento del resto de terapeutas, para la evolución, desarrollo y constatación del propio Sistema Geocrom, y para el beneficio de los pacientes o usuarios de los filtros de la Geocromoterapia.
La plataforma de investigación está abierta a la colaboración de cualquier persona, previamente formada en Geocromoterapia, y a la contribución de todo ser que esté interesado profundamente en estos nuevos criterios y visiones de la medicina integrada, mientras conozca las bases del Sistema Geocrom.

1/ Imágenes de la cristalización del agua, tratada o programada con distintos filtros Geocrom, mediante un microscopio de contraste de fases con platina criogénica. Ver galería de imágenes.
• 2/ Relación de las funciones de los 74 arquetipos, respecto a las propiedades de cada punto de Acupuntura.
• 3/ Los efectos de los filtros Geocrom en el campo áurico del ser humano mediante fotografías de la cámara Kirlian. Ver galería de imágenes.
• 4/ Estudio de la relación entre los filtros Geocrom con las geometrías y colores de las Flores de Bach.
• 5/ El diagnóstico de los arquetipos Geocrom según el test de intolerancias/tolerancias, realizado mediante un Organómetro de biorresonancia.
• 6/ La relación de cada polígono y cada color respecto a la astrología médica.
• 7/ Creación de programas informáticos específicos para el trabajo con la Geocromoterapia.
• 8/ Relación entre cerebro, felicidad y Geocrom.
• 9/ El sonido, los arquetipos y la pedagogía.
•10/ Observación de las sesiones de Geocromoterapia, mediante personas con facultades cognitivas desarro-lladas. Dibujos, comentarios y grabaciones de vídeo con sus apreciaciones. Ver galería de imágenes.

 

EGO Y ESPÍRITU  

Si contemplamos la psicología humana desde una visión simple, directa, gráfica y didáctica, veremos que el ser humano posee un alma y ego compuesto de tres vehículos de aprendizaje. La antigua metáfora del jinete y los caballos nos ayuda enormemente a comprender esos mecanismos sutiles que componen nuestra persona, integrada en un solo pack que llamamos 'existencia' o vida humana.
Imaginemos un jinete que conduce un carro (como el de la película BenHur…) tirado por dos caballos. Tanto el carro de madera como los dos caballos y sus riendas, son los 'vehículos' que emplea este individuo para moverse y realizar su viaje o exploración en la vida. El jinete en cuestión se dirige a algún sitio, tiene un camino que recorrer, tiene un foco, dirección o propósito. Los caballos y el carro también tienen una función y características diferenciadas. Vamos a revisar la simbología de cada uno de los elementos que componen esta imagen.
El caballo de la derecha simboliza nuestra mente, los pensamientos, la lógica, las ideas. El caballo de la izquierda simboliza nuestro vehículo emocional, nuestro cuerpo de deseos, nuestras sensaciones e instintos. El pequeño carro de madera es nuestro cuerpo físico, el cascarón donde se asienta el conductor. El jinete simboliza nuestra esencia, nuestro ser espiritual. Finalmente, las riendas que unen los caballos con el conductor, simbolizan nuestra voluntad, la Voluntad de nuestro espíritu; y eso será una gran clave que también explicaremos en adelante.
Existe un 'camino', un lugar a donde se dirige el jinete. Es el propio programa de nuestra esencia, su misión, el terreno que quiere recorrer, el paisaje que quiere ver en esta vida, lo que tiene que aprender, a dónde quiere ir… Ese dato es importante pues como veremos en la realidad los hombres perdemos a menudo ese foco o direccionalidad, perdemos el sentido de nuestro viaje en la vida.
Los tres vehículos de expresión, los dos caballos y el carro, simbolizan nuestra personalidad, nuestro ego mental, nuestro ego emocional y nuestro ego corporal, respectivamente. Son los tres vehículos dinámicos de comprensión, de expresión y de relación del Ser, es decir, las herramientas que emplea nuestra esencia espiritual para realizar su camino, su viaje, su desarrollo o proceso perfectivo.
No obstante ¿qué es lo que ocurre en nuestra vida real? A pesar de la complejidad de todo lo que ocurre entre nuestro ego y nuestro espíritu, con esta metáfora podríamos simplificar y decir que lo que nos ocurre simplemente es que 'nos identificamos' exclusivamente con la personalidad… pero no tanto con nuestro espíritu.
Nos identificamos con el caballo de la derecha, la mente; creemos que somos lo que pensamos, nuestras creencias, las ideas, los pequeños propósitos de nuestra mente intelectual. También nos identificamos con nuestras emociones, el otro caballo, vivimos absortos en nuestros deseos, en lo que nos apetece o no, en la constante emocionalidad que crean nuestras propias sensaciones. Y desde luego nos identificamos mucho con el cuerpo (el carro de madera), nuestro vehículo físico, nuestro peso y nuestras arrugas, con los músculos y con los dolores, con la indumentaria y los embellecedores que le ponemos a este carro, etc. Estamos convencidos de que somos esos vehículos que transportan a nuestro Ser, no obstante… pocas veces estamos identificados con el Ser en si mismo, con nuestra esencia más sutil, con la voz de 'quien' dirige el viaje, con el que realmente sabe de antemano a donde va y porqué.
Los caballos en sí no saben donde van, solamente reciben ordenes e intenciones de 'alguien'. El carro… aún menos sabe lo que tiene que hacer ni hasta donde llegar. Nuestros vehículos no son exactamente 'nosotros', no son nuestra identidad genuina, son tan solo la expresión, el 'medio' a través del cual se realiza el aprendizaje. Pero nos identificamos una y otra vez con esas partes de nuestra persona, la mente, las emociones, la biología, la energía. Esa falsa identificación es precisamente la raíz del sufrimiento humano.
Es evidente que estos caballos deben estar bien alimentados, con el fin de que nuestra esencia pueda realizar su proyecto vital. Es decir, no podemos leer cualquier cosa y apuntarnos a cualquier partido o ideología; ni tampoco podemos ver demasiadas telenovelas que alteren o codifiquen nuestro campo emocional. También con el vehículo físico, el carro que nos lleva, debemos cuidar de su salud (igual que debemos cuidar la salud mental y la salud emocional) y tenemos que engrasar las ruedas, restaurarlo constantemente y mantenerlo fuerte para que no se rompa a mitad de trayecto y nos deje tirados antes de completar el viaje o exploración.
Por tanto, es indiscutible que el ego es importante… es respetable, es imprescindible. Además, el ego es digno de ser bien empleado, nos es útil y es quien nos proporciona, en definitiva, la 'oportunidad' de vivir, de conocernos y de transformarnos. Sin el ego, si nuestra Esencia no tuviera este 'medio vital', seríamos sencillamente una entidad incorpórea. Y no estaríamos realizando esta experiencia, este aprendizaje evolutivo, al menos, no en este plano.
Respetar todos los factores de nuestra personalidad no significa que debamos 'identificarnos' con ella. Nuestra verdadera identidad no es temporal sino eterna. Cada uno de los individuos de la Tierra es un ser, un ente, una porción de Dios que emplea temporalmente unos medios de expresión. El ego es una herramienta que emplea nuestro espíritu temporalmente y que nos resulta útil e imprescindible para expandirnos, expresarnos y perfeccionarnos. Yo a menudo empleo la palabra Presencia para definir a nuestra esencia espiritual, puesto que este término significa… nuestra Esencia Presente, aquí y ahora, nuestro espíritu encarnado, la presencia de nuestro yo completo, vivo y completamente presente y activo en esta oportunidad de vida, desarrollo e iluminación.
Definitivamente, al ego hay que respetarlo y honrarlo como medio, como una simple herramienta útil. Si el carpintero despreciara la sierra, el torno y la escarpa, poco trabajo haría, o poco bello sería. Por una cuestión de deformación cultural y complacencia (que Ken Wilber lo llamaría el 'meme verde' o el narcisista) hoy se tiende a pensar que el ego es 'el malo de la película' y que debemos despreciarlo, ignorarlo, luchar en contra de él.
Esa parece hoy una enfermedad del alma, una prepotencia, una confusión que en definitiva nos conduce al estancamiento. El gran trabajo es iluminar la sombra, es decir, verla, reconocerla, observar lo oscuro y confuso que hay en nosotros, para precisamente transformarlo. Ignorándolo, jamás lo trascenderemos. En la cómoda complacencia y el narcisismo espiritual no se avanza ni un paso.

Desde el punto de vista terapéutico he podido comprobar una y mil veces que cuando la persona desprecia a su personalidad (consecuentemente, también desprecia o critica el ego de los demás) sencillamente empieza a desestructurarse, se desmorona, se pierde, se ve a él mismo parcialmente o se autoengaña, y finalmente ya no sabe ni quién es. Cuando niega su ego, las partes que componen su ser completo encarnado, activa en todo su Ser una especie de energía de desamor, una falta de transparencia y de autenticidad, que le hace perder su entereza, su estructura, su coherencia y sensatez, pierde de vista la estructura compleja y completa del yo encarnado, Esencia y Personalidad simultáneas, ego y espíritu unificados temporalmente con un fin. Esa división, esa desunión de sí mismo, al hombre le aporta crisis y psicosis a veces muy peligrosas.
Lo que es cierto es que al ego no hay que amplificarlo ni sobrealimentarlo. Ni tampoco confundir ego con egoísmo, sino sencillamente como el 'yo'. Simplemente hay que conocer su utilidad, siempre teniendo en cuenta que es como un servidor del Ser interior, el catalizador del espíritu, su gran ayudante, sin el cual no podría realizar nada. Pero sobretodo, hay que 'mantener' el foco de identificación con esa sutil pero poderosa fuerza existente dentro de cada uno. Tenemos que saber, conocer y reconocer, la peculiaridad única y el tono exacto de nuestra Esencia, la calidad de chispa divina que hay dentro de uno, la gota de agua minúsculapreciosa y única dentro del océano; ver, contemplar y reconocer la naturaleza especial y peculiar de nuestra porción espiritual dentro de esa especie de malla invisible pero unificadora llamada también vacuidad o Campo Unificado.
La verdad es que no es fácil reconocer quién somos. Requiere mucha atención y mucho silencio. Si permitimos el discurso imparable de la mente y las emociones, la voz de nuestra esencia ni siquiera la podemos oír; hay alguien dentro nuestro que no para de hablar, de desear, de analizar, de esperar, de opinar. A veces digo que lo único realmente importante es tan solo aprender a subir el volumen de nuestra Esencia y, a la vez,  bajar el volumen de nuestro ego.
Tan solo hay que permitir que nuestra fuerza genuina hable, que se manifieste, que pueda mostrarse y expresarse… más allá de todo lo aprendido y procesado, más allá de lo que pensamos y sentimos. La esencia o espíritu, nuestro testigo interno, posee una voz muy sutil, suave, discreta, paciente. Puede estar días y años esperando pacientemente a que nuestro ego se calle, a que los vehículos permitan ser dirigidos por ella. Es como si el jinete permitiera jugar a los caballos, como una buena madre, puesto que no tiene ninguna prisa en llegar a la meta. Así es de discreta la esencia de cada ser humano.
Vamos a hablar de las 'riendas' del jinete, en la misma metáfora empleada. Sabemos que simbolizan la Voluntad del Ser que nos habita. Son la dirección, la fuerza del propósito divino interno; las riendas dan el foco, el camino, el sentido de nuestro viaje, de nuestra exploración. Que nuestra personalidad se deje dirigir por nuestra Esencia… es una gran clave para avanzar y explorar el camino vital de verdad.

El trabajo interesante es tener la disciplina diaria de mantener las riendas tersas, ajustadas, en definitiva, útiles! Sin ellas, el jinete o nuestro espíritu no tiene poder, no puede avanzar. Sin las riendas, los caballos o personalidad se vuelven anarquistas, hacen lo que quieren, van dando tumbos entre los proyectos mentales y los placeres emocionales; pero los caballos en sí mismos, no saben donde van. El ego no tiene una dirección, no posee foco, ni sabe cuál es el mejor camino, la mejor experiencia, tan solo va probando atajos y senderos para ir… no sabe dónde.
¿Cuales son esos mecanismos o disciplinas que pueden conseguir que los caballos sientan la direccionalidad de las riendas o la voluntad del jinete? A lo largo de la vida ha habido muchas clases de disciplina, herramientas como la meditación (la gran herramienta… que hasta que no se practica con una cierta asiduidad, no se aprecian sus magníficos resultados evolutivos) o algunos tipos de yoga, las prácticas de silencio, la meditación contemplativa, la meditación mántrica… Saber escuchar la voz de nuestra Esencia es algo que realmente no es tan difícil de conseguir; tan solo hay que ponerse a ello y practicar. Tan solo hay que escuchar, pero para poder escuchar necesitamos del silencio. Ese es el primer paso. Y… aunque haya ruido, aunque haya la voz de la mente… siempre hay un silencio interior al que podemos acceder.
Lo interesante es observar que la dificultad principal (y la raíz de muchos problemas) se debe tan solo a un fenómeno de falsa identificación. Estamos convencidos de que somos 'lo que pensamos y creemos', convencidos de que somos 'lo que sentimos', y completamente convencidos de que somos un cuerpo. Estamos identificados con 'lo que nos muestra el espejo' (o con lo que piensan los demás, que es lo mismo que un espejo) o identificados con nuestra tristeza o nuestro miedo; vivimos identificados con nuestras ideas, que en realidad no son 'nuestras' sino adquiridas, importadas, adaptadas a lo que 'creemos' que nos conviene.
Pero un Ser Humano no es exactamente lo que piensa o lo que siente. En realidad esos tres vehículos o medios de expresión no son su espíritu, son tan solo eso… medios, vehículos temporales, herramientas útiles, empleadas por esa fuerza genuina y esencial que nos habita, una fuerza espiritual que no es temporal sino intemporal. Y nuestro espíritu tiene un intermediario: el alma. El alma es el acceso que posee nuestra Esencia para contactar con el plano denso del ego y el cuerpo.

© Marta Povo, abril 2007

29.11.2013 20:23
Siempre he sido un fiel creyente de la astrología y la metafísica. Creo en los signos del zodiaco, mas no en el horóscopo, y espero concluir un pequeño ensayo sobre la psicología de los signos zodiacales. Desde pequeño me llamó la atención todos los tipos de mancias, mas al Tarot siempre lo observaba desde lejos, hasta le temía, toda persona que me decía que aquello era brujería, que a ‘dios’ no le gusta eso y es mejor alejarme de aquello si es que quiero llegar al cielo. Crecer en un ambiente religioso en verdad te deforma la mente, qué habría sido de mí sin la televisión y los Caballeros del Zodiaco, ah, no, ni imaginarlo, estaría en algún seminario quizá. Sigamos.- Al pasar unos años volvió a llamar mi atención, ahora estaba rodeado de personas que me decían que aquello era ridículo, el tarot es un tipo de magia en el que solo creen los supersticiosos y débiles intelectuales. Pero al fin, me liberé de aquellas opiniones absurdas e ingresé en el mundo del Tarot. Es todo un viaje por el mundo de los conocimientos ancestrales, un viaje que según veo, no va ni por la mitad, pero bueno, iniciemos.
 
¿Acaso tengo que contarles la historia del Tarot? No, no, por favor, no. La historia y las teorías de sus orígenes nos llevarían un miles de páginas más y nos desviaría del punto jungnístico psicoanalítico, así que solo les diré que el Tarot es un mazo de cartas que empezó como un grupo de cartas para fines educativos y didácticos, luego usadas para el juego, y posteriormente para la adivinación. Consta de 78 cartas: 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, aunque otros dicen que viene de mucho más atrás; se dice que el tarot es un sistema simbólico y hasta críptico, y que los 22 arcanos mayores ocultan una fórmula alquímica, y hasta los secretos del antiguo Egipto. Muchas teorías muy bonitas e interesantes que trataremos en otra ocasión.
 
Ahora bien, en el Tarot Jung veía la evolución de los arquetipos, todos empezamos como un niño (El Loco) y tenemos que evolucionar, pasando por todos los estados de consciencia hasta llegar a la plenitud (El Mundo).
 
Esa teoría de Jung, su forma de usarlo junto con los sueños para determinar el estado del paciente, me ha inspirado a crear esta teoría basada en el tarot jungniano, y también en la forma convencional de lectura del tarot.
 
Se puede aprender a utilizar el Tarot para descubrir las claves de nuestro inconsciente.
 
Aplicando el principio de Sincronicidad, las teorías de los arquetipos y los sueños, podemos ver que se puede aplicar al Tarot en la psicoterapia. ¿Cómo funciona? Pues bien, puede aplicar este sencillo ejercicio para ir iniciándose: Si tiene un mazo de tarot en la mano, seleccione los 22 arcanos mayores (las cartas numeradas) y empiece a barajarlos, no es necesario que piense en nada, baraje baraje, alguna carta debe sobresalir, saltar, o caerse, mientras usted baraja, si no es así, deténgase luego de algunos minutos de haber estado barajando y saque una carta, la que usted quiera. Ahora bien, puede consultar el significado de su carta aquí. Cada arcano representa un diferente arquetipo, y por lo tanto una experiencia, momento, o persona, con la que te puedas identificar. Por ejemplo, supongamos que la carta que te salió es El Colgado, -esta carta simboliza la transición y el auto-sacrificio para lograr un cambio de vida o ideas. Sacrificar lo que estorba en tu vida y no te deja avanzar.- Este es el mensaje de tu inconsciente: no estancarse y avanzar. Tómalo como coincidencia, pura casualidad, causalidad, o como quieras. Sin darte cuenta tu inconsciente te ha hablado.
 
Los arcanos mayores y sus arquetipos representan proyecciones de nuestro inconsciente, al aplicarlo en nosotros u otras personas
 
En términos alquímicos lo que buscamos es mezclar el oro del psicoanálisis con el plomo de otras técnicas; para iniciar debes tener un cierto nivel de respeto por las cartas, para una mejor experiencia lectora te recomiendo leer muchísimos libros, no solo de tarot, sino de psicología, y textos que traten sobre el significado simbolista de los sueños. El estudio del simbolismo es importante sobremanera, también agregarle a esto nuestra experiencia ‘vivencial’ de las cartas a través de ejercicios que comprenden la imaginación activa, puedes lograr esto dibujando las cartas del Tarot, los arcanos mayores, y pintándolas o adicionándoles elementos según tu gusto. Algo parecido a dibujar Mandalas, es un ejercicio excelente, de esta manera el Tarot y tu aproximación a él se convertirá en una experiencia transformadora y enriquecedora, se te abrirán nuevos mundos, crearás universos.
Sabias que con gafas de sol del color del filtro que necesitas puedes armonizarte física y emocionalmente? FOTONICA
 
Sabemos que los cambios en la luz nos afecta emocionalmente mucho. Cuando no hay sol durante días nos da tristeza y aislamiento. La luz solar es responsable de la Bioquímica, si no hay luz no hay vida. Todos los cambios bioquímicos del cuerpo tienen su ritmo, guiados por el reloj de la luz solar.
 
Con todos los colores de nuestro entorno alimentamos y activamos las diferentes funciones bioquímicas. Al mirar con los ojos nos recreamos o evitamos ciertos colores. También tenemos tendencia de mirar algunos colores y no otros, de rodearnos de los colores que nos atraen y a menudo tenemos carencia de un color y por tanto lentitud de ciertas funciones químicas.
 
Con un ordenador podemos analizar cuales son los colores carentes y decidir hacer una terapia de color con una gafas de sol especiales.  Siempre al salir al sol e utilizarlas nos hacemos terapia, ayudándonos a activar la química necesaria. Lo que significa que no solo nos ayuda a nivel físico, sino también emocional, ya que al afectar las glándulas y el equilibrio hormonal nos afecta psico-físicamente. Lo asombroso de la terapia vibracional es que al poner un filtro de un color delante de los ojos el color complementario desaparece completamente, así podemos entender el efecto terapéutico de esta técnica.
 
Ahora, un laboratorio realiza los 12 colores necesarios para encajar el filtro del color que necesitamos en las monturas que nos gusten. Hay 3 intensidades para lugares mas nublados son de tono más suaves, y para gafas graduadas para interiores son de color muy  suave.
Al utilizar las gafas de sol con el color que necesitamos, encontrado a través del ordenador, vemos todo el mundo teñido intensamente de ese color, al cabo de un tiempo de usarlas sucede un cambio de color a través de las gafas y vemos alrededor de las gafas en color fluorescente el color complementario. Lo que ha sucedido es que se agoto el pigmento del color de las gafas en los conos de la retina de los ojos, produciendo intensamente el color complementario. Este proceso afecta directamente el Hipotálamo y la glándula Pituitaria, que genera todas las hormonas, enzimas y neurotransmisores que necesitan de esa longitud de onda o ese color.
 
Este proceso es el mismo que para ver el color rojo necesitamos del cian-verde o turquesa, este es absorbido por el objeto y el rojo es reflejado.  Por ello esta terapia realmente hace que necesitemos mas de un color determinado para poder producir el color complementario.
Mientras más llevemos las gafas de sol, mas equilibrio bioquímico obtenemos.
 
¿Sabias que con tu voz puedes darte las vitaminas, minerales y aminoácidos que necesitas? BIOSONICA.
 
Todos oímos en la voz de las personas que conocemos cuando están enfermos, cuando no tienen energía y cuando están contentos. Toda nuestra armonía y desarmonía vibracional y energética se refleja en la voz. La voz se va cuando enfermamos, la voz se eleva cuando nos emocionamos, los quejidos alivian y los ronroneos fortalecen los tendones, músculos y huesos (probado en las 7 vidas de los gatos). Los sonidos graves movilizan el estancamiento energético y la tensión de la fascia, y afectan al sistema muscular y circulatorio, los sonidos agudos estimulan o irritan al sistema nervioso. La voz es nuestro contacto mas intimo con el estado vibracional de otra persona y como podemos conocer si esta o no en armonía.
 
Con un software de ordenador parecido a un afinador de piano vemos las notas en exceso y carentes en la voz humana y se relaciona a inflamaciones y tensión por irritación del tejido en los órganos  por exceso energético y el estancamiento y la debilidad de otros órganos o meridianos de acupuntura por carencia energética. Nos muestra todo el espectro vibracional, y con ello conocemos las frecuencias que tiene tu voz perteneciente a tóxicos o frecuencias que no dejan que actúen los nutrientes necesarios para la salud. Todas las vitaminas, aminoácidos, minerales y medicamentos tienen un peso atómico que equivale a sonido, y con ello podemos ayudar a entrenar al cerebro con sonido y asi ayudamos a que reconozca y asimile estos nutrientes.
 
NUESTRA VOZ es la caja de resonancia vibratoria mas potente y a nuestro alcance. Aprendiendo a entonar el sonido de cada nutriente que necesitas, entrenamos al cerebro que lo reconozca y lo asimile de los alimentos. Es fácil seguir el sonido que se escucha por los auriculares y entonar la misma frecuencia. Muchos efectos suceden por resonancia y otros armónicos surgen, ayudándonos a mantener la atención.  También, tenemos preparadas grabaciones con la frecuencia de muchos nutrientes ascendiendo en una espiral PHI de geometría sagrada, la proporción Aurea, mezclado con cantos de armónicos o didgeridoo para esa nota musical.
 
También, los armónicos de cada sonido perteneciente a un nutriente podremos verlos con el ordenador y un sistema científico de análisis, llamado FFT. Con este programa se ven los armónicos de todos los sonidos y con los armónicos creciendo al infinito se ve como interactúan unos nutrientes con otros o contrarrestan a otros tóxicos, en distintas realidades de consciencia física, emocional o mental.
 
Este es un método de Neurociencia revolucionario y que soluciona de forma creativa y simple muchos problemas, devolviendo nuestra salud y juventud. Para mas información, www.biosonic. org, Tel: 34-619228048
 
LAS RELACIONES DE COLOR Y NOTAS MUSICALES CON LOS ÓRGANOS Y LOS MERIDIANOS surgió de la conexión entre las investigaciones de luz con prismas de Johann Goethe, fusionándolo al I Ching, los trigramas, los colores de los 5 elementos y los meridianos de acupuntura. Esta relación es:
 
LAS NOTAS:   LOS ORGANOS Y MERIDIANOS CORRESPONDIENTES.
Do, C  Vejiga, Tiroides, órganos reproductores, Meridiano intestino delgado.
Do#, C# Riñones, Cuello, esófago y  traquea, Meridiano del Corazón
Re, D, Estomago, metabolismo de la digestión, circulación del Riñón, Meridiano del Intestino Grueso.
Re#, D# Vesícula Biliar, Glándulas Suprarrenales, Meridiano del Endocrino.
Mi, E  Bazo y mucosas, Meridiano pulmón.
Fa, F  Páncreas,  digestión gastrointestinal, Meridiano Hígado.
Fa#, F# Intestino Delgado, sistema nervioso digestivo, Meridiano de la Vejiga.
Sol, G  Corazón, músculos y huesos, circulación sanguínea, Meridiano del Riñón.
Sol#, G# Intestino Grueso, circulación de nutrientes y desechos, Meridiano del Estomago
La, A  Circulación del sistema endocrino y órganos genitales, Meridiano  de la Vesícula Biliar.
La#, A# Pulmón, Bronquios, Sistema linfático, oxigenación celular y nerviosa, Meridiano del Bazo.
Si, B  Hígado, Sistema nervioso e inmunológico, Meridiano Circulación.
 
RELACION DE NOTAS Y COLORES COMPLEMENTARIOS, UNO CONTRARRESTA AL OTRO.
Rojo DO,  AL  FA#   Turquesa   ==      DO#, Rojo Carmín  AL SOL Cian
Naranja RE,  AL SOL#  9 Azul = Amarillo RE# AL LA,  Índigo
Limon MI AL LA# Violeta    == Verde FA AL SI,  Magenta
 
Copyright 1998 Marysol Gonzalez Sterling. www.biosonic. org, email: biosonica@retemail. es
 
 
 
Este es un método de Neurociencia revolucionario y que soluciona de forma creativa y simple muchos problemas, devolviendo nuestra salud y juventud. Para mas información, www.biosonic. org, Tel: 34-619228048.
 
EL EFECTO PSICOLÓGICO DE LOS COLORES:
 
LA INFLUENCIA PSÍQUICA DE LOS COLORES
Do, C  Rojo. Da confianza en si mismo, valentía, atrevimiento, vitalidad.
Do#, C#  Rojo Naranja. Da energía, fortaleza,  sinceridad, espontaneidad.
Re, D, Naranja. Da alegría,  buen humor, entusiasmo, ganas de participar.
Re#, D# Amarillo. Da visión, inteligencia, optimismo, dirección.
Mi, E  Limón. Da interés, expansión, conocimiento, auto-integració n.
Fa, F  Verde. Da esperanza, comprensión, orientación, equilibrio.
Fa#, F#  Verde Cian. Da bienestar, amabilidad, sosiego, firmeza.
Sol, G  Cian. Da ternura, pacifismo, plenitud, confianza en los demás.
Sol#, G# Azul. Da paciencia, idealismo, tranquilidad, relajación.
La, A  Indigo. Da compasión,  idealismo, integridad, conexión con uno mismo.
La#, A# Violeta. Da espiritualidad,  trascendencia, conexión con los demás, dejarse llevar.
Si, B  Magenta. Da desapego,  entrega, amor incondicional, visión trascendental.
 
RELACION DE NOTAS Y COLORES COMPLEMENTARIOS, UNO CONTRARRESTA AL OTRO.
Rojo DO  al FA  Turquesa                       DO#, Rojo Carmín C# al SOL, Cian
Naranja RE al SOL# Azul                Amarillo RE#, al LA, Indigo
 
Verde Limon MI al  LA# Violeta     Verde FA  al SI, Magenta
 
SANACIÓN POR ARQUETIPOS
El poder de la mente ante la Sanación ya sea física o entérica no tiene límites, pero todavía tenemos que encontrar la conexión que nos lleva al entendimiento de la gran fuerza energética que poseemos. Ante este reto, las terapias alternativas, aportan soluciones que conjuntamente con la medicina convencional, darán paso a un tratamiento mixto. Estas dos medicinas poseen una misma dirección que es sanar y equilibrar al ser vivo. En unir y entrelazar estas dos medicinas esta nuestro futuro, de darle un enfoque holístico y de un trabajo conjunto entre el sanador espiritual y del médico tradicional, de combinar las carencias de una por la otra es el reto que debemos aceptar y trabajar.
En el tiempo que utilizo esta terapia, me ha demostrado su eficacia. Combinándola con Reiki, te acerca más al ser humano para tratar de sanar su cuerpo físico, su mente o su espíritu, llegando a sus disfunciones y comprobando que energéticamente el paciente ha recibido un tratamiento eficaz. Cuando el paciente ha recibido el tratamiento de Reiki y descansa para gozar de esos minutos posteriores, la Sanación Arquetípica tiene la cualidad de entrar más fácilmente en su estructura energética y opera en su parte más profunda.
Al manejar estos parámetros energéticos, el sanador siente en sus manos una figura Arquetípica energética con forma geométrica definida, y a la misma vez siente su disfunción por la deformación o por la desaparición de parte de ella. Cada órgano del cuerpo físico, tanto como el etéreo, tienen una representación geométrica por lo cual, el sanador es cociente de cada órgano que siente entre sus dedos o manos. Si encuentra alguna disfunción en la figura, trazara con sus dedos, como si dibujara en el aire, el contorno de la figura correspondiente establecida, hasta alcanzar la estructura geométrica perfecta.
Esta técnica en países como Inglaterra, donde la Sanación Espiritual es subvencionada por la sanidad pública, es opcional como terapia de apoyo en muchas enfermedades. Incluso los médicos están cada vez más involucrados en aconsejar la aportación de este método y todos los naturales para llevar al paciente al final de su enfermedad. A todo esto entra en consideración la disminución del gasto público en los medicamentos preescritos para tales enfermedades.
 
El padrede la Sanación espiritual en España esta representado por el ingles Colin Bloy, que es presidente honorífico de A.E.S.E. (Asociación Española de Sanadores Espirituales). Colin define de esta manera lo que es para él la Sanación Arquetípica:
"La Sanación Arquetípica trata las enfermedades por su reducción arquetípica desde la transferencia de Arquetipos efectivos de probada eficacia, cuya introducción en los diferentes estratos energéticos del paciente modifica la codificación y la información de la enfermedad
. Sustituyendo los códigos enfermos por códigos saludables, cuya información Encriptada es transferida a los diversas capas de los centros energéticos, modificando la información cual si se tratara de un disquete de programación que sustituye los códigos propios y tipificados de la enfermedad, por otros nuevos que poco a poco, se van asentando hasta hacerse estables y sustituyen a los códigos enfermos."
El Arquetipo es la esencia energética de algo. El Arquetipo es la idea que anticipa la manifestación en la materia, una fuerza formativa entérica. Los Arquetipos son geométricos y numéricos.
A través de los tiempos y con las investigaciones llevadas a cabo, tanto en el mundo de las energías como en los campos radiónicos, hubo un momento en el que descubrimos la pizarra invisible de los Templarios y hemos visto que se trata del código básico de la red Telúrica de Gaia.
En el Código hay formas geométricas y nos hemos dado cuenta de que eran Arquetipos del inconsciente colectivo (alrededor de cualquier Preceptorio Templario, podemos encontrar estas pizarras.)
Años más tarde se produjo una comunicación - no solicitada - con C. Jumg, el médium grabó y me envió a mí una carpeta con el contenido de aquella sesión sobre cómo mejorar la Sanación Planetaria. Más tarde yo pregunté telefónicamente a esta persona si existían Arquetipos en la Sanación individual. De forma específica preguntó si existía un Arquetipo para el cuerpo humano, para una enfermedad, para una infección, etc..., y si era útil para la Sanación en general. Posteriormente, a requerimiento del médium, el médium y yo tuvimos un encuentro personal para comunicarnos con C.G. Jung.
Es relevante diferenciar el concepto de "Símbolo" del de "Arquetipo", ya que siendo similares, en su esencia no lo son. El Símbolo es representativo y el Arquetipo es funcional, tiene su propio valor energético. Como dice C.Jung "el Arquetipo adquiere vida en el momento que se proyecta" (Sanación a distancia).
El Arquetipo nos permite el diagnóstico de todo de una forma rápida y directa. Así podemos ver dónde está la enfermedad y ver si se ha corregido correctamente, porque se han producido un cambio arquetípico. Los Arquetipos son cósmicos y transcendentales: son una parte del proceso de la Creación.
La existencia de los Arquetipos ha sido reconocida por otras fuentes, como: Emma Kunz, Saint Yves d´Alvéydre, Malcolm Rae, de forma independiente. Gracias a la aplicación de los Arquetipos, la Sanación Espiritual se ha configurado como una Ciencia Empírica, no solo a nivel nacional, sino en entendimientos más elevados."
El sanador Espiritual canaliza la energía sanadora por el Chakra de la corona en forma de columna de Luz. Esta se une en la zona abdominal con la energía telúrica que asciende de la Tierra en forma de un Vórtice. Al unirse las dos, forman una figura geométrica que tiene forma cuadrada y a la vez se subdivide en su interior en cuadrados en forma de damero. Como un tablero de ajedrez.
En el ejercicio de la Sanación utilizamos al término de Sanación Espiritual para referirnos a la energía que emana de la fuente superior o divina para sanar.
Espiritual es todo aquello que no se circunscribe al mundo de la materia. Al hablar de Sanación Espiritual hacemos referencia al mundo de las energías sutiles, invisibles al ojo humano.
La Sanación es un don que cualquier humano posee en potencia y que puede desarrollar. Algunas personas lo tienen muy potenciado ya de su infancia.
La llave de la Sanación está en el cambio de conciencia, porque es el medio en el que la idea y la imagen adquieren realidad.
La Sanación no es un arte, ni una Técnica, sino una actitud especial hacia la vida.
El Sanador no sana por sí mismo, sino que canaliza una Fuerza que existe fuera de nosotros y activa la capacidad Auto-sanadora en las otras personas.
La Sanación pretende armonizar al individuo en el medio en el que vive, contempla el cuerpo físico, mental, emocional y el alma (Karma) y busca integrarlo de un modo completo dentro de Universos y sus energías.
La Sanación Espiritual posee sus propias leyes, que deben ser usadas con orden y disciplina.
La Sanación Espiritual es una actividad básicamente práctica no se limita solo al estudio teórico.
El Sanador debe estar continuamente en formación, desarrollo y en constante crecimiento. Lo más importante es su evolución personal.
"Ser Sanador, significa realmente un estado de no ser. Menos estás, mejor acontece la Sanación. Si quieres realmente ser un Sanador, tienes que aceptar tu Vacuidad". OSHO.
La Sanación puede ayudar a restaurar la salud física y psicológica, aliviar los dolores, favorecer la calidad de la vida. En los momentos finales de la existencia, la Sanación puede ayudar a que la persona realice su tránsito en paz, feliz y con todo conocimiento.
"Lo sagrado puede ser analizado con la razón" Colin Bloy.
El Sanador trabaja en el cuerpo etérico, que es donde se puede detectar y observar las posibles alteraciones en los diferentes niveles.
La Sanación Espiritual por Arquetipos se configura como una Ciencia Espiritual, cuya compresión es accesible a todos los seres humanos, de un modo racional.
La Sanación colabora con la Medicina convencional, no la sustituye ni la suplanta. En la actualidad se esta trabajando intensamente para llegar a un entendimiento en ambas medicinas, a través de los Colegios Médicos, para complementarse, de forma eficaz, a la hora de entender a los pacientes.
 
EL ARQUEOMETRO
 
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El Arqueómetro es un instrumento utilizado comúnmente por los sanadores por Arquetipos. Fue construido en el siglo XIX por el francés SAINT YVES D'ALVEYDRE, sus seguidores lo reconocen como el verdadero sucesor de los Nabis antiguos. Es hacia 1903 cuando se publica la Obra de sus estudios sobre el Arqueómetro.
Es importante, antes de pasar a abordar el contenido del Arqueómetro, que es un útil de construcción, pero no es una casa edificada, por decirlo así, sino un instrumento donde la persona que lo utiliza añade y aporta sus útiles de trabajo. El Arqueómetro es un útil que tiene la cualidad particular, de ser el mismo para todas las artes, sometrico en la escala de un músico, obtiene el espectrum de la gama de colores para un pintor, y la clave de las formas del arquitecto. Deja a cada artista su originalidad, dándole una base científica, reintegra todos los artes a una síntesis común y al mismo tiempo, da la clave de las adaptaciones religiosas y científicas de la antigüedad, también todas las medidas y las unidades métricas actuales.
Es un horóscopo completo, del se obtiene idiomas sagrados, números, formas, sonidos, es orgánico, armónico y simétrico. Esta formado sobre la combinación de numerosas zonas de círculos, de radios y polígonos concéntricos susceptibles de evolucionar alrededor de un punto central común. Es el epitope de Phi =1,618, la constante de oro, qué es la base de la geometría sagrada. Es la muestra de que lo que une todo es él numero y la onda. ES EL VERBO.
Hemos descubierto con el tiempo de que se puede trabajar con él en la Sanación, como el verbo creador, que ayuda a sanar nuestro cuerpo físico. Tal como funciona en la Homeopatía o en las tarjetas de Radionica, se pueden ver círculos concéntricos y un número de radios parciales, viendo que sus puntas forman figuras geométricas formando combinaciones de fines Homeopáticos. Puede producir las esencias entéricas de cualquier medicamento que pueda necesitar el cuerpo físico. Por el contrario no trata problemas mentales, sino es de origen electro-químico, tampoco no trata disfunciones espirituales o del alma.
Se utiliza al final de la Sanación, como sellando todo el trabajo establecido y dándole fuerza energética, a la misma vez que un remedio homeopático. Dado que pertenece a la geometría dinámica, no cesa de moverse, no permaneciendo estático nunca. En su parte superior permanecerá siempre una abertura que no cerrara nunca, por lo cual tiene una fuente permanente de entrada de energía, que será después reconducida por su movimiento constante. Los recursos del Arqueómetro son inagotables y queda mucho que descubrir de este método asequible para todos.
Lo forman en su totalidad lo siguiente:
1º Un doble circulo de 360º evolucionando cada uno en sentido inverso, de forma que, dando cada grado dos números, su total sea siempre 360º y que su inversión permita una metrologia fácil en los dos sentidos.
2º Una forma do docenal fija llamada Zodiaco de las Letras Modales, dividida en partes iguales, cada uno de 30º , encerrando en su medio, su letra morfológica y él numero de esta letra, en un Escudo que porta un color especial exactamente correspondiente: Total son 12 letras morfológicas, 12 cifras aritmológicas y 12 colores.
3º Una zona movilizable llamada planetario de las letras. Esta formada por 12 ángulos, 12 triángulos equiláteros que se insertan regularmente. Cada uno de los 12 ángulos es tangente a unos de los escudos de la zona. Total 12 ángulos, 12 letras, 12 números, 12 colores, 12 notas.
4º Una zona Zodiacal astral fija, con sus 12 signos derivados de las 12 letras Zodiacales. Cada signo en su escudo lleva el color de su correspondencia con las zonas.
5º Una zona planetaria astral movilizable, con sus 7 signos diatónicos astrales y todas sus correspondencias, figurando cada uno en sus domicilios propios tanto diurnos como nocturnos, y portando el color de la letra planetaria de donde deriva su morfología. Total: 12 signos planetarios, de los que 5 son repetidos =7 y 12 colores.
6º Una zona de 12 ángulos de 4 triángulos equiláteros, que se interceptan regularmente bajo él triangulo generador y metrologico, correspondiente, por sus ángulos, al signo de la Virgen, al signo Capricornio y al signo del Toro. Cada ángulo porta colores del signo al que corresponde. Total: 12 colores, 12 ángulos, 4 triángulos de los que uno es generador, 2 hexágonos a dos parejas de triángulos equiláteros tangentes, una de estas parejas solsticial por sus ángulos Norte-Sur, la otra equinoccial, por sus ángulos Este -Oeste, todos los ángulos de cada pareja distantes entre ellos la longitud del radio de su circulo tangente.
7º Un circulo central que cierra un pentagrama musical, una nota en el centro común, una letra morfológica sobre esta nota, 12 radios blancos que forman 6 diámetros blancos, que pasan por el centro, uno Norte -Sur, el otro Este-Oeste, y todos a 30º uno del otro sobre un circulo.
El planisferio orgánico y armónico tiene sus polos y su ecuador de correspondencias, su año, sus estaciones, su simetría izquierda-derecha de organicidades y armonicidades directas o interferenciales. Es exactamente parlante por todos sus elementos concordantes y por todas sus combinaciones.
Como final estableceremos que el Arqueómetro es pues, el instrumento de precisión de las altas ciencias y de las artes, relacionado como cosmométrico, aportando valores cosmológicos, regulador y revelador homológico. Integra todas las artes dándole un principio único universal, concordándolas en una síntesis sinárquica
Sin duda es parte de la Geometría Sagrada
 
 
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EL EFECTO PSICOLÓGICO DE LOS COLORES:
 
LA INFLUENCIA PSÍQUICA DE LOS COLORES
Do, C  Rojo. Da confianza en si mismo, valentía, atrevimiento, vitalidad.
Do#, C#  Rojo Naranja. Da energía, fortaleza,  sinceridad, espontaneidad.
Re, D, Naranja. Da alegría,  buen humor, entusiasmo, ganas de participar.
Re#, D# Amarillo. Da visión, inteligencia, optimismo, dirección.
Mi, E  Limón. Da interés, expansión, conocimiento, auto-integració n.
Fa, F  Verde. Da esperanza, comprensión, orientación, equilibrio.
Fa#, F#  Verde Cian. Da bienestar, amabilidad, sosiego, firmeza.
Sol, G  Cian. Da ternura, pacifismo, plenitud, confianza en los demás.
Sol#, G# Azul. Da paciencia, idealismo, tranquilidad, relajación.
La, A  Indigo. Da compasión,  idealismo, integridad, conexión con uno mismo.
La#, A# Violeta. Da espiritualidad,  trascendencia, conexión con los demás, dejarse llevar.
Si, B  Magenta. Da desapego,  entrega, amor incondicional, visión trascendental.
 
RELACION DE NOTAS Y COLORES COMPLEMENTARIOS, UNO CONTRARRESTA AL OTRO.
Rojo DO  al FA  Turquesa                       DO#, Rojo Carmín C# al SOL, Cian
Naranja RE al SOL# Azul                Amarillo RE#, al LA, Indigo
 
Verde Limon MI al  LA# Violeta     Verde FA  al SI, Magenta
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29.11.2013 12:20

La guerra de sexos no tiene ningún sentido, la oposición de sexos aún menos. Es buscar fragmentar lo que esta intímamente ligado en cada uno de nosotros, hombres y mujeres. Decir que Los hombres vienen de Marte (libros  publicados recientemnte con un suceso remarcable, mediocre desde un punto de vista literario e intenciones particularmente oscuras) buscando expresar tal opinión diciendo del otro lado Las mujeres vienen de Venus, es buscar instalar una división en la unidad, significa buscar a fragmentar la unidad humana. ¡No es fragmentando que la esencia prevalece!

Las palabras que en nuestra lengua terminan por un "a" o un "dad" designan muy a menudo una esencia. La Belleza, la Creatividad, la Bondad, la esencia de lo que es bello, del acto creativo, del acto de ser bueno, una esencia, es lo universal que se realiza en lo particular. En todo corajudo se encuentra la esencia misma del Coraje, como en toda mujer reside la esencia misma de la femineidad.

 

De esta manera entendida, la femineidad no es solamente la imagen de la mujer segun las costumbres que son las nuestras (aquellas de la post-modernidad o como queramos llamar a nuestras sociedades y nuestro mundo actual) que busca que ella sea "femenina" segun la moda.

No es tampoco la representacion cultural de la mujer (aquella del Occidente, aquella de la India, aquella del Japón, de la China, etc etc).

La femineidad no es tampoco lo que es un caracter biológico en cuanto a una función de la mujer respecto a aquella de un hombre: la mujer no es tan solo una hembra como el hombre tampoco se reduce a ser un simple macho. La femineidad conjuga en su esencia todo aquello que es característico de la mujer, lo que implica que debe existir en su ser valores femeninos y una especie de direccion femenina de la Vida.  Debe existir ademas una dimensión al interior de la femineidad y es por esta razón que podemos hablar de un Eterno femenino.

 

La dirección femenina de la Vida, como la orientación masculina de la vida son principios que están igualmente presentes en el alma.

Platón en su libro el Banquete da las primicias,  muestra el simbolo en la imagen del Andrógeno, un ser en el cual  lo femenino y lo masculino se encuentran reunidos.

El  Andrógeno simboliza la figura de la unidad del Si. Platon nos cuenta que si los Andrógenos fueron tan fuertes segun lo demuestra la mitologia y pudieron desafiar los dioses era porque eran Uno y, de ningun modo, divididos.

Fue entonces que Zeus tomó la decisión de cortarlos, de separarlos en dos para debilitarlos, cada cual debiendo encontrar su mitad, el hombre buscando a la mujer, la mujer buscando al hombre, de manera a reencontrar la unidad primitiva. La idea es que el alma encontrara su totalidad, su integralidad si ella reune la unidad de lo femenino y de lo masculino (texto). Si hay desequilibrio en la vida en favor de los valores guerreros de lo masculino, es tal vez, precisamente, que seria necesario de llevar la vida un poco mas por su dirección femenina. Reanudar con lo femenino en Si.

 

C. G. Jung aporta una nueva luz en este mismo sentido. Segun Jung, en las pronfundides del alma nacen o aparecen los arquetipos fundamentales, sus términos para nombrarlos son anima y animus estan presentes en cada uno de nosotros como Formas Arquetipales. El animus es un arquetipo fundamental que funde la idea que nosotros nos hacemos del hombre. El animus representa los valores de la fuerza, de lo deportivo, del hombre de accion, del maestro. Por lo contrario, el anima, es un arquetipo fundamental intimamente ligado a la femineidad: la dulzura maternal, la belleza, la gracia, el amor, la profundidad de sentimientos, la paz. Estos valores de la femineidad que se encuentran representados en toda cultura con nombres femeninos que engloban una simbólica tipica: en la cultura Griega a cada una de de las divinidades femeninas se les atribuye una conotacion particular: Afrodita difiere de Atena, de Hera. En la cultura judeo-cristiana Eva es el símbolo de la primera mujer, despues sigue Maria. Eva es la matriz primordial de lo humano, la primera mujer, Maria la virgen que encarna el coraje, la devoción, y el amor de la Madre divina.

En el contexto extremadamente rico de la cultura India, se le dará otros nombres para especificar o realzar tantos poderes o cualidades fluyentes de los diferentes aspectos de la femineidad.

Saraswati es la diosa de la sabiduria, Lakshmi encarna la belleza. Parvati es la potencia de la fertilidad immanente de la Naturaleza asociada a Shiva, lo divino, en tanto que trancendente al mundo etc. En el shivaïsmo, está explicado que la naturaleza del principio masculino se caracteriza por una serie de numeros impares, entretanto, que el principio femenino se caracteriza por los números pares, por lo cual la femineidad es doble: humilde, sometida y exaltada, esclava y diosa, la mujer aparece como amante sometida y madre todopoderosa. Como amante, ella es la potencia creadora del principio masculino que sin ella seria esteril, infecundo. Ella es la imagen del shakti, Fuerza sin la cual los dioses mismos no tendrian realidad alguna. Es en el vientre de la madre que se situa el pasage de lo no manifestado, el avyakta, a lo manifestado, el viakti, el lugar donde el ultimo principio de la Manifestacion se manifiesta, el punto donde lo divino y lo humano se encuentran y re-encuentran.

