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ebemos darnos cuenta de que estamos desgarrados por una profunda ambivalencia; Por una parte deseamos, anhelamos el amor. Por la otra, lo repudiamos porque lo tenemos, y nos refugiamos en relaciones cotidianas chatas y banales". (A. Carotenuto)
”LA PSICOTERAPIA DE PAREJA BREVE CARACTEROANALÍTICA”
Los cambios sociales experimentados en las últimas décadas han repercutido claramente en las dinámicas clínicas,siendo una de las más manifiestas las demandas de las parejas .”Los conflictos de pareja son en la actualidad una de las principales causas que motivan a la persona a pedir ayuda a un centro especializado de asistencia psicológica...ya en 1989 Sholevar afirmaba que el 50 % de los pacientes que comienzan una psicoterapia lo hacen por problemas de pareja.”(Bobé, A y Testor, C,1994).Esa realidad social evidente hace algunas décadas en paises como Suecia o Estados Unidos es algo manifiesto actualmente en nuestro país.
En nuestra experiencia , al trabajar con tratamientos individuales hemos ido tomando conciencia de ello porque los trastornos de pareja se manifestaban durante dichos tratamientos siendo el foco de atención principal de atención del paciente.Foco ante el cual el terapeuta poco puede hacer porque solo tiene acceso a una parte de la realidad, la manifiesta por el paciente.
Este fue el motivo principal,junto a la demanda creciente que de forma directa recibíamos de parejas en conflicto, que nos motivó a trabajar en equipo ,animando a esos pacientes a realizar terapia con sus parejas con un terapeuta especializado sin dejar la terapia individual.Pero la experiencia nos demostró que al ser colegas que trabajaban con otros modelos clínicos era muy complicado el trabajo en equipo por lo que fuí investigando,con otros colegas especializados en terapia sistémica, la posibilidad de aplicar el marco clínico de la psicoterapia caracteroanalítica al campo de la terapia de pareja, teniendo presente la teoría del “funcionalismo orgonómico” desarrollada por W.Reich y que es “precursora de la Teoría de Sistemas”( Capra, 1982) así como las aportaciones realizadas en este terreno por otros colegas de distintos modelos psicoterapéuticos.
Desde hace unos años esta práctica se ha convertido en una realidad habitual dentro de nuestros equipos clínicos, colaborando distintos especialistas para abordar los conflictos de pareja y algunos de familias, dentro de la “ praxis ecológica de los sistemas humanos “ ( Serrano 2004 e), y donde la asistencia preventiva, la mediación y la psicoterapia estan presentes y se aplican de la forma que creeemos más adecuada en cada caso.
Es a este tema a lo que voy a dedicar el último capítulo de este libro, dejando claro que solo pretende reflejar una somera aproximación a nuestra praxis clínica( “Psicoterapia de pareja breve caracteroanalíca”), dejando para otra ocasión el desarrollo más amplio del tema con casos ilustrativos que aumenten su comprensión y fundamentación.
8.1 LA PAREJA Y SUS CRISIS.OBJETIVOS CLINICOS.
Estamos de acuerdo con la afirmación de Alvarez y otros autores de que “el objetivo del tratamiento es la relación.El paciente, en este caso , no son las personas que tenemos delante en sus aspectos individuales, sino la relación que establecen entre ellas”...”la relación modifica a cada uno de sus miembros y esta modificación influye ,a su vez, en la interacción y en la relación misma.Es así que surge constantemente una nueva organización que crea nuevas modalidades” ( Bobé A. Y Testor, C.1994) Pero desde mi perspectiva esta forma de relación estará mediatizada por los rasgos de carácter y la Estructura de los miembros de la pareja y que condicionan la conducta y por tanto la forma de relacionarse , lo que predispone a la articulación de una Estructura propia de pareja ,y por tanto con sus propias leyes de funcionamiento, siendo foco de atención de la terapia de pareja.
Entendiendo por pareja el espacio vital que se constituye cuando dos personas que llevan un tiempo de relación, (preferentemente de coexistencia, cohabitación y convivencia) mantienen un lazo amoroso y un proyecto común.
Estas personas, independientemente de la opción sexual (homo-hetero) que hayan elegido, van a ir creando una dinámica propia como sistema humano constituyendo una identidad común que compartirán con la identidad individual, teniendo en cuenta las diferencias que se establecen en función de las distintas Estructuras.
A su vez la pareja es un sistema que se constituye dentro de un sistema social y que va a condicionar en cierta medida su dinámica interna.En este sentido hay que diferenciar entre lo que se espera y se desea en un principio y lo que puede ser y se produce a lo largo de la convivencia.
La línea entre lo que se espera que suceda y lo que realmente sucede la marcan dos factores que ya conocemos, y que también se deben aplicar en este caso:
1.-Las condiciones histórico-biográficas de las personas que la constituyen , en particular sus experiencias con su primera pareja (su madre o sustituto-a vincular) dentro de un sistema familiar concreto.
2.-Las condiciones coyunturales, actuales, en las que se desarrolla dicho sistema.
Partiendo del principio funcional de que todo fenómeno se produce para cubrir unos objetivos, en el caso de la pareja humana el fundamental sería establecer un espacio donde poder desarrollar la capacidad amorosa, con todas sus consecuencias, entre ellas, la posibilidad potencial que no necesaria de gestación ,crianza y educación de un nuevo ser humano.
Pero sabemos que tanto el desarrollo de esa función es una tarea compleja que forma parte más del deseo que de la realidad. Son muchos los factores que limitan el cumplimiento de esos objetivos: los condicionamientos de las historias individuales, los modelos de relación introyectados por la influencia social, las presiones competitivas y de consumo… Por todo ello no es extraño que existan conflictos y crisis en la pareja.
Precisamente será en los momentos en que el sistema de pareja empiece a a no resultar válido para el desarrollo personal de cualquiera de sus miembros cuando deba realizarse un análisis de la convivencia.Asumiendo los posibles conflictos que se estén viviendo,investiando sus causas y afrontándolos desde la complicidad de dos personas que están sufriendo las consecuencias de un pasado que han heredado, y de un monto de presiones sociales ,lo cual se convierte en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento tanto personal, como para el propio sistema de pareja.
No se debe,por tanto, vivir la crisis como una señal de fracaso, sino como una realidad que forma parte de la configuración de todo sistema humano condicionado por los factores antes descritos.El sistema irá madurando conforme vaya superando esos momentos de crisis intentando superarlos teniendo siempre como referencia el placer y el bienestar que se puede recuperar y potenciar , en cuanto que la pareja debe ser un espacio fundamentalmente placentero y por tanto fuente de satisfacciones.Son nuestros rasgos de carácter masoquistas, sádicos, compulsivos...los que distorsionan esta realidad y la contaminan.
De hecho el bienestar y el grado de satisfacción que se puede vivir en la pareja, el cual deben propiciar ambos miembros, pasa a ser el varemo principal para evaluar la funcionalidad del sistema .Por ello la insatisfacción, la irritabilidad, la decepción, la desidia pasan a ser señales de crisis .En ocasiones pueden ser resueltas por la propia pareja, pero en otras es necesaria la ayuda del especialista a través de la psicoterapia de pareja. Siendo el espacio adecuado para recuperar la funcionalidad del sistema o para que la separación sea fruto de una decisión asumida libremente de forma consciente y responsable por ambos miembros , compartiendo y elaborando las emociones que provoque en cada caso, y ayudando a gestionar los recursos individuales para afrontar la nueva realidad . De esta forma, lo que generalmente se vive como un fracaso, se puede llegar a experimentar como un último acto de amor compartido y necesario para poder seguir caminando por la senda de la vida.
Debo recalcar lo importante que es en estos casos recurrir a una psicoterapia,porque puede evitar auténticas tragedias personales y familiares, enfermedades psicosomáticas , procesos judiciales e incluso desfalcos económicos, siendo siempre, en mayor o menor medida un pérdida , del tipo que sea, para todos los implicados.Por ello debemos superar nuestros temores y resistencias narcisistas, y mirarnos al espejo (espacio terapéutico) para poder ver la realidad ,asumirla y poner los medios adecuados para transformarla de la forma más funcional y saludable posible para todos los implicados.
Recordemos que la pareja es un sistema vivo, donde nadie puede garantizar qué va a ocurrir mañana porque tampoco nadie nos puede garantizar qué nos va a ocurrir individualmente.
Los conflictos que se viven en la relación de pareja puede venir motivados por un cambio individual de valores , modificaciones laborales, presiones de las familias de cualquiera de los miembros de la pareja, la entrada de una tercera persona dentro del marco sexual, el nacimiento de un hijo, el fallecimiento de un familiar , o por cualquier otra circunstancia cotidiana.
Cuando surge la crisis, debemos tomar en consideración estos aspectos para intentar entender lo que está ocurriendo:
A) El cognitivo, es decir, cómo nos comunicamos, qué niveles de transmisión de valores, ideas, aficiones y proyectos existe con nuestra pareja.
B) El emocional, evaluando el nivel que existe de afectos, cariño, tristeza, anhelos, frustraciones.
C) La capacidad de placer , de goce, y de abandono sexual que se tiene con la otra persona.
De hecho se puede mantener una evaluación permanente del sistema de pareja analizando cuál de estos aspectos va debilitándose. Habrá momentos de la vida en que se dará más importancia a esa empatía sexual y momentos en que será más importante la afectiva, la cognitiva o la identificación laboral y social. La valoración que se haga de cada uno de ellos depende de momentos vitales, de edades y de nuestras circunstancias, pero de alguna manera siempre tienen que estar presentes, reflejando así la vivencia global de la relación. Si no es así se está llevando una relación de pareja parcial ,que a la corta o a la larga va a generar insatisfacción y como consecuencia desidia, aburrimiento y ausencia.
Una de las situaciones que puede formar parte del proceso de maduración de algunas parejas es la transformación del sistema de pareja en sistema familiar, pero también puede ser motivo de crisis, porque se corre el riesgo de que se diluya su identidad como pareja. Cuando se crea un sistema familiar deberían seguir existiendo tres identidades: la individual, la de pareja y la de familia. Cada uno de estos elementos tiene su “tempus” y su ritmo y en la mayoría de los casos ante las presiones sociales o del inconsciente individual se verán por la interacción de los ritmos individuales, de pareja y de familia produciendo conflictos y crisis a cualquiera de esos tres niveles.Lo cual debemos intentar evitar.
Así vemos como es frecuente que los conflictos de pareja comiencen o aumenten con el embarazo y/o la llegada del primer hijo (en todo tipo de parejas e incluyendo los procesos adoptivos) porque la atención deja de estar focalizada en el “otro”, cambiando el ritmo de la pareja ante las nuevas necesidades del sistema, sin ser conscientes la mayoría de las veces . Lo cual genera dinámicas inconscientes en los miembros de la pareja condicionadas por algunas de sus experiencias infantiles. En muchos casos la carencia afectiva que ha podido vivir alguno de ellos se intenta compensar con la relación de pareja. Esta dinámica se ve alterada al entrar un “tercero” en escena. La madre puede ver satisfecha esta carencia con su experiencia de embarazo y de crianza y el padre se puede sentir desplazado y “rechazado”,sintiendo celos, irritabilidad y deseos de pasar más tiempo con otras personas, con lo cual la madre empieza a sentirse sola y a suponer que el compañero ya no la quiere, confirmando la sensación del marido ya descrita, desarrollándose un círculo vicioso que se concreta en una disminución de la comunicación y de las relaciones sexuales, generándose una atmósfera tensa y nociva.
También podemos encontrarnos parejas que, viviendo conflictos importantes, se apaciguan durante el primer período de la crianza porque están “distraídas”, al ser su foco de atención la crianza, y porque al estar realizando una actividad común aumenta su sensación de complicidad. Pero con el tiempo los conflictos pueden volver con más virulencia al disminuir el foco de atención principal. Ya no hay que cambiar pañales, dar el pecho, estar pendiente de si se cae o no se cae, y de pronto las dos personas se miran de frente una a la otra y se dan cuenta que están juntos todavía, de que el otro está ahí, durmiendo a su lado, pero que no se “sienten”, que , no se reconocen, más allá de ser el “papá” o la “mamá”.
Vemos pues como la pareja es un sistema humano que va creando su propia configuración estructural peculiar en base al tipo de relación que se va desarrollando entre sus miembros. La cual a su vez depende de la Estructura y de las particularidades caracteriales individuales. Una vez organizada la Estructura del sistema de pareja, como todo sistema, tenderá a mantener un equilibrio que puede alterarse, con la consiguiente crisis del sistema, por diversos motivos, pero siempre en función de la peculiar forma de respuesta que tiene cada uno de los miembros, condicionado a su vez por su propia Estructura individual.
Esta alteración, como ya he dicho, se debe a factores que superan nuestro deseo, nuestra voluntad. Y esto es así porque provienen de fuera (presiones sociales y laborales) y también del condicionamiento inconsciente de cada uno de sus miembros. Por ello lo extraño es que no se produzcan crisis en una pareja o en un sistema familiar. Es más, si no se dieran estaría indicando una forma peculiar de relación que se suele ver reflejada en las parejas con Estructura disociada, como luego veremos. Otra cosa es la mayor o menor capacidad para gestionar y resolver las crisis, lo que puede suponer una vía de evolución y maduración de dichos sistemas, y por tanto de mayor bienestar para sus miembros. Y, en gran medida, eso está relacionado con el tipo o modelo de sistema que la pareja va articulando.
Hay muchas modalidades en el momento social actual, nuevas formas de relación que no sabemos que consecuencias pueden tener porque es muy poco el tiempo de existencia: parejas homosexuales, familias monoparentales, etc. La pareja clásica, la familia patriarcal que predominaba siglos atrás es actualmente un modelo más. Es el modelo más estudiado y del que se conocen más los conflictos que genera a su miembros y las consecuencias que tiene la convivencia en esos sistemas para los futuros adultos. Gran parte de la teoría psicopatológica psicodinámica lo ha tomado como referencia para el desarrollo de sus postulados teóricos. Es demasiado pronto para poder saber empíricamente las consecuencias que pueden tener los nuevos modelos. Pero sí sabemos ya algunas cosas y lo que observamos es que que están generando cambios no solo formales sino también estructurales .Cambios que también se deben reflejar en nuestra práctica preventiva y clínica, para poder sintonizar con la realidad actual.
De hecho sabemos que el sistema familiar (en nuestra sociedad occidental) es el espacio donde se ponen las bases para que el desarrollo estructural del ser humano sea más o menos saludable, junto con el sistema educativo y el social. Por eso hablamos de “ecosistemas”, porque son moduladores de nuestro desarrollo personal a todos los niveles.
En ese sentido, retomando las referencias psicopatológicas podemos hipotetizar sobre un modelo de pareja y de familia “ecológica”, es decir un sistema armónico donde se satisfacen las necesidades (fisiológicas, económicas, afectivas, culturales, educativas ,lúdicas...) de todos sus miembros sin dañar ni alterar las de los sistemas circundantes.
Esto recuerda lo que O.Kernberg define como “Amor sexual maduro, donde se expande el deseo erótico y lo convierte en una relación con una persona específica, en la cual la activación de las relaciones inconscientes del pasado y las expectativas conscientes de una vida futura como pareja se combinan con la puesta en marcha de un ideal del yo conjunto.El amor sexual maduro implica un compromiso en los ámbitos del sexo, las emociones y los valores”( Kernberg, 1995)
Nos referiríamos, por tanto ,a un eco-sistema, con un funcionamiento amoroso, expansivo y creativo, donde la pareja vive el deseo, manifiesta las pulsiones y tienen un proyecto común:
- Se reconocen las necesidades y responsabilidades de cada miembro de la pareja/familia , ocupando el espacio que les corresponde por su edad y experiencia
-Existe una comunicación abierta y directa, donde se manifiestan las pulsiones y los deseos sin inhibiciones pero con respeto y tolerancia,dentro de un ambiente de relajación y expansión y goce.
- Hay una dependencia funcional que permite la independencia de cada miembro ,que se articula en función de sus necesidades y que va cambiando con el tiempo ( no es lo mismo cuando se tienen 25 años a cuando se tienen 65, y el foco de atención es muy diferente cuando hay un bebe de 6 meses alcanza los 18 años)
-Se va creando un espacio de desarrollo sostenible donde se puede ir creciendo y madurando juntos, sabiendo vivir la realidad de la pareja, ejerciendo de núcleo vivo y activo de la familia. Sin olvidar que la familia existirá mientras exista la vida, pero que la pareja puede cambiar.
Este tipo de relación es muy difícil que pueda darse de forma permanente, debido a las características del sistema social y cultural en el que vivimos. Esto no significa que sea imposible mantener una relación de pareja estable. Pero para ello debemos partir del conocimiento y aceptación de nuestra realidad limitada (y en muchos casos patologizada) para desde ahí cambiarla. Evitando idealizar a las personas o al funcionamiento de los sistemas, lo cual siempre implica riesgos innecesarios.
Por ello, al mismo tiempo que desarrollamos nuestra función clínica, trabajamos en la prevención y desarrollo ecosistemas familiares donde los hijos, que son los que ocupan el primer lugar en la periferia del sistema familiar, tengan sus necesidades vitales suficientemente satisfechas para que el día de mañana, cuando articulen su propia pareja, tengan capacidades para establecer relaciones comprometida, responsables, libres, creativas , expansivas y amorosas .
Teniendo en cuenta ese objetivo voy a centrarme en el análisis de la relaciones de pareja que observamos en este sistema social occidental, con sus particularidades , potencialidades y sus límites.
8.2. DIAGNÓSTICO SISTEMICO-ESTRUCTURAL
Como ya hemos visto, la pareja , condicionada en su existencia por las presiones del sistema social, familiar y de las propias Estructuras de sus miembros es vulnerable y ,por tanto, tendente a vivir situaciones críticas. Una forma de hacerse fuerte, consiste en seguir modelos de comportamiento, y, en este sentido, cuanto más fuerte sea el modelo, más “fuerte” puede sentirse dicho sistema, en cuanto introyecta una “identidad social” y posiblemente unos beneficios indirectos. Y como consecuencia , si pasa a ser un sistema familiar, como ya mostrara W. Reich, se convertirá en una “célula de transmisión del sistema social,” (Reich, 1934).
La forma de relación que establecen, la amplían a la relación con los hijos sintiéndose seguros y apoyados en sus comportamientos y en sus formas educativas. Esto ha sido muy evidente en los sistemas sociales autoritarios y dictatoriales, donde claramente no han sido ecosistemas sociales, sino satélites siguiendo la órbita del sistema social dominante.
En los sistemas sociales occidentales actuales esos modelos no son tan claros ni manifiestos, lo que facilita el desarrollo de la diversidad pero con una tendencia a la confusión y a la vulnerabilidad porque la realidad estructural de sus miembros, en muchas ocasiones débiles, no se puede ocultar tras la impronta del modelo imperante.
En realidad los espacios donde se organiza la relación humana, entre ellos, la pareja y la familia, siendo ecosistemas, deberían tomar conciencia de la importancia que tiene su praxis cotidiana en el funcionamiento social, porque son una referencia y un modelo para los que dependen de ellos o están a su alrededor. De hecho si nuestro comportamiento cotidiano pudiera ser ecológico, es decir, empático, afectivo, estructurado, responsable, solidario, sostenible y basado en la “ética del amor” como suele decir mi colega B. de Paula, empezaríamos a realizar cambios en función de nuestra capacidad de modulación con los ritmos y necesidades naturales de nuestros hijos, alumnos, compañeros y de las nuestras propias. Pero ese contacto esencial, esa capacidad de modulación con los ritmos de lo Vivo la tenemos atrofiada y olvidada porque durante siglos los sistemas dominantes se han ocupado de sustituirla por valores basados en intereses individuales, el poder y las pulsiones secundarias. Eso es lo que realmente hace vulnerables a los sistemas humanos.
Por ello uno de nuestros objetivos es el de participar en la recuperación de la “memoria esencial”, de nuestro “contacto vegetativo”( Reich,1935), atrapado bajo los muros de nuestras fortalezas somatopsíquicas, de nuestra coraza caracterial. Para poder debilitar esa muralla... ”tráiganme todas las manos...” recitaban los cantantes del grupo Chileno “Quilapayún”. Es decir, establezcamos espacios de complicidad, de análisis y reconocimiento de las variables que organizan la realidad del sistemas para desde ahí , ver como cambiarla.
Considero que en el caso de la pareja las variables sistémicas que reflejarán el carácter social ( miedo, dominio, poder, perversión...) facilitando un patrón de organización , y por tanto una estructura , siendo, por tanto, los focos de atención de nuestra intervención , son los siguientes:
a) COMUNICACIÓN: abarca las particularidades y mecanismos que sus miembros utilizan para relacionarse entre sí a cualquier nivel
b) MANEJO DE LAS PULSIONES: con esto hago referencia a las formas que se emplean para gestionar y vehiculizar la agresividad, los anhelos, los temores, las inseguridades, etc.
c) SEXUALIDAD: Incluyo las distintas forma de canalizar y trasmitir los afectos, la influencia del género y de los roles sexuales, las fantasías veladas y las formas de seducir así como las dinámicas de goce tanto a nivel individual como entre los miembros de la pareja.
d) GESTIÓN DE LO COTIDIANO Y PROYECTO: El reparto de funciones, de tareas (la compra, la limpieza, los ingresos económicos, el mando de la TV...) de roles, así como las perspectivas futuras para realizar algo en común . Hemos de recordar que todo sistema vive el aquí y ahora en función del futuro a diferencia de la Estructura individual en la que lo concreto está condicionado por el pasado.
Tomando como referencia estas variables, siguiendo los criterios del DIDE, podemos realizar una evaluación, para poder planificar una intervención diferencial en función de las diferentes Estructuras sistémicas.
Teniendo siempre presente que es una forma de aproximarnos a la comprensión de este fenómeno humano y que , como en cualquier otro, no podremos generalizar. Hemos de aproximarnos a esta tipología, ejerciendo una epistemología de la pareja y teniendo por tanto muy presente la forma de percibir la relación afectiva, las necesidades cotidianas, los anhelos, y las expectativas .
Así pues, en base a las combinaciones que se van a producir al interrelacionarse la Estructura de cada uno de los miembros de un sistema de pareja, la propia Estructura de la pareja y las circunstancias externas podemos modular unas referencias epistemológicas que nos permitan una actuación clínica y preventiva más eficaz.
“Este es, por tanto, el punto de partida de la aplicación de la P.B.C. al terreno de la pareja en crisis, el diagnóstico diferencial estructural, en este caso, individual y del sistema. Lo que nos vas a permitir comprender la lógica de la crisis y la forma de actuar de ese sistema, factor muy importante a la hora de planificar un abordaje terapéutico, sea cual fuera el problema por el que aparecen en consulta, así como a comprender la forma específica de relación de la pareja.
Y desde ese punto de partida ir investigando y elaborando los cuatro aspectos que caracterizan a toda pareja: la comunicación, el manejo de las pulsiones en la cotidianidad, la sexualidad y los proyectos comunes.” (Serrano. 2003)
Estos aspectos se abordarán siempre dentro de un marco caracteroanalítico focal, a partir del cual se comprende mejor la forma de percibir y de actuar del otro, y lo que provoca la forma de actuar de uno mismo .Y donde se irán encontrando muchos paralelismos entre estas, las biografías individuales, y el tipo de relación que establecieron con sus propias familias históricas.
Teniendo en cuenta que el foco problemático que presenta la pareja en crisis suele ser diferente de la variable que va ligada al síntoma tomando formas diversas en función de la Estructura de pareja en la que se desarrolla dicha variable.Siguiendo con el ejemplo anterior ,el síntoma (las ausencias y las borracheras) tiene que ver con la variable que denominamos “gestión de los cotidiano” pero el foco problemático que ha desestabilizado a la pareja ha sido la forma de comunicación que mantiene determinada por su Estructura Fusional.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor.Muere la hermana de la mujer en una pareja heterosexual, lo cual vive con mucho dolor, tristeza y sufrimiento .Si su sistema de pareja es Fusional tendrá una repercusión muy grande en el otro miembro de la pareja ,que también lo vivirá con mucho dolor y tristeza,sin saber si es por la muerte de la cuñada o por el sufrimiento de su compañera.Se vive un “contagio” emocional. Si su sistema de pareja fuera Adaptativo , el hombre se vería afectado por el dolor de su compañera y se encontraría afectado unos días intentando animarla para que pase la situación cuanto antes. Mientras que si su sistema de pareja fuera el Disociado, el compañero no tendría ninguna reacción emocional, aunque actuaría de la forma más adecuada tal como indica el protocolo,asistiría con seriedad e incluso con tristeza al velatorio, al entierro, a la misa…
Desde nuestra práctica clínica observamos en la realidad social actual tres tipos de Estructuras en la pareja : la pareja Fusional, la Disociada y la Adaptativa.
8.2.1. PAREJA FUSIONAL
Utilizo este término para definir al sistema de pareja cuya relación se caracteriza por la necesidad visceral que tienen sus miembros de permanecer juntos estableciendo unos lazos de dependencia muy fuerte, buscando en gran medida compensar carencias y vacíos afectivos acontecidos en la historia infantil de uno o de sus dos miembros, en particular durante el período primitivo (neonatal).
De hecho suele observarse en sus miembros una mayor carencia amorosa respecto del objeto primitivo (madre o sustituta). En esta unión y convivencia las dos Estructuras individuales se van fagocitando de manera que se pierde la identidad individual, existiendo y permaneciendo solamente la del sistema. Hay una gran dependencia de una persona con la otra por la búsqueda de compensación afectiva.
En casos extremos todo lo que hace uno tiene que pasar por el beneplácito del otro y viceversa. La sensación de soledad es insoportable, no se toleran espacios vacíos, y la responsabilidad ante cualquier tema es compartida de tal forma que da la impresión de que son una sola persona.
Estas parejas pueden estar siempre juntos hasta la muerte de uno de sus miembros . No pudiendo soportar la pérdida porque el proceso simbiótico hace que prácticamente el alma sea compartida. Metafóricamente diríamos que es un sistema con dos cuerpos pero sólo un alma . Pero ,por la misma lógica, nos podemos encontrar con una reacción muy diferente,donde un miembro de la pareja de forma sorpresiva, sin avisar ,desaparece .Comportamiento que se refleja muy bien en ese dicho “se fue a por tabaco y no volvió.Al no tener arraigo ni identidad, la historia puede olvidarse con mucha facilidad si alguna circunstancia les secuestra su atención: un trabajo muy prometedor, otra persona...Es importante que tomemos conciencia de que esta conducta sólo pueden tenerla personas con una Estructura concreta , y que comportamientos antagónicos pueden responder a un principio funcional común, lo cual constituye uno de los principios teóricos del “funcionalismo Orgonómico” ( Reich,1949e,1952).
En este caso concreto ,más allá de la estructura del sistema, la persona que desaparece solo puede tener una Estructura Mimética-psicótica. Es incapaz de transmitir la realidad a la otra persona,y de esta forma no sufre ,porque rompe el vínculo con la misma facilidad con la que lo había establecido, y porque ha creado uno nuevo con otra persona o con una nueva situación vital.
Evidentemente,en función de la Estructura que tenga la persona que sufre ese abandono,el sufrimiento puede variar , pudiendo “in extremis” ser insoportable hasta el punto de provocar una reacción suicida .
Pero esta reacción de fuga es poco habitual, siendo lo más frecuente la dinámica permanente de dependencia-vincular. Suelen llegar a consulta en situaciones de duelo o en crisis generalmente causada por factores externos, por los satélites que forman el sistema familiar, como puede ser algún problema de los hijos ,crisis laborales muy fuertes,etc.
De hecho tienen más conflictos de familia que de pareja, porque al existir un núcleo tan simbiótico les cuesta ver sus propios conflictos, cuando existen, situando en un segundo plano todo lo que hay a su alrededor incluyendo los hijos con los que no crea un vínculo al establecerlo, y no tienen energía o disposición para romper esta dinámica.
Veamos como articulan las variables relacionales:
Comunicación: Se caracterizará por una comunicación emocional basada en interpretaciones, más que en referencias cognitivas. Son frecuentes los chantajes afectivos expresados de forma analógica con un código de comunicación fundamentado en el imaginario que nunca se desvela.
Por ejemplo, dentro de una relación Fusional uno de los miembros de la pareja periódicamente se va de casa y se emborracha, pero el otro miembro de la pareja no lo comenta, no dice nada, no pregunta, y eso se convierte en una tendencia estableciéndose uno códigos de comunicación incluso con los hijos “no molestes a tu padre que está mal”.
Se llega a asumir que eso es así, uno no explica por qué se ha emborrachado y el otro no lo cuestiona y se intenta mantener la estabilidad de ese comportamiento. Si un día el borracho no viene a casa se produce la desestabilización porque lo que se hacía ya no se hace, se ha roto la rutina, el ritual y se empieza a vivir el desamor “ya no me quieres” y es entonces cuando se le cuestiona el comportamiento y el otro se defiende porque no está acostumbrado a que se le pregunte.
Por otro lado pueden darse en las parejas Fusionales una tendencia a las contradicciones en los mensajes, por ejemplo, uno se queja de que el otro no muestra que le quiere pero cuando éste se acerca se le rechaza. Como no hay comunicación no se dice cómo quiere que le quieran. Este doble mensaje bloquea al otro que empieza a moverse en el mundo del imaginario.
Pulsiones: Se manejan de forma comedida y aunque se den las exaltaciones puntuales, por lo general se evitan.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Se organizan los proyectos de forma compartida, se dan elementos de apoyo que marca la dependencia.
Sexualidad: La sexualidad es importante para este tipo de parejas pero desde la vivencia afectiva (búsqueda del contacto, del piel a piel, la proximidad). En términos técnicos diríamos que la sexualidad está condicionada por sus demandas orales, siendo más importante el contacto epidérmico que el genital.
8.2.2. PAREJA DISOCIADA
Es un sistema basado en una relación disociada puesto que cada uno lleva una dinámica particular, bien con los hijos, bien con actividades sociales diversas.
Suelen ser parejas con ciclos maníaco-depresivos muy marcados, compuestas por personas que están constantemente refugiándose en la hiperactividad (laboral, sexual...) para no parar, para no encontrarse con ellos mismos, con su núcleo depresivo o su vacío, y por tanto con el vacío que sienten en la relación de pareja. Están permanentemente en una huida hacia delante impidiéndose la posibilidad del encuentro .
Es la pareja que cohabita pero en la que no hay contacto ,complicidad ni enamoramiento. Cada uno lleva vidas paralelas conviviendo dentro del sistema con conflictos en todas las áreas que intentan ocultar, porque tienen mucho empeño en dar la imagen de que todo va bien.
Entrar en contacto con su disociación les llevaría a la crisis inmediata, por lo que intentan mantener el sistema familiar a toda costa apoyándose en él y convirtiéndolo en un objetivo de logro: la educación de los hijos, los objetivos sociales y económicos, el bienestar, etc. Para cubrir las necesidades del sistema y al tiempo las de sus Estructuras individuales, mantienen esas dobles vidas. Siendo proclives a establecer lazos de “amante” con otras personas, con quien se distraen y establecen proyectos puntuales.
De esta forma se convive sin que desarrollen un núcleo, creándose pequeños subsistemas dentro del sistema familiar, con preferencias y alianzas entre alguno de los padres con alguno de los hijos.
Comunicación: Se basará en la verbalización cortical, gran uso del imaginario. Comunicación fría, vacía, desde lo cognitivo.
Pulsiones: Las pulsiones estarán muy veladas y si salen a la luz se racionalizan. Suelen surgir problemas cuando llegan los hijos porque se les desplazaran los conflictos. En estas parejas nucleares son frecuentes las alianzas de uno de los progenitores con los hijos. Esas complicidades dividirán más a la estructura, la disocian y cuando acontecen las separaciones se vivirá a los hijos como una posesión más que se quiere tener, llegándose a procesos de guarda y custodia muy complicados.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Estructura con un patrón de organización muy práctico y funcional porque intentan funcionar a nivel social y se pretende alcanzar una buena economía del sistema a todos los niveles, no solo el económico (“ahora toca comprar la casa, ahora toca tener el segundo hijo”). Todo está planificado, por pasos y este funcionamiento depende de la imagen y las dinámicas externas más que de las necesidades personales porque no entran a contactar con ellas.
Sexualidad: En ocasiones no saben ni que existe la sexualidad, la ejercen a veces bajo el efecto de la ingesta de drogas. La espontaneidad en la sexualidad es desconocida para este tipo de Estructuras de pareja. Generalmente se da una falta de deseo sexual.
Los roles de género en esta pareja se van a vivir muy vinculados a la imagen, recordemos que se trata de un tipo de Estructura de pareja que vive muy pendiente de la imagen que proyecta.
8.2.3. PAREJA ADAPTATIVA
La defino así porque su relación suele ser el resultado de la síntesis entre el principio del placer y el de realidad, entre la razón y los afectos y pulsiones. Se sienten unidos pero sin perder la identidad individual, teniendo en cuenta las necesidades propias y las del sistema. Su principio es el de la adaptación a las situaciones cotidianas, siendo una de ellas la separación, la cual abordan como una situación extrema pero posible. Teniendo en cuenta que todo esto se vivirá bajo las influencias de los rasgos de carácter propios de sus miembros.
Compuesta por personas que están condicionadas por la dependencia edípica y menos por la primitiva. Esto significa que el miembro predominante de la pareja o ambos han vivido su asentamiento caracterial en el momento de acceder a la realidad triangular familiar desarrollándose una fuerte competitividad. O bien con el padre para conseguir a la madre o viceversa, produciéndose una auténtica problemática con la autoridad condicionada por el miedo a la castración .
Estas parejas son más conscientes de las crisis, porque tienen una identidad individual y conciencia de sí mismos, pero también desean una identidad de pareja. Sienten necesidad de compartir la vida cotidiana, eligen desde el enamoramiento y la pasión. Lo cual se va transformando generalmente en desamor y una aburrida rutina. Como son las que más entran en contacto con el conflicto, también entran más en crisis, y son también las que más demandan la terapia.
Comunicación: Van a reproducir las dinámicas familiares que han vivido, con un predominio de lo edípico y de los elementos narcisistas y fálicos, con todo esto no es extraño que exista conflicto permanentemente. La insatisfacción se presenta de forma manifiesta rodeando al sistema, no se trata de un insatisfacción velada como en la Estructura Disociada, ni está compensada por el elemento nutritivo como en la Estructura Fusional.
El problema fundamental de comunicación es la falta de escucha y la manipulación del discurso, se da una instrumentalización de la información usando las trampas y las ambigüedades. Escuchar supondría entrar en contacto y en esta Estructura sabemos que se da una dificultad de contacto.
Estamos ante una Estructura de pareja muy reactiva, los problemas sociales y laborales se descargan con la pareja y según los rasgos caracteriales de las Estructuras individuales de los miembros de la pareja los matices del conflicto serán el histrionismo o la compulsividad.
Se van a dar con frecuencia los dobles mensajes digitales, por ejemplo, él se queja de que ella nunca hace la cena y el día que la hace él dice “qué asco, esto está horrible”.
Pulsiones: La rabia, los temores, la tristeza, la insatisfacción se muestran de forma muy irracional lo que supone un desgaste importante pudiéndose llegar a dar fugas o mecanismos en los que se instrumentalizan elementos externos para paliar el nivel de tensión, la separación se vive como fracaso porque es una herida narcisista por ello la evitan y porque se suele estar enganchado a una dinámica sado-masoquista. Las pulsiones no se contienen, están a flor de piel, lo que les lleva al conflicto constante. A los hijos les salpica todo esto.
Estas parejas también presentan cierta tendencia a la dispersión con otras parejas, con otros grupos.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Es recurrente discutir por los roles y el reparto de tareas. Lo doméstico también se instrumentaliza mucho.
Sexualidad: Va y viene, pueden pasar de la tranquilidad absoluta a mucho movimiento. También se instrumentaliza esta variable para agradar, para fastidiar… Es frecuente en estas parejas que vivan la venganza a través de la sexualidad.
8.3. CONFLICTOS Y RIESGOS EN BASE A LAS ESTRUCTURAS DE PAREJA
8.3.1. EN LA PAREJA FUSIONAL
Junto a la aparente ventaja que tiene la situación simbiótica fagocitante, donde el uno lo es todo para el otro y hay una sensación de gran contacto y comunicación, el gran riesgo es que esa simbiosis esté basada en el dominio. Es la relación de tipo sadomasoquista que se da en algunas parejas en las que se llegan a producir los malos tratos, la violencia doméstica, la sensación de completa nulidad de uno de los dos miembros. La relación amorosa se convierte en una relación de poder donde, sobretodo la mujer, vive un alto nivel de sufrimiento, soledad y dependencia, sometida por el hombre. Sin embargo constantemente lo justifica y mantiene la estabilidad de esa situación. Es decir, se hace cómplice porque es mayor la necesidad que tiene de su contacto y de la permanencia con él, que todo el daño que sufre. Oculta la realidad porque ha perdido o le han secuestrado el alma.
Generalmente uno de los dos, que suele ser el hombre, niega que haya un conflicto y piensa que todo se debe al estrés, al trabajo, o a la presión. Además tiene el arte de convencer, de calmar automáticamente la ansiedad y apaciguar la sensación de cuestionamiento que experimenta la mujer. Por eso es tan difícil que ella salga de ese secuestro, porque se crea el síndrome de Estocolmo, es decir, participa, avala y defiende al secuestrador, se hace cómplice de él porque ha creado una situación simbiótica, ha perdido su identidad y la ha transformado en identidad de la pareja. No es nada si no está con él, no hay nadie más en el mundo que él. Eso significa que ha habido un proceso de alteración perceptiva, cognitiva, emocional e individual previo pero que curiosamente se produce a partir de la creación del sistema de pareja. Algo les ocurre a esas personas que dentro del sistema de pareja, “enloquecen” y entran en la sensación de ceguera y dependencia mutua completa.
Recordemos que en la pareja se reproducen roles, dinámicas pulsionales, de comunicación, que están condicionadas por el sistema familiar vivido con antelación, incluso, no ya sólo por el sistema familiar, sino por algo más irracional, inconsciente y arcaico, que son los condicionantes vinculados al primer sistema de pareja: la díada con la madre, pareja funcional simbiótica muy fuerte. Lo acontecido con esta relación influye en la forma de sentir después a las parejas posteriores; de hecho, podemos partir de la base de que precisamente las parejas simbióticas no perciben al otro o la otra como alguien real, sino que viven la imagen idealizada de la madre.
A quien buscan, con quien quieren estar, con quien sienten que están, con quien viven la compensación cotidiana de aquello que no han tenido, es con esa madre, y experimentan el anhelo, la nostalgia de ese pecho perdido, de ese contacto no tenido, de ese calor, de esa sensación de afecto, de fusión, de piel. A partir de ahí, la persona que refleja la imagen de esa figura automáticamente es secuestrada por ese atrapamiento reproduciéndose la díada madre-bebé dentro de la pareja. Es una reacción inconsciente, que rebasa nuestra conciencia.
