Una posibilidad sería facilitar el cuidado de madre-canguro. El contacto piel a piel promueve la liberación de oxitocina en la madre y el bebé y ayuda al proceso de apego, mitigando los efectos del parto quirúrgico.
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El peculiar científico Eduard Punset acaba de lanzar su último libro El viaje al amor, en el que habla de la importancia del amor de los padres hacia el hijo durante los primeros años de vida.
Según Punset, el amor que brindamos a nuestros hijos en edades tempranas determina su amor adulto y su forma de encarar las relaciones afectivas en el futuro.
En su ensayo sobre el amor dedica una parte especial a la infancia, ya que dice, y coincido plenamente con él en ese sentido, que el amor adulto se fragua en el entorno maternal en ese período de la vida.
Para quienes crean que al bebé no le pasa nada por dejarlo llorar en la cuna, las palabras del científico les sorprenderán.
Dice que está demostrado que el bebé abandonado en la cuna, desamparado en la oscuridad siente la misma desprotección y utiliza los mismos mecanismos cerebrales que el adulto frente al desamor.
A lo mejor los adultos podemos recordar ese enorme vacío que produce el desamor para comprender al bebé que nos reclama insistentemente en la cuna.
No acudir a atenderlo podría tener consecuencias más graves de lo que creemos, pues como comenta Punset en su libro, si el bebé recibe amor y contacto táctil con los padres durante los dos primeros años de vida crece con mayor confianza en sí mismo y genera una autoestima que le acompañará durante el resto de su vida.
“¿Hay forma de mejorar el bienestar?” explica 4 ideas que tendrían un impacto sobre el bienestar de la gente sin estrategias complicadas ni grandes inversiones económicas.
Simplemente “aprovechando lo que ya sabemos y sin perderse por las ramas”. Son:
1. Crianza
2. Dejar de contaminar los pozos acuíferos mediante purines
3. Evitar la contaminación acústica
4. Eliminar la publicidad engañosa
Estas son sus sabias palabras sobre cómo criar a los hijos:
“Hay que querer a los hijos incondicionalmente. Se trata de uno de los descubrimientos más recientes e impactantes de los mecanismos afectivos. La manera más expeditiva de poner remedio a tanto desgobierno sentimental y a la depredación afectiva consiste, precisamente, en aceptar de una vez por todas que sin amor incondicional no hay proceso de aprendizaje posible. No hace falta descubrir la pólvora y dar con la mezcla ideal de recompensa y castigo para el aprendizaje. Querer a los hijos incondicionalmente no significa querer todos sus actos, sino hacerles sentir que existe un lugar, su hogar, donde son amados y protegidos por lo que son intrínsecamente. Verá como todo empieza a funcionar de una manera distinta.”
¡Parece una obviedad pero no lo es¡
No sólo no hay amor incondicional en los miles de padres que abusan de sus hijos, tampoco lo hay en los millones de padres pacíficos que amamos a veces más nuestra propia comodidad, la disciplina y ciertas normas sociales que a nuestros hijos.
No hay amor incondicional en no darle de mamar amamantarlo con lactancia materna ni siquiera 1 día de vida y pedir voluntariamente la inyección/pastilla para cortar la leche, no hay amor incondicional en dejarle llorar en una cuna sin consolarlo, no hay amor incondicional en exigirles comportamientos de independencia impropios de su edad, no hay amor incondicional (ni comprensión sobre sus necesidades) en separarlos voluntariamente de sus padres largas horas en los primeros meses, etc.
¿Por qué creeis que San Agustín dijo: “dadme otras madres y cambiaré el mundo“? En la crianza con amor incondicional está el gran cambio de la Humanidad.
Según Punset, el amor que brindamos a nuestros hijos en edades tempranas determina su amor adulto y su forma de encarar las relaciones afectivas en el futuro.
En su ensayo sobre el amor dedica una parte especial a la infancia, ya que dice, y coincido plenamente con él en ese sentido, que el amor adulto se fragua en el entorno maternal en ese período de la vida.
Las madres y los padres, aunque nos han educado en la creencia de que 'es normal que los niños lloren' y que 'hay que dejarles llorar para que se acostumbren', y por ello estamos especialmente insensibilizadas para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo.
Cuando un recién nacido aprende en una sala de nido que es inútil gritar...
está sufriendo su primera experiencia de sumisión. (Michel Odent)
Hombres y mujeres, científicas y profesionales que trabajamos en distintos campos de la vida y del conocimiento, madres y padres preocupados por el mundo en el que nuestros hijos e hijas van a crecer, hemos creído necesario hacer la siguiente declaración:
Es cierto que es frecuente que los bebés de nuestra sociedad Occidental lloren, pero no es cierto que 'sea normal'. Los bebés lloran siempre por algo que les produce malestar: sueño, miedo, hambre, o el más frecuente, y que suele ser causa de los anteriores, la falta del contacto físico con su madre u otras personas del entorno afectivo.
El llanto es el único mecanismo que los bebés tienen para hacernos llegar su sensación de malestar, sea cual sea la razón del mismo; en sus expectativas, en su continuum filogenético no está previsto que ese llanto no sea atendido, pues no tienen otro medio de avisar sobre el malestar que sienten ni pueden por sí mismos tomar las medidas para solventarlo.