Es por ende, que la Madre es la fuente, el principio de la vida. Es por ello que, en tanto que madre,  es venerada. Esta Madre esta desprovista de artificios, ella se presenta sin maquillaje, sin avatres, el niranjanâ. Ella es la paz y el consuelo para el hombre perdido en el gran desierto del mundo. Ella es el perdon y la compasion sin limites, ella es la imagen de la Naturaleza, Prakriti, principio elemntal que es la base de la realidad material. La mujer es el axis mundi en el seno familiar, su polo de estabilidad, centro de toda celula social. Pero este centro esta, como lo es la imagen de la mujer, representado de manera secreta, misterioso e interior, el es el santuario donde reside la diosa delante de la cual el padre de familia realiza los ritos de iniciacion.

 

El simbolismo permite de figurar, de representar y significar una imagen femenina del alma, y esto sea cual sea la cultura o la Tradicion. Esta representacion es evidentemente variable de una cultura a otra pero reposa inevitablemente sobre estos  arquetipos universales. Existe por ejemplo una relacion profunda de correspondencias entre el pantheon griego y y el pantheon indio. Segun esta hipotesis  la femenidad seria de alguna manera una manifestación del alma que reside en las profundidades de la conscienciaa y no constituye en nada el Yo de la superficie. Los valores femeninos son manifestaciones sutiles del alma, de los cuales, las interpretaciones culturales son una expresion exterior y visible.

Que en ciertas culturas se venere a la Virgen Negra, a María o a Sita, es ante todo para manifestar la esencia de la feminidad, esencia que transciende el espacio y el tiempo de donde fluyen y se esparcen las culturas.

Esta esencia de la femineidad, en sus valores mas delicados, en todo aquello que la mujer puede representar en terminos de amor, de compasion, de cuidados universales, de belleza, de delicadeza, en lo que la mujer incarna en tanto que autoridad tierna y dura a la vez, no podemos dejar de pensar que el mundo de mañana tiene una urgente necesidad.

André Breton decia en uno de sus poemas que "la mujer es el avenir del hombre" (el hombre entendido como humanidad, como concepto universal) tal vez, y de esto estoy convencido, si se le mira en la necesidad de converger hacia la unidad y no como desgraciadamente lo plantean las feministas hacia la fragmentación, la división, la oposición, no sea un simple juego de palabras.

Podríamos por ejemplo manifestar el deseo que se incluya un poco mas de dulzura, de feminidad en este mundo de brutalidad en el cual vivimos. Es totalmente legítimo añorar y desear un mundo donde los valores femeninos sean por fin respetados como valores modelos y arquetipales, como esencia misma de este mundo y de nuestra naturaleza de ser humanos, talvez esta integración nos conduzca a comprender que en todo ser existe una parte de divinidad que busca a manifestarse, que lucha por realizarse, y que no lograndolo genera seres frustados, dolientes y sicologicamente desestabilizados.

El mensaje mismo del Cristo tendía en esta direccción pues veia al hombre como un "icono roto" que aspiraba a su más íntima reconstrucción y no esa logorrea providencialista y culpabilizadora que la iglesia catolica por intermedio de una interpretacion fraudolosa de los textos sagrados durante 2000 años viene ventilando e inculcando en la consciencia de los hombres.

 

Para terminar dire que, existe realmente una gran diferencia entre ser mujer y ser femenina.

Ser mujer es una característica que se funda en la naturaleza misma de la mujer con todo lo que este concepto significa de inclusivo.

Ser femenina se caracteriza por ser una respuesta a una adquisión cultural y nada mas. Tal vez que exista un falso debate en la idea de pensar que todo es natural o todo es cultural en el hombre y que todo no sería mas que una diferencia de conceptos, en la medida que tomemos como objeto de observación sea lo que la naturaleza hace y ha hecho en nosotros o lo que la cultura a modificado, integrado e interpretado como tal.

La feminindad segun lo que he estudiado y analizado a través de la historia de las religisones, mitologías, leyendas funadmentales y el lenguaje de los signos es una esencia intemporal, sin embargo la imagen cultural de la mujer es temporal, una construcción del instante que responde a ciertas exigencias, de igual que el feminismo es un fenomeno historico. La esencia no se deja ver y no se manifiesta que en la dimension mas intima del ser, al interior, el alma que se baña en todo individuo comporta una gota femenina y otra masculina, y hay valores que estan mas orientados hacia un lado que hacia el otro, y esto no priva a un ser o de su virilidad o de su femineidad.

Es bastante cusrioso remarcar que esta dimensión interior puede ser considerada como en contradicción con la naturaleza biológica de un individuo, la pregunta sería:

¿es solamente una cuestión de imagen cultural?

La respuesta es NO. El problema, si problema existe, ni siquiera se manifiesta puesto que existe una cuestión de identidad.

Si yo pienso ser un hombre, si yo pienso que mi identidad es masculina, y que la naturaleza me hubiera hecho de mi una mujer, entonces, esta búsqueda de la identidad precpitaria la dificultad de ser en un cuerpo que no reconozco como mio.

Tal vez que me equivoque y que mi verdadera identidad se encuentra mas alla de esta idiota opocisión entre femenino/masculino. Los valores de la feminidad, en todo caso, no se reducen a una caricatura, tal que la mujer-objeto, y aun menos a las supuestas iluminaciones y pretenciones del militantismo feminista, puesto que este movimiento, mas alla de su valioso aporte en cuanto a la legitimidad historica, a hecho de la mujer un "hombre a medias", un ser sin esencia, un simple avatar con atributos culturales. La esencia de lo femenino esta intimimanete vinculado con lo Sagrado, como lo decia anteriormente, a lo divino en el Hombre, a la divinidad tal cual se incarna en la mujer. La vision, y el simbolo judeo-cristiano mas realizado, es la imagen de Maria Magdala delivrada de los 7 demonios por el Cristo y en la cual se funden los 3 aspectos de la mujer: social, cultural y divino.

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29.11.2013 12:16
El subconsciente y el instinto humano necesitan formas de expresarse y materializarse para no volverse contra su portador. Los símbolos sirven bien a este fin, y por tanto tienen una estrecha relación con la psicología. Representan ideas, arquetipos atávicos, que evolucionan con el tiempo y que acaban manifestándose en la imagen de un dios que interacciona desde el "más allá" (la memoria ancestral, el otro mundo, e inconsciente instintivo, la dimensión del ser absoluto y del espíritu, o lo que cada cual entienda por esta idea) con el "más acá". Así, del mismo modo que los psicólogos desempeñan su labor indagando en la simbología interior de un sujeto para encontrar las piezas de su puzzle mental, la manera de conocer los sentimientos, metas e ideales de un pueblo en una época determinada es profundizando en su simbología y en su imaginario religioso, que nos ofrecen la clave de sus valores más elevados y que, por tanto, nos sirven para rescatar piezas de las tradiciones de nuestros antepasados y de nuestra propia identidad. Actualmente, vivimos muy apartados de las condiciones que hacen del ser humano una criatura superior y perfecta, por lo cual estos valores y símbolos a menudo son lo único que nos queda de nuestros antepasados además del legado genético. Profundizar en todo esto es la idea de la sección de esoterismo de este blog —por no hablar de que este tema es lo bastante importante y noble como para merecer ser limpiado de los frikismos y sensacionalismos que crecen alrededor de él como malas hierbas parasitarias.
 
El sobresaliente psicólogo suizo C. G. Jung creía que los animales y las fuerzas ancestrales —dioses, héroes, mitos— vivían en el interior del hombre como arquetipos y que se manifestaban en patrones de comportamiento instintivo "automático" (por tanto disociados de la mente racional) heredados genéticamente. Pensaba, asimismo, que los instintos negados, reprimidos o simplemente no-reconocidos, podían llegar a dominar a un hombre o incluso acabar con él, y que para evitar eso era necesario buscar una manera de integrar la parte animal en la vida humana, ya que el "lado oscuro" tenía formas extremadamente retorcidas de vengarse si se le daba la espalda. Y es que el hombre tiene una serie de resortes relacionados especialmente con la violencia y el sexo, y por ende, si se alejaba del mundo de los animales y se encerraba entre cuatro paredes a espaldas de la Naturaleza, lo pagaría caro, ya que los instintos negados seguirían manifestándose, pero de formas cada vez más aberrantes, siniestras y antinaturales. Era necesario, pues, mantener un arquetipo colectivo que se refiriese a un "señor de los animales", un hombre plenamente en contacto con lo que es natural y, por lo tanto, integrado en la corriente ascendente y el orden eterno.
Pues bien, uno de estos arquetipos animales, y de los más antiguos y recurrentes, es el arquetipo de la divinidad masculina del Gran Padre o cazador eterno, contrapartida inevitable de la Diosa Madre. Se trata del dios con cuernos (en el caso que nos toca, generalmente cuernos de ciervo, pero también de carnero, macho cabrío o toro), que hace muchísimos milenios era "patrón" de nuestros antepasados cazadores. En una época (el Paleolítico) en la que se cazaba con arco y flecha o arrojando una lanza, el poder abatir a una criatura tan esquiva y sensible al movimiento como el ciervo, debía suponer la prueba de que el cazador tenía grandísimas habilidades y que, por tanto, era todo un "señor de los animales" y estaba directamente en contacto con el recto orden y con la Naturaleza —tanto la que le rodeaba como su propia naturaleza interior. Es precisamente en el Paleolítico que encontramos la primera representación de la figura de la divinidad cornuda, en una caverna asociada al Magdaleniense y por tanto al hombre de Cromagnon.
 
Pintura rupestre de la gruta de Trois Frères, sur de Francia, época Magdaleniense (18.000-12.000 AEC). Se ha especulado muchísimo en torno a esta figura. Para unos es un ídolo, para otros representa a un chamán en trance, o ataviado con las pieles y cuernos del ciervo. Con prudencia, sólo cabe decir que se trata de un ciervo dotado de algunos atributos humanos (como la posición vertical), cosa que no sucede nunca con otros animales representados en las pinturas rupestres. En las comunidades europeas paleolíticas, que nosotros asociamos a la raza nordico-blanca, el ciervo debió tener la misma relevancia que el uro y el toro tuvieron en las comunidades nordico-rojas. El ciervo pasó a ser signo de la fertilidad masculina y comportamiento cazador, que hasta nuestros días es la base de lo que entendemos por masculinidad.
 
Representación de la divinidad cornuda encontrada entre las pinturas rupestres de Val Camonica, un valle alpino lombardo, norte de Italia.
        
Lejos de la connotación negativa que tuvieron después, en la Antigüedad los cuernos eran símbolo de sabiduría y "conexión con el cielo", es decir, con el mundo del espíritu, por su forma arquetípica de ramaje, pararrayos o copa dispuesta para recoger las fuerzas celestes. Eran también signos de virilidad y fertilidad, ya que en los cuernos de los ciervos hay una serie de receptores androgénicos que se activan por la acción de la testosterona durante la pubertad, y que hacen crecer la cornamenta a un tamaño acorde a los niveles hormonales: unos cuernos grandes, largos y retorcidos indican mayores niveles de testosterona. Por este motivo no extraña que en la China tradicional, el afrodisíaco más codiciado para incrementar la libido masculina estuviera fabricado precisamente a base de cuerno de ciervo adolescente, ya que era el producto donde se concentraba más cantidad de testosterona. No es casualidad, tampoco, que en inglés, la palabra horny (derivada de horn, cuerno), designe en lenguaje informal a un estado de estimulación sexual caracterizado por la alteración del entorno hormonal. Por añadidura, y como había pasado con los colmillos del mamut, los cuernos del ciervo eran un trofeo vistoso (bastante más que las garras de un oso, el colmillo de un dientes de sable o similares) y lleno de simbología de poder. Toda esta serie de señales coloca al ciervo como un poderoso signo androgénico —es decir, opuesto a lo estrogénico.
 
La runa Man es un símbolo de la cumbre, de la copa del árbol, las ramas y los cuernos del dios cornudo, es decir, de aquello que constituye una conexión con el mundo celeste. Este símbolo sonará a quien haya manejado radios. Como su propio nombre indica, es la runa de la masculinidad, y contrapartida de la runa Yr —una runa Man invertida para simbolizar las raíces, la caverna, lo femenino y lo ctónico.
 
La palabra "cornudo" como un engañado por el cónyuge tiene un origen curioso e igualmente relacionado con una figura Alfa de fertilidad masculina. En los países del norte de Europa, durante la Edad Media (aunque la costumbre, por sus claros elementos paganos, debía ser mucho más antigua), los señores feudales tenían derecho a poseer sexualmente a las vasallas que ellos seleccionaban en un momento dado, estuviesen éstas casadas o no. La costumbre es una reminiscencia de la antiquísima teoría del harén y de la poligamia pre-cristiana, que a su vez hunde sus raíces en la necesidad de que las hembras de una generación sean fecundadas por pocos machos pero muy selectos para elevar el nivel genético de la especie —principio básico de procreación que comprenden todos los ganaderos y que la mayor parte de los animales (incluyendo el ciervo y el ser humano) siguen instintivamente. Antiguamente, el modo de ver las cosas era muy distinto al actual, y para una campesina o incluso para el esposo de ésta, constituía un privilegio que un hombre de cualidades superiores la poseyese y procrease con ella hijos superiores. Como signo de que el noble se hallaba cohabitando con la joven escogida por él, se colocaban sobre la puerta de la casa de la muchacha dos cuernos de ciervo, y recaían sobre el marido o padre una serie de privilegios, como por ejemplo poder cazar en el bosque del señor. Con el paso del tiempo y la pérdida del sentido de esta encomiable y beneficiosa institución evolutiva, los cuernos pasaron a ser un signo de burla, y la palabra "cornudo" llega así a nuestros días cargada de tintes infamantes: un hombre o mujer al cual su pareja le es infiel.
 
Escena de caza de ciervos encontrada en un petroglifo de Orca dos Juncais, Portugal.
 
Vistos los significados arquetípicos de los cuernos, y antes de adelantarnos a analizar las huellas del dios cornudo en épocas posteriores, veamos primero qué es lo que sucedió cuando acabó la Edad de Hielo.
 
El final de la glaciación Würm hace 12.000 años supuso el final definitivo de la megafauna paleolítica y de las condiciones adversas que tanto habían contribuido a esmerar las habilidades de las comunidades nórdicas forzándolas a cazar y a llevar una conducta depredadora. Gradualmente, los hielos se retiraron, y detrás de ellos, avanzaban las arboledas desde el Sur, hasta que Europa quedó alfombrada por una tupida masa boscosa. El Mesolítico (la época posterior al Paleolítico y anterior a la llegada del Neolítico, durante la cual florecieron culturas como el Tardenoisiense) debió caracterizarse por el predominio del mundo del bosque, cierta disminución de la caza (y desde luego, del tamaño de las piezas cazadas), un aumento de la recolección de productos vegetales y el auge de nuevos animales simbólicos como el jabalí o el lobo. El ciervo persistió en este imaginario, ya que encontraba en el bosque su hábitat idóneo.
 
Cuando terminó la glaciación hace 12.000 años, las grandes llanuras nórdicas se cubrieron de vegetación, y el bosque pasó a ser el reducto de cuanto quedaba en el mundo de natural, misterioso, instintivo y auténtico ante el avance del Neolítico, la civilización y la proliferación humana descontrolada. En su seno vivían criaturas profundamente simbólicas que no se habían incorporado al ganado del nuevo sistema civilizado, como el jabalí, el lobo, el oso o la más esquiva y misteriosa de todas: el ciervo.
 
El Neolítico supuso otra vuelta de tuerca al proceso de transformación global que había comenzado con la desglaciación. Si la aparición de los bosques siguió al retroceso del hielo, ahora los bosques retrocedían a su vez ante un nuevo producto, esta vez no resultado directo de una variación climática, sino de la acción del hombre: la aparición de la agricultura dio el pistoletazo de salida para la deforestación a manos de enormes campos de cosecha, y la ganadería precisaba asimismo de pastos para los nuevos animales domésticos. Este nuevo fenómeno, precursor directo del sedentarismo y la civilización, nació en Próximo Oriente, y se asocia inevitablemente a la aparición de las primeras ciudades, como Jericó en el actual Israel, o Çatal Hüyük en Turquía. Asimismo, irrumpen en el repertorio simbólico animales como el toro, la cabra, el carnero y otros.
 
Frescos en Çatal Hüyük, una de las primeras ciudades del mundo, que estuvo poblada de forma ininterrumpida durante casi un milenio seguido hasta que fue abandonada. Aunque sus habitantes, sin duda de importante herencia nordico-roja, otorgaban preeminencia simbólica al toro (enorme importancia religiosa de los cráneos y cuernos del animal, con forma de media luna) y a la Gran Madre, estas pinturas demuestran que no les eran ajenos los misterios de la caza del ciervo y que, si bien la mayor parte de la población se dedicaba a la agricultura, debió haber élites, necesariamente los más preparados físicamente, que mantenían viva la tradición ancestral de la caza y aportaban así a la comunidad un alimento (la carne) muy superior al cereal. También se han encontrado estatuillas de oso, un símbolo típico de las culturas cazadoras.
 
Tras el Neolítico, cualquier grupo humano que aspirase a perpetuarse y estar en condiciones de prevalecer en el mundo, debía competir contra otros grupos que podían multiplicarse indefinidamente gracias a la colonización de nuevas tierras y la práctica de la agricultura, con lo cual las comunidades mesolíticas europeas se verían "forzadas" en cierto modo a adoptar el nuevo sistema neolítico de Oriente si es que querían sobrevivir —del mismo modo que, en el Siglo XIX, Japón tuvo que elegir entre adoptar el sistema industrial o ser directamente colonizado por los países industrializados. Esto, a largo plazo, iba a tener enormes consecuencias sobre el planeta y sobre la evolución del mismo ser humano, tanto biológica como psicológicamente. Por lo pronto, entró en Europa una avalancha nordico-roja y otra armenoide, que poco a poco transtornarían la integridad genética de las comunidades Cromagnon nordico-blancas además de la suya propia.
 
Entre los sumerios, la primera civilización considerada como tal, hacen su aparición las deidades con cuernos de toro, así como el signo de la media luna. A pesar de basarse en la agricultura, la civilización sumeria no había olvidado la caza, y vemos muchas divinidades coronadas por un par de cuernos muy similares a los hallados sobre el signo romano de Mercurio.
 
En estos relieves sumerios queda de manifiesto la presencia de los cuernos (de cabra y de cierva, pero también de la figura regia de abajo) y su asociación a la media luna, un signo similar.
 
En Egipto tenemos algunos dioses con cuernos (como Hathor o Thoth), pero, por su relevancia posterior, es interesante fijarnos en el dios Ammón, llamado "señor del doble cuerno" (Libro de los Muertos, cap. CLXV).
 
Thoth y Hathor ayudan a mostrar cómo, en el imaginario simbólico de la Antigüedad, los cuernos actuaban como una especie de copa que contenía el aura, la esencia solar, el espíritu y la iluminación. Los cuernos estarían relacionados con la media luna, la copa y el sexto chakra, y el aura que contienen con el sol, el contenido y el séptimo chakra. Juntos, forman el arquetipo del Grial. No es de extrañar que a la glándula pituitaria se le haya llamado en otros tiempos "el asiento del alma", ya que el sexto chakra es literalmente el trono del séptimo.
 
Esto es una corona de princesa hyksa. El origen de los hyksos (quienes gobernaron el Bajo Egipto durante los Siglos XVII y XVI AEC) debería dejar de ser motivo de tanta controversia, ya que forman parte de la avalancha de los pueblos del mar. En Ávaris, la capital de los hyksos en el Delta del Nilo, encontramos reveladoras escenas representadas en frescos: hombres saltando por encima de toros, en una disposición exactamente similar a la encontrada en los minoicos de Creta. Los hyksos pertenecerían al conjunto de pueblos de herencia nordico-roja del Mediterráneo Oriental, con un origen más que seguro en las primeras ciudades neolíticas de Próximo Oriente, como Çatal Hüyük, donde los temas taurinos son también increíblemente frecuentes, así como la figura del ciervo.
 
La mitología hindú tiene ejemplos de la importancia del ciervo, como en la leyenda de Ram, Sita y su deseo por el ciervo de oro, o cómo interviene Shiva entre el cazador Rurdruha y los ciervos a los que va a matar. El ciervo representa también los Vedas, el conocimiento iniciático transmitido oralmente por selectos sabios de generación en generación desde tiempos inmemoriales, y plasmados por escrito después de la invasión indo-aria de India. En la mitología hindú, Shiva (Rudra en los Vedas) pasa tanto tiempo en el bosque de Sleshmantaka que se asilvestra y adopta la piel y cuernos del ciervo. A día de hoy, el bosque de Sleshmantaka permanece sagrado y es conocido como Mrigasthali, es decir, "morada de ciervos". 
 
Este dios que medita rodeado de animales simbólicos (tigre, elefante, rinoceronte, búfalo o toro y una cabra —el tigre, a su lado y mirándolo alzado, parece ser el animal más cercano a él como depredador de la selva por excelencia), con dos cuernos y con una forma de triángulo invertido en el pecho (esta forma de su atuendo se remonta a las prehistóricas figuras de Gobekli Tepe, de indudable origen nordico-rojo) es Shiva Pashupati. El epíteto Pashupati significa "señor de los animales". Shiva era un dios del principio masculino (el Yang, Purusha), complementario de Parvati (el Yin, Prakriti), y se le imaginaba como un dios destructor, de naturaleza agresiva (por tanto de herencia claramente depredadora-cazadora), que meditaba inmóvil en lo alto del monte Meru, el eje del mundo del hinduismo. Inevitablemente, se trata del arquetipo de la runa Man (el tridente también está relacionado con Shiva), un signo que representa la cima, los chakras altos, la conexión con el cielo y que en realidad se trata de la mitad superior (ramas) de la runa Hagal (el árbol), en el extremo opuesto de la runa Yr (la mitad inferior o raíces). Según la mitología hindú, para salvarlo del veneno, su consorte Parvati le ató una cobra al cuello (un símbolo telúrico y de sabiduría terrenal, relacionado con la torques que lleva en el cuello el Cernunnos de más abajo).
 
En Europa, los celtas fueron de los pueblos más avanzados. Inventaron la cota de malla, el barril, efectivos modelos de yelmo y espada, y mantuvieron prósperos asentamientos que florecieron entre el comercio, la ganadería y la agricultura. Se habían perfilado ya, como mínimo, dos grupos sociales: uno de aparición reciente, de herencia neolítica y dedicado a la agricultura, y otro de herencia mucho más antigua, que seguía dedicándose esencialmente a la caza y a la guerra. En las fieras tradiciones de los celtas, muchos de los cuales combatían totalmente desnudos y con el cuerpo pintado, hay aun muchos vestigios de la mentalidad paleolítica, cosa que no extraña teniendo en cuenta que gran parte de sus territorios eran lugares boscosos vírgenes donde los campos cultivados aun no se habían abierto paso. Por este motivo, y por la herencia genética de sus antepasados cazadores, no nos extraña que la figura del dios cornudo aparezca de nuevo entre ellos, esta vez bajo la forma de divinidades masculinas como Cernunnos en la Galia, o Caerwiden en Gales. Asimismo, encontramos de nuevo la figura del ciervo en Finn (el "patrón" de los fianna, guerreros irlandeses legendarios), que rompió un hechizo por el cual Sadv, una bella joven, había sido convertida en un ciervo dorado. Con ella engendró al héroe céltico Oisin ("pequeño ciervo").
 
Caldero de Gundestrup. Muchísimo tiempo después de la misteriosa pintura rupestre del ciervo en el sur de Francia, y a miles de kilómetros del Shiva Pashupati de India, los galos rinden culto al dios Cernunos, y ahora ha hecho su aparición todo un surtido de elementos fuertemente simbólicos. Se trata de un señor de los animales (cabra, ciervo, león, pez, a su izquierda el lobo representando el mismo papel que el tigre para Shiva) que, con una torques [1] en la mano derecha y una serpiente [2] con cuernos de carnero en la mano izquierda, coronada su cabeza por el aura de los cuernos dispuestos al cielo, medita en el bosque. Se encuentra en la postura del loto, inmóvil (ser) entre el entorno móvil (devenir) y con los ojos cerrados, como sumido en un trance, con lo cual habría que preguntarse seriamente si los celtas tenían prácticas de meditación y yoga de este tipo. Concebir este personaje enraizado en el imaginario colectivo de las culturas cazadoras como una deidad chamánica no es ningún disparate cuando los romanos relacionaron a Cernunos con su Mercurio (afín al griego Hermes, sostenedor del Caduceo, un bastón con serpientes ascendientes y coronado con dos alas), quien, a su vez, es el equivalente de Wotan u Odín (esgrimidor de una lanza y coronado por un casco alado). Se puede ver, pues, una afinidad simbólica como poco, e incluso quizás una continuidad cultual, entre el primitivo dios-ciervo rupestre y el mismo Wotan. Cernunnos también guarda un importante paralelismo con Cronos (Saturno) [3], señor del tiempo (el anillo, la torques), con el Apolo Karneios griego (venerado en la fiesta espartana de la Karneia), el Krishna hindú y el misterioso Quirino de la primera tríada capitolina romana. Estos nombres contienen la raíz KRN [4], que designa "fuerza", "potencia", "poder", "elevación".
 
Los griegos tenían una cultura cazadora más importante aun si cabe. La aristocracia era propietaria de tierras, pero éstas eran trabajadas por campesinos que pertenecían a un grupo étnico distinto. [5] Los helenos propiamente dichos se ocupaban esencialmente de la caza, el entrenamiento deportivo, la filosofía y la guerra, además de los deberes políticos aparejados a la condición de ciudadano. En aquella época, la agricultura iba asociada inevitablemente a cultos mistéricos nocturnos, lunares y telúricos de procedencia igualmente oriental, y asociados a divinidades (como Cronos, Perséfone, Dionisio o Deméter —Dea Mater o Diosa Madre, la cara opuesta del Zeus Pater o Dios Padre) en cierto modo extrañas al ethos helénico. Por contraposición, Apolo y Artemisa aparecen como dioses hiperbóreos y solares, ajenos a los nuevos misterios cerealísticos y a la fraternidad de la hoz, y relacionados más con el mundo de la caza, del deporte y de la música. Artemisa representa en este caso la divinidad cazadora por excelencia, con sus equivalentes en el mundo céltico (Artio), romano (Diana) y eslavo (Dievana). Se trata de una divinidad femenina difícil de concebir para un pueblo que no tenga una fuerte herencia nordico-blanca, ya que no es la figura de la matrona del hogar, sino una criatura atlética, orgullosa, viril en muchos sentidos, y bastante más afín a la idea de "valkiria". Acaso era el único arquetipo femenino por el cual un cazador podía sentir verdadera devoción.
 
 
Artemisa. Esta diosa griega que cazaba en los bosques y que representaba lo salvaje, era patrona de los ciervos y muy querida en Esparta, junto con su hermano Apolo. En cierto modo, juntos, la pareja de gemelos sagrados representaba los dos cuernos de la naturaleza divina, lo nocturno-oscuro y lo diurno-luminoso.
 
Tanto Apolo como Artemisa tienen en común la relación ritual con los cuernos —también de cabra, pero especialmente de ciervo. Por ejemplo, en el santuario de Apolo en Delos se encontraba un altar entero hecho exclusivamente con cuernos de ciervo, y los templos consagrados a Artemisa también ostentaban estos trofeos. Uno de los trabajos que Euristeo le encomendó a Heracles (quien, ante todo, es un cazador capaz de matar a un león con sus propias manos) fue capturar a la cierva de Cerinia (de nuevo la raiz KRN), un animal consagrado precisamente a Artemisa, con cuernos de oro y pezuñas de bronce. El héroe persiguió al esquivo animal durante un año entero, hasta llegar, como no podría ser de otra manera, al país de los hiperbóreos. Del mismo modo, es muy relevante que en Esparta las divinidades más veneradas fuesen Apolo y Artemisa, ya que allí se obligaba a los ciudadanos desde pequeños a ser buenos cazadores-recolectores y era, en suma, un reducto de la tradición ancestral ante los estragos de la civilización.
 
   
Moisaico en Pella, la ciudad natal de Alejandro Magno, en Macedonia. Decenas de miles de años tras las pinturas rupestres, la caza del ciervo seguía siendo un tema predilecto del arte europeo. Los tipos raciales representados son esencialmente nordico-blancos, levemente rojizados y nexizados. Unos verán aquí la matanza de un pobre animal, otros vemos el sustento de la tribu, una tradición ancestral que evitó que se extinguiesen las comunidades nórdicas durante el Paleolítico, que tuvo un papel importantísimo en la evolución humana y en la configuración del cerebro, que se remonta a nuestro mismo origen, y sin la cual nosotros no estaríamos hoy aquí. Hoy en día comemos la carne de animales "producidos en serie", que han llevado una vida indigna, mal alimentados, mal ejercitados, mal cuidados, atiborrados de  contaminantes, antibióticos y hormonas, y matados "en serie" en algún siniestro matadero. Antes se comía la carne de animales sanos y fuertes que habían crecido en el bosque, o bien de animales de ganado a los que se sacrificaba en una bella ceremonia religiosa, de significado profundo y convirtiendo a la criatura en intermediaria entre el cielo y la tierra. Por otro lado, lo que se representa en el mosaico es una verdadera proeza atlética, puesto que debía ser muy difícil alcanzar al ciervo con una jabalina o una flecha, y aquí vemos un cuerpo a cuerpo con espada, hacha y la ayuda de un perro.
 
Otro dios cornudo es Pan, originalmente un dios de la fertilidad masculina, que poco a poco fue adquiriendo mala reputación cuando pasó a simbolizar la promiscuidad masculina, siendo el jefe de los sátiros. Algunos de sus atributos, como los cuernos y pezuñas de cabra, fueron transplantados posteriormente al Satán medieval, el Diablo, simbolizando que los instintos masculinos habían sido definitivamente "satanizados".
 
Uno de los epítetos de Apolo, Karneios, lo asimila hasta cierto punto con el arquetipo de Cronos-Cernunnos. Esta versión de Apolo, que se distinguía por ostentar cuernos de carnero, era celebrada en Esparta durante la festividad de la Carneia, la celebración más importante del país, que duraba nueve días y nueve noches. [6]
 

Apolo Karneios, venerado en Esparta durante la Karneia, la más importante fiesta del país.
 
Encontramos a otro dios con cuerno en Zeus Amón, fruto de la interacción de Grecia y Egipto. Según Pausanias ("Descripción de Grecia", III), en Esparta ya se veneraba a Zeus Amón durante la época de las guerras del Peloponeso (Siglo V AEC), y Heródoto ya menciona consultas hechas a Zeus Amón durante las guerras médicas (mismo siglo). Es posible que aquí no se refieran necesariamente a un Zeus egipcio, sino a una figura de Zeus con cuernos, o incluso a Apolo Karneios.
 
Dos representaciones del misterioso Zeus Amón.
                                                                                      
La figura de Zeus Amón resurge con Alejandro Magno, que utilizaba los dos cuernos en su yelmo como signo de distinción y poder. De hecho, en el Corán (Surah Al-Kahf, 18:83-99) se llama a Alejandro Magno Dhul-Qarnayn (raíz KRN), "el de los dos cuernos". Y es que, tras conquistar Egipto, Alejandro fue proclamado hijo de Zeus-Amón, y se le pasó a representar con cuernos de carnero, igual que a su dios padre.
 
Alejandro Magno como hijo de Zeus Amón en una moneda, muy similar al Apolo Karneios que hemos visto más arriba.
 
Los romanos, un pueblo europeo con una sólida identidad y una rígida tradición, no fueron inmunes a la influencia del dios con cuernos, especialmente teniendo en cuenta que los celtas eran la rama indoeuropea con la que guardaban más similitud. Ellos tuvieron su propia versión del dios cornudo: se trataba de Mercurio, el Hermes romano. Los romanos lo consideraban, además, equivalente al Wotanaz germánico y al Cernunnos celta, ya que designaban los mismos días de la semana y compartían una serie de atributos sospechosamente similares, como los cuernos o alas (conexión con el cielo), su capacidad chamánica de "viajar entre mundos" o su posesión de un eje vertical (lanza o caduceo, una vara por la que ascendían dos serpientes, coronada por dos alas, y asociable a la vara de Asclepios y al bastón de Brahma, que representaba la columna vertebral).
 
  
No es casualidad que el signo romano de Mercurio —el dios que los mismos romanos consideraban equivalente al Cernunos céltico (de hecho, César mencionó que "Mercurio" era el dios más popular en Bretaña y la Galia) o al Wotanaz germánico— tuviese también dos cuernos, ya que los cuernos son el signo de la sabiduría procedente del chamanismo cazador del pasado prehistórico europeo. La forma en la que se disponen los cuernos en el signo de Mercurio es exactamente idéntica a los de muchas deidades sumerias representadas en relieves, como hemos visto más arriba.
 
Que Mercurio, el dios cornudo de Roma, esté relacionado con Wotan, no es casual, ya que Wotan era el jefe de la mayor de las cazas: la Wildes Heer u horda salvaje, que en el Ragnarök se creía lanzarían la mayor cacería de la historia contra los enemigos de los dioses.  Entre los escandinavos y germanos, Odín-Wotan era imaginado con alas en vez de cuernos, y entre los anglosajones, Woden era imaginado con cuernos de ciervo. En ambos casos, portaba como eje vertical una lanza, la versión germánica del caduceo. Por lo demás, entre los germanos, el dios del ciervo por excelencia es Freyr (una palabra que significa "señor"), quien tiene un carro tirado por ciervos y en una ocasión mata al gigante Beli utilizando un cuerno de ciervo. Thor, un dios de la fertilidad celeste y masculina que rige el trueno y conduce un carro tirado por machos cabríos, podría asociarse también a los cuernos, pero no hay apenas representaciones suyas de época, y menos con cuernos.
 
Durante la Europa feudal vemos la renovación de un proceso que ya era obvio en Mesopotamia y en la Antigüedad pagana: la existencia de dos castas, una campesina dedicada a la agricultura y por tanto a lo Neolítico, y otra noble que se dedicaba a la caza y a su herencia paleolítica, mucho más antigua. Este proceso marcó a la nobleza, que étnicamente era en gran medida descendiente directa de las antiguas comunidades cromagnon, como una casta fuerte, aguerrida, ambiciosa, inquieta y de elevada estatura, mientras que los campesinos eran de menor estatura, degeneraban físicamente a temprana edad y a menudo les faltaban todos los dientes cuando les llegaba una muerte prematura. La nobleza germánica estableció celosos cotos privados en bosques donde sólo ellos tenían derecho a cazar, mientras que los campesinos tenían castigada la profanación del coto de caza con la muerte. Sin embargo, el proceso de deforestación ya estaba en marcha, y a lo largo de siglos, se talarían bosques enteros con el fin de obtener leña, arrancarle a la Naturaleza pastos, asentamientos urbanos, campos de cultivo, para construir vastas flotas navales o para mantener de otros modos a una población humana que crecía de forma lenta pero segura, y que expresaba su desarmonía interior en costosísimas y trágicas espirales de violencia fraticida.
 
Esto es una roca rúnica hallada en la isla sueca de Gotland, y datada en torno al Siglo VI. De nuevo, la divinidad cornuda sentada, esta vez con una serpiente en cada mano (algo reminiscente de las diosas con serpientes encontradas en la civilización minoica). El diseño trisqueliano de arriba son tres animales, que han sido identificados como dragón, águila y jabalí.
 
En esta misma época es revelador que el cristianismo, afanado en la tarea de domesticar, amansar y civilizar (en el mal sentido) al hombre arrancándolo de la Naturaleza [7], proscribiese la divinidad masculina y le colocase cuernos al Diablo, asociándolo con criaturas voraces y demoníacas que cazaban libres en el bosque y que representaban el lado bárbaro, primigenio y natural del varón —un lado cuyos derechos están lejos de haber sido reconocidos por el actual sistema occidental, caracterizado por la feminización de los valores y la estrogenización ambiental. Satán es Saturno, quien a su vez es Cronnos-Cernunos-Karneios… En otros casos, la Iglesia acusaba a las "brujas" de rendir culto y mantener relaciones sexuales con el Diablo o con un ídolo cornudo. Esto aparece igualmente en el proceso-exterminio de los templarios en 1314: una de las acusaciones que se les hacía era adorar la estatua de un dios cornudo sentado en posición de meditación y llamado supuestamente Baphomet.
 
Pero a pesar de las represiones, el dios cornudo estaba tan arraigado en los afectos y en el inconsciente colectivo de ciertos pueblos, que a la Iglesia no le quedó otra que aceptarlo y cristianizarlo como si le perteneciese: nació San Nicolás, que en Cornualles (extremo suroestede Inglaterra) conserva aun sus cuernos. Como ejemplo de que los rituales del dios cornudo aun estaban extendidos en el Siglo VII, tenemos un edicto promulgado en tiempos del papa Vitaliano, en el año 669. Este papa fue forzado a mandar una misión al sur de Inglaterra, liderada por San Teodoro de Tarso (procedente de una diócesis bizantina en Asia Menor, y por tanto totalmente extraño a las costumbres de las etnias británicas). Este enajenado mental oriental se convirtió en el nuevo arzobispo de Canterbury, iniciando su mandato con una serie de leyes prohibiendo prácticas paganas. Una de ellas se refería al uso de atuendos animales durante los doce días de Yule (la navidad moderna):
 
Quienquiera vaya durante las calendas de Enero vestido en la forma de un animal, esto es, cambiando su forma por la de un animal, vistiendo la piel de una bestia cornuda, y colocándose la cabeza de una bestia, para aquellos que de tales modos adoptan la apariencia de un animal salvaje, penitencia de tres años (!), ya que es diabólico.
 
 
Otra perspectiva sobre el Merlín de la tradición inglesa
 
Las leyendas no son más que eso: leyendas. El modo de aprender de ellas no es tomándoselas al pie de la letra como si realmente hubiesen tenido lugar punto por punto, sino examinándolas bajo un punto de vista más antropológico y más filosófico, para ver qué nos pueden decir acerca del pueblo que las creó, y no dar la espalda a elementos históricos obvios cuando éstos hacen su aparición. Por poner un ejemplo, El Cid es actualmente un héroe del folklore español, mitificado gradualmente a través de la imaginación e idealismo populares, pero basado en un señor de la guerra castellano histórico —acusado de ser mercenario como si eso fuese malo, pero en cualquier caso, un español valiente al que honrar. El caso de Myrlyn o Merlín es bastante similar. Basado en una figura histórica temprana, pasó con el tiempo a ser mito, y con el auge de las leyendas del rey Arturo, se incorporó al ciclo artúrico, aunque lo más probable es que en un principio no tuviese nada que ver con el mismo, como veremos ahora. Hoy, la imagen distorsionada que nos ha llegado de Merlín es la de una especie de Gandalf con gorro a lo KKK y túnica cubierta de estrellas.
 
El anglo-ruso Nikolai Tolstoy [8], indaga en muchísimos aspectos de la cultura céltica y nos proporciona en su libro "Quest for Merlin" un estudio serio acerca de los orígenes de su leyenda y de sus probables contrapartidas históricas. La tesis central de Tolstoy es que el personaje que formó la base de la leyenda de Merlín, Myrddin, está basado en un hombre que vivió en el Siglo VI [9] entre la muralla de Adriano y la muralla Antonina —estructuras fortificadas erigidas antaño por los romanos para proteger los territorios conquistados contra los feroces ataques de los pictos, y que habían sido rebasados cuando las legiones abandonaron Gran Bretaña dos siglos antes. El personaje, llamado Lailoken en algunas fuentes, sería el bardo del rey de la zona.
 
El mapa representa las dos murallas que construyeron los britano-romanos para contener los feroces ataques del Norte, donde había reinos pictos que nunca cayeron en la órbita romana. La zona tenía un clima extremadamente duro por aquel entonces (más que en el presente, debido a la presencia de espesos bosques en el Mediterráneo que tendían a atrapar los aires cálidos en el Sur), estaba cubierta por densos bosques y constituyó un reducto de cultura céltica, ante el avance romano primero y ante el avance cristiano después.
 
En el Siglo IV, la retirada romana había dejado la isla patas arriba. Comenzaron a erigirse señores de la guerra locales que se enzarzaron en guerras civiles. Las etnias anglosajonas, procedentes de Holanda, el norte de Alemania y Dinamarca, estaban colonizando el este de Gran Bretaña. El cristianismo y el latín iban afianzándose en zonas célticas allá donde ni los romanos habían podido imponerse, y ello estaba produciendo una fractura en Gran Bretaña que agravaba aun más el caos civil. Desde las urbes britano-romanas del Sur, florecían centros de poder bien organizados e imbuidos de mentalidad romana, mientras que en los bosques subsistían feroces clanes célticos donde la agricultura y la ganadería no tenían apenas implantación y que permanecían endiabladamente fieles a las costumbres de sus antepasados.
 
Tolstoy rastrea a Merlín hasta Escocia, en el monte Hart Fell, situado en el centro del Bosque Caledonio. El bosque era el corazón del territorio de una tribu celta llamada los selgovae, quienes habían permanecido hostiles al poder romano. La zona estaba gobernada por el rey Gwenddolau, quien tenía a Merlín como bardo. En la sociedad céltica, los bardos, además de músicos, eran los depositarios de importantes tradiciones orales transmitidas de generación en generación. Se les consideraba hombres sabios, intermediarios entre dioses y hombres, y en cierto modo como la voz de la memoria ancestral.
 
En el año 573, el rey Gwenddolau se enfrentó a las fuerzas de Rhydderch Hael de Strathclyde, quien gobernaba un reino cristiano, al parecer más volcado en convertir por la fuerza a sus vecinos que en resistir la invasión anglosajona. Tras un encarnizado combate en la Batalla de Arderydd, el ejército cristiano de Rhydderch se hizo con la victoria. El rey pagano Gwenddolau cayó en combate. Para Merlín, la conmoción de ver derrotada a su gente, muerto a su rey y pisoteadas sus tradiciones fue tan atroz que, según las fuentes populares manejadas por Tolstoy, perdió el juicio y se retiró al bosque, donde vivió como un cazador-recolector, profetizando y meditando en compañía de un lobo hasta el día de su muerte. La leyenda popular afirma que se vistió con las pieles y los cuernos de los animales, que comía con ellos y que acabó obteniendo un control sobrenatural sobre su comportamiento, el vuelo de los pájaros y la formación de las nieblas. De aquí en adelante, Merlín pasó al imaginario colectivo como Lord of the Animals, the Horned One ("señor de los animales, el cornudo") —un obvio símil con la figura de Cernunnos.
 
La revisión histórica hecha por Tolstoy arroja más luz sobre la leyenda. Para él, el monte de Hart Fell (808 metros) era un lugar de profunda significancia, no sólo estratégica (se divisaba toda la región desde su cumbre), sino también espiritual, ya que se encontraba al lado de zonas asociadas al culto ancestral (como Devil’s Beef o "carne del Diablo", un profundo circo glaciar reminiscente de la forma de una marmita) y a las fuentes de tres ríos importantes (el Tweed siendo el más notable). Esto tendría un simbolismo muy especial para un bardo céltico, que pensaba que los ríos y otras fuerzas de la Naturaleza estaban dotados de poderes santos. Por otro lado, la zona se había convertido, tras la Batalla de Arderydd, en un omphalos, un centro de la tradición céltica, durante una época en la que muchos celtas estaban perdiendo su identidad y convirtiéndose al cristianismo.
 
La zona de Hart Fell. Este lugar fue zona de choque entre celtas y romanos, luego entre celtas paganos y celtas cristianos, más adelante entre celtas y germanos, y finalmente entre ingleses y vikingos.
 
Tolstoy también analiza el proceso por el cual Merlín se "volvió loco" bajo un punto de vista psicológico, y relaciona el fenómeno con el trance o "llamada mística", una alteración de la conciencia experimentada por los chamanes de algunas culturas primitivas. Estas experiencias a menudo tienen como resultado que el sujeto pase largo tiempo de aislamiento auto-impuesto en un entorno salvaje, para limpiar su espíritu de distracciones y "comunicarse con sus dioses". La conducta de Merlín habría estado, pues, más próxima a una experiencia religiosa que a un crack nervioso. Esta teoría queda reforzada por el hecho de que, como líder espiritual de su pueblo, el bardo estaba encargado de inflamar la fiebre de combate de los guerreros (los romanos tienen interesantes testimonios acerca de la enorme influencia que tenían bardos y druidas en el ánimo de su gente). Entre esto y que la batalla de Arderydd fue librada en un lugar de especial relevancia emocional para los celtas, no es nada aventurado afirmar que durante el combate las pasiones estaban encendidas más de lo habitual, y que la rabia posterior de ver a su gente masacrada fuese la chispa que inició la alteración de su conciencia. Bajo un punto de vista más pragmático, Merlín era también el líder en torno al cual podía aglutinarse una resistencia, y como tal, sería objeto de persecución por parte de los vencedores de la batalla. Retirándose al bosque caledonio, podría dirigir una guerrilla de baja intensidad y mantener viva la fe ancestral de un modo clandestino. Esto tiene cierto sentido, ya que unos años después de los eventos señalados, el mundo britano-romano-cristiano entró en crisis, las estructuras sociales se colapsaron, las ciudades fueron abandonadas y las autoridades eclesiásticas de la isla expresaron su preocupación por el regreso del paganismo en muchas zonas célticas. Esto hubiese sido difícil sin un núcleo underground herético, capaz de conservar y transmitir estas tradiciones de una forma poderosa.
 
Finalmente, los nuevos invasores anglosajones acabarían ocupando el vacío de poder del mismo modo que los visigodos lo ocuparon en España, y Gran Bretaña volvió definitivamente al paganismo —esta vez, al paganismo germánico— mientras los celtas quedaban arrinconados al norte y oeste de la isla. Sin embargo, Merlín debió ser una figura bastante relevante, ya que se le menciona en obras escritas siglos después de su existencia, y su nombre ha pasado finalmente al folklore inglés, a pesar de la implantación de la cultura anglosajona. Esto puede deberse al ciclo artúrico, que representa a un rey celta de Gales o el suroeste de Inglaterra en una época en la que el cristianismo había absorbido muchos elementos célticos (dragones, magia, símbolos paganos) y cuya fama creció en sus guerras contra los anglosajones, hasta que finalmente englobó otros héroes folklóricos de diversas regiones británicas —incluyendo la de Merlín, que se había convertido en pancéltica tras ser transplantada a Gales como Myrddyn.
 
La figura de Merlín cuadra en el contexto del dios con cuernos ante todo por la obvia relación con el Cernunnos ancestral, pero también porque muchísimos otros elementos célticos como éste pasaron a engrosar el imaginario medieval, como por ejemplo la idea de Grial o el mundo de los trovadores, generalmente asociados a corrientes heréticas (como la cátara) que fueron salvajemente reprimidas por la Iglesia.
 