8.3.2. EN LA PAREJA DISOCIADA
La relación de convivencia se convierte en una relación de intercambio de intereses, se rutiniza la vida, los años van pasando alrededor de alguien a quien no se deja por intereses vinculados a ideología, economía, pulsiones. A veces son pactos verbalizados, no necesariamente es una dinámica hipócrita o cínica. Hay pulsiones muy particulares que les mantienen pero donde no hay contacto, comunicación ni proyecto; hay soledad, rutina, monotonía y vacío compartido que es lo que caracteriza a este tipo de pareja. Otro riesgo es que va creando existencialmente una sensación de descenso fuerte de autoestima y va corroyendo la identidad individual; aparte de eso, pasan los años y esos intereses que estaban manteniendo la dinámica del sistema empiezan a no ser tan palpables ni tan necesarios, o empiezan a ser más necesarios otros porque la edad también modifica la percepción y va creando cambios existenciales, por lo que las necesidades van cambiando.
Llegan a la consulta con la sensación de no saber qué pasa, no estar a gusto, pelear mucho, no estar juntos, discursos que constantemente estamos escuchando. Sin embargo, cuando entran en contacto con la realidad del tiempo se dan cuenta de que el conflicto viene de veinte o quince años atrás y que ya no tienen las posibilidades que hubieran tenido de crear un nuevo sistema. El pánico consigue que vuelvan a cerrarse y a seguir su vida intentando que no pase nada, es decir, no solo no quieren plantearse el cambio, sino que ni siquiera aceptan que se les nombre el fantasma de la separación. Para no enfrentarse a ese miedo no cambian el estado de cosas, porque eso significaría mirar al otro, la realidad de la pareja y del sistema, y si lo miran muy de cerca puede pasar que esa realidad sea irreversible, porque con esa vivencia rutinaria y vacía, repetida durante años llega a perderse (si lo hubo alguna vez) el elemento inicial que vincula a dos personas, que es el impulso amoroso. Con lo cual el supuesto enamoramiento pasa a ser otra fantasía, pues ha desaparecido completamente.Máxime ,cuando por el camino, han podido existir encuentros con otras personas donde fugazmente se han sentido enamorados. .
A pesar de todo, los miembros de estas parejas permanecen, y cada vez es más difícil plantearse la crisis y el contacto con la realidad. Para mantener esa situación de vacío, de convivencia en la rutinización, es necesario que las Estructuras individuales tiendan a la evitación del contacto con la realidad, pues si no fuera así, sería imposible mantener esta situación. Su foco de atención se centra en actividades sociales olvidando sus necesidades internas, vitales y emocionales. Esto se contagia , y lo que en principio pudo ser el funcionamiento de uno de sus miembros pasa a ser el de pareja. Con el tiempo esa dinámica va organizando un sistema muy rígido donde la crisis es cada vez mayor y más complicado asumirla.
8.3.3. EN LA PAREJA ADAPTATIVA
Son parejas que basan su relación en la atracción y el enamoramiento, pero cuya convivencia está dominada por los conflictos. En mayor o menor medida están presentes todos los elementos que dan identidad a un sistema de pareja : un cierto nivel de comunicación , capacidad para manifestar sus pulsiones, atracción mútua y deseo sexual así como una coincidencia en los proyectos .Pero con el tiempo los rasgos de carácter de cada miembro de la pareja se van manifestando de forma más neurótica y los conflictos va enturbiando la relación y mermando la fuerza de los elementos antes manifiestos.Se permanece en el conflicto, se acostumbran a ello y van perdiendo la perspectiva lúdica y placentera que predominaba al principio de la relación.
De esta forma el sistema se convierte en un “espacio basura”,donde ,bajo esa aparente “permisividad” conflictiva,sus miembros, en mayor o menor medida, descargan las tensiones y las frustaciones que viven en otros espacios sociales donde esa “permisividad” no existe,como el trabajo o la familia histórica.Siendo un disparador que arrastra también otras frustaciones personales, sexuales, económicas,etc y que se manifiestan a través de la irritabilidad, la susceptibilidad, la inhibición del deseo o el mutismo.Como vemos ,todos ellos, mecanismos típicamente neuróticos.
La trampa es evidente.Se va destruyendo día a día aquello que más se quiere y que puede ser la fuente de nuestra vitalidad y de nuesta alegría:el espacio de pareja y, cuando existen los hijos, de familia. Lo que ocurre es que inconscientemente, se está reproduciendo la dinámica neurótica que se ha vivido en la infancia dentro de el espacio familiar histórico, a través de las manifestaciones conductuales caracteriales.
Por otra parte, las parejas con esta estructura tienen un pronóstico clínico más favorable que el resto. El problema es que generalmente piensan que pueden resolver este tipo de problemas sin ayuda, y se va agravando la situación al no acudir a la consulta en las primeras crisis.
La canalización de pulsiones y frustraciones de lo cotidiano se suma al estrés consecuencia del elemento inconsciente histórico, que se descarga sobre la persona con la que se vive . La pareja pasa a ser el lugar donde se reproducen muchos de los aspectos de los roles históricos, familiares, y como consecuencia de esto, pasan cosas que no entendemos si no es desde la lógica del inconsciente,caracterológica, que sólo podemos entender en un espacio terapéutico, donde se maneje esa dinámica y se enseñe a traducir ese lenguaje. Lo cual permite que se se empiecen a conocer más el uno al otro, tanto en lo cotidiano, como en aquellos aspectos que ni siquiera ellos mismos eran conscientes, pero que al otro no le son del todo ajenos, porque, sabemos que es mucho más fácil ver la conducta y el conflicto del otro que verse a uno mismo. Precisamente el espacio terapéutico ejerce ,entre otras, esa función de espejo, donde pueden ver aquellas dinámicas que bloquean el camino y paralizan la relación.
En algunos casos, aún cuando se haya perdido el deseo, puede seguir habiendo bienestar, comunicación, complicidad, desarrollo y crecimiento común, y es ahí cuando se plantea si ese deseo perdido se debe a algún aspecto que no se controla. De hecho, muchas veces la pareja recupera el deseo perdido, porque puede tener que ver con un problema de comunicación o de inhibición de pulsiones y que repercute en la relación sexual directa o indirectamente.
La separación es el último recurso, aunque afortunadamente tenemos siempre la posibilidad de “morir”. Antes de eso es importante aprender a permanecer mientras sea funcional, no por masoquismo sino porque comprender la crisis, aprender de ella y neutralizar las causas que la han puesto en marcha lleva su tiempo, y es un tiempo de la pareja, no de uno de sus miembros, aunque pueda tener más responsabilidad alguno de ellos en un momento dado.Es cierto que, en última instancia, puede ocurrir que esos conflictos que se ven más claros en el espacio terapéutico sean irresolubles, porque realmente se haya creado ya tal distancia entre ambos o tal grado de insatisfacción que el sistema deja de ser funcional y beneficioso para sus miembros. Es algo que las parejas con esta estructura,con los medios adecuados, pueden asumir y vivir como una experiencia conjunta y de cambio ,sin destructividad ni agravios.Lo cual es muy beneficioso tanto para ellos como para los hijos en caso de que existan. con todas las consecuencias que pueda tener para los hijos y las hijas.
Por ello ,también en estos casos, la asistencia clinica es también un espacio de prevención y de cuidado de todos los miembros del sistema.
8.4 ENCUADRE Y TIPOS DE INTERVENCION CLINICO-PREVENTIVA
Dentro de las problemáticas que surgen en el sistema familiar o de pareja podemos realizar tres abordajes:
a.- Asistencia preventiva: Se trata de abordar y neutralizar los problemas que surgen en un sistema familiar o de pareja con el objetivo de que no se creen conflictos más profundos.
b.- Atención en crisis: Se trata de atender a las personas que forman parte del sistema y acuden porque están en crisis (violencia doméstica, intentos de suicidio…) debido a comportamientos que suceden en la pareja.
c.-Mediación : Desde hace unos años se está introduciendo la figura del “mediador” que intervienen ante la decisión de separación o divorcio . Suelen ser personas que tienen conocimientos jurídicos ,psicológicos y pedagógicos o equipos que aglutinan estas funciones , y que ,a partir de un contrato escrito,y utilizando el diálogo y estategias no-violentas ,intentan que los implicados tomen los acuerdos más apropiados y beneficiosos para todos.Es una medida de intervención social “ecosistémica que se diferencia de la terapia familia en que es es esencialmente interdisciplinario ,careciendo de objetivos terapéuticos. ”(Parkinson, L,2005) .Actualmente, en el Estado Español hay unos acuerdos reguladores entre centros de mediación y comunidades autónomas .Dentro de nuestros equipos clínicos hay centros que trabajan con mediación,siendo en muchos casos un paso previo, y a veces paralelo, a una atención psicoterapéutica
c.- Asistencia clínica: Generalmente una de las dos personas toma conciencia de la situación de riesgo que está viviendo el sistema y convence al otro para buscar ayuda terapéutica .Si después de la evaluación del sistema se ve necesaria empezar una psicoterapia de pareja, se marcará el encuadre y el proyecto terapéutico, commenzando la “psicoterapia de pareja breve caracteroanalítica” .El objetivo es aprovechar la crisis para comprender las causas que la provocan ,tomando más conciencia de la realidad y poder gestionarla mejor.Indirectamente se está haciendo un trabajo preventivo, también se están pueden tomar acuerdos como se pretende en la mediación, pero el encuadre es clínico y el enfoque psicoterapéutico, esto implica que el objetivo está en investigar los hechos( en este caso la relación de pareja) aprender de ellos y aplicar esas enseñanzas,teniendo siempre presente la correlación entre lo personal y lo social que constituyen el sistema de pareja.
Por eso, en algunos casos puede ser interesante llevar a la par una mediación y una psicoterapia de pareja,lo cual se puede decidir en la evaluación previa.
En algunas ocasiones la necesidad de comenzar la “psicoterapia de pareja breve caracteroanalítica” (Serrano, 2004, c) puede surgir durante el tratamiento individual de uno de los miembros. En cuyo caso, el abordaje de la pareja lo llevará a cabo otro especialista para facilitar la objetividad al desarrollarse el proceso en un espacio nuevo para todos los participantes. Pero también puede producirse ante la demanda directa de una pareja donde ninguno de sus miembros esté realizando una psicoterapia.
El tratamiento es de una duración similar o incluso menor al de una P.B.C. individual. Esto es, de 8 a 20 sesiones de una hora de duración y con una frecuencia preferiblemente semanal. Considero que realizar tratamientos de pareja con una duración mayor (conozco colegas que pueden estar más de un año con sesiones semanales) ocasiona una dependencia excesiva del terapeuta que va en detrimento del sistema de pareja al menoscabar su capacidad para afrontar decisiones responsablemente y su autonomía como sistema propio, con la consiguiente yatrogenización clínica. Si la pareja no resuelve una crisis en ese lapso de tiempo es porque las particularidades estructurales de alguno de sus miembros, o de ambos, lo impiden, siendo necesario el abordaje individual dentro de un encuadre de psicoterapia breve o profunda.
Hay varios tipos de tratamiento en función de la realidad que presenta el sistema y de los objetivos clínicos:
Tratamiento de cada miembro de la pareja: Cada miembro de la pareja ve a un terapeuta distinto ,si bien los terapeutas mantienen intercambios de lo que ocurre en los espacios individuales .P.Martin la denominó “técnica esteroscópica”(Martin,1976).
Considero que en la actualidad, este encuadre sigue siendo recomendable en conflictos donde la agresividad es muy alta y hay una fuerte dificultad de comunicación que ha ocasionado un deterioro personal suficiente,que si no se afornta no es posible abordar sesiones de pareja. Tras una primera sesión de evaluación de la pareja se aconseja que cada uno tenga un espacio donde poder ordenar sus conflictos, para después volver al espacio de pareja. Lo cual debe acontecer después de ese tiempo de terapia individual.En mi experiencia este encuadre se puede aconsejar no solo en la entrevista de diagnóstico sino en la primera fase del tratamiento porque dichas dificultades se manifiesten en sesiones posteriores, pero siempre se debe de detectar al principio del tratamiento.
”Foursome” o tratamiento a cuatro “consiste en que la pareja en conflicto es tratada por una pareja de terapeutas”(A.Bobé y C.Testor,1994). Algunos modelos señalan la conveniencia de que esos terapeutas sean pareja realmente, otros, en cambio, no están para nada de acuerdo con esto. Este encuadre foursome,lo considero útil para abordar conflictos sexuales y conflictos de violencia doméstica donde es importante poder cubrir las necesidades de identificación de género. La mujer necesita una mujer para sentirse escuchada y el hombre necesita un hombre, pero lo hacemos todos juntos. Históricamente (terapia sexual americana de los años 70) este tipo de encuadre lo utilizaban lo utilizaban los sexólogo en el tratamiendo de los trastornos sexuales ya que partían de la base de que un terapeuta masculino escuchando la sexualidad de una mujer facilitaba poco la empatía, que aumentaba cuando la terapeuta era mujer. Este encuadre se ha aplicado con posterioridad a la violencia doméstica, así creamos una mediación bajo el standard de la identificación de géneros.
Tratamiento individual y tratamiento de la pareja: Los dos pacientes hacen terapia individual focal con terapeutas individuales, distintos y paralelamente hacen terapia de pareja con un terapeuta de parejas. Los terapeutas serán los convenientes a ese tipo de conflicto, generalmente el que terapeuta y paciente sean del mismo sexo es importante al interior de la identificación y de las características de un proceso focal. El sexo del terapeuta de pareja es indistinto, en principio.
Este modelo sería el que recoge, en su encuadre, las respuestas individuales ante las crisis que se dan a partir de un conflicto de pareja.
Cada paciente tendrá una sesión semanal o cada 10 días de terapia individual y una sesión quincenal de terapia de pareja. Los dos pacientes han de saber y consentir que el secreto profesional se abrirá a tres terapeutas. Podemos variar esta modalidad cuando uno de los miembros de la pareja hace terapia individual y el otro no. La funcionalidad de esta actuación vendría dada porque la crisis de pareja se ha producido por un conflicto serio de uno de los miembros de la pareja debido a que se han disparado aspectos del propio sujeto, que corresponden a su Estructura y que necesitan ser abordados en un espacio individual para contenerlos y se tome conciencia de cómo están afectando a la relación de pareja.
También en estos casos la colaboración ha de ser grande entre los terapeutas ya que los planteamientos han de ser globales , los objetivos generales y el tiempo ha de estar coordinado, de manera que las sesiones individuales acaben antes que el tratamiento de pareja.
Modelo clásico de psicoterapia de pareja: También llamada por Jackson “terapia conjunta”( ver Martin, 1976) donde un terapeuta atiende a la pareja. “Es un método operativo,basado en el postulado de que las relaciones interpersonales involucran dos niveles de comunicación que a su vez permiten la existencia de relaciones de doble vínculo”(Martin, 1976)
8.5. MEDIDAS CLINICAS DE INTERVENCION
Durante las sesiones se irán analizando situaciones cotidianas repartidas en los cuatro aspectos antes descritos:
a.- COMUNICACIÓN ,donde debemos tener presentes las aportaciones del modelo sistémico, en concreto las aportaciones de Haley ( ver Martin,1976) al aplicar “las inferencias de la teoría del doble vínculo,al demostrar de qué modo la comunicación puede funcionar como una información y una orden al mismo tiempo.En cuanto orden ,cada comunicación redefine la naturaleza de la relación que mantenemos con la otra persona.De ahí que el centro de atención sea el tipo de relación que establecen insistiendo en que “ el paciente es la pareja y no los miembros que la integran “ ( Martin, 1976).Y también las aportaciones de Reich y de otros autores psicocorporales como S.Keleman(1978) que nos facilitan la comprensión de aquellas manifestaciones analógicas que se transmiten a través de los gestos , tono de voz, y otras reacciones corporales espontáneas que tienen los miembros de la pareja durante las sesiones y que es importante desvelar.Siendo también muy válidas algunas técnicas de la terapia gestalt como la “silla caliente” ( ver Peñarrubia, 1998)
b.- MANEJO DE LAS PULSIONES ,teniendo en cuenta las aportaciones de algunos autores psicoanalíticos, en particular las de Kernberg(1995) y las propias de la Vegetoterapia y la PBC.
c.- SEXUALIDAD ,teniendo presente las aportaciones de la sexología clínica y las de W.Reich( 1927,1949) quien a diferencia de otros autores identifica la libido como manifestación del instinto sexual y no de la pulsión sexual, en cuanto que la sexualidad para Reich es un instinto regulado a través de la función del orgasmo, que las restricciones de este sistema social han convertido en pulsiones parciales condicionadas por las fijaciones libidinales en las distintas etapas sexuales y ,por tanto , incapaces de satisfacer plenamente.Esta diferencia será fundamental en el abordaje de la terapia de pareaja, en particular cuando la sintomatología presentada esté más vinculada a las disfunciones sexuales ( ver Serrano 1989 a,2004,c)
d.- GESTIÓN DE LO COTIDIANO Y PROYECTOS COMUNES,donde tendremos en cuenta algunas estrategias facilitadas por el modelo constructivista y el cognitivo conductual, así como la logoterapia y la gestalt
Teniendo en cuenta las aportaciones descritas, en nuestra forma de abordar la terapia de pareja seguimos las referencias de la intervención clínica individual con la PBC, teniendo en cuenta que al ser aplicadas a un sistema sufren variaciones manifiestas pero dentro de un encuadre similar. Por ejemplo, el tiempo de la sesión que el paciente está en el diván, lo utilizamos para que la pareja realice una serie de técnicas (no sólo cognitivas, sino también psicocorporales, psicodramáticas, etc.) entre ellos mismos, siendo observados por el terapeuta. A través de las cuales emerge el factor real de la crisis, más allá de los motivos o síntomas que manifiestan como demanda clínica. Al mismo tiempo se dinamizan aspectos de la relación que se pueden luego aplicar a la vida cotidiana. Esas técnicas provienen de las mismas fuentes que las utilizadas en el abordaje individual o en el trabajo de grupo.
8.5.1. RELACIÓN TERAPÉUTICA.
Una vez realizada la evaluación de la pareja y el encuadre (foursome, terapia de pareja, tratamiento individual…) iniciaremos el tratamiento.
Lo primero que hemos de tener en cuenta es que las referencias deontologicas son las mismas que las utilizadas en la psicoterapia individual, porque la pareja constituye un paciente.
Como en el resto de los abordajes psicoterapéuticos la empatía entre terapeuta y paciente ( en este caso la pareja) es fundamental y necesaria para establecer una relación específica y funcional, pero en este caso “en el transcurso del tratamiento puede producirse una “folie à deux “transitoria, placentera para ambos ( el terapeuta y uno de los dos miembros de la pareja).Esta gran vulnerabilidad de la empatía frente a la distorsión nos obliga a controlarla cuidadosamente.Además es preciso establecer una clara distinción entre la empatía y la contratransferencia”(Martin,1976)
Esto supone caer en complicidad con uno de los miembros de la pareja que implica una colusión que puede bloquear el proceso terapéutico. Lo cual puede ocurrir porque el terapeuta se identifique inconscientemente con uno de los dos pacientes,o porque “ el conflicto que se está abordando repercuta sobre el terapeuta porque aludan inevitablemente a su propia problemática matrimonial y familiar”(Bobé A y Testor,C,1994) perdiendo la objetividad y neutralidad necesaria para que el tratamiento sea eficaz. La prevención de este aspecto pasa por tener muy en cuenta la contratransferencia,y mantener sesiones personales ,supervisiones y/o reuniones clínicas,para palíar posibles puntos ciegos.
Debemos asumir que ,sea cual fuera el conflicto,el paciente es el sistema, no es uno de los miembros de la pareja.Por ello nuestra foco de atención debe de ser en todo momento el sistema, dentro del cual están sus miembros con sus particularidades y con su propia historia que tenemos también que mirar para comprender mejor lo que le ocurre al sistema.
En este proceso es cuando podemos ver la necesidad de aconsejar terapia individual a uno o a los dos miembros de la pareja , y donde el foco de atención será distinto.
Otro peligro estriba en que el psicoterapeuta se deje condicionar por perjuicios sociales adoptando una posición más cercana a la del juez que a a a la de psicoterapeuta . En el fondo las personas quieren ser juzgadas y constantemente te llevan a que te posiciones y dictes sentencia. Nuestra actuación debe ir encaminada a devolverles el cuestionamiento a ellos, por ejemplo:
Paciente (dirigiéndose al terapeuta): ¿a que ella actuó mal?
Terapeuta (dirigiéndose a los dos): ¿qué os parece esa pregunta?
De esta forma favorecemos “ alianza de trabajo” que debe reforzarse permanentemente por nuestra propia postura. Acompañamos a la pareja en su proceso facilitando la toma de conciencia de los hechos pero la responsabilidad en la toma de decisiones es de la pareja,evitando que el terapeuta sea el foco de atención.En este sentido nuestra postura es similar a la que adoptamos en la terapia de grupo donde los cuestionamientos se devuelven al grupo para que tengan mayor presencia en el proceso.
8.5.2. FOCO Y FASES DEL PROCESO DE TERAPIA DE PAREJA
La psicoterapia de pareja caracteroanalítica es un abordaje clínico breve por lo que hemos de tener en cuenta el FOCO como aspecto principal y eje de tratamiento para evitar la dispersión y el alargamiento del proceso. El factor tiempo se torna importante en el tratamiento de parejas porque nosotros intervenimos en un espacio de un sistema de pareja introduciendo nuestro propio espacio clínico,donde estamos invitados temporalmente ,es por ello que debemos ser muy respetuosos. No tiene sentido, siguiendo esta lógica, tener a una pareja uno o dos años en terapia.
El foco estará en función de la crisis con la que llega la pareja, que está reflejando un exacerbamiento de un aspecto de su relación, lo que implica siempre una alteración del equilibrio caracterial del sistema, teniendo en cuenta que junto al carácter individual existen actitudes caracteriales sociales que no siempre coinciden con éstas.Así observaremos como el sistema exacerba actitudes o bien, sadomasoquistas(violentas, victimistas, despreciativas), compulsivas( obsesivas,ritualísticas,rigidas), histriónicas ( dispersión y dramatismo) o fálicas ( fríaldad, distancia y competitividad), siendo ese nuestro Foco de actuación principal.
Nuestra intervención clínica consistirá en :
Evaluación y DIDE,
Fase inicial,
Fase intermedia y
Fase final.
Evaluación y DIDE (sesiones 0-2ª). Escucha, recogida de información, acogida de los pacientes en la crisis, planteamiento del encuadre. Recordemos que el proceso clínico consiste en realizar 3-4 sesiones al mes. La duración media de un trabajo de psicoterapia de pareja es de unos 6 meses (lo que supone de 18 a 24 sesiones).
Fase inicial (sesiones 3ª-6ª). Esta fase es siempre posterior a la evaluación. Aparecerán aspectos de la historia de la pareja, se hablaran de los referentes familiares de cada uno, siempre vinculándolo a lo que estén diciendo en ese momento.
Facilitaremos la descarga de elementos de tensión, para que haya mayor receptividad y serenidad para la posterior escucha y progreso del proceso. Las descargas iniciales permiten la escucha y la calma posterior.
También realizaremos una investigación del sistema observado la historia de cada uno, cómo la cuenta, las respuestas del otro, el feedback que hay, este trabajo es una continuación del trabajo de evaluación inicial.
A partir de ahí utilizaremos los señalamientos para que los pacientes investiguen sobre su propio sistema y reflexionen con una cierta estrategia o foco de atención. Seleccionamos los señalamientos que estén vinculados al foco.
Por último se pondrán en evidencia los objetivos del proceso, los cuales en una entrevista inicial no se pueden contemplar porque la pareja al venir en plena crisis tiene un planteamiento que después de 3 ó 4 sesiones puede cambiar, por ello no tiene sentido crear un contrato en la segunda sesión de evaluación. Lo que sí haremos será hablarles del encuadre, tiempo, precio, con quién van a trabajar… Los objetivos serán consensuados después de que se ha dado una atmósfera para la receptividad y se ha tomado conciencia de la historia del sistema.
Posteriormente plantearemos a la pareja una serie de tareas entre sesión y sesión con el fin de reforzar la posición activa de reflexión e investigación que tienen que ir adoptando y para facilitar el insight.
Por ejemplo, se les pide que escriban sus fantasías sexuales. Será siempre tan importante lo que traigan como la forma en la que se ha producido la tarea (si uno ha fisgoneado en los papeles del otro, si el otro no ha traído nada escrito…) lo cual nos irá mostrando sus rasgos caracteriales ya que cada uno actuará de una forma diferente.
La función de aprendizaje y modificación de conducta que conlleva la indicación de realizar la tarea queda relegada a un segundo plano, siendo lo importante que tomen conciencia de las conductas adoptadas utilizándolas como elementos sobre los que utilizar la libre asociación y el análsisis del carácter.
Fase intermedia (sesiones 7ª-12ª). Esta fase se alarga en el tiempo más que las anteriores. Nos dedicaremos a la elaboración de conflictos y al uso de técnicas integradoras.
Iremos insistiendo de distinta forma sobre los conflictos que hemos seleccionado como foco de actuación terapéutica. Las técnicas integradoras agrupan distintos elementos del conflicto. Se trata, en definitiva, del uso de una estrategia caracteroanalítica aplicada al sistema para entender la lógica que subyace al aparente caos. Todo esto ligándolo siempre al foco clínico principal. Las elaboraciones se llevarán a cabo antes de la fase final. El grueso del trabajo terapéutico con parejas se desarrolla en la fase intermedia.
Fase final (sesiones 13ª-final). Se lleva a cabo la translaboración. Asimismo se desarrollan técnicas para observar y evidenciar los cambios. Se aplican las conclusiones en la vida cotidiana de la pareja como consecuencia de toda la fase de trabajo anterior para evidenciar si realmente se ha dado una introyección de lo experimentado en el espacio clínico o es algo aparente.
Cuando la decisión concluyente sea la de separación, se plantea una dinámica consensuada para abordar dicho proceso, bien dentro del marco de la psicoterapia ,de la mediación, o de ambos.
8.5.3. ALGUNAS TÉCNICAS PROPIAS
En nuestra sistemática combinamos algunas técnicas de otros modelos clínicos -como el sistémico, el psicodrama, la gestalt, la sexología clínica y la psicoterapia existencial ,-con las caracteroanalíticas, donde introducimos dinámicas corporales que combinamos con el análisis de la forma y los contenidos verbales.
Desde nuestro modelo, aplicamos algunos “actings” siguiendo la praxis clínica postreichiana de la P.BC , pero adaptados ,para poder ser utilizados adecuadamente al marco de la pareja.
La función principal de estas tecnicas o “actings”,será facilitar la dinamización tanto de la conciencia corporal como de la conciencia cognitiva. Estimulando la emergencia de material o “insight” cuyo contenido será básicamente de la historia actual de la pareja pero que, en ocasiones, también puede hacer referencia al pasado histórico individual. Conduciéndose, en cualquier caso hacia el foco clínico del sistema.
Al presentar a los pacientes estas técnicas hay que tener en cuenta y respetar las particularidades de la pareja.Por ejemplo, si obervamos que un miembro de la pareja no puede hacer un acting por su propia particularidad caracterial se suspende o no se les propone, buscando uno alternativa.Asimismo hay que tener en cuenta que se deben señalar como actitud defensiva las formas mecánicas, frías o histriónicas que se adoptan a la hora de hacer cualquiera de ellas.
Veamos algunas de las técnicas y / o actings empleados:
Percepción y contacto.
Inicialmente las dos personas se colocan de pie, frente a frente, mirándose, manifestando como sienten al otro, como lo perciben en estos momentos de su relación.Se continúa, poniéndose de espaldas en contacto con sus cuerpos, en silencio, tomando contacto con sus sensaciones e impresiones corporales .Se les coloca una venda en los ojos y se van dando la vuelta,aproximando los cuerpos y explorándose utilizando el olfato y el tacto.Puede cada uno hacer lo que quiera, lo que sienta, pero sin hablar y sin ver.
A través de esta técnica, la pareja toma conciencia de forma tan diferente que pueden tener de percibir al otro, utilizando otros los canales de comunicación , diferentes a los habituales, es decir, cognitivos y corticales.Lo cual puede abrir una puerta que les descubra aspectos inexplorados de la relación entendiendo y relativizando algunos de sus conflictos .En el fondo , se les está ayudando a tomar conciencia del proceso de “embrutecimiento” sensitivo, emocional que se va sufriendo consecuencia de la presión social, de la rutina frente a las tareas cotidianas,lo que provoca el afianzamiento del rol y el olvido de la función, el predominio del “debo” sobre el “quiero”,etc. Permite por tanto profundizar en la comunicación, la sexualidad y la forma de gestionar la vida cotidiana ,recuperando aspectos vitales de la relación ,en aquellos casos en que eso todavía sea posible.
El yo y el otro.
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-Cada miembro de la pareja se sitúa uno frente al otro, respirando tomando conciencia del cuerpo, mirándose a los ojos. A partir de esa postura ,en función de los objetivos clínicos se pueden hacer las siguientes variaciones:
-En esa misma posición se cogen de las manos.
-Cada uno coge el extremo de una toalla y mirándose van diciendo la palabra “mío”, con el tono de voz que vayan sintiéndose.Si a partir de ahí surge la rabia, se puede utilizar un quita polvos para que golpeen una silla diciendo la misma palabra,”mío” mientras se miran.
El tiempo estará en función del grado de intensidad con el que vivan la acción y según se vaya desarrollando,teniendo como referencia 15 -20minutos.
Al finalizar, las dos personas se quedan dos o tres minutos en silencio, sentados, con los ojos cerrados en contacto con lo que sienten y con las ideas o imágenes que les surgen por la mente.Al finalizar el terapeuta procederá a elaborar la experiencia como cualquier otro acting: preguntando sobre las sensaciones vividas, emociones, imágenes, sobre lo que representaba la toalla, lo que les sugiere su forma de reaccionar y la de su partner,si consideran que es un respuesta conocida ,frecuente que se repite en otros ámbitos de la realidad de la pareja...Vinculando todo ese material con el foco caracterial y con las dinámicas conflictivas de su relación de pareja.
Esta experiencia permite comprobar lo que se esconde detrás de una expresión emocional que también puede ser una máscara.Por ejemplo se puede estar gritando muy irritado pero en el fondo estar triste.En estos caso,vemos como una vez más el carácter se mete en una trampa porque al resultarle más fácil agredir que llorar cada vez se aleja más de la posibilidad de relacionarse con el otro desde la vulnerabilidad, porque su agresividad provoca en el otro miedo y distancia o cólera y enfrentamiento.
También se puede emplear para dinamizar momentos dentro del proceso clínjico, en que la pareja bloquea su agresividad o surge de una forma cínica, hiriente o provocadora. Asimismo se puede asociar con la mayor o menor dependencia que vive cada miembro de la pareja respecto al otro, la falta de espacios y de tiempos propios, el conflicto entre la identidad individual y la de pareja, incluso puede facilitar que se hable de temas económicos ,herencias, conflictos con las familias históricas,etc.
En el Regazo
Utilizado por B. Blomenthal en algunas dinámicas grupales tiene también mucha utilidad en este encuadre.
Una de las personas se sienta en el suelo apoyada en la pared y la otra se coloca cerca de ella, apoyando la parte derecha de su rostro, en particular su oído , en su cuerpo, concretamente en la zona del corazón, dejando el resto del cuerpo en posición fetal.Es una posición que recuerda la posición de un bebé en el regazo de su madre. Con los ojos cerrados ,escuchando una de ellas el corazón del otro.Los dos en contacto con la respiración propia de su partner,durante unos 10-15 minutos,para posteriormene repetirlo pero cambiando de posición.
El objetivo es ver cómo se sienten en esa posición tan íntima, de tanta ternura. Junto a las emociones y sensaciones que puede producir esta experiencia, será muy importante las asociaciones que puede producir .Porque coloca a la pareja en contacto con sus afectos en una situación donde el ahora pierde importancia, y por tanto permite recordar e investigar estados afectivos de la pareja ya pasados ,compararlos con los actuales y desde ahí elaborar todas las asociaciones y vivencias que se dinamicen.
Eleccion
Es similar a la técnica que empleamos en el grupo .Las dos personas se colocan de pie a una distancia de un par metros una de otra. Después de mirarse y tomar contacto con sus propias sensaciones se dirigen a la otra persona verbalizando la palabra “ven” , “vete “ o “fuera”, en función de lo que quieran o sientan hacia la otra persona.Conforme van reaccionando pueden cambiar de palabra.
Es muy útil para tomar conciencia corporal, no solo cognitiva de los sentimientos que tienen hacia la otra persona, de los que les piden y lo que rechazan ,de lo que les gusta y lo que no... Son muchas asociaciones las que pueden surgir y que se irán elaborando posteriormente.Se puede repetir en las distintas fases del proceso , estimulando dinámicas diferentes según el momento.
Estas técnicas son aplicadas siempre dentro de un espacio clínico caracteroanalítico focal, donde el terapeuta a través de señalamientos y cuestionamientos implica permanentemente a los miembros de la pareja para que sean ellos mismos los que vayan percibiendo la realidad y vayan asumiendo posiciones comunes que beneficien a ambos. De esta forma podrán reconocer sus particularidades e idiosincrasias al tiempo que se van desvelando las dinámicas de poder y la “máscara social” de cada cual.
Al llegar al final concertado del tratamiento,si se ve necesario se puede prolongar unas cuantas sesiones más, pero es importante cumplir lo acordado porque el final es una variable existencial muy importante en el sistema de pareja con una gran utilidad clínica porque inevitablemente los pone en contacto con decisiones que tienen que adoptar si todavía no lo han hecho ,en particular con el posible final de la relación, la ruptura, la separación,o el cambio y el reencuentro .
Según nuestra experiencia clínica,- teniendo en cuenta que la mayoría de los casos llega a la consulta en situaciones de crisis ya avanzadas y complejas-, el 20 % de los casos decide (o confirma) separarse al finalizar el tratamiento, y el 80 % restante decide permanecer asumiendo los cambios y las decisiones adoptadas a partir de lo experimentado en la terapia de pareja.
En los casos que se plantea la separación,en cuanto que es una decisión que termina con el sistema ,la psicoterapia de pareja termina ,aconsejando abordar este proceso con un colega especializado en mediación para llegar a acuerdos de mútuo acuerdo que sean lo más favorables posible para ambos y para los hijos en caso de que los haya. En este caso se aconseja que tengan unas sesiones con un espacialista en asistencia preventiva con el fin de evaluar la situación del sistema familiar y poner los medios para que ese pasaje sea lo menos traumático posible para los hijos, pudiendo realizar sesiones con todos los miembros de la familia, solo con los hijos o con alguno de los miembros por separado.
8.6. LA SEPARACIÓN. INTERVENCIÓN CLÍNICA Y PREVENTIVA
Si la decisión de separarse se produce en la fase final de la psicoterapia de pareja ,como ya hemos visto, es conveniente que ese proceso lo continuen dentro de un espacio de mediación y de atencíon preventiva familiar. En el caso de que un miembro de la pareja llege a la consulta con el deseo de separarse,se le debe recomendar acudir a las sesión con su partner para evaluar la situación y decidir lo que hacer.
Si la pareja se encuentra suficientemene estable y tienen clara la decisión ( a pesar de que siempre hay alternancia y altibajos ) se le aconsejará un espacio de mediación,pero generalmente como el sistema estará viviendo una dinámica de fuerte caos, emergencia incontrolada de pulsiones, alteración emocional de sus miembros, con el consiguiente impacto en los hijos( si los hay) creando una atmósfera de distrés y de riesgo para todos los miembros del sistema suele ser recomendable establecer un espacio clínico de “atención en crisis” combinado con un espacio de asistencia preventiva familiar para posteriormente derivar a un espacio de mediación ( si siguen adelante con la decisión de separarse)
Como expresé anteriormente, la idea de la separación se asocia a la idea de la muerte y de fracaso. Viviéndolo como algo terrible, sobre todo cuando se crean esas dinámicas que veíamos anteriormente de tipo fusional, psíquica y emocionalmente hablando.
Y de lo que realmente se trata es de evitar lo que tantas veces he escuchado durante las sesiones : “…Si esto me lo hubieras dicho , o lo hubiera sabido hace diez años…” Por ejemplo, muchas parejas escuchan que su marido lleva diez años compartiendo su vida de pareja con otra mujer, o con otro hombre ( y viceversa).No creo que sea cuestionable ese hecho, pero sí el ocultarlo.Porque priva al otro de la libertad de decidir, de actúar, de elegir.Y diez años , a los cuarenta y cinco no es igual que a los treinta y cinco.el tiempo de nuestra vida es limitado, y a lo largo de ese período hay momentos en que se puede acceder con más facilidad a ciertas situaciones y experimentar ciertas vivencias.
En otras ocasiones, el problema está en la falta de claridad de los sentimientos respecto a la otra persona.Se pueden vivir años con alguién dando a entender que se desea , que se está enamorado de la otra persona,pero realmente no lo sabe, y no tiene claro los motivos para vivir con el o con ella.Esto conlleva una rutina con una base débil que ante cualquier circunstancia puede caer con la consiguiente sorpresa de la otra persona…Y así se puede estar durante años,privando al otro de la posibilidad de llevar una vida mejor, o de volverse a enamorar.
Pero en muchas ocasiones los miedos individuales nos inducen a llevar este tipo de actuaciones egoístas , y poco responsables.
En el momento en que el otro realmente no está, la persona conecta con el pánico a perder su propia sensación de existir. Por eso en muchas separaciones surgen fuertes estados depresivos, en cuanto se empieza a tener una fuerte sensación de vacío y de que la vida ya no tiene sentido. Estas reacciones son un síntoma que refleja la fuerte dependencia creada por el sistema de pareja, donde el otro le “ha robado el alma”, utilizando un símil poético, y que tanto cuesta perder. Por eso en muchos casos será necesaria una atención clínica individual.
Algunas personas, intuyendo esto, se niegan rotundamente a dejar la pareja intentando por todos los medios frenar la separación y evitar el conflicto. Se colocan en una situación de inmovilidad. Ahí es donde aparece el sufrimiento crónico y cuando la institución empieza a pervertirse, porque se van creando mecanismos psíquicos para evitar el contacto con el hecho de que la pareja posiblemente ya no facilita la función originaria. Y digo posiblemente porque primero es importante asumir la crisis, permanecer en ella e intentar transmutar juntos. Es decir, intentar que ese cambio sea positivo para los dos y buscar que esa relación se pueda modificar.
Eso puede ocurrir entre los propios miembros de la pareja o con la ayuda de un especialista en terapia de pareja, siempre que las dos personas sientan que solos no tienen esa capacidad de resolución.