El cuerpo del bebé recién nacido está diseñado para tener en el regazo materno todo cuanto necesita, para sobrevivir y para sentirse bien: alimento, calor, apego; por esta razón no tiene noción de la espera, ya que estando en el lugar que le corresponde, tiene a su alcance todo cuanto necesita; el bebé criado en el cuerpo a cuerpo con la madre desconoce la sensación de necesidad, de hambre, de frío, de soledad, y no llora nunca. Como dice la norteamericana Jean Liedloff, en su obra The Continuum Concept, el lugar del bebé no es la cuna ni la sillita ni el cochecito, sino el regazo humano. Esto es cierto durante el primer año de vida; y los dos primeros meses de forma casi exclusiva (por eso la antigua famosa 'cuarentena' de las recién paridas); luego, los regazos de otros cuerpos del entorno pueden ser sustitutivos algunos ratos. El propio desarrollo del bebé indica el fin del periodo simbiótico: cuando se termina la osificación y el bebé empieza a andar: entonces empieza poco a poco a hacerse autónomo y a deshacerse el estado simbiótico.
La verdad es obvia, sencilla y evidente.
El bebé lactante toma la leche idónea para su sistema digestivo y además puede regular su composición con la duración de las tetadas, con lo cual el bebé criado en el regazo de la madre no suele tener problemas digestivos.
Cuando la criatura llora y no se le atiende, llora con más y más desesperación porque está sufriendo. Hay psicólogos que aseguran que cuando se deja sin atender el llanto de un bebé más de tres minutos, algo profundo se quiebra en la integridad de la criatura, así como la confianza en su entorno.
Las madres y los padres, aunque nos han educado en la creencia de que 'es normal que los niños lloren' y que 'hay que dejarles llorar para que se acostumbren', y por ello estamos especialmente insensibilizadas para que su llanto no nos afecte, a veces no somos capaces de tolerarlo. Como es natural si estamos un poco cerca de ellos, sentimos su sufrimiento y lo sentimos como un sufrimiento propio. Se nos revuelven las entrañas y no podemos consentir su dolor. No estamos del todo deshumanizadas. Por eso los métodos conductistas proponen ir poco a poco, para cada día aguantar un poquito más ese sufrimiento mutuo. Esto tiene un nombre común, que es la ‘administración de la tortura', pues es una verdadera tortura la que infligimos a los bebés cuando hacemos ésto, y nos infligimos a nosotras mismas, por mucho que se disfrace de norma pedagógica o pediátrica.
Varios científicos estadounidenses y canadiense (biólogos, neurólogos, psiquiatras, etc.), en la década de los noventa, realizaron diferentes investigaciones de gran importancia en relación a la etapa primal de la vida humana; demostraron que el roce piel con piel, cuerpo a cuerpo, del bebé con su madre y demás allegados, produce unos moduladores químicos necesarios para la formación de las neuronas y del sistema inmunológico; en fin, que la carencia de afecto corporal trastorna el desarrollo normal de las criaturas humanas. Por eso los bebés, cuando se les deja dormir sol@s en sus cunas, lloran reclamando lo que su naturaleza sabe que les pertenece.
En Occidente se ha creado en los últimos 50 años una cultura y unos hábitos, impulsados por las multinacionales del sector, que elimina este cuerpo a cuerpo de la madre con la criatura y deshumaniza la crianza: al sustituir la piel por el plástico y la leche humana por la leche artificial, se separa más y más a la criatura de su madre. Incluso se han fabricado modelos de walkyes talkys especiales para escuchar al bebé desde habitaciones alejadas de la suya. El desarrollo industrial y tecnológico no se ha puesto al servicio de las pequeñas criaturas humanas, llegando la robotización de las funciones maternas a extremos insospechados.
Simultáneamente a esta cultura de la crianza de los bebés, se medicaliza cada vez más la maternidad de las mujeres; lo que tendría que ser una etapa gozosa de nuestra vida sexual, se convierte en una penosa enfermedad. Entregadas a los protocolos médicos, las mujeres adormecemos la sensibilidad y el contacto con nuestros cuerpos, y nos perdemos una parte de nuestra sexualidad: el placer de la gestación, del parto y de la exterogestación, lactancia incluida. Paralelamente las mujeres hemos accedido a un mundo laboral y profesional masculino, hecho por los hombres y para los hombres, y que por tanto excluye la maternidad; por eso la maternidad en la sociedad industrializada ha quedado encerrada en el ámbito privado y doméstico. Sin embargo, durante milenios la mujer ha realizado sus tareas y sus actividades con sus criaturas colgadas de sus cuerpos, como todavía sucede en las sociedades no occidentalizadas. La imagen de la mujer con su criatura tiene que volver a los escenarios públicos, laborales y profesionales, so pena de destruir el futuro del desarrollo humano.
A corto plazo parece que el modelo de crianza robotizado no es dañino, que no pasa nada, que las criaturas sobreviven; pero científicos como Michel Odent (1999 y www.primal-health.org), apoyándose en diversos estudios epidemiológicos, han demostrado la relación directa entre diferentes aspectos de esta robotización y enfermedades que sobrevienen en la edad adulta. Por otro lado, la violencia creciente en todos los ámbitos tanto públicos como privados, como han demostrado los estudios de la psicóloga suizo-alemana Alice Miller (1980) y del neurofisiólogo estadounidense James W. Prescott (1975), por citar sólo dos nombres, también procede del mal trato y de la falta de placer corporal en la etapa primera de la vida humana. También hay estudios que demuestran la correlación entre la adicción a las drogas y los trastornos mentales, con agresiones y abandonos sufridos en la etapa primal. Por eso los bebés lloran cuando les falta lo que se les quita ; ell@s saben lo que necesitan, lo que les correspondería en ese momento de sus vidas.
Deberíamos sentir un profundo respeto y reconocimiento hacia el llanto de los bebés, y pensar humildemente que no lloran porque sí, o mucho menos, porque son malos. Ellas y ellos nos enseñan lo que estamos haciendo mal.