 
Herne el cazador
                   
En pleno Siglo XIV tenemos otra leyenda inglesa que entronca directamente con el mito indoeuropeo común de la Wildes Heer o caza salvaje, arraigado en la memoria genética del pueblo.
 
Según la leyenda popular inglesa, Herne era un guardián y cazador empleado por el rey Ricardo II (reinó 1377-1399) en torno al bosque de Windsor. Su trabajo se le daba tan bien que el resto de empleados del rey le tenían no poca envidia. En una ocasión, mientras el rey cazaba en el bosque de Windsor, apareció un gran venado blanco que arrojó al monarca de su montura y lo atacó con los cuernos. El rey hubiera muerto de no ser porque Herne se interpuso y le cortó el cuello al animal, salvando a su señor, pero quedando él fatalmente herido. Mientras agonizaba moribundo, apareció un extraño curandero local llamado Urswick, que le ofreció al rey curar al cazador. Sin embargo, la condición acordada con el rey y con el resto de cazadores era que Herne perdería todas sus cualidades de cazador y toda su experiencia. El rey accedió al trato para apaciguar la envidia de sus empleados, y el curandero selló la regeneración de Herne atándole a la cabeza los cuernos del animal, que inmediatamente se fijaron a su cráneo como si siempre hubieran estado allí. Herne perdió su posición por el olvido del arte de la caza y, acusado falsamente de robo por los otros cazadores, perdió el favor del rey. Ese mismo día, un vendedor ambulante encontró el cuerpo del pobre cazador ahorcado en un roble en el bosque. Sin embargo, para cuando la noticia se había propagado y acudieron a buscarlo, el cadáver había desaparecido misteriosamente. Por la noche, el roble del que se había ahorcado Herne fue alcanzado por un rayo. A la mañana siguiente, el resto de cazadores se dieron cuenta de que habían perdido también sus facultades de caza. Estremecidos, consultaron con el enigmático Urswick cómo podían recuperar sus cualidades, y éste les contestó que debían reunirse en el roble a medianoche. Allí, se les apareció el fantasma de Herne, aun con los cuernos sobre su cabeza. Les dijo a los aterrorizados cazadores que fuesen a buscar caballos, mastines fieros, armas y equipamiento, y que preparasen una cacería para la siguiente medianoche. Durante la misma, Urswick se les apareció y les hizo saber el precio por haber despojado a Herne de sus dotes de cazador: tendrían que unirse a él en la caza salvaje para toda la eternidad. De ahí en adelante, el macabro grupo, con Herne a la cabeza, se reunía cada medianoche, mataba a los ciervos del rey y aterrorizaba toda la zona con su presencia fantasmal, hasta que el rey Ricardo decidió cabalgar hasta Herne y hablar con él. El cazador le dijo al monarca que sólo buscaba venganza, y que dejaría de asolar la zona durante el resto de su reinado si hacía ahorcar al resto de cazadores del mismo roble del que se había ahorcado él. El rey accedió, y no se volvió a saber nada de Herne en el reino hasta su abdicación en 1399. El ex-monarca murió de hambre al año siguiente en el castillo de Pontefract, a instancias de su propio primo, Enrique IV, sellando la venganza de Herne por la ingratitud del rey cuya vida había salvado.
 
 
 
 
En adelante, el arquetipo de Herne the Hunter quedó anclado en la psique colectiva como fantasma de la zona, y desde entonces muchos aseguran haberlo visto al frente de su horda salvaje, cabalgando por el bosque rodeado de fieros mastines, como una más de tantas leyendas sobre fantasmales cacerías ambulantes en busca de almas, encontradas a lo largo y ancho de Europa. Shakespeare menciona a Herne en 1597, en su obra "Las alegres comadres de Windsor", como un fantasma al cual temer, retirado en el bosque (el instinto, el subconsciente) y aterrorizando las mentes del mundo civilizado. En 1796, el roble de Herne fue talado accidentalmente, y en torno a la zona se plantaron otros, pero los obstinados rumores populares, emanados de un inconsciente colectivo difícil de dominar, repetían que en noches particularmente tormentosas, aparecía el fantasma del árbol.
 
En los años 30 del Siglo XX, 450 años después de que el último cazador de Windsor donase unas propiedades a una parroquia, la transladaron de sitio, y durante las excavaciones encontraron un extraño objeto. Se trataba de un ídolo de indudables tintes paganos, con el rostro de un hombre, incluyendo bigote y barba, pero los cuernos y las orejas de un ciervo. Pasó a ser conocido como la "máscara de Herne". Antes de la II Guerra Mundial, la iglesia local la reclamó, y se colocó en el jardín de la parroquia de Park Street.  Después de la Guerra, el objeto pasó al museo de la iglesia, hasta que en 1963 fue misteriosamente robado.
 
Este boceto es la única imagen que se conserva de la máscara robada en 1963. Fue dibujado por Michael Bayley, hijo del hombre que la encontró en los años 30. Compárese con la imagen de Cernunnos, más abajo, encontrada en el Pilier des Nautes.
                                                                                     
Se le puede sacar bastante jugo a esta leyenda. Por un lado, hay una cierta moraleja de que el mundo civilizado no puede explotar las virtudes del hombre cazador y luego traicionarlo sin pagar las consecuencias. Herne es también un arquetipo ancestral que reaparece una y otra vez a lo largo del tiempo debido a que la misma herencia genética está presente e impulsa la repetición de acontecimientos arquetípicos similares. Pero por otro lado hay que prestar atención al mismo nombre de "Herne". Si el latín cornu (cuerno) es equivalente al horn inglés, es lógico pensar que una divinidad local de nombre Cernu(nnos) acabase germanizada como "Herne". Asimismo, Herne se cuelga en un árbol, con los pies fuera de la tierra, igual que lo hizo Wotan para acceder al secreto de las runas (no hay que olvidar que el Woden anglosajón llevaba cuernos de ciervo y que la zona de Windsor había sido un importante núcleo anglo). El posterior arquetipo del roble alcanzado por el rayo es una obvia alusión al renacimiento del alma y a la iluminación: es una runa Sig cayendo sobre una runa Hagal o Heil, el eje del mundo, pero también signo del propio eje interior del hombre. Herne representa al hombre cazador originario, desterrado a las sombras del subconsciente humano por el mundo civilizado, y asomando de vez en cuando para recordar a los mortales que no ha muerto.
 
"El colgado" es un arquetipo bastante recurrente en el esoterismo (por ejemplo en el tarot), y que hunde sus raíces en el Wotan germánico, quien se colgó del árbol del mundo para que el abismo primordial le revelase el conocimiento de las runas. En la leyenda popular inglesa, Herne el Cazador se ahorcó tras perder el favor de su rey, pero cuando fueron a buscar su cuerpo, desapareció, y a la noche siguiente un rayo alcanzó el roble en el que se había colgado.
 
Es curioso que posteriormente se le haya dado a Herne el Cazador una antigüedad mayor, asociándolo con Robin Hood, ya que se trata de otro arquetipo folklórico de un significado profundo. Robin, un noble sajón, se echa al bosque de Sherwood con sus seguidores para combatir a otra invasión procedente del Sur, esta vez a los señores feudales normandos, que han prohibido a los sajones cazar en el bosque bajo pena de muerte. Robin Hood representaría la reivindicación sajona del derecho a entrar en el bosque para cazar y recolectar, y como tal es comprensible la inserción de Herne the Hunter como "chamán" pagano que aconseja al rebelde, del mismo modo que Merlín aconsejaba a Arturo.
 
En el parque de Windsor aun se informa sobre supuestas apariciones de Herne the Hunter y el aullido de sus mastines. Los informes de apariciones parecen darse esencialmente cuando Inglaterra se encuentra en momentos cruciales de su Historia, como antes de la Gran Depresión y de ambas guerras mundiales.
                    
La leyenda de Herne the Hunter muestra que en la Inglaterra del Siglo XIV aun pervivía la imagen colectiva del dios cazador, y que había habido una mezcla de elementos simbólicos ancestrales tanto célticos como germánicos.
 
Ya en el resto de nuestro continente, a finales del Siglo XV el Renacimiento propició un auge de la moda paganizante, y hasta tal punto arrasó esta moda que en el mismísimo Vaticano se erigieron estatuas a los antiguos dioses de Roma, e incluso las figuras de santos y figuras bíblicas presentaban un aire inequívocamente pagano.
 
Incluso en el Siglo XVI, en pleno Renacimiento y auge de la moda paganizante en el seno del mismísimo Vaticano, las cosas no estaban como para colocarles a las esculturas grandes cornamentas. Miguel Ángel se conformó con un par de cuernos discretos para representar la "sabiduría" del supuesto Moisés, cosa aun así bastante fuerte en una época de persecuciones religiosas que consideraba que los cuernos eran la señal inequívoca del Diablo. La escultura, en realidad, representa un arquetipo universal: la figura del dador de leyes, pastor de tribus y fundador de pueblos, un patriarca remoto que fue llamado Menes en Egipto, Manú en India y Mannuz entre los germanos.
 
Por desgracia, debido a la gran prosperidad generada en la época, el Renacimiento vio también el auge de una extraña casta que es tan antigua como la misma civilización: la de los comerciantes, los burgueses, aquellos que no eran ni cazadores ni campesinos, sino que se dedicaban a mover objetos de un lado a otro y acumular dinero. Para esta clase, en la que los judíos se hallaban fuertemente representados, los privilegios y las tradiciones de la Europa antigua actuaban como un corsé que limitaba sus planes de expansión económica y aumento del poder. Por ello no sorprende que prestasen su apoyo a los movimientos protestantes, volcados en desmantelar el mundo feudal y dividir el Sacro Imperio Romano-Germánico en estados católicos y protestantes, en guerra entre sí. Este fenómeno supuso el recrudecimiento del extremismo en ambos bandos (reforma vs. contrarreforma, calvinistas vs. jesuitas), el olvido de las tradiciones clásicas rescatadas, y la persecución feroz de "brujas", "herejes", "licántropos" y todo tipo de disidentes, algunos de los cuales eran sencillamente individuos que vivían una vida alejada en el bosque y que estaban familiarizados con las propiedades curativas de las plantas. La Guerra de los Treinta Años supuso el golpe de gracia a lo que quedaba del mundo medieval. Zonas enteras de Centroeuropa fueron arrasadas por las incursiones enemigas y/o las cazas de brujas, Alemania perdió la mitad de su población masculina (algunas regiones hasta el 80% de su población total) y, en conjunción con las pestes que habían asolado nuestro continente debido a la pérdida del conocimiento medicinal tradicional y la falta de higiene de las sociedades cristianas, Europa perdió prácticamente un tercio de su población, quedando Francia consagrada como la principal superpotencia europea.
 
 
Ésta es una imagen del dios céltico Cernunnos, que se remonta a la Lutetia (París) galo-romana de principios de la Era Común. Forma parte del Pillier des Nautes (Pilar de los Nautas), un monumento erigido en una zona considerada santa por los galos. Con la decadencia del mundo romano, el Pillier des Nautes cayó en el olvido, y en el año 528, durante la época merovingia, los cristianos erigieron una iglesia (la de Saint Étienne) en su lugar. En el año 1163, en época de los templarios, se edificó sobre la iglesia un nuevo templo: la famosa catedral de Notre-Dame de París.  Siglos después, en tiempos del "rey sol" Luís XIV (año 1710), mientras llevaban al cabo una excavación de una cripta subterránea, los trabajadores encontraron el santuario precristiano original, incluyendo esta imagen. Compárese con la máscara de Herne el Cazador de más arriba.
 
La nueva casta burguesa, que tenía sus orígenes en los primeros comerciantes de las primeras civilizaciones mesopotamias pero que nunca antes había acumulado tanto poder en sus manos, encontró en la Masonería un instrumento eficaz para predicar sus cambios, y en el dinero judío el combustible de su acción. Esta institución fue el motor de las revoluciones liberales que hicieron en el mundo católico lo que las protestantes más radicales no habían podido hacer: desmantelar los vestigios de la Edad Media, de lo aristocrático y de cualquier valor ancestral no basado en el dinero, sino en la sangre. En la Inglaterra de 1649, una extraña alianza entre el Parlamento y las corrientes protestantes subversivas hizo decapitar al rey, Carlos I (esta acción causó una conmoción atroz en una época en la que el rey era visto como una figura popular protectora, una imagen tradicional), instaurando como dictador a Cromwell, un puritano fanático que arremetió contra los iconos religiosos y las tradiciones folklóricas del campo, considerándolas "idolatría". Estados Unidos (donde se habían acumulado muchos disigentes religiosos puritanos que veían al rey de Inglaterra como el Papa de turno) fue el escenario de la primera revolución masónica-burguesa en 1776, y Francia (la mayor potencia de Europa, donde el protestantismo de los hugonotes antaño había sido derrotado por muy poco) de una muchísimo peor en 1789. El proceso se iría estrechando con las revoluciones liberales de todo el Siglo XIX, y se concluiría con la I Guerra Mundial.
 
Los ilustrados, que pertenecían a un grupo social —la burguesía urbana— desarraigado de su naturaleza instintiva, corrompido por la comodidad y deslumbrado por los avances de la civilización, no hacían distinción entre las enseñanzas de la Iglesia y las creencias ancestrales del mundo rural: ambas eran supersticiones irracionales que debían ser arrancadas para que el conocimiento racional adquiriese proporciones monstruosas a costa de la Naturaleza y del instinto —que es lo que está pasando hoy. Goya tiene un cuadro que critica la Inquisición (aun activa a principios del Siglo XIX, afanada en extirpar el liberalismo), pero también pintó éste ("El Aquelarre") caricaturizando como siniestras las tradiciones folklóricas del mundo aldeano, donde aun subsistían costumbres muy paganizantes.
 
La Revolución Industrial, con sus importantes contrapartidas político-revolucionarias a lo largo de todo el Siglo XIX europeo e hispanoamericano, supuso un nuevo salto adelante en el proceso de deforestación, urbanización, mestizaje étnico y pérdida de la identidad comenzado por el Neolítico, y ahora se añadía el agravante de la contaminación química, procedente de fábricas que vomitaban espeso humo a una atmósfera otrora pura. Poco a poco, los reductos rurales tradicionales donde aun pervivía el folklore ancestral, fueron cayendo uno a uno debido a la emigración de sus jóvenes hacia los irresistibles imanes urbanos o bien hacia las Américas. En las siniestras y grises colmenas urbanas, a aquellos hijos de la tierra les esperaba una vida de embrutecimiento, pérdida de su conciencia ancestral y transformación en simples proletarios que caerían fácilmente en las garras del comunismo.
 
Highgate, norte de Londres, 1909. En esta zona londinense había varios locales donde se hacía jurar a forasteros sobre dos cuernos de ciervo, representados aquí sobre un eje a modo de copa, recitando: "Both men and maids are sworn/ and consecreate the oath/ with dance and draught till morn", una tradición bien alejada del mundo de la Iglesia y especialmente de la mentalidad protestante. En Inglaterra existieron algunos grupos esotéricos, como ciertas facciones de la Golden Dawn, partidarias de un acuerdo con Alemania en la época anterior a la II Guerra Mundial. El Duque de Hamilton, con el que quiso entrevistarse Rudolf Hess cuando voló a Inglaterra, pertenecía a uno de ellos. "Londres" viene del céltico Londo, que significa "lugar salvaje". Ahora es una ciudad africana y asiática.
 
Sin embargo, este proceso industrial de desarraigo y nivelación tuvo su reacción en grupos fieles a su herencia, que preconizaron un regreso a los orígenes, rescatar los mitos de los antepasados y proteger su integridad étnica. En Alemania, los grupos völkisch y los wandervögel se hicieron famosos por su vuelta a la Naturaleza, su rechazo a la vida urbana y su creciente interés por la espiritualidad ancestral. Después de la I Guerra Mundial (la operación de introducir el liberalismo en los imperios autocráticos que aun subsistían), este movimiento, este sentimiento colectivo, estaba destinado a crecer hasta que tomó formas subversivas en grupos paganizantes como laThule Gesellschaft, y luego político-militares bajo la Alemania nazi. Si miramos hacia las Juventudes Hitlerianas o las SS, hacia las medidas económicas alemanas (que prohibieron la usura y acabaron con el interés del dinero), podremos advertir claramente el deseo de retornar a la vida en la Naturaleza y recuperar las facultades de un cuerpo puro y sano. A esta corriente se le opuso tan vehementemente la voluntad industrializadora, niveladora, igualitaria, corruptora y deshumanizadora del mundo, que el apátrida mundo capitalista y comunista le hizo la guerra total a Alemania hasta arrasarla, como ya había sucedido durante la Guerra de los Treinta Años.
 
Arriba a la izquierda, 31ª División SS de granaderos voluntarios (Bohemia y Moravia). El ciervo viene a ser la versión bárbara del signo de la copa y del Axis Mundi o eje del mundo, pero también del propio eje interior del hombre, su árbol de chakras. El resto de imágenes con los cráneos de ciervo se corresponden con regalia de la Asociación de Cazadores del Reich. Una vez más, el símbolo del ciervo indisolublemente unido al cazador.
 
Tras la derrota de aquellos herederos de la sangre de los cazadores europeos originarios, el proceso iniciado por el Neolítico está llegando a su cénit. Los bosques europeos han sido reducidos a extensiones ridículas, las ciudades se han convertido en pulpos monstruosos y contaminados, el campo se ha despoblado, ha aparecido la alimentación procesada industrial, no existen tradiciones de caza —de ir a conseguir lo que queremos—, sino que hay una mentalidad de que todo se nos tiene que dar hecho, la salud ha degenerado de una forma tremenda, las mentes humanas están dominadas por ideas falsas impuestas por la nueva Iglesia, y la definitiva corriente migratoria tercermundista amenaza con disolver lo poco que queda de la genética europea originaria, condenando a Occidente a una próxima etapa de luchas étnicas y conflictos civiles. En este panorama, sólo subsisten algunas costumbres folklóricas que son estudiadas más como una curiosidad típica de la zona que como una tradición llena de significado, como por ejemplo la Horn Dance (danza del cuerno), una danza ritual llevada al cabo con cuernos de ciervo en el pueblo inglés de Abbots Bromley, y modestamente equiparable a las procesiones del mundo católico, aunque de aire mucho más paganizante. Un análisis de Carbono 14 ha mostrado que los cuernos utilizados en la danza datan del Siglo XI (!), aunque bien podrían haber reemplazado un conjunto de cuernos aun más antiguo. Desde entonces, la danza se ha llevado al cabo todos los años, salvo en el Siglo XVII durante la dictadura del fanático puritano Cromwell, para quien el folklore era un vestigio de idolatría.
 
El aspecto de los participantes en la "Horn Dance" de Abbots Bromley a principios del siglo pasado. Este ritual, de origen pagano, y que parece sacado directamente del Paleolítico, servía probablemente en los tiempos antiguos para reafirmar los derechos de caza de la comunidad en el bosque cercano. Hacer click aquí para ver el aspecto que ofrece esta celebración en la actualidad.


 
 
NOTAS:
 
[1] En otros casos una herradura, que aun hoy es signo de buena suerte en las naciones de herencia céltica. En todo caso, se trata de un signo de media luna apuntando al cielo como los cuernos de un animal, o como una copa. 
 
[2] El signo de la fuerza telúrica ascendente, o en el caso del genius romano, de la fuerza procreadora varonil. 
 
[3] Cronos era el rey de la edad de oro según la mitología griega. Si lo asimilamos a la figura de Cernunnos, Apolo Karneios, Saturno (demonizado como Satán), se podría  concluir que el dios primigenio con cuernos era el rey de la edad de oro, una era en la que el hombre vivía en armonía con el Recto Orden del Cosmos y que el caldenario hinduista, que bebía de las mismas fuentes indoeuropeas originarias, sitúa en el Paleolítico cazador-recolector.
 
[4] De la raíz KRN procede la actual palabra "cuerno", pero también "corona", (versión "civilizada" de la cornamenta o del aura), "carnero" (el primer signo del Zodiaco, y animal totémico del Zeus-Ammon que hemos visto antes, además del mencionado Apolo Karneios), "cráneo" (otro fetiche celta), "carne" (que evolutivamente favoreció el desarrollo del cráneo), kernel (semilla o núcleo, de nuevo el centro inmóvil), "carnaval" (la fiesta actual que tiene más tintes paganos con diferencia), Cerinia (la montaña de donde procedía la cierva consagrada a Artemisa, con cuernos de oro y pezuñas de bronce, que Heracles debía capturar) o el griego keraunós (el rayo, fuerza celeste manejada por Zeus y sus demás homólogos indoeuropeos). También procede de esta raíz la queratina, que es la sustancia principal hallada en los cuernos (también en pezuñas, pelo, plumas y uñas), una proteína muy rica en azufre. El azufre era el principio masculino y activo de la alquimia. El principio femenino y pasivo era el mercurio.
 
[5] Esto contrasta con Roma, de mayor herencia nordico-roja además de néxida, donde los patricios originales se enorgullecían de trabajar la tierra con sus manos y de comparecer en el senado con las togas manchadas de tierra. En Esparta, el caso opuesto, trabajar la tierra era una labor considerada baja y propia de la casta subyugada de los helotas.
 
[6] El mismo tiempo que Odín —otro descendiente del dios cornudo, como veremos— pendió autosacrificado con la cabeza en la tierra y los pies en el cielo para conocer el misterio de las runas. Nueve días son los que tardó también Apolo en nacer.
 
[7] No hay que olvidar que el cristianismo surgió del judaísmo, que a su vez surgió en una zona de caos étnico caracterizado por la pérdida de identidad y el mestizaje de una miríada de pueblos de procedencia diversa. Asimismo, Israel, tierra de origen de ambas corrientes religiosas, ha conocido la civilización durante 12.000 años (desde la Cultura Natufiense), más que ninguna otra región del planeta. El proceso de urbanización y colonización iniciado por los griegos y continuado con los romanos, así como la penetración de las legiones romanas en el avispero judío, facilitó el auge de toda una casta de esclavos judíos desarraigados y "cosmopolitas", como lo fue el mismo San Pablo. Junto con la presencia de una importante clase marginal en las ciudades del Imperio Romano, esto constituyó un caldo de cultivo ideal para una corriente religiosa tan urbana y extraña como el cristianismo. 
 
[8] Hijo de exiliados rusos en Inglaterra, primo lejano del famoso autor León Tolstoi y relacionado con el derechista UK Independent Party. Tras ser llamado en 1988 a Israel como testigo del juicio de John Demjankuk (un ex-SS y supuesto "criminal de guerra"), Nikolai Tolstoi causó gran polémica criticando los vergonzosos métodos del tribunal israelí. Asimismo, en su libro "The minister and the Massacres", Tolstoy recopila numerosos datos que dejan con el culo al aire todo el montaje de la Segunda Guerra Mundial, ya que indaga en los siniestros motivos que tuvieron los jefes aliados para defender a la Unión Soviética y hacerle la guerra a Alemania.
 
[9] Se trata de una época de convulsión, en la que la nueva invasión germánica desde el sur estaba provocando un éxodo de celtas hacia el Norte y Oeste, con los transtornos que ello implicaba. Un líder celta del sur de Inglaterra, Emrys (llamado Ambrosius Aureliannus por el historiador Gildas), proclamó que el dragón rojo (los celtas) acabarían triunfando sobre el dragón blanco (los anglosajones germanos), una profecía que dice mucho acerca de la visión racial que tenía esa gente. Lo cierto es que aunque Inglaterra fue conquistada por los anglosajones y luego en gran medida colonizada por escandinavos, la mentalidad, y hasta los linajes paternos (R1b) asociados con los celtas originarios, acabaron predominando en gran medida.
https://europasoberana.blogspot.com.es

 

29.11.2013 12:04
El encuentro con lo Masculino, tuvo lugar a eso de las 4:30pm de ese sábado; fueron invitados cuatro bellos hombres (1), que a manera de regalo, nos brindaron sus historias… Historias que entretejieron algunas respuestas sobre los estereotipos que hemos construido y nos imponemos en nuestra sociedad, frente a la pregunta ¿Qué es ser un hombre?; pero que también van dejando un rastro sutil, que dirige nuestra intuición, de nuevo, a la pregunta nunca resuelta, por: ¿Qué es lo Masculino? con mayúscula; y cómo este Arquetipo se hace carne: en la vida, la fuerza, el reto, la objetividad, la luz, la claridad, la lucha por la vida, el honor en la palabra, la búsqueda de la verdad… y un sin número de cualidades Masculinas, que se corresponden con múltiples coordenadas, que entretejen nuestras relaciones, nuestra realidad consciente e inconsciente, individual y colectiva… y que va construyendo, en el tejido social y en el inconsciente, un arco iris de colores y variados matices, que permiten que se escriba… “masculinos”, con minúscula y en plural… y podamos percibir, que a una misma pregunta por lo Masculino, hemos ido construyendo, según, la época, la cultura, los discursos, las creencias, etc. los muchos masculinos y sus propias formulas (100% masculino?; 75% masculino; 50% masculino; 25% masculino) y entre estos percentiles de la moda estadística, variados niveles y combinaciones con lo Femenino, ese otro Arquetipo, que no puede dejar de ser nombrado cuando de su relativo complementario se trata.
 
Las preguntas que intencionaron la conversación e impregnaron de fuerza los movimientos internos y externos que allí vivenciamos, se dirigieron a buscar en el recuerdo y a traer en el relato, imágenes que nos permitieran observar, cómo desde la niñez y en las relaciones tempranas, de estos cuatro hombres, se fueron configurando las respuestas a ¿qué es ser un hombre? en nuestro contexto; cuáles eran, han sido y siguen siendo, las propuestas de los referentes familiares y significativos, para darle forma y carne a esa pregunta por el ser hombre; qué recuerdos tenían de sus relaciones con los pares en la infancia; pero también con su padre como hombre, pero sobre todo la pregunta apuntó directamente a la relación con la madre, a saber cómo la relación con ésta, ha aportado a la construcción que han hecho del ser hombres.
 
Preguntas que en su génesis se hacen amenazadoras, pues entrañan cierto peligro de topar con el vacío, con el cuestionamiento de lo que se es o no se es, con el Arquetipo. Sin embargo contamos con cuatro valientes hombres que se arriesgaron… que asumieron el reto de desnudar su historia y en compañía de los presentes, congéneres desconocidos en su mayoría, adentrarse al laberinto que siempre conlleva este tipo de cuestiones.
 
Emergieron relatos con recuerdos llenos de emociones (2); de frases que como sentencias marcaron la vida de estos hombres (3); de prácticas en las que su cuerpo se rehusó a participar (4); y sobre todo, relatos que permitieron observar, que es precisamente el vacío que denota el Arquetipo, el que permite que el albedrío tenga lugar, en el arte de construirnos a nosotros-as mismos-as; aunque los límites de la libertad sean muy estrechos por la cultura que se le impone. Siempre, esa zona indómita donde habita el creador-a que hay en lo humano, terminará, por la gracia Divina que nos habita, saliéndose con la suya y construyendo, con el paso de las épocas, diferentes versiones de lo Arquetípico. Vacío que para muchos y muchas denota incertidumbre, pero que para otros y otras denota el maravilloso reto de crear de nuevo; no sabemos si mejor o peor que la versión anterior, pero por lo menos, si vamos sintiendo la urgencia de crear otras respuestas, donde las medidas, gramajes, porcentajes, “pisquitas” de lo uno y de lo otro, puedan tener lugar en un escenario Alquímico de transformación.
 
Para mi, desde este lugar de mujer, que ha construido su masculino fuerte, como estrategia de sobrevivencia en sus primeros años de vida, ante un padre-hombre, agresivo e imponente… Patriarca y guerrero; y luego ante la relación con el otro-otro, con ese alter ego, “desconocido” pero que siempre dejó entrever, desde el inicio del primer encuentro, su “parecido” con el padre-hombre, Patriarca, guerreo… o inquisidor, como un eterno retorno que se camufla entre los deleites del enamoramiento, pero que siempre terminará sorprendiéndote con la “verdad” que le habita, en los momentos de mayor vulnerabilidad… para mi, desde este lugar de mujer que reconoce que tampoco pudo escapar de los vicios que el estereotipo masculino conlleva en nuestra cultura y entendiendo que lo Masculino no es propiedad privada y exclusiva de los hombres… para mi en este marco en el que construí mi masculino como mujer, fue interesantísimo escuchar cada una de las historias de estos cuatro valientes. Pues mientras ellos iban narrando cómo la agresividad, como cualidad característica y enarbolada de lo masculino, en nuestra cultura patriarcal, los llevó a no querer identificarse con ello, a mi me llevó a buscar en la misma agresividad y en la “espada” (5), la posibilidad de sobrevivir y ser reconocida en una familia y sociedad donde los varones se han llevado la “mejor” (6) tajada.
 
El encuentro con lo masculino entonces se iba tornando difuso para mí, pues los referentes masculinos que esos hombres compartieron, con sus relatos, fueron mostrándome el porqué ellos habían tomado cierta distancia de lo masculino y optaron por combinaciones interesantes con lo femenino.
 
Yo, mientras tanto, desde la gratitud que a mi masculino le tengo, por la capacidad de la lucha en la sobrevivencia, por su capacidad de abrirse camino en un mundo de hombres y para hombres, porque me ha permitido honrar la limitada, pero necesaria labor del intelecto y de la razón; porque me ha enseñado el valor del honor frente a la derrota y el error; porque su coraje me ha permitido tomar decisiones que han cambiado el rumbo de mi camino y porque me enseñó también el valor de aprender a decir no!; porque en medio de la soledad y la oscuridad, en territorios desconocidos, nunca me dejó sola… Yo, la que soy, una mujer que ha necesitado de su masculino, iba percibiendo un tufillo en el ambiente, que señalaba lo masculino, en nuestra cultura, como “malo”, como “indeseable”, como “peligroso para la vida”, “como maltratador y sometedor de lo femenino” como “peleador”… y una intuición, que me estremecía los brazos y dejaba mi piel con los pelos parados, como una pantera (7) que cuida su territorio y sus “objetos” (8) de amor, iba y venia una y otra vez, diciéndome…: “lo Masculino no solo es el Guerrero, lo Masculino no solo es el Héroe que a través de la espada se ha erigido sobre sus enemigos…. Lo Masculino no es “malo” per se!!! Y en contra posición lo Femenino no es “bueno” per se!!!... lo Masculino nos ha servido y debemos honrarle en su Divinidad, no en lo que como seres humanos hacemos de Él.” Y fui comprendiendo que lo Masculino no es sólo el estereotipo y sus vicios. 
 
Y fue ahí, donde vino la imagen de la danza, luego de que Lisímaco (9) nombrara las palabras “equilibrio dinámico”. Evoqué y sentí mi cuerpo al danzar(10)… y pude reconocer cómo la danza en mí, trae lo Masculino y lo Femenino al servicio de mis movimientos, sin juicios de “malo” o “bueno”; tuve la intuición y casi, casi… la certeza, (como un aroma de perfume, que te sorprende la nariz y se te escapa velozmente, dejándote la sensación de frustración, al no reconocer el núcleo de su esencia) una certeza a manera de suerte de posible camino, para la construcción de otra respuesta a la pregunta por lo Masculino. Mientras tanto sentía como nos habíamos apartado del Arquetipo y nos íbamos adentrando en el discurso de los estereotipos, pero sobre todo, nos íbamos adentrando y observando los vicios de esas construcciones…. Y la pequeña voz continuaba diciéndome a través de la piel… “los Arquetipos son mucho más que eso y no son ni malos ni buenos”. Me parece interesante, por que nunca la oí decir que los Arquetipos no son eso, siempre dijo, que no son sólo eso!
 
Y mientras en mi interior (11) confluían las dos conversaciones, la que se llevaba en el afuera y la que yo llevaba adentro, comenzó el corazón a pulsar fuerte… lo sabía, no me iba a quedar callada, no iba a poder hacer el ejercicio de hacer silencio… y puedo reconocer sin temor a ruborizarme, que no sé si esto de querer hablar tanto, es una cualidad de mi femenino o de mi masculino. Pues en el mundo de los estereotipos, el acto de hablar y ser un poco imprudente o arriesgado/a, se ha visto en algunos contextos como femenino, sobre todo en los contextos íntimos y privados; pero en otros, los públicos, como una cualidad masculina… yo reconozco mi disfrute al hablar en los dos (12).  Así que yo cada vez más me voy quedando sin los límites bien demarcados, esos, que en la sociedad que habito aún se mantienen.
 
Bueno, a todas estas hablé… y el palpito de mi corazón era tal, que no recuerdo haberme escuchado en las primeras palabras (13), solo recuerdo que pude nombrar algunas cosas que aquí escribo, pero también sé que otras que no dije y que escribo, tuvieron lugar en la conversación interna que en mi continuó luego de terminado el café coloquio… a saber:
 
“… hay cosas de lo Masculino en mi que no quiero perder… pues para mi son cualidades muy bellas (no sé si buenas o malas, o si ello dependa del contexto y la intensión con la que emerjan estas cualidades), y tengo claro que hay cosas del estereotipo masculino y sus vicios que no quiero para mi y tampoco para los hombres de mi época y los que están por venir… tengo la sospecha y el corazón me dice que no soy la única mujer, que no tiene problema en taladrar o proteger a un hombre de los murciélagos o las negras mariposas y menos tengo problema con que un hombre haya construido su femenino en armonía y sienta ternura y todas las cualidades de lo femenino y las manifieste. Todo lo contrario, siento que este masculino en mi, necesita un hombre así que le permita expresarse; pero de igual manera, una voz que viene de no sé donde, me dice que hay algo de lo Femenino que también debe danzar en mí. Danzar en equilibrio dinámico, con un hombre que haya construido su masculino en armonía y permita desde su fortaleza que la fragilidad y sinuosidad de mi femenino encuentre un punto de apoyo para poder danzar… JUNTOS”
 
 
 

Li1 (14)
Enamorada de la vida, de los hombres y de las mujeres y de todo lo que el Creador-a nos ha regalado.
 
 
 
 
NOTAS
 

(1) Deniz Heldres (Antropólogo); Juan David Escobar (Contador de historias, productor de televisión.); Arnubio Roldan (Antropólogo y poeta); Carlos Alberto Ossa (Psicólogo)
 

(2) Aquí uno de los relatos más emotivos, fue la predilección de uno de los invitados por ver en su infancia, el programa de televisión llamado “Candy”, una caricatura de la época de los 80, que para quien la disfrutó en su infancia, no puede evitar evocar y sentir la ternura, dulzura y la candidez.
(3) Entre las frases puedo recordar: “¿Cuándo vas a tener la pinta?”, “Los hombres no lloran”, “Los hombres no realizan labores domésticas”, “los hombres compiten por ser fuertes”, “los hombres pelean”, “los hombres tienen relaciones sexuales a temprana edad”, “el más hombre es el que se acuesta con más mujeres”, “el más malo es el más hombre” etc.
(4) Fue interesante ver como algunos de los invitados manifestaban, que desde niños, tuvieron claro que no iban a realizar ciertas prácticas que eran y aun son, destinadas por nuestra cultura patriarcal solo a los hombres, ejemplo: darse puños con otros, taladrar, arreglar los daños de la casa o pegar clavos, enfrentar un murciélago o una mariposa de esas raras (negras), tener sexo con muchas mujeres.


(5) La espada como símbolo de la guerrera, de la intelectual, de la que busca la verdad y la defiende, de la mujer que se arriesga a viajar sola por el territorio colombiano, la que no “tiene miedo” o aparenta no tenerlo y que no se deja de nadie; la proveedora de la familia, a quien además le demandan tener siempre una respuesta; la que busca acceder al conocimiento por la vía del intelecto y la razón; la que cree que “la honestidad son los zapatos con los que hay que andar y que el destino es la libertad”! Parafraseando una canción de Mago de Oz.
(6) Está entre comillas por que en este momento vital de mi existencia, ese “mejor”, está siendo resignificado, transformado por mi Alma en la alquimia de la danza sagrada y por el encuentro con ella en mis sueños, ensueños, sincronicidades, correspondencias y ocurrencias.
(7) Animal totémico, animal salvaje que por estos días habita en mis sueños y en mi témenos sagrado y que me ha traído por algunos lugares de mi sombra, para entregarme, no sin dolor, la virtud que ella esconde.
(8) Un poco en el sentido de la psicología del Yo.
(9) Psicoterapeuta, psicólogo y magister en psicología analítica. Analista junguiano en formación.
(10) La danza de Ariadna que es coqueta, dulce y sensual, pero que necesita de un punto de apoyo que debe contar con fuerza y capacidad de dirección.

(11) La conversación de afuera, a través de mis oídos y de mi cerebro; y la de adentro en mi corazón.
(12) Sin embargo, he de reconocer abiertamente, que por estos días, el ermitaño me viene observando y desde su silencio me invita hacerle compañía y aprender de él un poco.
(13) Es cuando tienes esa sensación de que tu boca no alcanza la velocidad de tus pensamientos y tus oídos no alcanzan la velocidad de tu boca!
(14) Liliana Patricia Arbeláez Naranjo. Psicóloga, dazoterapeuta y especialista en docencia investigativa. Correo electrónico: liliarbe@yahoo.es



 

25.11.2013 19:41
De mi libro El enigma de la tradición hiperbórea de los celtíberos de Numancia ( Angel Almazán, Ed. Sotabur, Soria, 2005), extraigo este capítulo de la parte media de dicho ensayo novelado en el que el protagonista, Oliverio Ortego, que está como invitado en el Círculo Eranos por Mircea Eliade, conversa con Jung.
 
 
Ascona (Suiza), 23 de agosto de 1950 —  16.30 horas.
 
 
Ha sido un día memorable.  Escribiré tan solo de lo más importante del día: Carl Gustav Jung.
Eliade se sentó a su izquierda y yo al lado de Eliade, a su siniestra también. La conversación, co­mida incluida, duró desde las doce y media hasta las tres de la tarde.
 
Eliade me puso en antecedentes mientras nos encaminábamos hacia Casa Eranos por la mañana. Me dijo que Jung había superado el reduccionismo psicoanalítico de Freud, y que, al frente de una nueva escuela, la psicología profunda o analítica, se había adentrado en la interpretación del simbolismo arquetípico de los mitos tras descubrir que sus pacientes tenían, en ocasiones sueños grandes, como él los llamaba, en los que aparecían imágenes y situaciones oníricas que adquirían sentido cuando se recurría a la mitología y al simbolismo. Eliade había aceptado de Jung varias conceptos suyos, pero consideraba la Histo­ria de las Religiones de mayor valor hermenéutico.
 
 
— “Llamado o no llamado, Dios está siempre presente”. Esa es mi mayor convicción interior tras una larga vida como psicólogo, señor Ortego —me dijo—. Tengo en el frontis de mi vivienda, en Kusnacht, esta frase escrita en latín y en mi testamento he pedido que la graben también en la estela que se erija sobre mi tumba. Como psicólogo tengo que hablar de lo que acaece psíquicamente y he renunciado una y otra vez a escribir, en mi trabajo como científico, acerca de la metafísica. El psiquismo humano capta arquetipos, estructuras colectivas originadas desde la creación del hombre que condensan la experiencia de la humanidad ante cualquier aspecto de la vida, incluido el religioso. 
— No son, por tanto, los arquetipos de los que hablaba Platón.
— No. No lo son. Platón era un Filósofo, un metafísico. Yo soy tan solo un psicólogo y me he impuesto no ir más allá en mi obra escrita. Y como científico constato que, de la misma forma que el cuerpo humano nace con unas pautas de comportamiento y unos genes que le condicionan fisiológicamente, igualmente acontece en el ámbito psíquico. Y el más importante es el arquetipo de Dios, o sea, la percepción que la psique se hace sobre Dios.., que no es el Dios metafísico, sino su reflejo en el plano psíquico, al que he llamado Sí-Mismo, del que surge la consciencia, o sea, el ego, y multitud de pequeños yoes o complejos, así como todo lo que se encuentra en lo inconsciente, que no podremos saber exactamente lo que es o lo que contiene plenamente pues tan solo podemos estudiar lo que de él surge a través de los sueños y de todo acto creativo, en el que incluyo desde una obra artesanal inspirada a una doctrina religiosa. Las capas profundas de lo inconsciente lo he llamado Inconsciente Colectivo, y de allí provienen los arquetipos.
— ¿Y de qué naturaleza son los arquetipos?
— Lo ignoro, sinceramente. Por mis investigaciones sé que hay momentos en los que la psique humana no está sometida ni al tiempo ni al espacio, y los sueños son unos buenos ejemplos de ello, aparte de multitud de fenómenos paranormales, de algunos de los cuales he sido sujeto paciente sin quererlo. Por otro lado, los grandes teóricos de la Física Cuántica, no saben de qué estan hechas las partículas subatómicas más pequeñas puesto que reaccionan ante el espectador, siguiendo sus expectativas de movimiento incluso. La materia, como la conocemos con nuestros ojos y nuestras manos, desaparece y es un tipo de energía vital que no sabemos definir. Y lo mismo me ha pasado a mí respecto a los arquetipos, de tal manera que ya hace tiempo que afirmo que son energía psicoide, o sea, no psíquica únicamente, sino cuasi, distinta quizás en su esencia incluso, aunque captable por la psique, que la experimenta a través del pensamiento, la percepción, la intuición y el sentimiento. Más allá, no puedo llegar científicamente.
—  ¿Qué haría usted para encontrar los arquetipos que han determinado que un celta de hace dos mil años haya tallado en un caldero alguna imagen que está en franco contraste con el resto de imágenes cultuales de su tradición, de su etnia, cultura o religión?
— Primero habría que saber si realmente no están en sintonía. Quiero decir que bien pudiera ocurrir que los conocimientos arqueológicos o la documentación escrita sea tan pequeña o escasa que debiéramos entonces ser honestos y reconocer que lo que conocemos de esos celtas son muy poquita cosa. Es algo así como lo que acontece al intentar saber qué es o que hay en el Inconsciente Colectivo. Imagínese que éste es un gran océano y que el ego, nuestra consciencia, es un islote. Sólo sabremos de ese océano lo que ven nuestros ojos desde la isla o cuando buceamos. Lo cual es, ciertamente, muy poquita cosa. Pues lo mismo puede acontecer con los arqueólogos respecto a una antigua civilización o una cultura arcaica. Pero claro, no pueden ir a sus alumnos o a los rectores de la Univesidad y decirles: “Francamente, hemos encontrado en este yacimiento una milésima parte de los objetos materiales que estos celtas fabricaron a lo largo de varios siglos, y sacar de ello una conclusión que sea realmente válida es una temeridad”. Por eso digo que hay que ser honestos intelectualmente. Lo que se haya descubierto en una necrópolis, por ejemplo, puede ser interpretado además de muchas maneras distintas en función de los conocimientos que ese arqueólogo tenga.
— ¿Por ejemplo?
— Suponga que aparece entre los celtas que usted dice la imagen de los pies de Buda. Si los arqueólogos ni siquiera saben que existen los pies de Buda, ni nadie se lo indica.., serán incapaces de dos cosas: saber de qué se trata e investigar por la senda correcta acerca de cómo pudo llegar tal representación a esa necrópolis y qué significado pudo tener para dichos celtas.
— ¿Qué técnica utilizaría usted para reconocer su simbolismo arquetípico?
— La misma que llevo empleando décadas para averiguar los complejos y  arquetipos que subyacen en los sueños de las personas: una amplificación de la imagen. Recurro a la mitología comparada, a los escritos religiosos, sean canónicos o no, ortodoxos o heterodoxos respecto a cada religión en concreto. De esa forma, con paciencia, al final casi siempre se encuentra algo que arroja luz a la imagen fugaz y desconcertante surgida en el sueño.
— O sea, que hay que leer mucho, incluso fuera del ámbito localista.
— Así es, señor Ortego. En el caso celta habrá que saber lo que se ha llegado a conocer sobre ellos allá por donde se asentaron, pero también, dado que seguramente ya venían con unas creencias religiosas específicas, habrá que tratar de saber de dónde provenían antes de su emigración y cómo se había particularizado el gran armario del Inconsciente Colectivo de la Humanidad en el cajón celta de ese enorme y basto armario. ¿Me ha comprendido usted?
— Creo que sí, doctor Jung. Creo que sí…
Eliade, situado en medio de los dos, seguía el diálogo con sumo interés y no intervino en ningún momento. De vez en cuando veía que asentía con la cabeza a lo que decía Jung, pero pronunció palabra alguna.
 
Jung y Mircea Eliade en un encuentro de Eranos
Jung, tras esta conversación conmigo, comenzó a hablar con la persona que tenía a la derecha y, de tanto en tanto, también con Eliade. Y sólo cuando concluyó aquélla tertulia me volvió a hablar.
— No se desaliente usted. Por muy arduo que sea el trabajo a desarrollar, al final vale la pena. Y no olvide mi lema: “Llamado o no llamado, Dios está siempre presente”. Y ahora no estoy hablando del arquetipo de Dios, sino del Ser.
 
Le agradecí nuevamente sus deferencias y me despedí de él. Esperé un poco a que Eliade estuviera solo unos instantes para decirle que me vendría aquí, a echarme una siestecilla. Pero no he podido hacerlo. Durante el paseo desde Casa Eranos a la hospedería, he ido reflexionando sobre lo que me ha dicho Jung. No he leído nada sobre su obra. Tendré que hacerlo. 
 
Y ahora que ya he reflejado por escrito en este diario mi encuentro con Jung en Eranos, creo que me vendrá bien echarme esa siesta. Luego pasearé por la ribera del lago Maggiore. No tengo ganas de leer esta tarde, solo de meditar y poner en orden mis pensamientos.
 
Nota adicional: Las referencias junguianas son casi una constante en mi obra ensayística-literaría. Su Psicología Profunda imprega la interpretación del folclore y arte soriano en la serie periodística "El Otro Lado". En el ensayo novelado Los códices templarios del río Lobos. Los custodios del Grial, hay un capítulo sobre la técnica junguiana de la Imaginación Activa. En este libro del que forma parte el presente capítulo, la hermenéutica junguiana aparece en otras partes del libro. Asimismo, es clave en Y la vida sigue..., así como en Perdidos en el Mundo Imaginal.
 
25.11.2013 17:29
Marie-Louise von Franz. Tres entrevistas
Archivado en: Editoriales, Noticias — Etiquetas: Jung, Marie Louise von Franz — Raúl Ortega @ 16:50
Marie-Louise von Franz
 
1.-
Original aquí. Traducción:
Raúl Ortega y Myriam Rozengurt
 
El entrevistador Hein Stufkens y el productor de cine Philip Engelen fueron a Küsnacht a entrevistar a Marie-Louise von Franz en inglés acerca de su pasada relación con Wolfgang Pauli. Partes de la entrevista aparecieron en la serie documental “Passions of the Soul”, que fue transmitida por IKON por primera vez en noviembre de 1991.
 
Wolfgang Pauli, lo femenino y los peligros del mundo moderno
 
Una entrevista con Marie Louise Von Franz realizada por Hein Stufkens y Philip Engelen, IKON-television, Küsnacht, Noviembre de 1990.
 