Pero si durante un tiempo el cambio no se produce y esa relación provoca sufrimiento, aunque sea para una de las dos personas, hay que plantearse la finalización como algo positivo y necesario que permite la libertad de movimientos afectivos de ambos miembros de la pareja y su crecimiento individual. Esa separación no es un fracaso sino un acto de valentía y de amor. El fracaso se encuentra cuando se adopta una actitud donde no se asume esa realidad pensando: "tu me vas a evitar el sufrimiento estando conmigo".
Desde esta posición la otra persona antes o después se va a sentir agredida, empezando la violencia psicológica y /o física, y el proceso destructivo. Situación que puede permanecer en el tiempo, afectando, como ya he dicho, a todos los miembros del sistema familiar.
Los seguimientos que hemos hecho de familias que viven en dinámicas destructivas han mostrado la existencia de dos formas de manifestarse, tal como ya plantearon los teóricos de la comunicación humana. La digital que es la violencia directa, y la analógica, que es sutil, como el chantaje, la amenaza y la culpabilización.
Recuerdo a una pareja que, cada vez que él se imaginaba que su mujer iba a decirle algo conflictivo, entraba en una reacción cardiaca que le llevaba al hospital. Automáticamente ella abandonaba la idea porque "no podía sentirse responsable de la muerte de su marido". Así estuvieron diez años hasta que llegaron a la consulta y desciframos la clave del "enfermo imaginario" (la obra de teatro de Moliere). No se iba a morir, pero ella, con razón, no se arriesgaba y así se frenaba el movimiento. Él mismo sufría porque se daba cuenta de que estaba creando una respuesta de evitación del conflicto y su mujer no era feliz, pero tampoco podía evitar esa reacción psicosomática.
También es muy común recurrir a la instrumentalización de los hijos haciendo responsable al otro miembro de la pareja del daño a que va a hacer a sus hijos con la separación, para evitar que se produzca .Y cuando ya están separados delante de ellos se difama a la otra persona, para acaparar todos sus afectos, lo que se define actualmente como “síndrome de alienación parental” (Aguilar,2004)
Asimismo son muy conocidas las dinámicas chantajistas de índole económico. En este caso son todavía las mujeres las más vulnerables y las que tienen que ceder a su deseo de cambio por el miedo a no poder afrontar la realidad cotidiana con una economía que les permita sobrevivir, pues son muchas las mujeres que no desarrollan actividades laborales remuneradas fuera de su hogar.
Pero, como vamos viendo, todas estas actitudes provocan una dinámica destructiva que va paralizando cada vez más la posibilidad de un reencuentro afectivo y amoroso, llevando vidas paralelas y cada vez más distantes, convirtiéndose la convivencia en un espacio de sufrimiento y odio más o menos velado, de soledades compartidas por intereses y miedos. Y mientras, el tiempo sigue su curso y hay menos ocasiones para poder entablar nuevas relaciones y construir un nuevo sistema familiar.
Lo evidente es que, en muchos casos, intentando evitar la muerte de la relación, morimos en esa batalla. Todavía tenemos un fuerte perjuicio hacia esa posibilidad de cambio, en gran medida por esa asociación de fracaso y de muerte. Lo cual se agrava si la separación es del sistema familiar, no solo de la pareja. En la escala de valores de esta sociedad, la ruptura de la pareja sigue viviéndose como un fracaso. Incluso en la sociedad norteamericana que es, junto con los países nórdicos en Europa, donde estadísticamente hay más separaciones, resulta muy interesante ver cómo la nueva relación intenta ocultar o negar, olvidar la relación anterior lo cual se refleja en la forma de relacionarse con los hijos.
Cuando un miembro de la pareja que se ha separado se pone a vivir con otra persona ,los hijos que conviven con ellos los tienen que identificar como padre y como madre, como si la otra personas ( el padre o la madre ) dejaran de existir o, pasaran a un segundo plano.El niño comienza a llamar "papá" o "mamá" a esa nueva persona, quizás para evitar un conflicto cotidiano, tendiendo a olvidar los orígenes y el pasado. Algo que se olvida es algo que se vive con culpabilidad, que se tiene que esconder. Lo cual es un claro comportamiento defensivo y patológico.
No se debe negar la historia. Se vive un tiempo con una persona y al separarse se puede empezar con otra.Muere el sistema de pareja pero no sus miembros ni el sistema familiar,se disgrega pero no desaparece.
Este no es el caso de los padres que abandonan a su compañera estando embarazada o a los meses de nacer el hijo y la madre establece relaciones con otro hombre que asume la función de padre y donde realmente pasa a ser el padre, que cubre un vacío estableciendo una realidad necesaria y funcional para ese niño y para el sistema familiar. Pero como habitualmente las separaciones se producen en situaciones ya extremas y donde lo que permanece es el odio y la destructividad, puede dar la impresión de que lo único posible es el olvido.
Por eso, cuando existe un sistema familiar, durante el proceso de separación hay que velar por ellos. La familia es un ecosistema compartido donde los niños están nutriéndose y desarrollándose. Y por tanto se ven afectados por los procesos de los adultos, que son quienes pueden facilitar su desarrollo , o pueden frustrarlos, truncarlo, o establecer conductas de autoadaptación más o menos violentas.
No es lo mismo una separación a los cuatro años que a los ocho o a los doce, porque la dependencia afectiva hacia el sistema, es diferente, y por tanto la posibilidad de objetivizar la realidad con los hijos y de hacerles partícipes de ella dependerá en cierta medida de la edad. Desde la psicología evolutiva sabemos que a partir de los siete años el niño empieza a tener una mayor capacidad de asimilación y comprensión de la realidad que va aumentando conforme va creciendo.
Lo cual no significa que la separación de los padres no pueda ser para un niño de 12 años o un adolescente de 16 más distresante e incluso traumático que lo sea para otro de seis.Pero serán casos particulares donde ya esté condicionando su predisposición Estructural y su propia historia infantil.También es cierto que, desgraciadamente, estos casos particulares van aumentando de forma un tanto alarmante por lo que deberemos siempre diseñar una estrategia para cada caso sin dejarnos llevar por esas referencias generales.Es otra de las razones que confirman la importancia de los espacios asistenciales preventivos y psicoterapéuticos.
Lo que sí podemos tomar como una referencia general es la importancia que tiene para prevenir riesgos que el proceso de separación sea progresivo, que tenga un ritmo y que sea lo menos violento y lo mas compartido y consensuado posible. Un proceso donde los niños, a partir de determinada edad, puedan también ser conscientes y participar,en la medida de sus posibilidades.
Normalmente se vive la separación como algo que corresponde solamente a la mujer y al hombre, pero si hay hijos, y por lo tanto un sistema familiar más complejo, hay que tenerlos en cuenta desde el principio para que ellos entren en esa realidad. Es un gran error separar la realidad de los padres de la de los hijos, porque los niños captan lo que ocurre, aunque nosotros queramos evitar los conflictos, las discusiones, o los afectos negativos.Sintiendo que no se les tiene en cuenta, que no se les reconoce, viviendo esa experiencia en soledad, con lo cual se agrava más el conflicto, porque el niño se aísla, sintiéndose desplazado de la realidad familiar.
Este tipo de actuación puede venir confirmado por la perspectiva legal y judicial, según la cual sólo a partir de los 12 años el niño tiene derecho a opinar y a ser “escuchado”, dejando, antes de esa edad, su destino en manos del sistema judicial que “interpretará” lo que puede ser mejor para él.Pero no es del todo cierto, porque la ley deja claro que siempre que sea posible se deberá tener en cuenta la opinión de los hijos,mediatizados por los gabinetes jurídicos psicosociales ,los cuales , deben de conocer los medios para que el niño en función de la edad y de otras variables personales participe en ese proceso y el sistema judicial debería reconocer y dar cada vez más importancia a la función y la y opinión de los profesionales de dichos gabinetes.
Pero la realidad es que, algunos magistrados,incluso muchos letrados dan poca importancia a los informes de los especialistas y no facilitan procesos de mediación entre los implicados antes de dictar sentencia que ,en muchas ocasiones son sentencias firmes, difícilmente revocables. Por todo ello es recomendable intentar resolver los procesos de separación y divorcio con el asesoramiento de especialistas en el tema para recurrir a los procedimientos judiciales cuando la situación sea estable y las decisiones se tomen de mútuo acuerdo.
De esta forma se podrían evitar auténticos dramas que ocasionan una violencia indirecta hacia el niño por los trastornos psíquicos y emocionales que provocan la separación brusca y permanente del hijo con uno de sus padres o las visitas forzadas ,las custodias compartidas llevando una vida disociada al estar cada dos o tres días en una casa...Pueden ser medidas funcionales en determinadas situaciones pero siempre se debería intentar que fueran puntuales en el tiempo, tomando medidas preventivas previas para que no llegara a producirse .
Por ejemplo en el caso del maltrato o de violencia doméstica sale a la luz en momentos extremos como el de la separación, pero ha estado ahí muchos años antes , y los hijos lo han vivido y lo han sufrido .Está bien tomar medidas drásticas en este caso ,por ejemplo de alejamiento permanente,pero se deberían haber tomado mucho antes. Es en esas situaciones donde se oberva como la responsabilidad no es solo de una persona porque hay muchos personas implicadas: el partner, la familia, los vecinos, los amigos incluso los médicos o psicólogos que podían conocer el caso y no han tomado ningún tipo de medidas legales.Sufriendolo de forma inevitable e involuntaria los hijos, los más vulnerables, los más indefensos...
Esos sufrimientos se pueden evitar, otros menos.De hecho, la mayoría de las separaciones de los padres siempre suponen un fuerte dolor y un estrés para los hijos, porque se modifica drásticamente su dinámica cotidiana y se derrumba el mundo conocido e idealizado. Pero lo cierto es que el nivel de estrés puede ser mayor o menor en función de la actuación de los padres que se separan y de la familia y amigos que están a su alrededor. Hay que acompañar en el duelo, pero sin aspavientos, facilitar la desdramatización del hecho, ver las ventajas que eso puede tener y comunicar claramente que esa separación es real y evidente. Sin dar pie a la ambigüedad o a la duda, y mucho menos dejar la responsabilidad de un posible retorno a la convivencia familiar a la otra persona: “es tu madre la que no quiere volver, por mi todo seguiría igual...” o “es tu padre quien no permite que volvamos a estar juntos, por mi volvería...” Eso son síntomas de las dinámicas perversas que se desarrollan en esos momentos de dolor y de cambio y que tanto hacen sufrir a los hijos,incluso en situaciones normales, y que no deberían darse.
Es una separación de la pareja y los padres deben evitar las consecuencias dramáticas para sus hijos,”lo cual requiere, pues, que se involucre lo menos posible a los hijos en los problemas surgidos entre ambos progenitores, habida cuenta que la ruptura de las relaciones en una pareja debiera afectar sólo y exclusivamente a sus dos miembros básicos” (Vallejo y col,.2004)
Hay que asumir que la separación se ha producido, y ,por tanto, “reconocer la ruptura de la relación de los padres” (Parkinson,L.2005) evitando las falsas expectativas de que puedan estar de nuevo juntos.Lo cual podría ocurrir, pero no es lo que está ocurriendo ni lo que se prevé que ocurra en base a lo que se ha decidido de forma libre y responsable .
Desde esa posición hay que reestructurar, organizar las cosas y, entre todos, ver cómo puede ser mejor la nueva vida cotidiana.Por ejemplo “ si no es algo inevitable, los hijos ,necesitan permanecer en el ambiente familiar...el trastorno de los cambios de casa y de escuela se agrega a su confusión y tensión y aumentan la sensación de pérdida que experimentan”(Parkinson,L.2005)
En este sentido es muy importante que desde el principio el niño pueda vivir la separación como un proceso lo más natural y humano posible, porque es humano, y el ser humano vive pulsiones y afectos de todo tipo. Los hijos deben conocer la realidad del desamor,sin enmascaramientos, dejando claro que es el desamor entre los padres, no hacia ellos.
Es imprescindible tener esto en cuenta porque hay un mecanismo inconsciente que se produce en algunos niños, a través del cual si no se les hace conscientes de la realidad del adulto y se les plantea las razones de la separación con cierta claridad, pueden sentirse culpables porque piensan que la separación de los padres se producen porque algo han hecho mal. Esa carga la llevarán siempre a sus espaldas lo que observamos después en la psicoterapia con los adultos que han sido hijos de familias separadas donde se da ese tipo de dinámica.
Otro aspecto a tener muy presente en este proceso, tal como señalan especialistas en el tema como S. Goldstein, es que la entrada de una tercera persona (nuevo o nueva compañero o compañera de la madre o del padre) en la vida cotidiana de los hijos debe realizarse de forma gradual y progresiva, evitando las sorpresas y las prisas, especialmente si son menores de dieciséis años. Los hijos tienen que ir conociendo a esa nueva persona poco a poco y hay que dar tiempo para que se afiance esa relación, para que esa nueva persona deje de ser alguien “extraño” e “invasor” y pueda empezar a convivir con ellos de una forma suficientemente reconocida y aceptada.
Hay que plantear anticipadamente la situación y escuchar la opinión de los hijos con los que se está conviviendo, reconociéndoles así su espacio y su protagonismo, de manera que puedan integrar a esa nueva persona tranquilamente sin que ello suponga negar la existencia y la realidad de la otra figura parental que no convive con ellos. Todos estos elementos son los que se evalúan en el espacio terapéutico y preventivo para resolver funcionalmente estas situaciones, dentro de una “praxis ecológica de los sistemas humanos”( Serrano, 2001), donde la pareja y la familia cumplen una función muy importante porque, en función del tipo de relación que se establezca y de las actitudes y comportamientos que se generen en la convivencia de ambos sistemas, se está facilitando la reproducción de las bases patógenas del sistema social o se está abriendo un nuevo camino que conduzca al cambio de este estado de cosas. “Permanecer en la crisis, aprender de ella y encontrar una salida en pareja o individualmente de forma creativa serán pues los objetivos principales de la psicoterapia en esos momentos. Para ello habrá que comprender la lógica caracterial de cada miembro de la familia y la particularidad de su sistema relacional. Y desde ahí abordar los cuatro aspectos que caracterizan a toda pareja: la comunicación, el manejo de las pulsiones en la cotidianidad , la sexualidad y los proyectos comunes.
Pero si bien es cierto que la psicoterapia tiene una función importante mucho más son las medidas preventivas que toda pareja debería tomar para no tener que llegar a recurrir a ella. Y de ellas la más importante es la de que existan espacios de comunicación, tiempos para profundizar en la relación, tiempos de placer, de expansión, de elaboración de los conflictos, de escucha del otro. Tiempos para mirarse, sentirse ,acariciarse y amarse. Tiempos propios, genuinos, creativos compartidos también por otras personas .Tiempos que previenen del embrutecimiento consecuencia de la monotonía, la rutina y la evitación del contacto. Si somos capaces de permanecer en esa dinámica la experiencia de pareja dure el tiempo que dure , será siempre gratificante y habrá cumplido su función para sus miembros, el desarrollo de nuestra capacidad de amar “ (Serrano,2001)
En el apéndice del libro citado de L.Parkinson, que escribe Ana.M.Sanchez se facilita información al respecto.También se puede amplíar información en el libro de M.Suarez: “Mediando en sistemas familiares”.Paidos, 2003. Y en :www.europeanforum-familymediation.com"Debemos darnos cuenta de que estamos desgarrados por una profunda ambivalencia; Por una parte deseamos, anhelamos el amor. Por la otra, lo repudiamos porque lo tenemos, y nos refugiamos en relaciones cotidianas chatas y banales". (A. Carotenuto)
”LA PSICOTERAPIA DE PAREJA BREVE CARACTEROANALÍTICA”
Los cambios sociales experimentados en las últimas décadas han repercutido claramente en las dinámicas clínicas,siendo una de las más manifiestas las demandas de las parejas .”Los conflictos de pareja son en la actualidad una de las principales causas que motivan a la persona a pedir ayuda a un centro especializado de asistencia psicológica...ya en 1989 Sholevar afirmaba que el 50 % de los pacientes que comienzan una psicoterapia lo hacen por problemas de pareja.”(Bobé, A y Testor, C,1994).Esa realidad social evidente hace algunas décadas en paises como Suecia o Estados Unidos es algo manifiesto actualmente en nuestro país.
En nuestra experiencia , al trabajar con tratamientos individuales hemos ido tomando conciencia de ello porque los trastornos de pareja se manifestaban durante dichos tratamientos siendo el foco de atención principal de atención del paciente.Foco ante el cual el terapeuta poco puede hacer porque solo tiene acceso a una parte de la realidad, la manifiesta por el paciente.
Este fue el motivo principal,junto a la demanda creciente que de forma directa recibíamos de parejas en conflicto, que nos motivó a trabajar en equipo ,animando a esos pacientes a realizar terapia con sus parejas con un terapeuta especializado sin dejar la terapia individual.Pero la experiencia nos demostró que al ser colegas que trabajaban con otros modelos clínicos era muy complicado el trabajo en equipo por lo que fuí investigando,con otros colegas especializados en terapia sistémica, la posibilidad de aplicar el marco clínico de la psicoterapia caracteroanalítica al campo de la terapia de pareja, teniendo presente la teoría del “funcionalismo orgonómico” desarrollada porW.Reich y que es “precursora de la Teoría de Sistemas”( Capra, 1982) así como las aportaciones realizadas en este terreno por otros colegas de distintos modelos psicoterapéuticos.
Desde hace unos años esta práctica se ha convertido en una realidad habitual dentro de nuestros equipos clínicos, colaborando distintos especialistas para abordar los conflictos de pareja y algunos de familias, dentro de la “ praxis ecológica de los sistemas humanos “ ( Serrano 2004 e), y donde la asistencia preventiva, la mediación y lapsicoterapia estan presentes y se aplican de la forma que creeemos más adecuada en cada caso.
Es a este tema a lo que voy a dedicar el último capítulo de este libro, dejando claro que solo pretende reflejar una somera aproximación a nuestra praxis clínica(“Psicoterapia de pareja breve caracteroanalíca”), dejando para otra ocasión el desarrollo más amplio del tema con casos ilustrativos que aumenten su comprensión y fundamentación.
8.1 LA PAREJA Y SUS CRISIS.OBJETIVOS CLINICOS.
Estamos de acuerdo con la afirmación de Alvarez y otros autores de que “el objetivo del tratamiento es la relación.El paciente, en este caso , no son las personas que tenemos delante en sus aspectos individuales, sino la relación que establecen entre ellas”...”la relación modifica a cada uno de sus miembros y esta modificación influye ,a su vez, en la interacción y en la relación misma.Es así que surge constantemente una nueva organización que crea nuevas modalidades” ( Bobé A. Y Testor, C.1994) Pero desde mi perspectiva esta forma de relación estará mediatizada por los rasgos de carácter y la Estructura de los miembros de la pareja y que condicionan la conducta y por tanto la forma de relacionarse , lo que predispone a la articulación de una Estructura propia de pareja ,y por tanto con sus propias leyes de funcionamiento, siendo foco de atención de la terapia de pareja.
Entendiendo por pareja el espacio vital que se constituye cuando dos personas que llevan un tiempo de relación, (preferentemente de coexistencia, cohabitación y convivencia) mantienen un lazo amoroso y un proyecto común.
Estas personas, independientemente de la opción sexual (homo-hetero) que hayan elegido, van a ir creando una dinámica propia como sistema humano constituyendo una identidad común que compartirán con la identidad individual, teniendo en cuenta las diferencias que se establecen en función de las distintas Estructuras.
A su vez la pareja es un sistema que se constituye dentro de un sistema social y que va a condicionar en cierta medida su dinámica interna.En este sentido hay que diferenciar entre lo que se espera y se desea en un principio y lo que puede ser y se produce a lo largo de la convivencia.
La línea entre lo que se espera que suceda y lo que realmente sucede la marcan dos factores que ya conocemos, y que también se deben aplicar en este caso:
1.-Las condiciones histórico-biográficas de las personas que la constituyen , en particular sus experiencias con su primera pareja (su madre o sustituto-a vincular) dentro de un sistema familiar concreto.
2.-Las condiciones coyunturales, actuales, en las que se desarrolla dicho sistema.
Partiendo del principio funcional de que todo fenómeno se produce para cubrir unos objetivos, en el caso de la pareja humana el fundamental sería establecer un espacio donde poder desarrollar la capacidad amorosa, con todas sus consecuencias, entre ellas, la posibilidad potencial que no necesaria de gestación ,crianza y educación de un nuevo ser humano.
Pero sabemos que tanto el desarrollo de esa función es una tarea compleja que forma parte más del deseo que de la realidad. Son muchos los factores que limitan el cumplimiento de esos objetivos: los condicionamientos de las historias individuales, los modelos de relación introyectados por la influencia social, las presiones competitivas y de consumo… Por todo ello no es extraño que existan conflictos y crisis en la pareja.
Precisamente será en los momentos en que el sistema de pareja empiece a a no resultar válido para el desarrollo personal de cualquiera de sus miembros cuando deba realizarse un análisis de la convivencia.Asumiendo los posibles conflictos que se estén viviendo,investiando sus causas y afrontándolos desde la complicidad de dos personas que están sufriendo las consecuencias de un pasado que han heredado, y de un monto de presiones sociales ,lo cual se convierte en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento tanto personal, como para el propio sistema de pareja.
No se debe,por tanto, vivir la crisis como una señal de fracaso, sino como una realidad que forma parte de la configuración de todo sistema humano condicionado por los factores antes descritos.El sistema irá madurando conforme vaya superando esos momentos de crisis intentando superarlos teniendo siempre como referencia el placer y el bienestar que se puede recuperar y potenciar , en cuanto que la pareja debe ser un espacio fundamentalmente placentero y por tanto fuente de satisfacciones.Son nuestros rasgos de carácter masoquistas, sádicos, compulsivos...los que distorsionan esta realidad y la contaminan.
De hecho el bienestar y el grado de satisfacción que se puede vivir en la pareja, el cual deben propiciar ambos miembros, pasa a ser el varemo principal para evaluar la funcionalidad del sistema .Por ello la insatisfacción, la irritabilidad, la decepción, la desidia pasan a ser señales de crisis .En ocasiones pueden ser resueltas por la propia pareja, pero en otras es necesaria la ayuda del especialista a través de la psicoterapia de pareja. Siendo el espacio adecuado para recuperar la funcionalidad del sistema o para que la separación sea fruto de una decisión asumida libremente de forma consciente y responsable por ambos miembros , compartiendo y elaborando las emociones que provoque en cada caso, y ayudando a gestionar los recursos individuales para afrontar la nueva realidad . De esta forma, lo que generalmente se vive como un fracaso, se puede llegar a experimentar como un último acto de amor compartido y necesario para poder seguir caminando por la senda de la vida.
Debo recalcar lo importante que es en estos casos recurrir a una psicoterapia,porque puede evitar auténticas tragedias personales y familiares, enfermedades psicosomáticas , procesos judiciales e incluso desfalcos económicos, siendo siempre, en mayor o menor medida un pérdida , del tipo que sea, para todos los implicados.Por ello debemos superar nuestros temores y resistencias narcisistas, y mirarnos al espejo (espacio terapéutico) para poder ver la realidad ,asumirla y poner los medios adecuados para transformarla de la forma más funcional y saludable posible para todos los implicados.
Recordemos que la pareja es un sistema vivo, donde nadie puede garantizar qué va a ocurrir mañana porque tampoco nadie nos puede garantizar qué nos va a ocurrir individualmente.
Los conflictos que se viven en la relación de pareja puede venir motivados por un cambio individual de valores , modificaciones laborales, presiones de las familias de cualquiera de los miembros de la pareja, la entrada de una tercera persona dentro del marco sexual, el nacimiento de un hijo, el fallecimiento de un familiar , o por cualquier otra circunstancia cotidiana.
Cuando surge la crisis, debemos tomar en consideración estos aspectos para intentar entender lo que está ocurriendo:
A) El cognitivo, es decir, cómo nos comunicamos, qué niveles de transmisión de valores, ideas, aficiones y proyectos existe con nuestra pareja.
B) El emocional, evaluando el nivel que existe de afectos, cariño, tristeza, anhelos, frustraciones.
C) La capacidad de placer , de goce, y de abandono sexual que se tiene con la otra persona.
De hecho se puede mantener una evaluación permanente del sistema de pareja analizando cuál de estos aspectos va debilitándose. Habrá momentos de la vida en que se dará más importancia a esa empatía sexual y momentos en que será más importante la afectiva, la cognitiva o la identificación laboral y social. La valoración que se haga de cada uno de ellos depende de momentos vitales, de edades y de nuestras circunstancias, pero de alguna manera siempre tienen que estar presentes, reflejando así la vivencia global de la relación. Si no es así se está llevando una relación de pareja parcial ,que a la corta o a la larga va a generar insatisfacción y como consecuencia desidia, aburrimiento y ausencia.
Una de las situaciones que puede formar parte del proceso de maduración de algunas parejas es la transformación del sistema de pareja en sistema familiar, pero también puede ser motivo de crisis, porque se corre el riesgo de que se diluya su identidad como pareja. Cuando se crea un sistema familiar deberían seguir existiendo tres identidades: la individual, la de pareja y la de familia. Cada uno de estos elementos tiene su “tempus” y su ritmo y en la mayoría de los casos ante las presiones sociales o del inconsciente individual se verán por la interacción de los ritmos individuales, de pareja y de familia produciendo conflictos y crisis a cualquiera de esos tres niveles.Lo cual debemos intentar evitar.
Así vemos como es frecuente que los conflictos de pareja comiencen o aumenten con el embarazo y/o la llegada del primer hijo (en todo tipo de parejas e incluyendo los procesos adoptivos) porque la atención deja de estar focalizada en el “otro”, cambiando el ritmo de la pareja ante las nuevas necesidades del sistema, sin ser conscientes la mayoría de las veces . Lo cual genera dinámicas inconscientes en los miembros de la pareja condicionadas por algunas de sus experiencias infantiles. En muchos casos la carencia afectiva que ha podido vivir alguno de ellos se intenta compensar con la relación de pareja. Esta dinámica se ve alterada al entrar un “tercero” en escena. La madre puede ver satisfecha esta carencia con su experiencia de embarazo y de crianza y el padre se puede sentir desplazado y “rechazado”,sintiendo celos, irritabilidad y deseos de pasar más tiempo con otras personas, con lo cual la madre empieza a sentirse sola y a suponer que el compañero ya no la quiere, confirmando la sensación del marido ya descrita, desarrollándose un círculo vicioso que se concreta en una disminución de la comunicación y de las relaciones sexuales, generándose una atmósfera tensa y nociva.
También podemos encontrarnos parejas que, viviendo conflictos importantes, se apaciguan durante el primer período de la crianza porque están “distraídas”, al ser su foco de atención la crianza, y porque al estar realizando una actividad común aumenta su sensación de complicidad. Pero con el tiempo los conflictos pueden volver con más virulencia al disminuir el foco de atención principal. Ya no hay que cambiar pañales, dar el pecho, estar pendiente de si se cae o no se cae, y de pronto las dos personas se miran de frente una a la otra y se dan cuenta que están juntos todavía, de que el otro está ahí, durmiendo a su lado, pero que no se “sienten”, que , no se reconocen, más allá de ser el “papá” o la “mamá”.
Vemos pues como la pareja es un sistema humano que va creando su propia configuración estructural peculiar en base al tipo de relación que se va desarrollando entre sus miembros. La cual a su vez depende de la Estructura y de las particularidades caracteriales individuales. Una vez organizada la Estructura del sistema de pareja, como todo sistema, tenderá a mantener un equilibrio que puede alterarse, con la consiguiente crisis del sistema, por diversos motivos, pero siempre en función de la peculiar forma de respuesta que tiene cada uno de los miembros, condicionado a su vez por su propia Estructura individual.
Esta alteración, como ya he dicho, se debe a factores que superan nuestro deseo, nuestra voluntad. Y esto es así porque provienen de fuera (presiones sociales y laborales) y también del condicionamiento inconsciente de cada uno de sus miembros. Por ello lo extraño es que no se produzcan crisis en una pareja o en un sistema familiar. Es más, si no se dieran estaría indicando una forma peculiar de relación que se suele ver reflejada en las parejas con Estructura disociada, como luego veremos. Otra cosa es la mayor o menor capacidad para gestionar y resolver las crisis, lo que puede suponer una vía de evolución y maduración de dichos sistemas, y por tanto de mayor bienestar para sus miembros. Y, en gran medida, eso está relacionado con el tipo o modelo de sistema que la pareja va articulando.
Hay muchas modalidades en el momento social actual, nuevas formas de relación que no sabemos que consecuencias pueden tener porque es muy poco el tiempo de existencia: parejas homosexuales, familias monoparentales, etc. La pareja clásica, la familia patriarcal que predominaba siglos atrás es actualmente un modelo más. Es el modelo más estudiado y del que se conocen más los conflictos que genera a su miembros y las consecuencias que tiene la convivencia en esos sistemas para los futuros adultos. Gran parte de la teoría psicopatológica psicodinámica lo ha tomado como referencia para el desarrollo de sus postulados teóricos. Es demasiado pronto para poder saber empíricamente las consecuencias que pueden tener los nuevos modelos. Pero sí sabemos ya algunas cosas y lo que observamos es que que están generando cambios no solo formales sino también estructurales .Cambios que también se deben reflejar en nuestra práctica preventiva y clínica, para poder sintonizar con la realidad actual.
De hecho sabemos que el sistema familiar (en nuestra sociedad occidental) es el espacio donde se ponen las bases para que el desarrollo estructural del ser humano sea más o menos saludable, junto con el sistema educativo y el social. Por eso hablamos de “ecosistemas”, porque son moduladores de nuestro desarrollo personal a todos los niveles.
En ese sentido, retomando las referencias psicopatológicas podemos hipotetizar sobre un modelo de pareja y de familia “ecológica”, es decir un sistema armónico donde se satisfacen las necesidades (fisiológicas, económicas, afectivas, culturales, educativas ,lúdicas...) de todos sus miembros sin dañar ni alterar las de los sistemas circundantes.
Esto recuerda lo que O.Kernberg define como “Amor sexual maduro, donde se expande el deseo erótico y lo convierte en una relación con una persona específica, en la cual la activación de las relaciones inconscientes del pasado y las expectativas conscientes de una vida futura como pareja se combinan con la puesta en marcha de un ideal del yo conjunto.El amor sexual maduro implica un compromiso en los ámbitos del sexo, las emociones y los valores”( Kernberg, 1995)
Nos referiríamos, por tanto ,a un eco-sistema, con un funcionamiento amoroso, expansivo y creativo, donde la pareja vive el deseo, manifiesta las pulsiones y tienen un proyecto común:
- Se reconocen las necesidades y responsabilidades de cada miembro de la pareja/familia , ocupando el espacio que les corresponde por su edad y experiencia
-Existe una comunicación abierta y directa, donde se manifiestan las pulsiones y los deseos sin inhibiciones pero con respeto y tolerancia,dentro de un ambiente de relajación y expansión y goce.
- Hay una dependencia funcional que permite la independencia de cada miembro ,que se articula en función de sus necesidades y que va cambiando con el tiempo ( no es lo mismo cuando se tienen 25 años a cuando se tienen 65, y el foco de atención es muy diferente cuando hay un bebe de 6 meses alcanza los 18 años)
-Se va creando un espacio de desarrollo sostenible donde se puede ir creciendo y madurando juntos, sabiendo vivir la realidad de la pareja, ejerciendo de núcleo vivo y activo de la familia. Sin olvidar que la familia existirá mientras exista la vida, pero que la pareja puede cambiar.
Este tipo de relación es muy difícil que pueda darse de forma permanente, debido a las características del sistema social y cultural en el que vivimos. Esto no significa que sea imposible mantener una relación de pareja estable. Pero para ello debemos partir del conocimiento y aceptación de nuestra realidad limitada (y en muchos casos patologizada) para desde ahí cambiarla. Evitando idealizar a las personas o al funcionamiento de los sistemas, lo cual siempre implica riesgos innecesarios.
Por ello, al mismo tiempo que desarrollamos nuestra función clínica, trabajamos en la prevención y desarrollo ecosistemas familiares donde los hijos, que son los que ocupan el primer lugar en la periferia del sistema familiar, tengan sus necesidades vitales suficientemente satisfechas para que el día de mañana, cuando articulen su propia pareja, tengan capacidades para establecer relaciones comprometida, responsables, libres, creativas , expansivas y amorosas .
Teniendo en cuenta ese objetivo voy a centrarme en el análisis de la relaciones de pareja que observamos en este sistema social occidental, con sus particularidades , potencialidades y sus límites.
8.2. DIAGNÓSTICO SISTEMICO-ESTRUCTURAL
Como ya hemos visto, la pareja , condicionada en su existencia por las presiones del sistema social, familiar y de las propias Estructuras de sus miembros es vulnerable y ,por tanto, tendente a vivir situaciones críticas. Una forma de hacerse fuerte, consiste en seguir modelos de comportamiento, y, en este sentido, cuanto más fuerte sea el modelo, más “fuerte” puede sentirse dicho sistema, en cuanto introyecta una “identidad social” y posiblemente unos beneficios indirectos. Y como consecuencia , si pasa a ser un sistema familiar, como ya mostrara W. Reich, se convertirá en una “célula de transmisión del sistema social,” (Reich, 1934).
La forma de relación que establecen, la amplían a la relación con los hijos sintiéndose seguros y apoyados en sus comportamientos y en sus formas educativas. Esto ha sido muy evidente en los sistemas sociales autoritarios y dictatoriales, donde claramente no han sido ecosistemas sociales, sino satélites siguiendo la órbita del sistema social dominante.
En los sistemas sociales occidentales actuales esos modelos no son tan claros ni manifiestos, lo que facilita el desarrollo de la diversidad pero con una tendencia a la confusión y a la vulnerabilidad porque la realidad estructural de sus miembros, en muchas ocasiones débiles, no se puede ocultar tras la impronta del modelo imperante.
En realidad los espacios donde se organiza la relación humana, entre ellos, la pareja y la familia, siendo ecosistemas, deberían tomar conciencia de la importancia que tiene su praxis cotidiana en el funcionamiento social, porque son una referencia y un modelo para los que dependen de ellos o están a su alrededor. De hecho si nuestro comportamiento cotidiano pudiera ser ecológico, es decir, empático, afectivo, estructurado, responsable, solidario, sostenible y basado en la “ética del amor” como suele decir mi colega B. de Paula, empezaríamos a realizar cambios en función de nuestra capacidad de modulación con los ritmos y necesidades naturales de nuestros hijos, alumnos, compañeros y de las nuestras propias. Pero ese contacto esencial, esa capacidad de modulación con los ritmos de lo Vivo la tenemos atrofiada y olvidada porque durante siglos los sistemas dominantes se han ocupado de sustituirla por valores basados en intereses individuales, el poder y las pulsiones secundarias. Eso es lo que realmente hace vulnerables a los sistemas humanos.
Por ello uno de nuestros objetivos es el de participar en la recuperación de la “memoria esencial”, de nuestro “contacto vegetativo”( Reich,1935), atrapado bajo los muros de nuestras fortalezas somatopsíquicas, de nuestra coraza caracterial. Para poder debilitar esa muralla... ”tráiganme todas las manos...” recitaban los cantantes del grupo Chileno “Quilapayún”. Es decir, establezcamos espacios de complicidad, de análisis y reconocimiento de las variables que organizan la realidad del sistemas para desde ahí , ver como cambiarla.
Considero que en el caso de la pareja las variables sistémicas que reflejarán el carácter social ( miedo, dominio, poder, perversión...) facilitando un patrón de organización , y por tanto una estructura , siendo, por tanto, los focos de atención de nuestra intervención , son los siguientes:
a) COMUNICACIÓN: abarca las particularidades y mecanismos que sus miembros utilizan para relacionarse entre sí a cualquier nivel
b) MANEJO DE LAS PULSIONES: con esto hago referencia a las formas que se emplean para gestionar y vehiculizar la agresividad, los anhelos, los temores, las inseguridades, etc.
c) SEXUALIDAD: Incluyo las distintas forma de canalizar y trasmitir los afectos, la influencia del género y de los roles sexuales, las fantasías veladas y las formas de seducir así como las dinámicas de goce tanto a nivel individual como entre los miembros de la pareja.
d) GESTIÓN DE LO COTIDIANO Y PROYECTO: El reparto de funciones, de tareas (la compra, la limpieza, los ingresos económicos, el mando de la TV...) de roles, así como las perspectivas futuras para realizar algo en común . Hemos de recordar que todo sistema vive el aquí y ahora en función del futuro a diferencia de la Estructura individual en la que lo concreto está condicionado por el pasado.
Tomando como referencia estas variables, siguiendo los criterios del DIDE, podemos realizar una evaluación, para poder planificar una intervención diferencial en función de las diferentes Estructuras sistémicas.
Teniendo siempre presente que es una forma de aproximarnos a la comprensión de este fenómeno humano y que , como en cualquier otro, no podremos generalizar. Hemos de aproximarnos a esta tipología, ejerciendo una epistemología de la pareja y teniendo por tanto muy presente la forma de percibir la relación afectiva, las necesidades cotidianas, los anhelos, y las expectativas .
Así pues, en base a las combinaciones que se van a producir al interrelacionarse la Estructura de cada uno de los miembros de un sistema de pareja, la propia Estructura de la pareja y las circunstancias externas podemos modular unas referencias epistemológicas que nos permitan una actuación clínica y preventiva más eficaz.
“Este es, por tanto, el punto de partida de la aplicación de la P.B.C. al terreno de la pareja en crisis, el diagnóstico diferencial estructural, en este caso, individual y del sistema. Lo que nos vas a permitir comprender la lógica de la crisis y la forma de actuar de ese sistema, factor muy importante a la hora de planificar un abordaje terapéutico, sea cual fuera el problema por el que aparecen en consulta, así como a comprender la forma específica de relación de la pareja.
Y desde ese punto de partida ir investigando y elaborando los cuatro aspectos que caracterizan a toda pareja: la comunicación, el manejo de las pulsiones en la cotidianidad, la sexualidad y los proyectos comunes.” (Serrano. 2003)
Estos aspectos se abordarán siempre dentro de un marco caracteroanalítico focal, a partir del cual se comprende mejor la forma de percibir y de actuar del otro, y lo que provoca la forma de actuar de uno mismo .Y donde se irán encontrando muchos paralelismos entre estas, las biografías individuales, y el tipo de relación que establecieron con sus propias familias históricas.
Teniendo en cuenta que el foco problemático que presenta la pareja en crisis suele ser diferente de la variable que va ligada al síntoma tomando formas diversas en función de la Estructura de pareja en la que se desarrolla dicha variable.Siguiendo con el ejemplo anterior ,el síntoma (las ausencias y las borracheras) tiene que ver con la variable que denominamos “gestión de los cotidiano” pero el foco problemático que ha desestabilizado a la pareja ha sido la forma de comunicación que mantiene determinada por su Estructura Fusional.