También deberíamos reconocer lo que sentimos en nuestras entrañas cuando un bebé llora; porque pueden confundir la mente, pero es más difícil confundir la percepción visceral. El sitio del bebé es nuestro regazo: en esta cuestión, el bebé y nuestras entrañas están de acuerdo, y ambos tienen sus razones.
No es cierto que el co-lecho (la práctica de que los bebés duerman con sus padres) sea un factor de riesgo para el fenómeno conocido como ‘muerte súbita'. Según The Foundation for the Study of Infant Deaths, la mayoría de los fallecimientos por ‘muerte súbita' se producen en la cuna. Estadísticamente, p or lo tanto, es más seguro para el bebé dormir en la cama con su madre y su padre que dormir solo, excepto si éstos son alcohólicos o drogadictos o excesivamente obesos. ( Angel Alvarez, primal.es) .
Por todo lo que hemos expuesto, queremos expresar nuestra gran preocupación ante la difusión del método propuesto por el neurólogo E. Estivill en su libro Duérmete Niño (basado a su vez en el método Ferber divulgado en Estados Unidos), para fomentar y ejercitar la tolerancia de las madres y los padres al llanto de sus bebés; se trata de un conductismo especialmente radical y especialmente nocivo teniendo en cuenta que el bebé está aún en una etapa de formación. No es un método para tratar los trastornos del sueño, como a veces se presenta, sino para someter la vida humana en su más temprana edad. Las gravísimas consecuencias de este método, han empezado ya a ponerse de manifiesto.
Necesitamos una cultura y una ciencia para una crianza acorde con nuestra naturaleza humana, porque no somos robots, sino seres humanos que sentimos y nos estremecemos cuando nos falta el cuerpo a cuerpo con nuestros mayores. Para contribuir a ello, para que tu hijo o tu hija deje de sufrir YA, y si te sientes mal cuando escuchas llorar a tu bebé, hazte caso, cógele en brazos para sentirle y sentir lo que está pidiendo; posiblemente sólo sea eso lo que quiere y necesita, el contacto con tu cuerpo. No se lo niegues. www.suenoinfantil.org
Una experta en salud mental advierte que los consejos populares de ignorar las lágrimas de tu hijo pueden causar daño al bebé.
La Nanny ya no es la que sabe lo mejor, el "Libro del Pequeño Bebé Contento" puede dañar el desarrollo de un niño y el consejo del Dr. Spock de que un niño debe dejarse llorar pueden causar daño psicológico.
Cuando se trata del calurosamente debatido mundo de como criar a tu bebé, hay una nueva teoría que usa escaneos del cerebro que argumenta que el llanto controlado (el entrenar para dormir) no solamente daña el cerebro de los bebés, sino que produce adultos enojados y ansiosos.
[Nota: El psicólogo de Cape Town, Abraham le Roux, señala que los resultados de forzar a los bebés a "auto consolarse" (necesario para entrenarlos a dormir) causan serias preocupaciones, también. Mas tarde cuando son adultos, estas personas es común que necesiten continuar auto consolarse, y los consoladores usados pueden incluir alcohol, drogas, comer compulsivamente, sexo obsesivo, etc.]
"Si tu ignoras un niño que llora, les dices que se callen o los pones en su cuarto solos, les puedes causar serio daño a sus cerebros a un nivel que puede resultar en una neurosis severa y desórdenes emocionales mas tarde en su vida", dijo la Profesora Margot Sunderland.
Sunderland es la experta que lidera en el desarrollo de los cerebros de los niños y es una autora ganadora de premios de la Asociación Medica Británica, que ya ha escrito mas de 20 libros acerca de la salud mental de los niños.
Basada en su estudio de cuatro años de escaneos del cerebro e investigación científica, Sunderland exhorta a los padres a rechazar las teorías modernas de expertos de bebés como Gina Ford y la Supernanny, Jo Frost, del canal 4, que predican la estricta disciplina, rutina y "llanto controlado".
El libro de Sunderland, "El libro definitivo de como criar a un niño", que se publicará el siguiente mes, provee una guía paso a paso de como reaccionar ante cada cambio en el humor de un niño, hasta como abrazar a un bebé que llora.
'La Verdad cruda, es que el llanto no consolado, puede causar daño al cerebro en desarrollo de un niño, dijo la Profesora Sunderland, quien es la Directra de Educación y Entrenamiento del Centro de Salud Mental Infantil en Londres. Ella cree que los padres a menudo no reconocen adecuadamente el sufrimiento de sus niños.
Mientras que la imporatncia del contacto, del abrazar y físicamente consolar a sus hijos es fundamental, ella también habla a los padres de los daños de minimizar la ira de sus niños, asi como la angustia emocional.
"Los padres nunca deberían tratar de disuadir a sus hijos de no sentir ciertas emociones, ella dijo." Aunque tu hijo esté interpretando una situación de una manera completamente diferente a ti, es importante el probarles que tienes empatía hacia ellos, a través del tiempo que les das y el lenguaje y las expresiones faciales que muestras.
"Si tu hijo está enojado, tu incrementas su sentimiento de stress en lugar de reducirlo, si no tomas su enojo tan seriamente como tu desearías que alguien tomara tu enojo", ella agregó.
"El intentar contentarlos fuera de su humor resultará que ellos internalicen su stress, lo cual tomará una cuota en sus cuerpos y su cerebro, como si los dejaras llorar sin calmarlos" Sunderland también cree que los padres a menudo sin percatarse, disciplinan a sus hijos a través de la vergüenza y el miedo.
"Puede ser que obtengan resultados rápidos, y los padres a menudo no se dan cuenta de que lo están haciendo" ella dijo. Pero el precio en el desarrollo del cerebro de un niño puede ser muy alto, y dejar un legado de ansiedad y fobial social de por vida.