Herbet van Erkelens (EDITOR).
Desde: Harvest. Journal for Jungian Studies, Vol. 48 No. 2, 2002.
 
Hein Stufkens: Me gustaría hablar con usted acerca de Wolfgang Pauli. Usted lo conocía muy bien. ¿Qué clase de hombre era él?
 
Marie-Louise von Franz: Es difícil de decir. Tenía un carácter muy complicado. Él era muy inteligente, muy honesto en su pensamiento, pero por lo demás era sólo un “niño grande”, muy inmaduro en sus sentimientos. No estaba seguro de sí mismo, y era fácilmente influenciable. No tenía la certeza de sentir. Usted sabe, una mujer reacciona más a la naturaleza global de un hombre que sólo a su mente. Este hombre me daba la impresión de ser como un niño grande.
 
H.S.: ¿Y usted era su terapeuta? ¿Cuál era su relación?
 
v.Fr.: Un día vino a verme y quería hablar de sus sueños conmigo, pero él no quería hacer terapia. Así que quería y no quería escuchar lo que yo tenía que decir. Él  quería mantener una discusión meramente teórica, un juego mental de ping-pong. Pero la terapia va un poco más profundo que un juego de ping-pong. Yo tenía la esperanza de que él se diera cuenta de que eso no funcionaba. Es por eso que poco a poco  todo acabó en un punto muerto. Porque él no quería comprometerse.
 
H.S.: Así que usted se decepcionó en más o en menos…
 
v.Fr.: Yo fui escéptica desde el principio. Traté de ayudarlo, a pesar de mi escepticismo. Lo intenté, porque veía que él corría un gran peligro. Vi que había perdido el camino interior. Uno no sabe lo que va a suceder en esa situación, pero intuye que algo horrible va a suceder. Más tarde resultó ser cáncer.
 
H.S.: ¿Usted cree que usted significó mucho para él?
 
v.Fr.: No lo sé. Sus sentimientos eran muy poco claros.
 
H.S.: Pauli le dedicó su “Piano Lesson” a usted. ¿Cómo se sintió al respecto?
 
v.Fr.: Me sentí muy triste, porque la solución de la “Piano Lesson” no es, a diferencia de lo que el Sr. van Erkelens ha dicho, una solución. Pauli regresa a la pura mundanalidad y el ánima tristemente toca una melodía en el piano, sola en lugar de acompañada. El anillo que él me está ofreciendo allí, por así decirlo, se suspende [en el aire] y el maestro, a quien nosotros llamaríamos el Self, desaparece. Así que la Piano Lesson termina muy decepcionantemente. Me entristece, al igual que todo el asunto me pone triste. Si quiere que resuma la relación: traté de hacerlo reaccionar y no tuve éxito.
 
H.S.: Pero lo femenino o el anima jugaban un gran rol en sus sueños…
 
v.Fr.: Sí. Él siempre se burlaba de lo femenino en sus relaciones personales, en su sentimiento. Al igual que muchos intelectuales. Así que en contraste lo femenino estaba sorpresivamente presente en sus sueños.
 
H.S.: ¿Por qué cree que Pauli a principios de 1954 salió de la psicología profunda y empezó a estudiar biología y a discutir la teoría evolutiva con Max Delbrück, que había abandonado la física por la biología? ¿Por qué hizo eso? ¿Fue una especie de escape?
 
v.Fr.: En mi opinión, fue un escape. Cuando la cosa se puso difícil, huyó. Usted pudo observar eso desde un principio. Sus primeras palabras fueron “no quiero terapia”, cuando él me propuso hablar de sus sueños. Siempre decía que los junguianos son estúpidos y que la terapia no es el verdadero sentido de la psicología junguiana. Que debía tornarse en filosofía o en ciencia. Siempre dejaba afuera lo personal. Admito que la terapia es una parte desagradable de la psicología. Uno tiene que sacar a la luz todos los rincones oscuros y todas las insuficiencias. Y eso desagradaba a Pauli. En la ciencia se puede ser un gran hombre y las insuficiencias personales permanecen ocultas bajo la alfombra. Son susurradas por los colegas, pero no existen oficialmente. Bueno, en la terapia estas cosas sí surgen.
 
H.S.: ¿Cómo se sintió usted al respecto cuando él abandonó el trabajo que había comenzado, es decir, tender un puente entre la psicología profunda y la física cuántica?
 
v.Fr.: Yo no soy una misionera de la psicología junguiana. Así que cuando vi que lo dejó, pensé: “bueno, eso es todo”. Empecé a aburrirme y pensé: “él puede discutir sus asuntos con Delbrück y otros biólogos”. Me aburrí y sentí que mi tiempo era demasiado precioso.
 
H.S.: Eso me suena un poco cínico ¿Estoy en lo cierto?
 
v.Fr.: Sí. Se podría llamar de esa manera. En ese momento yo estaba ciertamente muy triste. Mirando hacia atrás creo que perdí mi tiempo.
 
H.S.: ¿Usted invirtió mucho en él?
 
v.Fr.: En ese momento me dio un montón de problemas. Era un interlocutor muy agotador, porque era rápido y profundo e intenso. Por lo general, caminábamos alrededor de dos o tres horas en el bosque. Y entonces yo terminaba agotada. Hice un esfuerzo real. Cuando algo así no funciona, una se molesta. Una piensa: “que se vaya al infierno”.
 
H.S.: ¿Y luego usted continuó el trabajo de cerrar la brecha entre la psicología y la física?
 
v.Fr.: Entonces seguí mis propios intereses. Traté de hacerlo yo misma en lugar de tratar de hacer que otros lo hagan.
 
H.S.: ¿De qué manera cree usted que este trabajo deba continuarse? Y ¿quién cree usted que debe hacerlo?
 
v.Fr.: No conozco a esos otros jóvenes esperanzados que vayan a continuar con esto. Deben existir, pero no sé dónde están. Pero creo que el gran avance ya fue hecho, realmente, por Jung, cuando creó el concepto de sincronicidad. El trabajo que ahora queda por hacer es avanzar en eso. Es como un rayo de intuición. Pero ahora tendría que definirse todo en detalle, y explorarse empíricamente. Esto podría ocupar a un montón de gente con buenas mentes.
 
H.S.: Hubo un físico que me dijo que, en su opinión, el trabajo, de hecho, se continúa en todas partes donde dos personas se amen de verdad en una relación personal. ¿Está de acuerdo con eso?
 
v.Fr.: Por supuesto. En general, usted no puede experimentar su propio inconsciente sin un amor contrasexual, ya que éste es el que constela lo inconsciente. Es la constelación más poderosa de lo inconsciente. Es entonces cuando se lo puede explorar, cuando está constelado. Cuando nada ocurre en tu vida y estás en tu aburrimiento cotidiano generalmente no aparecen nuevas ideas.
 
H.S.: ¿Cuál es el lugar de la individuación en una relación amorosa?
 
v.Fr.: En una relación amorosa, como Jung dijo una vez, se arriesga todo. Usted se pone a sí mismo sobre el tapete, se detiene el juego de poder y el tratar de dominar o conquistar a la otra persona. Si uno logra realmente amar a la otra persona, si realmente los dos se relacionan, suceden, a continuación, toda clase de milagros. Pero, al principio, las etapas son de un estado general de ceguera posesiva, de ilusiones o falsas expectativas, de decepciones, de recriminaciones. Uno tiene que trabajar todo esto desde el principio. Y así es como te vuelves más consciente. Yo no digo que esto sea agradable. Así que si usted no ama a la otra persona, huirá después de un tiempo.
 
H.S.: ¿Y eso es lo que Pauli hizo?
 
v.Fr.: Sí. A veces creé escenas, cuando yo pensaba que él estaba realmente en el camino equivocado. Entonces él hacía comentarios jocosos y me decía que yo era más bonita cuanto más me enojaba. Él no me tomaba en serio. Yo daba un golpe en la mesa y decía: “Estoy hablando en serio. Éste es un punto peligroso”. Pero él sólo se burlaba de esto. Tenía una visión patriarcal sobre las mujeres. Las mujeres eran las cosas agradables para jugar, pero no algo a tomar en serio. Eso sí que fue una de las dificultades.
 
ANEXO: El sueño de Pauli de la danza cuadrada
 
“En la víspera del sueño él se divertía organizando diversos esquemas de su propia vida. Los muestra en forma de triángulos dobles (estrellas de seis puntas) en cuyos puntos se inscriben los elementos esenciales de su vida interior. Entonces soñó:
 
Una mujer china (elevada a la categoría de “diosa de la sabiduría”) está presente con dos hombres. [Uno de ellos es el maestro, el otro su "sombra" en la figura de un físico contemporáneo. Nota del Editor.] Yo soy el cuarto. Ella me dice: “Usted nos ha de permitir jugar todas las combinaciones imaginables de ajedrez.”
 
En una fantasía posterior durante un estado de semi-vigilia una voz numinosa anuncia al soñador: “En tus dibujos un elemento es perfectamente correcto y otro transitorio y falso. Es cierto que el número de líneas es de seis, pero es falso señalar seis puntos. Mira aquí:”
 
 
 
Y vi un cuadrado con las diagonales claramente delimitadas. “¿Puedes ver ahora por fin los cuatro y los seis? Cuatro puntos espaciales y seis líneas o seis pares de líneas por cada cuatro puntos. Son las mismas seis líneas que existen en el I Ching. Allí el seis, que contiene el tres como factor latente, es correcto. Ahora observa el cuadrado más de cerca: cuatro de las líneas son de igual longitud, las otros dos son más largas. Ellas están “irracionalmente relacionadas”. No existe una figura con cuatro puntos y seis líneas iguales. Por esta razón la simetría no puede ser estáticamente producida y se recrea un baile. La coniunctio se refiere al intercambio de los lugares en esta danza. También se puede hablar de un juego de ritmos y giros. Por lo tanto los tres, ya contenidos de forma latente en el cuadrado, deben ser expresados de forma dinámica. (Franz, 1974, 108-109)
 
H.S.: Pero en sus sueños se tomaba lo femenino en serio…
 
v.Fr.: La figura del anima, la figura china de la Sofía. Él la tomaba en serio. Esa fue una figura compensatoria para él que trató de inculcarle lo femenino. Pero incluso entonces no la tuvo en cuenta lo suficiente. Por ejemplo, yo publiqué en Número y Tiempo el sueño en el que la mujer china dice que no es la estrella de seis puntas sino la danza cuadrangular el símbolo real del Sí mismo. Él nunca trabajó en esto más allá. No recogió estas sugerencias ni trabajó con ellas tal como Jung nos entrenó para que lo hiciéramos. Si yo hubiera tenido un sueño así habría seguido profundizando en esa idea durante semanas y semanas.
 
H.S.: ¿Habló usted con Jung sobre los sueños de Pauli?
 
v.Fr.: No. Pauli no quería que yo hiciera eso. Eso fue una cosa extraña. No sé por qué me dijo eso. Así que le dije, bueno, vamos a dejarlo así. Yo pensaba hacerlo a sus espaldas, si yo no entendía los sueños, pero los entendía. Un poco al menos, en ese momento.
 
H.S.: ¿Cuál fue la razón por la que Jung y Pauli no se comunicaron nunca más?
 
v.Fr.: Pauli tenía miedo de Jung. Él lo evitaba. Podría haberse analizado con Jung. Jung lo habría hecho. Pero Pauli no quería. También fue un pequeño truco: ni demasiado caliente ni fuera del ruedo.
 
H.S.: ¿Qué le asustaba?
 
v.Fr.: Pauli tenía miedo del contenido de sus sueños. Le asustaba sacar conclusiones de lo que sus sueños le decían. Ellos decían por ejemplo que debía dar la cara por la Psicología junguiana en público. Y a esto le temía como al infierno. Cosa que entiendo. Se movía en los círculos más altos de la física. Eran muy burlones, cínicos y celosos de él. Si él se hubiera levantado para defender los sueños y las cosas irracionales, esto habría provocado una risa infernal. Y no tenía las agallas para hacerle frente a eso. Así que fue realmente trágico.
 
H.S.: Ellos se hubieran burlado de él?
 
v.Fr.: Ellos estaban celosos de él y de su premio Nobel. Por lo que se habrían reído y burlado de él. Y él lo sabía. Así que él tenía miedo, un miedo comprensible. Pero que bloqueaba el avance.
 
H.S.: Ya veo. Muchas gracias. ¿Hay más preguntas?
 
Philip Engelen: Usted estaba hablando sobre el peligro. Sobre que Pauli no reconoció el peligro en el que él estaba. ¿A qué tipo de peligro se refiere?
 
v.Fr.: El inconsciente es un espíritu de la naturaleza dentro del hombre. Es como el maestro que Pauli describe en su imaginación activa o Mercurio. Él te puede llevar muy fácilmente por el sendero hacia abajo del jardín para luego terminar en un desierto o en problemas. Se necesita una gran habilidad para tratar con el inconsciente correctamente. Así que la gente tiene miedo de él.
 
[Aquí el grabador de repente de rompe]
 
P.E.: Tal vez pueda repetir su idea sobre el peligro en el mundo de hoy.
 
v.Fr.: No lo puedo repetir, pero lo diré de otra manera. Bueno, Jung vio que el peligro era inminente. Pero el peligro que se mira de frente no es tan malo como el peligro que se pasa por alto. Él siempre utilizaba una similitud: si usted no hace caso de una plaga de virus, se propagará como loca. Si la tenemos en cuenta, podemos hacer algo contra ella. Así que quería que la humanidad encarara el peligro. Y es por eso que pintó un panorama sombrío. Trató de conmocionar al público, porque todo el mundo habla sobre el peligro y luego toma una taza de té y no hace nada.
 
P.E.: ¿Cree usted que la psicología junguiana tiene una respuesta al peligro en el mundo de hoy?
 
v.Fr.: En mi opinión, sí. La única respuesta posible es un cambio de actitud. Un cambio radical de actitud no se produce sin un shock.
 
P.E.: ¿Qué tipo de cambio?
 
v.Fr.: Bueno, dejar de contaminar, dejar de exagerar la tecnología y el intelectualismo. Tomar los problemas morales más en serio. La ciencia es hoy en día completamente inmoral. Y la industria es totalmente inmoral. Cambiar nuestro sistema económico, cambiar nuestro punto de vista político, encontrar el camino de regreso a una actitud religiosa hacia la vida, a una vida más simple. Y así sucesivamente.
 
P.E.: ¿Qué quiere decir con una actitud religiosa?
 
v.Fr.: Saber que usted es un piojo en un universo desconocido y que tiene que respetar totalmente y venerar las fuerzas que le han creado y que le dirigen desde dentro.
 
P.E.: ¿También significaría eso un renacimiento de la iglesia?
 
v.Fr.: No necesariamente. La religiosidad es más amplia que una institución. Un hombre primitivo que venera a un árbol no es un miembro de una iglesia, pero es religioso.
 
P.E.: ¿Y el mundo moderno no es religioso?
 
v.Fr.: No, ellos piensan que se pueden meter todo en el bolsillo. Y si algo peligroso se acerca, todo lo que hacen es crear una comisión para estudiarlo y luego metérselo en el bolsillo. Ellos donan unos pocos millones de dólares para un proyecto de investigación que se ocupe del tema. Y nunca lo hace.
 
P.E.: Muchas gracias por esta entrevista.
 
Herbert van Erkelens © 2010
 
Nota del editor:
 
Esta entrevista apareció por primera vez en el Yearbook of the Dutch Interdisciplinary Society for Analytical Psychology, 13 (1997) 67-75. Después en Harvest. Journal for Jungian Studies, vol. 48 N º 2, 2002. En el momento de la entrevista Marie-Louise von Franz ya estaba gravemente enferma. Su voz era débil. Así que fue difícil hacer una transcripción de la cinta. Algunas mejoras se han realizado en cuanto a la gramática se refiere. Pero las irregularidades idiomáticas se han conservado.
 
REFERENCIAS:
 
Erkelens, Herbert van, ‘Wolfgang Pauli’s dialogue with the spirit of matter’, Psychological Perspectives, Issue Twenty-Four, Spring/Summer 1991, 34-53.
 
Franz, Marie-Louise von, Number and Time. Reflections Leading toward a Unification of Depth Psychology and Physics, Northwestern University Press, Evanston, 1974.
 
2.-
Original aquí.
 
Marie-Louise von Franz. Una entrevista de Rolande Biès. 1978.
 
R. B.- ¿Cómo se sitúa usted en relación a Jung?
 
MLvF.- Yo empecé a los dieciocho años por un análisis con él y lo ayudé a traducir los textos latinos y griegos de la alquimia. Llegué a ser su alumna. Es así que he asistido al nacimiento de sus obras después de sus sesenta años. Le debo todo.
 
R. B.- ¿De donde viene su interés por los cuentos de hadas? ¿Qué importancia tienen para usted?
 
MLvF.- Una escritora me pidió que le ayudara a escribir un libro sobre los cuentos de hadas. Cuando ya llevaba mil páginas, resultó que no quería una interpretació n junguiana, entonces continué sola y me he especializado en la interpretació n psicológica. Así he descubierto que los cuentos de hadas son representaciones arquetípicas del inconsciente colectivo, las más fecundas, las más variadas y las más fundamentales de todos los mitos. Ellas nos entregan una “anatomía comparada” del alma humana colectiva. Y además son bellas, y hablan directamente a todo el mundo.
 
R. B.- Usted ha colaborado en todas las grandes obras alquímicas de Jung. ¿ Qué lugar considera que ocupa la alquimia en la totalidad de su obra?
 
MLvF.- Cuando Jung descendió a las profundidades de su inconsciente (después de su separación de Freud), produjo un enorme material simbólico que no parecía tener analogías con los mitos conocidos. Por sus sueños fue conducido a la alquimia y allí descubrió todos los paralelos a sus experiencias. Estas últimas no eran entonces imágenes subjetivas, ellas constituían un largo sueño colectivo humano, un sueño que compensa y completa lo que falta en nuestro mito oficial cristiano y que explica el desarrollo de las ciencias naturales. Para él (y para mí) el mito de la alquimia es el mito del occidente, el de la era de Acuario, el mito que podría sanar nuestros problemas actuales.
 
R. B.- ¿Qué significa la alquimia para el hombre contemporáneo?
 
MLvF.- Nuestro mundo consciente oficial sufre de un conflicto entre la religión cristiana y las ciencias naturales (a menudo materialistas y racionales). Los símbolos de la alquimia reúnen estos dos mundos. Aparecen espontáneamente en muchos sueños modernos. El paciente de “Psicología y Alquimia” era un físico. En el simbolismo de la alquimia se encuentra anticipada una reunión del mundo del alma y de la materia.
 
R. B.- ¿Qué piensa usted del paralelo entre la psicología de Jung y la física nuclear?
 
MLvF.- Las hipótesis fundamentales de la física son imágenes arquetípicas, es decir, energía, partículas, etc. Son entonces en último análisis imágenes psíquicas (mentales). Al contrario, si se desciende hasta las capas más profundas del inconsciente, se llega a una capa que no es puramente psíquica, sino que parece reflejar hechos fisiológicos, o más bien atómicos. Es como si uno se aproximara a una realidad única por dos costados diferentes, que no es psíquica ni tampoco material, el “misterio del ser o de la vida” que trasciende nuestra comprensión. Porque los modelos que el hombre se hace se reencuentran, ya sea que se aproximen desde el costado material o el psíquico.
 
R. B.- ¿Cuál es, a este respecto, el sentido del gran libro “Números y Tiempo”, que Jung le confió antes de morir, para que usted lo escribiera en su lugar?
 
MLvF.- Jung solamente me dio algunas notas que él había tomado sobre las cualidades individuales de los primeros cinco números, pero ha dejado alusiones indicando que había allí una continuación de la idea de la sincronicidad. El resto, lo he ensamblado y clarificado tanto como he podido. Lo que me ha ayudado, sobre todo, es el descubrimiento que en la China antigua los números estaban ligados naturalmente a la idea de la sincronicidad. Son probablemente los “Naturkonstanten” del unus mundus, del ser psíquico y de la materia.
 
R. B.- Si se quisiera renovar la enseñanza práctica de la psicología de Jung para el hombre de la calle ¿qué diría usted?
 
MLvF.- En el pasado, era natural para todo hombre tomar en consideración sus sueños, vea la Biblia , por ejemplo. Ciertos sueños han decidido el destino de la humanidad. El sueño es la voz del instinto humano, que puede darnos un consejo en situaciones donde la pura razón no es suficiente; por ejemplo, puede indicar el futuro. En nuestro mundo moderno, la naturaleza ya no es el más grande de los peligros para el hombre, ahora lo es el hombre mismo por el estado de su alma. Por ejemplo, la bomba atómica, el terrorismo, las locuras políticas (como el nazismo), etc. Jung muestra un camino que nos permite evitar estos peligros.
 
R. B.- ¿Cómo ve usted el porvenir de la escuela junguiana?
 
MLvF.- Como la psicología de Jung comienza a ser muy conocida, ella atrae oportunistas, ambiciosos, oficiosos, que quieren representarla sin aplicarla a ellos mismos. Hay ahí un gran peligro. Jung preveía que serían más bien los que sufren, los que buscan, los que ensayan de vivir con su sabiduría, los que la mantendrían con vida. Puede ser que debamos pasar por una catástrofe general antes de que Jung sea descubierto por los sobrevivientes, si es que los hay…
 
R. B.- ¿Qué mensaje dirigiría usted a los jóvenes, aquí y ahora?
 
MLvF.- El mensaje de los hippies: “Do your own thing” [haz lo tuyo], pero en un nuevo sentido. Que se apliquen a su alma personal, que se dejen conducir por sus sueños hacia una creatividad nueva que podría hacer revivir nuestra cultura occidental en una forma nueva, donde el hombre libre esté colocado al centro, viviendo en armonía con la naturaleza, en lugar de explotarla y destruirla. La actitud fundamental es una actitud de amor, no de poder.
 
3.-
Original aquí.
 
A petición de la Foundation for Jungian Psychology, Françoise Selhofer hizo una película hermosa e impresionante sobre Marie-Louise von Franz, en el otoño de 1982, en Bollingen. En la película, Marie-Louise von Franz nos da idea de su vida, de su encuentro con CG Jung y el trabajo que más tarde hicieron juntos, así como de su comprensión de la psicología junguiana. Ella habla de cómo evolucionó su propio trabajo y sobre la forma en que trabaja. En respuesta a otras preguntas, habla de la interpretación de los sueños, la creatividad, la sincronicidad, la alquimia y sobre los graves problemas de nuestro tiempo. Al final de la entrevista ella expresa su profunda preocupación por el colapso de nuestras cultura y civilización. Algunas esperanzas de renovación, ella cree, se pueden encontrar en los descubrimientos de Jung, es decir, en el contacto positivo con los poderes creativos del inconsciente y con nuestros sueños, nuestras raíces psíquicas. Sólo allí podemos encontrar las respuestas constructivas que nos ayuden a resolver las cuestiones aparentemente insolubles con las que nos enfrentamos hoy en día.
 
De la entrevista: “Como todos nosotros, tengo la impresión de que nuestra cultura y su civilización están en una etapa final, que han entrado en una etapa de decadencia. Creo que o encontramos una renovación, o de lo contrario es el final. Y sólo puedo ver esta renovación a partir de lo que sale de lo que Jung descubrió, a saber, en nuestra toma de contacto positivo con la fuente creativa del inconsciente y los sueños. Éstas son nuestras raíces. Un árbol sólo puede renovarse a través de sus raíces. Por esta razón, mi mensaje es para instar a todos a volver a esas raíces psíquicas internas, porque sólo ahí es donde las sugerencias constructivas se encuentran, el cómo enfrentarse a los enormes dilemas: la bomba atómica, la superpoblación. Ésta es la mejor manera de resolver todos los problemas que parecen insolubles”.
 
 
 
Comentarios (11)
11 comentarios en “Marie-Louise von Franz. Tres entrevistas”
José Antonio dice:
5 mayo 2011 a las 18:38
Caro Raúl:
 
Esta traducción que traes hoy aquí, a este rincón privilegiado, es, desde luego, una auténtica sincronicidad para mí. Recientemente tuve un sueño en el que viajaba a Suiza y me entrevistaba con M-L von Franz. Ella tenía un aspecto muy deteriorado, con edad muy avanzada, y parecía estar enferma (yo lo achaqué a su avanzada edad). Me preguntó que qué hacía allí. Y en nuestra conversación salió a relucir el mensaje de mi última novela. Prefiero no continuar con el sueño porque es de carácter personal. Pero, desde luego, esto que hoy traes a colación me ha hecho comprender mucho mejor el contenido de ese sueño.
 
Gracias.
 
Un fuerte abrazo
 
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José Antonio dice:
9 mayo 2011 a las 13:07
Hola Raul.
 
Es evidente que no sufres ese síntoma de las épocas de crisis que expone Ortega y Gasset. En las mismas -dice Ortega- los hombres suelen desistir de tener la razón. Está claro que tú no eres de los que desisten… Abandonas un campo de batalla, !pero no la batalla!
 
Muestras este tesoro -¿un as en la manga?- que estaba enterrado en la tierra, de una mujer que habla en un lenguaje sencillo, directo y claro. Esta mujer habla de un Nobel que era “muy inteligente, muy honesto en su pensamiento, pero por lo demás era sólo un “niño grande”, , que todo lo reducía a “discusión meramente teórica, un juego mental de ping-pong.” Siempre decía que los junguianos son estúpidos y que la terapia no es el verdadero sentido de la psicología junguiana. Que debía tornarse en filosofía o en ciencia. Siempre dejaba afuera lo personal”. Que afirmaba que “la terapia es una parte desagradable de la psicología”.Esta señora afirmaba que “uno tiene que sacar a la luz todos los rincones oscuros y todas las insuficiencias”. y que “en la ciencia se puede ser un gran hombre y las insuficiencias personales permanecen ocultas bajo la alfombra”. Justo lo mismo que tú reclamabas a Giegerich en tu vehemente crítica al mismo. Pero claro eras “tú”, acusado por otro de ser un niño que permanecía en su habitación con sus juguetes, un “tú”, sin premios ni medallas.
 
Permíteme que ilustre (no hace falta decir nada, el silencio de todos es atronador) tu movimiento, aunque rompa esta magnífica callada.
 
En el arte de combate Wen Chung se le llama principio Dim: alcanzar al adversario con un golpe contundente (un golpe sólido), para confundirlo(en caso de no tumbarlo directamente). Esa confusión provocará que el adversario bien decida batirse en retirada, o bien que dude de seguir adelante o no, momento que no debe dejarse escapar para realizar nuevos y continuados ataques que imposibilitan una respuesta eficaz del oponente) hasta acabar el la contienda.
 
Esto lo explico en un lenguaje sencillo, en un lenguaje A-E-I-O-U. Permíteme recuperar mi lenguaje encriptado y ariadno para narrar esta historia:
 
El niño salió a campo descubierto con gallardía, no soportaba ver al viejo al que todos herían. Los seguidores del señor Darlíng, refugiados en el castillo de cristal , desde allá en lo alto lo golpearon. Ahora “El niño” ha seguido ese dicho que no es filosófico, es popular: “a quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. En el regazo de la señora Darling el niño sonríe valiente. A ver quien se atreve a disparar, de herir a dicho ÁRBOL hiriente.
 
Si es que queda alguien en pie… o, al menos, dispuesto a la batalla.
 
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Raúl Ortega dice:
10 mayo 2011 a las 14:33
No he sido yo. Me encontré con esa entrevista perdida por ahí estos días. Sabía de los amores de Franz con Pauli, claro, pero no de la existencia de estas declaraciones. Aquí las piezas de ajedrez las mueven otras cosas. Donde manda general no manda fusilero.
 
Sí que tengo en mente hace rato aportar algo al debate justo en la dirección que expresas. Unos datos que conozco, estos sí, muy bien, y que van a la médula de la polémica. Pero hay cosas que son difíciles de contar, y de decidirse a contar.
 
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José Antonio dice:
20 junio 2011 a las 8:49
Sin duda las piezas las mueven otros. Tenía esto delante de mis narices, y me di con ello ahora:
 
“Para nuestra característica cultura del espíritu cristiano lo positivo y digno del esfuerzo de la búsqueda fue, durante la mayor parte del tiempo, simplemente el espíritu, y la pasión de espíritu. Sólo cuando, en el ocaso de la edad Media, es decir, durante el curso del siglo XIX, el espíritu comenzó a degenerar en intelecto, surgió una reacción contra el insoportable predominio del intelectualismo, que cometió en primer lugar la falta, por ciento perdonable, de confundir intelecto con espíritu y acusar a éste de los delitos de aquel (Klages). El intelecto es, efectivamente, nocivo para el alma cuando se permite la osadía de querer entrar en posesión de la herencia del espíritu, para lo que no está capacitado bajo ningún aspecto, ya que el espíritu es algo más que el intelecto puesto que no sólo abarca a éste sino también a los estados efectivos. Es una dirección y un principio de vida que aspira a alturas luminosas, sobrehumanas. Le está, empero, opuesto lo femenino, oscuro, terrenal (Ying), con su emocionalidad e instintividad extendiéndose hacia abajo, hacia las profundidades del tiempo y las raíces de la continuidad corporal. Sin duda esos conceptos son puramente intuitivos, pero de ellos no cabe prescindir cuando se intenta concebir la esencia del alma humana. La china no pudo abstenerse de ellos, pues no se ha alejado tanto, como lo demuestra la historia de su filosofía, de los hechos centrales del alma como para haberlos perdido en la exageración y sobreestimación unilateral de una única función psíquica. Por lo tanto, nunca dejó de reconocer la paradoja y la polaridad de lo viviente. Los opuestos siempre se equilibran -un sino de esta cultura; mientras que la unilateralidad, aunque presta siempre impulso, es por ello un signo de BARBARIE. No puedo considerar la reacción que surge en Occidente contra el intelecto, a favor de Eros o a favor de la intuición, de otra manera que como un signo de progreso cultural, una ampliación de la conciencia por encima y más allá de los confines demasiado angostos de un intelecto tiránico.”
Jung. El secreto de la Flor del Oro
 
Un cordial saludo.
 
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Moisés Garrido dice:
11 mayo 2011 a las 0:08
He disfrutado mucho leyendo dicha entrevista. Buen aporte, amigo Raúl. Un saludo.
 
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Nora dice:
11 mayo 2011 a las 15:50
Dale, animate y contanos…
 
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Raúl Ortega dice:
17 mayo 2011 a las 12:54
Lo intentaré… De momento, necesito encontrar hueco para seguir actualizando el blog.
 
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norden dice:
6 octubre 2011 a las 18:07
Leyendo la obra “El Puer Aeternus” de M-L von Franz siempre tuve la sensación de fondo de que era un libro escrito por despecho hacia un hombre que la había abandonado.
 
Ahora al leer la primera entrevista me parece que tiene cierto sentido …
 
Saludos
 
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Raúl Ortega dice:
5 diciembre 2011 a las 18:19
Para Marie todo hombre sin dimensión espiritual era un niño, un puer (según lo que ella entendía como Puer -niñato, más o menos- , que yo no comparto). Ya fuera un premio Nobel… Creo que, en realidad, todo hombre que no tuviera la talla de Jung le parecía un niñato…
 
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Inés dice:
4 julio 2012 a las 2:10
Muy interesante y rico aporte, gracias !.
 
Como Marie-Louise Von Franz, también encontraría a todos los hombres “niñatos” luego de haberme formado al lado de Jung. Imposible no comparar; con todo respeto a los presentes.
 
Saludos
 
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José A. dice:
6 julio 2012 a las 9:41
Parece que los encuentras ya, sin necesidad de formarte al lado de Jung…
 
Hay en tu comentario bastante resquemor, trayendo esa imagen de los hombres que posees, o que te posee. Si hubieras estado junto a Jung éste probablemente te diría que mientras que en el hombre hay una imagen de la mujer, en la mujer hay una imagen de los hombres, que por ser incosciente es proyectada en la pareja, y es por esto por lo que se produce la atracción apasionada, y…su contrario.
 
Inés ¿te has topado en tu vida como quien no quiere la cosa con muchos niñatos?
 
Un saludo
 
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BITACORA LA ODISEA
Una escritora me pidió que le ayudara a escribir un libro sobre los cuentos de hadas. Cuando ya llevaba mil páginas, resultó que no quería una interpretació n junguiana, entonces continué sola y me he especializado en la interpretació n psicológica. Así he descubierto que los cuentos de hadas son representaciones arquetípicas del inconsciente colectivo, las más fecundas, las más variadas y las más fundamentales de todos los mitos. Ellas nos entregan una “anatomía comparada” del alma humana colectiva. Y además son bellas, y hablan directamente a todo el mundo.
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Extracto desde el cap. I de Misterios de la Mujer, de Esther Harding (Ed Obelisco, 1995)
 
(...) es esencial que estudiemos el inconsciente para reconstruir nuestras actitudes de acuerdo con las fuerzas arrinconadas que todavía se manifiestan. El principal de estos valores olvidados es el factor subjetivo, que es eliminado en la tentativa de diferenciar el objeto como algo por sí mismo.
 
El descuido del aspecto interior o subjetivo de la vida ha conducido, en particular a las mujeres, a una cierta falsificación de sus valores vitales. Por ejemplo, según el criterio convencional del pasado, la mujer tenía que desempeñar un papel principal, el de esposa y madre. Tenía éxito si se casaba bien; si su matrimonio fallaba, con toda seguridad se le consideraba una fracasada. Incluso el éxito o la derrota de toda su vida podía ser medido según el criterio general del mundo, por esta norma externa, únicamente objetiva. E, incluso, estando casada, el éxito o fracaso de su matrimonio también era juzgado por normas puramente externas. Si aparecía cualquier dificultad en las relaciones con su marido, su tendencia era y a menudo aún lo es, buscar un remedio exterior. Es frecuente, por ejemplo, oir que una mujer ha intentado arreglar una desavenencia emotiva con su marido haciendo un viaje o redecorando su casa. El lado subjetivo del problema es, en tales casos, desestimado y sólo se permite su desahogo en caprichos, malos humores o alteraciones neuróticas.
 
En los hogares donde se ignoran las reglas normales internas y la parte subjetiva de la vida, estas manifestaciones neuróticas no se tienen en cuenta seriamente. En su mayoría se consideran como el resultado de temperamentos meramente emotivos, nerviosos o débiles. En tiempos más recientes, la mujer con problemas de este tipo, quizás un niño desplazado, aprendería algo de psicología moderna y educación infantil e intentaría aplicar lo que ha aprendido, objetivamente, para conseguir mediante una técnica exterior lo que se realizaría naturalmente si ella supiese cómo aplicar sus propios sentimientos y reacciones femeninas ante la situación. Pero mientras su propia vida interior sea desatendida, este efecto natural de su ser es anulado y no le queda otro recurso que una técnica mecánica que, en el mejor de los casos, no es sino un pobre sustituto de la vida real.
 
Hoy en día el éxito o el fracaso de la vida de la mujer ya no se juzga por el único criterio de su matrimonio. Su adaptación a la vida puede realizarse ahora por varios caminos, cada uno de los cuales ofrece alguna oportunidad para resolver problemas de trabajo, relaciones sociales y sus necesidades emotivas. Sin embargo, si para ganar disciplina y desarrollo en todas las facetas de su personalidad busca un ajuste en la vida que no sea parcial sino con tantas facetas como tiene la naturaleza, entonces su tarea resulta más compleja. Porque mientras sus movimientos, que requieren un campo de actividades en el mundo objetivo exterior, son aceptados por ella y los demás como legítimos, otros anhelos, que también tienen su origen en lo más profundo de su ser y que buscan una realización espiritual y subjetiva, son generalmente incomprendidos. La manifestación de estas necesidades es frecuentemente considerada como simples caprichos, antojos, emotividad, superstición, etc.
 
Sin embargo, en muchos casos, estos problemas subjetivos se han vuelto tan apremiantes, que el factor psicológico que los viejos científicos eliminaban es ahora observado y analizado con afán. De nuevo una vez más la piedra que los constructores rechazaban se convierte en la piedra angular. Porque cada ser humano no sólo tiene impulsos e instintos que necesitan vivir una vida colectiva en un grupo social para su satisfacción, sino también otros instintos e impulsos que le incitan a encontrarse a sí mismo como individuo único. Todos tenemos una naturaleza que busca amor y relaciones y también es innata en cada individuo la necesidad de luchar por la verdad impersonal. Estas tendencias opuestas son la expresión de la dualidad de la naturaleza humana al mismo tiempo que es objetiva y subjetiva. Esta oposición se encuentra en todos los seres humanos llevándolos inevitablemente al conflicto. Este es tanto más grave en el mundo Occidental de hoy en cuanto se refiere más duramente a las mujeres, porque la civilización Occidental pone especial énfasis en los valores exteriores, los cuales encajan mejor con la naturaleza del hombre que con la de la mujer. El espíritu femenino es más subjetivo, está más relacionado con los sentimientos y amistades que con las leyes y principios del mundo exterior. Y esta es la causa de que lo interior y lo exterior sea más devastador para la mujer.
 
Hay otra razón por la que este problema es especialmente urgente para las mujeres de hoy. Se refiere al reciente desarrollo de la parte masculina de la mujer que ha sido tan relevante en estos últimos años. Este desarrollo masculino está definitivamente relacionado con su vida en el mundo de los negocios; en la mayoría de los casos incluso se considera un pre-requisito para ganarse la vida, practicar una profesión o llevar un comercio. El cambio de carácter que acompaña esta evolución no se detiene en la parte profesional de la vida de una mujer sino que afecta a toda su personalidad y ha causado profundos cambios en sus relaciones consigo misma y con los demás.
 
Mientras la parte masculina de la naturaleza femenina estaba sin desarrollar e inconsciente, como ocurría en el pasado, dormía irreconocida o funcionaba de un modo puramente instintivo. El reciente despertar de la mujer de su apatía ha sacado a relucir los poderes latentes que, naturalmente, ella está dispuesta a desarrollar en la vida de grupo. Este paso hacia adelante en el desarrollo consciente no se hace sin dificultades e inconvenientes. La mujer se ha apartado del antiguo camino, bien establecido, de la conducta femenina y su adaptación psicológica. Hoy en día se encuentra acosada por problemas que ni ella ni las mujeres pioneras que iniciaron el movimiento para la emancipación de la mujer, preveían. Estos cambios han producido en la mujer un conflicto interior ineludible entre la urgencia de expresarse en el trabajo, como un hombre, y la necesidad interior de vivir de acuerdo con su propia naturaleza femenina antigua. Este conflicto parece condicionar toda la experiencia de la vida para aquellas mujeres modernas que son capaces de verse a sí mismas como individuos conscientes. Una vida parcial no es suficiente para ellas, el conflicto en su interior entre entre las tendencias opuestas de masculino y femenino tiene que ser afrontado. No pueden recuperar los valores femeninos por el viejo camino instintivo e inconsciente. Adquiriendo un nuevo grado de consciencia han cortado con el fácil camino de la naturaleza. Si deben tomar contacto con su parte femenina perdida, ha de ser a través del duro camino de la adaptación consciente.
 
(...) me centraré en aquellos casos en que se ha construido una vida personal adecuada, y aún penetra en sus sueños material colectivo, mientras que al mismo tiempo hay una gran insatisfacción con la vida que han conseguido. En estos casos el problema individual no puede comprenderse si sólo se contempla desde un ángulo personal. Porque no hay vida humana que sea únicamente personal. Porque ganarse la vida, casarse, tener niños y tomar parte de un grupo social no es suficiente. Más allá de esto, cada hombre y mujer debe adquirir una mayor comprensión de la vida si no quiere verse sofocado en un infantilismo. Como seres civilizados es necesario, como Jung observa, encontrar para nosotros un Weltanschauung o mundo exterior, lo cual implica una mayor adaptación al mundo, en ambos aspectos exterior e interior, que la necesaria para guiarse en una vida simple o provinciana, donde basta un funcionamiento casi inconsciente e instintivo. Es verdad que mucha gente vive y muere así, apenas más conocedores de los movimientos del espíritu que los animales o campesinos. Pero aquellos individuos cuyos sueños existe una preponderancia de imágenes colectivas, se enfrentan con la necesidad de construirse un mejor Weltanschauung e interesarse por estos problemas generales, tanto si aparecen como problemas exteriores, relaciones sociales, económicas o internacionales, o como la necesidad de una filosofía y religión interiores. Si el material del sueño se reduce por el análisis de nuevo a la vida personal y si se interpreta relacionándolo sólo con la satisfacción de la parte personal del instinto, el individuo sufrirá una seria mutilación de su psique.
 
Por otra parte, si se reconoce que cuando los factores personales dejan de ocupar un lugar predominante el problema se presenta como un ejemplo de un problema humano universal, el individuo puede ser descargado de la esclavitud personal para encontrar una solución en líneas más amplias. (...) Porque a menos que un individuo juegue adecuadamente su papel en el escenario de este mundo, sólo alcanzará la mitad de su desarrollo. Esta última tarea significa que debe encontrar su propia relación con aquellas fuerzas impersonales que determinan los movimientos raciales o nacionales, ambos en el campo de los logros externos y el mundo interior donde los principios e ideas filosóficas y religiosas son el objetivo a alcanzar.
 
Quizás la más importante de estas leyes interiores que necesita hoy una nueva exploración, son los principios masculino y femenino. Estos términos no llevan fácilmente al lector corriente hacia la idea definitiva. Por "principio" quiero decir ley interior o esencial, no como las leyes impuestas por una autoridad legal, sino más bien como el término usado en la ciencia cuando hablamos de ley de la gravedad, las leyes matemáticas o la ley de la evolución. Estas leyes o principios son inherentes a la naturaleza de las cosas y funcionan infalible e inevitablemente.
 
Incluso en el hombre que se ha rebelado contra los dioses, desafiando las leyes naturales, suceden estas cosas. Pero por su cualidad cuasi divina de transformar la naturaleza ha perdido en parte de vista estas leyes o principios. Sabe que en el campo físico sólo puede vencer a la naturaleza obedeciendo a sus leyes, pero en su propia persona, en muchos casos, está tan extasiado ante su poder para enfrentarse a la naturaleza que olvida sus leyes. En el mundo Occidental esto sucede con respecto a la esencia o principio de lo masculino y lo femenino.
 
Esther Harding, Los Misterios de la Mujer, Ed. Obelisco, 19
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Extracto desde el cap. I de Misterios de la Mujer, de Esther Harding (Ed Obelisco, 1995)
 
ARTEMISA:
Con sólo echar una mirada a los atributos que la mitología ha otorgado tradicionalmente a Artemisa podemos entender cuál es la clave del carácter al que se refiere. La Luna, que rige el tiempo de los sueños, y los bosques, nos remiten instantáneamente al nocturno, salvaje e indómito Inconsciente, y el arco y los perros a la facultad que convenimos en llamar intuición, tan conspicua en las mujeres nacidas bajo el patrocinio de esta diosa, que las mantiene en un estrecho y permanente contacto con ese ecosistema natural agazapado detrás de la urbana conciencia. La flecha proyecta la interacción del sujeto hacia cosas que están muy lejos del alcance inmediato de su mano, y el perro husmea para el dueño datos que para él son inaccesibles de modo directo. Todo esto son bellas metáforas de la captación intuitiva. La mujer Artemisa siempre está cazando información para orientar sus elecciones y sus metas a través de la corazonada, la clarividencia y la precognición. “Lo esencial es invisible a los ojos”, decía el Principito, y ella así asume también la realidad. Igual que el pequeño aviador, tiene siempre algo de aniñado e inocente, resistiéndose con uñas y dientes a renunciar al mundo mágico y promisorio de la infancia a favor de la prosaica, pragmática y resignada madurez. Esto conforma la mitad de las razones por las que esta mujer tiende a la soltería y, no pocas veces, en efecto, a la frugalidad sexual e incluso literalmente a la castidad: se trata de mantener un compromiso ideal con la pureza original del alma, a la que sólo se le permite hasta un límite la encarnación, la implicación en lo mundano, a partir del cual esto se siente como suciedad involutiva y angostura vital. No es la fuente de los deseos y el impulso sexual ese Inconsciente con el que está en contacto Artemisa, y al que se debe. Es la fuente de la creatividad, las grandes ideas y el arte, la fuente de la información trascendental, el lugar al que ella se siente comprometida. Está involucrada de tal modo con estas cosas tan etéreas que podríamos decir que toda mujer profundamente Artemisa es una auténtica sacerdotisa, espontánea y natural. Tan vigorosamente creativa y competitiva que sólo siente como destino apropiado alcanzar el liderazgo del templo (para irritación de sus jefes, mientras ella ocupe una posición laboral subordinada, cuando el templo es, por ejemplo, una clínica de medicina holística o una empresa de dietética naturista).
 
La otra mitad de los argumentos que justifican su celibato procede desde la misma esencia de la intuición, que, en contra de lo que suele creerse, no es femenina, sino andrógina, y dota a la personalidad que se sostiene en ella de una fuerte constelación unisex. Lógicamente, donde ya se vive y se piensa como hombre y mujer a la vez se echa menos en falta complementarse en pareja. Artemisa es una feminista genuina, que nunca entendió que tuviera que elegir entre una falda rosa o un pantalón vaquero azul. El amor personal se convierte con mucha facilidad en universal, y pasa a ser expresado, por ejemplo, en un contexto tan apropiado para ella como es una ONG. Pero la renuncia a la pareja es concomitante con otro desestimiento a veces aún más problemático: la maternidad. Nuestra cultura no tiene dificultades en asimilar lo femenino a lo virginal, pero segregarlo de lo maternal es otra cosa. El símbolo cristiano tiende un puente milagroso entre ambos, la Virgen Madre, tratando de superar así el conflicto. En el mito griego la paradoja se expone sin bálsamo, y Artemisa es tan regenta de la virginidad como de la fertilidad y los partos. Lo que ocurre es que la Luna que ella representa es la llena, como faro en la oscuridad, sabiduría sobre cosas ocultas, iluminación mistérica, pero la Luna llena es también simbólicamente desde siempre, en efecto, una representación de la fertilidad y el embarazo. El mito se vuelve aquí indiferenciado, ambiguo. La mujer Artemisa tiene que resolver este dilema en su vida individualmente, con poca ayuda y guía desde él.
 
Es imposible no aludir hoy en un debate sobre ecología al problema con el pulmón del mundo, la selva del Amazonas, y es imposible no hablar de la mujer Artemisa, que sólo un paso más allá se transforma en la pinchuda amazona, en un debate psicoecológico. Ella es la auténtica chamana, la experta en plantas, animales y espíritus del bosque. Su conexión con la Tierra es mucho mayor que la que tiene Deméter, y su afinidad con el Alma del Mundo sólo la obtiene Deméter con su tránsito por los infiernos, por las entrañas supra/inframundanas, al transmutarse en Perséfone.
 
Ecopsicología 2 – La mujer tiene una conexión única con la naturaleza
Archivado en: Ciencia y Mito, Editoriales, Eros y Psique, Géneros en conflicto, Noticias — Etiquetas: Artemisa, Deméter, Ecopsicología, feminidad, feminismo, Perséfone, Psicoecología, sexualidad femenina — Raúl Ortega @ 17:50
Como prometí, vamos a un segundo título sobre lo femenino y la Diosa, continuación de éste. Traigo a colación otro artículo de la revista Tendencias21, la cual voy definitivamente a pasar a la sección de enlaces favoritos. Y a ver si me pongo en contacto con la periodista Yaiza Martínez para felicitarla por sus reportajes, porque está claro que la mujer no hace más que dar en la diana eligiendo temas.
 