Veamos un ejemplo para entenderlo mejor.Muere la hermana de la mujer en una pareja heterosexual, lo cual vive con mucho dolor, tristeza y sufrimiento .Si su sistema de pareja es Fusional tendrá una repercusión muy grande en el otro miembro de la pareja ,que también lo vivirá con mucho dolor y tristeza,sin saber si es por la muerte de la cuñada o por el sufrimiento de su compañera.Se vive un “contagio” emocional. Si su sistema de pareja fuera Adaptativo , el hombre se vería afectado por el dolor de su compañera y se encontraría afectado unos días intentando animarla para que pase la situación cuanto antes. Mientras que si su sistema de pareja fuera el Disociado, el compañero no tendría ninguna reacción emocional, aunque actuaría de la forma más adecuada tal como indica el protocolo,asistiría con seriedad e incluso con tristeza al velatorio, al entierro, a la misa…
Desde nuestra práctica clínica observamos en la realidad social actual tres tipos de Estructuras en la pareja : la pareja Fusional, la Disociada y la Adaptativa.
8.2.1. PAREJA FUSIONAL
Utilizo este término para definir al sistema de pareja cuya relación se caracteriza por la necesidad visceral que tienen sus miembros de permanecer juntos estableciendo unos lazos de dependencia muy fuerte, buscando en gran medida compensar carencias y vacíos afectivos acontecidos en la historia infantil de uno o de sus dos miembros, en particular durante el período primitivo (neonatal).
De hecho suele observarse en sus miembros una mayor carencia amorosa respecto del objeto primitivo (madre o sustituta). En esta unión y convivencia las dos Estructuras individuales se van fagocitando de manera que se pierde la identidad individual, existiendo y permaneciendo solamente la del sistema. Hay una gran dependencia de una persona con la otra por la búsqueda de compensación afectiva.
En casos extremos todo lo que hace uno tiene que pasar por el beneplácito del otro y viceversa. La sensación de soledad es insoportable, no se toleran espacios vacíos, y la responsabilidad ante cualquier tema es compartida de tal forma que da la impresión de que son una sola persona.
Estas parejas pueden estar siempre juntos hasta la muerte de uno de sus miembros . No pudiendo soportar la pérdida porque el proceso simbiótico hace que prácticamente el alma sea compartida. Metafóricamente diríamos que es un sistema con dos cuerpos pero sólo un alma . Pero ,por la misma lógica, nos podemos encontrar con una reacción muy diferente,donde un miembro de la pareja de forma sorpresiva, sin avisar ,desaparece .Comportamiento que se refleja muy bien en ese dicho “se fue a por tabaco y no volvió.Al no tener arraigo ni identidad, la historia puede olvidarse con mucha facilidad si alguna circunstancia les secuestra su atención: un trabajo muy prometedor, otra persona...Es importante que tomemos conciencia de que esta conducta sólo pueden tenerla personas con una Estructura concreta , y que comportamientos antagónicos pueden responder a un principio funcional común, lo cual constituye uno de los principios teóricos del“funcionalismo Orgonómico” ( Reich,1949e,1952).
En este caso concreto ,más allá de la estructura del sistema, la persona que desaparece solo puede tener una Estructura Mimética-psicótica. Es incapaz de transmitir la realidad a la otra persona,y de esta forma no sufre ,porque rompe el vínculo con la misma facilidad con la que lo había establecido, y porque ha creado uno nuevo con otra persona o con una nueva situación vital.
Evidentemente,en función de la Estructura que tenga la persona que sufre ese abandono,el sufrimiento puede variar , pudiendo “in extremis” ser insoportable hasta el punto de provocar una reacción suicida .
Pero esta reacción de fuga es poco habitual, siendo lo más frecuente la dinámica permanente de dependencia-vincular. Suelen llegar a consulta en situaciones de duelo o en crisis generalmente causada por factores externos, por los satélites que forman el sistema familiar, como puede ser algún problema de los hijos ,crisis laborales muy fuertes,etc.
De hecho tienen más conflictos de familia que de pareja, porque al existir un núcleo tan simbiótico les cuesta ver sus propios conflictos, cuando existen, situando en un segundo plano todo lo que hay a su alrededor incluyendo los hijos con los que no crea un vínculo al establecerlo, y no tienen energía o disposición para romper esta dinámica.
Veamos como articulan las variables relacionales:
Comunicación: Se caracterizará por una comunicación emocional basada en interpretaciones, más que en referencias cognitivas. Son frecuentes los chantajes afectivos expresados de forma analógica con un código de comunicación fundamentado en el imaginario que nunca se desvela.
Por ejemplo, dentro de una relación Fusional uno de los miembros de la pareja periódicamente se va de casa y se emborracha, pero el otro miembro de la pareja no lo comenta, no dice nada, no pregunta, y eso se convierte en una tendencia estableciéndose uno códigos de comunicación incluso con los hijos “no molestes a tu padre que está mal”.
Se llega a asumir que eso es así, uno no explica por qué se ha emborrachado y el otro no lo cuestiona y se intenta mantener la estabilidad de ese comportamiento. Si un día el borracho no viene a casa se produce la desestabilización porque lo que se hacía ya no se hace, se ha roto la rutina, el ritual y se empieza a vivir el desamor “ya no me quieres” y es entonces cuando se le cuestiona el comportamiento y el otro se defiende porque no está acostumbrado a que se le pregunte.
Por otro lado pueden darse en las parejas Fusionales una tendencia a las contradicciones en los mensajes, por ejemplo, uno se queja de que el otro no muestra que le quiere pero cuando éste se acerca se le rechaza. Como no hay comunicación no se dice cómo quiere que le quieran. Este doble mensaje bloquea al otro que empieza a moverse en el mundo del imaginario.
Pulsiones: Se manejan de forma comedida y aunque se den las exaltaciones puntuales, por lo general se evitan.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Se organizan los proyectos de forma compartida, se dan elementos de apoyo que marca la dependencia.
Sexualidad: La sexualidad es importante para este tipo de parejas pero desde la vivencia afectiva (búsqueda del contacto, del piel a piel, la proximidad). En términos técnicos diríamos que la sexualidad está condicionada por sus demandas orales, siendo más importante el contacto epidérmico que el genital.
8.2.2. PAREJA DISOCIADA
Es un sistema basado en una relación disociada puesto que cada uno lleva una dinámica particular, bien con los hijos, bien con actividades sociales diversas.
Suelen ser parejas con ciclos maníaco-depresivos muy marcados, compuestas por personas que están constantemente refugiándose en la hiperactividad (laboral, sexual...) para no parar, para no encontrarse con ellos mismos, con su núcleo depresivo o su vacío, y por tanto con el vacío que sienten en la relación de pareja. Están permanentemente en una huida hacia delante impidiéndose la posibilidad del encuentro .
Es la pareja que cohabita pero en la que no hay contacto ,complicidad ni enamoramiento. Cada uno lleva vidas paralelas conviviendo dentro del sistema con conflictos en todas las áreas que intentan ocultar, porque tienen mucho empeño en dar la imagen de que todo va bien.
Entrar en contacto con su disociación les llevaría a la crisis inmediata, por lo que intentan mantener el sistema familiar a toda costa apoyándose en él y convirtiéndolo en un objetivo de logro: la educación de los hijos, los objetivos sociales y económicos, el bienestar, etc. Para cubrir las necesidades del sistema y al tiempo las de sus Estructuras individuales, mantienen esas dobles vidas. Siendo proclives a establecer lazos de “amante” con otras personas, con quien se distraen y establecen proyectos puntuales.
De esta forma se convive sin que desarrollen un núcleo, creándose pequeños subsistemas dentro del sistema familiar, con preferencias y alianzas entre alguno de los padres con alguno de los hijos.
Comunicación: Se basará en la verbalización cortical, gran uso del imaginario. Comunicación fría, vacía, desde lo cognitivo.
Pulsiones: Las pulsiones estarán muy veladas y si salen a la luz se racionalizan. Suelen surgir problemas cuando llegan los hijos porque se les desplazaran los conflictos. En estas parejas nucleares son frecuentes las alianzas de uno de los progenitores con los hijos. Esas complicidades dividirán más a la estructura, la disocian y cuando acontecen las separaciones se vivirá a los hijos como una posesión más que se quiere tener, llegándose a procesos de guarda y custodia muy complicados.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Estructura con un patrón de organización muy práctico y funcional porque intentan funcionar a nivel social y se pretende alcanzar una buena economía del sistema a todos los niveles, no solo el económico (“ahora toca comprar la casa, ahora toca tener el segundo hijo”). Todo está planificado, por pasos y este funcionamiento depende de la imagen y las dinámicas externas más que de las necesidades personales porque no entran a contactar con ellas.
Sexualidad: En ocasiones no saben ni que existe la sexualidad, la ejercen a veces bajo el efecto de la ingesta de drogas. La espontaneidad en la sexualidad es desconocida para este tipo de Estructuras de pareja. Generalmente se da una falta de deseo sexual.
Los roles de género en esta pareja se van a vivir muy vinculados a la imagen, recordemos que se trata de un tipo de Estructura de pareja que vive muy pendiente de la imagen que proyecta.
8.2.3. PAREJA ADAPTATIVA
La defino así porque su relación suele ser el resultado de la síntesis entre el principio del placer y el de realidad, entre la razón y los afectos y pulsiones. Se sienten unidos pero sin perder la identidad individual, teniendo en cuenta las necesidades propias y las del sistema. Su principio es el de la adaptación a las situaciones cotidianas, siendo una de ellas la separación, la cual abordan como una situación extrema pero posible. Teniendo en cuenta que todo esto se vivirá bajo las influencias de los rasgos de carácter propios de sus miembros.
Compuesta por personas que están condicionadas por la dependencia edípica y menos por la primitiva. Esto significa que el miembro predominante de la pareja o ambos han vivido su asentamiento caracterial en el momento de acceder a la realidad triangular familiar desarrollándose una fuerte competitividad. O bien con el padre para conseguir a la madre o viceversa, produciéndose una auténtica problemática con la autoridad condicionada por el miedo a la castración .
Estas parejas son más conscientes de las crisis, porque tienen una identidad individual y conciencia de sí mismos, pero también desean una identidad de pareja. Sienten necesidad de compartir la vida cotidiana, eligen desde el enamoramiento y la pasión. Lo cual se va transformando generalmente en desamor y una aburrida rutina. Como son las que más entran en contacto con el conflicto, también entran más en crisis, y son también las que más demandan la terapia.
Comunicación: Van a reproducir las dinámicas familiares que han vivido, con un predominio de lo edípico y de los elementos narcisistas y fálicos, con todo esto no es extraño que exista conflicto permanentemente. La insatisfacción se presenta de forma manifiesta rodeando al sistema, no se trata de un insatisfacción velada como en la Estructura Disociada, ni está compensada por el elemento nutritivo como en la Estructura Fusional.
El problema fundamental de comunicación es la falta de escucha y la manipulación del discurso, se da una instrumentalización de la información usando las trampas y las ambigüedades. Escuchar supondría entrar en contacto y en esta Estructura sabemos que se da una dificultad de contacto.
Estamos ante una Estructura de pareja muy reactiva, los problemas sociales y laborales se descargan con la pareja y según los rasgos caracteriales de las Estructuras individuales de los miembros de la pareja los matices del conflicto serán el histrionismo o la compulsividad.
Se van a dar con frecuencia los dobles mensajes digitales, por ejemplo, él se queja de que ella nunca hace la cena y el día que la hace él dice “qué asco, esto está horrible”.
Pulsiones: La rabia, los temores, la tristeza, la insatisfacción se muestran de forma muy irracional lo que supone un desgaste importante pudiéndose llegar a dar fugas o mecanismos en los que se instrumentalizan elementos externos para paliar el nivel de tensión, la separación se vive como fracaso porque es una herida narcisista por ello la evitan y porque se suele estar enganchado a una dinámica sado-masoquista. Las pulsiones no se contienen, están a flor de piel, lo que les lleva al conflicto constante. A los hijos les salpica todo esto.
Estas parejas también presentan cierta tendencia a la dispersión con otras parejas, con otros grupos.
Proyectos y gestión de lo cotidiano: Es recurrente discutir por los roles y el reparto de tareas. Lo doméstico también se instrumentaliza mucho.
Sexualidad: Va y viene, pueden pasar de la tranquilidad absoluta a mucho movimiento. También se instrumentaliza esta variable para agradar, para fastidiar… Es frecuente en estas parejas que vivan la venganza a través de la sexualidad.
8.3. CONFLICTOS Y RIESGOS EN BASE A LAS ESTRUCTURAS DE PAREJA
8.3.1. EN LA PAREJA FUSIONAL
Junto a la aparente ventaja que tiene la situación simbiótica fagocitante, donde el uno lo es todo para el otro y hay una sensación de gran contacto y comunicación, el gran riesgo es que esa simbiosis esté basada en el dominio. Es la relación de tipo sadomasoquista que se da en algunas parejas en las que se llegan a producir los malos tratos, la violencia doméstica, la sensación de completa nulidad de uno de los dos miembros. La relación amorosa se convierte en una relación de poder donde, sobretodo la mujer, vive un alto nivel de sufrimiento, soledad y dependencia, sometida por el hombre. Sin embargo constantemente lo justifica y mantiene la estabilidad de esa situación. Es decir, se hace cómplice porque es mayor la necesidad que tiene de su contacto y de la permanencia con él, que todo el daño que sufre. Oculta la realidad porque ha perdido o le han secuestrado el alma.
Generalmente uno de los dos, que suele ser el hombre, niega que haya un conflicto y piensa que todo se debe al estrés, al trabajo, o a la presión. Además tiene el arte de convencer, de calmar automáticamente la ansiedad y apaciguar la sensación de cuestionamiento que experimenta la mujer. Por eso es tan difícil que ella salga de ese secuestro, porque se crea el síndrome de Estocolmo, es decir, participa, avala y defiende al secuestrador, se hace cómplice de él porque ha creado una situación simbiótica, ha perdido su identidad y la ha transformado en identidad de la pareja. No es nada si no está con él, no hay nadie más en el mundo que él. Eso significa que ha habido un proceso de alteración perceptiva, cognitiva, emocional e individual previo pero que curiosamente se produce a partir de la creación del sistema de pareja. Algo les ocurre a esas personas que dentro del sistema de pareja, “enloquecen” y entran en la sensación de ceguera y dependencia mutua completa.
Recordemos que en la pareja se reproducen roles, dinámicas pulsionales, de comunicación, que están condicionadas por el sistema familiar vivido con antelación, incluso, no ya sólo por el sistema familiar, sino por algo más irracional, inconsciente y arcaico, que son los condicionantes vinculados al primer sistema de pareja: la díada con la madre, pareja funcional simbiótica muy fuerte. Lo acontecido con esta relación influye en la forma de sentir después a las parejas posteriores; de hecho, podemos partir de la base de que precisamente las parejas simbióticas no perciben al otro o la otra como alguien real, sino que viven la imagen idealizada de la madre.
A quien buscan, con quien quieren estar, con quien sienten que están, con quien viven la compensación cotidiana de aquello que no han tenido, es con esa madre, y experimentan el anhelo, la nostalgia de ese pecho perdido, de ese contacto no tenido, de ese calor, de esa sensación de afecto, de fusión, de piel. A partir de ahí, la persona que refleja la imagen de esa figura automáticamente es secuestrada por ese atrapamiento reproduciéndose la díada madre-bebé dentro de la pareja. Es una reacción inconsciente, que rebasa nuestra conciencia.
8.3.2. EN LA PAREJA DISOCIADA
La relación de convivencia se convierte en una relación de intercambio de intereses, se rutiniza la vida, los años van pasando alrededor de alguien a quien no se deja por intereses vinculados a ideología, economía, pulsiones. A veces son pactos verbalizados, no necesariamente es una dinámica hipócrita o cínica. Hay pulsiones muy particulares que les mantienen pero donde no hay contacto, comunicación ni proyecto; hay soledad, rutina, monotonía y vacío compartido que es lo que caracteriza a este tipo de pareja. Otro riesgo es que va creando existencialmente una sensación de descenso fuerte de autoestima y va corroyendo la identidad individual; aparte de eso, pasan los años y esos intereses que estaban manteniendo la dinámica del sistema empiezan a no ser tan palpables ni tan necesarios, o empiezan a ser más necesarios otros porque la edad también modifica la percepción y va creando cambios existenciales, por lo que las necesidades van cambiando.
Llegan a la consulta con la sensación de no saber qué pasa, no estar a gusto, pelear mucho, no estar juntos, discursos que constantemente estamos escuchando. Sin embargo, cuando entran en contacto con la realidad del tiempo se dan cuenta de que el conflicto viene de veinte o quince años atrás y que ya no tienen las posibilidades que hubieran tenido de crear un nuevo sistema. El pánico consigue que vuelvan a cerrarse y a seguir su vida intentando que no pase nada, es decir, no solo no quieren plantearse el cambio, sino que ni siquiera aceptan que se les nombre el fantasma de la separación. Para no enfrentarse a ese miedo no cambian el estado de cosas, porque eso significaría mirar al otro, la realidad de la pareja y del sistema, y si lo miran muy de cerca puede pasar que esa realidad sea irreversible, porque con esa vivencia rutinaria y vacía, repetida durante años llega a perderse (si lo hubo alguna vez) el elemento inicial que vincula a dos personas, que es el impulso amoroso. Con lo cual el supuesto enamoramiento pasa a ser otra fantasía, pues ha desaparecido completamente.Máxime ,cuando por el camino, han podido existir encuentros con otras personas donde fugazmente se han sentido enamorados. .
A pesar de todo, los miembros de estas parejas permanecen, y cada vez es más difícil plantearse la crisis y el contacto con la realidad. Para mantener esa situación de vacío, de convivencia en la rutinización, es necesario que las Estructuras individuales tiendan a la evitación del contacto con la realidad, pues si no fuera así, sería imposible mantener esta situación. Su foco de atención se centra en actividades sociales olvidando sus necesidades internas, vitales y emocionales. Esto se contagia , y lo que en principio pudo ser el funcionamiento de uno de sus miembros pasa a ser el de pareja. Con el tiempo esa dinámica va organizando un sistema muy rígido donde la crisis es cada vez mayor y más complicado asumirla.
8.3.3. EN LA PAREJA ADAPTATIVA
Son parejas que basan su relación en la atracción y el enamoramiento, pero cuya convivencia está dominada por los conflictos. En mayor o menor medida están presentes todos los elementos que dan identidad a un sistema de pareja : un cierto nivel de comunicación , capacidad para manifestar sus pulsiones, atracción mútua y deseo sexual así como una coincidencia en los proyectos .Pero con el tiempo los rasgos de carácter de cada miembro de la pareja se van manifestando de forma más neurótica y los conflictos va enturbiando la relación y mermando la fuerza de los elementos antes manifiestos.Se permanece en el conflicto, se acostumbran a ello y van perdiendo la perspectiva lúdica y placentera que predominaba al principio de la relación.
De esta forma el sistema se convierte en un “espacio basura”,donde ,bajo esa aparente “permisividad” conflictiva,sus miembros, en mayor o menor medida, descargan las tensiones y las frustaciones que viven en otros espacios sociales donde esa “permisividad” no existe,como el trabajo o la familia histórica.Siendo un disparador que arrastra también otras frustaciones personales, sexuales, económicas,etc y que se manifiestan a través de la irritabilidad, la susceptibilidad, la inhibición del deseo o el mutismo.Como vemos ,todos ellos, mecanismos típicamente neuróticos.
La trampa es evidente.Se va destruyendo día a día aquello que más se quiere y que puede ser la fuente de nuestra vitalidad y de nuesta alegría:el espacio de pareja y, cuando existen los hijos, de familia. Lo que ocurre es que inconscientemente, se está reproduciendo la dinámica neurótica que se ha vivido en la infancia dentro de el espacio familiar histórico, a través de las manifestaciones conductuales caracteriales.
Por otra parte, las parejas con esta estructura tienen un pronóstico clínico más favorable que el resto. El problema es que generalmente piensan que pueden resolver este tipo de problemas sin ayuda, y se va agravando la situación al no acudir a la consulta en las primeras crisis.
La canalización de pulsiones y frustraciones de lo cotidiano se suma al estrés consecuencia del elemento inconsciente histórico, que se descarga sobre la persona con la que se vive . La pareja pasa a ser el lugar donde se reproducen muchos de los aspectos de los roles históricos, familiares, y como consecuencia de esto, pasan cosas que no entendemos si no es desde la lógica del inconsciente,caracterológica, que sólo podemos entender en un espacio terapéutico, donde se maneje esa dinámica y se enseñe a traducir ese lenguaje. Lo cual permite que se se empiecen a conocer más el uno al otro, tanto en lo cotidiano, como en aquellos aspectos que ni siquiera ellos mismos eran conscientes, pero que al otro no le son del todo ajenos, porque, sabemos que es mucho más fácil ver la conducta y el conflicto del otro que verse a uno mismo. Precisamente el espacio terapéutico ejerce ,entre otras, esa función de espejo, donde pueden ver aquellas dinámicas que bloquean el camino y paralizan la relación.
En algunos casos, aún cuando se haya perdido el deseo, puede seguir habiendo bienestar, comunicación, complicidad, desarrollo y crecimiento común, y es ahí cuando se plantea si ese deseo perdido se debe a algún aspecto que no se controla. De hecho, muchas veces la pareja recupera el deseo perdido, porque puede tener que ver con un problema de comunicación o de inhibición de pulsiones y que repercute en la relación sexual directa o indirectamente.
La separación es el último recurso, aunque afortunadamente tenemos siempre la posibilidad de “morir”. Antes de eso es importante aprender a permanecer mientras sea funcional, no por masoquismo sino porque comprender la crisis, aprender de ella y neutralizar las causas que la han puesto en marcha lleva su tiempo, y es un tiempo de la pareja, no de uno de sus miembros, aunque pueda tener más responsabilidad alguno de ellos en un momento dado.Es cierto que, en última instancia, puede ocurrir que esos conflictos que se ven más claros en el espacio terapéutico sean irresolubles, porque realmente se haya creado ya tal distancia entre ambos o tal grado de insatisfacción que el sistema deja de ser funcional y beneficioso para sus miembros. Es algo que las parejas con esta estructura,con los medios adecuados, pueden asumir y vivir como una experiencia conjunta y de cambio ,sin destructividad ni agravios.Lo cual es muy beneficioso tanto para ellos como para los hijos en caso de que existan. con todas las consecuencias que pueda tener para los hijos y las hijas.
Por ello ,también en estos casos, la asistencia clinica es también un espacio de prevención y de cuidado de todos los miembros del sistema.
8.4 ENCUADRE Y TIPOS DE INTERVENCION CLINICO-PREVENTIVA
Dentro de las problemáticas que surgen en el sistema familiar o de pareja podemos realizar tres abordajes:
a.- Asistencia preventiva: Se trata de abordar y neutralizar los problemas que surgen en un sistema familiar o de pareja con el objetivo de que no se creen conflictos más profundos.
b.- Atención en crisis: Se trata de atender a las personas que forman parte del sistema y acuden porque están en crisis (violencia doméstica, intentos de suicidio…) debido a comportamientos que suceden en la pareja.
c.-Mediación : Desde hace unos años se está introduciendo la figura del “mediador” que intervienen ante la decisión de separación o divorcio . Suelen ser personas que tienen conocimientos jurídicos ,psicológicos y pedagógicos o equipos que aglutinan estas funciones , y que ,a partir de un contrato escrito,y utilizando el diálogo y estategias no-violentas ,intentan que los implicados tomen los acuerdos más apropiados y beneficiosos para todos.Es una medida de intervención social “ecosistémica que se diferencia de la terapia familia en que es es esencialmente interdisciplinario ,careciendo de objetivos terapéuticos. ”(Parkinson, L,2005) .Actualmente, en el Estado Español hay unos acuerdos reguladores entre centros de mediación y comunidades autónomas .Dentro de nuestros equipos clínicos hay centros que trabajan con mediación,siendo en muchos casos un paso previo, y a veces paralelo, a una atención psicoterapéutica
c.- Asistencia clínica: Generalmente una de las dos personas toma conciencia de la situación de riesgo que está viviendo el sistema y convence al otro para buscar ayuda terapéutica .Si después de la evaluación del sistema se ve necesaria empezar unapsicoterapia de pareja, se marcará el encuadre y el proyecto terapéutico, commenzando la “psicoterapia de pareja breve caracteroanalítica” .El objetivo es aprovechar la crisis para comprender las causas que la provocan ,tomando más conciencia de la realidad y poder gestionarla mejor.Indirectamente se está haciendo un trabajo preventivo, también se están pueden tomar acuerdos como se pretende en la mediación, pero el encuadre es clínico y el enfoque psicoterapéutico, esto implica que el objetivo está en investigar los hechos( en este caso la relación de pareja) aprender de ellos y aplicar esas enseñanzas,teniendo siempre presente la correlación entre lo personal y lo social que constituyen el sistema de pareja.
Por eso, en algunos casos puede ser interesante llevar a la par una mediación y unapsicoterapia de pareja,lo cual se puede decidir en la evaluación previa.
En algunas ocasiones la necesidad de comenzar la “psicoterapia de pareja breve caracteroanalítica” (Serrano, 2004, c) puede surgir durante el tratamiento individual de uno de los miembros. En cuyo caso, el abordaje de la pareja lo llevará a cabo otro especialista para facilitar la objetividad al desarrollarse el proceso en un espacio nuevo para todos los participantes. Pero también puede producirse ante la demanda directa de una pareja donde ninguno de sus miembros esté realizando una psicoterapia.
El tratamiento es de una duración similar o incluso menor al de una P.B.C. individual. Esto es, de 8 a 20 sesiones de una hora de duración y con una frecuencia preferiblemente semanal. Considero que realizar tratamientos de pareja con una duración mayor (conozco colegas que pueden estar más de un año con sesiones semanales) ocasiona una dependencia excesiva del terapeuta que va en detrimento del sistema de pareja al menoscabar su capacidad para afrontar decisiones responsablemente y su autonomía como sistema propio, con la consiguiente yatrogenización clínica. Si la pareja no resuelve una crisis en ese lapso de tiempo es porque las particularidades estructurales de alguno de sus miembros, o de ambos, lo impiden, siendo necesario el abordaje individual dentro de un encuadre de psicoterapia breve o profunda.
Hay varios tipos de tratamiento en función de la realidad que presenta el sistema y de los objetivos clínicos:
Tratamiento de cada miembro de la pareja: Cada miembro de la pareja ve a un terapeuta distinto ,si bien los terapeutas mantienen intercambios de lo que ocurre en los espacios individuales .P.Martin la denominó “técnica esteroscópica”(Martin,1976).
Considero que en la actualidad, este encuadre sigue siendo recomendable en conflictos donde la agresividad es muy alta y hay una fuerte dificultad de comunicación que ha ocasionado un deterioro personal suficiente,que si no se afornta no es posible abordar sesiones de pareja. Tras una primera sesión de evaluación de la pareja se aconseja que cada uno tenga un espacio donde poder ordenar sus conflictos, para después volver al espacio de pareja. Lo cual debe acontecer después de ese tiempo de terapia individual.En mi experiencia este encuadre se puede aconsejar no solo en la entrevista de diagnóstico sino en la primera fase del tratamiento porque dichas dificultades se manifiesten en sesiones posteriores, pero siempre se debe de detectar al principio del tratamiento.
”Foursome” o tratamiento a cuatro “consiste en que la pareja en conflicto es tratada por una pareja de terapeutas”(A.Bobé y C.Testor,1994). Algunos modelos señalan la conveniencia de que esos terapeutas sean pareja realmente, otros, en cambio, no están para nada de acuerdo con esto. Este encuadre foursome,lo considero útil para abordar conflictos sexuales y conflictos de violencia doméstica donde es importante poder cubrir las necesidades de identificación de género. La mujer necesita una mujer para sentirse escuchada y el hombre necesita un hombre, pero lo hacemos todos juntos. Históricamente (terapia sexual americana de los años 70) este tipo de encuadre lo utilizaban lo utilizaban los sexólogo en el tratamiendo de los trastornos sexuales ya que partían de la base de que un terapeuta masculino escuchando la sexualidad de una mujer facilitaba poco la empatía, que aumentaba cuando la terapeuta era mujer. Este encuadre se ha aplicado con posterioridad a la violencia doméstica, así creamos una mediación bajo el standard de la identificación de géneros.
Tratamiento individual y tratamiento de la pareja: Los dos pacientes hacen terapia individual focal con terapeutas individuales, distintos y paralelamente hacen terapia de pareja con un terapeuta de parejas. Los terapeutas serán los convenientes a ese tipo de conflicto, generalmente el que terapeuta y paciente sean del mismo sexo es importante al interior de la identificación y de las características de un proceso focal. El sexo del terapeuta de pareja es indistinto, en principio.
Este modelo sería el que recoge, en su encuadre, las respuestas individuales ante las crisis que se dan a partir de un conflicto de pareja.
Cada paciente tendrá una sesión semanal o cada 10 días de terapia individual y una sesión quincenal de terapia de pareja. Los dos pacientes han de saber y consentir que el secreto profesional se abrirá a tres terapeutas. Podemos variar esta modalidad cuando uno de los miembros de la pareja hace terapia individual y el otro no. La funcionalidad de esta actuación vendría dada porque la crisis de pareja se ha producido por un conflicto serio de uno de los miembros de la pareja debido a que se han disparado aspectos del propio sujeto, que corresponden a su Estructura y que necesitan ser abordados en un espacio individual para contenerlos y se tome conciencia de cómo están afectando a la relación de pareja.
También en estos casos la colaboración ha de ser grande entre los terapeutas ya que los planteamientos han de ser globales , los objetivos generales y el tiempo ha de estar coordinado, de manera que las sesiones individuales acaben antes que el tratamiento de pareja.
Modelo clásico de psicoterapia de pareja: También llamada por Jackson “terapia conjunta”( ver Martin, 1976) donde un terapeuta atiende a la pareja. “Es un método operativo,basado en el postulado de que las relaciones interpersonales involucran dos niveles de comunicación que a su vez permiten la existencia de relaciones de doble vínculo”(Martin, 1976)
8.5. MEDIDAS CLINICAS DE INTERVENCION
Durante las sesiones se irán analizando situaciones cotidianas repartidas en los cuatro aspectos antes descritos:
a.- COMUNICACIÓN ,donde debemos tener presentes las aportaciones del modelo sistémico, en concreto las aportaciones de Haley ( ver Martin,1976) al aplicar “las inferencias de la teoría del doble vínculo,al demostrar de qué modo la comunicación puede funcionar como una información y una orden al mismo tiempo.En cuanto orden ,cada comunicación redefine la naturaleza de la relación que mantenemos con la otra persona.De ahí que el centro de atención sea el tipo de relación que establecen insistiendo en que “ el paciente es la pareja y no los miembros que la integran “ ( Martin, 1976).Y también las aportaciones de Reich y de otros autores psicocorporales como S.Keleman(1978) que nos facilitan la comprensión de aquellas manifestaciones analógicas que se transmiten a través de los gestos , tono de voz, y otras reacciones corporales espontáneas que tienen los miembros de la pareja durante las sesiones y que es importante desvelar.Siendo también muy válidas algunas técnicas de la terapia gestalt como la “silla caliente” ( ver Peñarrubia, 1998)
b.- MANEJO DE LAS PULSIONES ,teniendo en cuenta las aportaciones de algunos autores psicoanalíticos, en particular las de Kernberg(1995) y las propias de la Vegetoterapia y la PBC.
c.- SEXUALIDAD ,teniendo presente las aportaciones de la sexología clínica y las deW.Reich( 1927,1949) quien a diferencia de otros autores identifica la libido como manifestación del instinto sexual y no de la pulsión sexual, en cuanto que la sexualidad para Reich es un instinto regulado a través de la función del orgasmo, que las restricciones de este sistema social han convertido en pulsiones parciales condicionadas por las fijaciones libidinales en las distintas etapas sexuales y ,por tanto , incapaces de satisfacer plenamente.Esta diferencia será fundamental en el abordaje de la terapia de pareaja, en particular cuando la sintomatología presentada esté más vinculada a las disfunciones sexuales ( ver Serrano 1989 a,2004,c)
d.- GESTIÓN DE LO COTIDIANO Y PROYECTOS COMUNES,donde tendremos en cuenta algunas estrategias facilitadas por el modelo constructivista y el cognitivo conductual, así como la logoterapia y la gestalt
Teniendo en cuenta las aportaciones descritas, en nuestra forma de abordar la terapia de pareja seguimos las referencias de la intervención clínica individual con la PBC, teniendo en cuenta que al ser aplicadas a un sistema sufren variaciones manifiestas pero dentro de un encuadre similar. Por ejemplo, el tiempo de la sesión que el paciente está en el diván, lo utilizamos para que la pareja realice una serie de técnicas (no sólo cognitivas, sino también psicocorporales, psicodramáticas, etc.) entre ellos mismos, siendo observados por el terapeuta. A través de las cuales emerge el factor real de la crisis, más allá de los motivos o síntomas que manifiestan como demanda clínica. Al mismo tiempo se dinamizan aspectos de la relación que se pueden luego aplicar a la vida cotidiana. Esas técnicas provienen de las mismas fuentes que las utilizadas en el abordaje individual o en el trabajo de grupo.
8.5.1. RELACIÓN TERAPÉUTICA.
Una vez realizada la evaluación de la pareja y el encuadre (foursome, terapia de pareja, tratamiento individual…) iniciaremos el tratamiento.
Lo primero que hemos de tener en cuenta es que las referencias deontologicas son las mismas que las utilizadas en la psicoterapia individual, porque la pareja constituye un paciente.
Como en el resto de los abordajes psicoterapéuticos la empatía entre terapeuta y paciente ( en este caso la pareja) es fundamental y necesaria para establecer una relación específica y funcional, pero en este caso “en el transcurso del tratamiento puede producirse una “folie à deux “transitoria, placentera para ambos ( el terapeuta y uno de los dos miembros de la pareja).Esta gran vulnerabilidad de la empatía frente a la distorsión nos obliga a controlarla cuidadosamente.Además es preciso establecer una clara distinción entre la empatía y la contratransferencia”(Martin,1976)
Esto supone caer en complicidad con uno de los miembros de la pareja que implica una colusión que puede bloquear el proceso terapéutico. Lo cual puede ocurrir porque el terapeuta se identifique inconscientemente con uno de los dos pacientes,o porque “ el conflicto que se está abordando repercuta sobre el terapeuta porque aludan inevitablemente a su propia problemática matrimonial y familiar”(Bobé A y Testor,C,1994) perdiendo la objetividad y neutralidad necesaria para que el tratamiento sea eficaz. La prevención de este aspecto pasa por tener muy en cuenta la contratransferencia,y mantener sesiones personales ,supervisiones y/o reuniones clínicas,para palíar posibles puntos ciegos.
Debemos asumir que ,sea cual fuera el conflicto,el paciente es el sistema, no es uno de los miembros de la pareja.Por ello nuestra foco de atención debe de ser en todo momento el sistema, dentro del cual están sus miembros con sus particularidades y con su propia historia que tenemos también que mirar para comprender mejor lo que le ocurre al sistema.
En este proceso es cuando podemos ver la necesidad de aconsejar terapia individual a uno o a los dos miembros de la pareja , y donde el foco de atención será distinto.
Otro peligro estriba en que el psicoterapeuta se deje condicionar por perjuicios sociales adoptando una posición más cercana a la del juez que a a a la de psicoterapeuta . En el fondo las personas quieren ser juzgadas y constantemente te llevan a que te posiciones y dictes sentencia. Nuestra actuación debe ir encaminada a devolverles el cuestionamiento a ellos, por ejemplo:
Paciente (dirigiéndose al terapeuta): ¿a que ella actuó mal?
Terapeuta (dirigiéndose a los dos): ¿qué os parece esa pregunta?
De esta forma favorecemos “ alianza de trabajo” que debe reforzarse permanentemente por nuestra propia postura. Acompañamos a la pareja en su proceso facilitando la toma de conciencia de los hechos pero la responsabilidad en la toma de decisiones es de la pareja,evitando que el terapeuta sea el foco de atención.En este sentido nuestra postura es similar a la que adoptamos en la terapia de grupo donde los cuestionamientos se devuelven al grupo para que tengan mayor presencia en el proceso.
8.5.2. FOCO Y FASES DEL PROCESO DE TERAPIA DE PAREJA
La psicoterapia de pareja caracteroanalítica es un abordaje clínico breve por lo que hemos de tener en cuenta el FOCO como aspecto principal y eje de tratamiento para evitar la dispersión y el alargamiento del proceso. El factor tiempo se torna importante en el tratamiento de parejas porque nosotros intervenimos en un espacio de un sistema de pareja introduciendo nuestro propio espacio clínico,donde estamos invitados temporalmente ,es por ello que debemos ser muy respetuosos. No tiene sentido, siguiendo esta lógica, tener a una pareja uno o dos años en terapia.
El foco estará en función de la crisis con la que llega la pareja, que está reflejando un exacerbamiento de un aspecto de su relación, lo que implica siempre una alteración del equilibrio caracterial del sistema, teniendo en cuenta que junto al carácter individual existen actitudes caracteriales sociales que no siempre coinciden con éstas.Así observaremos como el sistema exacerba actitudes o bien, sadomasoquistas(violentas, victimistas, despreciativas), compulsivas( obsesivas,ritualísticas,rigidas), histriónicas ( dispersión y dramatismo) o fálicas ( fríaldad, distancia y competitividad), siendo ese nuestro Foco de actuación principal.
Nuestra intervención clínica consistirá en :
Evaluación y DIDE,
Fase inicial,
Fase intermedia y
Fase final.
Evaluación y DIDE (sesiones 0-2ª). Escucha, recogida de información, acogida de los pacientes en la crisis, planteamiento del encuadre. Recordemos que el proceso clínico consiste en realizar 3-4 sesiones al mes. La duración media de un trabajo de psicoterapia de pareja es de unos 6 meses (lo que supone de 18 a 24 sesiones).
Fase inicial (sesiones 3ª-6ª). Esta fase es siempre posterior a la evaluación. Aparecerán aspectos de la historia de la pareja, se hablaran de los referentes familiares de cada uno, siempre vinculándolo a lo que estén diciendo en ese momento.
Facilitaremos la descarga de elementos de tensión, para que haya mayor receptividad y serenidad para la posterior escucha y progreso del proceso. Las descargas iniciales permiten la escucha y la calma posterior.
También realizaremos una investigación del sistema observado la historia de cada uno, cómo la cuenta, las respuestas del otro, el feedback que hay, este trabajo es una continuación del trabajo de evaluación inicial.
A partir de ahí utilizaremos los señalamientos para que los pacientes investiguen sobre su propio sistema y reflexionen con una cierta estrategia o foco de atención. Seleccionamos los señalamientos que estén vinculados al foco.
Por último se pondrán en evidencia los objetivos del proceso, los cuales en una entrevista inicial no se pueden contemplar porque la pareja al venir en plena crisis tiene un planteamiento que después de 3 ó 4 sesiones puede cambiar, por ello no tiene sentido crear un contrato en la segunda sesión de evaluación. Lo que sí haremos será hablarles del encuadre, tiempo, precio, con quién van a trabajar… Los objetivos serán consensuados después de que se ha dado una atmósfera para la receptividad y se ha tomado conciencia de la historia del sistema.