Es demasiado sencillo domar a un niño, en cambio, Sunderland alienta a los padres a ser muy emocionales cuando su niño se comporta muy bien, y muy parcos cuando ellos se comportan mal.
Sunderland cree que los padres que usan palabras de lucha o frases que demandan obediencia inmediata y absoluta, crearán un niño desafiante mientras que las palabras para pensar, que activan sus cerebros al darles una opción, pueden acabar con intensos estados de excitación emocional.
A menudo, sin embargo, Sunderland aconseja que las palabras no siempre son necesarias, y que calmadamente abrazar a un niño que se rehusa a escuchar, es suficiente, " A veces el cerebro de un niño está hiperestimulado para responder al lenguaje y un abrazo amoroso y cálido es la única cosa que puede calmarlos sin conflicto."
Sunderland ofrece los siguientes consejos a los padres:
- No trates de persuadir a tu hijo a que no sienta sus emociones, no importa que tan extremas o irracionales tu puedas sentir que son esas emociones.
- No minimices sus emociones, muestrales a traves del contacto, el tono y las expresiones faciales, que entiendes la intensidad y calidad de lo que les está sucediento.
- Se su roca emocional, se bueno y calmado.
- Abrázalos - el contacto es vital para calmar y consolar a un niño.
Traducido por Ana Charfén
Lecturas recomendadas:
Gerhardt, Sue. (2004) "Why Love Matters: How Affection Shapes Your Baby's Brain", Brunner Routledge, New York and Hove
En español: La ciencia de Ser Padres. Ed. Grijalbo
a Asociación El Parto es Nuestro lanza la campaña ¡Que no os separen!
La Asociación El Parto es Nuestro ha emprendido durante el presente año la campaña informativa: "Que no os separen” para llamar la atención sobre la separación de rutina entre la madre y el recién nacido, hecho que incumple las recomendaciones de la Organizaciónn Mundial de la Salud.
1) La Organización Mundial de la Salud recomienda que todos los recién nacidos, nada más nacer, sean prematuros o no, permanezcan en contacto ininterrumpido piel con piel con sus madres (el denominado método madre canguro).
- La realidad es que en la práctica totalidad de los hospitales tanto públicos como privados, los niños son separados de sus madres al nacer para realizarles una serie de pruebas pediátricas tales como pesarles, inyectarles vitamina K o comprobar el estado de su ano y orificios nasales, además de aplicarles un colirio ocular. Estas prácticas deben ser abandonadas como rutinarias según reconoce y detalla explícitamente el Ministerio de Sanidad en su Estrategia de atención al Parto Normal de 2007 en el Sistema Nacional de Salud .
https://www.msc.es/novedades/docs/estrategiaAtencionPartoNormal.PDF
“Otra diferencia importante entre las sociedades industrializadas y las tradicionales es que la independencia que los adultos tienen que demostrar en nuestra cultura también se la imponen a los niños desde temprana edad, incluso desde que son bebés.
Si una mujer alimenta al bebé cada vez que este quiere mamar, si el bebé duerme en la cama con ella o si continúa dándole el pecho pasados nueve meses, la pueden criticar por “hacer lo que el bebé quiere” y le advierten que está criando cuervos. Le dicen que nunca a poder sacar al bebé de la cama, que el niño va a crecer “pegado y miedoso”, y que, en caso de ser varón, estará “colgado de las faldas de su madre”, lo que implica que será afeminado e incapaz de tener relaciones heterosexuales.
En nuestra cultura se insiste mucho en inculcar la independencia en nuestros hijos. Se considera una responsabilidad moral. Dormir toda la noche, comer sólidos, aprender a ir al baño, no son solo cosas para comodidad de los padres, sino indicaciones de este desarrollo hacia la independencia social; es un mojón en el camino.
Es exactamente lo opuesto a la relación entre la madre campesina y su hijo, al que acomoda dentro del chal o del poncho, o lo ata pegado a su piel. Quizás no deberíamos sorprendernos cuando los bebés protestan porque se los separa a la fuerza del olor tranquilizador, de la firmeza, de la suavidad y de la seguridad del cuerpo de su madre, del sonido de su voz y del ritmo del latido del corazón materno.
Las mujeres también se pierden algo en nuestra cultura….”
Las sensaciones placenteras nos acompañan desde el principio de nuestra vida, ya en el útero de su madre la criatura, ve, oye, tiene todos los sentidos desarrollados. Está rodeado de líquido amniótico bañando su cuerpo, permitiéndole moverse libremente, sintiéndose en contacto.
El nacimiento puede ser un baño de endorfinas para la criatura y las contracciones como abrazos rítmicos. El nacimiento puede ser un éxtasis. La mejor forma de venir a este mundo es rodeado de los seres que más le quieren, le acarician, le miman, le protegen. Ser colocado encima de la madre, sentir su calor, su olor, poder succionar el pecho proporcionará al bebé un placer y una sensación se seguridad muy confortable.
El parto en sí forma parte de la sexualidad femenina. Diferentes autores y autoras reflejan este pensamiento: Sheila Kitzinger en sus libros enseña un método de educación maternal que llama“Psicosexual” considerando el parto y la lactancia como parte de la sexualidad femenina.
Michel Odent, obstetra francés, da mucha importancia en su asistencia a la privacidad de la mujer durante el parto y el posparto inmediato, considera que el mejor sitio para parir es el mismo que para tener relaciones sexuales, que la mujer no se sienta observada ni molestada por nadie, porque cree que así parirá mejor y evitará complicaciones.
Juan Merelo-Barberá refiere en su libro “Parirás con placer” como algunas mujeres sienten una emoción orgásmica en su parto.
Frédérick Leboyer en su libro “Por un nacimiento sin violencia” nos dice que el nacimiento puede ser un como un abrazo embriagador entre la madre y la criatura.