La mujer tiene una conexión única con la naturaleza
 
Esta relación puede perderse bajo la presión de los estereotipos, pero también fomentarse a través de los mitos o de la maternidad, publica Ecopsychology
 
La revista Ecopsychology, especializada en el análisis de la relación entre el medioambiente y el bienestar y la salud mentales, ha dedicado recientemente un monográfico a la relación entre las mujeres y la naturaleza. En él, investigadores de diversas universidades estadounidenses afirman que las mujeres, en general, tienen una conexión con la naturaleza distinta a la que tienen los hombres. Esta conexión puede perderse si las mujeres se sienten presionadas por estereotipos de belleza, advierten los autores, pero también fomentarse en otras situaciones, como la maternidad.
 
Por Yaiza Martínez.
 
 
La revista Ecopsychology, especializada en el análisis de la relación entre el medioambiente y el bienestar y la salud mentales, ha dedicado recientemente un monográfico (de libre acceso en Internet) a la reflexión sobre la relación entre las mujeres y la naturaleza.
 
Según Eurekalert, partiendo de la idea de que las mujeres experimentan su entorno natural e interactúan con éste de manera distinta a los hombres, el monográfico analiza la forma en que estas diferencias afectan al autoconcepto de las mujeres, a su imagen corporal, y a la actitud femenina hacia la preservación y protección del medioambiente.
 
Las editoras del monográfico han sido la psicólogo social Britain Scott, de la Universidad de St. Thomas, y Lisa Lynch, de la Antioch University, ambas en Estados Unidos. El trabajo presenta una colección de artículos que comprenden observaciones y teorías sobre cómo el sexo femenino, la maternidad, la naturaleza humana y la influencia de las normas sociales basadas en el género influyen en la autopercepción de las mujeres, y en su comportamiento hacia el medioambiente.
 
Belleza y ecología
 
En uno de los artículos, Scott explica cómo las normas culturales que fomentan la visión de las mujeres como objetos sexuales propician que las mujeres se preocupen por su aspecto y sean, generalmente, críticas con sus cuerpos.
 
En última instancia, afirma Scott, este sentimiento de las mujeres hacia sí mismas, provocado por los ideales de belleza, tiene un impacto negativo en la actitud de las mujeres hacia el medioambiente, y en su capacidad de conectar con éste.
 
Scott escribe: “la conexión con la naturaleza (CN) hace referencia a la medida en que la percepción del yo individual incluye la conciencia de uno mismo o de una misma como parte del mundo natural. La CN está relacionada positivamente con un comportamiento y una actitud a favor del medioambiente”.
 
Esta idea viene respaldada por dos estudios y un experimento en los que se constató que el sentimiento de ser un objeto sexual y la interiorización del ideal femenino de belleza degradan la conexión de las mujeres con la naturaleza: la perturbación de la relación con su propio cuerpo conlleva una desconexión con el mundo natural y, como resultado, un comportamiento menos ecológico, explica la psicólogo.
 
Instinto maternal, preservación ambiental
 
En el sentido contrario, en otro artículo, escrito por la psicólogo Kari Hennigan, del Institute of Transpersonal Psychology, se sugiere que las mujeres que pasan tiempo en entornos naturales e interactúan con éstos son más propicias a tener una mejor imagen de su cuerpo, y a distanciarse de las definiciones sociales de belleza.
 
Por otro lado, en otro de los artículos del monográfico de Ecopsychology, la psicólogo Susan Logsdon-Conradsen y la antropóloga Sarah Allred, del Berry College de Estados Unidos, describen el concepto de “activismo medioambiental materno”, basado en la suposición de que el instinto maternal se extiende al deseo de proteger y preservar el medioambiente, para mantenerlo para la descendencia.
 
Según escriben las autoras, el artículo presenta “un marco para la comprensión de una causa del activismo medioambiental poco analizada: la maternidad”. El activismo materno emergería de la identificación de la mujer con su rol de madre y de las responsabilidades que la mujer asigna a este papel social.
 
La maternidad es considerada así por las investigadoras como “un estímulo particular” enfocado hacia el cuidado y preservación de la naturaleza, que propicia el activismo medioambiental.
 
Recuperar la conexión con la Tierra
 
En el trabajo, publicado en Ecopsychology por psicólogos y sociólogos de la Colorado State University y de la Pennsylvania State University-Abington, se indica que las investigaciones sobre las diferencias entre sexos relacionadas con los valores y actitudes hacia el medioambiente, a menudo han constatado que las mujeres presentan valores y actitudes más pro-medioambientales, y que realizan actividades más implicadas con la naturaleza que los hombres.
 
Estos investigadores analizaron el papel de la “motivación por placer sensorial” (MSP), una disposición individual con la que se mide la necesidad humana de buscar y disfrutar experiencias relacionadas con la naturaleza a través de los sentidos, como posible causa de estas diferencias.
 
En este sentido, una comparación realizada en grupos de estudiantes universitarios (200 mujeres y 190 hombres), reveló que las mujeres puntuaban más alto en MSP en actividades en la naturaleza (paseos, visitas a entornos naturales, etc.) Por esta razón, explican los científicos, estarían “más motivadas para implicarse con la naturaleza en conjunto”.
 
Por último, en este especial de Ecopsychology, Gwenaël Salha, del Pacifica Graduate Institute de California, propone la revisión de un mito sumerio de 4.000 años de antigüedad, el de Inanna (diosa del amor, de la fertilidad y de la guerra), para ayudarnos a afrontar y superar la separación entre la Tierra y sus habitantes.
 
Desde una perspectiva ecopsicológica, explica Salha, “Inanna es sanada y salvada de una experiencia en el inframundo (al que decidió descender para enfrentarse a su hermana y deidad opuesta, Ereshkigal) a través de su conexión con la Tierra y con su comunidad”.
 
Este mito, por tanto, puede ser usado por ecopsicólogos y terapeutas como base para el fomento de la comunicación positiva en las crisis de pareja o familiares (comunidad), pero también como base para mejorar y restablecer nuestra relación positiva con la Tierra.
 
Cuando escribí, hace ya unos años, para mi presentación en Odisea algo como esto: “Habiendo sido durante mi juventud un convencido militante ecologista, entre mis proyectos se encuentra la fundamentación de un paradigma transpersonal psicoecológico“, era ignorante de que ya en 1992 Theodore Roszak había acuñado el término ecopsicología. Sigo siendo un indocumentado, por más tiempo que pase. Menos mal que “nunca es tarde si…”, y la dicha es muy buena si esta idea de unir psicología y ecología se ha desvelado una idea matriz, es decir, arquetípica, que anima e inspira a un montón de personas, todas las cuales me eran hasta ahora estúpidamente ajenas. Descubro con tanto regocijo como sorpresa que hay todo un entramado institucional ya, y revistas, publicaciones… Como es natural, es la psicología de lo psicoide, la que entiende la íntima conexión entre el alma y lo físico, la psicología metafísica, la sistémica, la de los mitos, la que se aúna con la ecología en busca de la salud holística, en busca de la salud del alma en conexión con el Alma del Mundo. Tengo que ponerme ahora a investigar si a pesar de la ley del “tanto monta, monta tanto”, psicoecología, como yo entiendo el asunto, es lo mismo que ecopsicología, como lo entienden los herederos de Roszak. Lo primero que me parece notar en este artículo es que se atiende mucho a la mitad ctónica, institiva, del arquetipo, del mito, en detrimento de su mitad espiritual. Recuperar nuestra naturaleza original al nivel de los instintos, del cuerpo, está obviamente relacionado, de un modo directo, con la sanación del sistema biológico y geológico global, pero tenemos que darnos cuenta que el mito nos recalca a voces que es inseparable el equilibrio instintivo del equilibrio espiritual. Recuperar nuestra sexualidad natural no puede estar separado de recuperar nuestra religiosidad natural. No basta una cosa sin la otra.
 
En este artículo se reseñan las ideas ecopsicológicas que es capaz de destilar un tal Gwenaël Salha desde el mito de Inanna, y en mi editorial anterior yo aludía a Deméter, la más apropiada diosa a la hora de hablar de maternidad, diferenciándola sin embargo de su adscripción a lo instintivo y viajando con ella hasta la región mistérica, espiritual. Reconectarse con la ley natural inscrita en el arquetipo reequilibra nuestra esfera fisiológica, pero siempre de un modo subordinado a la esfera espiritual. Hay que estar preparados para entender que a veces la relación entre ambos polos puede ser desconcertantemente paradójica. Hay que recordar que para el arquetipo la Naturaleza no sólo es orgánica, no sólo son leones y búfalos, su cuerpo profano, sino también hadas y elfos, su alma sagrada.
 
Hace unos días saltaba a la prensa española la noticia de que una diputada, como portavoz de cierto conglomerado institucional, acusaba al plan de ayudas e incentivos a la maternidad que quiere implantar la Xunta (Galicia está muy afectada por el envejecimiento de su población) de predemocrático, patriarcal y retrógrado. Contrastamos esto con lo que nos cuenta la ecopsicología al respecto y se hiela la sangre ¿no? La mente mefistofélica no sólo exilia al hombre de lo sagrado, también pervierte su sexualidad. Pretende que millones y millones de personas repriman o desvíen su instintividad natural en pro de un modelo humano irreal. Si la argumentación se apoyara meramente en el grave asunto de la sobrepoblación, no sería tan retorcida. Pero la idea que parece que se persigue es convertir en Hipatia (según cómo la entienden ellos, no como era en realidad) a todas las mujeres. Ahora bien, cuidado: genuinas Hipatia hubo, hay y habrá siempre. Obligar a una mujer así, que lo es de modo completamente natural, a crear familia, a parir, es un engendro tan diabólico como lo anterior.
 
Para abundar más en las complejas relaciones entre el instinto, el espíritu y la Naturaleza traigo a colación un perqueño pero denso ensayo que elaboré para el librillo “Diosas de ayer, mujeres de hoy“, ocupándome de la psicología de la mujer Artemisa:
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Introducción:
 
En este trabajo intento conjugar una serie de ideas interesantes que distintos autores han desarrollado, para tratar de hallar una fundamentación astrológica a sucesos que han marcado grandes períodos de la Historia, en este caso la del Occidente Cristiano.
 
Jung, en su monumental obra Aion, vincula al Eón de Piscis con el Cristianismo. Allí lanza su hipótesis más audaz: el paso del punto vernal por el pez vertical corresponde a la difusión del Cristianismo. Pero ya a mediados del siglo XII, se va aproximando a la primera de las dos últimas estrellas de la comisura que une a los dos peces. La otra coincide con el inicio del Renacimiento y la siguiente, ya en el pez horizontal, hacia 1817 mostraría simbólicamente al Anticristo. Se trata del proceso por el cual el espíritu desciende y se “convierte en antiespíritu y el arquetipo vivificador sucumbe paulatinamente en la forma del racionalismo, el intelectualismo y el doctrinarismo”
 
Jung fundamentó su idea en el movimiento de precesión de los equinoccios sobre la constelación astronómica, de un tamaño diferente (52°, 12’) que la astrológica (30°).
 
Boris Cristoff ha desarrollado una interesante idea al subdividir el Mes Platónico o Eón de Piscis en 12 subperíodos de 175 años cada uno, en un intento de mostrar grandes períodos de la Historia bajo la óptica astrológica. Esta concepción, sin embargo al tener como único patrón el zodíaco radical iniciado en Aries, no arroja resultados convincentes, en el plano simbólico, con respecto al Cristianismo y al Eón de Piscis.
 
Por otro lado, Rudolf Tomaschek (1957), Teodoro Landscheidt (1973) y Michael Erlewine (1977), dieron a conocer una nueva dimensión de la Astrología, al sumar los puntos galácticos: Apex, Centro Galáctico y Super Centro Galáctico, popularizados en las actuales efemérides de Ebertin y Michelsen (Centro Galáctico).
 
El Apex es el punto del espacio hacia el cual se dirige el Sol, arrastrando a su sistema, a una velocidad de 1000 Km. por segundo. El Centro Galáctico es el punto alrededor del cual nuestro Sol y toda nuestra Galaxia, la Vía Láctea giran en un lapso que media entre 220 y 240 millones de años. Por último, el Super Centro Galáctico, es el punto alrededor del cual un grupo de Galaxias locales, incluida la nuestra gira.
 
Charles Harvey, en un excelente artículo publicado en Astrología N° 95 , vincula estos puntos, en especial el C.G. (Centro Galáctico) y el S. C.G. (Super Centro Galáctico), con individuos y acontecimientos que marca una evolución o un cambio en la conciencia colectiva de la Humanidad. Como ejemplos de ello, da el acontecimiento del primer vuelo realizado por Orville Wright, el 17 de diciembre de 1903. El Sol estaba en conjunción al C. G. (orbe 1°). Profundiza esta línea, pasando por Von Braun (padre del proyecto espacial americano); Yuri Gagarin (el primer hombre en el espacio) hasta llegar a Neil Amstrong, el primero en pisar la Luna, quien tiene su Luna natal en conjunción al C.G.. También ejemplifica con personas vinculadas a la música, filosofía, política y místicas.
Bruno Huber (1985) y Rosa Sole (1998, ponencia en Cosmovisión Argentina) amplían esta visión vinculada al horóscopo individual. Ellos relacionan al C.G., dada su igual velocidad de desplazamiento, con el PuntoVernal, proponiendo la combinación de ambos. Ellos asocian al Punto Vernal como si fuera el Ascendente y al Centro Galáctico en forma análoga al Sol.
 
Así, el Eón de Piscis tendría al C. G. en Sagitario, por lo tanto plantearían una era Piscis- Sagitario. Dado el movimiento inverso la próxima sería Acuario (punto vernal), Capricornio (C.G.).
 
Esta extensión hacia un punto de vista general, nos amplia la mirada individual de Harvey, enriqueciendo la comprensión de la Era. Sole asocia la “tendencia a la agresividad (característica de esta Era), ilustrado claramente tanto por las Cruzadas como por el descubrimiento de América y su “Cristianización”. Y por otra parte (...) el desarrollo de las ciencias naturales y la consiguiente construcción de la civilización tecnológica actual” con la involucración del C.G. desde Sagitario.
 
Entre esta perspectiva general y la individual de Harvey quedaría un lugar a cubrir. La pregunta surgida es si este espacio podría ser llenado por la división en períodos de Cristoff, pero adaptadas al Eón de Piscis.
 
Además, si introducimos un Ascendente Precesional con movimiento Simbólico que atraviese los períodos zodiacales, nos permitiría la interacción con estos puntos galácticos en determinadas zonas de tiempo. La pregunta es si este vínculo nos conduciría a resultados realmente significativos, que nos faculten inferir el accionar de estos puntos en el Inconsciente Colectivo y la Historia.
 
Sumadas a la genial intuición de Jung, quizás nos permitiría ampliarla y tomar conciencia de ciertos hitos en el desarrollo del Cristianismo y su peculiar peso en la Historia de Occidente. Pero, para dar forma a esta idea debemos plantear e intentar solucionar algunas dificultades.
 
El Planteo del Problema:
 
La Precesión de los Equinoccios.
 
En la Introducción expuse en forma sucinta la singular visión de Jung acerca del movimiento del punto vernal por los dos peces de la Constelación de Piscis, dando lugar a su interpretación sincronística del tema de los dos hermanos rivales: Cristo y Anticristo. El primero representado por el pez vertical y el segundo por el horizontal mirando hacia el Oeste.
 
Ampliando la interpretación de Jung, este lugar del espacio ha sido caracterizado en las diferentes tradiciones como el sitio de las tinieblas, del hundimiento de la luz. En la tradición cristiana es el lugar de Satán; en la sufi, el Occidente simbólico corresponde al exoterismo, la literalidad y la materia, que en su extremo extrovertido, “perdidos en el objeto” como diría Heidegger degenera en materialismo y racionalismo. Para completar esta amplificación, siguiendo el principio sincronístico el punto vernal en su viaje al Oeste, pasando la última estrella de la comisura y entrando ya en el segundo pez (principios del siglo XIX), el Occidente simbólico encuentra su lugar en América del Norte, donde se incrementará en nuestros días como pragmatismo tecnócrata.
 
Jung tuvo en cuenta para su concepción, la constelación astronómica tal como se la observaba en aquel momento, que difiere del “zodión noetón”, las divisiones de 30º en 30º de la Astrología Occidental.
 
En el año 1969 B. Cristoff expuso su teoría acerca de una Astrología Precesional basada en subperíodos de 30º en 30º. La pregunta surgida es si es posible hacerlos coincidir.
 
La primer dificultad que nos encontramos para investigar esta posible coincidencia -además de los distintos parámetros tomados por estos autores- es la falta de acuerdo entre los astrólogos, y también entre los astrónomos, para definir en primer lugar la duración de las eras astrológicas. En segundo lugar, los astrólogos difieren también en el inicio de la era de Piscis, dado que cada uno toma en consideración distintas movimientos para establecer su comienzo.
 
Este problema nace porque el movimiento del plano eclíptico no es uniforme y puede tener una variación de 281.2 años con respecto a la precesión solilunar de 25.694.8 años. De manera que puede ocurrir de 25.413.3 a 25.976 años. Charles Joyce hace notar que “este alcance de variación incluye la proporción actual, 25.868; el período mencionado por Platón, 25.920 y el registrado en la Gran Pirámide de los egipcios de 25.827 años.”
 
A esta variación algunos astrólogos le agregan la precesión del polo cuyo ciclo es de 25.868 años. De la combinación de ambos ciclos y sus variantes Jayne establece como coincidencia aproximada de los dos Zodíacos Fijo y Móvil el 254 a.C. en concordancia con G. Massey el 255 a.C.. Este autor concluye que puede tomarse un período de transición cuyo punto medio se produjo hacia el 115 a.C., la cual estaría cercana a la dada por Rudhyar: 97 a.C. y Thiorens 125 a.C.
 
Desde la perspectiva astronómica, considerada por Jung, según la estrella fijada como comienzo nos encontramos a Al Rischa (a 113) coincidiendo en el año 146 a.C.. En cambio tomando en consideración Omicron Piscis, sería hacia el 11 d.C. El astrólogo Robert Hand, quien explora esta línea de Jung, sin embargo difiere en las fechas de coincidencia: toma Al Rischa el 111 a.C.y la Omicron Piscis 7 d.C.
 
Por último Cristoff toma como punto de inicio el año 0. En cuanto a la duración de las eras Jung toma el mes platónico de 2143 años, Hyde 2156 años, Huber-Sole 2151, varios 2165 y finalmente Cristoff 2100.
 
Como podemos observar no hay un criterio único para considerar este fenómeno, dados los diferentes puntos de vista de los investigadores. Dado que en realidad todos ellos corresponden a mediciones que reflejan una cualidad cuasi axiomática, por ende condicionada por la psique del observador, seguiré el planteo original de Jung. Ello implica también, por un lado, la conexión a través del principio de Sincronicidad, o sea la noción de hecho único e irrepetible, tal como ocurre en la Historia. Por el otro, también involucra el principio más general de A-Causalidad, donde la regulación de hechos está dada por los arquetipos que colorean con un trasfondo similar a estos sucesos únicos y que el lenguaje astrológico los expresa con elocuencia inigualada.
 
Por lo tanto, la fecha 11 d.C., coincidiendo con la estrella Omicrón, está en un punto intermedio entre el - 6 a.C. (verdadero año 0, nacimiento de Jesús) y el 25 al 28 dado por Jayne, quien inicia allí un nuevo ciclo de precesión polar, coincidiendo en forma cercana con la probable crucifixión de Jesús.
 
Cristoff divide el mes platónico de 2100 años en sub-eras de 175 años. Pero su medida no tiene ninguna conexión con el astronómico. Para hacerlo más apropiado debemos elegir entre las diversas variaciones señaladas más arriba. Jung al considerar 2143 años para el mes platónico, toma un total de 25.716 años, muy aproximado a la precesión solilunar promedio dada por Jayne de 25.694.8 años.
 
Esta medida de 2.143 años es la que tomaré para seguir la investigación por el siguiente motivo: al dividirlo por 12 nos da una era de 178.583 años. Como señalé más arriba, la elección del punto de vista del observador está condicionada por su propia psique, teniendo en cuenta que la psique abarca también a la psique colectiva y sus dominantes los arquetipos, que como demostró W. Pauli en su estudio sobre Kepler, influencian en la conformación de los conceptos científicos . Teniendo en cuenta el descubrimiento del propio Jung del número como factor ordenador de la psique, la elección de Jung pudo haber estado influenciada por el arquetipo de la Era de Piscis. La coincidencia está dada por el ciclo sinódico de los regentes de Piscis, Júpiter y Neptuno. Catorce de estos ciclos resultan 178.923 años. Además el ciclo Júpiter – Saturno, tratado en Aión, coincide con este patrón: 9 períodos sinódicos representan 178.734 años terrestres.
 
Esta coincidencia en la elección nos hace pensar en la acción del arquetipo por detrás de la conciencia de Jung, aunque él no lo haya aplicado directamente en su investigación.
 
¿Aries o Piscis?
 
Cristoff subdivide estos doce períodos basándose en el Zodíaco Radical, o sea comenzando en el 0º de Aries. Dada la demostración efectuada por Jung en Aión, el Cristianismo está identificado con el Eón de Piscis. Desde el punto de vista simbólico, sería más coherente iniciar estos períodos en el propio 0º de Piscis, haciendo coincidir la dirección astronómica del Punto Vernal con esta astrológica, aunque funcionen en direcciones opuestas .
 
Desde esta visión se presentaría que el último período de la era de Aries, o sea Piscis, estaría anticipando y mostrando la transición hacia la era emergente. En la actualidad estaríamos atravesando el período Acuario de la Era de Piscis. La explosión tecnológica, la liberación sexual, el androginismo, la ruptura de los vínculos tradicionales e incluso el intento fallido de la globalización de unificar la diversidad bajo un solo pensamiento, generando movimientos de revalorización de lo tradicional cultural (doble aspecto: lo muy nuevo o lo muy viejo acuariano) son muestras cabales de esta transición hacia la era de Acuario.
 
Volviendo al período Piscis de la era Ariana, el historiador Morris Berman, en su obra “Cuerpo y Espíritu”, nos muestra este pasaje al señalar los movimientos dentro del judaísmo que precedieron a la formación del Cristianismo. Berman nota la influencia helenizante, a comienzos del siglo II a.C. (final del período de Acuario), en una clase alta interesada en la asimilación, el manejo del idioma griego era fundamental para ascender en la clase social.
 
Esto generó una reacción entre los hasídicos (que se remontaban al 300 a.C.) quienes sostenían la observancia ritualista de la Torá conocida como Halacha, teniendo sus bases en las clases populares.
 
En el 175 a.C., a finales del período Acuario, la sucesión griega llevó al poder al gobernador seléucida Antíoco IV, quien ayudado por los estratos altos de la sociedad, quería convertir a Jerusalem en una Polis griega. Para ello declaró una guerra contra el judaísmo halacha marginando de la ley todas las ceremonias religiosas.
 
Los siguientes doce años se caracterizaron por una guerra de guerrillas por parte de los hasídicos , entre los que se destacaba Judas Macabeo, concluyendo en la instauración de un estado judío, entre el 164-163 a.C., ya en el período de Piscis (iniciado en el 168.5 aproximadamente).
 
A su vez alrededor del 150 a.C., los hasídicos se dividieron en dos grupos, uno separatista: los Esenios, una secta ubicada en Qumrám junto al Mar Muerto, dirigidos por un Maestro de la Virtud. El otro grupo también antigriego, los fariseos, quienes creían que debían colaborar con el orden institucional, es decir con la situación política. Berman comenta: “ Durante este tiempo surgió una versión del judaísmo que no estaba –ostensiblemente al menos- involucrada con la Halacha sino con la profecía, especialmente en su forma milenarista y apocalíptica. Muy claramente religión y política -a despecho de los esenios- estaban haciéndose inseparables.”
 
La literatura apocalíptica tiene como característica asociar acontecimientos recientes con profecías de varios siglos atrás, y anunciar la inminencia del final de los tiempos y el juicio divino, manifestaciones asociadas al Piscis astrológico. Eliade señala en el Apocalipsis de Esdras (fines del siglo I a.C.) un cambio en la literatura apocalíptica, anticipando el desarrollo posterior en el Cristianismo de la Era de Piscis. Se trata de la escisión de la figura de Yahvé –influencia del dualismo iranio- con la aparición de Satán, ya no como ángel acusador (libro de Job), sino como el propio adversario de Dios. Esta escisión es mostrada sincronísticamente por los dos Peces en diferentes direcciones de la constelación, pero esto recién aparecerá con posterioridad en el propio Eón de Piscis. En el siglo II a.C., en el planisferio de Timócrates citado por Hiparco de Alejandría se presenta a la constelación con un solo pez, coincidiendo con la astrología india y babilonia. En esta última, en tablillas del 600 a.C. se la muestra como la línea de pesca con el pez prendido. En el zodíaco de Denderah aparecen los dos peces pero siguen la misma dirección.
 
Como podemos observar, los temas señalados anticipan con claridad el advenimiento de la Era por venir. Sobre este tópico volveré más abajo.
 
El Ascendente Simbólico Precesional
 
Para poder vincular los puntos galácticos en una dinámica histórica, propongo como hipótesis de trabajo una dirección simbólica del Ascendente que se inicia en el 0º de Piscis, cuyo movimiento es en mismo sentido de los puntos galácticos, o sea en el tradicional directo . De esta forma, este Ascendente interaccionará con los puntos galácticos en los diversos ángulos posibles a lo largo del Eón. La hipótesis a estudiar es si estos contactos marcan algún hito saliente dentro del período de 178.583 años. El movimiento por grado es aproximadamente 6 años (5 años, 11 meses, 15 días).
 
Harvey, en el artículo citado, al trabajar con estos puntos en temas natales utiliza un máximo de 2 grados de orbe, lo cual en este tipo de direcciones daría un arco de 24 años (superior e inferior). Este orbe sería excesivo para este tipo de investigación. Aunque los acontecimientos históricos se van gestando en períodos de tiempo más extensos que los individuales, utilizaré orbes más pequeños sin superar el grado en lo posible.
 
Por ejemplo tomando la fecha de la versión definitiva del libro de Daniel y del libro de Henoc, 164 a.C., nos encontramos que correspondería el A.S.P.(Ascendente Simbólico Precesional, de ahora en adelante con estas siglas) en 0º 40’ de Piscis. Estaría en oposición al S.C.G. en 0º 51’ de Virgo, con un orbe de 11 minutos, también coincidiría con la instauración del estado judío con Judas Macabeo.
 
La división entre las dos corrientes: Esenios y Fariseos hacia el 150 a.C., nos muestra el Apex a 2º 22’ de Sagitario, en cuadratura al A.S.P. en 3º de Piscis (orbe 38’).
 
Finalmente, y con ciertos recaudos dada la falta de confirmación de los acontecimientos históricos, si tomamos el inicio del ministerio de Jesús a los 12 años (6 d. C.), en la sinagoga donde se declara hijo del Padre celestial (Lucas, 2, 49). Tendríamos al Centro Galáctico en 29º 15’ de Escorpio (Padre Celestial, I derivada) en trígono al A.S.P. en 28º 49’ de Piscis ( hijo, V derivada) con un orbe de 26’.
 
Es interesante esta relación porque si la era de Piscis según Huber-Sole es Piscis-Sagitario, Jesús nace y responde al Dios de Aries-Escorpio, al Dios señor de los ejércitos, violento, iracundo, posesivo y celoso de los judíos. De allí la interpretación de Jung de su nacimiento como el primer pez de Piscis y su muerte como el último carnero de la era de Aries, concretando el sacrificio prefigurado por Isaías. Esto último así lo entendía también Agustín de Hipona en su Civitas Dei XVI, cap. XXII: “Quien era ese carnero por cuya inmolación se cumplió el sacrificio?. ¿a quien prefiguraba aquel sino a Jesús?”
 
Sin embargo, el C.G. entrará en Sagitario hacia el 80 de nuestra era (Huber considera 85), lo cual daría un viraje a lo iniciado en el período anterior. La pregunta surgida es si este cambio astrológico tendrá consecuencias en el desarrollo del Cristianismo posterior.
 
La Era de Piscis
 
Período Piscis (11- 189.583 aprox)
 
Al tratar el período de Piscis de la era de Aries, señalé una serie de hechos históricos que, según el historiador Morris Berman, crearon las condiciones para el advenimiento del Cristianismo. Berman comenta: “como muchos eruditos lo han reconocido, la tensión de la helenización vs. Halacha fue la que preparó el escenario para el surgimiento del Cristianismo”.
 
Además en esta transición se anticipaban los temas propios del Eón de Piscis: 1) aparición de la figura del adversario de Dios: Satán. 2) la literatura apocalíptica interpretando los hechos de ese momento en base a profecías “anteriores”. 3) inminencia del fin de los tiempos y el juicio divino.
 
Ya en el nuevo Eón y en el contexto propiamente judío, estas dos tendencias –representadas por los peces enfrentados- se reflejan en aquellos que se adaptaban a las costumbres paganas y su dominio político (pez occidental) y en la Halacha que se resistía tanto a la cultura como a la política foránea, (pez vertical). A su vez estos se subidividían en aquellos que acordaban con el poder político (fariseos) y los que directamente se apartaban (esenios).
 
Desde el punto de vista junguiano nos encontraríamos con las tendencias opuestas de extraversión (clase alta judía helenizada) e introversión (esenios) y un punto intermedio en los fariseos.
 
A través de Juan el Bautista –quien se cree pudo haber vivido unos años con los esenios- Jesús tiene afinidad con esa rama del judaísmo que buscaba recuperar el espíritu de la ley, renovando la costumbre rígida y desvitalizada.
 
Elaine Pagels comenta: “Jesús advierte que la llegada del juicio final haría zozobrar el mundo social y político. Entonces “muchos primeros serán últimos y muchos últimos primeros (Mateo 19,30) y la llegada del reino se mostrará ante los que entonces eran “despreciados y rechazados”.
 
Las ideas proclamadas por el rabí Jesús en su ministerio ya en el Eón de Piscis le corresponden simbólicamente, en especial el pez vertical : el abandono de lo material- ritual en aras de lo espiritual; la ayuda al prójimo, el advenimiento del Juicio Final y el reconocimiento de los marginados. Además los símbolos que luego identificarán a sus seguidores: los apóstoles pescadores y pescadores de hombres, el bautismo en las “piscinas”, los discípulos como “pececillos”, el pez como señal de reconocimiento, etc.
 
Pero como vimos el Eón de Piscis está dominado por el mitema de los hermanos rivales , sus seguidores pasaron a ser una secta de las muchas que existían dentro del judaísmo, aunadas por la observancia de la Torá, más allá de sus concepciones diferentes. Paul Johnson comenta: “para muchas personas seguramente era poco más que una secta judía piadosa y humilde, inclinada a la caridad, a compartir los bienes, a reverenciar a un Jefe injustamente tratado, y dotado de un mensaje apocalíptico.”
 
Johnson nos confirma en su descripción las características asociadas a Piscis. En el mismo texto, nos comenta que el cristianismo incipiente era atacado por algunos sectores de la ortodoxia, poniendo límites a su acción. El movimiento entero corría el peligro de ser detenido primero y luego reabsorbido, por ello la expansión del mensaje a los gentiles comenzará a cobrar una importancia fundamental.
 
En ese contexto aparece la figura de Pablo de Tarso, quien será el propulsor de esta expansión –resistida por la ortodoxia del Templo- y el primer teólogo del Cristianismo.
 
Al igual que en la división anterior entre los radicales esenios y los “helenizados”, con un punto intermedio encarnado por los fariseos, el Cristianismo inicial se había dividido entre los hebreos y los helenistas.
 
Los “hebreos” eran más conservadores y legalistas, a pesar de que esperaban la parusía, la segunda venida de Cristo. Seguían con fidelidad el código judío de las prescripciones rituales y representaban “mejor que nadie el movimiento llamado judeo-cristianismo.” En cambio, los helenizados no tenían gran estima por el culto celebrado en el Templo. Los helenistas eran un pequeño grupo residente en Jerusalem, luego expandido entre los judíos de la diáspora y en la comunidad pagana de Antioquia donde surgió por primera la designación de “cristianos”. Allí se tradujo el término “mesías” al griego Cristos y terminó por convertirse en nombre propio. Se produce la conjunción del mesianismo judío con la religiosidad y pensamiento griego, decisivas para la evolución posterior del cristianismo. Eliade comenta: “mérito inapreciable de Pablo, fue el haber captado los supuestos del problema y haber tenido el coraje de combatir incansablemente por imponer la única solución que estimaba justa y coherente”.
 
Pablo, por un lado, nos muestra en sí mismo el carácter arquetípico dual representado en el tema de los hermanos rivales del Eón de Piscis. Primero perseguidor de los cristianos, aprobando la lapidación de Esteban, el primer mártir de la fe cristiana (Hechos, 8,1). Luego en un violento giro hacia el opuesto, se transforma en el más vigoroso defensor luego de su visión de Jesús en camino a Damasco. Allí establece una participación mística con la figura de Cristo. Paul Johnson data esta revelación dos años después de la lapidación de Esteban en el 36, o sea en el 38. La coincidencia significativa está dada por el A.S.P.(4º 31’ Piscis) en oposición al S.C.G.(4º 20’ Virgo, orbe 11’), que coincide también con la época de la crucifixión (ver más abajo), mostrando la visión reveladora. Además está en cuadratura inferior al Apex en 4º 59’ de Sagitario (orbe 28’). Este suceso es el germen de la división posterior entre judeocristianos y cristianos, dada la idea de Pablo de ampliar el círculo a los gentiles (Apex, Sagitario). Esto parece concordar con lo expresado por Tierney acerca de la cuadratura inferior: “La vida nos forzará a apartarnos de las respuestas habituales desarrolladas en el pasado (...)que ya no pueden nutrir ni apoya emocionalmente nuestro desarrollo. Ahora necesitamos establecer un nuevo sistema de apoyo o base vital de operaciones para nosotros mismos, sugiriendo el abandono de los símbolos de seguridad previos.” Este aspecto es el mismo que en el período anterior en la era de Aries coincidía con la separación entre Esenios y Fariseos.
 
La reflexión paulina sobre su propia vivencia parece confirmarlo. Su identificación mística con Cristo, ritualizado en el bautismo, equivale a la salvación. La redención era un don gratuito de Dios y no un producto de la observancia de la Ley (cambio del ritual de Sagitario por el Don del mismo arquetipo); estar bajo ella supone permanecer “esclavizado a los elementos del mundo” (Gal. 4,3). La redención, por otra parte, era indistinta tanto para los judíos o paganos, esclavos o libres (1Cor. 12,13) (Piscis).
 
Estas ideas tensionaron al máximo la relación con los judeo-cristianos de Jerusalem, constelando, una vez más, ahora en el exterior, el arquetipo de los hermanos rivales, pero la separación se dará a partir del año 80. Por otro lado aparece en Pablo- como anteriormente en Jesús- la experiencia mística, la disolución de la conciencia en el arquetipo de la Totalidad, expresado en el lenguaje moderno, asociado astrológicamente al Eón de Piscis (Cristo) , según fundamenta Jung en Aión. De allí la idea “nos bautizaron con el único Espíritu” (1Cor. 12,13).
 
Otro elemento vinculado a Piscis, es la inclusión del enthousiasmus dionisíaco, a través del carisma, concesión hecha a los griegos, transformada en los dones del Espíritu Santo. Estos incluían: el don de sanar, el poder de realizar milagros, la profecía, el don de interpretar lenguas (todos ellos vinculados a Piscis y Sagitario en la profecía).
 
Pablo los jerarquiza en apóstol, profeta y doctores. Luego agrega un camino excepcional: “ya puedo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles que si no tengo amor, no paso de ser una campana ruidos o unos platillos estridentes. Ya puedo hablar inspirado y penetrar todo secreto y todo el saber, ya puedo tener toda fe, hasta mover montañas, que si no tengo amor , no soy nada” (1Cor. 12, 31; 13,1-13). Pablo escribe intentando corregir las tendencias extáticas dionisíacas que llevaban al libertinaje (1Cor., 6,12-15-18), a la “vanitas mundana” y a la “voluptas terrena”, el lado oscuro del arquetipo Piscis y de la diosa madre y el amor que le diera forma: Atagartis vinculada por Jung con Ishtar, Astarté y Afrodita, “ésta como Venus planetaria tiene su exaltación en Piscis”.
 
Pablo apela al lado luminoso del Amor. Podríamos relacionar esta reflexión paulina con su vivencia mística relatada en al segunda carta a los Corintios (12,1-11) donde es arrebatado al tercer cielo. Entre los gnósticos y en el misticismo astral que utilizan el orden caldeo, este cielo corresponde a Venus. Pablo, como lo muestra en Colosenses (2, 14-15) donde Cristo libera de la “nota escrita” de los arcontes planetarios, podría haber estado en conocimiento de este orden.
 
No sería la única concesión al gnosticismo. Eliade señala en 1Corintios (47,48): “el primer hombre salió del polvo de la tierra, el segundo procede del cielo. El hombre de la tierra fue el modelo de los hombres terrenos, el hombre del cielo es el modelo de los celestes”. El erudito rumano muestra en este texto como hace suya la idea dualista (también en 1Cor,14-15) fundamental en el gnosticismo de un hombre “psíquico” inferior opuesto a un “hombre espiritual”.
 
Es justamente el gnosticismo el gran rival, el hermano contendiente que ya Pablo percibía y que dará lugar a las violentas contiendas del período de Aries.
 
Antes de pasar a ese período veamos la incidencia del ingreso del C.G. a Sagitario alrededor del 80. En ese lapso de tiempo mediando entre los 75/80 se empiezan a escribir los primeros textos, el primero el Evangelio de Marcos, que para esos años alcanza su versión definitiva (había sido publicado entre los helenistas un cuarto de siglo antes). De los mismos años se considera la Epístola a Santiago.
 
El Evangelio según Lucas y los Hechos de los Apóstoles vienen a la luz entre el 80 y el 85, y el de Mateo entre el 85 y el 95. La división entre la religión del dios de Israel (Aries- Escorpio) y su hijo (Piscis- Sagitario) se estaba gestando. El historiador de las religiones Etienne Trocmé concluye: “la separación se ha producido ya y es admitida por todos. Pero ambas religiones han entrado en competencia y el evangelista se esfuerza por armar a la más joven para esa competición, asegurándole sus derechos a la herencia de la otra.”
 
Alrededor del 85, las autoridades judías ortodoxas anatematizaron a su joven retoño: “que los nazarenos y los herejes sean destruidos rápidamente y apartados del libro de la vida”, este juicio fue incorporado a la liturgia de las sinagogas, mostrando los valores del Eón de Aries-Escorpio. Pero como afirma Paul Johnson al comentar este juicio de la ortodoxia: “la herejía fue otro regalo judaico a la iglesia Cristiana, donde pronto comenzó a florecer lujuriosamente”. Hacia el 125, el C.G.(0º 28’Sagitario) hace su primer aspecto con el A.S.P. (19º 9’, Piscis, orbe 41’) 108º, de la serie creativa del quintil. En ese momento se crea la Apología cristiana, un nuevo género literario donde se intentaba inscribir al cristianismo naciente como en el contexto de la mejor tradición griega constituyendo la filosofía más completa.
 
Volviendo al año 85, en él nace el primer crítico y hereje expulsado de la Iglesia Cristiana, Marción, de la escuela paulina y su más grande adepto teológico. Para él, el Dios del Antiguo Testamento no podía ser el padre de Jesucristo. “El Dios del Antiguo Testamento era intolerante, celoso, duro, cruel, belicoso y feroz (...) Para él era una enormidad castigar en los hijos los pecados de los padres, y hacer sufrir a los inocentes por los culpables. Por consiguiente, pedía que se destronara a Yahvé, o por lo menos que se limitaran sus atributos.”
 
Marción percibía en realidad al Dios del Eón Piscis- Sagitario, un “Dios superior, o Dios Redentor, al que calificaba de un Dios extraño, desconocido. Lo enfrentaba al Dios inferior de este mundo”. El Dios superior le parecía la “bienaventuranza y la perennidad, que no se pone dificultades a sí misma ni a nadie”. Su hijo era Cristo, que no tenía nada de terrenal, ni carne ni cuerpo. ¿Cómo iba a manifestarse pues, la substancia del Dios Superior en este mundo? Por lo tanto (...) el Padre y el Hijo eran lo mismo, como el Hijo y el Evangelio. El espíritu vive de espíritu y engendra espíritu”.
 
Sin embargo desde el punto de vista observado, el joven Jesús captó a su padre del Eón Aries-Escorpio diferente al planteado por Marción. Siendo el cordero del sacrificio, marcando el paso al nuevo Eón y a la nueva concepción del más alto valor psicológico del hombre (definición de Dios para Jung). La pregunta surgida es si habría ocurrido algún fenómeno sincronístico, involucrando a algún punto galáctico, que denote este pasaje?.
 
Si tomamos la crucifixión de Jesús hacia el año 30 (se la calcula entre el 28 y el 30), nos encontramos que el A.S.P. estaría en 3º 14’ de Piscis haciendo oposición al S.C.G. en 4º 13 de Virgo (orbe 59’). ¿Será el S.C.G., el Dios extraño, desconocido de Marción?.
 
Si consideramos las especulaciones medievales, recogidas por Jung en Aión para amplificar el tema de los hermanos rivales, sobre la pretérita carta de Jesús, basada en la conjunción Júpiter- Saturno en Piscis, del 27 de Mayo del –6 (Jung toma el 29), utilizada también por Hiriart Corda y con la cual también trabajé en Utopías del Renacimiento (2º parte, en el Congreso de GEA 2003) -agregándole los planetas transaturninos para mostrar la curiosa y peculiar coincidencia de la carta con la descripción de la imagen arquetípica brindada por los evangelios- llegamos a una llamativa configuración.
 
El Sol está en Géminis (hermanos rivales) en 2º 06’ y el eje MC/FC en 3º 48 de Sagitario- Géminis. Superponiendo la posición de los puntos galácticos sobre la carta en el momento de la crucifixión (utilizando el orbe de Harvey de 2º) nos encontramos con que se forma una Cruz Cósmica-Galáctica entre el A.S.P. en 3º 14’ en conjunción con Urano (5º 46’ de Piscis); el Sol y el FC en Géminis (2º 06’ y 3º 48’); el S.C.G. en Virgo (4º 13’, Plutón está en 7º 16) y el Apex en Sagitario (4º 53’) en conjunción al MC (3º 48’).
 
Esta configuración parece coincidir con mayor precisión con los ideales del Cristianismo inicial: una religión que llama a la liberación de las ataduras del mundo (A.S.P. Urano en Piscis), del temor a la muerte (Plutón) trascendiendo a un reino “que no es de este mundo” (S.C.G.; Apex), debiendo vencer para ello al hermano rival, el “príncipe de este mundo” (Sol ,Géminis FC).
 
En la identificación mística de Pablo con Cristo, a través de su visión, se extiende este aspecto de S.C.G., pero, como plantearía Eliade, el estado inicial, “la perfección de los comienzos”, en el illo tempore (aquel tiempo), comienza a sufrir la degradación del tiempo.
 
Período Aries (189,58- 368,16 aprox.)
 
“Todo comienza en misticismo y todo termina en política”. Esta frase de Charles Peguy resumiría el paso del misticismo inicial de los primeros cristianos y su paulatina degradación hasta la oficialización como religión de Estado del Imperio Romano.
 
Este proceso se inicia precisamente con la asunción de Víctor I como obispo de Roma en el 189. Gontard comenta: “Corresponde a ese africano el mérito de haber transformado paulatinamente las anteriores comunidades de fe, amor y sacrificio (Piscis), en la forma fija de una Iglesia organizada. El clero obtuvo autoridad y facultades de culto. Estaba la lado de los cristianos y encima de ellos.”
 
Este accionar se venía preparando desde Clemente de Roma (90-100) y una generación posterior en Ignacio de Antioquia quien la profundiza al sostener que el laicado debía obedecer al obispo como “si fuera Dios” y preside “en el lugar de Dios” (Carta a los de Magnesia 6,1; Efeso 5,3). Visión que finalmente coagulará en este mismo período con el cielo como reflejo de la corte imperial de Constantino hacia el 325.
 
A Marción, el primer hereje, se sumaron otros quienes sostenían como Valentín (hacia el 140), que el Dios de los Ortodoxos: “reina como rey y señor, que actrúa como Comandante militar, que establece la ley y juzga a quienes la infringen, resumiendo, es el Dios de Israel”.
 
La acusación de los gnósticos, así se hacían llamar los que diferían de la ortodoxia, era que este Dios al cual los ortodoxos reverenciaban era un Demiurgo, un dios inferior apartado del principio superior y que era representado por el Dios de Israel. Expresado en el lenguaje astrológico era el del Eón Aries-Escorpio. La pregunta surgida es los llamados gnósticos, como vimos en Marción, postulaban su más alto valor en el correspondiente al Eón de Piscis-Sagitario.
 
¿Quiénes eran los gnósticos? La gnosis se basaba en la transmisión de ciertos conocimientos y ritos secretos reservado a un cierto número de adeptos. Este tipo de transmisión ya se hallaba en los misterios de las grandes religiones paganas, pero también en el judaísmo normativo y en las sectas judías: esenios, samaritanos y fariseos en la forma de la ascensión a los cielos (Merkhabá) cuyo modelo era el profeta Elías y su carro de fuego.
 
Ellos consideraban las esferas planetarias celestes, pero se perfilan las diferencias con las religiones mistéricas tales como la órfica, incluso el platonismo, debido a que la creación del Mundo se debe a este demiurgo ignorante y maligno, el dios del Antiguo Testamento, por lo tanto es mala. La Gnosis parte del conocimiento de los ritos, oraciones y pasos para escapar de los arcontes y su maléfica influencia.
 
Esta visión de la Creación y del dios del Antiguo Testamento, sumada también a la negación de la encarnación, muerte y resurrección del hijo, llevó a la ortodoxia a considerar su interpretación del mensaje evangélico como falsa, es decir otra “herejía”.
 
¿Cómo trataban sus enseñanzas los diferentes maestros gnósticos? Variaba según cada uno de ellos, pero podríamos resumirlo en el siguiente esquema: 1) origen y creación del mundo, del mal ; 2) caída del espíritu y prisión en la materia; 3) descenso del redentor divino para salvar a los hombres; 4) liberación gracias a la Gnosis; 5) victoria final del Dios Trascendente (no el Demiurgo).
 
Podemos observar este dualismo planteado entre espíritu y materia en los dos peces de la Constelación, el vertical (espíritu) enfrentado al occidental (caída en la materia). Recordemos la asociación tradicional de las prisiones en este caso corporal (Piscis en casa I cósmica del Eón) y por ende la búsqueda mística de trascenderla y fusionarse con la divinidad (Piscis).
 