Posteriormente plantearemos a la pareja una serie de tareas entre sesión y sesión con el fin de reforzar la posición activa de reflexión e investigación que tienen que ir adoptando y para facilitar el insight.
Por ejemplo, se les pide que escriban sus fantasías sexuales. Será siempre tan importante lo que traigan como la forma en la que se ha producido la tarea (si uno ha fisgoneado en los papeles del otro, si el otro no ha traído nada escrito…) lo cual nos irá mostrando sus rasgos caracteriales ya que cada uno actuará de una forma diferente.
La función de aprendizaje y modificación de conducta que conlleva la indicación de realizar la tarea queda relegada a un segundo plano, siendo lo importante que tomen conciencia de las conductas adoptadas utilizándolas como elementos sobre los que utilizar la libre asociación y el análsisis del carácter.
Fase intermedia (sesiones 7ª-12ª). Esta fase se alarga en el tiempo más que las anteriores. Nos dedicaremos a la elaboración de conflictos y al uso de técnicas integradoras.
Iremos insistiendo de distinta forma sobre los conflictos que hemos seleccionado como foco de actuación terapéutica. Las técnicas integradoras agrupan distintos elementos del conflicto. Se trata, en definitiva, del uso de una estrategia caracteroanalítica aplicada al sistema para entender la lógica que subyace al aparente caos. Todo esto ligándolo siempre al foco clínico principal. Las elaboraciones se llevarán a cabo antes de la fase final. El grueso del trabajo terapéutico con parejas se desarrolla en la fase intermedia.
Fase final (sesiones 13ª-final). Se lleva a cabo la translaboración. Asimismo se desarrollan técnicas para observar y evidenciar los cambios. Se aplican las conclusiones en la vida cotidiana de la pareja como consecuencia de toda la fase de trabajo anterior para evidenciar si realmente se ha dado una introyección de lo experimentado en el espacio clínico o es algo aparente.
Cuando la decisión concluyente sea la de separación, se plantea una dinámica consensuada para abordar dicho proceso, bien dentro del marco de la psicoterapia ,de la mediación, o de ambos.
8.5.3. ALGUNAS TÉCNICAS PROPIAS
En nuestra sistemática combinamos algunas técnicas de otros modelos clínicos -como el sistémico, el psicodrama, la gestalt, la sexología clínica y la psicoterapia existencial ,-con las caracteroanalíticas, donde introducimos dinámicas corporales que combinamos con el análisis de la forma y los contenidos verbales.
Desde nuestro modelo, aplicamos algunos “actings” siguiendo la praxis clínicapostreichiana de la P.BC , pero adaptados ,para poder ser utilizados adecuadamente al marco de la pareja.
La función principal de estas tecnicas o “actings”,será facilitar la dinamización tanto de la conciencia corporal como de la conciencia cognitiva. Estimulando la emergencia de material o “insight” cuyo contenido será básicamente de la historia actual de la pareja pero que, en ocasiones, también puede hacer referencia al pasado histórico individual. Conduciéndose, en cualquier caso hacia el foco clínico del sistema.
Al presentar a los pacientes estas técnicas hay que tener en cuenta y respetar las particularidades de la pareja.Por ejemplo, si obervamos que un miembro de la pareja no puede hacer un acting por su propia particularidad caracterial se suspende o no se les propone, buscando uno alternativa.Asimismo hay que tener en cuenta que se deben señalar como actitud defensiva las formas mecánicas, frías o histriónicas que se adoptan a la hora de hacer cualquiera de ellas.
Veamos algunas de las técnicas y / o actings empleados:
Percepción y contacto.
Inicialmente las dos personas se colocan de pie, frente a frente, mirándose, manifestando como sienten al otro, como lo perciben en estos momentos de su relación.Se continúa, poniéndose de espaldas en contacto con sus cuerpos, en silencio, tomando contacto con sus sensaciones e impresiones corporales .Se les coloca una venda en los ojos y se van dando la vuelta,aproximando los cuerpos y explorándose utilizando el olfato y el tacto.Puede cada uno hacer lo que quiera, lo que sienta, pero sin hablar y sin ver.
A través de esta técnica, la pareja toma conciencia de forma tan diferente que pueden tener de percibir al otro, utilizando otros los canales de comunicación , diferentes a los habituales, es decir, cognitivos y corticales.Lo cual puede abrir una puerta que les descubra aspectos inexplorados de la relación entendiendo y relativizando algunos de sus conflictos .En el fondo , se les está ayudando a tomar conciencia del proceso de “embrutecimiento” sensitivo, emocional que se va sufriendo consecuencia de la presión social, de la rutina frente a las tareas cotidianas,lo que provoca el afianzamiento del rol y el olvido de la función, el predominio del “debo” sobre el “quiero”,etc. Permite por tanto profundizar en la comunicación, la sexualidad y la forma de gestionar la vida cotidiana ,recuperando aspectos vitales de la relación ,en aquellos casos en que eso todavía sea posible.
El yo y el otro.
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-Cada miembro de la pareja se sitúa uno frente al otro, respirando tomando conciencia del cuerpo, mirándose a los ojos. A partir de esa postura ,en función de los objetivos clínicos se pueden hacer las siguientes variaciones:
-En esa misma posición se cogen de las manos.
-Cada uno coge el extremo de una toalla y mirándose van diciendo la palabra “mío”, con el tono de voz que vayan sintiéndose.Si a partir de ahí surge la rabia, se puede utilizar un quita polvos para que golpeen una silla diciendo la misma palabra,”mío” mientras se miran.
El tiempo estará en función del grado de intensidad con el que vivan la acción y según se vaya desarrollando,teniendo como referencia 15 -20minutos.
Al finalizar, las dos personas se quedan dos o tres minutos en silencio, sentados, con los ojos cerrados en contacto con lo que sienten y con las ideas o imágenes que les surgen por la mente.Al finalizar el terapeuta procederá a elaborar la experiencia como cualquier otro acting: preguntando sobre las sensaciones vividas, emociones, imágenes, sobre lo que representaba la toalla, lo que les sugiere su forma de reaccionar y la de su partner,si consideran que es un respuesta conocida ,frecuente que se repite en otros ámbitos de la realidad de la pareja...Vinculando todo ese material con el foco caracterial y con las dinámicas conflictivas de su relación de pareja.
Esta experiencia permite comprobar lo que se esconde detrás de una expresión emocional que también puede ser una máscara.Por ejemplo se puede estar gritando muy irritado pero en el fondo estar triste.En estos caso,vemos como una vez más el carácter se mete en una trampa porque al resultarle más fácil agredir que llorar cada vez se aleja más de la posibilidad de relacionarse con el otro desde la vulnerabilidad, porque su agresividad provoca en el otro miedo y distancia o cólera y enfrentamiento.
También se puede emplear para dinamizar momentos dentro del proceso clínjico, en que la pareja bloquea su agresividad o surge de una forma cínica, hiriente o provocadora. Asimismo se puede asociar con la mayor o menor dependencia que vive cada miembro de la pareja respecto al otro, la falta de espacios y de tiempos propios, el conflicto entre la identidad individual y la de pareja, incluso puede facilitar que se hable de temas económicos ,herencias, conflictos con las familias históricas,etc.
En el Regazo
Utilizado por B. Blomenthal en algunas dinámicas grupales tiene también mucha utilidad en este encuadre.
Una de las personas se sienta en el suelo apoyada en la pared y la otra se coloca cerca de ella, apoyando la parte derecha de su rostro, en particular su oído , en su cuerpo, concretamente en la zona del corazón, dejando el resto del cuerpo en posición fetal.Es una posición que recuerda la posición de un bebé en el regazo de su madre. Con los ojos cerrados ,escuchando una de ellas el corazón del otro.Los dos en contacto con la respiración propia de su partner,durante unos 10-15 minutos,para posteriormene repetirlo pero cambiando de posición.
El objetivo es ver cómo se sienten en esa posición tan íntima, de tanta ternura. Junto a las emociones y sensaciones que puede producir esta experiencia, será muy importante las asociaciones que puede producir .Porque coloca a la pareja en contacto con sus afectos en una situación donde el ahora pierde importancia, y por tanto permite recordar e investigar estados afectivos de la pareja ya pasados ,compararlos con los actuales y desde ahí elaborar todas las asociaciones y vivencias que se dinamicen.
Eleccion
Es similar a la técnica que empleamos en el grupo .Las dos personas se colocan de pie a una distancia de un par metros una de otra. Después de mirarse y tomar contacto con sus propias sensaciones se dirigen a la otra persona verbalizando la palabra “ven” , “vete “ o “fuera”, en función de lo que quieran o sientan hacia la otra persona.Conforme van reaccionando pueden cambiar de palabra.
Es muy útil para tomar conciencia corporal, no solo cognitiva de los sentimientos que tienen hacia la otra persona, de los que les piden y lo que rechazan ,de lo que les gusta y lo que no... Son muchas asociaciones las que pueden surgir y que se irán elaborando posteriormente.Se puede repetir en las distintas fases del proceso , estimulando dinámicas diferentes según el momento.
Estas técnicas son aplicadas siempre dentro de un espacio clínico caracteroanalíticofocal, donde el terapeuta a través de señalamientos y cuestionamientos implica permanentemente a los miembros de la pareja para que sean ellos mismos los que vayan percibiendo la realidad y vayan asumiendo posiciones comunes que beneficien a ambos. De esta forma podrán reconocer sus particularidades e idiosincrasias al tiempo que se van desvelando las dinámicas de poder y la “máscara social” de cada cual.
Al llegar al final concertado del tratamiento,si se ve necesario se puede prolongar unas cuantas sesiones más, pero es importante cumplir lo acordado porque el final es una variable existencial muy importante en el sistema de pareja con una gran utilidad clínica porque inevitablemente los pone en contacto con decisiones que tienen que adoptar si todavía no lo han hecho ,en particular con el posible final de la relación, la ruptura, la separación,o el cambio y el reencuentro .
Según nuestra experiencia clínica,- teniendo en cuenta que la mayoría de los casos llega a la consulta en situaciones de crisis ya avanzadas y complejas-, el 20 % de los casos decide (o confirma) separarse al finalizar el tratamiento, y el 80 % restante decide permanecer asumiendo los cambios y las decisiones adoptadas a partir de lo experimentado en la terapia de pareja.
En los casos que se plantea la separación,en cuanto que es una decisión que termina con el sistema ,la psicoterapia de pareja termina ,aconsejando abordar este proceso con un colega especializado en mediación para llegar a acuerdos de mútuo acuerdo que sean lo más favorables posible para ambos y para los hijos en caso de que los haya. En este caso se aconseja que tengan unas sesiones con un espacialista en asistencia preventiva con el fin de evaluar la situación del sistema familiar y poner los medios para que ese pasaje sea lo menos traumático posible para los hijos, pudiendo realizar sesiones con todos los miembros de la familia, solo con los hijos o con alguno de los miembros por separado.
8.6. LA SEPARACIÓN. INTERVENCIÓN CLÍNICA Y PREVENTIVA
Si la decisión de separarse se produce en la fase final de la psicoterapia de pareja,como ya hemos visto, es conveniente que ese proceso lo continuen dentro de un espacio de mediación y de atencíon preventiva familiar. En el caso de que un miembro de la pareja llege a la consulta con el deseo de separarse,se le debe recomendar acudir a las sesión con su partner para evaluar la situación y decidir lo que hacer.
Si la pareja se encuentra suficientemene estable y tienen clara la decisión ( a pesar de que siempre hay alternancia y altibajos ) se le aconsejará un espacio de mediación,pero generalmente como el sistema estará viviendo una dinámica de fuerte caos, emergencia incontrolada de pulsiones, alteración emocional de sus miembros, con el consiguiente impacto en los hijos( si los hay) creando una atmósfera de distrés y de riesgo para todos los miembros del sistema suele ser recomendable establecer un espacio clínico de “atención en crisis” combinado con un espacio de asistencia preventiva familiar para posteriormente derivar a un espacio de mediación ( si siguen adelante con la decisión de separarse)
Como expresé anteriormente, la idea de la separación se asocia a la idea de la muerte y de fracaso. Viviéndolo como algo terrible, sobre todo cuando se crean esas dinámicas que veíamos anteriormente de tipo fusional, psíquica y emocionalmente hablando.
Y de lo que realmente se trata es de evitar lo que tantas veces he escuchado durante las sesiones : “…Si esto me lo hubieras dicho , o lo hubiera sabido hace diez años…” Por ejemplo, muchas parejas escuchan que su marido lleva diez años compartiendo su vida de pareja con otra mujer, o con otro hombre ( y viceversa).No creo que sea cuestionable ese hecho, pero sí el ocultarlo.Porque priva al otro de la libertad de decidir, de actúar, de elegir.Y diez años , a los cuarenta y cinco no es igual que a los treinta y cinco.el tiempo de nuestra vida es limitado, y a lo largo de ese período hay momentos en que se puede acceder con más facilidad a ciertas situaciones y experimentar ciertas vivencias.
En otras ocasiones, el problema está en la falta de claridad de los sentimientos respecto a la otra persona.Se pueden vivir años con alguién dando a entender que se desea , que se está enamorado de la otra persona,pero realmente no lo sabe, y no tiene claro los motivos para vivir con el o con ella.Esto conlleva una rutina con una base débil que ante cualquier circunstancia puede caer con la consiguiente sorpresa de la otra persona…Y así se puede estar durante años,privando al otro de la posibilidad de llevar una vida mejor, o de volverse a enamorar.
Pero en muchas ocasiones los miedos individuales nos inducen a llevar este tipo de actuaciones egoístas , y poco responsables.
En el momento en que el otro realmente no está, la persona conecta con el pánico a perder su propia sensación de existir. Por eso en muchas separaciones surgen fuertes estados depresivos, en cuanto se empieza a tener una fuerte sensación de vacío y de que la vida ya no tiene sentido. Estas reacciones son un síntoma que refleja la fuerte dependencia creada por el sistema de pareja, donde el otro le “ha robado el alma”, utilizando un símil poético, y que tanto cuesta perder. Por eso en muchos casos será necesaria una atención clínica individual.
Algunas personas, intuyendo esto, se niegan rotundamente a dejar la pareja intentando por todos los medios frenar la separación y evitar el conflicto. Se colocan en una situación de inmovilidad. Ahí es donde aparece el sufrimiento crónico y cuando la institución empieza a pervertirse, porque se van creando mecanismos psíquicos para evitar el contacto con el hecho de que la pareja posiblemente ya no facilita la función originaria. Y digo posiblemente porque primero es importante asumir la crisis, permanecer en ella e intentar transmutar juntos. Es decir, intentar que ese cambio sea positivo para los dos y buscar que esa relación se pueda modificar.
Eso puede ocurrir entre los propios miembros de la pareja o con la ayuda de un especialista en terapia de pareja, siempre que las dos personas sientan que solos no tienen esa capacidad de resolución.
Pero si durante un tiempo el cambio no se produce y esa relación provoca sufrimiento, aunque sea para una de las dos personas, hay que plantearse la finalización como algo positivo y necesario que permite la libertad de movimientos afectivos de ambos miembros de la pareja y su crecimiento individual. Esa separación no es un fracaso sino un acto de valentía y de amor. El fracaso se encuentra cuando se adopta una actitud donde no se asume esa realidad pensando: "tu me vas a evitar el sufrimiento estando conmigo".
Desde esta posición la otra persona antes o después se va a sentir agredida, empezando la violencia psicológica y /o física, y el proceso destructivo. Situación que puede permanecer en el tiempo, afectando, como ya he dicho, a todos los miembros del sistema familiar.
Los seguimientos que hemos hecho de familias que viven en dinámicas destructivas han mostrado la existencia de dos formas de manifestarse, tal como ya plantearon los teóricos de la comunicación humana. La digital que es la violencia directa, y la analógica, que es sutil, como el chantaje, la amenaza y la culpabilización.
Recuerdo a una pareja que, cada vez que él se imaginaba que su mujer iba a decirle algo conflictivo, entraba en una reacción cardiaca que le llevaba al hospital. Automáticamente ella abandonaba la idea porque "no podía sentirse responsable de la muerte de su marido". Así estuvieron diez años hasta que llegaron a la consulta y desciframos la clave del "enfermo imaginario" (la obra de teatro de Moliere). No se iba a morir, pero ella, con razón, no se arriesgaba y así se frenaba el movimiento. Él mismo sufría porque se daba cuenta de que estaba creando una respuesta de evitación del conflicto y su mujer no era feliz, pero tampoco podía evitar esa reacción psicosomática.
También es muy común recurrir a la instrumentalización de los hijos haciendo responsable al otro miembro de la pareja del daño a que va a hacer a sus hijos con la separación, para evitar que se produzca .Y cuando ya están separados delante de ellos se difama a la otra persona, para acaparar todos sus afectos, lo que se define actualmente como “síndrome de alienación parental” (Aguilar,2004)
Asimismo son muy conocidas las dinámicas chantajistas de índole económico. En este caso son todavía las mujeres las más vulnerables y las que tienen que ceder a su deseo de cambio por el miedo a no poder afrontar la realidad cotidiana con una economía que les permita sobrevivir, pues son muchas las mujeres que no desarrollan actividades laborales remuneradas fuera de su hogar.
Pero, como vamos viendo, todas estas actitudes provocan una dinámica destructiva que va paralizando cada vez más la posibilidad de un reencuentro afectivo y amoroso, llevando vidas paralelas y cada vez más distantes, convirtiéndose la convivencia en un espacio de sufrimiento y odio más o menos velado, de soledades compartidas por intereses y miedos. Y mientras, el tiempo sigue su curso y hay menos ocasiones para poder entablar nuevas relaciones y construir un nuevo sistema familiar.
Lo evidente es que, en muchos casos, intentando evitar la muerte de la relación, morimos en esa batalla. Todavía tenemos un fuerte perjuicio hacia esa posibilidad de cambio, en gran medida por esa asociación de fracaso y de muerte. Lo cual se agrava si la separación es del sistema familiar, no solo de la pareja. En la escala de valores de esta sociedad, la ruptura de la pareja sigue viviéndose como un fracaso. Incluso en la sociedad norteamericana que es, junto con los países nórdicos en Europa, donde estadísticamente hay más separaciones, resulta muy interesante ver cómo la nueva relación intenta ocultar o negar, olvidar la relación anterior lo cual se refleja en la forma de relacionarse con los hijos.
Cuando un miembro de la pareja que se ha separado se pone a vivir con otra persona ,los hijos que conviven con ellos los tienen que identificar como padre y como madre, como si la otra personas ( el padre o la madre ) dejaran de existir o, pasaran a un segundo plano.El niño comienza a llamar "papá" o "mamá" a esa nueva persona, quizás para evitar un conflicto cotidiano, tendiendo a olvidar los orígenes y el pasado. Algo que se olvida es algo que se vive con culpabilidad, que se tiene que esconder. Lo cual es un claro comportamiento defensivo y patológico.
No se debe negar la historia. Se vive un tiempo con una persona y al separarse se puede empezar con otra.Muere el sistema de pareja pero no sus miembros ni el sistema familiar,se disgrega pero no desaparece.
Este no es el caso de los padres que abandonan a su compañera estando embarazada o a los meses de nacer el hijo y la madre establece relaciones con otro hombre que asume la función de padre y donde realmente pasa a ser el padre, que cubre un vacío estableciendo una realidad necesaria y funcional para ese niño y para el sistema familiar. Pero como habitualmente las separaciones se producen en situaciones ya extremas y donde lo que permanece es el odio y la destructividad, puede dar la impresión de que lo único posible es el olvido.
Por eso, cuando existe un sistema familiar, durante el proceso de separación hay que velar por ellos. La familia es un ecosistema compartido donde los niños están nutriéndose y desarrollándose. Y por tanto se ven afectados por los procesos de los adultos, que son quienes pueden facilitar su desarrollo , o pueden frustrarlos, truncarlo, o establecer conductas de autoadaptación más o menos violentas.
No es lo mismo una separación a los cuatro años que a los ocho o a los doce, porque la dependencia afectiva hacia el sistema, es diferente, y por tanto la posibilidad de objetivizar la realidad con los hijos y de hacerles partícipes de ella dependerá en cierta medida de la edad. Desde la psicología evolutiva sabemos que a partir de los siete años el niño empieza a tener una mayor capacidad de asimilación y comprensión de la realidad que va aumentando conforme va creciendo.
Lo cual no significa que la separación de los padres no pueda ser para un niño de 12 años o un adolescente de 16 más distresante e incluso traumático que lo sea para otro de seis.Pero serán casos particulares donde ya esté condicionando su predisposición Estructural y su propia historia infantil.También es cierto que, desgraciadamente, estos casos particulares van aumentando de forma un tanto alarmante por lo que deberemos siempre diseñar una estrategia para cada caso sin dejarnos llevar por esas referencias generales.Es otra de las razones que confirman la importancia de los espacios asistenciales preventivos y psicoterapéuticos.
Lo que sí podemos tomar como una referencia general es la importancia que tiene para prevenir riesgos que el proceso de separación sea progresivo, que tenga un ritmo y que sea lo menos violento y lo mas compartido y consensuado posible. Un proceso donde los niños, a partir de determinada edad, puedan también ser conscientes y participar,en la medida de sus posibilidades.
Normalmente se vive la separación como algo que corresponde solamente a la mujer y al hombre, pero si hay hijos, y por lo tanto un sistema familiar más complejo, hay que tenerlos en cuenta desde el principio para que ellos entren en esa realidad. Es un gran error separar la realidad de los padres de la de los hijos, porque los niños captan lo que ocurre, aunque nosotros queramos evitar los conflictos, las discusiones, o los afectos negativos.Sintiendo que no se les tiene en cuenta, que no se les reconoce, viviendo esa experiencia en soledad, con lo cual se agrava más el conflicto, porque el niño se aísla, sintiéndose desplazado de la realidad familiar.
Este tipo de actuación puede venir confirmado por la perspectiva legal y judicial, según la cual sólo a partir de los 12 años el niño tiene derecho a opinar y a ser “escuchado”, dejando, antes de esa edad, su destino en manos del sistema judicial que “interpretará” lo que puede ser mejor para él.Pero no es del todo cierto, porque la ley deja claro que siempre que sea posible se deberá tener en cuenta la opinión de los hijos,mediatizados por los gabinetes jurídicos psicosociales ,los cuales , deben de conocer los medios para que el niño en función de la edad y de otras variables personales participe en ese proceso y el sistema judicial debería reconocer y dar cada vez más importancia a la función y la y opinión de los profesionales de dichos gabinetes.
Pero la realidad es que, algunos magistrados,incluso muchos letrados dan poca importancia a los informes de los especialistas y no facilitan procesos de mediación entre los implicados antes de dictar sentencia que ,en muchas ocasiones son sentencias firmes, difícilmente revocables. Por todo ello es recomendable intentar resolver los procesos de separación y divorcio con el asesoramiento de especialistas en el tema para recurrir a los procedimientos judiciales cuando la situación sea estable y las decisiones se tomen de mútuo acuerdo.
De esta forma se podrían evitar auténticos dramas que ocasionan una violencia indirecta hacia el niño por los trastornos psíquicos y emocionales que provocan la separación brusca y permanente del hijo con uno de sus padres o las visitas forzadas ,las custodias compartidas llevando una vida disociada al estar cada dos o tres días en una casa...Pueden ser medidas funcionales en determinadas situaciones pero siempre se debería intentar que fueran puntuales en el tiempo, tomando medidas preventivas previas para que no llegara a producirse .
Por ejemplo en el caso del maltrato o de violencia doméstica sale a la luz en momentos extremos como el de la separación, pero ha estado ahí muchos años antes , y los hijos lo han vivido y lo han sufrido .Está bien tomar medidas drásticas en este caso ,por ejemplo de alejamiento permanente,pero se deberían haber tomado mucho antes. Es en esas situaciones donde se oberva como la responsabilidad no es solo de una persona porque hay muchos personas implicadas: el partner, la familia, los vecinos, los amigos incluso los médicos o psicólogos que podían conocer el caso y no han tomado ningún tipo de medidas legales.Sufriendolo de forma inevitable e involuntaria los hijos, los más vulnerables, los más indefensos...
Esos sufrimientos se pueden evitar, otros menos.De hecho, la mayoría de las separaciones de los padres siempre suponen un fuerte dolor y un estrés para los hijos, porque se modifica drásticamente su dinámica cotidiana y se derrumba el mundo conocido e idealizado. Pero lo cierto es que el nivel de estrés puede ser mayor o menor en función de la actuación de los padres que se separan y de la familia y amigos que están a su alrededor. Hay que acompañar en el duelo, pero sin aspavientos, facilitar la desdramatización del hecho, ver las ventajas que eso puede tener y comunicar claramente que esa separación es real y evidente. Sin dar pie a la ambigüedad o a la duda, y mucho menos dejar la responsabilidad de un posible retorno a la convivencia familiar a la otra persona: “es tu madre la que no quiere volver, por mi todo seguiría igual...” o “es tu padre quien no permite que volvamos a estar juntos, por mi volvería...” Eso son síntomas de las dinámicas perversas que se desarrollan en esos momentos de dolor y de cambio y que tanto hacen sufrir a los hijos,incluso en situaciones normales, y que no deberían darse.
Es una separación de la pareja y los padres deben evitar las consecuencias dramáticas para sus hijos,”lo cual requiere, pues, que se involucre lo menos posible a los hijos en los problemas surgidos entre ambos progenitores, habida cuenta que la ruptura de las relaciones en una pareja debiera afectar sólo y exclusivamente a sus dos miembros básicos” (Vallejo y col,.2004)
Hay que asumir que la separación se ha producido, y ,por tanto, “reconocer la ruptura de la relación de los padres” (Parkinson,L.2005) evitando las falsas expectativas de que puedan estar de nuevo juntos.Lo cual podría ocurrir, pero no es lo que está ocurriendo ni lo que se prevé que ocurra en base a lo que se ha decidido de forma libre y responsable .
Desde esa posición hay que reestructurar, organizar las cosas y, entre todos, ver cómo puede ser mejor la nueva vida cotidiana.Por ejemplo “ si no es algo inevitable, los hijos ,necesitan permanecer en el ambiente familiar...el trastorno de los cambios de casa y de escuela se agrega a su confusión y tensión y aumentan la sensación de pérdida que experimentan”(Parkinson,L.2005)
En este sentido es muy importante que desde el principio el niño pueda vivir la separación como un proceso lo más natural y humano posible, porque es humano, y el ser humano vive pulsiones y afectos de todo tipo. Los hijos deben conocer la realidad del desamor,sin enmascaramientos, dejando claro que es el desamor entre los padres, no hacia ellos.
Es imprescindible tener esto en cuenta porque hay un mecanismo inconsciente que se produce en algunos niños, a través del cual si no se les hace conscientes de la realidad del adulto y se les plantea las razones de la separación con cierta claridad, pueden sentirse culpables porque piensan que la separación de los padres se producen porque algo han hecho mal. Esa carga la llevarán siempre a sus espaldas lo que observamos después en lapsicoterapia con los adultos que han sido hijos de familias separadas donde se da ese tipo de dinámica.
Otro aspecto a tener muy presente en este proceso, tal como señalan especialistas en el tema como S. Goldstein, es que la entrada de una tercera persona (nuevo o nueva compañero o compañera de la madre o del padre) en la vida cotidiana de los hijos debe realizarse de forma gradual y progresiva, evitando las sorpresas y las prisas, especialmente si son menores de dieciséis años. Los hijos tienen que ir conociendo a esa nueva persona poco a poco y hay que dar tiempo para que se afiance esa relación, para que esa nueva persona deje de ser alguien “extraño” e “invasor” y pueda empezar a convivir con ellos de una forma suficientemente reconocida y aceptada.
Hay que plantear anticipadamente la situación y escuchar la opinión de los hijos con los que se está conviviendo, reconociéndoles así su espacio y su protagonismo, de manera que puedan integrar a esa nueva persona tranquilamente sin que ello suponga negar la existencia y la realidad de la otra figura parental que no convive con ellos. Todos estos elementos son los que se evalúan en el espacio terapéutico y preventivo para resolver funcionalmente estas situaciones, dentro de una “praxis ecológica de los sistemas humanos”( Serrano, 2001), donde la pareja y la familia cumplen una función muy importante porque, en función del tipo de relación que se establezca y de las actitudes y comportamientos que se generen en la convivencia de ambos sistemas, se está facilitando la reproducción de las bases patógenas del sistema social o se está abriendo un nuevo camino que conduzca al cambio de este estado de cosas. “Permanecer en la crisis, aprender de ella y encontrar una salida en pareja o individualmente de forma creativa serán pues los objetivos principales de la psicoterapia en esos momentos. Para ello habrá que comprender la lógica caracterial de cada miembro de la familia y la particularidad de su sistema relacional. Y desde ahí abordar los cuatro aspectos que caracterizan a toda pareja: la comunicación, el manejo de las pulsiones en la cotidianidad , la sexualidad y los proyectos comunes.
Pero si bien es cierto que la psicoterapia tiene una función importante mucho más son las medidas preventivas que toda pareja debería tomar para no tener que llegar a recurrir a ella. Y de ellas la más importante es la de que existan espacios de comunicación, tiempos para profundizar en la relación, tiempos de placer, de expansión, de elaboración de los conflictos, de escucha del otro. Tiempos para mirarse, sentirse ,acariciarse y amarse. Tiempos propios, genuinos, creativos compartidos también por otras personas .Tiempos que previenen del embrutecimiento consecuencia de la monotonía, la rutina y la evitación del contacto. Si somos capaces de permanecer en esa dinámica la experiencia de pareja dure el tiempo que dure , será siempre gratificante y habrá cumplido su función para sus miembros, el desarrollo de nuestra capacidad de amar “ (Serra
Podemos ver que Marx lo llevó demasiado lejos y lo convirtió en lo único real, cuando existen 4 cuadrantes de la realidad que son, todos, importantes. Por supuesto que necesitamos el despertar individual en el cuadrante superior izquierdo y eso necesita ser comunicado y compartido a otros en el inferior izquierdo, lo que pasa es que eso no se mantendrá o tomará forma hasta que creemos las instituciones pertinentes en el cuadrante inferior derecho. Así, necesitamos Medicina Integral, Educación y Política Integral, Leyes Integrales y también Historia Integral. Una vez que esto ocurra, reconoceremos que estas condiciones materiales están ahí 24 horas al día mientras que no se les pone atención, están ahí para nosotros todos los días y cualquier nivel de conciencia que creó ese artefacto (institución) ese es, precisamente, el nivel de conciencia con el que el artefacto resuena y funciona. Ya sabemos lo importante que la cultura es en una sociedad. En las sociedades hortícolas, un tercio de la sociedad consigue la comida utilizando un palo o una azada. Diferentemente, las sociedades agrícolas ya utilizan animales de tracción y las industrializadas, maquinaria. En las sociedades agrarias (agrícolas tempranas) el 80% de la comida es obtenida por mujeres porque una mujer embarazada puede usar una azada. En cambio su sociedad es primordialmente dirigida por los hombres. Es muy patriarcal en general, aunque hay algunos ejemplos, como África, que incluso en estos tiempos es la mujer la que mantiene el linaje y encontramos sociedades influenciadas por mujeres, es decir matrilineales, en las que el hombre toma parte de la vida social y política de una manera más indirecta.
PERSONAL:;
Me permito expresar antes de el siguiente artículo;
Estoy haciendo un trabajo desde la perspectiva sufi, con dervis, y los perinatales la respiración, en agua caliente para mover el inconsciente grabado de mi vida intrauterina, os puedo asegurar que es tremendamente doloroso, pues se mueven emociones muy arraigadas, que cuestan encontrar por lo escondidas que están, pero traen a mi vida situaciones y personas que las activan, o se activan mutuamente, observando mis mentiras, mis miedos,..y como anoche me explico uno de los maestros enganches...que quiero romper, pero hay que enfentrarse a ellos con amor, sinceridad..en mi vida he decido sacar la bsura, la emocional, sacar lo que no vale...y las personas, que no son ellas son estados del pasado...hay que romper, si quieres lo nuevo...anoche el maestro, me hizo andar...y ahondar....y ver...es sudar dentro de tí, en la noche...en fín....y llegado el momento me vi en una situación con otra persona, cuando entendía...volví él me pregunto, le dije...Me pregunto ¿qué quieres?...la riqueza de la sinceridad, la libertad que da ir sano por la vida...no ocultarme, no mentir,...me gusta mi vida interior, el trabajo interno.y la capacidad que Dios me ha dado para ayudar a realizar < LA CONEXIÓN CON EL SER
ANDREW COHEN: GURU[s., Sanskrit]: el que enseña liberación espiritual desde su directa experiencia o realización.
Se autodescribe como “un idealista con inclinaciones revolucionarias” y es ampliamente reconocido como una voz distinguida en el emergente campo de la espiritualidad evolucionaria.
Cohen ha desarrollado una original forma de enseñanza para el siglo XXI, a la cual llama Iluminación Evolucionaria. Es además fundador y editor en jefe de la revista EnlightenNext.
KEN WILBER: PANDIT [s., Sanskrit]: erudito, persona que es profundamente competente y está inmerso en la sabiduría espiritual.
Se autodescribe como “un defensor del dharma, un samurai intelectual”.
Wilber es uno de los filósofos vivos más reconocidos de nuestros días y su trabajo ofrece una síntesis exhaustiva y original de las mayores tradiciones sicológicas, filosóficas y espirituales del mundo.
Entre sus libros se incluyen Una breve historia de todo y Espiritualidad integral.
El presente post recoge una larga conversación entre Andrew Cohen y Ken Wilber, que aborda el desafío de mantenerse conectado con una perspectiva espiritual elevada mientras la propia supervivencia de la humanidad pende de un hilo.
Es, por tanto, una charla de la máxima actualidad e interés, que ayudará a muchas personas a centrar y clarificar, desde un perspectiva evolucionaria, aspectos esenciales del complejo y apasionante momento al que actualmente se enfrenta la humanidad.
LIBERTAD DE CARA AL MIEDO
con Andrew Cohen y Ken Wilber
The Guru & The Pandit: Diálogo XXIII
ANDREW COHEN: En estos días, la mayoría de las personas están conscientes del hecho de que estamos en lo que muchos consideran una crisis global. En este momento en particular, por supuesto, estamos más conscientes de la gran crisis financiera, pero esto está sucediendo en el contexto de otros peligros que se vislumbran –la amenaza del terrorismo, el desafío climático y la destrucción de nuestro ambiente natural, por nombrar sólo algunos. En esta edición de EnlightenNext presentamos un número de prominentes futuristas que nos ofrecen sus perspectivas de lo que podríamos enfrentar en los próximos meses, años y décadas. Pero yo pensé que tú y yo podríamos aproximarnos al tema desde una perspectiva levemente distinta y mirar la relación individual, subjetiva, existencial, intelectual, emocional y espiritual con la crisis. Yo he pensado bastante en este tema, y he hecho algunas observaciones interesantes en mí mismo y otras personas.
He notado que lo que sucedecuando los seres humanos se asustan es una profunda contracción en el ser. Cuando nuestro estilo de vida y nuestra sensación de libertad son amenazados, no sólo hay una contracción emocional sino también una contracción intelectual, filosófica y espiritual –una contracción de nuestra capacidad de pensar en términos más amplios.
KEN WILBER: Eso es correcto. Los tiempos de crisis tienden a agravar la contracción del ser. Y esta edición es crucial en este momento, dada la naturaleza de estos tiempos.
EL IMPACTO ESPIRITUAL DE LA CRISIS
COHEN: Pienso que esto es particularmente conmovedor o significativo para personas que están interesadas en lo que podemos llamar una perspectiva y visión espiritualmente inspirada. Todas las formas de espiritualidad mística están basadas en una experiencia directa o la aprensión a lo limitado –una libertad primordial, una expansión infinita, una plataforma eterna de todo lo que es. Y cuando tenemos esa clase de experiencia, cuando nos volvemos conscientes de cualquier “no limitación”, eso afecta dramáticamente la forma en que pensamos sobre lo que significa ser humano.
Tú y yo hemos hablado bastante sobre la fricción misteriosa y milagrosa que ocurre cuando el sentido inherentemente limitado del ser individual comienza a despertar a esa dimensión de la realidad que es absolutamente sin límites. Es la fricción entre lo ilimitado y lo limitado que da nacimiento al éxtasis espiritual y a la inspiración espiritual y las perspectivas espirituales. En laespiritualidad evolucionaria, ese sentido de no tener límites es experimentado no solo en el primordial Fundamento del Ser, más allá del tiempo y de la forma, del que hablan las tradiciones místicas, sino también en el mundo del tiempo y la forma a través de un despertar directo hacia lo que yo llamo el impulso evolucionario mismo.
Ese impulso no es otro que la fuerza motora detrás de toda la creación. Cuando experimentamos ese impulso evolucionario, nos volvemos conscientes de un sentido de potencial infinito que va alcanzando y expandiéndose permanentemente hacia el futuro desconocido. Nos está llamando hacia él, implorándonos que le respondamos y nos volvamos uno con él en un abrazo de éxtasis con el proceso de la vida.
Ahora, hablando más generalmente, cuando los seres humanos son amenazados en su nivel de supervivencia –ya sea por la guerra, la enfermedad, el calentamiento global o el Apocalipsis- tiende a haber una contracción. Cuando nos preocupamos por la supervivencia, dejamos ir nuestra perspectiva espiritualmente despierta y iluminadamente evolucionaria y simplemente nos preocupamos de nuestro propio bienestar. Perdemos, literalmente, contacto con la luz. Y haciendo eso, perdemos contacto no solo con la apertura infinita y la libertad inherente del Fundamento del Ser, pero aún más importante en términos de lo que me interesa, con la consciencia de nuestro potencial de desarrollo infinito, nuestro potencial para evolucionar conscientemente. Entonces yo he pensado que puede ser bueno para nosotros que hablemos un poco de cuán importante es dejar que eso no suceda nunca, sin importar lo que pase con nosotros.
Pienso que es crucial que las personas entiendan que el instinto de supervivencia aparece naturalmente en nosotros porque hemos estado sobreviviendo todo tipo de crisis por cientos de miles de años! Pero el instinto de evolucionar, como está comenzando a revelarse –esa aspiración espontánea de ser más consciente- es muy nuevo. Para la mayoría de los seres humanos es una consciencia apenas emergente. Entonces, este instinto nuevo debe ser protegido y nutrido, y no debemos dejar que quede enterrado debajo de todo el miedo que aparece naturalmente cuando nuestra supervivencia parece ser amenazada.
WILBER: Pienso que eso es exactamente correcto. Los temas que tú señalas son realmente cruciales en este momento, dado el sentido de carencia en nuestro mundo, la sensación de que algo está faltando, la sensación de estar asolado por la pobreza.