Esta misma idea está en los diferentes libros que ha escrito Casilda Rodrigañez, nos dice que si se produce el deseo de la mujer en el parto, éste puede ser una gran dilatación y apertura del útero. Así como una caricia mutua entre la madre y la criatura.
La lactancia materna puede ser un placer para la criatura pero también para la madre.
S. Kitzinger en su libro “La mujer y su experiencia sexual”. Nos dice: “La lactancia materna es una experiencia sexual, en la que no solo las glándulas mamarias son órganos erógenos, sino que los ritmos producidos al amamantar poseen una calidad intensamente sexual. Esta sexualidad desconcierta y angustia a algunas mujeres y gusta a otras.
En estos procesos de parto y lactancia se puede sentir placer o dolor dependiendo de muchos factores, tanto físico, psicológicos, sociales y culturales.
Parto orgásmico: testimonio de mujer y explicación fisiológica
A propósito del artículo publicado en El Mundo el 23.03.09 de VIV GROSKOP (The Guardian) en relación con el documental estadounidense sobre Parto Orgásmico (www.orgasmicbirth.com)
¿Roce de la cabeza del bebé en la vagina o eufemismo del dolor, como se apunta en el artículo de El Mundo?
En la comparación que hace Read entre la vejiga urinaria y el útero creo que está la clave de la parte importante que le faltó para entender el funcionamiento del útero, porque los músculos del útero a diferencia de los de la vejiga urinaria, tienen receptores de oxitocina, y esto indica la existencia de un dispositivo específico para activar el reflejo muscular; un dispositivo que forma parte del sistema sexual.
En su explicación sobre la fisiología de la lactancia, Matin Calama explica que los receptores de oxitocina en las mujeres, se encuentran además de en las mamas, en las fibras mioepiteliales de la vagina y del útero, y que a lo largo del embarazo aumentan incrementando la sensibilidad a la oxitocina que se segregará durante la lactancia. Esto nos aproxima a entender el continuum de la maternidad, como una continuidad de procesos del sistema sexual de la mujer.
Por eso se dice que el amor nos licua; por eso la humedad ha sido símbolo de la sexualidad y la sequedad de la castidad, de la penitencia y de los retiros espirituales en los desiertos (ver diccionarios de simbologías (10), Ortiz Osés (11), El agua, la vida y la sexualidad de Michel Odent (12), Mircea Eliade, etc.); por eso el propio deseo, la misma pulsión inicial que segrega la oxitocina, nos licua antes de proceder al acto sexual. Esther Pérez en su ponencia en las Jornadas Feministas de junio 2006, sobre su experiencia de relactación con una niña adoptada, explicaba que al ver salir las primeras gotas de leche de sus pechos pensó que era el amor que se licuaba en gotas blancas.
Hay que decir que en el útero hay un tercer tipo de fibras musculares que constituyen una capa interna en la pared de la bolsa uterina. Son músculos que rodean los vasos sanguíneos haciendo ochos y espirales, y su función es estimular y activar el riego sanguíneo para aportar el oxígeno necesario para el intenso trabajo que realiza el útero, y para retirar las sustancias de desecho (6). Poco a poco vamos entendiendo las claves del gran potencial y de la gran capacidad orgástica femenina.
Así pues, el parto orgásmico no lo produce el roce de la cabeza del feto en la vagina, y todavía menos es ‘un eufemismo del dolor’ (para esto último me remito también a Read). El parto orgásmico se produce porque el propio movimiento del útero es en sí mismo productor de placer, siempre que los músculos funcionen acompasadamente, según el proceso sexual normal; que es lo que sucede cuando el parto se produce de forma natural y se activa según la forma establecida filogenéticamente, por el sistema sexual de la mujer. Leboyer (16) sin necesidad de electrodos intrauterinos también describió los dos tipos de contracciones, las generadoras de placer y las generadoras de calambres y de intolerables sufrimientos.
Esto explica también otros testimonios: los que refieren la existencia de pueblos enteros que desconocen el dolor en el parto (Montaigne (18), etc.). También el tono imperativo del ‘parirás con dolor’ que indica que en ese momento no era así pero que sabían cómo conseguirlo.
Y esta es la otra pregunta importante: ¿cómo es posible que de forma tan generalizada el parto se produzca con dolor?
Es de suponer que no será uno sino muchos (entre ellos, el stress y el miedo que señala Read) los aspectos de la distorsión del proceso normal del parto. En cualquier caso, el útero espástico está causado de forma inequívoca por la represión sexual de la mujer desde la infancia; y esto es coherente con estudios realizados sobre la densidad de los receptores de oxitocina. Odent, en la Cientificación del amor (19) recoge un estudio realizado en Suecia y otros, que ha mostrado que esta densidad es variable y a veces escasa (las muestras de tejido uterino de mujeres a las que se les había practicado cesárea tenían una escasa proporción de receptores de oxitocina). Lógicamente, si las mujeres no desarrollan una suficiente cantidad de receptores de oxitocina y el útero carece de sensibilidad suficiente a la oxitocina, difícilmente podrán parir. La variabilidad de la densidad de los receptores de oxitocina nos remite también a la vida sexual de la mujer antes del parto: en qué medida ha desarrollado o no ha desarrollado sus pulsiones sexuales, en qué medida ha desarrollado o no lo ha hecho los receptores de oxitocina. Y aquí es donde cobran sentido las pulsiones sexuales de la infancia, que claro está no se producen por nada, y mucho menos porque el demonio habite los pequeños cuerpos humanos, sino porque tienen una función fisiológica. El desarrollo corporal humano establecido filogenéticamente, incluye las pulsiones sexuales infantiles para promover la madurez de sus órganos, y en concreto, promover el movimiento de los músculos uterinos en las niñas. Por eso nos encontramos con juegos, corros y bailes sexuales (20) infantiles y compartidos con mayores, en las culturas de sexualidad espontánea. Estos juegos y bailes estimulaban y promovían la expansión de las pulsiones que mantenían los úteros de las niñas activos; es decir, no sólo no se prohibían las manifestaciones de la sexualidad infantil, sino que se propiciaban y se amparaban culturalmente. En nuestra civilización siempre había habido algún margen de expansión sexual clandestina, las brujas con sus escobas (que no eran para volar por los aires) etc.; pero ahora l@s niñ@s están más vigilados que nunca y más programadas y más aislad@s, y cada vez tienen menos posibilidades de desarrollar sus pulsiones. En la Grecia clásica la sexualidad entre adult@s y niñ@s estaba normalizada (21), mientras que ahora ni se contempla la posibilidad de que dicha sexualidad surja espontáneamente y con la complacencia y el consentimiento del niñ@, sino que automáticamente se califica de abuso de poder adulto y como agresión sexual, dando por sentado que el niño o la niña no puede tener impulsos, deseos o apetencias sexuales. Hasta el punto de que los medios de información (también llamados de 'formación' de masas) identifican 'pedofilia' con violación'.