Este mismo deseo de unión mística es el que se manifiesta en el mito valentiniano de la caída, donde Sophía, la sabiduría, en su ardiente deseo por fusionarse con el Padre, principio absoluto y trascendente, provoca el origen del mal y las pasiones. Este mito se hallaba presente en el considerado proto-gnóstico Simón el Mago, contemporáneo de los apóstoles, quien exaltó en Elena, una prostituta hallada en un burdel de Tiro, la encarnación de la Sabiduría divina.
 
Desde la óptica astrológica nos encontramos con la exaltación de Venus en Piscis, como deseo exaltado de Sophía y caída en la materia, en el mito valentiniano, y luego como prostitución sagrada y redención en Elena. Eliade lo expresa: “La unión del mago y de la prostituta sagrada asegura la salvación universal, porque es en realidad la reunión de Dios y de la Sabiduría divina.
 
Los gnósticos también se apoyaban para afirmar esta figura femenina en la prostituta redimida: María Magdalena. En su disputa con la ortodoxia, la hacen aparecer como la preferida de Jesús (Ev. de Felipe 63,32; 64,3); como la primera que lo vio al resucitar (Diálogo del Salvador 139, 12-15); de una gran sabiduría por encima de Pedro (Pistis Sophia) “Una mujer que conocía el Todo”.
 
Esta disputa entre María Magdalena y Pedro refleja simbólicamente la lucha entre las dos iglesias, similar a la anterior organización del judaísmo. Desde el punto de vista astrológico este combate es pletórico en significación dado que a Pedro se le atribuye tradicionalmente el lugar de Aries entre los 12 apóstoles. Nicolás Devore lo describe: “Pedro el ardoroso, el impulsivo, el irritable, líder pionero, que a su tiempo se convirtió en la roca sobre la cual se fundó la Nueva Iglesia del “Cordero”.
 
Por lo tanto nos encontramos una vez más con el conflicto Aries (Pedro-Ortodoxia- Dios de Israel- Eón de Aries), Piscis (María Magdalena-Sophía-Elena, Gnósticos, Eón de Piscis), del cual también se desprende el lugar de lo femenino y la mujer en cada una de las diferentes organizaciones.
 
Hasta 10 o 20 años después de la muerte de Jesús, sostiene, Pagels, las mujeres ocupaban cargos directivos en las iglesias locales y “ejercían en calidad de profetas, maestras y evangelistas”. Pero hacia el año 200 no existen pruebas de que las sigan desempeñando en las iglesias ortodoxas.
 
El proceso se había iniciado con Pablo (Corintios 14,34), Clemente de Roma lo continúa. A mediados del siglo II ya las mujeres eran segregadas de los hombres como en las sinagogas. A finales de siglo su participación en el culto es condenada y para el 200 es confirmada la carta pseudo paulina de Timoteo que exagera el sesgo antifemenino de Pablo: ”La mujer oiga la instrucción en silencio, con toda sumisión. No permita que la mujer enseñe ni que domine al hombre. Que se mantenga en silencio.” (I, 2, 11-12).
 
Es precisamente que el C.G. (1º 41’ de Sagitario) hace su segundo aspecto con el A.S.P. (1º 50’ Aries, orbe 9’). Aunque es muy temprano para sacar conclusiones llama la atención la relación del C.G. con el Cristianismo de la llamada línea ortodoxa, ligado en sus prácticas al judaísmo. Si observamos la secuencia es bastante sugestiva: 1) Jesús proclamándose hijo del Padre, pero en la sinagoga (6 aprox., Trígono desde Escorpio); 2) publicación de los primeros textos (80, entrada en Sagitario) 3) creación del género apologético 4) ahora represión de lo femenino volviendo a lo patriarcal judío (200, trígono desde Sagitario).
 
La crucifixión, hecho que da origen a todo el movimiento posterior y gran parte de las discusiones entre las distintas facciones, corresponde en primer lugar al S.C.G. y al Apex. Son precisamente estos puntos los que harán coincidencias significativas más que sugestivas con el único movimiento hereje que puso en peligro, durante el período de Aries y con posterioridad, a la Ortodoxia: el Maniqueísmo.
 
¿ Por qué el Maniqueísmo jaqueó al Cristianismo? Antes de responder esta pregunta quizás deberíamos comprender el triunfo de la Ortodoxia sobre los gnósticos. Los valores de Piscis sostenidos por los últimos, su rechazo al mundo y por ende su debilidad en la organización (introversión desde el punto de vista psicológico), debían palidecer ante la estructuración y la imagen divina que los sustentaba: amo, señor, juez y comandante de los ejércitos, asumida por el clero como su representante, más propio del período Aries. Esto refleja, desde el punto de vista sincronístico, el “espíritu de la época” (extraversión).
 
Es tal vez Mani (216-277), el fundador de este movimiento, quien se adaptó a este espíritu, dado que su propia constitución arquetípica se lo permitía (14/4, nativo de Aries). García Bazán explica: “ Para Mani la causa de las herejías y de la decadencia de las religiones de los tres grandes enviados que lo precedieron: Buda, Zoroastro y Jesús, fue que ellos no habían fijado sus enseñanzas por escrito. Teniendo el tiempo de la revelación un plazo determinado, una vez aparecido el revelador pleno, “sello de la profecía”, que anula lo anterior y comienza la etapa del final, debe fijar su revelación por escrito, darle la forma de un canon invariable y exigir a los seguidores la reproducción cuidadosa para que lo revelado alcance su fin universal.”
 
Podemos observar el arquetipo Aries en acción, un nuevo comienzo, “sello de la profecía” anulando lo anterior. Como señalé más arriba, Mani era nativo de Aries (14/4/216) , considerando 2º de orbe (harvey), el C.G. (1º 54’) estaba en biquintil con el Sol natal (23º 58’ Aries, orbe 1º 56’), reflejando su solución creativa (BQ) de colocarse (Sol Aries) como sello de la profecía (C.G. Sagitario), cuyo antecesor inmediato había sido Jesús.
 
Otro elemento que contribuyó también a su éxito y difusión, es que a diferencia de los gnósticos presentaba un “optimismo anticósmico” (C.G. Sagitario). El mundo es una mezcla de tinieblas y luz formado a partir de los cadáveres de los príncipes-arconte, pero “el acto de Creación del Mundo fue atribuido a un demiurgo bueno llamado Espíritu Viviente.” Este elemento contribuiría, como afirma Bazán, “para actuar misional y exotéricamente hacia fuera, como el primer nivel necesario de la transformación hacia lo estable del Universo, y esotéricamente hacia su interior, como la culminación de ese destino transformador, para que de este modo se alcance la liberación universal de todo lo que debe permanecer y ser salvado dentro del mundo cambiante”. Además del aspecto introvertido (esotérico), Mani se ocupó del aspecto extrovertido: escritura, enseñanza y expansión de la prédica; lo cual hizo que el Maniqueísmo sobreviviera y se convirtiera en “la más perniciosa de las herejías”.
 
Mani tuvo dos revelaciones, la primera a la edad de 12 años (primer retorno de Júpiter 27º45’ Escorpio), en donde se le instaba abandonar la comunidad elkesíta de fervor cristiano. En el 228, el A.S.P. (6º 27’ Aries) en quincuncio superior -de matiz escorpiano en concordancia con su Júpiter natal- con el S.C.G. (6º 59’ Virgo, orbe 32’). El Dios Supremo y Bueno del Maniqueísmo-Gnosticismo (S.C.G. ¿podemos asociarlo al “puro” y “perfecto” Virgo?) le instaba a abandonar (quincuncio) la comunidad de su padre.
 
La segunda revelación ocurre a los 24 años, en el 240 (segundo retorno de Júpiter), esta nueva revelación lo instó a actuar: “Ha llegado el tiempo de manifestarte públicamente y proclamar en voz alta tu doctrina”. . El A.S.P. (8º 29’Aries) está en trígono al Apex (7º 49’ Sagitario, orbe 40’); “la fuerza que guía a la personalidad” , como define Landschort al Apex, le anunciaba el tiempo (A.S.P. Aries) de actuar y proclamar su doctrina.
 
Volviendo al Cristianismo, luego de derrotar a su hermano rival el Gnosticismo, poseyendo el sitial de Pedro (Aries, II cósmica), quedaba la mayor tarea, imponerse a la mayor maquinaria militar de la Historia, el Imperio Romano y “sustituir el poder imperial- militar (Aries) por un régimen mesiánico milagroso (Piscis)”. La dialéctica con los gnósticos se repetía en apariencia, pero en forma invertida; los cristianos volvían a su búsqueda original. Pero la sombra del deseo de poder (II, Aries) constelada en el “espíritu de la época”, conspirará contra este anhelo.
 
En el año 297, el césar Galerio derrotó al rey Sasánida de los persas, Narsés, lo cual incrementó su influencia sobre el Emperador a quien aconsejó la política de persecución de los cristianos, cortando un período de tolerancia hacia ellos iniciado –con algunos episodios aislados- en el 260.
 
En el 298, el mismo Galerio provoca una depuración en el ejército, al obligar a los soldados y oficiales cristianos a realizar ceremonias que su culto les impedía. En el 297 el A.S.P. (18º 3’ Aries, ejército) hacía una sesquicuadratura inferior (conflicto) al C.G. (3º 1’ Sagitario, culto religioso) con un orbe de 2’. Galerio se comportaba como dice Tierney de este aspecto: “el impulso por sentirse importante lo llevará a comportarse en forma dominante.” Pero del lado de los cristianos también se expresa este aspecto: “la tendencia a ignorar o desafiar indirectamente las restricciones impuestas por el medio ambiente es característica de este aspecto.”
 
Con esta combinación de actitudes propiciadas por el trasfondo arquetípico, la consecuencia fue que en el 303 (orbe 1º) se declara la nueva y última persecución. La solución planteada por Tierney para este aspecto es : “nuestra habilidad para crecer a través de los asuntos interpersonales necesitará de nuestra voluntad para ajustarse y reorientar nuestros deseos que se basan en un mayor reconocimiento y respeto por las necesidades ajenas.” Esta es la habilidad y la astucia política que se manifestó en el décimotercer apóstol –como le gustaba nombrarse- el salvador de los Cristianos: Constantino (circa 280 –337). Este emperador aprovechó la fuerza de la religión cristiana para religar un Imperio tambaleante y aseguró su supervivencia.
 
El emperador asoció su culto del Sol Invictus al cristianismo. Previo a la batalla de Puente Milvio (25/10/312), dice soñar con Cristo, que le revelaba el lábaro, la insignia con la que debía combatir a los enemigos de Cristo. Al día siguiente tiene una nueva visión: la cruz encima del Sol. La sesquicuadratura inferior está vinculada a Leo, este trasfondo, vehiculizado a través de su conjunción Urano- Neptuno en Leo natal (281 partil en 8º9’) se manifestaba como el nuevo Mesías Rey y guerrero que los judíos esperaban. Constantino se transforma en el “señor de los ejércitos”•(Aries) que aguardaban los cristianos ortodoxos para lograr el sueño del “régimen mesiánico milagroso”.
 
Trece años después, en el 325, convoca el Concilio de Nicea, donde interviene directamente imponiendo su decisión sobre las disputas con el Arrianismo. La Ortodoxia sostenía que Jesús era el hijo unigénito de Dios igual al Padre, de la misma sustancia que él. Para el obispo Arrio, la segunda persona de la Trinidad era inferior al Padre, puesto que había sido engendrado como mortal. Constantino impuso el primer punto de vista bajo la amenaza de destierro; a partir de allí, el Poder imperial comenzó a hacer de “policía (Aries!!) de la fe en el interior del cuerpo episcopal.” Los obispos empiezan a asustarse de esta influencia, algunos de ellos son obligados a renunciar.
 
El A.S.P. (22º 45’ Aries) hace para el 325, la sesquicuadratura superior con el S.C.G.(8º 21’Virgo, orbe 36’). Esta vez Constantino tomó el lado más oscuro del aspecto: “la ruptura ocurre debido a nuestra compulsión interna por intentar que los demás sean como nosotros queremos.” De esta forma impone (sesquicuadratura) a Jesús como hijo unigénito (Aries) del Dios Trascendente (S.C.G.) y de la misma substancia (Virgo). Pero como ocurre con este aspecto: “nuestros esfuerzos para remodelar a la gente mediante sutiles juegos de poder tropieza a menudo con la resistencia inesperada que nos hacen, suscitando antagonismo y resentimiento mutuos.” Esta imposición de su idea y la expulsión de los arrianos tuvo graves consecuencias posteriores, imprevisibles en aquel momento.
 
Unos años después, el 11 de mayo del 330, Constantino funda la nueva Roma, la nueva Capital del Imperio, que marcará también consecuentemente la división en la primacía posterior tanto política como religiosa. Además mostraba el doble discurso del Emperador, por un lado decimotercer apóstol, por el otro colocando su propia estatua en el hipódromo que tenía en la mano una estatuilla de oro de la diosa de la fortuna Tiqué. Un decreto disponía que se debía hacer una reverencia ante esta imagen, volviendo al culto del Emperador-Dios , el Sol Invictus. El A.S.P., (23º 40 Aries) hacía la sesquicuadratura superior con el Apex (9º 5’ Sagitario, orbe 25’). Con sutiles juegos de poder, Constantino (A.S.P. Aries) seguía manteniendo la religión anterior y en sus manos estaba la fortuna, la diosa cuyo poder sometía al mundo (Apex, Sagitario, Júpiter como planeta de la fortuna). Desde una perspectiva más amplia podemos observar que una vez más al Apex involucrado en una división: 1) esenios y fariseos (Piscis, era de Aries) 2) la revelación de Pablo, germen de la división entre cristianos y hebreos (Piscis, era de Piscis) 3) la segunda revelación de Mani y la división entre cristianos y maniqueos , y 4) la fundación de Constantinopla, como nueva capital del Imperio y germen de las futuras luchas políticas y religiosas.
 
Con este último hecho llegamos al final del período de Aries, donde el Cristianismo Ortodoxo se impone a su hermano rival el Gnosticismo y luego es aceptado en el Imperio Romano. Pero los conquistadores han sido conquistados, su religión de fe, compasión e igualdad, se ha degradado y ha dejado lugar al Dios del Eón Anterior y de este período, como señor, amo y comandante de los ejércitos, representado por Constantino y el poder imperial.
 
Período Tauro (368,16- 546,74)
 
Llegamos al tercer período cerrando el primer cuadrante que sintetiza e intenta una solución a lo ocurrido en los dos períodos anteriores. El tema de los hermanos rivales subyacente en el Eón de Piscis, se había manifestado en el primer período con el conflicto y separación de la religión madre, el Judaísmo. Luego comenzaron las disputas entre las diversas iglesias que se profundizaron en la primera fase del período Aries. Luego, en la segunda, llevaron al enfrentamiento con la propia estructura imperial y la aceptación del Cristianismo como religión del Imperio, conviviendo con las anteriores paganas.
 
En el período Tauro, podríamos utilizar una expresión del obispo de Roma (90-100), Clemente, que lo caracterizará, coincidiendo con su naturaleza simbólica. En su carta prime el obispo afirmaba que Dios delegaba la autoridad de su reino en los gobernantes líderes en la tierra, es decir, los obispos, sacerdotes y diáconos (organización que se empezará a concretar con Victor I en el 189 iniciando el período de Aries). Quien se oponía a ello a “doblar el cuello” (63,1), “recibe la pena de muerte” (41,3).
 
La historia de este tercer período corresponde a los cambiantes flujos (III cósmica) en el poder temporal y espiritual que obligaron a “doblar el cuello” (Tauro) y a “muertes simbólicas” a Emperadores, Obispos, y laicos a lo largo de este lapso de tiempo.
 
En el plano espiritual la conformación del Canon, los textos considerados sagrados y aceptados formando la tradición inamovible (Tauro), se realizará hacia el 367 y continúa el siglo siguiente, donde los evangelios penetrado por el gnosticismo fueron excluidos. La Iglesia Ortodoxa se erige en la autoridad para poder clasificar, separar y explicar los textos sagrados; los laicos debían “doblar el cuello”.
 
Del lado del poder temporal, al final del período Aries se empezaron a notar los gérmenes de la injerencia de este poder en los asuntos de la Iglesia, con Constantino y luego con su hijo Constancio II dando origen al llamado Cesaropapismo. Los obispos debían “inclinar el cuello”, someterse al poder temporal cambiante, apoyando en ocasiones a la ortodoxia, o a su hermano rival desde el Concilio de Nicea (325), el Arrianismo.
 
Un segundo momento, cambiando de lado, lo marca el obispo Ambrosio de Milán, en el 386 ante un decreto imperial que imponía la devolución de la “Basílica de la Puerta” a los arrianos, él resistió y proclamó: “El emperador está en la Iglesia y no sobre ella. Un buen emperador procura ayudar a la Iglesia, no a combatirla.” Luego en el 390, el emperador Teodosio ordenó matar 7000 personas en venganza por el asesinato de uno de sus representantes. Ambrosio, obligó a “doblar el cuello” al Emperador quien confesó su pecado ante el pueblo la Navidad del 390.
 
Este hecho es seguido, en el 391, por la oficialización del Cristianismo como religión y la prohibición del paganismo. El perseguido se convierte en perseguidor, uno de los símbolos de la cultura pagana, la biblioteca anexa de Alejandría, el Templo de Serapis, con 43.000 volúmenes es arrasado, algunos textos son destruidos, otros dispersados. Es interesante la coincidencia significativa con el símbolo de Tauro, ya que Serapis es el sincretismo del dios lunar Osiris y el Buey Apis en el Egipto helenizado. Reemplaza a Osiris en el lugar de hermano (III) y consorte de la diosa lunar Isis, caracterizada con los cuernos lunares sobre su cabeza (Luna exaltada en Tauro). Serapis es la forma humanizada del Toro, sincretizada con otros dioses tales como Hermes y Hades; combinaba la fecundidad (Tauro-Toro) con el reino de los muertos (Osiris-Hades-Hermes como guía de almas, Escorpio astrológicamente), característica de los cultos matriarcales –lunares de vida- muerte. Su reino, siguiendo con esta pauta, estaba debajo de la Gran Madre, la tierra.
 
A pesar de la similitud con el dios que muere y resucita del Cristianismo, este se eleva al cielo, por lo tanto es solar-patriarcal. Teniendo en cuenta la adición de Constantino en su sincretismo con el Sol Invictus. Fue precisamente Aureliano en el 272, quien había ordenado quemar el Serapeo, en un intento restaurador del Imperio con el culto al Sol Invictus.
 
Esta denominación es la del dios Mitra, dios de los ejércitos y popular entre los soldados cuyo culto compitió con el Cristianismo hasta el 382. El sacrificio del Toro a manos de Mitra, ha sido interpretado en la actualidad como símbolo del paso de la era de Tauro a la de Aries. La utilización de Aureliano fue para recuperar la mística guerrera (Aries), relajada por la lujuria, el placer sensual y la riqueza (Tauro) y con ello la unidad imperial (Sol). La destrucción del Templo de Serapis con su religión lunar (Tauro) obedecía al mismo principio simbólico; la coincidencia significativa temporal está dada en el período Aries (272). La destrucción en el 391, es terminar “la propia cabeza de la idolatría”, según las palabras del Patriarca Teófilo quien inició el incendio del Serapeo.
 
Estos hechos concuerdan con el A.S.P. (3º 51’ Tauro) en quincuncio con el C.G. (4º 22’ Sagitario, orbe 31’). En el período anterior, el contacto entre ambos denotaba la represión de lo femenino dentro del mismo Cristianismo (trígono, 200), luego la última persecución de los cristianos (sesquicuadratura, 297); ahora nos muestra la represión del paganismo y los cultos lunares y de la Gran Madre (Isis-Tauro) por la ahora oficial religión celestial-solar (C.G. Sagitario).
 
Pero el culto lunar-femenino, propio de Tauro, había tomado una nueva forma: la de María, madre de Dios. El quincuncio inferior, ligado a Virgo, depuró la imagen de la hermana –esposa de Serapis, Isis, dos años antes con la concepción de María, explicada por Jerónimo, “sin mezcla alguna de semen masculino”. Jerónimo apela a un argumento protocientífico concretista (Tauro III), ya citado por Orígenes: la de los animales como los buitres que procrean sin acto sexual. Esta parece ser una reelaboración biologista (Tauro) del mito de Isis, quien revoloteando en forma de Halcón sobre el cadáver de su marido-hermano Osiris, concibe a su hijo Horus. Estas elaboraciones sobre el mito mariano coagularán en el Concilio de Efeso de 431, como doctrina apostólica de la adoración de María.
 
No tuvo la misma fortuna la diosa romana Nice, la Victoria, compañera de la guerrera y racional Atenea. Así como el conocimiento racional es despreciado y sólo importan las escrituras, también en su aspecto guerrero es rechazado siendo retirada del Senado Romano en el 382. Desde el 384 hasta por última vez en el 403, no es admitido su pedido de restauración. Los romanos habían perdido su ánima guerrera, Victoria –Atenea, la compañera de los héroes, y con ella, su vigor marcial (Marte en destierro en Tauro). Los visigodos arrianos, los bárbaros (extranjeros, IX oposición Escorpio) saquean la ciudad en el 410.
 
Para poder explicar la caída, Agustín de Hipona escribe la monumental Ciudad de Dios, obra que dominará toda la teología cristiana, incluso hasta la actualidad. Esta obra, pese a su polémicas con los maniqueístas, es la puerta de entrada de sus concepciones al Cristianismo, filtradas por su pasada profesión de esas creencias. Eliade comenta: “A pesar de haber rechazado el maniqueísmo conserva, como veremos, una concepción materialista de la “naturaleza mala” del hombre, como consecuencia del pecado original transmitida además por la sexualidad.”
 
En el período anterior Aries observamos como los contactos del A.S.P. con el S.C.G. y el Apex, correspondían a las revelaciones de Mani y a la introducción del culto solar-imperial dentro del Cristianismo a través de Constantino. En este período es, coincidencia significativa, que se introduce la concepción materialista (tierra) maniquea en la obra de Agustín. En el 426, cuando concluye la obra, el A.S.P. (9º 44’, Tauro) está en trígono (facilitador) con el S.C.G. (9º 46’, orbe 2’) y quincuncio inferior (asimilación conflictiva) al Apex (10º 27’ Sagitario, orbe 43’).
 
Es interesante notar que en la carta natal de Agustín (13/11/354, Souk Aras, Argelia, 18hs), durante la escritura de la obra, el A.S.P. incidió (junto a las posiciones natales del Apex y el S.C.G.) en la oposición Luna (Aries XI, 8º) – Venus (Libra V, 10º 26’), ambos cuadrados a Neptuno (Capricornio VIII, 14º 52’), reflejándose en su concepción de las ciudades terrenales sometidas a la Vanitas (vanidad, Venus en Libra V) sujetas al fin y a la condenación (Neptuno VIII, Capricornio). Las distingue de las celestiales, donde la comunidad de los elegidos (Luna XI, Aries) lleva a cabo su regeneración espiritual resucitando en cuerpo de carne y ascendiendo al Cielo como Cristo (Neptuno VIII, Capricornio)- tal como lo expresara en el último libro de Civitas Dei (XXII)- al final de los Tiempos (S.C.G. IV, Virgo), luego del Juicio Final (Apex, Sagitario en conjunción al Desc., orbe 1º 30’).
 
Sin embargo, la gracia para poder estar entre los elegidos sólo la puede otorgar la Madre Iglesia, “sólo hay salvación dentro de la Iglesia” (Luna en XI, Cáncer como punto opuesto de la semicruz en II, pertenecer a la Madre Iglesia), de esta manera obligaba a “doblar el cuello” a todos los fieles, mostrado la otra mitad de la cruz (Venus cuadratura Neptuno). El comentario de Jung lo interpreta con agudeza: “En esta concepción se sitúa el valor de hombre a un gran nivel de inferioridad. En realidad sólo es una abyecta y desdichada criatura a merced del demonio, que sólo la Iglesia, único poder capaz de proporcionar la bienaventuranza puede hacer partícipe de la gracia divina. Con ello no sólo queda rebajado el valor del hombre, sino que también se rebaja, más o menos, su libertad moral y su autodeterminación (Venus- Neptuno), con lo que ciertamente se incrementa tanto más el valor y la significación de la idea de la Iglesia (Luna en XI), lo que respondía perfectamente al programa propuesto en la Civitas Dei agustiniana.”
 
La popular religión lunar de Serapis e Isis, con sus cultos de fecundidad (Tauro) y promesas de vida posterior a la muerte (Escorpio) fue reemplazada por el “doblar el cuello” (Tauro) para recibir la gracia de la Madre Iglesia (Luna) quien era la única que otorgaba los medios de salvación para superar el pecado original de los padres transmitido por vía sexual (Escorpio). Hubo que esperar hasta el siglo XX, para que la sexualidad reprimida fuera revalorizada en un nivel general. El artífice Sigmund Freud (Tauro, ascendente Escorpio) la “liberaba” de la tiranía agustiniana (Sol conjunción Urano, Tauro, opuesto a Sol conjunción Mercurio, Escorpio de Agustín).
 
Volviendo a lo anterior, la concepción materialista (Tauro), no sólo se introdujo por Agustín o la interpretación concretista-biologista de Jerónimo de la concepción de María. Con el A.S.P. (4º 52’Tauro) en quincuncio con el C.G. (4º 27’ Sagitario), en el 397 en el primer Concilio de Toledo aparece en el Credo – a diferencia del de Nicea del 325- la afirmación del cuerpo físico de Jesús: “no fue fantasmagórico o imaginario, sino sólido y verdadero”. (También en este Concilio se condena a la Astrología, II, XV). Credo confirmado luego en el Concilio de Calcedonia en el 451, continuando la formación de la tradición y del dogma (Tauro).
 
Es en este último Concilio, donde la nueva tradición, basada en la autoridad de los Evangelios, del Papa como representante de Pedro, y por ende, superior a los demás obispos, se manifiesta. Su carta al patriarca de Constantinopla donde definía la doble naturaleza de Cristo: humana y divina es aprobada con la famosas palabras: “Pedro ha hablado por la boca de León” (boca: Tauro).
 
Otra muestra del concretismo taurino es el creciente culto a las reliquias de los santos. Le Goff comenta: “ el culto a los mártires y sus reliquias es prueba de la barbarización de una mentalidad cada vez más apegada a la materia, al objeto.” El historiador francés considera que esto se desarrolla por el retroceso de la medicina, generando temor a la enfermedad y que las reliquias con su poder taumatúrgico sanaban. Los demonios (nueva creencia, Escorpio IX) huían también ante su presencia.
 
Consideremos a Tauro como tercera casa cósmica. La represión y destrucción de la biblioteca del Serapeo (Apis-Tauro III) como la pérdida del conocimiento de la antigüedad tuvo importantes consecuencias en este período y los subsiguientes del Cristianismo. Con el correr del tiempo fue desapareciendo la instrucción. “La educación, reducida cada vez más a la enseñanza religiosa, se limitaba a la audición de lecturas sagradas y cánticos piadosos . Si exceptuamos al clero, la enseñanza oral tendía a generalizarse”.
 
A través de la educación (III) se buscaba transformar al hombre y sus instrumentos eran el canto de los salmos, los himnos a capella (Tauro), la expresión del dogma en el culto y la liturgia. El quincuncio inferior, intentaba purificarlo de las influencias paganas o a lo sumo asimilarlas.
 
En el final del este período, Benito de Nursia, un místico nacido hacia el 480, funda el Monasterio de Monte Cassino, con una regla sencilla, “ora et labora”...orar y trabajar. “El rezo en coro es el alma de la vida de la Orden” y el “ocio es el enemigo del alma”, viviendo en el régimen llamado de “economía agraria doméstica.” El culto lunar agrario de los antiguos dioses de la fecundidad resurgieron a través de los benedictinos; “constituyó, en el plano económico, un renacimiento de la agricultura: el primer renacimiento agrícola realizado en Italia desde la destrucción de la economía aldeana italiana en la segunda Guerra Púnica. La regla benedictina logró (...) porque obró no como lo hace una acción estatal de arriba abajo, sino de abajo a arriba, provocando la iniciativa del individuo al despertar su entusiasmo religioso”. Claramente observamos la acción de “abajo – arriba” de los arquetipos y las manifestaciones simbólicas de Tauro: canto, trabajo, economía agraria y el defecto tradicional asociado: el ocio. Benito muere en el 547, cerrando este período.
 
Período Géminis (546,74- 725,32 aprox.)
 
Este período inicia un nuevo cuadrante, se ha llegado al Nadir, el punto más oscuro, en forma correspondiente la estructura del Imperio Romano de Occidente y toda su cultura se ha derrumbado, el conocimiento y el arte de la escritura (Géminis) se refugia en los monasterios, es la llamada Edad Oscura, la Edad Media. Los estudiosos de la Historia han denominado este período la Alta Edad Media, desde esta perspectiva astrológica quizás la deberíamos llamar la Baja (posición del Nadir).
 
Por ser la cuarta casa cósmica corresponde a la tribalización y la formación de las Iglesias Nacionales Bárbaras, lo que se ha denominado barbarización del Cristianismo, denotando la llamada sombra de la psicología junguiana. En otro lugar vinculé a este arquetipo con la casa IV, dado el contacto con lo Inconsciente materno, con las raíces. En su doble vertiente luminosa dado que permitió la gradual renovación de las estructuras imperiales desgastadas por el tiempo. De la irrupción de tribus nómades (Géminis) y su contacto con el Cristianismo surgen nuevas formas de arte y sincretismos en los símbolos religiosos. Desde el lado regresivo continúa el retroceso mental (Géminis sombrío), la lengua es corrompida y el conocimiento más extendido es el de la vida de los Santos (hagiografías) y sus cualidades taumatúrgicas.
 
Sin embargo aparecen en este período tres individuos que darán “las bases (IV) y los lineamientos intelectuales (Géminis) a los hombres de la Edad Media, E.K. Rnad los ha llamado los fundadores de la Edad Media.” Los dos primeros: San Gregorio Magno e Isidoro de Sevilla concuerdan con este período, la influencia de Bela se dará en el período de Cáncer. El influjo de estos dos fundadores coincide en el tiempo y con el contacto del A.S.P. (6º 55’Géminis)en oposición con el C.G. (7º 6’Sagitario, orbe 11’) hacia el 588. En este caso la oposición mostró su lado más benévolo permitiendo solucionar el conflicto arrastrado desde el siglo IV con el Arrianismo, cuyos seguidores fueron los responsables de los saqueos de Roma: 410 (Alarico- Visigodos); 455 (Genserico- Vándalos) y 546 (Totila –Ostrogodos). Isidoro, arzobispo de Sevilla, logró convertir entre el 587 –589 a los visigodos de la península ibérica, formando un Estado Nacional católico, tras la conversión de Recaredo (587), “con dos cabezas el poder temporal ejercido por el rey, sagrado como los reyes del Antiguo Testamento y el arzobispo de Toledo, jefe de la Iglesia, era controlado por una asamblea de laicos y religiosos importantes, presididos por el arzobispo. A partir del 653 se arrogó el derecho de designar a los reyes.” Podemos observar la división de poderes: temporal y espiritual similares a los gemelos mortal e inmortal de la constelación de Géminis.
 
Por otro lado, Isidoro es el autor de una de las primeras enciclopedias de la época: etimologías, donde reúne todo el saber de la época y su Historia de los Godos y Crónica Universal; ellas alcanzaron una difusión extraordinaria entre el reducido y selecto núcleo de estudiantes de la Edad Media. Sólo un año después, en el 590 asume el sitial de Pedro, Gregorio I (A.S.P. 7º 15’Géminis; C.G.7º 8’; orbe 7’).
 
Este Papa, nacido hacia el 540 y fallecido en el 604, representa en sí mismo la dialéctica entre los dos hermanos gemelos de Géminis: el mortal-temporal y el inmortal-eterno, ligada también en el eje con Sagitario. Hijo de una acaudalada familia, llegó a ser prefecto de Roma, la magistratura más alta de la urbe. Pero el llamado del mellizo inmortal- introvertido lo llevó al monasterio de la Orden Benedictina en el Monte Celio, donado por él mismo, junto con toda su fortuna a la Orden. Esto ocurrió tras la muerte de su padre en el 575. Gontar comenta sus propias palabras denotando el desprecio hacia la mitad extravertida-mortal y el conflicto autenticidad- adaptación de esta dialéctica: “Por fin estaba libre de la inteligencia de este mundo que “induce a ocultar el corazón con astucias, a encubrir la verdad con palabras”, duplicidad que se califica de buenos modales”.
 
Pero el mellizo mortal requería de sus servicios, así el Papa Pelagio II, en el 579 lo envió como nuncio a Constantinopla para intentar conseguir ayuda contra los lombardos que se hallaban próximos a la ciudad, pero no lo consiguió. Esto denotaba el creciente abandono del Emperador Oriental de Occidente y Roma. En el 585, huye hacia la monacal, él creía que la salvación y renovación de la Iglesia estaban allí, “en los eremitas que reuniendo todas sus fuerzas se convertían en educadores del pueblo” (Géminis en IV) En el 590 asumió, muy a su pesar, como Papa. Desde allí comenzó a desplegar una intensa actividad en los dos mundos espiritual y material. Negoció con los lombardos, evitando la invasión de Roma en el 594, acordando pagar un tributo anual.
 
Se ocupó del problema judío en la baja Italia, a los cuales se les intentó obligar a convertirse al Cristianismo. Gregorio se opuso a la coacción y los defendió llamándoles “hermanos pasajeramente extraviados” (Géminis, hermanos) Restituyó la administración de la Ciudad, distribuyendo dinero y comida para los habitantes (“La Iglesia ha venido a ser el abastecedor general” afirmó Gregorio). Por primera vez en la Iglesia se hizo un inventario (Géminis) de las propiedades inmuebles (IV). Negoció también con el Emperador Mauricio de Oriente el permitirle a los soldados y funcionarios pasar a la vida monacal y aceptó la prohibición a los mismos de que ocuparan cargos eclesiásticos (vida espiritual introvertida –vida espiritual extrovertida).
 
Recopiló la tradición oral litúrgica (período Tauro), escribiendo el misal, perfeccionado luego por Gregorio II al final del período y después por Gregorio III, lo que se llama canto gregoriano. Por último envía en misión evangelizadora a 40 monjes junto al abad Agustín a Inglaterra (viajes, buena nueva Géminis-Sagitario). Esta es la “buena nueva” completa por Gregorio II al enviar al también benedictino Winifredo a convertir a los alemanes al final del período entre el 718-719. Winifredo, bautizado Bonifacio se había propuesto “viajar por Cristo”.
 
El período intermedio entre estos dos papas fue de disputas entre Roma y el Emperador, en Constantinopla. El tema arquetípico de los hermanos rivales que dominará en adelante es el poder temporal (Imperio) versus el poder espiritual (Iglesia), en ese momento instalado en Oriente versus Occidente. El germen del contacto entre el A.S.P. y el Apex con la fundación de Constantinopla, mostraba sus primeros brotes. La única excepción fue, coincidencia significativa para este período, la disputa con los monofisistas, quienes sólo reconocían la naturaleza divina de Cristo. El Emperador Hecaclio I, en el 624 intentó recuperarlos para la Iglesia Ortodoxa zanjando las diferencias al proponer la doble naturaleza (divina y mortal) pero una sola voluntad, apoyado por el papa Honorio I, discípulo de Gregorio. Esta doctrina fue llamada monotelismo. Este intento de solución es reflejado por la oposición del A.S.P. (12º 58’ Géminis) con el Apex (13º 12’, orbe 14’). Este propósito fracasó y Honorio fue excomulgado por herejía, junto con esta doctrina, en el III Concilio de Constantinopla (680). Esta controversia, sin embargo, continuará por otras sendas hasta el siglo XIX.
 
Pero desde el lugar menos esperado, dejado de lado por los dos imperios más importantes de la época: el Bizantino y el Sasánida, surge, coincidiendo con la geografía terrena y celeste, el hermano sombra más temible del Cristianismo: el Islam. Un comerciante iletrado, proveniente de una familia empobrecida , llamado Mahoma (circa 570-632), luego de comenzar a tener visiones y comunicaciones auditivas con el Ángel Gabriel, se propuso restaurar la religión abrahámica de sus antepasados (IV), desterrada por las reformas del siglo III, añadidos con el culto de los ídolos, los betiles y el sincretismo con los dioses de los pueblos vecinos (caldeos, griegos, romanos). Pero sus revelaciones eran objeto de burla por la rica oligarquía árabe pagana, tomadas como su propia invención. Se le reprochaba la falta de milagros. “no te creeremos mientras no hagas brotar un manantial de la tierra...o que tengas un jardín con palmeras y vides entre los que hagas brotar caudalosos arroyos...o nos traigas en tu apoyo a Dios y a los ángeles...o te eleves en el cielo . Pero tampoco vamos a creer en tu ascensión mientras no nos hagas bajar una Escritura que podamos leer” (Corán 17, 90-93).
 
Como comenta Eliade, para poder demostrar su vocación y restaurar la religión de los antepasados (IV) debía demostrar su “autenticidad” subiendo al cielo y trayendo un libro sagrado (viaje al Cielo- libro, Géminis). “Dicho de otro modo: Mahoma tenía que adaptarse al modelo ilustrado por Moisés, Henoc, Mani y otros “mensajeros” que subieron al cielo, conversaron con Dios y recibieron de su propia mano el Libro que contenía la revelación divina”.
 
Así como Daniel y Henoc (Piscis, Eón Aries), la crucifixión y ascenso al Cielo de Cristo, la visión de Pablo (sin libro, Piscis, Eón Piscis) y Mani (Aries) , Mahoma entre el 617/619 (varían las versiones realiza su “Viaje Nocturno” (sura 17) y recibe el Corán (de qara’a, leer, recitar). “Se trata de un “ultimo Nuevo Testamento” que no contradice , sino que confirma y supera la Biblia de los Cristianos” . Se trata del último texto, recibido en un Viaje Nocturno (Géminis IV), que completa el origen judío y su continuación cristiana, es el “sello de los profetas y la profecía” (Casa IV, principio y fin). Como en sus predecesores, el A.S.P. (11º 48/ 12º 7’; 617-619) contacta con una cuadratura al S.C.G. (12º 22/24; 617-619; orbes: 34’/17’). Este aspecto denota el reto de la sociedad paganizada y el desafío por superarlos y volver al Dios Uno (S.C.G.), que exige sumisión (Islam- Virgo) a través del mensaje expresado en el Corán (Géminis).
 
La rápida expansión geminiana fue conquistando nuevos territorios (IV), que recién fue frenada a comienzos del período Cáncer (732, batalla de Poitiers). Sin embargo mostraron un tolerante hacia los nestorianos y judíos que poblaban sus nuevos dominios en Egipto, Siria y Palestina . De este vínculo surgió la conservación de las obras clásicas griegas y latinas que fueron traducidas al árabe; la medicina judía contribuyó a sanar las heridas y frenar la rígida predestinación mahometana. Estas asociaciones permitieron que las conquistas intelectuales y “científicas” del pasado (Géminis IV), sobrevivieran e incluso, en el siguiente período, con Harún Al –Raschid y Al –Mamún, evolucionaran.
 
Período Cáncer (725.32 –903.9)
 
Este período se podría caracterizar con la desprotección de la Madre Iglesia romana y su búsqueda de contención y resguardo por el poder Temporal (Cáncer). El Emperador León III el Isaurio, acababa de salvar al imperio del asedio de los musulmanes y limitó su avance por el oriente. Carlos Martel los frena en el 732 por el Occidente. Ese mismo año, León le arrebata la juridiscción a Roma sobre todas las provincias griegas de Italia Meridional, Sicilia, Ilira, Grecia, confiscándole tierras. Fue la respuesta ante la condena papal del 731 a la iconoclastia imperial (aunque no se nombrar directamente al emperador).
 
Roma estaba desprotegida, los vándalos acechaban, el Imperio le había arrebatado sus tierras y rentas poniéndolos en retroceso. Sólo le quedaba pedir protección a Carlos Martel, el vencedor de los musulmanes. Gregorio III le envió reliquias de San Pedro y le ofreció el título de patricio o cónsul de los romanos y “con él, al propio tiempo, el protectorado sobre la Iglesia.” Pero antes de consumarse en el término de un mes, a fines del 741, fallecen ambos.
 
Recién se puede concretar en el 754, cuando el hijo de Martel, Pipino prometió encargarse de la protección de la amenazada Iglesia y la devolución de sus tierras. Basándose en una supuesta donación de Constantino, el rey franco efectuó la llamada “donación de Pipino”, devolviendo y adjudicando todas las propiedades de Italia, con sus ciudades y terrenos. El Papa Esteban III pasó a ser fundador del Estado Soberano de la Iglesia, bajo la protección del rey de los francos. El Rey (afinidad solar con V) había creado (V cósmica) a la Nueva Iglesia de Roma, al otorgarle los territorios (Cáncer) y estar bajo su protección (Cáncer).
 
El hijo, Carlomagno, es quien consolida esta alianza y la lleva más allá, el Emperador Romano es coronado por Dios y desplaza al Papa a un lugar de intermediario. Carlomagno pasa a ser Rey y Sacerdote como David buscando establecer una monarquía teocrática, recibe la corona en el 800. Esta dependencia con el poder temporal se extenderá durante todo este período, o sea el siglo IX, nunca el Papa podrá gobernar sin protección política, si ésta era fuerte lo oprimía, si era débil no podía hacerlo. Casi al final del período, siguiendo con la tónica del arquetipo Cáncer, el Papa Esteban VI (885-891), adopta como hijo al duque Guido de Spoleto, a fin de que lo protegiera.
 
Volviendo a Carlomagno, el verdadero artífice de su programa cultural y religioso fue un monje inglés Alcuino, el hombre más sabio de su tiempo. Fue quien impregnó a Carlomagno del pensamiento agustiniano de la Civitas Dei. En el 789, indujo a Carlomagno a emitir la “Admonitio Generalis, un enunciado magistral de la política de la Iglesia, basad en anteriores capitularios francos y en recopilaciones canónicas romanas y que aborda casi todos los temas” , desde el establecimiento de la paz (art. 62) hasta la creación de escuelas monásticas y catedralicias y de la transcripción y corrección de los textos bíblico y litúrgicos (art. 72).
 
La aparición de este texto que define el ideal carolingio, como el retorno (Cáncer) a una civilización bíblica, ha dado lugar al llamado Renacimiento Carolingio. Está acompañado por el A.S.P.(10º 41’ Cáncer) en quincuncio con el C.G. (9º 56’Sagitario, orbe 45’). Es el quincuncio superior, vinculado a Escorpio con su carácter regenerativo, las conecciones que se producen, en este caso, son más a nivel de lo psicológico y de los sentimientos, para ello se establecen ritos de pasaje para transformar la energía psíquica; ellos son los ritos y prácticas religiosas encuadrando la vida social. “En adelante el bautismo será la puerta de entrada en la sociedad que durante el siglo IX toma el nombre de Cristiandad.” El bautismo con su capacidad de volver al individuo al Illo Tempore (el tiempo primordial de los orígenes,) y de allí su renacimiento a la Ecclesia, la comunidad cristiana a modo de gran familia dirigida por el padre Emperador.
 
Este compromiso se renovaba con el ritual de la misa y la eucaristía volviendo una vez más al acontecimiento original , in Illo Tempore, de la última cena de Jesús con sus discípulos. Este retorno al origen para renacer (bautismo, eucaristía también como ritual nutricio), está simbolizado por el arquetipo materno expresado por Cáncer. Para completar, manifestando también al arquetipo, se legisló sobre los aspectos económicos, sexuales y de familia.
 
También se vuelve a la lengua madre del imperio, el latín clásico y – conectado por el sextil y la afinidad a través de la Luna en Tauro- se profundiza el cierre y el aislamiento canceriano de los monasterios, con su perfecta autarquía. Se lo ha comparado – plantea Eliade- “al sistema feudal de la propiedad, consistente en que las tierras eran adjudicadas por el señor a sus vasallos como recompensa o don anticipado a cambio de sus servicios militares.” La feudalización intercambia con la religión. La amplia elevación del orante se reemplaza por la oración de manos juntas “copia del gesto del vasallo poniendo sus manos entre las del señor (...) el fiel es al mismo tiempo cristiano, súbdito del emperador, vasallo del señor”.
 
Volviendo a los monasterios y su cerrazón, a la manera del cangrejo, el retorno a la lengua madre el latín, la recopilación de los textos antiguos tuvo como consecuencia que “los monjes de los siglos VIII y IX creían que bajo los romanos la humanidad había poseído la suma del conocimiento humano determinable y que casi todo se había perdido después; todo lo que podía hacerse era transmitir fielmente lo que se había preservado”. Así en los grandes monasterios se conservó y se regeneraron los textos antiguos (Cáncer V), cerrados al presente y al futuro y sólo mirando en forma lunar hacia el pasado.
 
Como comenta Le Goff: “El monasterio tiende a convertirse en la mónada de Leibniz, sin ventanas al exterior”. El historiador no pudo ser más preciso con su asociación: Leibniz (1/7/1646, Leipzig, Germany, 6h,12m) tiene el Sol en XII en Cáncer (Mónada cerrada- Monasterio) y en el grado 9, 14’ en conjunción con Júpiter en 15º 19’. Curiosa asociación dado que el A.S.P. (15º 13’) hacía sextil con el S.C.G. en Virgo (15º 33’, partil) y es en ese año que se celebra el Concilio de Aquisgrán (816-817) donde se reforma el monaquismo occidental. Además se decretó la construcción de casas (Cáncer) para los viajeros sin recurso, las viudas y los muchachos pobres, y contempló la creación de hospitales de aislamiento y colonias para leprosos (Virgo). Esta vez el ideal cristiano de protección (Cáncer) al servicio del más débil (Virgo) se veía facilitado por el sextil. En cuanto a la comparación de Le Goff, podemos observar, a través del simbolismo astrológico, que en realidad brota de la misma fuente arquetípica atemporal.
 
El contacto del A.S.P. en el período entre el 787 (C.G.) y el 816 (S.C.G.) marca el renacimiento (quincuncio superior C.G.) de la cultura árabe con Harún al Rachid, donde se inicia la traducción de los filósofos, médicos y alquimistas griegos, y quien hizo que a cada mezquita se agregase una escuela. Pero el florecimiento es con el sextil al S.C.G. durante el califato de Al-Mamún (813-33) quien creó la “casa de la sabiduría” en Bagdad, e hizo de esta ciudad, el centro de la ciencia, reunió grandes bibliotecas y se rodeó de sabios.
 
Durante su califato se hicieron grandes adelantos en geometría, la invención del álgebra y la adopción de los números indios en la aritmética. La diosa de los números y la filosofía, la Virgen Atenea, protectora de la Academia platónica, expulsada en el período de Tauro (estatua de la Victoria), renacía en los árabes, pero sin desmerecer a la patrona de los alquimistas, la diosa Isis (Lunar –Cáncer, Tauro), de allí los descubrimientos en la química (Virgo. S.C.G.), y en astronomía el uso de astrolabios y cuadrantes. Las bibliotecas están repletas de obras antiguas y nuevas en todas las disciplinas: matemática, astronomía, geografía, química, alquimia. Entre ellas el texto el “Secreto de la Creación” donde se incluye la famosa “Tabla De Esmeralda” atribuida a Hermes o a Apolonio de Tiana (siglo I).
 