Una manera útil de mirar esto es a través de la jerarquía de necesidades de Maslow. Abraham Maslow descubrió empíricamente que las personas son motivadas por alrededor de media docena de necesidades fundamentales, las que representó como una pirámide con las necesidades más básicas en la parte inferior de la pirámide. Observó que cuando satisfacemos lo más básico de esas necesidades, la siguiente necesidad más alta aparece. Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad están satisfechas, aparecen las necesidades de pertenencia, de amor, de estima e incluso de auto-realización. Pero lo que él descubrió que es particularmente interesante en términos de este debate, es que las necesidades humanas están divididas en dos grandes tipos de motivación, las que llamó necesidades deficientes y necesidades de ser. Las necesidades deficientes son necesidades que están motivadas por una carencia –y las cinco que yo acabo de mencionar, desde las fisiológicas a la auto-realización, son necesidades deficientes.
Pero Maslow descubrió que luego de que las necesidades de auto-realizaciónson satisfechas, emerge una clase completamente diferente de motivación – una motivación que no está motivada por la carencia sino por la abundancia.Llamó a estas necesidades de ser –y la necesidad de auto-trascendencia era el ejemplo que utilizaba. En este punto, lo que sucede es que la persona ha comenzado a entrar en contacto con la dimensión absoluta de su ser, con una libertad primordial ilimitada y completitud, una gran perfección, apertura infinita, un ahora sin tiempo, el gozo de la dicha y la felicidad del Fundamento de todo Ser. Cuando entran en contacto con eso, su motivación es de completitud, de abrirse, de abundancia. Es como si te dieran mil millones de dólares –lo primero que haces es empezar a compartir con tus amigos, opuestamente a lo que harías si tuvieras sólo diez dolares y estuvieras mendigando.
Entonces, el punto esencial en tiempos de crisis, como has estado diciendo, es no dejar que las circunstancias agraven la contracción del ser y ocasionen una regresión desde las necesidades de ser a las necesidades deficientes. No dejar que esa amplia dimensión de motivación por la auto-trascendencia, e incluso la auto-evolución, se pierda y retroceda hacia la auto-estima, el sentido de pertenencia o las necesidades de seguridad.
COHEN: Exactamente. Especialmente porque esa necesidad de evolucionar conscientemente es algo tan nuevo, apenas apareciendo en la punta de la pirámide, es demasiado fácil perder contacto con ella.
WILBER: Uno de los estudiantes más importantes de Maslow fue Clare Graves, cuyo trabajo formó la base de las Dinámicas de Espiral, de la que hemos hablado en varias oportunidades.
En su investigación sobre valores humanos, Graves encontró dos clases esenciales de motivación, las que llamó primer estrato y segundo estrato.
Las etapas del primer estrato de Graves son similares a los primeros cinco niveles en la jerarquía de necesidades de Maslow, las necesidades deficientes, mientras los niveles del segundo estrato corresponden generalmente a las necesidades de Maslow de ser.
Para Clare Graves, uno de los factores que definen el segundo estrato es que existe una caida dramática del miedo. Y eso es importante.
COHEN: Muy importante.
WILBER: El nivel de miedo es realmente una suerte de marcador de cuán identificado te sientes con el ser individual, simplemente separado. Los Upanisad dicen: “Donde sea que haya otro, hay miedo”. La consciencia más elevada –la consciencia de la no dualidad, de la esencia- trasciende el sentido de separación que es inherente en la dualidad sujeto-objeto. Los individuos motivados por necesidades de auto-trascendencia, necesidades de ser, se sienten a sí mismos como uno con la manifestación. Los Sufi lo llaman la Identidad Suprema. Y está lo que los Zen llaman dejar el cuerpo-mente, donde ya no estás más identificado sólo con el cuerpo-mente individual, entonces el miedo se cae también, porque hay mucho menos preocupación por el destino de este organismo individual.
Aun si permitimos que los tiempos de crisis reactiven la auto-contracción y permitan una regresión hacia el primer estrato o las necesidades deficientes, entonces estamos permitiendo que estas condiciones nos alejen de la consciencia Cósmica, fuera de la esencia radiante, radical y no dual, y hacia uno de las estructuras de valor más bajas, que está aislada, separada y contraída. Desafortunadamente, esa es una de las cosas principales que suceden durante tiempos como este.
COHEN: Todo eso es verdad también. Yo aliento a las personas que están leyendo o escuchando esta conversación a que presten atención a este movimiento en ellos mismos, que miren de cerca a sus propias respuestas a las circunstancias actuales a la luz de los tipos de distinciones que estamos haciendo. Cuando preparábamos esta edición, tuvimos una entrevista con el futurista John Petersen (ver artículo sobre el 2012), quien describió imágenes un poco deprimentes de nuestro futuro más cercano. Después de escuchar la entrevista, me vi a mi mismo descender literalmente desde lo que has estado llamado necesidades de ser y bajar directamente a un nivel de supervivencia. De repente, todo a lo que he dedicado mi vida y todo por lo que estoy viviendo – la evolución de la consciencia y de la cultura y la gloria inherente de esto en cada momento- pareció desaparecer. Me encontré a mí mismo pensando: “No tiene sentido hacer esto. Sólo necesitamos encontrar una forma de salir de esta crisis”. Me tomó alrededor de tres o cuatro horas volver a estar en contacto con la belleza y la gloria de lo que siempre me ha motivado.
Entonces me gustaría que las personas piensen sobre las distinciones que estamos haciendo –que pasen algo de tiempo prestándole atención a esos momentos cuando hacen este descenso hacia el miedo y vean cuán diferente se empieza a ver el mundo. Una cosa es simplemente debatir cosas como esta, pero es algo distinto verlo en la experiencia personal de cada uno. Estas vueltas internas pueden suceder muy, muy rápidamente, especialmente si nos enfrentamos con crisis verdaderas.
Lo que necesitamos aprender a hacer, porque estamos enfrentando una crisis verdadera, es no perder la perspectiva y no perder contacto con esa dimensión de nuestra experiencia que no es relativa y que siempre ha sido más importante que cualquier otra cosa.
WILBER: Es crítico. Es por eso que en estos tiempos nuestra práctica espiritual se vuelve esencial. Realmente tenemos que desarrollar una consciencia elevada de nuestros propios mecanismos internos y saber qué es lo que puede apartarnos de estar anclados en esta consciencia incalificable, sin tiempo, y retrocedernos a un modo contraído de supervivencia. Eso es realmente importante, porque existen algunos temas serios de supervivencia en este momento.
COHEN: Absolutamente.
WILBER: Puede que no lo logremos como especie. Existen inquietudes muy, muy reales. Y ser capaz de observar las dinámicas internas, verse a sí mismo contraerse al enfrentar eso, es un maestro supremo. Es una oportunidad, como lo describiste en tu propio ejemplo, de aprender realmente cómo tú permites que el modo de supervivencia te aleje de tu ser verdadero y tu consciencia ya en libertad.
COHEN: Sí. La razón por la cual es tan importante es que cuando descendemos por la escalera del desarrollo, no es sólo la experiencia que sentimos la que se contrae; también lo hacen nuestras perspectivas y nuestros valores. Perdemos contacto con lo más elevado, con lo que tiene gloria inherente, y nos contraemos a una orientación de vida de mucho temor.
WILBER: Sí.
COHEN: A menudo, los seres humanos que son capaces de hacer una diferencia en estos tiempos, son aquéllos que son capaces de ver estas crisis tan reales y eventos globales dentro de un contexto amplio de desarrollo –verlo como parte de un proceso mayor, que en sí mismo es indestructible. No perder contacto con esa perspectiva es crítico, porque el problema es que cuando perdemos contacto con la perspectiva más amplia, perdemos contacto con la mejor parte de nosotros mismos. Ese es el gran desafío en tiempos como estos.
WILBER: Hemos visto mucho de eso individualmente, culturalmente y a nivel planetario.
COHEN: Por eso es tan cierto lo que dijiste sobre la importancia de la práctica. Creo que uno tiene que ser un héroe espiritual para poder mantener un ojo en la plataforma sin tiempo de la conciencia misma y en esta perspectiva evolucionaria cósmica más amplia. Uno necesita tener un profundo samadhi, un foco poderoso, una estabilidad de propósito, una perspectiva amplia, un panorama evolucionario –y todo esto necesita ser cultivado.
WILBER: Esa es una tarea desafiante, sobre todo cuando en un sentido sicológico, cultural y económico, el mundo está atravesando una gran depresión. Esta sucediendo en los cuatro cuadrantes, como podríamos decir: el sicológico, el cultural, el social y el biológico. Es como si una energía sutil de conciencia se está contrayendo a sí misma, y eso es lo que está siendo transmitido a todos nosotros. Eso es lo que sucede durante tiempos de supervivencia. Entonces, estar conscientes de eso y mantener en mente la perspectiva más amplia es exactamente lo que se necesita hacer. Es por ese motivo que estos tiempos son oportunidades, en ese sentido, para ser capaces de encontrar esta consciencia de ser incluso en las nieblas de la auto-contracción de supervivencia y ser capaces de asegurar esa presencia incalificable, infinita, gozosa, radiante y sin tiempo en nosotros mismos, aun cuando vamos tomándonos seriamente los temas de nuestro mundo manifiesto que necesitan ser atendidos. Eso no significa decir que solo queremos estar en contacto con valores espirituales e ignorar la crisis. Estamos hablando de estar en contacto con ambos –con el samsara y con los problemas que están sucediendo alli y con nirvana, que es la gran liberación suprema.
COHEN: Sí, y yo agregaría algo a eso. Una cosa es estar consciente de la naturaleza inherente y atemporal del Fundamento de todo Ser –ese nirvana infinito y radiante del que hablas. Pero también queremos estar conscientes del impulso evolucionario, de la chispa creativa de éxtasis que despierta en consciencia, la aspiración de evolucionar y de desarrollarse que es motivada por una clase de urgencia utópica. Es un impulso de expresar esa perfección inherente y totalidad que intuimos de la dimensión no manifiesta atemporal aquí en el reino manifiesto. Entonces, yo sólo quería agregar ese elemento a lo que tú estabas diciendo. El desafío no es sólo no perder contacto con el primordial y atemporal Fundamento del Ser; es también no perder contacto con ese impulso utópico, esa aspiración de manifestar perfección.
WILBER: Para todos los seres.
COHEN: Sí, para todos los seres y para el universo mismo.
CUANDO LA NUEVA ERA SE ENCUENTRA CON EL APOCALIPSIS
COHEN: Tú sabes, hay muchas personas que dicen que es necesario un colapso completo para que lo nuevo pueda emerger, y entonces de las cenizas puede ocurrir una regeneración extraordinaria. No me refiero solo a los apocalípticos fundamentalistas. Me refiero a personas que son generalmente bastante progresistas en sus puntos de vista.
Pero yo no estoy de acuerdo con esa forma de pensar. Si todo colapsa, vamos a tener que luchar sólo para regresar al lugar en donde estábamos, y más aún para avanzar! Pero demasiadas personas de orientación espiritual tienden a pensar de esta manera, y yo creo que es un poquito inocente, si no incluso peligroso.
WILBER: Yo siento que es inocente. Es como volver al virus del Y2K una y otra vez – la noción de que va a haber un colapso social completo y que luego va a crecer el amor y la compasión que nos va a reunir nuevamente. Es un pensamiento adorable, pero es altamente inocente y muy poco práctico. Lo que ese tipo de colapso realmente hace es lanzar a los seres humanos hacia abajo en la escala de desarrollo, hacia abajo al primer estrato –a las necesidades fisiológicas, de seguridad, necesidades de supervivencia. Si hubiera un colapso mundial, seríamos lanzados hacia abajo en la escala de las formas tecnológicas de existencia. Estaríamos en las calles recolectando comida. Luego tendríamos que aprender como cultivar comida nuevamente y pasar de la horticultura a la agricultura, y luego desarrollar maquinaria y lentamente buscar nuestro camino de vuelta hacia la era industrial y desde allí a la era de la información. Entonces, la idea de que de alguna manera un colapso completo va a deshacerse justo de las cosas malas y va a dejar todas cosas buenas implícitamente en su lugar es un poquito loca.
COHEN: Es como cuando un mito de la Nueva Era se encuentra con una perspectiva apocalíptica tradicional.
WILBER: Sí. Ahora, si miramos la historia humana, vemos que los seres humanos casi nunca han actuado con suficiente previsión y sabiduría como para cambiar el curso de los problemas mundiales antes de que ocurra algún tipo de catástrofe. Usualmente, algo tiene que enfermarse antes de que le demos suficiente atención para arreglarlo. Entonces, es de allí de donde sale esta idea del colapso. Pero es irracional exagerar y decir que tiene que ser un colapso total antes de que algo vaya a cambiar.
COHEN: O incluso peor, decir que ese colapso va a pavimentar el camino para esta renovación extraordinaria.
WILBER: Sicológicamente, eso simplemente no sucede. Tecnológicamente, no sucede. Y culturalmente, tampoco sucede.
COHEN: A un nivel individual, he visto muchas personas que atraviesan algunas etapas bastante malas y se hunden a niveles más profundos o estructuras dentro de sí mismos. Pero ese raramente es el catalizador de algún tipo de despertar extraordinario o renovación. Hay casos ocasionales, por supuesto, donde este tipo de cosas suceden, pero es la excepción más que la regla. Entonces, yo pienso que en la espiritualidad popular, y tambien en algunas tendencias tradicionales, este es una especie de mito que ha sido sobreenfatizado. El hecho de que puede ser verdad en algunas excepciones no lo convierte en una regla. Usualmente es todo lo contrario.
WILBER: Sí. Pienso que se trata de una mal interpretación de cómo ocurre el crecimiento y el desarrollo. A pesar de que es ciertamente el caso de que en algunas instancias un tipo de fracaso es necesario para que ocurra un avance considerable.
COHEN: Absolutamente.
WILBER: Espiritualmente, el ego tiene que fracasar para que el satori avance, y asi sucesivamente. Pero eso es bastante diferente de que colapse el mecanismo completo de la cultura. Eso no va a generar amor y paz –va a generar guerras por la supervivencia, agresión, rabia, odio.
POR EL BIEN DE LA EVOLUCION MISMA
COHEN: Tú sabes, a pesar de lo mal que se ven las cosas, yo tambien siento –y por supuesto puedo estar equivocado- que de una u otra forma vamos a salir de esto. Parece haber tal sentido de buena voluntad, positivismo, pasión por la vida e ingenuidad en el espíritu humano, y aún más desde la elección de Obama. Siento tan fuertemente en mí que no parece que vamos a dejar este planeta muy pronto. No es seguro que vayamos a superar la crisis, pero yo siento que eso es más probable que cualquier otra cosa. Nuestra voluntad de supervivencia y nuestra capacidad de innovación son tales que intuitivamente se siente como si fuéramos a encontrar el camino.
WILBER: Personalmente, yo creo que ese es el caso. Creo que esas circunstancias donde es casi un hecho –no un colapso completo pero tiempos económicamente estresantes- pueden ser parte del estrés evolucionario que ayuda a la humanidad a darse cuenta de la necesidad de unirse. Una de las buenas formas de mirar nuestro predicamento presente es que la crisis ecológica es básicamente la primera crisis mundial, la primera que afecta a cada hombre, mujer y niño sobre el planeta. Ese tipo de crisis no había sucedido antes, y lo que está empezando a mostrarnos es que en términos de la evolución de las estructuras sociales, hemos alcanzado el límite de lo que la nación-estado puede hacer. Hay tres cosas que las naciones-estados ya no pueden controlar:
No pueden controlar los temas climáticos mundiales en los grandes denominadores del planeta completo; no pueden controlar temas monetarios por sí mismos y no pueden controlar la guerra.
Entonces, esos temas están empujando de forma evolucionaria contra las limitantes de nuestra actual manera de organizarnos socialmente, y nuevas formas de organización social que son globales y planetarias van a comenzar a emerger. La globalización, tanto en su sentido negativo como positivo, está aquí, está sobre nosotros y realmente está mostrando que se necesita una transición hacia la siguiente forma de organización humana, una que va a tener que incluir una suerte de federación mundial.
COHEN: ¡Qué emocionante!
WILBER: Y tener temas globales en su corazón. Entonces, estamos justo en el comienzo de eso, y es un período de la evolución espiritual que asusta y emociona. Es uno de los lados positivos de la crisis el que estamos mirando ahora.
COHEN: Ojalá los líderes del primer mundo sean capaces de dar un gran salto, porque el salto hacia una federación global es realmente grande…
WILBER: Es cierto. Nadie va a entregar poder voluntariamente. Entonces va a continuar tomando una serie de crisis.
COHEN: Forzarlo, hacer que suceda.
WILBER: Correcto. En dosis moderadas, estas crisis nos empujan a crear nuevas soluciones.
COHEN: Idealmente, este tipo de crisis pueden ser momentos oportunos para que los individuos y las culturas que normalmente tendrían un mayor desafío para llegar a darse cuenta de que va a ser mucho más fácil sobrevivir y prosperar juntos que solos. Cuando se percibe una amenaza, sea desde un enemigo común o desde la naturaleza, nosotros los seres humanos hemos probado históricamente que queremos unirnos para una mutua supervivencia.Pero también es importante darse cuenta de que casi nunca ha sucedido que individuos y grupos se unan para evolucionar.
WILBER: Correcto…
COHEN: Por supuesto, si enfrentamos una amenaza común, hay ciertas diferencias que vamos a tener que dejar para poder unirnos. Vamos a tener que hacer sacrificios por el bien de nuestra supervivencia colectiva. Pero esto también es cierto para la evolución de la consciencia. Cuando los seres humanos se unen para evolucionar conscientemente, van a tener que hacerse determinados tipos de sacrificios, y yo no creo que esto haya sucedido alguna vez. Entonces, esto es algo de lo que yo hablo bastante a menudo para intentar dar a las personas una sensación de lo que yo siento que se necesita hacer ahora. Hemos probado que podemos unirnos cuando somos amenazados por un enemigo común pero, podemos unirnos para evolucionar?
Lo que todavía tiene que suceder, tal como yo lo puedo ver, es que los seres humanos se vean obligados a unirse para crear el futuro, para hacer un mundo mejor y más iluminado –no ser empujados por las crisis o el miedo, sino inspirados por el amor a la verdad, el amor a Dios, por el bien del impulso evolucionario mismo. Eso no ha sucedido todavía. Es algo importante para que las personas piensen. Incluso las más extraordinarias innovaciones –sea en tecnología o en sobrecogedores actos de compasión y valentía- a menudo suceden como resultado de la crisis o la guerra. Pienso que la humanidad como un todo tiene todavía que alcanzar ese punto en donde nos descubrimos a nosotros mismos inspirados a trabajar juntos, no porque haya una amenaza común sino porque no hay nada más que hacer.
WILBER: Eso es verdad, y los estudios demográficos nos pueden ayudar a ver por qué ese es el caso. Si miras el desarrollo moral, se devela como virtualmente todas las líneas de desarrollo a través de cuatro grandes etapas. Las podemos llamar egocéntrica, etnocéntrica, mundocéntrica y Kosmocéntrica.
Egocéntrica significa que la moral se decide por lo que siento. Lo correcto es lo que yo digo que es correcto, y lo que es bueno es lo que es bueno para mí, y al diablo con todos los demás. Esa es la parada narcisista, egocéntrica que se expresa en las etapas tempranas del desarrollo moral en individuos y culturas. Ese contexto moral se expande cuando los individuos empiezan a incluir a otros en sus grupos, en consideraciones morales. Entonces, lo que es correcto y bueno se convierte en lo que es bueno para mi tribu, mi familia o mi nación. Esa es la etapa etnocéntrica. Y luego la siguiente etapa es mundocéntrica, y esa ve lo que es correcto o bueno en términos de lo que es correcto o bueno para todos los seres humanos, sin importar su raza, sexo o credo. Y finalmente, en la etapa Kosmocéntrica es locorrecto para todos los seres –no sólo humanos sino la gran consciencia que mira hacia fuera a través de los ojos de cada ser y en identidad con todo el Kosmos.
Entonces, cuando miramos el mundo en términos del desarrollo actual, la imagen es un poco deprimente: setenta por ciento de la población mundial está en la etapa etnocéntrica o más abajo. Pero tenemos que recordar que ese continúa siendo un enorme salto desde donde estábamos en los tiempos premodernos. Hay un avance sostenido de los individuos que expanden el amor, el cuidado y la compasión más allá de ellos mismos y más allá de su tribu hacia todas las tribus y, de hecho, a todos los seres. Estamos avanzando en eso y llegando un poquito más cerca, pero no creo que estemos en un punto donde el mundo vaya a juntarse en una unidad colectiva.
COHEN: Por supuesto. Pienso que avanzaremos bastante hacia el futuro antes de que algo así suceda. Pero no estoy hablando de toda la humanidad uniéndose en algún tipo de armonía perfecta. Sólo estoy diciendo que es muy raro o al menos no se ha escuchado que algún grupo de individuos se reúna solo por el bien de la evolución misma, sin ser empujado por ningún conflicto. Generalmente, lo que ocasiona que trascendamos nuestras diferencias y nos unamos son las crisis, no estos motivos altamente espirituales.
WILBER: Eso es exactamente correcto.
COHEN: Y es importante. A menudo las personas creen que responder a los problemas y a las crisis es evolución. Y yo digo, bueno, no necesariamente. Evolución realmente significa moverse hacia adelante, la creación de algo nuevo, no sólo una restauración de la paz y un retorno a la forma en que las cosas eran antes. Por supuesto, el conflicto, como hemos estado diciendo, puede y a menudo de hecho nos obliga a encontrar nuevas formas de avanzar creativa y prácticamente, y eso es bueno. Pero eso es distinto de lo que significa evolucionar porque sí, que es el motivo más elevado que hay.
WILBER: Correcto.
COHEN: Por lo que yo pienso que es muy importante no confundir la aspiración de hacer del mundo un lugar mejor arreglando sus muchos problemas con la aspiración de evolucionar conscientemente. El impulso evolucionario es, finalmente, por sí mismo. A medida que vamos despertando hacia este impulso evolucionario, comenzamos a entender que la mera supervivencia no es el motivo por el cual estamos aquí. Consciente e intencionalmente tratando de evolucionar, individual y colectivamente, por la evolución misma del proceso creativo completo, es lo que infunde a la vida humana con un propósito y un significado más elevados. ¡Y qué mundo tan extraordinario podemos crear cuando estamos en contacto con esta mejor parte de nosotros mismos!
Traducción: Bárbara Partarrieu
Recuerdo hace muchos años, alguien de quien estaba aprendiendo, dijo<< he superado los miedos>>, luego estaba preocupada por los más insignificantes asuntos de la material vida humana...ahí dije " desarrolla tu intuición, entra en tí y desde ahí empieza a hacer el camino, no se puede depender de otro ser, pues dependes de sus estados, y te alimentas de sus formas...
Platón escribió sobre las experiencias en el umbral en su libro X de La República. También describió los viajes astrales en su Fedro, cuando narraba los detalles de las últimas horas de Sócrates. Dice Sócrates: “¿Y qué es la purificación sino la separación del Alma del cuerpo, tal como he dicho antes; el hálito de reunión y recogimiento del alma hacia sí misma, fuera de los avatares del cuerpo; la morada en su propio espacio y sola, al igual que en otro lugar también sola, en otra vida o en esta, tanto como pueda; la liberación del Alma de las cadenas del cuerpo?.”
Pitágoras, el adepto y matemático griego del siglo V a.C., fue capaz de utilizar el viaje del Alma en cualquier momento. Napoleón también era un viajero y Alejandro Magno lo utilizó mientras salía victorioso en las batallas de Gaugamela, Hidaspo e Isos. Zoroastro, o Zaratustra también dominaba el viaje astral y visitó el tercer plano. Sostuvo numerosas comunicaciones con sus Maestros y Guías que facilitaron la caída final de la idolatría degenerada persa. Mahoma realizó viajes similares a los de Zoroastro, sobre su “caballo blanco”
Nosotros podemos desarrollar la capacidad de viajar más allá de nuestro cuerpo físico hacia otras dimensiones. Desarrollar esta habilidad nos aporta conocimiento, sabiduría, libertad y nos libera del miedo a la muerte física. Liberación de las ataduras físicas, mentales, emocionales psíquicas y espirituales es la razón principal por la que el alma necesita reencontrarse a sí misma en sí misma, sola y fuera de las ligaduras del cuerpo físico.
2- Las ondas cerebrales
El alma está vinculada a la corporeidad física y el estado de esta determina y condiciona al alma. Existen cuatro niveles de frecuencia de onda cerebral. La onda cerebral es el número de ondas o ciclos de energía por segundo que emite el cerebro. Pueden medirse las ondas del cerebro mediante un aparato llamado electroencefalógrafo.
Veamos las frecuencias de onda:
-Nivel Beta: de 21 a 14 ondas por segundo. Es el Nivel Consciente Externo, el estado activo, despierto.
-Nivel Alfa: de 14 a 7 ondas (vibraciones) por segundo. Es el Nivel Consciente Interno, el estado relajado.
Alfa es el nivel de frecuencia de onda cerebral que estamos tratando alcanzar porque es el nivel en que el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo trabajan juntos. En Alfa podemos programar nuestra “computadora” mental y entrar en contacto con la “computadora” astral.
-Nivel Theta: de 7 a 4 ciclos por segundo. Están en el límite del sueño.
-Nivel Delta: por debajo de 4 ciclos por segundo. Corresponden al sueño profundo.
En el Nivel Beta estamos sumergidos en el mundo material. Es el mundo de los cinco sentidos físicos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. El mundo del espacio-tiempo.
En el Nivel Alfa, entramos en un mundo diferente donde se empieza a sentir sin los sentidos físicos. Este nivel es un mundo no físico donde las barreras del espacio-tiempo no existen y la intuición, la percepción extrasensorial y el funcionamiento psíquico se hacen posibles.
A medida que se profundiza en el nivel de relajación hasta llegar a Alfa, con la disminución de ondas cerebrales, la mente se desliza del nivel consciente externo al nivel consciente interno. Los psicólogos llaman a este último subconsciente. La iniciación consigue hacerlo supraconsciente, esto es, vivirlo con plena consciencia.
3- Condiciones para el Viaje del Alma
Sería absurdo abordar este tema tratando de convencer a hombres vulgares: el mundo moderno les ha inculcado en el materialismo. Así pues, vamos a referirnos a la cuestión enfocándolo a las personas interesadas y como realización práctica: el conocimiento tiene por fundamento la experiencia.
Quien quiera o esté llamado a ello, puede ponerlo en práctica. Tal vez ya lo haya hecho antes de leernos a nosotros. En tal caso, nuestras palabras vendrán a confirmarnos los unos a los otros. Somos conscientes de que todo este conocimiento otrora fue preciosamente custodiado en templos y practicado por verdaderos sacerdotes-guerreros del espíritu.
Es preciso poner énfasis en la ejercitación físico-mental. Esta busca conseguir un estado de conciencia lúcido: donde el hombre vulgar pierde la consciencia, el iniciado es capaz de mantenerse despierto y alerta.
Cada persona tiene unas características y unas condiciones diferentes, si bien, para desarrollar el viaje astral consciente, la práctica de la disciplina es siempre fundamental. De otra forma, sin una práctica disciplinada, nuestra naturaleza tendería hacia la inercia caótica del mundo y los resultados serían pobres y mediocres, además de erróneos: seríamos engañados fácilmente por la ilusión (Maya).
Los ejercicios de gimnasia física, estiramientos, yoga... otorgan al cuerpo físico vigor, salud y bienestar, ayudando a la mente a la visualización. Igualmente es necesaria una dieta sana y sin excesos. Un cuerpo alterado o irritado descentra la mente e impide la concentración.
4- Ejercitación práctica. Tomar las riendas del dragón
Para poder llegar a desarrollar la capacidad del viaje astral consciente, antes hemos de empezar con la visualización. Puede realizarse esta sentado en una silla, con la espalda recta, ante una mesa, por ejemplo, en una habitación tranquila. Puede ponerse música clásica en volumen bajo. En un inicio, las visualizaciones son sencillas y con la práctica van haciéndose más completas, más vívidas, lúcidas y complejas. Se practica la visualización diariamente, al menos durante 10 minutos.
EJERCICIO 1- Sentado en una silla, ante una mesa, cómodo, te centras y te pones cómodo..
Imagina una figura geométrica (esfera, pirámide, cubo...). Si tienes una figura física, ponla encima de la mesa ante la que estás sentado.
Mira fijamente la figura, durante treinta segundos. (si no dispones de ella, imagínala).
Cierra los ojos y mentalmente visualiza la figura con el ojo de la mente. Visualiza la forma, el color.
Ahora siente que la tocas, pero sin mover las manos físicas, sino con las “manos astrales”. Tocas la figura imaginada como si fuera real, pero con las manos “inexistentes”.
Aumenta mentalmente la figura e imagínate atravesándola. Siente cómo la atraviesas, como si fuera una materia energética. Miras atrás y la ves suspendida en medio del aire.
Distráete durante un rato girando en torno la figura elegida y viéndola desde diferentes ángulos...
EJERCICIO 2-
El mismo ejercicio, pero con un objeto sagrado: una cruz, una esvástica, una céltica, una runa...
EJERCICIO 3-
El mismo ejercicio, pero con objetos más complejos: una medalla, una moneda, un objeto de cerámica, un libro, un juguete, una botella, un mechero... Lo visualizas y a la vez que lo visualizas, lo sientes como si lo estuvieras tocando.
Las visualizaciones conscientes serenan la mente, además de evitar las distracciones mentales.
La mente vulgar las más de las veces está divagando. La gente con este tipo de mente vive en mundos irreales que le obsesionan en medio de su caos mental, sin apenas darse cuenta de su situación real e incapaces de tomar las riendas de sí mismos. Si nos fijamos en la gente “normal” de cualquier pueblo o ciudad, podremos ver cómo, habitualmente se queda con sus ojos físicos divagando sin ver, o mirando un punto fijo, hacen cosas con las manos sin darse cuenta de ello, mientras sus mentes charlan de forma caótica, imaginando escenas, situaciones incontroladas, repetitivas... el flujo apresurado de pensamientos incontrolados les hace vivir presos de mil “demonios”. Ven, pero no ven. Eso es un grado de “locura”.
Es destacable el espíritu Zen como método de disciplina tajante y eficaz a la hora de matar los “demonios” que nacen de la inconsciencia. Estos provienen de vivir ajeno al Nivel Alfa (el subconsciente). El ser humano vulgar, como dice Cristo, tiene una de sus dos manos que le hace errar y caer en pecado (falta, error): y esta mano es el “subconsciente”. Como decíamos arriba, la iniciación hace que el “subconsciente” se convierta en supraconsciente.
El maestro Zen reconoce al discípulo el grado de iniciado cuando este ve, esto es, cuando la visión del discípulo está libre de demonios del subconsciente. Los ojos del maestro, que ven como los ojos de un dragón reconocen a otro dragón.
Existen numerosos tratados respecto a visualizaciones y ejercitación que nos ayudarán a desarrollar la capacidad de visualización. Los ejercicios de visualización que hemos propuesto aquí son únicamente un ejemplo. A este respecto sería interesante que cada cual trate de hacer suyo el método más adecuado, siempre teniendo presente que la práctica ha de ser disciplinada y diaria.
Únicamente mediante la disciplina y la práctica conseguiremos alcanzar el nivel que nos permita acceder a esos otros estados. Por otra parte, no merece la pena hablar sobre estas cuestiones con personas no iniciadas. Lo que está aquí escrito está fundamentado en la práctica de muchos maestros y quien carezca de experiencia sólo puede dar testimonio de su propia ignorancia.
Con el tiempo el iniciado se vuelve poderoso como un dragón, sus ojos se despiertan y su mirada se aclara, encendiéndose.
5- Artes mágicas egipcias
Hemos visto cómo, en la antigüedad hubo culturas e imperios en íntimo contacto con la divinidad que eran guiados y regidos por iniciados y escuelas de sacerdotes-magos; pero en la actualidad el mundo está en manos de los agentes de la contrainiciación que niegan el poder del espíritu y de la magia.
Esto no quiere decir que estos agentes no crean en el poder de la magia: la finalidad de su política es precisamente impedir que el poder mágico de los héroes, los sacerdotes-guerreros, llegue a desarrollarse y a manifestarse sobre el mundo. Mediante el materialismo, el mundo moderno se ha convertido en una prisión de almas, en el que las razas celestes caídas en este antro telúrico, son diluidas en el caos y la mezcolanza del mundo.
Es decir, el Sistema mundial utiliza su magia negra para impedir que los descendientes de los dioses recuerden el origen y puedan volver a él, tratando de encadenarles en la materia para que el “dios” del mundo pueda devorarles como al resto de la creación. Los centros sagrados, los templos en los que los iniciados transmutaban su naturaleza mortal en divina son sólo ruinas. A veces tratando de ganarse unas monedas y otras veces con intención de suplantar el verdadero conocimiento, existe una multitud de charlatanes y chiflados que hablan de lo divino y de lo humano como si fueran grandes magos o maestros.
Buscando hacer luz sobre la cuestión, creemos interesante volver en este punto a Egipto. Hemos ido poco a poco abriéndonos a la visión mágica de la mente y de la realidad y estamos más capacitados para entender el sentido de la magia del país del Nilo. Vamos a echar un vistazo superficial a sus rituales mágicos, ya que la profundización en esta cuestión requiere que el interesado le dedique su tiempo y su práctica.
Dejamos en manos de cada uno profundizar sobre la materia, ya que existe numerosa documentación disponible al respecto, recodando que el uso de la magia sólo está al alcance de quien es digno de ella por el trabajo realizado. Golpear sin son el teclado de un piano no es crear música. Para crear música con un piano se necesita de estudio y práctica. Lo mismo sucede con la magia. Los hechos vendrán a dar la razón al verdadero mago.
Miramos a Egipto porque es la civilización mágica más conocida, gracias, entre otras cosas, a que muchos de sus tesoros han llegado hasta nuestros días inscritos en los muros de sus formidables construcciones. Gran parte de su saber se perdió, pero no tanto porque el saber haya desaparecido, sino porque los hombres han degenerado y son incapaces de acceder a él. En el antiguo Egipto, el mago dedica toda la vida a desarrollar su poder mágico, es decir, no es una distracción de fin de semana ni un hobby para personas aburridas.
Cualquiera no está capacitado para ser un mago. El candidato debe pasar por un periodo de instrucción riguroso y un ritual de iniciación, durante el cual los maestros juzgan sus conocimientos y su capacidad.
Antes de poder actuar, el neófito debe ejercitarse en el uso de ciertas técnicas. Debe aprender a dirigir su heka con las manos, los ojos y la palabra. Ciertas posturas, representadas a menudo en las figuras de los dioses, canalizan la fuerza interior del mago.
En Egipto el poder mágico recibe el nombre de heka. Se trata de una fuerza universal, presente desde antes de la creación. Es la fuerza sobrenatural que rige la vida, substancia que actúa como intermediaria entre la materia y el espíritu y que el mago aprende a manipular. Anima todo lo que existe y manipularla equivale a manipular los mundos.
El lenguaje egipcio, como las runas germánicas, está cargado de poder. Este se convierte en un canal para las fuerzas ocultas. Existen además conjuros de evocación que no deben ser cambiados, auténticos mantrams cuyo poder reside en el sonido.
El alfabeto participa de la naturaleza sagrada del lenguaje. Miguel Serrano destaca la importancia de la palabra, que es “Verbo Viviente, Energía, Comando para la realidad física y no física. Las vibraciones materiales son la resonancia de otras vibraciones más sutiles que, a su vez, dependen del Sentido –el Tao de la antigua China–. La orden de aquel que alcance ese plano supremo del Sentido Sincronístico, de ese Azar lleno de Sentido, será como un rayo, o un relámpago que atraviesa las jerarquías partiendo de una altura justa, hasta llegar a imponerse a la vibracion misma que determina y cohesiona la materia.
Es la Voz-Mágica de Comando, el Rayo Diamantino, el Verbo Viviente. Al comienzo fue el Verbo. Y también al final”. (...) “Con esta legendaria ciencia hiperbórea, los dioses blancos construyeron Tiahuanacu, los Mohai de la Isla de Pascua, Stonehenge, los rostros impresos en las cordilleras del planeta, las islas y continentes no naturales y dirigieron a voluntad el curso de los astros. Es también con el sonido inaudible, con la música órfica, que se levitan los Vimanas, se vence la gravedad y se dirige la aparición y desaparición de los discos de luz, que conocen el pensamiento y los sentimientos de los hombres”. (NOS. Libro de la Resurección)
En Egipto, la técnica de Neter Paut es la de asunción de la forma de un dios.
Mediante una intensa meditación y visualización, el mago se identifica con un dios. Su doble asume la forma invisible de la divinidad; introduce su conciencia en el doble sutil de la deidad y adquiere sus poderes.
El oficiante debe preparase antes de realizar este acto sagrado. Durante un tiempo, antes de cualquier ceremonia, se abstiene de relaciones sexuales y de comer carne y pescado. Llegado el momento se lava manos, pies y boca, para que sus palabras y acciones sean puras. Se aplica aceites y ungüentos sagrados. Luego procede a calzarse con sandalias blancas y a vestirse con el ouab, la vestimenta ritual cargada de poder de lino blanco, y anuda su “cinta de conocimiento” alrededor de su cabeza.
Algunas corporaciones de magos no llevan la cabeza totalmente rapada y lucen una trenza que simboliza la cola del escorpión. De hecho, entre sus poderes está el de transferir su conciencia a dichos animales para moverlos y dirigirlos a su antojo.
Sobre su lengua pinta una pluma (símbolo de la diosa Maat, la Verdad) con tinta fresca. Luego canta himnos a los dioses. Porta un inciensario sobre el que debe arder de continuo el incienso y procede a dibujar en el suelo, que debe estar perfectamente limpio y recubierto de mantillo que no haya sido pisado por cabras ni cerdos, los símbolos sagrados acordes al tipo de rito que vaya a realizar. Son el equivalente del círculo mágico en el que el mago recrea el Universo y está protegido de las fuerzas del caos.
Entre sus armas mágicas se encuentran un cuchillo, bastones y cayados sobre los que se representan genios y deidades, y en ocasiones una lanza.
En Egipto también es gran protagonista la adivinación mediante la observación del vuelo de los pájaros, o sirviéndose de otros medios, como un recipiente con agua.
La astrología es practicada en los templos por los sacerdotes de mayor edad. Permite conocer el estado de los poderes del cosmos a la hora de llevar a cabo un rito y determinar qué días son propicios para las acciones mundanas.
Magnetismo, mediunidad, psiquismo... magia de los nudos, curación de enfermedades... Pero la gran protagonista es la magia de la imagen. El oficiante fabrica imágenes a las que “anima” mágicamente para que estén ligadas al ser o persona que representan. Desde ese momento, lo que se actúe sobre la imagen repercute sobre lo representado. A veces se dibuja la imagen de la persona representada sobre un papiro.