NOTAS:
(1) MERELO BARBERA, J., Parirás con placer, Kairós, Barcelona 1980.
(2) Citado por Merelo Barberá y en el monográfico de Integral sobre Embarazo y Parto Gozosos
(3) MASTERS, W. y JOHNSON, V., Human Sexual Response, Little, Brown & Co, Boston 1966.
(4) HITE, Sh. El Informe Hite, 1977, citado por Merelo y en el monográfico de Integral.
(5) SERRANO VICENS, R. ,La sexualidad femenina, Júcar 1972; Informe Sexual de la Mujer Española, Lyder 1977.
(6) READ, G.D., Revelation of childbirth, William Heinemann Medical Books, 1945. El libro más conocido de
Read es :Childbirth without fear, 4th ed. Harper and Row, New York 1972;
(7) Junto con una investigación sobre el parto sin dolor en aborígenes africanas y también sobre los nociceptors que
determinan la sensibilidad al dolor.
(8) MARTIN CALAMA, J., ‘Fisiología de la Lactancia’, Capítulo 7 del Manual de Lactancia Materna, Asociación Nacional de Pediatría, editorial Médica Panamericana.
(9) NILES NEWTON, Maternal emotions, Nueva York 1955.
(10) Por ejemplo Diccionario de Símbolos, Juan Eduardo Cirlot, Ed.Siruela, Madrid 1969, voces ‘sequedad’, etc.
(11) ORTIZ OSÉS, A. Las claves simbólicas de nuestra cultura Anthropos, Barcelona 1993.
(12) ODENT, M. El agua, la v ida y la sexualidad, Urano, Barcelona 1991.
(13) AMBROISE PARÉ, L’Anatomie, Livre I, ‘Sur la generation’, 1575. Citado por Yvonne Knibielher
en Histoire des Mères, Montalba, 1977.
(14) CHOISY, M., La guerre des sexes, Publications Premières, Paris 1970.
(15) Para quien no tenga el libro de Masters y Johnson, Human Sexual Response, en donde se publicaron los electro-
uterogramas del orgasmo, están recogidos en mi librito Pariremos con Placer (2ª edición): www.casildarodriganez.org
(16) LEBOYER, F. El parto: crónica de un viaje, Alta Fulla, Barcelona 1976.
(17) WILHELM REICH (1952), en Reich habla de Freud Anagrama, Barcelona 1970.
(18) MICHEL E. MONTAIGNE, Ensayos, libro I, XVI.
(19) MICHEL ODENT, La Cientificación del Amor, Creavida 2001. Los estudios que cita son:
- REZAPUR, M. et al., Myometrial steroid concentration and oxytocin receptor density in parturient women at term.
Steroids 1996; 61:338-44
- FUCHS, AR., et al., Oxytocin and the initiation of human parturition. Stimulation of prostaglandin production in
human decidua by oxytocin. Am. J. Obstet. Gyneco. 1981; 141:694-97
- SOLOF, M., HINKO, A., Oxytocin in receptor and prostaglandin release in rabbit amnion, The Neurohypophisis,
Annals of the New Y. A.of Sciences, 1993, Vol 689:207-218
- INSEL Y SAPHIRO en: PEDERSEN ET AL., Oxitocin in maternal, sexual and social behaviours, Annals of the
New York Academy of Sciences, 1992; 6527
(20) GARRIDO, M.C., El juego del corro en la cultura femenina, Inédito 2006.
(21)FERNANDEZ DE CASTRO, CH., La otra historia de la sexualidad, Martínez Roca, Barcelona 1990.
Una posibilidad sería facilitar el cuidado de madre-canguro. El contacto piel a piel promueve la liberación de oxitocina en la madre y el bebé y ayuda al proceso de apego, mitigando los efectos del parto quirúrgico.
Cualquier suceso que sobrepasa o agobia al individuo a cualquier nivel: espiritual, psicológico, fisiológico y/o estructural puede imprimir en él un shock. A menos que se resuelva, el shock tendrá su impacto a todos los niveles de la vida de la persona. La impronta del shock y del trauma se graba en nosotros e interrumpe nuestro acceso al sentido del yo, al desarrollo psicológico y de las capacidades de aprendizaje, al funcionamiento motor y sensorial, a las funciones orgánicas y autónomas, a la propiocepción, al equilibrio, a la función de coordinación y a la integridad estructural. La resolución de las improntas de shock pre y peri-natales tiene lugar cuando la huella de shock se transforma, permitiendo a la persona el acceso ininterrumpido a su ser fundamental y al funcionamiento integrado de su organismo. La terapia craneosacral biodinámica proporciona a las personas de cualquier edad, incluyendo bebés, la oportunidad única de curarse y resolver el shock y el trauma del nacimiento.