Una declaración de Al-Mamún, el protector de los sabios, resume este sextil superior progresista (Acuario) y su brillo creativo: “son los elegidos de Dios, sus mejores y más útiles servidores, aquellos cuyas vidas están consagradas al adelanto de sus facultades racionales”.
 
Para cerrar este capítulo de la historia, en este período se suscitó el conflicto por el culto a las imágenes, concesión hecha al paganismo (Luna, la señora de las Imágenes), durante los siglos IV y V (período Tauro, Luna en exaltación) y que alcanzan su esplendor durante los siglos VI y VII, donde el ícono es una “extensión de la divinidad”.
 
Pero al iniciarse este período en el 726, Constantino V, lo prohíbe. A pesar de la reacción de Roma en el 731, el sínodo iconoclasta de Constantinopla lo declara anatema (784). El argumento teológico era la idolatría. El segundo sínodo iconoclasta, celebrado en el 815 (A.S.P. sextil S.C.G.), rechaza el culto en nombre de la cristología. Como comenta Eliade, este rechazo sigue la misma línea gnóstica espiritualista, para quienes el cuerpo de Cristo era espiritual y no físico. Una vez más reaparece con el S.C.G., la tendencia espiritualista del Dios Desconocido. Pero también se le agrega a este conflicto doctrinal el quincuncio entre el A.S.P. (15º 3’Cáncer) al Apex (15º 52’ orbe, 49’), dando lugar a la división en el Oriente , además de la ya dada con Roma, entre iconoclastas e iconódulos. En el 821 (A.S.P., 16º 4’-Apex 15º 58’, orbe 6’) esta división alcanza su culminación cuando Tomás- antiguo compañero de armas del Emperador Miguel II (820-829)- es coronado Emperador por el patriarca de Antioquia y se desata una guerra civil. Tomás quería restaurar el culto a las imágenes, se consideraba el salvador de los pobres, y por ello esta revuelta tomó un cariz fuertemente social. Fue derrotado en el 823, tras haber sitiado Constantinopla, pero esta guerra desangró al imperio Bizantino, perdió protagonismo en el mar Adriático y el Mediterráneo y así los musulmanes conquistaron Sicilia, además de las pérdidas de Egipto y Creta.
 
Volviendo al conflicto doctrinal, para los iconoclastas la verdadera imagen es la Eucaristía, pues se impregnaba del Espíritu Santo. Pero esto también podía ser considerado una blasfemia.”En efecto la Eucaristía es idéntica esencial y sustancialmente a Cristo, es Cristo, no su imagen”. De la misma forma que observamos en la sociedad Carolingia la Eucaristía como un retorno al Illo Tempore del acontecimiento original de la Última Cena, para Eliade, los íconos y reliquias de los santos y objetos depositarios de la “potencia divina” reactualizaban el prodigioso illo tempore en que Cristo, la Virgen y los santos apóstoles vivían entre los hombres.” Se confirma la acción del arquetipo: retorno y renacimiento, Cáncer, que en otra faceta, y en el mismo II Concilio de Nicea (789, quincucio con el C.G), se establece la superreverencia (hyperdouleia) a María, la madre de Dios, sobre la reverencia a los Santos.
 
Una curiosidad arquetípica también se establece en este período de Cáncer, hacia el 855, al parecer una mujer disfrazada, Juana, ocupó la sede papal y fue descubierta, según cuenta la leyenda, al dar a luz durante una procesión. Esta leyenda parece ser también la fuente arquetípica de la carta del Tarot “La Papisa”, ligada a la Luna o Cáncer según la opinión de diversos expertos en el tema. Gontard, cita a Leibniz – mostrando la afinidad arquetípica con Cáncer- quien acepta una leyenda sobre una joven inglesa que deslumbró a roma y se instaló en Letrán, luego de ser elegida Papa. Esta leyenda parece coincidir con un período posterior, la llamada “ginecocracia”, donde durante 67 años, Papas indignos ocupan la sede apostólica y, junto con ellos, aparecen mujeres de familias aristocráticas. El primero que inicia esta “ginecocracia o pornocracia” es Sergio II en el 903, iniciando el nuevo período de Leo, mostrando el lado oscuro degradado, vicioso del arquetipo leonino. La leyenda, al ubicarlo en el período de Cáncer (855) corrige y compensa las tendencias denigradoras del arquetipo femenino dadas en el siguiente período.
 
Período Leo (903.9-1082.48)
 
Llegamos al tercer período del segundo cuadrante iniciado en Géminis, donde se intenta solucionar lo acaecido en los anteriores. En Géminis se perfilaba el tema de los hermanos rivales (temporal-espiritual) en las relaciones entre el Imperio de Oriente y la Iglesia de Roma. La irrupción del Islam, el gran hermano rival, pospuso esta contienda. En Cáncer, Roma pidió protección a los francos y allí surgió el Imperio Carolingio, profundizando la división entre Oriente y Occidente. Ahora en el período Leo, podremos ver el conflicto desplazado al Imperio de Occidente y la Iglesia.
 
Esta lid parece seguir el lineamiento del “espíritu de la época”, reflejado por la casa VI (dependencia - sometimiento) en Leo (poder imperial). Le Goff comenta: “este período (cristianismo del siglo X) se caracteriza por el yugo del poder de los laicos sobre la Iglesia.” Se producen toda clase de intromisiones en las elecciones episcopales, dinastías de ellas formadas por miembros de la aristocracia (Leo), dominio de las abadías para beneficio de los laicos.
 
Sergio III inicia el período de 20 papas indignos, la llamada “ginecocracia” o “pornocracia”. El Papa vivía en concubinato con su protectora de la aristocracia romana. La enfermedad (VI) del poder (Leo) había estallado. La característica de estos papas es su juventud, eran protegidos por las familias poderosas de Roma, en particular las dominadas por matriarcas. Desde el punto de vista junguiano, nos encontramos con el arquetipo del Puer Aeternus, el adolescente vinculado a la Gran Madre. Desde el lado luminoso, es el dios joven que muere y resucita como Balder o el mismo Cristo, representados en este período por los papas Esteban VIII y León VI, de gran piedad y debilidad, el lado oscuro lo detentaban las matriarcas de turno. Desde esta faceta, dado su sentimiento inferior, éste es tomado por el lado sombrío de la Gran Madre, “la vanitas mundana”, desarrollando el lado perverso, los vicios, la crueldad y el abuso de poder (Leo). Este es el lugar ocupado por el Puer Alberico de 23 años, desplaza a su madre Marozia y domina como senador la política de Roma.
 
Gontard comenta acerca de este largo período en la Iglesia: “las degradaciones de Letrán mostraban indicios infernales. En aquel mundo profanado se agitaban todavía figuras horrendas de pequeño formato. Pero que ocurriría si un día se entregaran al mal figuras gigantescas, si los sucesores de Pedro actuaran como demonios? ¡Cuan lejos parecía en aquellos días la figura del pobre Apóstol Pescador! Máscaras de fanatismo, vicio y maldad, ocultaban la pura imagen primitiva”.
 
Gontard parece captar en su exaltado comentario el espíritu que también oprimía el ambiente, la inminencia del milenio, la destrucción y el juicio final. La decadencia de la Iglesia y del Imperio, hacían pensar en el advenimiento del Anticristo. En el 954, el Abad Adson escribió su Tratado sobre el Anticristo, en el cual decía que el fin del mundo llegaría cuando los reinos sometidos al imperio se separen de él. Desde la perspectiva psico-astrológica se comprende este espíritu, dado que refleja las dos caras del Puer Cristo, luminoso, el “león de Judá” (desciende de esa tribu) y la oscura del Puer, el Anticristo, cuyo animal también es el León.
 
Es justamente Juan XII en el 962, otro papa Puer que asumió a los 18 años, quien quería acallar estos temores y proteger a Roma contra los lombardos, quien coronó al “rojo León”(como lo llamaban), Otón I el Grande como Emperador, dando origen al Sacro Imperio Romano Germánico. El “león rojo” se caracterizaba por su honorabilidad y por su devoción religiosa que le ganó la denominación de “Piadoso”, Tolerando la misma traición de Juan XII, cuando conspiró con los antiguos enemigos de los cuales había solicitado ayuda a Otón. “El Papa es todavía casi un niño y se deja engañar. El ejemplo de hombres probos lo mejorará.” Pero no fue así, luego de volverlo a traicionar, ser depuesto y entronizarse nuevamente, muere en el 964. Su final es digno de un Puer donjuan, molido a golpes por el esposo de la dama con la que yacía. Un cronista de la época lo describió: “el diablo le dio muerte en el momento que cometía adulterio”.
 
Otón murió en el 973, subió al trono papal Benedicto VI, de la “ginecocracia”. Luego de un breve interludio, dado el corto reinado de Otón II, siguieron las disputas, encarcelamientos y destituciones en el trono de San Pedro. Hasta que Otón III sube e impone un papa alemán, de 24 años, Gregorio V, pero su debilidad de poder, influencia y dinero, lo hizo presa del partido nacional quien colocó a Juan XVI.
 
Otón III regresó a Roma e impuso a su antiguo mentor y consejero, Gerberto, quien asume como Silvestre II, en una alusión simbólica al Papa Silvestre I, mentor espiritual y político de Constantino, en el período de Aries, dando lugar a la misma similitud observada con la reacción monacal en el mismo período. Ambos soñaban con la Renovatio Imperi. Asume en el 999, es el Papa del Milenio, su proyecto era el de Roma como sede de los Emperadores y sintetizar la eficacia del carolingio (Occidente) con la solemnidad litúrgica de Oriente, la iconografía sigue el modelo grandilocuente bizantino: el emperador como pantokrator. La asociación de Gerberto con los Otones comienza con el primero en el 970, donde es presentado por el Papa Juan. Luego en el 981, defendió su tesis, delante de Otón II, sobre la coherencia de las ciencias. El A.S.P.(12º 55’ Leo) hacía el trígono superior (Sagitario) al C.G. (12º 37’, orbe 18’), predisponiendo la visión más general y universal de este aspecto. Gerberto lo representa en él mismo, es formado en la España mora; de gran erudición, introduce el uso de los números arábigos, se dice también que fue el inventor del reloj de péndulo. También conocía todo lo referente a la magia, de allí que, sumado a su conocimiento y contacto con los árabes, se sospechaba que había hecho un pacto con el diablo y lo relacionaron con el Anticristo. Esta faceta de Gerberto está acompañada por el S.C.G., siguiendo el tono iniciado en este cuadrante con la revelación del Corán y luego el florecimiento de Bagdad (Cáncer). Estudia con los árabes en el 967, el A.S.P. (10º 36’ Leo) en semiquintil al S.C.G. (17º 20’, orbe 44’) . Addey señala con elocuencia este vínculo de la serie de los quintiles “conectada con la mente y la facultades gnósticas”. Rudhyar lo completa “muestra la libertad creativa del individuo para moldear materiales y darles una forma que sea coherente con la idea que se quiera expresar”. En su breve reinado (999-1003) expandió, propio del trígono superior, la acción de la Iglesia a Polonia y coronó al recién convertido rey de los Húngaros.
 
Pero tras su muerte y la de Otón III, con meses de diferencia, siguieron tiempos de inestabilidad en la Iglesia. Los intentos de reforma provinieron una vez más de los introvertidos eremitas, San Romualdo funda en Camaldoli (1012), una comunidad de la que salieron los camaldulenses. Esto coincide con el semisextil superior del A.S.P. (18º 9’ Leo) con el S.C.G. (17º 58’ Virgo, orbe 11’). Se trata del semisextil vinculado a Piscis, el lugar de retiro monacal del mundo, de allí se adapte el comentario de Le Goff: “es más rechazo, huída, ante el desarrollo material de la cristiandad (...) Es el tema del contemptus mundi, del desprecio del mundo”. Los temas vinculados al Gnosticismo y el Maniqueísmo y a la Ciudad Terrena de Agustín, toman una nueva forma en el Cristianismo con este contacto con el Dios Trascendente (S.C.G. Virgo).
 
No fue el único movimiento que surgió, sincronísticamente, con este contacto, con lentitud los herederos de los gnósticos y maniqueos, los bogomiles se introdujeron a través de Constantinopla por Bulgaria y también por el Occidente, predicando el dualismo del mundo creado por el hermano de Cristo, Satanael, el Dios del Antiguo Testamento. Todos los sacramentos de la ortodoxia, su íconos y ceremonias son inútiles para ellos. Criticaban a los ricos y fomentaban la resistencia pasiva desobedeciendo a los nobles y señores. La mujer volvía a ocupar un lugar de igualdad. En el 1018, con el trígono superior del A.S.P. (19º 9’ Leo) al Apex (18º 43’ Sagitario, orbe 26’), se expandió a pesar de la división en dos sectas: una más moderada en su dualismo, la otra más extrema (dragoritsianos) que se toleraban correspondiendo a la naturaleza amplia del trígono. Este movimiento continuará en el próximo período, dando lugar a uno de los acontecimientos más vergonzosos de la historia de la Iglesia.
 
Llegamos a 1048 y parecía que la enfermedad del poder corrupto (Leo VI) se había generalizado. La simonía, el tráfico de dignidades eclesiásticas era moneda corriente. Reyes y emperadores la practicaban con impunidad, al igual que los Papas. También el nicolaísmo, el matrimonio de los sacerdotes se había expandido en Alemania, Francia e Italia.
 
Pedro Damián escribe en 1049 el “Libro de Gomorra”, donde señala, quizás en forma exagerada, los vicios del clero italiano. Se lo entrega al nuevo pontícife quien le agrega una bula afirmando que sus contenidos son verdaderos. Este nuevo Papa es el que intenta hacer una depuración radical del sacerdocio, el remedio (VI) para la enfermedad que los aquejaba, el nombre elegido por el obispo Bruno es, coincidiendo con el período, León IX. Otro león, como el emperador Otón siguiendo el principio que lo similar cura lo similar, se preocupa por sanar la corrupción. Combate la simonía, el nicolaísmo y para ello convocó varios Concilios, donde también pudo frenar el poder de los reyes (Leo) y sus intenciones separatistas. Pero su labor se ve empañada al final de su papado ante la irrupción de los normandos en el territorio papal. Allí, él que estaba en contra de la intervención en la guerra, en un violento giro hacia el opuesto, salió a comandar el ejército papal, pese a los reiterados ofrecimientos de reparación de los normandos cristianos, sufriendo una tremenda derrota. La inflación yoica, uno de los símbolos alquímicos representativos es el león devorando al Sol, se había apoderado de él, alimentada por uno de sus consejeros, continuador y profundizador de la reforma, el monje benedictino Hildebrando. Prisionero y gravemente enfermo, intentó solucionar el problema entre Roma y Constantinopla, pero no pudo y se precipitó el cisma definitivo hacia julio de 1054; León había fallecido en abril. El problema se venía arrastrando del Concilio de Toledo II en 589 (A.S.P. Géminis oposición C.G. Sagitario), sobre una fórmula agregada al Credo sobre la procedencia del Espíritu Santo (filioque). Occidente le había agregado que el Espíritu Santo provenía también del hijo. Oriente lo rechazaba. En 1054, en Leo, sumada al tema ritual sobre el pan a utilizar en la misa, esta diferencia no pudo zanjarse y se decretó el cisma, con excomuniones cruzadas de ambos lados. El A.S.P. (25º 12’ Leo) hacía un aspecto de 108º -serie quintil- con el C.G. (13º 38’, orbe 36’), sólo que mostró el lado oscuro de uso y abuso de la autoridad o poder. Tierney hace una sagaz observación que se adecua a esta discusión: “para que la promesa del quintil resulte productiva el individuo debería primero comprender que la mente y la materia son en esencia una”.
 
La reforma de León IX quedó truncada, pero fue su colaborador , Hildebrando, quien lo fue de los Papas siguientes, el que la concluyó bajo el nombre de Gregorio VII. Había nacido en el 1020, aún con el trígono superior del A.S.P. (19º 30’ Leo) con el Apex (18º 45’ Sagitario, orbe 45’) y dada la firmeza de su carácter, sus amigos lo apodaban, coincidiendo con el período, como el “Tigre”. Esta característica felina fue la que talló en su batalla con el emperador Enrique IV en 1077, a quien –como su predecesor Ambrosio con el Emperador Teodosio en el 391 (Tauro)- lo humilló haciéndolo esperar fuera de un castillo 3 días y noches vestido con un sayo en señal de penitencia, antes de recibirlo y perdonarlo.
 
En 1074, impulsa la “cura” del padecimiento de la cristiandad. Su remedio: “una cristiandad pura, obediente” (VI Leo en transición hacia Virgo). Para ello debe imponer su autoridad absoluta (Leo). En 1075 publicó sus 27 proposiciones, las Dictatus Papae, en las que no sólo se limitaba a afirmar su independencia de los poderes laicos, sino que “pretendía instaurar una teocracia pontificia”. Algunos puntos son elocuentes:
“ Solo el pontífice romano puede llamarse, a justo título universal (II); El Papa es el único hombre al que todos los príncipes besan los pies (III); Puede deponer emperadores (IV); Nadie debe juzgarlo (XIX); La Iglesia Romana nunca ha errado y, según el testimonio de las escrituras, no errará jamás (XXII). No hay duda alguna en que el pontífice romano, canónicamente ordenado, es santo por los méritos del Bienaventurado Pedro (XXIII).
 
Gregorio muere en el 1085, pero como el principio homeopático sostiene, el remedio es una enfermedad más poderosa que desplaza a la instalada, pero esta nueva muestra de despotismo leonino se alojó junto a la corrupción anterior y es el prólogo del papado autoritario que continúa en el próximo período.
 
Período Virgo (1082,48-1261,06)
 
Iniciamos el tercer cuadrante del ciclo, por encima del horizonte cósmico, en oposición al momento inicial en Piscis. Un Cristianismo como una forma de solucionar las fuerzas dividas arrastradas desde el período anterior, proyecta el enemigo al exterior (Enemigos Declarados VII cósmica). Así sale pujante buscando reconquistar la Ciudad Celeste: Jerusalem, perdida (638) en el inicio del anterior cuadrante, ante el poderoso hermano rival (Géminis- Islam). Por otro lado se producen cambios en la estructura social, anticipados en la literatura polémica por Aldaberon de Laon (hacia 1027) y Gerardo de Cambrai (hacia 1044). La uniformidad carolingia (Cáncer) se ha perdido, pasando a tener la Iglesia como la estructura social un nuevo orden triple: oratores, bellatores y los laboratores. Estos últimos identificados con la clase de los campesinos, hasta incluir en ella, en el siglo XIII, la mano de obra artesanal de las ciudades (Virgo). Esta inclusión es doble, por un lado Gregorio VII, recurría a su intervención para combatir a los poderosos en caso de abuso de poder o su desobediencia (Leo). Por el otro, los pobres, los que no lograban entrar en la élite económica de los que mediante el trabajo conquistaban su promoción social, lo hacía por el motor vocacional de las Cruzadas, donde tendrán una participación relevante, (como los vagabundos que acompañaban a los caballeros).
 
Este nuevo orden virginiano se manifiesta en los cambios experimentado en los oratores: el clero dominado por el modelo monástico, pero de una línea más austera, penitencial (Virgo). Recién iniciado este período, en el 1084, un noble renano Bruno, funda la Cartuja, donde también se ordena el fenómeno del eremitismo espontáneo –compensador de la corrupción del período Leo. De esta forma esta manifestación vuelve a la sociedad (VII), representa “una institución estable del eremitismo” formando parte de la Conciencia Colectiva (Virgo, según los astrólogos junguianos).
 
En 1098, surge otro movimiento decisivo en Citeaux, quienes llevan adelante dentro de sus monasterios la evolución socio-económica, reflejando un cambio con respecto al final del período anterior de “rechazo del mundo”, adaptándose y desarrollando sistemas de granjas, cría de corderos, incluyen los molinos, sus aplicaciones industriales y, al modo de los alquimistas se hacen “maestros herreros” (Virgo, Eliade los vincula a ambos en su obra “Herreros y Alquimistas”). Estos adelantos estaban al servicio de la oración, dado que el maquinismo los liberaba para su práctica.
 
Es interesante notar la controversia dada entre el Abad de Cluny (fundada al principio del período Leo), Pedro el Venerable, y San Bernardo de Citeaux (Virgo) que ejemplifica esta diferencia. El primero estaba irritado “por esta “manía” de trabajo , por este celo de ser monjes- labradores o monjes-obreros” . En coincidencia con la maldición bíblica del trabajo (Virgo), resultado de la expulsión de la Unidad Original (Piscis), “la pasión por el trabajo es, esencialmente una forma de penitencia, aunque también conlleva aspectos más claramente positivos. Si el nuevo monaquismo es trabajador es porque es penitencial” . Parecería que el monaquismo volvía – dada la afinidad por elemento tierra- al ora et labora de San Benito (Tauro); pero en este período el modelo jerárquico heredado se mantiene a través de los famuli (sirvientes) domésticos y la presencia de los converso sustituyendo a los siervos (Virgo).
 
Es precisamente Bernardo de Citeaux (1098-1153) quien va a ser el personaje influyente en la primer parte de este período. En su doble vía monacal y como secretario papal (Virgo) de Inocencio II, y consejero de su antiguo discípulo Eugenio III (1145–1153); predicando por la segunda Cruzada y su combate contra los Cátaros en el Sur. En el plano intelectual , su disputa con Abelardo y la escolástica. Los cisterciences bajo su cargo en Claraval pasaron a ser la nova militia Christi (Virgo, ejército en Astrología Mundial) y fue el autor de las reglas de la Orden de los Templarios, donde el nuevo fenómeno de sociedades (VII) que combinaban el espíritu caballeresco guerrero con el monástico (Virgo) se inaugura también en este período. Junto a la Orden Hospitalaria, los Templarios se constituyeron, luego de la primer Cruzada, para defender a los peregrinos y curar a los enfermos (Virgo). En 1128, Bernardo consiguió que esta Orden fuese reconocida por el pontificado.
 
Por último, y no menos importante desde el punto de vista simbólico, es el devoto de “Nuestra Señora” por excelencia (definición popularizada por Citeaux). A pesar de seguir el modelo ortodoxo, combatiendo la inmaculada concepción, pone en gran fervor y escribe sobre el papel mediador de María (Virgo, Mercurio, signo mutable) y sobre la maternidad de gracia, culto que se extenderá , como reacción al Amor Cortés (ver más abajo), con la devoción popular y con la construcción de Catedrales, dedicadas en su mayoría a Notre Dame (Nuestra Señora), que surgen en el norte de Francia a partir de 1150.
 
Estos acontecimientos están acompañados en su inicio (1098, nacimiento de Bernardo, fundación de los Cisterciences) por el aspecto creativo de la serie quintil 108º entre el A.S.P. (2º 36’ Virgo) y el Apex (19º 51’ Sagitario, orbe 45’). Esta posición coincidirá también con la prédica y finalización de la Primer Cruzada. El 26 de Noviembre de 1095 (orbe 18’) en el Concilio de Clermont, Urbano II gana para la causa a los caballeros y príncipes occidentales. Varias corrientes confluían en la idea de una “guerra santa” (ejército: Virgo, santo: Sagitario) contra los infieles. 1). La purificación (Virgo): “los que fueron bandidos, se hagan soldados” , 2) la dificultad presentada por los seljúcidas para la peregrinación de los fieles (Sagitario), 3) la esperanza escatológica de reunir a las naciones en la ciudad santa y Madre del Mundo: Jerusalem. Bernardo tomaba su conquista terrena (Virgo) como una etapa hacia la Jerusalém Celeste (Piscis), pregonada en la Civitas Dei (Tauro, afinidad por Tierra).
 
Los cruzados lograron tomarla en 1099 (orbe 58’) y la mantuvieron hasta 1187. Los sucesivos fracasos en reconquistarla, hasta la VII en 1270 (ya en el período de Libra), fueron interpretados por los contemporáneos- imbuidos del espíritu virginiano de la época- por “la indignidad de los grandes y de los ricos. Incapaces de penitencia, lo príncipes y los ricos no alcanzarían el reino de Dios ni conquistarán a la Tierra Santa. Esto pertenece a los pobres, los elegidos de la Cruzada.” De esos hechos indignos se resalta el saqueo despiadado de Constantinopla a manos de la IV Cruzada (1204), donde instauran el Imperio Latino de Oriente. Una reacción espontánea, por lo tanto arquetípica, se dio en 1212, cuando dos cruzadas de niños, una proveniente del Norte de Francia, la otra de Alemania, fueron movidos por el afán de encarnar el arquetipo virginiano de la pureza, y dada esta condición , recuperar el Santo Sepulcro. La de Alemania, movilizada por el niño Nicolás quien afirmaba haber recibido el mensaje de un ángel, se detuvo en el norte de Italia dada la desaprobación de Inocencio III. La otra llegó a embarcarse, pero sufrieron el lado oscuro de Virgo: fueron vendidos en Alejandría como esclavos a los sarracenos.
 
Para reconquistar los Santos Lugares- escriben Alphandry y Dupont- “no puede esperarse sino de un milagro y el milagro solo puede producirse a favor de los más puros, de los niños y de los pobres”. Estos autores nos muestran el accionar del eje Piscis (milagros) – Virgo (pureza). La condición sincronística para este hecho simbólico estaba dada tanto en la IV Cruzada como en la de los niños, por la conjunción del A.S.P. (20º 24’/21º 45’Virgo, 1204/1212) con el S.C.G. (20º 40’/20º 46’; Virgo, orbes:16’/59’) y la cuadratura al Apex (21º 20’/21º 26’ Sagitario, orbes: 56’/19’)
 
Ya no era el lado creativo del aspecto de 108º (Apex, 1095), de exaltación escatológica inicial, sino que mostraba el lado oscuro (cuadratura menguante). En la fase de oposición, un rabí oscuro de Galilea había sido crucificado (Piscis, I oposición S.C.G.); ahora con la conjunción una sociedad, Constantinopla, un grupo de niños puros (VII, Virgo ) lo eran. Pero no fueron los únicos “puros” que sufrieron las cruzadas. En noviembre de 1207, se inicia la cruzada interna, contra los herejes, los “puros”, los Cátaros. Los bogomiles instalados desde el período anterior en Occidente comienzan a llamarse así a partir de 1163. La búsqueda de la perfección, de la pureza, del Dios bueno y luminoso lejos de este mundo y el rechazo de éste dominado por Satán - Yavhé, nos permiten ligarlo al S.C.G. en Virgo. La leyenda de Astrea, diosa de la Constelación, es que caminaba en la tierra en los míticos tiempos de la Edad Dorada, pero ante la maldad de los hombres se refugió en el Cielo en forma de Constelación.
 
También en este período se funda una de las instituciones que muestran el lado oscuro de la “purificación “ de Virgo: la Inquisición (1231). La Cruzada se extiende hasta el 1244 con la caída del último bastión en Montsegur. Pero la cultura cátara occitana está también ligada al AMOR trovadoresco, lo contrario de ROMA en el clus de los trovadores. Ellos, como los caballeros, servían a una dama con la cual mantenían una relación platónica, inalcanzable, pero esto los inflamaba hasta alcanzar la experiencia mística. El culto creciente a la Virgen, fue el antídoto para que este “mal” no se expandiera dentro de la Cristiandad.
 
En el año 1085, los Reinos de Castilla y León unidos reconquistan la ciudad de Toledo, antigua capital de los Visigodos. Siguiendo con la tendencia hacia el Pez occidental que el eje de precesión había iniciado con el paso por la antepenúltima estrella de la comisura hacia el 990 y coincidiendo con el oeste simbólico cósmico de la subdivisión del Eón de Piscis. El A.S.P. (0º 25’ Virgo) hacía un aspecto de la serie quintil: 18º con el S.C.G. (19º Virgo, orbe 35’).
 
Los tesoros de la civilización árabe, sus conocimientos clásicos, fueron absorbidos por el Occidente Cristiano y se iniciaron las traducciones al latín de las obras de Aristóteles, cuya adaptación da nacimiento a la Escolástica: forma racional de pensamiento que se elabora consciente y voluntariamente a partir de un texto considerado como autoridad. Combinado con que las primeras universidades surgen de las escuelas asociadas a las Catedrales de Nuestra Señora (París es fundada en 1158) podemos observar el espíritu virginiando de la época. Un nuevo poder aparece en la cristiandad asomándose el siglo XII: “Junto al Sacedocio y la Realeza, el Saber (Studium) (...) Studium es un saber nuevo, el saber universitario”. Junto a la división tripartita de oratores, bellatores y laboratores, esta nueva división tripartita nos refiere al arquetipo de la conciencia, según Jung, representado por el número, que en el sistema astrológico está ligado también a Mercurio como mediador, la casa III en Géminis y también en su regencia en Virgo a la que los astrólogos adjudican la Conciencia Colectiva , de esta forma en estas divisiones tripartitas se expresa las nuevas tendencias en ella. Disfrazada de “Nuestra Señora”, la Virginal Atenea, protectora de la Academia, había retornado luego de su expulsión del Senado en el 382, también acompañando a las órdenes en su mística guerrera.
 
Entre los poderes sacerdotal-espiritual y la realeza-terrenal, aún se producirán algunos choques con Enrique II (1170) y Federico Barbarroja (1177). Con el Emperador Federico la disputa es resuelta con el tratado de Venecia donde la Iglesia establece un principio de autoridad. En el caso de Enrique II de Inglaterra, está implicado el asesinato del arzobispo de Canterbury, Thomas Becket, producto de las discusiones entre la Iglesia y el Estado. Tras su muerte Enrique fue obligado a doblegarse al Derecho Canónico y a la jurisdicción de los tribunales eclesiásticos contra el clero. Ambas figuras, Enrique y Becket, fueron tomadas como símbolo de este conflicto. La canonización de Becket como mártir en 1173, dio la conclusión a este episodio.
 
Es en 1173 que el A.S.P. (15º 12’ Virgo) hacía la cuadratura menguante- ligada a Capricornio y su orientación al poder- con el C.G. (15º 18’, orbe 3’). El asesinato de Becket en 1170 (orbe 33’), mostraba en Enrique “ el afán de autopreservación, que prescinde de toda ética”. La iglesia responde de la misma forma y también con “la presión consciente de responsabilidad social” al permitirle la solución de compromiso de aceptar la mayoría de las costumbres inglesas. Por el lado del acuerdo con Federico también estaba el trasfondo de este aspecto (orbe 30’, 1177).
 
También bajo esta cuadratura un rico comerciante de Lyon, Pedro Valdo renunció a su fortuna y comenzó a predicar la pobreza voluntaria, su movimiento fue conocido como “los pobres de Lyon” o valdenses. Era su respuesta ante la presión social, su forma de enfrentar las ambiciones del mundo. Como eran contrarias al modelo productivo/ trabajador del período Virgo, son anatematizados en 1184 por Lucio III. Pero Inocencio III, se conciliará con una fracción de ellos y su versión italiana, los humillati, a principios del siglo XIII (con la conjunción del A.S.P. al S.C.G.) al adoptar una nueva forma, favorable al sistema, de conventos talleres en donde trabajaban la lana. Inocencio III también autorizó en el 1210, a un joven que en el 1205, luego de una grave enfermedad estando prisionero en la guerra había cambiado sus ricos vestidos por una humilde túnica y empezó a ayudar a los pobres y leprosos. En 1208 recibió un mandato de expandir su prédica; así lo fue a ver a Inocencio en 1210, quien lo autorizó a fundar su orden, luego de resistencias conscientes que fueron compensadas por un sueño con Cristo que le hizo rever su decisión. La voz de Francisco de Asís, parecía provenir de otro mundo cristiano.”Era una voz próxima a la Iglesia primitiva” , lo cual le hacía sospechar de herejía, pero Francisco prometió obediencia y respeto al Papa. Como ya vimos el A.S.P. hizo conjunción durante esos años con el S.C.G., trayendo los ecos del Cristianismo olvidado, del Hermano Sol y Hermano Luna, del vínculo con los animales, lobo, pájaros, peces y cordero (Virgo), símbolos de Francisco y también de los estigmas en su cuerpo de la crucifixión de Cristo.
 
No se podía dejar de mencionar la aparición de la literatura caballeresca, vinculada al Amor Cortés, que surge precisamente con Chretien de Troyes hacia 1170 (cuadratura del A.S.P. con el C.G.), quien era protegido de la esposa de Enrique II, Leonor de Aquitania y de su hija María de Champaña, creadora de las “Cortes de Amor”. Las canciones épicas que emulaban a Carlomagno son reemplazadas por el Rey Arturo y su mítica Camelot, otra forma de la Ciudad Celestial. Quizás el punto culminante de esta saga sea el “Perceval o el Cuento del Grial”, que Chretien no alcanza a terminar y que varios autores le ensayan un final. La versión que más ha trascendido es la de Wolfran Von Esenbach, y en ella se mezclan diversos elementos: gnósticos, herméticos y orientales. Wolfram se coloca a sí mismo como el transmisor de un conocimiento esotérico proveniente del misterioso Preste Juan, rey sacerdote de la India, sobrino de Perceval quien se lo transmite a un sabio pagano (musulmán o judío) Flegétanis.
 
Por lo tanto el libro sintetiza todos los elementos orientales y occidentales que se ven reflejados en el hecho que Parzival (Perceval) tiene un medio hermano Feferiz pagano, y en una solución insólita para la época, resulta vencedor el pagano en el enfrentamiento de ambos. Sin embargo, es el Amor Fraternal la idea que los aúna, simbolizan a una nueva sociedad universal tolerante. En el otro signo mercurial, Géminis, Mahoma se había colocado como sello de la profecía, integrando a sus antecesores el Judaísmo y el Cristianismo. Wolfram lo hace ahora con la idea del Cristianismo , pero sin la Iglesia, siempre ausente en la obra, “ en una sociedad (utópica) en que los cristianos y los paganos viven en armonía y tolerancia. Oriente y Occidente quedan subsumidos en esa sociedad universal, regida inmediatamente por Dios y orientada a conseguir el orden, la justicia, la paz y el bienestar de todos los súbditos.” Ese Dios que no era el de la Iglesia, parece estar reflejado en el momento de su escritura entre los años 1200 y 1210, cuando el A.S.P. hacía la conjunción con el S.C.G. en Virgo, iniciando un nuevo ciclo.
 
Se especuló con que la copa del Grial o Graal, fue en realidad el tesoro que los cátaros se llevaron al escaparse de Montsegur. En el siglo XX Hitler organizó una expedición para hallarlo allí. El símbolo del Grial – que algunos lo derivan del griego kráter aparecida en el Corpus Hermeticum IV 3,6 explicando allí su función redentora - trascendió su época y llegó hasta nuestros días, en donde el “Choque de las Civilizaciones” oriental y occidental aún es una herida “incurable” para nuestro Rey Amfortas cuya estrechez racionalista y materialista conduce al mundo hacia una “tierra desvastada” como la del mito.
 
Es justamente en 1205, con la misma sincronicidad del S.C.G., que Ibn Al Arabi recibe por tercera vez la investidura del al-Khidri, esa ceremonia le equivalía a una ordenación que daba autenticidad a su misión y le destinaba a difundir su mensaje. Ibn al Arabi es el renovador del misticismo musulmán y el reforzador de la tradición esotérica musulmana. En él aparece también, al igual que en los trovadores y caballeros, el Amor como medio de alcanzar la Divinidad y la Imaginación Creadora como otra instancia, ambas se combinan en su teosofía y teofanía. Una joven de familia iraní fue su fuente de inspiración del Dwan, refiriéndose a la joven en el prólogo de la obra dice: “pues ella es el objeto de mi búsqueda y mi esperanza , la Virgen purísima” denotando la acción del arquetipo y prefigurando lo que en el período Libra será el dolce stil nuovo de Dante y su Beatriz inspiradora.
 
Para concluir el monje cisterciense Joaquín de Fiore, luego de una serie de visiones entre el 1190 y 1195, concluye en 1199 sus comentarios al Apocalipsis (A.S.P. 19º 35’ conjunción S.C.G. 20º 35’, orbe 1º), de la misma forma que en la oposición había surgido los primeros Apocalipsis de Daniel y Henoc. Comentando el pasaje del Apocalipsis de Juan 11,3, donde 2 testigos profetizarán durante 1260 días, De Fiore interpreta que representan tres varones: Henoc, Moisés y Elías. Henos significaría la Edad del Padre, el dios tremendo del Antiguo Testamento; Moisés prefigura al hijo y finalmente Elías al Espíritu Santo. Esta estructura tripartita propia del arquetipo, vuelve a aparecer e influenciará en Comte y su idea del Progreso y en Hegel . De Fiore, de acuerdo al Apocalipsis (11,3-4) predice que el advenimiento de la Era del Espíritu Santo empezará en el 1260 . Uno de los símbolos del Espíritu Santo es la paloma, el animal atribuido a Venus. Es justamente en el 1261 (apenas 1 año de diferencia) que comienza el período Libra y en él los primeros soplos del Renacimiento, el comienzo de la progresiva liberación del yugo eclesial de la Iglesia del Hijo que adora al Dios Padre.
 
Algunas Reflexiones
 
Dado el límite requerido de la exposición, me veo en la obligación de detenerme aquí en el desarrollo. De los trece períodos a considerar (incluyendo el período Piscis de la Era de Aries) pude desarrollar ocho, lo cual me permite aventurar algunas conclusiones al respecto de la hipótesis planteada en este lapso de tiempo que abarca entre el 168 a.C. y el 1261 d.C.
 
En primer lugar podemos concluir que al utilizar el mismo punto de inicio, el 11 d.C. y la misma división del mes platónico usada por Jung, los dos posturas, astronómica y astrológica simbólica desarrollada aquí, coinciden. Las primeras estrellas vinculadas al pez vertical, coinciden con las etapas de formación-consolidación (Piscis-Tauro) y mayor desarrollo-expansión (Géminis - Virgo) de la Iglesia Cristiana. Las dos últimas estrellas de la comisura, antes del Pez Occidental, son atravesadas por el eje de precesión hacia el 1274, la primera, y 1431, la segunda, concordando con el período Libra (VIII), en el que el Renacimiento comienza a conmover las estructuras medievales. La estrella que inicia el segundo pez en 1821, inaugurando la era del materialismo y racionalismo que nos dominan, según Jung, corresponde, coincidencia significativa, al período Capricornio, opuesto al de Cáncer, en donde se origina la Cristiandad, bajo Carlomagno, inspirada en la Ciudad de Dios (Tauro), alcanzando la sociedad católica su mayor expresión. En el saturnino Capricornio se coagula la lava de Escorpio (IX), en donde el temperamento melancólico exaltado de los sabios saturninos , el ensanchamiento del mundo físico y espiritual (IX 1439-1618) terminó de disolver la Cosmovisión Medieval. Pero esta sigue siendo una mirada de telescopio, al estudiar a través de la lupa, los períodos desarrollados, pudimos observar la coherencia simbólica entre los acontecimientos, ideas y el sustrato arquetípico representado por el simbolismo astrológico, generando el “espíritu de la época”.
 
A través del simbolismo astrológico se pueden observar redes de conexión que por otro lado quedarían ocultas o pasarían desapercibidas. No se limitan a los períodos en sí mismos, sino que estas redes vinculantes se conectan por afinidad de elementos y/o de temas arquetípicos subyacentes. Por ejemplo considerando el arquetipo femenino-materno observamos que en el período Piscis, el lugar de lo femenino está igualado al de lo masculino dentro del Cristianismo, pero la Ortodoxia lentamente irá desplazando el lugar de las mujeres hasta que en el 200, en el masculino Aries desaparecen sus privilegios. Pero lo femenino reprimido surge en el venusino-lunar Tauro; María desplaza a la lunar Isis y en el Concilio de Efeso, se la estatuye como Madre de Dios. Siguiendo este lineamiento, en Cáncer, Concilio II de Nicea, se establece la “superreverencia” de María sobre los santos. En Virgo, Bernardo la populariza como la “mediadora” mercurial entre Dios y los hombres, oponiéndose a la inmaculada concepción, en Tauro. Es justamente en el signo opuesto, Escorpio, en 1477, que se establece la fiesta de la Inmaculada Concepción, librando a María del pecado sexual escorpiano, establecido por el escorpiano Agustín en el período opuesto de Tauro. Finalmente en Capricornio, en 1854 Pío IX la termina de establecer doctrinariamente y en 1950, se establece el dogma de Asunción. Hubo motivos políticos (Capricornio), para ello, la defensa contra el materialismo comunista, al igual que en forma más espontánea, en Virgo, la popularización del culto a la Virgen, junto con las catedrales en su honor, fueron un freno para el culto a la Dama del Amor Cortés.
 
Pasemos ahora a la mirada del “telescopio- microscopio”, los aspectos del postulado A.S.P., con los puntos galácticos, nos han mostrado sincronísticamente, los hitos de los períodos tratados. Una mirada más amplia de ellos nos permite observar la afinidad del C.G. con el movimiento cristiano, luego más específicamente con Roma. Aún con el C.G. en Escorpio, era la religión de las catacumbas. Con la entrada a Sagitario en el 80, se le agrega la escritura de los primeros evangelios. En el 125 (108º) se crea el nuevo género de la Apología, para conquistar al público culto y presentarlo como la filosofía más completa (Sagitario). En el 200 (120º), la tendencia fueguina de Sagitario, se combina con el período ariano y lo femenino es definitivamente erradicado del sitial de privilegio en las Iglesias Ortodoxas. En el 297 (135º), se produce la última persecución y el advenimiento del Mesías solar Constantino, el décimotercer apóstol. En Tauro en el 391, se oficializa la religión (150º) y en el 397 se afirma el credo en el cuerpo físico de Jesús. En el 588 (180º), en Géminis se convierten los herejes que saquearon Roma, los arrianos, en el 589 se siembra la semilla de la futura separación de Oriente y Occidente, la filioque. En el 590, surge Gregorio, el gran reformador y evangelizador de la Iglesia. En Cáncer (150º), Alcuino y Carlomagno publican la Admonitio Generalis, los lineamientos del Renacimiento Carolingeo. El mismo año en el Concilio de Nicea se eleva a María sobre los santos. En Leo, en el 981, el futuro ideólogo del Imperio Gerberto, impresiona al “rojo león” Otón. En el 1054 (108º), el viento de la filioque (Géminis) desató la tempestad del cisma entre Oriente y Occidente, cisma particular, a diferencia de los conflictos del Apex, dado que ambas corrientes siguen siendo, coincidiendo con el C.G., la llamada Ortodoxia. En Virgo esta tendencia continúa pero con el poder temporal, con victorias sobre el Rey Enrique II, 1170/73 (90º) y 1177 sobre el Emperador Federico.
 
Al finalizar la exposición del período Piscis, había quedado flotando la pregunta de los dos Cristianismos, el de la Iglesia del Padre, continuadora del eón de Aries/Escorpio, con la posible discusión de Jesús en la Sinagoga (C.G. 120º) y el Cristo de la crucifixión, (S.C.G. 180º), de la visión de Pablo que parecía encarnar el primer hereje Marción, de la escuela paulina. De acuerdo al desarrollo presentado, la Iglesia, salvo la excepción de Gregorio I , siguió el lineamiento arquetípico este hecho fundante.
 
El lado del eón de Piscis propiamente dicho, la Iglesia del Hijo con su igualdad entre los hombres y mujeres (excepción de Pablo) y los valores del Amor, fe y compasión, pareció estar del lado de los herejes y del S.C.G. En Aries, en el 228 (150º), el herético Mani tiene su primer revelación. Pero, en el 325, desde el lado oscuro, el pagano Constantino, establece una iglesia imperial (135º), con Cristo como poderoso gobernante (pantokrator); la reacción introvertida, es el establecimiento de los primeros eremitas y monasterios en el desierto. En Tauro, el maniqueísmo, dentro de esta misma línea, se introduce en la ortodoxia con la Ciudad de Dios de Agustín (120º). En Géminis, surge el gran rival del Cristianismo, el Islam, Mahoma recibe el Corán del ángel Gabriel (90º). En Cáncer en el 816 (60º), parece restablecerse el lado luminoso en el cristianismo y se establecen los cuidados a los pobres. En el 813, el Islam alcanza su etapa de florecimiento cultural y se edita la “Tabla de Esmeralda”. En Leo, desde el lado oscuro de lo femenino, las Matriarcas imponen los Papas, como contrapartida al avasallamiento laico, se funda la Abadía de Cluny (45º), que alcanza su primacía en el 951 (40º). Gerberto estudia, integrando oriente y occidente con los árabes en Toledo (36º) y se establece el monacato de los camalduenses con su rechazo del mundo (1012, 30º). Del lado del Islam, el mártir Al –Hallaj es crucificado.(45º). Finalmente en Virgo, con la conjunción surgen el eco lejano de la Iglesia primitiva: San Francisco, los intentos de integración de Oriente y Occidente con el Parzival de Wolfram, la profecías de De Fiore y el reformador de la mística árabe Ibn al-Arabi. En el lado oscuro, la IV Cruzada y la Cruzada de los niños y la aniquilación de los Cátaros. Aunque faltan períodos para revisar en los cuales la tendencia se va a modificar por la secularización progresiva, hasta aquí podríamos concluir, la afinidad del C.G. con la ortodoxia y el S.C.G., con los movimientos visionarios, heréticos -como lo fue el cristianismo original y también Pablo como motor de la conquista de los gentiles- y a la inclusión de estos movimientos en la forma del monacato y el eremitismo dentro de la tradición de Roma. Esto parecería estar de acuerdo con la convicción gnóstica del Dios de Israel (Aries-Escorpio, C.G.) como demiurgo que ignora al Dios desconocido trascendente (S.C.G.)
 
Sin embargo, la excepción de Pablo, con su paulatina degradación de lo femenino, del Concilio de Nicea, de la Ciudad de Dios, y de Gerberto, donde el S.C.G. está involucrado, nos parecería mostrar una faceta diferente de este Dios Trascendente, más acorde con el dios gnóstico Abraxas, dios y demonio al mismo tiempo, que manifiesta este lado terrible en aquellos que asumen sólo el lado luminoso (Jesús, Mani, Al-Hallaj, Cátaros, Cruzada de los Niños, Papas puer dominados por las Matriarcas). En el caso de Pablo, Constantino y la Ciudad de Dios, donde ambas facetas se conjugan, al igual que en Mahoma con su mística guerrera, los resultados parecen tener una raigambre profunda que se extiende en el tiempo , dado que se adaptan al mundo exterior. En un grado diferente de conjugación de ambos aspectos tenemos a Gerberto, el ideólogo del Sacro Imperio Romano Germánico, uniendo oriente y occidente; a San Francisco, los movimientos monacales, Ibn al-Arabi, el movimiento hermético que dio origen a la “Tabla de Esmeralda” y la Alquimia y la Ciencia del florecimiento de Al-Mamún. Con lo cual también podemos concluir que el S.C.G. representa el impulso más profundo, visionario, creativo, introvertido psicológicamente, con la doble faceta oscura y luminosa. En el caso extremo provocan la escisión con la extroversión, la falta de adaptación al mundo, deviniendo este negativo y amenazante, como el Demiurgo gnóstico. El C.G., parece haber actuado en de qué forma se integran estos aspectos creativos (por ejemplo los evangelios), o como se los sostiene en el tiempo, adaptándolos a los cambios (el género apologético), desde el lado más extrovertido, en la configuración del dogma, en los aspectos políticos, el lado oscuro se muestra al rigidizarse el dogma o el impulso al poder, de allí surgen los contenidos compensatorios del S.C.G.. El Papa Adriano VI, muestra simbólicamente esta dialéctica en la Dieta de Nuremberg en 1522 (período Escorpio): “Las escrituras dicen abierta y enérgicamente que los pecados del pueblo se han acrecentado con los pecados de los sacerdotes, y por eso, como dice el Crisóstomo, cuando Nuestro Redentor quiso curar a la ciudad de Jerusalén enferma, fue primero al templo, a fin de castigar los pecados de los sacerdotes, como buen médico que cura el mal en su raíz”.
 