Mediante la magia del sueño, el mago puede viajar a otras realidades. Se desplaza a través de los sueños y vence las barreras del espacio-tiempo. El mundo de la conciencia despierta es tan real como el onírico y en este mundo diferentes poderes y dioses transmiten sus mensajes. Dominar el sueño equivale a conocer a los habitantes de las realidades invisibles.
6- Preparación para el Viaje del Alma y el doble
Acabamos volviendo al inicio. Estamos cerrando el círculo. Todo lo que hemos escrito en estas líneas ha tenido por fin, explicar, situarnos en la evidencia de la existencia de esos “otros mundos”, esas otras realidades. El trabajo ha servido para sacar del misterio esas historias y esos mundos que íbamos descubriendo, o tal vez recordando.
La naturaleza tiene un curioso orden de insectos denominados lepidópteros. El insecto en cuestión es un gusano o larva que forma una crisálida (capullo) de la que vendrá a surgir, metamorfoseado en un ser alado, que nosotros denominamos mariposa. Santa Teresa de la Cruz señala la similitud entre la metamorfosis de este insecto y la transmutación del iniciado. El cuerpo físico es trabajado como si fuera una crisálida para que de él pueda surgir, metamorfoseado, el cuerpo astral.
Anteriormente nos hemos referido a la visualización y hemos descrito varios ejemplos de ejercicios.
En la práctica, el iniciado ha de ir avanzando, descubriendo poco a poco, mediante la práctica, la puerta hacia esa “otra realidad”. Eluard decía: “hay otros mundos pero están en este”.
Decíamos: todo empieza en la mente.
Hemos enriquecido nuestra forma de percibir la realidad. No tanto como resultado de un esfuerzo intelectual, que también, sino fundamentalmente como resultado de la práctica del yoga físico y el yoga mental.
Avanzando por la senda de la visualización, poco a poco, en el curso de nuestras prácticas, vamos creando imágenes mentales más y más vívidas. Podemos ver los objetos creados con más claridad e intensidad. Podemos ver los objetos, sus formas, colores, intensidad de color; olerlos, tocarlos... sentirlos. Podemos empezar a sentir en astral
El cuerpo astral es el ka egipcio, llamado doppelganger en Germania, vardger en Escandinavia, taslach en idioma gaélico escocés, eidolon en griego, larva en la antigua Roma, bardo en Tíbet, pranamayakisha en India...
El cuerpo astral, visto por los ojos de nuestro cuerpo físico, parece brillar y se asemeja a nuestro cuerpo físico en tamaño y forma. Parece un tanto transparente, aunque lleno de muchas estrellas diminutas y blancas. Cada noche, cuando dormimos, nos proyectamos hacia otros lugares con nuestro cuerpo astral, el cuerpo de sentimiento.
Desde lejos su aspecto normal es el de unas pequeñas luces azules. El cuerpo astral puede verse mucho más joven que la edad biológica y cronológica del cuerpo físico, especialmente al ser observado a través de un espejo.
Este cuerpo se asocia a la sensación, a la pasión y está continuamente alternando su apariencia y reflejando nuestro estado emocional.
Existen diversos ejercicios que nos ayudan a visualizarnos fuera de nuestro propio cuerpo físico. Vamos a ver un ejemplo de ejercicio:
EJERCICIO:
Nos sentamos cómodamente, preferiblemente con la espalda vertical, en una silla ante una mesa. Podemos poner música clásica en volumen bajo, que no nos moleste en la concentración. Entonces, cerramos los ojos y visualizamos en la mente una imagen, tal y como hemos visto anteriormente. Puede ser una imagen sencilla, por ejemplo, una esfera de color blanco. La vemos en tres dimensiones, delante de nuestros ojos, con los ojos astrales (los ojos físicos permanecen cerrados todo el rato). Entonces, logrado un punto de concentración, decidimos vernos a nosotros mismos, esto es, ver nuestro cuerpo físico, pero desde fuera de él. Para lo cual, sentimos salir fuera del cuerpo por la coronilla y nos situarnos en medio de la habitación donde nos encontramos, por encima de nuestro cuerpo físico. Ahí, desde una distancia de uno o dos metros, vemos el cuerpo físico, sentado en una silla, con la espalda recta, delante de la mesa... tal y como está realmente.
Vemos ahora desplazándonos y variando la perspectiva los detalles, el pelo, los hombros, las manos... y lo tocamos. Sentimos el tacto de las manos... la nariz, la frente, las orejas... Todo esto lo vamos viendo y sintiendo con la imaginación. Nos vamos desplazando, mirando el cuerpo y toda la escena desde diferentes puntos de visión. Finalmente, decidimos volver al cuerpo. Sentimos cómo entramos en él y abrimos los ojos.
Esto es una visualización que ha de hacerse de la forma más vívida posible, sintiendo como si fuera real lo que estamos haciendo, sintiendo, viendo los colores tal y como son, sintiendo el tacto, el olor del aire, el tacto del cabello, la piel, el tacto de la textura de la mesa, la silla, la misma pared... como si lo estuviéramos tocando y sintiendo realmente.
Esta práctica ha de ser cada vez más y más real. Sentir cada vez mejor las visualizaciones, sentir cada vez más y más como si realmente saliéramos del cuerpo, como si realmente tocáramos lo que tocamos, como si realmente vemos lo que vemos, con la misma intensidad de colores, con el sentimiento mismo del tacto, tal y como si lo imaginado fuera real.
Ahora, podremos imaginar que viajamos a otros lugares. Sentimos cómo salimos de la habitación. Atravesamos la puerta, o la ventana, salimos al vacío exterior de la casa, sentimos el aire exterior y vamos a donde hayamos decidido. Podemos saludar a alguien conocido. Verle lo más vívidamente posible, incluso tocarle y sentir que es él o ella. Decirle algo, darle un mensaje. Podemos decirle que nos llame, que nos ayude en algo concreto o simplemente decirle cualquier cosa. Hemos de vivirlo todo como si fuera real, sintiendo el tacto de lo que tocamos, viendo los colores con claridad, oliendo los olores como si los oliéramos realmente...
Podemos viajar a cualquier parte con nuestra visualización.
Cada vez ha de ser todo más y más vivido, vivir la experiencia como más y más real, como algo que realmente está sucediendo.
En una nueva fase, comenzaremos a crear el Cuerpo de Luz:
EJERCICIO:
Ahora vamos a recrear nuestra propia imagen. Como antes, nos sentamos en una silla, con la espalda recta, ante una mesa. Entonces, cerramos los ojos y visualizamos una figura geométrica, por ejemplo un cubo naranja. Lo vemos delante de nuestros ojos (con el ojo de la imaginación). Una vez tengamos la concentración enfocada, decidimos mirar hacia atrás de nosotros mismos. Entonces, creamos una imagen de nosotros mismos. La visualizamos en el centro de la habitación. De pie, con las mismas ropas que llevamos puestas. Lo sentimos con la vista, con el tacto, con el olor, variando el punto de observación, sintiendo el cabello, la piel, la ropa, los objetos que lleves. Ahora, nos observamos mirando a través de los ojos de esta imagen creada de nosotros mismos. Miramos a través de sus ojos. Paseamos. Nos ponemos a dar vueltas a la habitación, en el sentido de las agujas del reloj. Observamos las paredes tal y como están, con los objetos que hay, la mesa, la silla donde está el propio cuerpo físico... los libros, los diversos detalles. Ahora cambiamos el sentido y damos vueltas en sentido inverso a las agujas del reloj. Observamos vívidamente la habitación, sus colores, tacto, olor...
Con el tiempo, se ha de ir dominando más y más esta técnica. Para ello, insistimos, se ha de practicar. En la visualización puedes salir de la habitación, visitar otros lugares, planetas, galaxias... irte fuera del mismo universo, abandonar el espacio-tiempo. Todo empieza por la imaginación y poco a poco se hace más y más real.
Esta técnica proyecta el foco de conciencia a un cascarón astral para darle vida. Este fantasma astral puede traer información de vuelta que no se podría saber de ningún modo, lo que probará, con la práctica, de que el hecho no se trata de ninguna imaginación. En el comienzo sentirás que aún te encuentras en el cuerpo físico. Cuando empiezas a moverte a través de objetos sólidos o eres incapaz de tocar un objeto sólido, entonces te das cuenta que “ya no estás en Barcelona”.
A este cuerpo astral que crees puedes darle diferente forma, esto es, hacerlo de más edad o más joven, más delgado o más grueso... y así será durante todo el viaje astral.
Existen diversos puentes o portales al mundo astral, regiones del plano astral accesibles y que nos permiten acceder con mayor facilidad. El portal escandinavo es un puente de luz (el puente Bifrost) con un guardián llamado Heimdal (un joven dorado). Una fuente que fluye de una cueva representa el portal celta. Un caballero de armadura negra con caballo negro es su guardián. Hay otras imágenes del portal, como una isla rocosa envuelta en bruma, con una voz descarnada lamentándose y una embarcación haciendo de guardianes. Una cueva fresca en un caliente y oscuro desierto...
En los viajes podemos ver diferentes escenas, paisajes, lugares, edificios... Recordemos siempre sentir todo como real. Ver los colores, las formas, sentir el aire, el olor, sentir el tacto de los objetos, las personas... de todo lo que toquemos. Podemos ver animales mitológicos, planetas con dos o más lunas, atravesar el ardiente sol sin quemarnos, ver y sentirnos en medio de poderosas tormentas de rayos y truenos ensordecedores, ver bellas ninfas y seres angélicos, ver y sentirnos en lugares de hermosas luces de intensidad variable y colores vívidos de tono mate, intensos...
También, el mago aprende a visualizar para conseguir cosas prácticas que le son necesarias en el día a día de esta vida. Conseguir objetos, situaciones... Igualmente puede visualizarse contactando con guías, maestros, personas conocidas...
EJERCICIO:
Otra técnica interesante que puede practicarse cuando estamos tumbados en la cama por la noche, antes de dormir. El momento anterior al dormir es propicio para desvincularse del cuerpo físico. Cerrados los ojos y el cuerpo sin moverse, visualizamos que movemos la mano derecha y tocamos la nariz (sin mover la mano física). Sentimos el tacto de la nariz como si la tocáramos con la mano física. Hacemos lo mismo ahora moviendo la mano izquierda astral (la mano física se queda donde está sin moverse). Podemos tocar la nariz, el pelo o cualquier otra parte física. Ahora levantamos la pierna derecha astral... luego la izquierda... todo sentido como si estuviéramos moviéndonos realmente, pero sin mover el cuerpo físico. Sentimos tal y como sería si nos estuviéramos moviendo realmente con el cuerpo físico... Ahora empezamos a levantar la cabeza... Entonces, puede producirse un zumbido intenso, incluso fuertes vibraciones del cuerpo... Cuando este momento sucede, es crítico, pues aquí el ser astral está tratando de desvincularse del físico.
Si se desprende, el viaje astral habrá empezado. Si no se consigue desprender, podemos seguir visualizando. Visualizamos que estamos fuera del cuerpo y que viajamos a otros lugares, sintiendo las paredes, ventanas, árboles, edificios, lugares, personas, animales, seres... Mediante la visualización empezamos a proyectar esencias sutiles fuera del cuerpo físico. Al final, la práctica de la visualización conseguirá proyectar el cuerpo astral fuera del cuerpo físico... y podremos desplazarnos por este mundo y más allá.
He aquí unas recomendaciones dietéticas para realizar visualización. La dietista Minni Keeler recomienda reducir el consumo de alimentos o ayunar antes de realizar un viaje astral. No debería comerse nada en el plazo de una hora antes. Las frutas y verduras son recomendadas antes de ese periodo, pero se debe evitar la carne y los frutos secos de cualquier tipo, en especial cacahuetes. Las zanahorias y líquidos de cualquier tipo ayudan a su realización. Evitar alimentos picantes y exceso de sal. Keeler recomienda abstenerse completamente de tomar alcohol, fumar tabaco y otras drogas.
Otras recomendaciones básicas:
-Dedicarle cierto tiempo al día. Diez minutos diarios pueden ser suficientes.
-Es preciso practicar sin prisas.
-No haber comido una hora antes.
-Practicar en un cuarto tranquilo.
-No tener prisas por conseguir resultados. Ocuparse únicamente en ser constante.
-Tener fuerte deseo de visualizar y proyectarse.
-Si estamos ansiosos, hacer antes algo de gimnasia, estiramientos, yoga...
7- El Cuerpo de Resurrección
En su libro “NOS. El libro de la resurección” Miguel Serrano escribe sobre el sentido de la realización espiritual:
“Nuestra Orden de guerreros aspira a pasar de esta luz visible del Sol Dorado, que es la Sombra de la Luz del Sol Negro, al estado indescriptible, a la No-Existencia del Rayo Verde, donde moran nuestros exaltados Guías. Y de ahí regresar de la mano de la amada.
El secreto de la Inmortalidad está en el endurecimiento por concentración diamantina. De esta forma podemos atravesar el último horizonte, los Hoyos Negros, sin desintegrarnos, como si fueran un túnel astral, manteniendo nuestra propia luz. Miguel Serrano explica que la inmortalidad se ha de ganar en este mundo y que mediante el “Cuerpo Incorruptible de los Dioses Blancos” se puede pasar sin perder la propia imagen ni la de la amada más allá del Sol Negro, cumpliendo con el último misterio.
La Amada entrega la inmortalidad al héroe. Para ello el héroe ha de ser firme, impasible y puro. De otra forma, no sería digno de ella y la unión sería imposible:
“Sólo aquel que ha devenido vivo, logrando despertar, prende al morir la Forma Eterna, su Verdadero Nombre y le da un Rostro: El Rostro de su Amada, que es el Rostro de la Amada”. (...) “Ella entrega la Copa del Grial al Amado, llena hasta los bordes del licor de inmortalidad”. (...) “Así como existe un Fuego no Engendrado detrás del fuego visible, también existe un Placer eterno, inmóvil, permanente, sin fin, detrás del placer físico”. (...) “Un placer no engendrado, una voluptuosidad divina, extática, un orgasmo trascendente, sin comienzo ni fin. Su apogeo es el estado de exaltación sin fin que reemplaza toda fugaz sensación de potencia. El Orgasmo Extático es fulguración que rompe los límites de la conciencia finita y dona la Personalidad Absoluta, el éxtasis separado y permanente del héroe tántrico, porque se ha desvinculado de su condicionalidad física. Se ha destruido el dios del deseo, Smara, con el rayo que proyecta la mirada del Tercer Ojo, con Urna, con Vril”.
Siva y Shakti se unen en el plano increado:
“Es éste el goce supremo del placer no engendrado, del pensamiento no pensado, de la amada circulando permanente en el río de néctar del recuerdo no recordado, más allá del olvido y del recuerdo. La amada es la Amada Oculta. La Mujer-Sophia, Gurú del alma, la que navega por la sangre, la Mujer-Filosofal, Sophia, la Sabiduría, la Paloma, la Gnosis”.
El Hombre Absoluto, Señor de sí mismo, fuerza las puertas del Paraíso.
“Sólo el Señor de la Voluntad Pura puede marchar hasta el fin, forzando las Puertas de la Ciudad de la Vida Eterna. Porque la Voluntad, con su perseverancia, crea la cosa contemplada. Sólo la Horda furiosa de Wotan y Parsifal conquistará el Grial”.
El Cuerpo de Gloria que vence a la muerte:
“Quien entró en la Ciudad ha debido revestir su cuerpo sutil con la energía inmortal de Vajra. Posee ya el cuerpo que sobrevive aún en la última disolución. Ha resucitado sin dejar un cuerpo muerto en su tumba, cambiando su cadáver por una espada, como en la yoga de la Antigua China de los gigantes, que se hacían inmortales con el cuerpo Che-kai. Los dropas hiperbóreos del Tíbet lo hacían con Ja-lus, “Cuerpo Arco en el Cielo”. Los egipcios lo llamaban Sâbu ese poder mantenerse erguido en la muerte. Es el Sidha-rupa del mago Siddha, constituido por otros elementos, como el Cuerpo Glorioso de los gnósticos”.
La inmortalidad hay que inventarla, crearla y ganarla siempre en dirección contraria a los tiempos del Kali-yuga.
“Quien ha experimentado en vida la Muerte Mística es ya señor de los Dos Mundos”. En los antiguos ritos iniciáticos, el discípulo ha de superar situaciones muy duras que le llevan hasta la extenuación de sí mismo. Para esto, por ejemplo, es sometido a privación de alimentos, sueño... permaneciendo en criptas totalmente aisladas sin ningún tipo de estímulo sensorial... es llevado a situaciones críticas a nivel físico y psíquico cuyo fin es conseguir desestructurar la mente racional, desbloquear el subconsciente... descondicionarle de su naturaleza física, provocar el desdoblamiento, el vuelo del alma y mostrarle la verdadera naturaleza de las cosas y de sí mismo...
Nota; Hay santos que me gustan mucho, de esos que te roban el alma para entregarte la inspiración, esa que sólo es para hacer el camino, que no es poco, de aquellas que ni se compran ni se venden..porque no es tuya, viene y va, agradeces..porque es un sentio...amoroso...que dicen que te pierdes, al contrario es la mente la que está como la brújula cuando no hay punto definido...Uno de ellos, el que más huella marca en mis fueros internos es Ibn al arabí..al cual le agradezco todo lo hermoso que puedo sentir del amor....y no por mi mismo, sino en el otro.....
https://jungmundoimaginal.blogspot.com.es
He aquí una extraordinaria charla de Pablo Beneito Arias -gran conocedor del sufismo de Ibn al Arabi- sobre el Ser y sus "grados de realidades" y manifestaciones, acerca de la Imaginación Creadora y el Mundo Imaginal, sobre la función mediadora del símbolo y del arte. El vídeo -de una hora de duración- forma parte de Los Archivos del Observatorio como colaboración de este islamólogo especializado en el sufismo para OVNI des_Realidad. Dada su importancia, hemos transcrito buena parte de sus sabios comentarios sobre los citados temas
"En nuestra reflexión acerca de la Realidad, cabe evocar aquella tradición, aquel hadiz, atribuido a Muhammad, el Profeta del Islam, en la que sugiere que los seres humanos están dormidos en esta dimensión ordinaria y que sólo cuando mueren, despierta. Tal vez hay que ponerlo en relación con ese otro consejo que dirigía a sus compañeros cuando les invitaba a morir antes de que la muerte sobrevenga, idea por tanto de una muerte iniciática que hace pensar en morir a la ignorancia para vivir en una vida del conocimiento y que como el hadiz anterior constituye una base para la reflexión en el carácter transitorio de esta dimensión de la experiencia y una advertencia acerca de la ignorancia que hay en el hecho de identificarse con la percepción inmediata que tenemos de nuestra vida ordinaria.
Todas las grandes tradiciones de la Humanidad invitan a reflexionar sobre este sueño de nuestra percepción cotidiana y a un despertar que está en el centro de toda gnosis, de la iluminación, del conocimiento esencial de sí mismo, del verdadero conmocimiento del Ser.
Para las tradiciones cuanto experimentamos en el ámbito ordinario es perfectamente ilusorio. Justamento aquello a lo que nos referimos a menudo en las conversaciones cotidianas como realidad concediéndole un estatuto de firmeza y de permanencia del que carece es para el discurso tradicional -y ahora estoy particularmente pensanso en el discurso islámico en su vertiente sufí- es el dominio de la ilusión.
Ilusión en el sentido de que cuanto experimentamos está inmerso en el mundo de la Imaginación... Un dominio importante no obstante en el cual la percepción interna tiene la oportunidad de experimentar ese despertar a la verdadera conciencia y, por tanto, al ámbito en el que todo cuanto se manifiesta es una expresión del Ser, portadora de Sentido Cuanto más inmersa está la conciencia en la Ilusión, más desprovisto de Sentido resulta ...
Como contrapartida, el discurso sufi acentúa mucho la importancia que tiene una vivencia providencial del Ser (Omnipotente, Omnisciente, Conciencia Pura) que ha instaurado un Orden en las cosas que les confiere pleno Sentido en todos los ámbitos y en todo momento; cada cosa está en el lugar justo en que significa aquello que debe significar.
La persona que despierta al Sentido del Ser viaja por los horizontes, por el mundo, en su propia interioridad, viaja en el Libro en el caso de los hermeneutas, en un viaje incesante en el que su experiencia se actualiza en cada instante en conformidad con la manifestación del Ser que aflora en su corazón o en su percepción interior.
Esta clarividencia, visión interior o intuición, permite ver esa otra dimensión de carácter más permanente vinculada al Mundo de las Imágenes sSbsistentes, alan al Mital, Mundo de los Prototipos donde acontece toda experiencia visionaria, toda verdadera visión desde la mirada profunda del corazón...
Hay varios grados de dominio de la realidad, a través de los cuales según los sufíes se produce una ascensión: una progresión en la experiencia de la realidad...
Cuando Ibn Arabi, el gran sufí, describe el Mundo Intermedio de la Imaginación, explica que los sentidos en este dominio no solo no se pierden sino que son más intensos, más claros de lo que son en la realidad ordinaria...
La visión es tanto más real, más próxima a la realidad, cuanto más se asciende, y es más dispersa, más diluida, más inmersa en la pluralidad cuanto más se identifica con lo que la mentalidad contemporánea se llama material o físico.
Para los pensadores tradicionales la materia no se identifica con el orden ordinario de nuestra percepción, sino que remite a un Alma Mater, al Mundo del Alma, al Mundo del Ángel, a un mundo de realidades constitutivas del Ser, a una plasticidad abierta y, por tanto, un mundo que guarda afinidad con lo que hemos llamado el Mundo de la Imaginación...
En el mundo tradicional sufí se veía con claridad que estamos inmersos en un proceso de vivencia simbólica (esto se refleja en Europa muy bien en los templos y artes tradicionales anteriores al Renacimiento). En cualquier arte tradicional que esté inmerso en esta percepción del Ser va a constituir en una representación de nuestra experiencia cotidiana en tanto que Ilusión y una invitación a contemplar la realidad del Ser oculta tras el mundo de los reflejos, de las celosías de la perpeción ordinaria. Un buen ejemplo de ello es el arte islámico, que acaso como ningún otro se centra precisamente en transmitir la evanescencia de esta percepción cotidiana para invitar a cruzar el velo, a cruzar el reflejo en las albercas, a cruzar las celosías, a ir más allá de ese arco entreverado de luces y sombras que lo que hace es en todo momento anunciar la necesidad de cruzar el umnbral de la Ilusión.
Abd al-Karîm al-Jîli en su libro sobre El Hombre Perfecto dice que este mundo es una Imaginación dentro de otra Imaginación... Así es en efecto en la cosmología que nos propone Ibn al Arabi, su maestro, cuando establece como referente fundamental esta noción de Imaginación para entender todo cuanto abarca el universo conocido en tanto que Imaginación (podríamos decir que el universo es la Imaginación de Dios, la Imaginación del Creador). Un mundo, por tanto, de puras imágenes en diversos órdenes. La experiencia inmediata que vivimos es el orden de las imágenes que permanentemente aparecen y desaparecen en el orden de lo perfectamente efímero y a continuación nos invita Ibn al Arabi a reflexionar sobre la naturaleza de ese otro mundo, ese más allá de la muerte física, o sea de ese mundo al que accede el contemplativo al liberarse de los límites de la percepción ordinaria y percibe con su ser interno -y por tanto accede- a ese dominio de la Imaginación, el mundo del Espíritu, el mundo del Alma, un mundo fuera de las coordenadas lineales espacio-temporales, un mundo liberado de la linealidad cronológica...
Cuando accede a ese dominio nos encontramos con un mundo de imágenes más estables, más subsistentes y, además, autónomas respecto a las de la imaginación personal por ser estas proyección de la psique.
Hay otro tipo de proyección que proviene de este mundo de las imágenes subsistentes y que a menudo se describe como un descenso o de acceso a otro plano de la experiencia, en cuyo caso lo contemplado, la imaginación vivida, la visión ya no es una proyección de la propia psique sino una vivencia de otro plano, de otro orden del Ser. Y es a esta Imaginación a la que me voy a referir, en general, en esta charla. Así que invito a que diferenciemos entre lo imaginario o ilusorio tratado como una imaginación un poco vana, fantasía... y esta otra Imaginación que está dotada de particular fuerza, que nos remite al mundo de las visiones interiores que podemos encontrar en el chamanismo, en la experiencia de las tribus, en los mundos tradicionales, en el mundo de las visiones de los inspirados del cristianismo, judaísmo, entre los sufíes... en general en los mundos de la iniciación precisamente a ese orden de la percepción, a la imagen subsistente... que es el Camino de los Espirituales en todas las tradiciones de la Humanidad...
Una cultura tradicional es una cultura inmersa inmediatamente en la vivencia de lo simbólico pues se entiende, sin necesidad de explicarse, que vivimos inmersos en símbolos, en "representaciones".
Juan Eduardo Cirlot decía que la ciencia de los símbolos es, contrariamente a lo que algunos piensan, tal vez la más exacta de todas las ciencias, y es que toda ciencia es simbólica... La pretensión de cierta mentalidad contemporánea de que haya una exactitud que escapa al orden de lo simbólico está en la base de una confusión -entiendo yo- de la forma de vivir las imágenes: se establece una diferenciación entre algo que parecería realidad objetiva popularmente hablando, llamada material con un vago concepto de la materia que no responde al misterio de la matería en sí ni siquiera científicamente... y se contrapone a una conciencia en los discursos adicionales primero del caracter imaginal de todo cuanto vivimos (de su permanente transformación, de lo efímero de los accidentes y de la permanente transformación de nuestra percepción y experiencia del Ser y de las imágenes que el Ser nos brinda a cada momento, imágenes que nunca se repetirán y que no se repiten nunca para dos personas ni en dos instantes ) Esta percepción de toda impermanencia de toda experiencia es parte de una vivencia tradicional, de un discurso tradicional y a veces no parece estar presente en los esterotipos de una modernidad que persiste en formulaciones sin fundamento... que responde a la dispersión, a una falta de inteligibilidad y de comprensión debido a una experiencia carente de Sentido, de finalidad y, por tanto, de una disolución de la conciencia, lo cual es un aspecto importante de la crisis de la que tanto se habla y que reside precisamente en una pérdida de Centro, de realización en Sí Mismo, de estar centrado...
Me parece interesante recuperar el concepto de imagen en cuanto símbolo entendido tradicionalmente, como mediación entre planos del ser, entre planos del Sentido, como realidad polivalente que no puede reducirse a ninguno de sus aspectos (no es una alegoría, por ejemplo). El símbolo vivido, contemplado, vivo, poliédrico, caleidoscópico, de múltiples facetas, es por naturaleza irreductible a una interpretación. Es decir, que va a adoptar múltiples aspectos adaptados a los lugares en que el símbolo se manifieste en diálogo con todos aquellos símbolos que entren en interacción con él... En el mundo tradicional la polivalencia es un aspecto necesario en la vivencia y en la comprensión.
"Entre el sí y el no los espíritus abren el vuelo", decía Ibn al Arabi.. El símbolo sirve de unión de los contrarios.Un símbolo permite unificar aspectos que parecían opuestos: toda polaridad genera una serie de posibilidades dentro del espectro de su oposición, pero el conocimiento esencial que restituye la unidad de los aspectos del Ser es aquello que permite conciliar los opuestos, y esto sucede en la experiencia simbólica. Digamos que el símbolo, en su polivalencia, puede significar "esto y lo otro", por ser el ámbito intermediario, el "barzaj", el itsmo entre dos realidades que a un mismo tiempo las separa y las vincula. Y es imagen viva porque siempre acogerá a nuevas contemplaciones, de nuevas perspectivas irrepetibles.
En definitiva: si estamos inmersos en un mundo de representaciones simbólicas y, por tanto, todo cuanto vivimos es Imaginación -que lo "lo imaginario" con minúcula-, Imaginación en cualquiera de los grados del Ser y por tanto de la Realidad de la que estamos hablando, entonces el modo de conocer es eminentemente simbólico y por ello la ciencia por excelencia entre las ciencias es la ciencia de los símbolos pues es la que va a permitir cada orden simbólico en el lugar que le corresponde desde la perspectiva adecuada a la posibilidad que se de en cada estado y según cada intención, predisposición o receptividad...
Ibn al Arabi y los sufis akbaritas definen el Mundo Imaginal, el Mundo de la Imaginación Creativa, como el dominio en el cual los espíritus se corporeizan (adoptan una dimensión, una manifestación formal) o los cuerpos se espiritualizan: un dominio en el que lo inteligible se torna sensible y lo sensible se hace inteligible. Es un concepto muy importante para entender el caracter de mediación de todos los grados del ser y de todas las manifestaciones en cualquier orden de la percepción, ya sea nuestra percepción ordinaria cual lugar simbólico como de la percepción propia de facultades más sutiles como lo que los sufíes llaman la "develación". Es esta una idea muy clave porque estas percepciones de las realidades más altas, del Ser, de los Misterios, de los Principios, no sucede por una suerte de adquisición sino más bien por una liberación: la conciencia se libera de los límites de su identificación con la dimensión ordinaria y es entonces cuando el velo se retira, se elimina la ceguera y se levanta el velo...
La función cognitiva del hombre es llegar a conocer la Unidad del Ser, llegar a conocer a Dios. Dios es, según sus Nombres, la Verdad, la Realidad, la Vida y otros tantos Atributos con los que la tradición islámica se refiere (los 99 Nombres de Dios de la tradición islámica, si bien Ibn al Arabi dice que los Nombres de Dios son infinitos). En definitiva, toda manifestación en el Ser, -en tanto que acto creativo de Dios, en tanto que manifestación de un aspecto creativo de Dios- es un Atributo Divino, es un Nombre de Dios.
Desde una posisición de develación, desdee una percepción muy elevada del Ser, todas las manifestaciones se contemplan en tanto que teofanías. Cuanto contemplamos, por tanto, sería manifestación de Dios. Aquí es donde la percepción está realmente inmersa en el mundo de los símbolos. Llegados a este punto los contemplativos viajan incesantemente en las actualizaciones de la teofanía y por tanto tienen constante y plena conciencia de estar inmersos en los símbolos creativos de la Obra Divina y, por tanto, en el mundo de los Nombres de Dios como expresiones de su Voluntad y de su Conciencia, y dotadas de pleno sentido en todo momento...
Toda esta gama de productos de tecnología, de posibilidades de acceder a una cada vez mayor cantidad de información presenta la apariencia de una una mayor capacidad de conocer pero puede suponer, muy por el contrario, lo opuesto, o ea una inmersión en la ignorancia, una dispersión, que coincide con lo que he llamado antes "el individuo descentrado". Hay una oferta infinita de posibilidades pero al mismo tiempo hay una pérdida de orientación, del sentido y de la concentración (que son las que posibilitan una experiencia real del Ser, de la Verdad, de la Realidad).
Para que la experiencia cobre realidad e implique un proceso de Viaje Interior se requiere una cierta vivencia cualitativa del tiempo, de un grado de interiorización, requiere un grado de serenidad, un movimiento hacia la quietud. Mientras que la propuesta de esta infinita implementación de la información a lo que conduce es a una sensación de disgregación sin concentración.. a un entretenimiento como huída del Ser.
En la modernidad se da una particular angustia en la relación que establece el individuo disgregado con su percepción del Ser y que entonces este individuo tiene mucha necesidad de huir, de permanentemente entretenerse -identificándose con este movimiento de dispersión-, de huir al reflejo de su propia carencia de Centro. Eso es un problema muy serio del orden cognitivo de nuestro tiempo y que veo reflejado en las escuelas, en la Universidad pues parece que estemos diseñando en los procesos de docencia a tecnócratas y gente que va a tener capacidades técnicas para manejar instrumentos que significan un incremento constante de cantidades de información accesibles, pero desprovistos de un discurso, de una vivencia, de un Centro, que permitan convertir toda esa información en conocimiento orientado y que conduzcan a una experiencia feliz de lo que somos...
Todo el conocimiento científico actual no llega a generar una vivencia simbólica que permita al individuo conocerse y conocer el mundo que habita en una orientación particular de su Viaje, no brinda un mapa para el viajero ni un horizonte de experiencia orientada, así que no constituye en sí un verdadero Conocimiento...
Pensemos en estas artes tradicionales en las cuales lo esencial no era una vivencia personal, individual del arte, sino el proceso de contemplación genuina del Orden de lo simbólico que el arte entrañaba. En las plasmaciones concretas del arte fuera en el templo, en el icono, en la geometría espiritual, etc,lo esencial era captar aspectos del Mundo Imaginal -que no son una imitación del orden sensible sino del orden inteligible, una plasmación sensible del ambito del espíritu- y que por tanto constituyen una invitación al ser humano para que trascienda las limitaciones de su conciencia ordinaria para adentrarse justamente en el ámbito paradisíaco de la contemplación de las Imágenes Subsistentes, del Mundo de las Imágenes: ese Paraíso entendido por tantos sufíes como el despliegue del Mundo de la propia Alma en el Más Allá... Es un arte simbólico que invita a liberarse de los límites impuestos por una conciencia ordinaria de sí mismo, por una identificación con la percepción vulgar, para abrirse a una conciencia que implica la posibilidad de conocer con todas las posibilidades de la Conciencia Universal. El arte así concebido es un arte de sanación, de libertad, de invitación al conocimiento del secreto; un arte que revela el velo y que al hacerte consciente del velo te devela lo velado, un arte que trasciende el velo. Un arte que también significa ese capacidad para rasgar los velos de sombra y poder ver otros horizontes de luz y nuevos grados de percepción del ser.
Aquí hablamos de una conciencia gradual en la que el contemplativo va ascendiendo o progreseando por grados progresivos. Su percepción de lo real cambia a cada nueva etapa. Cada percepción es real en correspondencia al estado que ese contemplativo habita y en con la orientación que su corazón adopte, con su receptividad en ese momento, etc.. Es decir: su percepción es una percepción real de una teofanía, por tanto de la Divina Realidad manifestándose en correspondencia con esa receptividad, pero, en su viaje, en su progresiva ascensión, la Realidad va a ir manifestándose de modos nuevos actualizados a su capacidad para percibir.
Ello no significa que en ninguno de esos grados la experiencia sea irreal: siempre es real pero es tanto más real cuanto mayor apertura gana el corazón del contemplativo porque cuando se hace más ductil a la diversidad de las teofanías y puede verlas con mayor amplitud y mayor luz o intensidad, mayor es la intensificación de lo Real. Y en última instancia lo Real es Dios; la Verdad es el Ser que crea todos los seres, que genera toda realidad. Esta Fuente de toda realidad, que es la Realidad última, y que no puede conocerse como algo concreto, como objeto de conocimiento porque trasciende cualquier manifestación y cualquier posibilidad de conocer que no sea la propia Conciencia Divina en su AutoConocimiento, escapa a cualquier representación, a cualquier imagen. Y el verdadero arte sugiere también el modo en que Dios se hace manifiesto en tanto que es semejante a su creación, en tanto que está próximo al corazón del hombre e incluso contenido en él como sugiere algún hadiz, o sea que en tanto que Dios es inmanente el arte propone imágenes positivas de los prototipos, de las verdades más altas como motivos de meditación, como símbolos de meditación espiritual al tiempo que sugiera la absoluta trascendencia de la esencia divina (la Verdad Última como algo incognoscible desde el plano de las limitaciones y de los accidentes). Se da por consiguiente este doble discurso de la inmanencia y de la trascendencia que vemos reflejado también en esta ambivalencia del mundo de los velos y de los reflejos, de las celosías, de los almocárabes, del arte islámico en particular...
El orden de la vivencia simbólica requiere tiempo, disposición, tiempo cualitativo y un retiro con respecto a esta obsesión moderna por la clasificación cuantificada y por la proliferación indiscriminada de imágenes que tienden a dispersar.Todo proceso de vivencia intensa del símbolo exige un cierto grado de recogimiento respecto a esa excesiva profusión de imágenes que vivimos en nuestro tiempo (como por ejemplo en la televisión)...
La conciencia necesita recogimiento, silencio, tiempo, cualidades para vivir los símbolos de una manera serena, dejar receptividad para que las luces interiores desde los ámbitos inconscientes see manifiesten, afloren, para que las experiencias internas se procesen y se resuelvan en símbolos que permitan una vivencia feliz-liberadora y de apertura al Ser en todas sus manifestaciones, en el viaje vital...
... Ahora bien, toda manifestación y por tanto toda creación y por ello toda obra por muy dispersa que resulte, en tanto que es símbolo y manifestación teofánica siempre es lugar de una posible lectura o vivencia del Ser.
https://www.ru-a.org
Pero el individuo sinceramente interesado en hallar y enriquecer su terapia anímica,
suele, por lo común, encontrarse con una dispersión tan asombrosa de escuelas psicológicas,
que apenas si sabe por dónde iniciarse o a quién creer. De ahí que lo frecuente sea que finalice
sus estudios tan confuso o más que cuando los comenzó, ya que esas diversas escuelas,
por lo general, suelen presentar tal diferencia en sus enfoques que les lleva a contradecirse
entre sí. Por ejemplo, mientras que las psicologías orientales le dicen a uno que se olvide
de su yo, que lo trascienda haciendo de él un vacío, el Psicoanalista persigue el fortalecimiento,
enriquecimiento y consolidación del yo; y mientras que estas versiones, aunque a diferentes
niveles, se apoyan en el interior nuclear del individuo, el Conductismo, por su parte,
hace tabla rasa de todo aquello que no sea observable, con lo que desaparece el fundamento
espiritual “psijé”, de la raíz del propio concepto de psico-logía: “psijo-logía” o ciencia del
alma. ¿Quién tiene razón? ¿Quién tiene la verdad? No cabe duda de que el problema no sólo
tiene importancia para el terapeuta profesional, sino también para el profano que desea conocerse,
buscar sentido a su vida, ser feliz. Tal cantidad de enfoques diferentes, y todos en conflicto,
intentando, a su vez, explicar y comprender a un mismo individuo, no deja de ser desolador.
Ante ese panorama, una de las actuales autoridades en el estudio de la conciencia, Ken
Wilber, se pregunta: “¿No podría ser que estos enfoques tan diferentes, lejos de estar en conflicto
o ser contradictorios, reflejen realmente diferencias muy concretas en los diversos niveles
del espectro de la conciencia? ¿Y no sería posible que estos diferentes enfoques sean, todos
ellos, más o menos correctos cuando se emplean en su propio nivel principal?“.
Si así fuera —añade Wilber— estaríamos en condiciones de “introducir considerable orden
y coherencia en un campo que, de otra manera, es de una complejidad enloquecedora”.
Ken Wilber, comparando las filosofías y psicologías occidentales con las orientales, llega
a la tesis de que todas las escuelas psicológicas no representan tantos enfoques contradictorios
del individuo sino maneras de entender complementariamente a los diferentes NIVELES
DE CONCIENCIA del individuo.