En general, después de nacer, el niño tarda tres semanas en emerger de las alteraciones producidas por el estado de shock. Algunos niños pueden necesitar tres meses o más. Sin embargo, el hecho de emerger de las alteraciones que conlleva el shock no significa que el niño está curado del trauma producido. La mayoría emergen del periodo de alteraciones debidas al shock desarrollando hábitos de supervivencia y compensación directamente influidos por la impresión del shock.
observar y reconocer las señales y ritmos del neonato, las respuestas que demuestran atención (la dirección en que dirige su atención hacia el mundo externo y cómo retira la atención del mundo externo), los estados de conciencia, las pautas de movimiento, los comportamientos reflejos, la tonalidad musculoesqueletal y los cambios de tono de hipertónico a hipotónico, las expresiones verbales (murmullos, arrullos, risas, diferentes llantos), expresiones faciales y preferencias posturales.
Algunas alteraciones que podemos observar producidas por el shock agudo son las siguientes:
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Ojos vidriosos
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Ojos que no convergen normalmente, sino que se cruzan o separan
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Incapacidad total o parcial de orientarse ante estímulos visuales, auditivos y táctiles
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hipotonicidad generalizada o ubicada en un área específica
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respuesta de enfado o sorpresa ante el sonido y el movimiento
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movimientos discontinuos o espasmódicos de las extremidades
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temblores involuntarios
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sensibilidad táctil al toque directo y la proximidad
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sonidos de llanto débiles, superficiales o vacíos
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sonidos de llanto agudos
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llanto inconsolable, perderse en las emociones sin poder hacer contacto visual, auditivo o táctil
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llanto frecuente sin razón aparente
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ausencia parcial o total de alerta en estados de vigilia
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sueño de retirada ante estímulos sensoriales de luz, sonido o movimiento
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moldeamiento craneal no resuelto
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pautas posturales no resueltas
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pautas de tensión craneal
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pautas de movimiento craneal no fisiológicas
Un tipo de movimiento que muestra una ruptura evidente de la continuidad integral del neonato es el movimiento espasmódico. El sistema nervioso del niño es incapaz de producir una señal motora integrada que cree un flujo consistente y continuo desde el neocórtex. Se observa que los niños no-traumatizados, incluyendo los neonatos, mueven sus extremidades y cuerpo siguiendo pautas continuas y constantes.
Bebés aparentemente calmados y tranquilos que en realidad estaban retirados pueden volverse irritables de repente y mostrarse inconsolables varias semanas después del nacimiento al emerger del periodo de shock neonatal.
En realidad el bebé no puede hacer nada por detener el sonido externo; lo primero que puede modular son los músculos de los ojos o los párpados. Puede apartar la mirada de un estímulo demasiado intenso o puede cerrar los ojos. Puede que cierre los ojos cuando hay demasiada luz para evitar el estímulo y tener algún control sobre él. Observando los ojos de un bebé, el terapeuta puede observar si el bebé está situando su atención en el tiempo y en el espacio, y notar si el bebé se está retirando ante un estímulo o si está dirigiendo su atención hacia él. Las sensaciones propias del agobio neonatal pueden bloquear la capacidad del bebé de orientarse espacialmente o hacia sus cuidadores. Además el agobio neonatal puede bloquear la capacidad natural del bebé de observar, mostrar interés y hacer contacto con su mundo.
Los bebés también pueden alejarse de otra persona o de un estímulo externo excesivo. Por ejemplo, si mueves la mano hacia un bebé, puede que él aleje su brazo o que gire su cuerpo alejándolo si no desea ser tocado. Podemos notar una ola de contracción a través de los tejidos desde dentro hacia fuera produciendo un alejamiento intencional del estímulo. Si el bebé no se aleja físicamente y simplemente retira su atención de los estímulos, el terapeuta sentirá una ola de contracción de fuera adentro.
Muchos padres novatos tienen dificultades para “dejar” a sus bebés llorar. Es posible que se sientan incómodos, avergonzados o culpables; en cualquier caso, tratan de aliviarlos. Un aspecto muy importante de la terapia consiste en abordar la necesidad de llorar de los bebés y la necesidad de aliviar de los padres. Hacer que los padres identifiquen, procesen y reestructuren sus propios sentimientos respecto a la necesidad de llorar del bebé puede ser muy útil. Algunos terapeutas están absolutamente convencidos de que los niños necesitan llorar para descargar emociones no resueltas, pero desde mi punto de vista el llanto del bebé debe recibir muestras de apoyo para que no se pierda en sus emociones. Todos estamos de acuerdo en que a los niños no se les debe dejar solos para que “se descarguen llorando”.
Si una madre emplea consistentemente el dar de mamar a su bebé para consolarle puede estar dando a su bebé el mensaje de que llorar no está bien. Algunos profesionales aconsejan a los nuevos padres que tengan cuidado de no mezclar la alimentación con la satisfacción de la necesidad de comodidad o consuelo del bebé. Lo óptimo es dar de mamar cuando el bebé tiene hambre. El propósito de amamantar es alimentar. El hecho de amamantar no debería usarse para calmar al bebé.