¿Qué papel ha jugado el Apex?. Hemos observado su accionar a través de divisiones y semillas de futuros conflictos. Pero en este punto más cercano a nuestro sistema solar, podría pensarse, en este contexto, que estaría más cerca de la conciencia. Al moverse en cuadratura constante con el S.C.G, podríamos pensar también que estos impulsos creativos, estarían mediatizados por el Apex e irrumpirían o tomarían alguna forma a través de él. Estando en cuadratura, esta forma es a través del conflicto. En el período Piscis de la era de Aries, por ejemplo, se producen con el S.C.G., la aparición de los primeros Apocalipsis, con su interpretación de los hechos presentes de acuerdo a profecías del pasado. Unos años después, la interpretación de estos hechos y su diferente posturas ante él, llevaron a la división entre los esenios (introvertidos) y fariseos (con un grado mayor de integración de lo extrovertido).(Apex, 90º).
 
En el período Piscis del Eón de Piscis, luego de la crucifixión (S.C.G.), Saulo de Tarso, persigue a los cristianos y en un violento giro hacia el opuesto, luego de la visión de Cristo (Apex, 90º), se convierte y es el iniciador del movimiento que integrará a los gentiles y luego terminará dividiéndose del judaísmo tradicional. En el período Aries, Mani, recibe la primer revelación (S.C.G.) y en la segunda (Apex, 120º) inicia su propio camino, separándose de su colectividad original cristiana. En el mismo período, Constantino gobierna el Concilio de Nicea, preparando su cristianismo imperial pagano (S.C.G); con el Apex (135º) funda la nueva Roma, Constantinopla, germen de la futuras divisiones políticas y religiosas. En Tauro ambos, S.C.G. y Apex, están en orbe para la culminación de la Ciudad de Dios de Agustín, permitiendo la intromisión del dualismo gnóstico / maniqueo en el Cristianismo. Pero en el 431, aún en orbe con el Apex, se produce una división en la Iglesia, los nestorianos son excomulgados por su creencia en María como Madre de Jesús (físico) y no como Madre de Dios (espiritual), reeditando el conflicto dualista.
 
En Géminis, en el 624, aparece una continuación de este conflicto, dado que Honorio I, trata de integrarlos de vuelta, con su concepción del monotelismo, pero fracasa y es excomulgado. Aparentemente, el S.C.G, que en ese período 617/19, coincidió con la revelación del Corán, está fuera de esta discusión. Sin embargo, hay un punto de contacto, dado que Mahoma se contactó con el Cristianismo nestoriano, recibiendo sus enseñanzas de él. Por ello, afirma Draper, “nunca hablaba como de Jesús hijo de Dios, sino siempre como Jesús, hijo de María” . Los primeros conversos, los consigue en Medina, entre los judíos y nestorianos. Algunos historiadores como “Whately lo considera como una corrupción del cristianismo. Creció como una rama del nestorianismo” . De allí que Draper comente que los desastres que abrumaban a la Cristiandad, con la expansión musulmana, eran debido a las disensiones de las propias sectas. Por este motivo el Emperador Heracleo, al mismo tiempo que intentaba defenderla por las armas “trataba con gran interés de dirimir las diferencias de los sectarios. Con tal objeto intentó hacer aceptar la doctrina monotelista de la naturaleza de Cristo, pero ya era demasiado tarde”.
 
En el período Cáncer, nos encontramos con una reedición de una problemática gnóstica, del illo tempore original del período de Piscis – facilitada por el mismo elemento y la tendencia al pasado del símbolo, continuando y culminando lo iniciado en el período Tauro- pero colocada en la veneración de los íconos. La tendencia iconoclasta, y su espiritualismo, los situaba en la misma línea que los gnósticos, para los cuales el cuerpo de Cristo era espiritual, por lo tanto negaban la crucifixión y por ende el propio martirio. Esta discusión conecta el hecho fundante de la Crucifixión (S.C.G., 180º, A.S.P. Piscis) en conexión con el II sínodo Iconoclasta del 815 (S.C.G., 60º A.S.P. Cáncer). Además estaba el Apex (Sagitario, 150º, A.S.P.) conectado a este concilio y a los sucesos posteriores del 821, la revuelta de Tomás contra el Emperador iconoclasta, apoyado por los iconódulos.
 
En Leo, encontramos la reacción monástica ante la corrupción de Roma con la fundación en el 909 (S.C.G., 45º, A.S.P., Leo) de la Abadía de Cluny, que se expandió durante el período hasta alcanzar su culminación hacia el 951 (40º). Esta reforma se distinguía de las anteriores por la conexión entre las diversas abadías y un poder centralizado en el abad de la casa madre en Cluny. Constituía así un verdadero imperio monástico, siguiendo la peculiaridad de que desde su fundación sólo dependía del poder papal. Si bien volvía a la regla benedictina, con sus rituales y cánticos, el aspecto laboral (Tauro) era esta vez, siguiendo el espíritu leonino, delegado en los conversos y siervos. De allí que, junto a la buena alimentación, se convirtiera en refugio de aristócratas y caballeros, apoyando el régimen feudal, pero utilizando esos vínculos para mantener la independencia. En el año 1020 con el Apex (120º al A.S.P. Leo) nace el monje benedictino Hildebrando, luego Gregorio VII, el reformador quien llevó a cabo en la Iglesia, lo que Cluny había realizado en la vida monacal: la independencia de y sobre el poder laico.
 
En Virgo, con la conquista de Toledo en 1085 (S.C.G. 18º al A.S.P Virgo) se inicia una etapa donde el conocimiento acumulado por los árabes, llega a Occidente. En 1095, en orbe aún (58’) y con la intervención del Apex (108º al A.S.P Virgo), Urbano II convoca la Cruzada para recuperar Jerusalem. Pero además, siguiendo con la misma línea de la reforma gregoriana (Leo) de la supremacía del Papa en este caso sobre Alfonso VI, designa a Santiago de Compostela, el otro lugar de peregrinación para los cristianos, como sede papal, de la misma jerarquía que Roma, y se da el cambio del rito romano por el mozárabe visigodo y el de la letra carolina por la visigótica. Con la conjunción del A.S.P. al S.C.G. entre el 1200 y 1212, apoyados por el Apex (90º) devienen los sucesos quizás más trágicos, manifestando el lado “demoníaco” de Abraxas. La IV Cruzada (1204), la Cruzada contra los Cátaros (1208) y la Cruzada de los Niños (1212). Por el lado luminoso: San Francisco, el Parzifal de Wolfram y en el Islam, el inicio de la misión de Ibn al-Arabi, el gran renovador de la mística musulmán.
 
Como ejemplo del funcionamiento creador de nuevos contextos históricos, pero ahora en un momento secular, tomaremos los recientes contactos en el período Acuario que estamos transitando. En 1985, asume Mikhail Gorbachov como secretario general de la U.R.S.S., e inicia la reestructuración (perestroika) y la apertura (glasnot) del imperio soviético, esto coincide con el A.S.P (1º 36’ Acuario) en trígono al S.C.G. ahora en Libra (1º 34’) y en semisextil con el Apex (2º 15’ Capricornio). Los aires renovadores e idealistas, lograban superar (trígono y semisextil) las dificultades de la cúpula conservadora gerontocrática (Apex Capricornio) e iniciar las reformas y cambios en la política exterior. Con el primer tratado de reducción del armamento nuclear, 1987, marcando el inicio del fin de la guerra fría, reforzado por la retirada de Afganistán en 1989 (S.C.G,. 1º 38’ Libra; A.S.P. 2º 16’ Acuario; Apex 2º 18’ Capricornio) y ese mismo año se produce espontáneamente la caída del Muro de Berlín que llevará a la culminación del proceso con la disolución de la U.R.S.S. en 1991 (A.S.P. 2º 37’ Acuario; S.C.G. 1º 40’ Libra; Apex 2º 20’ Capricornio). En el mismo contexto del 89, surge el trabajo de Fukuyama, el profeta secular, anunciando el fin de la historia, coincidiendo con el último período de la era de Aries, donde aparecen con el S.C.G., los primeros Apocalipsis.
 
Este último ejemplo nos permite comprobar el funcionamiento de estos puntos galácticos en un ámbito diferente del que hemos tratado, el secularizado. El proceso de secularización que abarca desde mediados del período Libra hasta Capricornio (1796,8-1975.38) no lo he podido tratar aquí, pero creo que el material aportado, junto con el hallazgo del A.S.P., permite ampliar la comprensión de estos puntos galácticos en un contexto general, como ya lo hicieron otros autores en un plano individual. Por lo tanto podemos observar en forma general hasta el período tratado de Virgo y en el contexto propiamente cristiano, que el S.C.G. aporta los nuevos contenidos, que emergen a través del conflicto con el Apex, integrándose o siendo rechazados por la corriente ortodoxa representada por el C.G.. Cuando estos contenidos creativos no pudieron surgir en el ámbito cristiano, ya sea ortodoxo o heterodoxo, lo han hecho a través del Islam.
 
Como todo trabajo inicial no pretende establecer ninguna verdad, sino abrir el panorama hacia nuevos rumbos y nuevas investigaciones. De la misma forma que el material seleccionado lo ha sido dentro de un contexto histórico determinado y no general, por lo tanto ruego al lector sepa disculpar todas las omisiones, que en todo trabajo inicial ocurren. Se abren algunas vías de investigación con estos puntos galácticos y el A.S.P., como por ejemplo el contacto con los planetas en tránsito . Se deberían explorar también otros acontecimientos y vínculos de estos puntos con las cartas individuales de los actores de los acontecimientos generales, como algunos fueron desarrollados aquí. Quedará para más adelante su realización.
 
 
Alberto Chislovsky
Aljanus@tutopia.com
 
Apéndice I: Tablas de posición de los Puntos Galácticos
 
Adjunto la tabla de posiciones de estos puntos tal como las expone Harvey en el artículo citado, o sea 2000-1400. Los demás años han sido calculado en base a esta tabla con un error posible de +- 5’, dado que Harvey señala un movimiento, cada centuria, entre 1º 24’ y en algunos 1º 23’, uniformé el criterio en 1º 24’, de allí el error posible, representando 5 años en 1400 años.
C.G - Apex S.C.G.
 
2000 27º 02’ Sagitario 2º 27’Capricornio 1º 47’Libra
 
1900 25º 28’ 1º 03’ 0º 23’
 
1800 24º 04’ 29º 39’Sagitario 28º 59’Virgo
 
1700 22º 41’ 28º 16’ 27º 36’
 
1600 21º 17’ 26º 52’ 26º 12’
 
1500 19º 53’ 25º 28’ 24º 48’
 
1400 18º 29’ 24º 04’ 23º 24’
 
1300 17º 05’ 22º 40’ 22º
 
1200 15º 41’ 21º 16’ 20º 36’
 
1100 14º 17’ 19º 52’ 19º 12’
 
1000 12º 53’ 18º 28’ 17º 48’
 
900 11º 29’ 17º 04’ 16º 24’
 
800 10º 05’ 15º 40’ 15º
 
700 8º 41’ 14º 16’ 13º 36’
 
600 7º 17’ 12º 52’ 12º 12’
 
500 5º 53’ 11º 28’ 10º 48’
 
400 4º 29’ 10º 04’ 9º 24’
 
300 3º 05’ 8º 40’ 8º
 
200 1º 41’ 7º 16’ 6º 36’
 
100 0º 17’ 5º 52’ 5º 12’
 
0 28º 53’ Escorpio 4º 28’ 3º 48’
Apéndice II: Ejemplo de Cálculo
 
Cálculo de los Puntos Galácticos:
 
Se trata de una regla de tres simple. Por ejemplo quiero calcular la posición para el año 1075:
 
100 años: 1º 24’
75 años: x a lo cual sigue: 84’x 75%100: 63’ o sea 1º 3’
 
utilizando la tabla para el C.G.: año 1000: 12º 53’ Sagitario
 
año 1075: 13º 56’ Sagitario
 
Cálculo del A.S.P.
 
Tomemos el mismo ejemplo. Cada período es de 178.583 años, por lo tanto el movimiento por grado es de 5,952 años, que transformados en días resulta: 2172.7 días por grado. Tomando en consideración el 1075, tendríamos que ir al período Leo que abarca entre el 903.9 y el 1082.48.
 
Así tenemos: 1075 -903.9: 171.1 años
 
Sigue el simple cálculo:
Si 5,952 años: 1º
171,1 años: x
 
Con lo cual se reduce a días: 171.1 x 365: 62451.5 días. Luego se divide por 2172.7 días (5,925años) y da como resultado en grados: 28,74º . Transformando 0,74 al sistema sexagesimal: 0,74 x 60: 44’ o sea : 28’44’ de Leo.
 
 
Bibliografía Complementaria
 
 
1) BAIGENT M., LEIGH R., El Retorno de la Magia, Plaza Janés, España, 1999.
 
2) BAZÁN F., Gnosis, La Esencia del Dualismo Gnóstico, Castañeda, Bs. As, 1978.
 
3) BURCKHARDT J, Del Paganismo al Cristianismo, F.C.E., México, 1996.
 
4) CHEVALIER J., El Sufismo y la Tradición Islámica, Kairós, España, 1986.
 
5) ELIADE M., El Mito del Eterno Retorno, Planeta- Agostini, España, 1984.
 
6) EVOLA J, El Misterio del Grial, Plaza & Janes, España, 1977.
 
7) HOELLER S., Jung el Gnóstico, Héptada, España, 1990.
 
8) JUNG C.G., Recuerdos, Sueños y Pensamientos, Seix Barral, España, 1981
 
9) JUNG C.G., Interpretación de la Naturaleza y la Psique, Piados España, 1983
 
10) JONAS J, La Religión Gnóstica, Ediciones Siruela, España, 2000.
 
11) LEDUC J.P., Los Cátaros, Circulo Latino, España, 2002
 
12 RAHN O, Cruzada contra el Grial, Hiperión, España, 1986.
 
13) ROUGEMONT de D., Amor y Occidente, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1993
 
14) Sede de G., El tesoro Cátaro, Plaza & Janes, España, 1976.
 
15) Enciclopedia Católica (página de Internet: www.Enciclopediacatólica.com)
 
16) ArteHistoria (www.artehistoria.com)
 
17) Encuentra.com, portal católico (www.encuentra.com)
 
Los Puntos Galácticos
El Eon de Piscis y el Cristianismo
 
Alberto Rubén Chislovsky
Buenos Aires - 2004
fuente:odiseajung.com
25.11.2013 17:17
LOS MISTERIOS DEL TIEMPO
 
Por: MOISÉS GARRIDO VÁZQUEZ
 
“¿Qué es, pues, el tiempo?...
Si nadie me lo pregunta, sé lo que es;
Si quiero explicarlo a quien me lo pregunta, 
entonces, no lo sé”.
(San Agustín, “Confesiones”, Libro IX)
 
“Hay tres preguntas que nos intrigan a todos y que, como el origen de la vida o del Universo, también trascienden todas las áreas del saber humano: ¿cuál es la naturaleza del tiempo? ¿Se puede viajar en él hacia el pasado? ¿Se puede viajar hacia el futuro a un ritmo superior al que ya lo hacemos? Sobre la primera de estas preguntas hay muchas incógnitas que están relacionadas con la propia universalidad del tiempo, con su presencia implacable en todo lo que ocurre, y, aunque se ha progresado mucho en este siglo XX, aún nos queda mucho más por conocer. Respecto a las dos preguntas restantes, teóricamente sí es posible, pero las dificultades de todo tipo, a nivel conceptual y práctico, son tantas que convierten este tema en uno de los más fascinantes para su estudio en el siglo XXI”.
 
Con esta acertada reflexión, el reputado físico Juan Pérez Mercader concluye su interesante obra “¿Qué Sabemos del Universo?” (1996). Sin duda, desde los albores de la Humanidad, el tiempo ha sido uno de los enigmas que más ha intrigado a científicos, filósofos, sabios y poetas. Definirlo sigue resultando harto dificil, y su existencia es cuestionada por algunos ilustres pensadores.
 
Precisamente, en octubre de 1991, el Dr. Pérez Mercader, investigador del Laboratorio Nacional de Los Álamos (EEUU), participó con otros cuarenta científicos en el Taller “Los Orígenes Físicos de la Asimetría del Tiempo”, celebrado en Mazagón (Huelva). Durante varios días, relevantes físicos como el célebre Stephen Hawking o el premio Nobel Murray Gell-Mann, debatieron intensamente sobre la naturaleza del tiempo. Se plantearon cuestiones tan sugestivas como la reversibilidad del tiempo (la posibilidad de ir hacia el pasado o hacia el futuro), las leyes que lo rigen, si surgió con el “Big Bang” (Gran Explosión), si desaparecerá con el “Big Crunch” (Gran Implosión), su descripción desde la cosmología cuántica, etc. etc. Los científicos no llegaron a conclusiones unánimes, y mucho menos definitivas. Como bien señaló el profesor John A. Wheeler en la reunión de Mazagón, “el tiempo es el mayor de los misterios”...
 
LA “FLECHA DEL TIEMPO”
 
El tiempo, desde nuestra percepción humana, parece transcurrir en una sola dirección: del pasado al futuro. Es la llamada “flecha del tiempo”. Cada día que pasa envejecemos un poco más, cuando cae una taza al suelo se rompe en pedazos, etc. etc. Nunca ocurre lo contrario. Ni rejuvenecemos ni la taza salta desde el suelo recobrando su forma original.
 
En su exitosa obra “Historia del Tiempo” (1988), Stephen Hawking aclara que existen tres flechas del tiempo que distinguen el pasado del futuro. “Son la flecha termodinámica, la dirección del tiempo en la cual el desorden aumenta; la flecha psicológica, la dirección del tiempo según la cual recordamos el pasado y no el futuro; y la flecha cosmológica, la dirección del tiempo en la cual el universo se expande en vez de contraerse”, explica Hawking. Pero no siempre las cosas son como aparentan ser. A principios de este siglo, la teoría de la relatividad y la teoría cuántica proporcionaron algunos sorprendentes descubrimientos sobre la naturaleza del tiempo...
 
TIEMPO Y RELATIVIDAD
 
 
La física clásica, inspirada en los trabajos de Isaac Newton, consideró el tiempo como una magnitud absoluta y universal. Pero como suele decirse, la ciencia abre más interrogantes que los que cierra... A raiz de la Teoría General de la Relatividad, desarrollada por Albert Einstein en 1915, el concepto del tiempo sufrió una profunda y revolucionaria transformación. “La distinción entre pasado, presente y futuro es sólo una ilusión”, sostuvo el físico más sobresaliente del siglo XX.
 
Dos de los postulados fundamentales de la Relatividad son que el tiempo no transcurre igual para todos los observadores (depende de la velocidad en la que éstos se mueven), y que no es independiente de las tres dimensiones espaciales (Einstein estableció así una nueva coordenada tetradimensional: el “espacio-tiempo”). Además, el tiempo transcurre más despacio cuando mayor es la gravedad.
 
Asimismo, la Relatividad determina que la velocidad de la luz es constante en cualquier marco inercial: 300.000 kms/s. En este sentido, al observar por las noches las estrellas no las vemos como son en el presente, sino como eran hace cientos, miles o millones de años, cuando emitieron la luz que nos llega ahora. Por ejemplo, si contemplamos con un telescopio la galaxia de Andrómeda, situada a 2 millones de años-luz de nosotros, realmente estamos observando la luz que partió de dicha galaxia cuando sobre la faz de la Tierra había aparecido el “homo erectus”, del que desciende el hombre actual. Así pues, oteando el cielo estrellado ¡vemos el pasado!...
 
Según la Relatividad, el tiempo se ralentiza cuando se alcanza enormes velocidades. Un ejemplo teórico muy conocido es la “paradoja de los gemelos”: un gemelo permanece en la Tierra, mientras que el otro parte en un cohete a una velocidad de 240.000 kms/s. hacia la estrella Alfa-Centauri a 4 años-luz de nosotros. El viaje de ida y vuelta duraría una década. Pero al regresar, el gemelo viajero descubriría atónito que no habría envejecido diez años como el que se quedó en la Tierra ¡sino sólo seis!... Así pues, el astronauta habría viajado hacia el futuro, envejeciendo más lentamente que su hermano gemelo.
 
Este efecto de la relatividad es inapreciable en la vida cotidiana, ya que nuestras velocidades son ínfimas comparadas con la de la luz (el objeto más veloz construido por el hombre es la sonda interplanetaria que alcanza los 20 km/s.).
 
Pero ¿se ha llegado a verificar rigurosamente esas distorsiones temporales planteadas por la relatividad?. Jesús Mosterín, catedrático del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), asegura que “la teoría general de la relatividad ha superado hasta ahora todas las pruebas empíricas a las que ha sido sometida”.
 
Uno de los experimentos fue coordinado en octubre de 1971 por el físico J.C.Hafele. Para ello, se emplearon relojes atómicos de haz de cesio, los más precisos que existen (un error de un segundo cada tres mil millones de años). Se colocaron cuatro relojes atómicos en un avión que daba la vuelta al mundo, y otros cuatro que permanecían en tierra. Tras finalizar el experimento, pudo comprobarse que había una diferencia de 273 nanosegundos (milmillonésimas de segundo) entre los relojes aerotransportados y los de tierra, coincidiendo con los cálculos basados en la teoría relativista... De todos modos, la dilatación del tiempo también ha podido comprobarse experimentalmente mediante los aceleradores de partículas y midiendo la radiación cósmica.
 
TIEMPO Y FISICA CUANTICA
 
También a escala microscópica, en el mundo de las partículas subatómicas, el tiempo parece comportarse de forma bastante desconcertante. De hecho, a ese nivel no podemos hablar de pasado o de futuro, puesto que las partículas elementales -que suelen alcanzar velocidades próximas a la luz- obedecen leyes reversibles en el tiempo. El físico norteamericano Richard Feynman sugirió la posibilidad de que el positrón (antielectrón) fuese en realidad un electrón que se traslada del futuro al pasado...
 
El determinismo, característica esencial del mundo newtoniano, no puede aplicarse en la escala subatómica. “La teoría cuántica –afirma el físico teórico Heinz R. Pagels- no sólo niega la teoría estándar de la objetividad, sino que también destruye el punto de vista determinista”. Así pues, la física cuántica -cuyas leyes fueron formuladas en los años veinte-, rompe los esquemas elementales de las leyes deterministas, al deducir que el estado presente del universo no es el efecto de su pasado ni la causa de su futuro.
 
Algunas de las consecuencias de la teoría cuántica, en las que se aprecia la paradójica y extraña naturaleza del tiempo a nivel subatómico, han sido el Principio de Incertidumbre de Heisenberg y el Teorema de Bell. Si invertimos el orden del tiempo en dichos procesos microscópicos, éstos aparecen igual de razonables.
 
El físico Alastair Rae, en su obra “Física Cuántica: ¿Ilusión o Realidad?” (1986), plantea la siguiente cuestión: “¿Cómo es, pues, posible que el comportamiento de los objetos grandes sea siempre irreversible cuando el movimiento de sus constituyentes atómicos satisface esas leyes reversibles microscópicas?”. La respuesta a este problema, según el propio Alastair Rae, es que la irreversibilidad es una ilusión...
 
¿MÁQUINAS DEL TIEMPO COSMICAS?
 
“Los agujeros de gusano no solamente se podrían utilizar para viajar por el espacio: la teoría pronostica que asimismo se podrían utilizar para viajar en el tiempo”, afirma el físico teórico Paul Halpern, autor de “Los Agujeros de Gusano Cósmicos” (1993). Los “agujeros de gusano”, descubiertos matemáticamente en 1916 mediante la ecuación de campo de Einstein, son hipotéticos “pasadizos” en el hiperespacio que conectarían puntos distantes del Universo. Según la moderna Cosmología, el nivel más profundo del tejido del espacio-tiempo, constituido por “espuma cuántica”, estaría repleto de minúsculos “agujeros de gusano” que aparecen y desaparecen continuamente. Si una civilización extraordinariamente avanzada consiguiese desvelar las leyes que rigen la gravedad cuántica, tal vez podría hallar, aislar y aumentar de tamaño un agujero de gusano microscópico y utilizarlo, además de un medio para viajar rápidamente en el espacio, como ¡máquina del tiempo!. Esta es, al menos, la sugerente posibilidad planteada por físicos de la reputación de Kip Thorne, Michael Morris y Ulvi Yurtsever, del Instituto de Tecnología de California en Pasadena (EEUU), los cuáles han desarrollado un fascinante modelo teórico basado en dicha cuestión. Según se desprende del mismo, si un extremo (A) del agujero de gusano permanece fijo, y el otro extremo (B) se moviera hasta alcanzar una velocidad cercana a la luz y luego volviese a su posición inicial, se provocaría un estiramiento del agujero de gusano produciendo por tanto una diferencia del tiempo. Si un observador penetrara por el extremo “A” hasta salir por el “B” viajaría al pasado; al regresar de “B” a “A”, lo haría al futuro.
 
Si sobrevive la especie humana ¿logrará dentro de varios siglos los medios para viajar a otras épocas y poder así visitar a sus antepasados? ¿Y si los “turistas temporales” de esa humanidad futura ya estuvieran visitándonos?...
 
¿ALIENÍGENAS O CRONONAUTAS?
 
Stephen Hawking sostiene que “no existe mejor prueba contra el viaje en el tiempo que el hecho de que todavía no hayamos sido invadidos por hordas de turistas del futuro”. Pero ¿y si el célebre catedrático de Cambridge estuviese equivocado?...
 
Algunos ufólogos consideran la posibilidad de que los OVNIs no sean naves procedentes de otros planetas, sino máquinas humanas que viajan del futuro al pasado. Sus tripulantes no serían, pues, extraterrestres sino ¡nuestros descendientes!... A propósito de esta sugerente idea, el investigador Sinesio Darnell se cuestiona en su obra “Tiempo, Espacio y Parapsicología” (1989) si “los OVNIs podrían ser algo así como premoniciones de secuencias de este tiempo estratificado, o continuo-presente, por el que nos desplazamos...”
 
A su vez, el veterano ufólogo Antonio Ribera, que durante un tiempo estuvo fascinado por esta idea, afirma que “esta hipótesis explicaría muchas cosas: en primer lugar, la propia apariencia física de estos ‘viajeros del tiempo’. Muchos biólogos y antropólogos están de acuerdo en que el Hombre del futuro tendrá un gran desarrollo encefálico junto a un escaso desarrollo físico y muscular. Los ‘humanoides’ vistos cientos de veces junto a sus naves posadas en el suelo, o que protagonizan tantos casos de ‘abducción’, encajan perfectamente en esta tipología del futuro”.
 
Ciertamente resulta más que sospechoso que los ‘ufonautas’, de tratarse de seres extraterrestres, tengan una morfología tan similar a la humana, se manejen con tanta facilidad en nuestro medio, vistan con atuendos tan semejantes a los nuestros y utilicen instrumentos tan comunes para nosotros. Analizando la casuística, observamos que poseen una tecnología más avanzada que la terrestre, eso es obvio, pero no tan diferente ni tan fantástica como la que desarrollaría una civilización inteligente que hubiese evolucionado a años-luz de nuestro planeta. El hecho de que hayan podido descubrir la desmaterialización, la teleportación, el control de ciertas facultades PSI o el dominio del tiempo -como prueban muchos casos OVNIs-, no invalida la probabilidad de que esos ‘ufonautas’ sean nuestros propios descendientes, ya que son cuestiones que la actual ciencia vanguardista ha comenzado a estudiar con gran seriedad, y por tanto, puedan llegar a experimentarse en un futuro presumiblemente no muy lejano.
 
¿Estaría así justificada la razón del no-contacto entre esos tripulantes OVNIs y nosotros?... Obviamente, si son viajeros del futuro evitarían a toda costa interferir en el desarrollo normal de la historia, para no ocasionar paradojas temporales de consecuencias imprevisibles.
 
En fin, quizás, como sugiere el genial investigador John A. Keel, “parte de la contestación a los platillos voladores no esté en las estrellas sino en el reloj que da las horas sobre nuestra chimenea”...
 
TIEMPO Y PARAPSICOLOGIA
 
A lo largo de la historia han existido personas que dicen tener visiones de sucesos futuros que luego ocurrieron tal y como fueron descritos. Son los llamados profetas o adivinos. Pero algunos individuos también son capaces de vislumbrar escenas pretéritas o revelar datos desconocidos sobre civilizaciones desaparecidas. Si bien, en otras épocas se creía que ese extraordinario poder era un don divino o espiritual, hoy se considera que más bien es una facultad relacionada con la mente inconsciente del ser humano. Y es que ya contamos con una disciplina que ha sido capaz de demostrar experimentalmente la capacidad que tiene nuestro psiquismo para trascender los límites del tiempo. Nos referimos, claro está, a la Parapsicología.
 
Todo parece indicar que la mente humana, en circunstancias especiales, deja de estar sometida a las barreras del tiempo. Bajo lo que conocemos como “Estados Modificados de Conciencia” (sueño, trance, hipnosis, meditación, privación sensorial...), puede actuar la Percepción Extrasensorial (ESP), una de las sorprendentes facultades del psiquismo ampliamente investigada por la Parapsicología y que nos permite obtener información procedente del futuro (precognición) o del pasado (retrocognición).
 
No obstante, también en la vida cotidiana muchos han experimentado estos fenómenos de manera espontánea. Al respecto, el matemático William Cox comprobó, tras un estudio estadístico, que los vagones que sufrían más daños en los accidentes de trenes estaban menos ocupados que los restantes. Incluso que los trenes accidentados llevaban menos viajeros de lo habitual. Para Cox, esas curiosas coincidencias -que desafiaban a las leyes del azar- sólo podían deberse a premoniciones inconscientes (comúnmente conocidas como intuiciones o corazonadas).
 
Gracias a la extraordinaria labor realizada en los años treinta por el biólogo y matemático Joseph B. Rhine, padre de la Parapsicología Científica, esas capacidades parapsíquicas han podido ser medidas y controladas en laboratorio. En el Departamento de Psicología de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte (EEUU), el Dr. Rhine y su esposa la Dra. Louisa E. Rhine llevaron a cabo las primeras investigaciones de la ESP aplicando un método matemático-estadístico (empleando para ello las conocidas “cartas Zener”). Los resultados positivos obtenidos tras las numerosísimas pruebas efectuadas durante años por el matrimonio Rhine, y luego continuadas por otros investigadores como el físico Helmut Schmidt (con sus experimentos sobre la precognición de procesos cuánticos imprevisibles), permitieron evidenciar la existencia de una facultad que va más allá de la percepción sensorial ordinaria, mediante la que podemos escrutar sucesos futuros y pasados. En su obra “El Alcance de la Mente” (1947), el Dr. Rhine sostiene que “la concepción de que la mente puede trascender las limitaciones del tiempo era natural consecuencia de los experimentos de ESP a distancia, puesto que si la ESP era independiente del espacio, debía serlo también del tiempo, dentro del universo espacio-tiempo de la física”.
 
REFLEXION FINAL
 
Llegados a este punto, el lector convendrá conmigo que el problema del tiempo es extraordinariamente complejo y enigmático. Sobrepasa nuestro sentido común. Como hemos visto en el presente artículo, la Física Teórica lo estudia a fondo, pero aún está lejos de comprender su peculiar naturaleza. Por ahora, no existe unanimidad entre los científicos para resolver las incógnitas surgidas en torno al concepto del tiempo. Y aunque forma parte de nuestra vida, somos incapaces -al igual que San Agustín- de hallar una definición exacta. Pero por si queda alguien empeñado en encontrarla, consideramos que la definición más apropiada nos la ofreció nuestro admirado Antonio Ribera en la introducción de su genial obra “En el Túnel del Tiempo” (1984): “Tiempo: creación de la consciencia humana, fruto de su propia limitación, angustia existencial y frustración constante”. Ahí queda dicho...
 
MOISES GARRIDO VAZQUEZ
 
(Anexo 1)
 
TRASPASANDO LAS BARRERAS DEL TIEMPO
 
Dentro del campo de los fenómenos paranormales nos encontramos con sucesos tan extraordinarios como sobrecogedores que tienen como protagonista el llamado “factor temporal”. Uno de esos casos, convertido hoy en un clásico, sucedió el 10 de agosto de 1901 en Versalles. Dos jóvenes profesoras inglesas, Annie Moberly y Eleanor Jourdain, paseaban plácidamente por el jardín de Petit Trianon cuando de improviso se desvaneció el paisaje así como las personas que se encontraban por el lugar, “materializándose” a su vez otro paisaje y otras figuras humanas ¡pero ataviadas con vestimentas del siglo XVIII !... Les llamó la atención una música melódica que salía de un edificio rodeado de verdes arboledas. Mientras, entre las figuras destacaba una hermosa dama rubia. Tan asombradas estaban nuestras dos protagonistas como aquellos desconocidos personajes que parecían haber surgido del pasado... Al cabo de un rato, todo volvió a su normalidad. Aquella “visión retrospectiva” de la época de Luis XVI desapareció y de nuevo las dos mujeres se vieron “transportadas” a su verdadero tiempo, a los inicios del siglo XX. Sorprendidas por la insólita experiencia, decidieron investigar por su cuenta visitando museos, consultando archivos históricos e incluso buscando piezas musicales de aquella época. Las pesquisas dieron sus frutos: tanto el paisaje como los edificios que observaron eran los que existían en aquellos jardines dos siglos antes. También lograron identificar las notas musicales que oyeron, pero lo más impresionante fue descubrir, a través de un retrato realizado por el pintor Wertmüller, que aquella bella dama de aspecto altivo era nada menos que María Antonieta. Poco después, escribieron una obra titulada “An Adventure” donde describieron detalladamente la singular vivencia. El suceso no solo atrajo la atención de los metapsiquistas de la época, sino también de la prensa. El parapsicólogo Leo Talamonti, en su excelente obra “Universo Prohibido” (1966), apuntó que “este caso resulta tan interesante que la curiosidad de los estudiosos respecto a él aún no se ha apagado”...
 
Mayor dramatismo adquieren las visiones sobre acontecimientos futuros, casi siempre relacionadas con catástrofes y tragedias. Uno de los episodios más conocido e impactante de precognición colectiva es, sin duda, el que rodeó a la catástrofe que tuvo lugar el 21 de octubre de 1966 en el pueblo minero de Aberfan, en el sur de Gales. Una avalancha de medio millón de toneladas de escoria carbonífera sepultó varias casas y toda una escuela. El resultado: 144 muertos (128 niños y 16 adultos). Desde días antes, varios vecinos del lugar -e incluso de otras regiones inglesas-, tuvieron precogniciones espontáneas y sueños premonitorios de lo que iba a ocurrir. Algunos de ellos no pudieron evitar ser también víctimas del desastre. “Tienes que creerme, mamá. He soñado que iba al colegio y que había desaparecido. Algo negro había caido, cubriéndolo todo...”, declaró angustiada la niña Eryl May Jones, de 10 años de edad, dos semanas antes del suceso. Al final, ella y dos amigas suyas murieron en medio del desastre... Decenas de premoniciones semejantes se sucedieron hasta escasas horas antes de ocurrir el desafortunado incidente. El psiquiatra londinense J.C. Barker, impresionado por esta historia, investigó un total de 60 precogniciones, de los dos centenares que se recogieron. Ello le llevó a considerar la premonición como una forma de de prever futuras desgracias. Más tarde fundaría la “Agencia Británica de Premoniciones” para registrar y estudiar cualquier episodio precognitivo protagonizado por sensitivos y gente común.
 
¿Son estos fenómenos la mejor evidencia de que nuestro destino está predeterminado? ¿Sería posible, utilizando la ESP, evitar ciertos acontecimientos futuros de carácter trágico?...
 
(Anexo 2)
 
EL TRANSCURSO DEL TIEMPO EN NUESTRAS VIDAS
 
“El sentido del existir humano es la temporalidad”, afirmaba Heidegger. Ciertamente, el tiempo es un elemento inseparable de nuestras vidas. Estamos sometidos a un tiempo biológico, orientamos nuestra existencia con un tiempo medible y actuamos de acuerdo a un tiempo subjetivo. Por si fuera poco, se habla de un tiempo interno, imaginario, auténtico, etc.
 
En situaciones trágicas, durante un accidente o una enfermedad, sentimos como “los minutos se hacen eternos”, mientras que cuando nos divertimos o estamos viviendo momentos felices, “los minutos pasan velozmente”. La percepción del tiempo, por tanto, varía de acuerdo a nuestro estado psicológico, a las actividades que estemos realizando, a las circunstancias que nos rodeen, etc. Es más, conforme vamos dejando atrás la adolescencia y la juventud sentimos como el tiempo va transcurriendo mucho más deprisa, como si los días, los meses y los años avanzaran más rápidamente que cuando éramos jóvenes. Tal vez, la clave esté en vivir más intensamente el presente, algo que se le da mayor importancia en las primeras etapas de nuestras vidas. Y es que en la edad adulta, se vive más recordando el pasado –añorando momentos inolvidables que nunca volverán a repetirse- y en planear lo que haremos en los días siguientes -en el plano laboral, familiar, etc.-. 
 
El tiempo de nuestras vidas también resulta un factor fundamental. Podría parecernos corto, sobre todo en un mundo como el actual, en el que hay tantas cosas por hacer y por aprender, pero en comparación con otras épocas, podemos darnos por satisfechos. Hoy, la esperanza de vida -al menos en las sociedades industrializadas- alcanza los 75-80 años, muy diferente a la de principios de este siglo: 49 años. En la Edad Media, el promedio de vida no superaba los 30 años. Y no hablemos del hombre primitivo: la vida media rondaba los 18 años. Actualmente, se especula con que el hombre de mediados del siglo XXI pueda llegar hasta los 120 años de edad...
 
(Anexo 3)
 
LA CIENCIA FICCIÓN Y LOS VIAJES EN EL TIEMPO
 
Los viajes en el tiempo, ya sean al pasado o al futuro, han tenido un lugar destacado en la literatura de Ciencia-Ficción. Desde que H.G. Wells escribiese “La Máquina del Tiempo” (1895), enviando a su protagonista varios miles de años hacia adelante -concretamente al año 802.701-, otros escritores -con mayor o menor fortuna- optaron también por adentrarse en semejantes paradojas. En 1899, Mark Twain hizo lo propio con “Un yanqui en la corte del rey Arturo”, aunque en esta ocasión el protagonista viajó unos cuántos siglos atrás. En 1923, el escritor E.V. Odle ofrece otra sugerente posibilidad en “The Clockwork Man”: un personaje del futuro llega accidentalmente a nuestra época.
 
El deseo humano por trascender la realidad cotidiana ha sido perfectamente reflejado en las novelas de ciencia-ficción dedicadas a los viajes temporales, algunas de las cuáles -como la citada obra de Wells- han sido luego llevadas a las pantallas del cine. Sin duda, la ciencia-ficción ha bebido de las fuentes del progreso científico y tecnológico -no hay más que recordar las extraordinarias obras de Julio Verne-. Es por ello que, cuando Albert Einstein comenzó a desarrollar a principios de siglo su revolucionaria Teoría de la Relatividad -según la cual el tiempo no es absoluto sino relativo-, numerosos autores de literatura fantástica descubrieron ahí un buen material para sus trabajos narrativos. Según cuenta John Clute en su documentada “Enciclopedia Ilustrada de la Ciencia Ficción” (Ediciones B, 1996), “se escribieron docenas de novelas donde un hombre viajaba en una máquina del tiempo, abría los ojos en la época de los dinosaurios, o de Napoleón, o de Abraham Lincoln, y ataba la historia en una complejidad casi infinita de nudos”. Aunque algunos escritores prefieren ir más lejos en sus relatos como es el caso de Frederik Pohl en “Objetivo Número Uno” (1956), en el que unos viajeros del futuro se desplazan al pasado para asesinar a Einstein y así evitar que desarrolle su célebre teoría y, por ende, que tenga lugar la tercera guerra mundial que ha destruido prácticamente todo el planeta. Cuando regresan a su tiempo, tras cumplir con su cruel misión, comprueban que no sólo no han podido evitar la tercera guerra mundial, sino que otro físico de nombre Kretchwood es quien desarrolla la teoría de la relatividad. Para el autor, la creación de la bomba atómica era inevitable en el devenir de la especie humana... Como bien dice el especialista Miquel Barceló, “a veces, en el fondo último de esas narraciones, puede alojarse una seria reflexión sobre el sentido último de los acontecimientos y de las causas que los hacen posibles”.
 
También los novelistas de ciencia-ficción han recurrido al “tiempo paralelo”. Según Robert Scholes y Eric S. Rabkin, autores de “La Ciencia Ficción: Historia, Ciencia, Perspectiva” (Taurus Ediciones, 1982), “el término ‘discurrir temporal paralelo’ denota un acontecer histórico paralelo al nuestro y que podemos reconocer en la ficción, aunque no es, sin embargo, nuestro discurrir temporal o historia”. Eso ha quedado reflejado en excelentes obras como “Por miedo a que llegue la oscuridad” (1936), de Sprague de Camp; “Crónicas del gran tiempo” (1961), de Fritz Leiber; “El hombre en el castillo” (1962), de Philip K. Dick; y “Pavana” (1966), de Keith Roberts.
 
De las películas de ciencia ficción que han tratado los viajes en el tiempo cabrían destacar: “El tiempo en sus manos” (1960) y “Los Pasajeros del Tiempo” (1979), ambas basadas en la obra de H.G.Wells; “El planeta de los simios” (1968); “El final de la cuenta atrás” (1980); “El experimento Filadelfia” (1984); “Terminator” (1984); y “Regreso al Futuro” (1985), “Regreso al futuro II” (1989) y “Regreso al futuro III” (1990). 
 
¿Abandonará algún día el viaje en el tiempo los dominios de la ciencia-ficción para convertirse en una realidad científica? Como no podría ser de otra manera, el tiempo nos dará la respuesta...
 
MOISES GARRIDO
odiseajung.com
25.11.2013 16:19
ARTEMISA:
Con sólo echar una mirada a los atributos que la mitología ha otorgado tradicionalmente a Artemisa podemos entender cuál es la clave del carácter al que se refiere. La Luna, que rige el tiempo de los sueños, y los bosques, nos remiten instantáneamente al nocturno, salvaje e indómito Inconsciente, y el arco y los perros a la facultad que convenimos en llamar intuición, tan conspicua en las mujeres nacidas bajo el patrocinio de esta diosa, que las mantiene en un estrecho y permanente contacto con ese ecosistema natural agazapado detrás de la urbana conciencia. La flecha proyecta la interacción del sujeto hacia cosas que están muy lejos del alcance inmediato de su mano, y el perro husmea para el dueño datos que para él son inaccesibles de modo directo. Todo esto son bellas metáforas de la captación intuitiva. La mujer Artemisa siempre está cazando información para orientar sus elecciones y sus metas a través de la corazonada, la clarividencia y la precognición. “Lo esencial es invisible a los ojos”, decía el Principito, y ella así asume también la realidad. Igual que el pequeño aviador, tiene siempre algo de aniñado e inocente, resistiéndose con uñas y dientes a renunciar al mundo mágico y promisorio de la infancia a favor de la prosaica, pragmática y resignada madurez. Esto conforma la mitad de las razones por las que esta mujer tiende a la soltería y, no pocas veces, en efecto, a la frugalidad sexual e incluso literalmente a la castidad: se trata de mantener un compromiso ideal con la pureza original del alma, a la que sólo se le permite hasta un límite la encarnación, la implicación en lo mundano, a partir del cual esto se siente como suciedad involutiva y angostura vital. No es la fuente de los deseos y el impulso sexual ese Inconsciente con el que está en contacto Artemisa, y al que se debe. Es la fuente de la creatividad, las grandes ideas y el arte, la fuente de la información trascendental, el lugar al que ella se siente comprometida. Está involucrada de tal modo con estas cosas tan etéreas que podríamos decir que toda mujer profundamente Artemisa es una auténtica sacerdotisa, espontánea y natural. Tan vigorosamente creativa y competitiva que sólo siente como destino apropiado alcanzar el liderazgo del templo (para irritación de sus jefes, mientras ella ocupe una posición laboral subordinada, cuando el templo es, por ejemplo, una clínica de medicina holística o una empresa de dietética naturista).
 
La otra mitad de los argumentos que justifican su celibato procede desde la misma esencia de la intuición, que, en contra de lo que suele creerse, no es femenina, sino andrógina, y dota a la personalidad que se sostiene en ella de una fuerte constelación unisex. Lógicamente, donde ya se vive y se piensa como hombre y mujer a la vez se echa menos en falta complementarse en pareja. Artemisa es una feminista genuina, que nunca entendió que tuviera que elegir entre una falda rosa o un pantalón vaquero azul. El amor personal se convierte con mucha facilidad en universal, y pasa a ser expresado, por ejemplo, en un contexto tan apropiado para ella como es una ONG. Pero la renuncia a la pareja es concomitante con otro desestimiento a veces aún más problemático: la maternidad. Nuestra cultura no tiene dificultades en asimilar lo femenino a lo virginal, pero segregarlo de lo maternal es otra cosa. El símbolo cristiano tiende un puente milagroso entre ambos, la Virgen Madre, tratando de superar así el conflicto. En el mito griego la paradoja se expone sin bálsamo, y Artemisa es tan regenta de la virginidad como de la fertilidad y los partos. Lo que ocurre es que la Luna que ella representa es la llena, como faro en la oscuridad, sabiduría sobre cosas ocultas, iluminación mistérica, pero la Luna llena es también simbólicamente desde siempre, en efecto, una representación de la fertilidad y el embarazo. El mito se vuelve aquí indiferenciado, ambiguo. La mujer Artemisa tiene que resolver este dilema en su vida individualmente, con poca ayuda y guía desde él.
 
Es imposible no aludir hoy en un debate sobre ecología al problema con el pulmón del mundo, la selva del Amazonas, y es imposible no hablar de la mujer Artemisa, que sólo un paso más allá se transforma en la pinchuda amazona, en un debate psicoecológico. Ella es la auténtica chamana, la experta en plantas, animales y espíritus del bosque. Su conexión con la Tierra es mucho mayor que la que tiene Deméter, y su afinidad con el Alma del Mundo sólo la obtiene Deméter con su tránsito por los infiernos, por las entrañas supra/inframundanas, al transmutarse en Perséfone.
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