A modo de ejemplo, el objetivo del Psicoanálisis vendría a remediar la escisión entre los
aspectos conscientes e inconscientes de la psiqué, reunificando la “persona” o MASCARA
tras la que se ocultan los aspectos inaceptables de su yo, y la “SOMBRA”, o parte oscura del
inconsciente reprimido. Tanto el Psicoanálisis, como otrasformas de terapia convencional, intentan
ayudar al individuo escindido, para que vuelva a cartografiar su alma como “yo”, libre
de demarcaciones interiores, libre de fronteras maniqueas
Profundizando aún más, encontraremos que la meta de disciplinas orientales, como el
yoga o el zen, persigue curar la escisión entre el organismo total y el medio, para, de ese
modo, revelar una identidad —suprema identidad— con el universo entero. En otras palabras:
apuntan a un nivel de CONCIENCIA DE UNIDAD, refiriéndose a un YO TRANSPERSONAL.
Con la aportación, renovada y sistematizada de Ken Wilber, se consolida una versión de
la Psicología, cuya profundidad supera incluso las fronteras psicoanalíticas, y que se instala
dentro de la necesidad existencial de una amplificación trascendental de la conciencia humana,
tan radicalmente ignorada por Freud, pero ya desde milenios cultivada y enriquecida
por la, para nosotros, aún inédita, psicología oriental. Necesitábamos oxígeno, aire fresco,
nuevas fronteras; o mejor aún, la posibilidad de contemplar algo que ya en occidente había
intuido Jung: una conciencia sin fronteras. Pero, a su vez, respaldadas con el rigor y la objetividad
de los hechos y de las experiencias.
El hombre occidental reprime no solamente los impulsos primarios, entendidos en el
sentido freudiano: sexualidad y agresividad, formando de ese modo el inconsciente que Wilber
designa “sumergido”. Denuncia, además, la represión del “inconsciente emergente”, o
área transpersonal que puede llegar a incluir el sentido de lo numinoso, tal y como desde
hace milenios lo entienden las psicologías orientales.
“Es la parte de lo inconsciente fundamental que, excluidas las detenciones evolutivas, sigue
siendo inconsciente pasado el momento en que habría podido aparecer en la conciencia. Entonces se justifica que busquemos razones para esta falta de emergencia, y las encontramos
en toda una serie de mecanismos de defensa contra la Deidad, la transcendencia y
la bienaventuranza. Entre ellas se cuenta la RACIONALIZACION (‘La transcendencia es imposible
o patológica’); el AISLAMIENTO o la EVITACION de relaciones (‘Mi conciencia llega
hasta donde llega mi piel’); el TERROR DE LA MUERTE (‘Temo morir para mi ego; ¿qué quedaría
de mí?‘): la desacralización (el término que utiliza Maslow para la negativa a ver en parte
algunos valores transcendentales); la SUSTITUCION (‘se sustituye la estructura superior presentida
por una inferior, fingiendo que la inferior es la superior’)...“.
Ante las experiencias transcendentales o, como señalaría Maslow, las experiencias
cumbres, tanto la psicología como el psicoanálisis ortodoxos, jamás han entendido las formas
superiores del inconsciente emergente. La presencia de éstas se traduce como la irrupción
de algún material arcaico o de impulsos pasados reprimidos. “Cuando no se reconoce
—señala el autor—, se intenta explicar lo inconsciente emergente en función de lo inconsciente
sumergido, considerándolo no como una estructura superior que emerge, sino como una
inferior que vuelve a emerger...“.
Alan Wats, Karl Dürckheim y, ahora K. Wilber, han iniciado la salida de un soporífero letargo
en los estudios de Psicología. Con un poco de suerte, dentro de veinte años, su valiosa
aportación habrá llegado a nuestras facultades.
Rafael
El objetivo del presente escrito es realizar un análisis sobre la relación cara-a-cara en la obra Totalidad e Infinito[1] de Emmanuel Lévinas, así como esclarecer el significado de ésta en el pensamiento de nuestro autor. El tema de la relación cara-a-cara aparece tratado a lo largo de toda la obra Totalidad e Infinito. Precisamente por este motivo, no se seleccionará un fragmento en bloque (único) para abordar la cuestión que aquí nos ocupa, sino diversos textos, aquellos que se han considerado más relevantes para la comprensión de tal relación. Antes de citar los diferentes fragmentos escogidos, creo necesario señalar el origen del surgimiento de de la filosofía de Lévinas, con el fin de esbozar el camino que dicha filosofía intentará recorrer para establecer el ser en relación como aquello esencialmente humano.
La filosofía de Lévinas “surge” como oposición a las filosofías de la totalidad. El concepto ‘totalidad’ define una tentativa que ha acompañado a la filosofía occidental durante todo su desarrollo y que se podría caracterizar, en palabras de Lévinas, como “una reducción de lo otro al Mismo”[2], como una categoría de la violencia, es decir, que no respeta la alteridad del otro. Tal filosofía ha situado el valor de la vida humana en la esfera de sus logros cognoscitivos, sometiendo y alienando al individuo a la fuerza despótica del Todo y, asimismo, reduciendo al otro a mero objeto de conocimiento u obstáculo de la libertad del yo. Tanto la filosofía de la historia de Hegel como la ontología heideggeriana, afirmando la primera un Logos o Destino Universal y la segunda el ente como expresión particular del ser, constituyen ejemplos privilegiados de las filosofías de la Totalidad. Éstas pretendiendo dirigirse a la comprensión del mundo, no han hecho sino reducir todo aquello que encontraban en su camino a objeto de conocimiento. Para la filosofía occidental, sólo lo susceptible de ser descubierto, desvelado y, por tanto, aquello susceptible de ser analizado y probado es filosóficamente significativo. La ontología es, así, verdad de ser, inmanencia, y todo aquello que escape a la demostración y a la evidencia no es, para ella, más que utopía o bien mera opinión. Ésta es la tentativa de asumir, a través del conocimiento, una síntesis universal, que ha obcecado a la ontología y a la metafísica occidentales y las ha llevado a destacar al ser (impersonal) en perjuicio del ente concreto, la síntesis sobre la pluralidad, la sincronía en vez de la diacronía, la inmanencia marginando la trascendencia. Ello se ha traducido, desde un punto de vista ético, en un olvido del otro a favor del Mismo que es, en definitiva, una reducción de todo sentido, según Lévinas. Por este motivo, la ontología es incapaz de potenciar y expresar el sentido de lo humano. Se impone, por tanto, un replanteamiento crítico de la tradición filosófica occidental y, en especial, un cuestionamiento de sus tres aspectos principales que, a mi parecer, son los siguientes: el primado del conocimiento por encima de la relación ética (relación del mismo y lo otro), del Mismo respecto al otro, y de la evidencia (inmanencia) en perjuicio de la trascendencia. De lo que se trata, de este modo, en opinión de Lévinas, es de producir una inversión. Inversión basada en una defensa de la subjetividad (entendida como responsabilidad para el otro) frente a las diversas totalidades (Estado, Saber, Poder, etc.) a que está reducida; en un situar al otro, y no al Mismo, en el centro de la reflexión filosófica y, finalmente, en establecer que lo esencial de lo humano es su ser en relación.
Para Lévinas, una reflexión que respeta el sentido de lo humano no puede basarse en el conocimiento y, asimismo, no puede partir del ser del ente sino del otro, es decir, de un rostro concreto que se me dirige y que nunca podrá ser entendido por el conocimiento. En efecto, “el sentido de lo humano (…) reside pues en perturbar la mismidad de éste, en sacudirlo éticamente”[3], y el yo únicamente puede salir de sí por la llamada del otro que se produce en la relación cara-a-cara (relación ética). Fuera del yo, de uno mismo, se encuentra el sentido y ello es anterior a cualquier consideración ontológica[4]. Por esto, la ética es considerada por Lévinas como la filosofía primera, “ésa a partir de la cual las demás ramas de la metafísica adquieren sentido”[5]. Para entender el sentido de lo humano hay que salir, pues, de la ontología y dirigir nuestra mirada a la ética, y esto implica, también, pasar de un enfoque centrado en el Mismo a una reflexión y acción guiadas hacia el otro. En resumen, Lévinas opone a la ontología como filosofía primera la relación ética que es relación con un ser otro, manifestado en un rostro que solicita mi responsabilidad. Tal es la relación cara-a-cara.
Me dispongo ya a citar los fragmentos escogidos referentes a tal relación.
“Una relación cuyos términos no forman una totalidad, sólo puede producirse (…) como cara-a-cara, como perfilando una distancia en profundidad (…) irreducible a aquello que la actividad sintética del entendimiento establece entre los términos diversos —mutuamente— que se ofrecen a su operación sinóptica “La relación con el otro no anula la separación. No surge en el seno de una totalidad y no la instaura al integrar en ella al Yo y al Otro. (…). (…) la relación entre el Yo y el Otro comienza en la desigualdad de términos, trascendentes el uno en relación al otro. (…). El Otro en tanto que otro se sitúa en una dimensión de altura y de abatimiento —glorioso abatimiento— tiene la cara del pobre, del extranjero, de la viuda y del huérfano (…).” “La presencia del rostro —lo infinito del otro— es indigencia (…) y mandato (…).Asimismo, “la presencia del otro equivale a este cuestionamiento de mi dichosa posesión del mundo.” Escuchar su miseria que pide justicia no consiste en representarse una imagen, sino ponerse como responsable, a la vez como más y como menos que el ser que se presenta en el rostro.
“(…) la relación del Mismo y del otro (…) es el lenguaje. El lenguaje lleva a cabo, en efecto, una relación de tal suerte que los términos no son limítrofes en esta relación, que el Otro, a pesar de la relación con el Mismo, sigue siendo trascendente al Mismo. La relación del Mismo y del otro —o metafísica— funciona originalmente como discurso, en el que el Mismo resumido en su ipseidad de yo (…) sale de sí.”
“Una relación con lo Trascendente (…) es una relación social. Aquí lo Trascendente, infinitamente otro, nos solicita y nos llama.”[12] “Lo infinito es la trascendencia misma (…). Si la totalidad no puede constituirse es porque lo infinito no se deja integrar.”[13] “Lo infinito no es <<objeto>> de un conocimiento —lo que lo reduciría a la medida de la mirada que contempla— sino lo deseable, lo que suscita el Deseo (…).”[14] “Y sólo la idea de lo Infinito mantiene la exterioridad de la relación.”[15].
“Una relación cuyos términos no formen una totalidad, sólo puede producirse como cara a cara”[16]. Ésta es la primera afirmación que encontramos en los fragmentos escogidos y, asimismo, la primera caracterización de tal relación. Se trata, por tanto, de una relación en la que ambas partes constituyentes no se configuran en unidad, sino que los términos conservan su trascendencia. De ahí, que el otro sea exterior al Mismo y no se totalicen conjuntamente. Esta no totalización de los interlocutores hace del cara-a-cara una relación sin violencia, ya que la alteridad del Otro es respetada[17]. Esto lleva a afirmar a Lévinas que “lo no sintetizable por excelencia es ciertamente la relación entre los hombres”[18]. De este modo, en las relaciones interpersonales no se trata de pensar juntos a otro y a mí, sino de estar enfrente, de cara. Con lo cual la verdadera “unión” no consiste en formar un conjunto de síntesis, sino un conjunto de cara-a-cara. El cara-a-cara es, fundamentalmente, una relación social. Sin embargo, la sociabilidad del cara-a-cara no es, como ya he señalado, la sociabilidad de sumas de individualidades y síntesis, sino la sociabilidad consistente en relacionarse con el otro conservando la separación. Dicha separación es posible porque en el cara-a-cara el Otro se manifiesta a través de un rostro infinito, presencia desbordante, alteridad irreducible “perfilando una distancia en profundidad” o infinita; (sobre este respecto volveré más adelante). Asimismo, la relación entre el Mismo y el Otro no es reducible a la “actividad sintética del entendimiento”. Tal operación implicaría una adecuación entre el pensamiento y la cosa pensada, una violencia sobre la alteridad del Otro y, así, una reducción de dicha alteridad. Por lo tanto, la relación cara-a-cara no es de conocimiento, ya que la unión del Mismo y el Otro en una totalidad pensada en síntesis provocaría, como ya he dicho, violencia a esa trascendencia radical de los miembros que entran en relación. El cara-a-cara es una relación entre seres separados donde éstos conservan su trascendencia. De este modo, “la relación con el otro no anula la separación”. La noción de cara-a-cara expresa, también, una relación inmediata de interpelación y exigencia ética. En ella los términos se presentan el uno al otro de forma directa, es decir, inmediata, sin artificios, de frente y abiertamente. En tal relación el otro me llama a la responsabilidad. Y en su rectitud e inmediatez trasmite un imperativo ético, una obligación.
El cara-a-cara es pues relación donde los términos se sitúan uno frente a otro, como separados pero no indiferentes, opuestos pero no enemigos.
Prosigamos con el texto: “la relación entre el Yo y el Otro comienza en la desigualdad de términos”. ¿Qué entiende Lévinas por tal desigualdad? Que la relación entre el Mismo y el otro se origine en la desigualdad viene a significar la imposibilidad de que exista en dicha relación un punto de vista exterior. Es decir, la imposibilidad de la existencia de un tercer término que englobase al Mismo y al Otro determinando formalmente la alteridad del Otro. Desigualad significa, precisamente, la ausencia de un tercero capaz de abarcar al yo y al Otro. Por lo tanto, la relación cara-a-cara se produce como pluralidad.
“El Otro en tanto que se sitúa en una dimensión de altura y de abatimiento — (…) — tiene la cara del pobre, del extranjero, de la viuda y del huérfano (…)”. “La presencia del rostro —lo infinito del otro— es indigencia (…) y mandato (…)”. El significado del Otro en el rostro puede ser visto, a mi entender, en una relación que viene de dentro y va hacia fuera de sí mismo. Al venir de dentro el significado del rostro es expresión y lo que expresa es la vulnerabilidad absoluta del rostro en su desnudez. Pero, al mismo tiempo, la miseria y la vulnerabilidad absolutas del rostro significan la altura de un ser que, al ser único y singular en su desnudez, es completamente otro en su alteridad. El rostro significa también a la humanidad igualada en la miseria y la vulnerabilidad. En la desnudez del rostro del otro brilla la desnudez y la vulnerabilidad de infinitos rostros: de todos a los que cubren de simbolismo el huérfano, la viuda, el extranjero. Pero la significación, que al venir de dentro nos “muestra” la indigencia, va hacia fuera y allí se transfigura en prescripción, obligación o mandato.
Pues, desde su desnudez, el rostro del otro me ordena: “No matarás”. El no matarás tiene que ser entendido como el hecho de no reducir la alteridad desnuda y, por tanto, vulnerable, a la mismidad. De lo que se trata, de este modo, es de no reducir la singularidad y la diferencia del Otro a contenido de conciencia del Mismo. En este sentido (de mandato) el otro “aparece” en una dimensión de altura. Así, la relación cara-a-cara se constituye como asimétrica. Me gustaría señalar que la relación Yo-Tú tal como Buber la considera, a diferencia de Lévinas, sitúa al Otro en una relación recíproca, de tuteo, de complicidad[19]. La perspectiva de Lévinas, en cambio, parte de la idea de Infinito (como se verá), del Otro como absoluto y trascendente. La relación del cara-a-cara no se basa, según Lévinas, en la reciprocidad, sino en la disimetría.
“Buber ha distinguido la relación con el Objeto que estaría guiada por la práctica, de la relación dialogal que apunta Otro como Tú, como compañero y amigo.”[20] “Puede preguntarse sin embargo si el tuteo no coloca al Otro en una relación recíproca y si esta reciprocidad es original.”[21]
Hasta aquí, se ha visto que la presencia del rostro o, lo que es lo mismo, lo infinito del Otro, es indigencia y mandato. El Otro se manifiesta, pues, en el rostro. Lévinas nombra este rostro mediante los símbolos bíblicos de la viuda, el huérfano y el extranjero. Todos ellos son figuras de la desnudez, de la soledad, pero también de un interlocutor que es incapaz de mentir sobre su miseria: sobre la desnudez de su humanidad vulnerable. Asimismo, “la presencia del otro equivale a este cuestionamiento de mi dichosa posesión del mundo”. En etnocentrismo y egoísmo entendidos como una pasión por lo propio no son accidentes, sino características constitutivas del Yo. Cuando Lévinas afirma que el Yo es idéntico a sí mismo hasta en sus alteraciones quiere hacer entender que lo es porque puede identificarse con todo lo que le rodea, es decir, poseérselo, apropiárselo, hacerlo idéntico a él. Sin embargo, el encuentro con el Otro producirá en el Mismo un choque, procedente al mismo tiempo de una dimensión de altura y de miseria, y pondrá en cuestión la manera como el Mismo se veía a sí mismo, interpretaba el mundo y actuaba en él. En efecto, el cuestionamiento del yo por la presencia del Otro representa la caída del Yo soberano, absoluto de su posición perseverante, segura y satisfecha en el ser; significa la deposición de su realeza de identidad y de sustancia. Se trata de un cuestionamiento que, no obstante, no comporta caer en la nada, sino que en él el yo se afirme como humilde, como quien está en deuda con el otro, que es para el otro. El proceso crítico respecto de uno mismo no podría surgir de la espontaneidad egoísta del Yo; es el Otro quien provoca en mí la pregunta por la justicia de mis actuaciones y adhuc de mi existencia. De manera inversa al movimiento que desde la ontología describía al ser como conatus, perseverancia y voluntad de ser, crecimiento en esencia, sustancia y poder, Lévinas sitúa la grandeza del ser humano en la capacidad de olvido de sí hacia el otro. El cuestionamiento de sí mismo es un movimiento, quiero hacer hincapié en ello, que no consiste en negar al yo, sino que comporta ser yo, pero precisamente, en tanto que responsabilidad. Es por ello que la subjetividad tiene como estructura la responsabilidad. Escuchar la miseria del otro “consiste en (…) ponerse como responsable, a la vez como más y como menos que el ser que se presenta en el rostro”. Pero para escuchar al otro es menester que yo esté abierto. Con los conceptos de vulnerabilidad y miseria, Lévinas trata de descubrir al sujeto en términos de pasividad, no se trata, empero, de la pasividad de la inercia o del efecto, sino de la sensibilidad que permite la apertura al Otro y la capacidad de recepción. En la pasividad, el sujeto se de-pone, abandona su subjetividad soberana y activa de sujeto intencional que conserva siempre delante de los hechos para asumirlos. Se trata, por tanto, de una pasividad que como tal no tiene fuerza ni intención, y que por ello, será capaz de darse totalmente, sin reservas. Es, en definitiva, una pasividad que comporta el ser vulnerable, pasividad que no buscará protegerse, sino que permanecerá abierta al traumatismo que el otro causa en su vida. La necesidad y la miseria que el otro padece no la vivo, en la relación cara-a-cara, como objeto de percepción, sino como demanda, como exigencia de auxilio; en esto consiste la llamada del Otro. El rostro se impone al yo sin que éste pueda permanecer sordo a su llamada ni olvidarla, es decir, sin que pueda dejar de ser responsable de su miseria. Delante del Otro, sin tiempo para reflexionar sobre él mismo, el sujeto se reconoce en la urgencia de responder, como responsable. Pero la responsabilidad a que el otro me convoca no se reduce a haber de responder delante de él de mis actos, sino que la responsabilidad en el pensamiento de Lévinas es responsabilidad para el otro. Asimismo, yo soy responsable del Otro sin esperar la recíproca; ésta es asunto suyo. Por lo tanto, la relación intersubjetiva es una relación asimétrica. Precisamente, en la medida en que la relación entre el yo y el otro no es recíproca yo me constituyo como sujeto. Ser llamado a la responsabilidad, tal como Lévinas lo entiende, no es un movimiento intencional de mí hacia otro, sino un imperativo inmediato e irrevocable venido del rostro del Otro[22]. “Ante el hombre de los hombres, la responsabilidad (…) es irrecusable”[23], es una orden, una imposición. La responsabilidad es la sorprendente salida del yo hacia el Otro, que el Otro mismo provoca en mí. La responsabilidad por el otro no tiene límites, es desmesurada e infinita. Finalmente, como he anotado líneas atrás, se trata de una responsabilidad sin anhelo de reciprocidad. Es por ello que la relación cara-a-cara es asimétrica. La reciprocidad convertiría al Otro en otro yo y destruiría la trascendencia.
Hemos visto que el rostro se “descubre” como desnudez, vulnerabilidad y, asimismo, su presencia es una orden a mí dirigida. De la misma manera, yo me descubro delante del otro al mismo tiempo como “señor” y como sirviente, soy a la vez más y menos que él: menos, porque el rostro del Otro me recuerda mis obligaciones y me juzga, es decir, cuestiona el modo como yo actúo en el mundo y me recuerda mis deberes. Me descubro como más porque frente al otro soy consciente o me doy cuenta de que cuento con variedad de recursos y, por tanto, soy capaz de responderle.
Es cierto que, en un primer momento, el Otro se manifiesta a partir de su forma plástica y recibe su significación del contexto cultural al que pertenece. Sin embargo, cabe señalar que el Otro goza de una significación propia —no recibida del mundo—, absoluta y procedente de un más allá de su forma. Esta significación se manifiesta, según Lévinas, como viniendo a nosotros, haciendo una entrada, rompiendo las formas… a partir del rostro. En la epifanía del rostro el Otro se nos revela como exterior a su tema, trascendiendo su imagen. Más allá de la forma el rostro es, fundamentalmente, expresión de sí mismo, es decir, discurso. En la expresión el rostro se presenta a sí mismo, da testimonio de sí mismo. Por ello, el rostro es un estar presente en el propio mensaje. Por esta razón, por un lado, anterior a todo contenido comunicable; es, además, sinceridad absoluta: no puede disimularse a sí mismo. A través del rostro, el que habla se presenta a sí mismo deshaciendo, incesantemente, el equívoco de su propia imagen, de su apariencia sensible.
Recapitulemos, por un lado, el rostro expresa por sí mismo, es decir, sin referencia a un sistema, ya que posee significación propia. Por otro, el rostro se expresa a sí mismo al descubierto, antes del tema que expresa. En el rostro el Otro se presenta a sí mismo, resurge siempre, inevitablemente detrás de lo dicho. Es este presentarse a sí mismo lo que constituye la función fundamental del discurso. Pues bien, a la pregunta de cómo significar a otro cuya alteridad es infinitamente exterior y trascendente y que, por lo tanto, impide la representación y el lenguaje representativo, la respuesta no puede ser otra que a través de un lenguaje presentativo. Y entiendo por lenguaje presentativo aquel que se refiere a la presencia del otro sin violentarla con esquemas representacionales. Parece ser, entonces, que el recurso de Lévinas consiste en evitar sistemáticamente la construcción de la referencia al otro en sentido semántico-denotativo y, en recurrir, a la referencia digámosle metafórica. Ésta, en tanto que pragmática y, por tanto, no prioritariamente denotativa, atiende al criterio de justicia, al ser del otro antes que a su verdad, a no ser que la verdad pudiera consistir, precisamente, en hacer justicia. Pues no se trata de referencias al ser del otro con un lenguaje veritativo (ciencias humanas), sino de escucharle en su decir. Es este decir el que no se puede representar sin suplantar, ni suplantar sin violentar: sin ser injustos. Delante del Otro el Yo no puede permanecer indiferente porque el Otro me hiere, me convoca, provoca un traumatismo en la mismidad; por esto, he de “hablarle”. Para tratar este tema Lévinas distingue entre el hecho de decir y lo dicho en el lenguaje. Lo dicho es aquello comunicado; el decir, en cambio, es el hecho de dirigirse al otro. Lo esencial del lenguaje, según Lévinas, no es primeramente lo dicho, sino el hecho de decir[24], no son los contenidos expresados —tema, intención— ni los beneficios sociales o prácticos de la comunicación, sino el hecho de que el lenguaje me constituye como saliendo de mí hacia el otro, como habiendo de responder[25]. Por lo tanto, “la relación del mismo y del Otro —o metafísica— funciona originalmente como discurso, en el que el Mismo (…) sale de sí”. Y salir de sí es poder ponerse como responsable ante el otro y renunciar a la soberanía del Yo. El decir es, también, una manera de significare antes de toda experiencia y antes de todo contenido. El decir es condición de toda comunicación: es la no-indiferencia delante del Otro y la exposición de uno mismo. En efecto, el sentido del decir reside, por un lado, en el hecho de referir un significado a otra persona y, por tanto, de reconocer a este otro su dignidad de existente. Implica, pues, haber sentido la herida, y haber asentido a su responsabilidad.
Lo dicho es tema, que se sitúa entre el Mismo y el Otro, es susceptible de decir la verdad o de mentir. Pero el decir no puede nunca desdecir el hecho de mi responsabilidad por el Otro. El decir es, entonces, la sinceridad y la inmediatez del descubrirse, hacerse vulnerable y accesible. En efecto, expresar filosóficamente la significación ética del decir forma parte de nuestra responsabilidad hacia los otros. “(…) la relación del Mismo y del Otro (…) es el lenguaje”. Así, la relación auténtica se lleva a cabo a través de él. En el pensamiento de Lévinas, se establece una profunda y estrecha relación entre el lenguaje y la ética. Ésta se iniciaba como una primera palabra que se me dirige; y dirigir una palabra se puede considerar como esperar una respuesta que, para Lévinas, es responsabilidad adecuada a la donación que el Otro me hace en su rostro. El lenguaje me llama, pues, a una relación que va mucho más allá de la pura comunicación de contenidos. El lenguaje es relación de responsabilidad con el Otro, relación ética[26]. Por lo tanto, el rostro, como palabra o discurso, comprende, finalmente, una significación ética. La relación del mismo y el Otro que se lleva a cabo en el lenguaje es ética en dos sentidos: en primer lugar, el lenguaje es una relación entre términos que conservan su trascendencia; no es un medio de conocer al Otro, sino que es el lugar de encuentro con el Otro. “El lenguaje lleva a cabo, en efecto, una relación de tal suerte que los términos no son limítrofes en esta relación, que el Otro, a pesar de la relación con el Mismo, sigue siendo trascendente al Mismo”. En segundo lugar, el lenguaje establece una relación ética porque aquello fundamental del discurso no es aquello que se dice sino el hecho de decir: dirigirse al otro, entrar en relación con él, solicitarlo.
“Una relación con lo Trascendente (…) es una relación social”. “(…) lo Infinito es la trascendencia misma (…)”. Llegado a este punto del texto se puede observar la equivalencia que Lévinas establece entre los términos Otro, Trascendencia e Infinito. Asimismo, vemos que la relación cara-a-cara es denominada también, por nuestro autor, relación social. La relación social es entendida por Lévinas como la deposición de la soberanía por parte del Yo, es decir, como una relación desposeída de ese afán por perseverar en el propio ser. Tal relación social no puede basarse en el conocimiento porque éste es siempre una adecuación entre el pensamiento y lo que él piensa. En el conocimiento existe, al fin y al cabo, una imposibilidad de salir de sí, de salir de la cerrazón del Yo; por lo tanto, la sociabilidad no puede tener la misma estructura que el conocimiento. El conocimiento se basa, o mejor, ha sido interpretado, en la mayoría de los casos, como asimilación y posesión del objeto conocido. Por el contrario, la sociabilidad es otra forma de salir de sí que por el conocimiento, el cual suprime la alteridad. En la relación social no puede constituirse una totalidad entre los términos constituyentes “porque lo infinito no se deja integrar”, es decir, se niega a la posesión por la cual el Otro pasaría a ser apresado por el Mismo. “Lo infinito no es <<objeto>> de un conocimiento —lo que lo reduciría a la mirada que lo contempla— sino lo deseable, lo que suscita el Deseo (…)”. El acceso al otro no puede efectuarse a través del Saber teniendo en cuenta que el conocimiento es por esencia una relación que aspira a la totalidad. El acceso ontológico —basado en el conocimiento— no respeta la alteridad del Otro; es un acceso que ejerce violencia y que hay que abandonar. De este modo, el pensamiento de Lévinas puede ser entendido como un esfuerzo de acceso al otro en la justicia de unas relaciones sin violencia. Acceder al Otro en la justicia es considerarlo en su alteridad: el Otro es absolutamente Otro. El Otro en tanto que Infinito y Trascendente es inabarcable, es decir, no puede ser de ninguna manera contenido de un concepto. Que el otro sea inabarcable significa, asimismo, que su diferencia, su trascendencia, tiene que ser respetada. Así, a la imposibilidad lógica de conceptualizar al Otro se añade una necesidad moral. En otras palabras, la moral exige que la alteridad sea respetada. Hacer que la relación con el Otro sea una relación de justicia requiere esta trascendencia. No se trata, entonces, de conocer al Otro, “lo que lo reduciría a la mirada que lo contempla”, ya que el acceso al otro a través de la visión domina al Otro, ejerce sobre él un poder que lo reduce a contenido de conocimiento, sino de relacionarse con él moralmente; pues la mirada es conocimiento, percepción. Cierto es que la relación con el rostro, lo infinito en el Otro, puede estar dominada por la percepción, pero lo que es específicamente rostro es aquello que no se reduce a ella. “En este sentido, puede decirse que el rostro no es <<visto>>[27]. Es lo que no puede transformarse en un contenido que nuestro pensamiento abarque; es lo incontenible. Por el contrario, la visión es búsqueda de una adecuación; es lo que absorbe al Otro. El Otro como inabarcable es siempre más de lo que yo puedo pensar, es decir, infinito. En Infinito, en el pensamiento de Lévinas, se opone a la totalidad, entendida como síntesis donde se incorporan y se reducen las diferencias. Pero el rostro del Otro destruye en todo momento y desborda la imagen plástica que me deja. Por esto, en el rostro, el Otro se expresa precisamente como aquello que no se puede reducir, neutralizar en un contenido conceptual, como aquello que permanece siempre exterior al pensamiento que lo piensa. El Infinito, pues, no puede ser objeto de conocimiento, “sino lo deseable, lo que suscita el Deseo” hacia el Otro. En efecto, el Deseo del Otro es deseo infinito, del absoluto, de aquello exterior como exterior mismo y, por tanto, nunca abarcable. De este modo, el deseo metafísico (como lo denomina Lévinas) tiende hacia lo absolutamente Otro, desea el más allá de todo lo que simplemente puede colmarlo. Por esto, el deseo metafísico es diferente a lo deseos por las necesidades, a los deseos del mundo, de la totalidad. Así, no busca satisfacerse sino desear. No surge como necesidad que hemos de saciar, no es fruto de una ausencia, no busca ninguna utilidad, no pretende la desaparición de la distancia entre Yo y el Otro, sino que precisamente espera la exterioridad. La orientación hacia el Otro es un Deseo absoluto. La relación con el Otro que el deseo promueve nace del Bien que el mismo infinito (del Otro que me mira) inspira. Una relación con el Otro inspirada por el deseo, pues, no busca la coincidencia, la fusión, la utilidad recíproca, sino que instaura la sociabilidad: una relación entre seres separados, diferentes y, asimismo, no diferentes. “Y sólo la Idea de lo Infinito mantiene la exterioridad del Otro al mismo, a pesar de la relación”. Para expresar esta imposibilidad de reducir la alteridad o exterioridad del Otro que entra en relación conmigo Lévinas retoma el concepto cartesiano de <<la idea de Infinito>>. Habíamos visto que la filosofía occidental había buscado, prometido o recomendado el saber absoluto entendido como un pensamiento de lo igual, en el cual todo era abarcado. Por el contrario, la idea de lo Infinito implica un pensamiento de lo Desigual, donde el ideatum de esta idea o, lo que es lo mismo, a lo que esta idea apunta, es infinitamente mayor que el acto mismo por el cual pensamos. Hay, por tanto, desproporción entre el acto y aquello a lo que el acto permite acceder. Según Descartes, hay en tal hecho una de las pruebas de la existencia de Dios, ya que el pensamiento no ha podido producir algo que lo sobrepase; era necesario que eso fuese puesto en nosotros. Pero para Lévinas la idea de lo Infinito, independientemente de constituir o no una prueba de la existencia de Dios, es significativa porque representa, en primer lugar, la posibilidad de una relación entre el finito y el infinito y porque, además, establece esta relación en términos éticos: relación no reductora entre el Mismo y el Otro. En efecto, la relación con el Infinito (cercano y Trascendente al mismo tiempo) es un movimiento ético. Es decir, porque el Otro desborda mi idea de él trastorna mi conciencia y la hace salir de sí misma hacia la trascendencia; la idea del Infinito en mí es ya una relación moral: se trata de responder a la mirada del Otro de forma inmediata y como responsabilidad.
Pues bien, la noción cartesiana de la idea del Infinito designa una relación con un ser que conserva su exterioridad total respecto de aquel que lo piensa. Por ello, la idea de infinito tiene algo de excepcional: se caracteriza por contener más de lo que uno podría pensar nunca. Lo que a Descartes le interesa principalmente de esto es el hecho de que la presencia de la idea del Infinito en el ser finito prueba la existencia separada de este Infinito. Para Lévinas, en cambio, como anoté líneas atrás, la importancia de este análisis cartesiano reside en destacar que la distancia que separa el ideatum (lo representado) de la idea constituye aquí el contenido del ideatum mismo. Es decir, si del Infinito sólo podemos tener una idea es porque en esencia misma es trascendente. Lo que a Lévinas le importa destacar, en definitiva, es la idea misma de la Trascendencia, del Absoluto, y de la posibilidad de establecer una relación con este absoluto. Su intención no es gnoseológica —relativa al conocimiento— como en Descartes[28], sino metafísica y ética. Por lo tanto, lo que Lévinas retiene fundamentalmente de la noción cartesiana de Infinito —de la idea de Infinito introducida en el ser finito— es su anterioridad o exterioridad en relación con el finito, es decir, su trascendencia. La idea del Infinito no es posible más que entre seres separados; y no es la insuficiencia del yo finito lo que impide la totalidad, sino el carácter infinito del Otro. En definitiva, la separación entre los términos expresa y hace posible la trascendencia. Pero ¿cómo es posible que el Mismo llegue a <<captar>> al otro exterior y trascendente, y que pese a su exterioridad los términos puedan entrar en relación? Pues bien, el Mismo puede <<captar>> al Otro trascendente porque la presencia del infinito tiene lugar en mí como revelación. Esto comporta tres consideraciones. En primer lugar, la idea del Infinito en mí no parte del yo ni de una necesidad en él de suplir sus carencias. La idea del Infinito me viene del Otro, del exterior. Lo pensado inicia el movimiento, no el pensador. En segundo lugar, el Infinito se manifiesta independientemente de toda posición que hayamos tomado respecto a él y se expresa —viene a mí— como imponiéndose, inesperado. Finalmente, que la idea del Infinito se revele quiere decir que el Infinito se manifiesta presentándose él mismo en la idea que anuncia, como presencia viva que sostiene su propia manifestación.
Por lo que se refiere a la manera concreta, la idea del Infinito se revela, es decir, se hace presente en nosotros a través del rostro del Otro. En efecto, el rostro manifiesta de forma privilegiada la alteridad del Otro. El conocimiento que yo pueda tener de la trascendencia, a través del rostro, no es, pues, un conocimiento objetivo —procedente de la forma y la medida de la mirada que contempla—, sino excepcional: constituye la experiencia por excelencia, y esto porque la idea del Infinito en mí a través del rostro del Otro me revela, en definitiva, una desmedida: rompe el orden inmanente, el orden que yo puedo abarcar, pensar, poseer. A partir del infinito del Otro que su rostro expresa se llega a captar el Infinito de la divinidad. Finalmente, pues, en la mirada del Otro Lévinas reconoce la llamada de Dios a no abandonar a aquel que me necesita. Responder al Otro es, también, responder a Dios. Por ello, Lévinas llamará <<religión>> a la relación con el Otro: “Proponemos llamar religión a la ligadura que se establece entre el Mismo y el Otro, sin constituir una totalidad”[29].
BIOGRAFIA: (6840)
La tradición oriental relaciona desde tiempos antiquísimos la energía sexual con la salud. Y a ese respecto, Mantak Chia es sin duda uno de los máximos responsables de que el Tao sexual se haya divulgado a gran escala y de que muchas personas puedan beneficiarse de lo que hasta hace unas décadas estaba sólo al alcance de privilegiados. Un hombre que, entre otras cosas, propone redescubrir la capacidad multiorgásmica del varón lo que da una nueva dimensión a la sexualidad masculina e incrementa al placer que experimenta la pareja. Le contamos cómo beneficiarse de las aportaciones de esta filosofía milenaria.
`El Tao no es más que un dedo que señala el camino y en él lo primero que se aprende es cómo vaciar y silenciar la mente cuando no se la necesita. Así se puede dirigir esa energía hacia los órganos para mantener y aumentar la vitalidad. Es fundamental aprender a conservar la energía original o Chi porque eso es lo que orienta todas nuestras acciones`. Así entiende el Tao Mantak Chia, probablemente el más famoso taoísta vivo. Creador de un sistema curativo que en sus orígenes recibió el nombre de Tao Regenerativo pero que en la actualidad se conoce como Sistema del Tao Universal, puede definirse como un taoísmo tradicional mezclado con conocimientos científicos más actuales. Pero también es muy reconocido por sus eruditos libros sobre taoísmo en los que ha contado con detalle prácticas hasta ahora vedadas para los no iniciados. Destaca entre ellos El hombre multiorgásmico, obra que le dio el prestigio y reconocimiento internacionales de que disfruta en la actualidad y a la seguiría `La pareja multiorgásmica` (vea en el recuadro adjunto otras de sus obras)
EL TAO DE CHIA
`Yo aprendí Tao siguiendo el método clásico pero me decidí a añadirle conceptos de anatomía moderna, astrología y ciencia actual porque pienso que ayudan a entender la globalidad del sistema y llega a más personas`. De hecho, confiesa que renegó desde el principio del secretismo que rodeaba al Tao, una tradición que aglutina un enorme poder curativo que quería fuera conocido por el mayor número de personas. Para lo cual se decidió a viajar por todo el mundo desde su Tailandia natal divulgando algunos de los conocimientos y técnicas del taoísmo.
Entre las principales aportaciones de este maestro está la idea de que los hombres, al igual que las mujeres, pueden también experimentar orgasmos múltiples porque es posible separar éstos de la eyaculación. Obviamente, este conocimiento no es nuevo ya que hace más de tres milenios los chinos reconocieron que los hombres pueden alcanzarlos y, de hecho, dejaron registros de sus descubrimientos. Pero más recientemente, en los años 80 del siglo pasado, un estudio llevado a cabo por eminentes sexólogos revelaba que el 12% de los hombres son multiorgásmicos. `La falta de un método adecuado para llevar ese potencial a la práctica -explica Mantak Chia- ha sido el principal obstáculo de su práctica. Por eso la sexualidad del hombre, sobre todo del occidental, se ha centrado en el objetivo de conseguir la eyaculación renunciando al placer de las cumbres orgásmicas sostenidas. Es más, el occidental ha identificado orgasmo y eyaculación hasta tal punto que le resulta imposible separar ambos procesos a pesar de, de hecho, es sencillo`.
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