Los efectos del shock a menudo inhiben el acceso al consuelo. Los bebés cuyo comportamiento se ha visto afectado por el shock suelen llorar inconsolablemente y parecerá que lloran hasta quedarse dormidos. Pero, no llegan a caer dormidos en absoluto, en realidad estos bebés lloran hasta entrar en un estado disociado de retirada parecido al sueño. Es esencial tener en cuenta que durante el proceso del shock hay diversos paquetes emocionales que quedan comprimidos. Esto significa que el bebé experimentará diversas emociones y sensaciones que como mínimo le causarán confusión y en el peor de los casos pueden hacer que la psique compartimentalice o divida esa intensa experiencia. (Levine y otros indican que los adultos con síntomas de estrés postraumático suelen compartimentalizar sus estados emocionales o algunos aspectos de sí mismos como estrategia de supervivencia).
Cuando los cuidadores y el entorno son capaces de sustentar la capacidad del bebé de experimentar la sensación de ese lugar parasimpático interno, tranquilo, lento y cálido, el bebé tomará por sí mismo la opción de salir del periodo de shock. Éste modo lento y tranquilo de salir del shock permitirá al sistema nervioso del bebé acumular dentro de sí las secuencias necesarias para realizar una conexión sin alteraciones desde el tronco cerebral(nuestra parte instintiva, reptiliana, primitiva) a través del sistema límbico(zona emocional) hasta el neocórtex(raciocinio, cognición). La integración sensorio motora de este bebé, su propiocepción, equilibrio, claridad emocional y mental, serán libres de funcionar óptimamente sin interrupciones debidas al shock y al trauma.
Compartir lo que hemos aprendido a cómo nosotros, como cuidadores, podemos dar un apoyo eficaz a las madres y a los bebés para que empiecen a amamantar, para desarrollar relaciones seguras dentro de la familia, y practicar la autorregulación que reduce o elimina nuestras propias tensiones mientras trabajamos con dichas familias. También analizaremos qué ocurre cuando se interrumpe el desarrollo de vínculos seguros y examinaremos varias estrategias de reparación que pueden aplicarse de manera segura durante las primeras semanas de vida del bebé. Se hace hincapié en la necesidad del terapeuta de estar centrado, en la atención que éste debe prestarse a sí mismo, en la conciencia de las claves somáticas rítmicas, en la sintonía madre-hijo y en las necesidades del bebé de asirse al pecho materno por sí mismo.
Cuando el bebé sale del útero materno, es colocado suavemente en el vientre de mamá. El cordón deja de pulsar, sale la placenta y el bebé empieza a abrirse camino hacia el pecho de mamá. Unos veinte minutos después del parto, este bebé empieza a balancearse arriba y abajo mientras parece responder a una llamada antiquísima y primordial. El cuerpo del bebé y el cuerpo de la madre están piel con piel. Con un suave apoyo de la palma de la mano en los pies del bebé, éste empuja su cuerpo, con la cabeza balanceándose arriba y abajo, y la boca abierta. Su boca plenamente abierta aterriza de lleno en el pezón y areola izquierdos de mamá. El bebé lo toma y empieza a amamantar. Se acaba de completar el proceso de autovinculación al pecho materno. Todos los mamíferos, incluyendo los humanos, lo sabemos hacer. Pero los seres humanos, a diferencia de otras especies, interrumpimos y atropellamos rutinariamente este instinto primario.
“la función de mamá es hacer que su pecho esté disponible a una distancia relativamente próxima de la cabeza del bebé. El trabajo del bebé es encontrar el pecho de mamá, asirse a él, chupar y tragar. Nuestro trabajo como terapeutas es relajarnos, centrarnos y mantener el espacio para que tanto el bebé como la madre descubran cómo hacerlo”.
En los estados simbióticos, los sistemas homeostáticos del adulto y del niño están vinculados en una organización de orden superior que permite la “mutua regulación de los sistemas endocrino, nervioso autónomo y nervioso central tanto de la madre como del bebé a través de sus elementos interactivos”. En los estados simbióticos, los sistemas internos homeostáticos del bebé, inmaduros y en desarrollo, son regulados fisiológicamente por la regulación del sistema nervioso de la madre, más maduro y diferenciado. Evidentemente, una de las principales funciones de este estado simbiótico es generar estados placenteros. El terapeuta ofrece la oportunidad de que la madre y el bebé se alineen en una sintonía rítmica lenta, la cual es un ingrediente esencial para establecer y formar relaciones seguras y duraderas dentro de un sistema familiar.
Las investigaciones neurobiológicas realizadas desde 1990 han descubierto que el óptimo crecimiento saludable del sistema nervioso y el desarrollo general del bebé (físico, emocional y mental) depende en gran medida de sentirse vinculado de manera segura con sus padres. Según Schore y Siegel&Hartzell los bebés aprenden a autorregularse y autoequilibrarse por la forma en que son cogidos en brazos y tratados. La autorregulación es la capacidad del sistema de funcionar dentro de un rango de actividad mientras integra la experiencia momento a momento. Cuando los cuidadores del bebé tienen la habilidad de autorregularse, el bebé también aprende a autorregularse. La autorregulación es un proceso inconsciente que atañe a las funciones fisiológicas y endocrinas fundamentales, así como a la regulación emocional en respuesta a los sucesos internos y externos.
La autorregulación y la sintonía parecen empezar en el útero materno. En el útero, el pre-nato no está diferenciado de la madre. El pre-nato que la madre lleva en su seno vive las experiencias que su madre vive durante el embarazo. La experiencia del pre-nato es la experiencia de la madre. La experiencia prenatal proporciona la matriz para un nivel de impronta fundamental que afectará al bebé durante el resto de su vida. El cuerpo y el sistema nervioso del pre-nato están en proceso de desarrollo y su cuerpo ya se está adaptando genética, celular y somáticamente a esta experiencia prenatal a medida que va creciendo. (Chamberlain 2002, Emerson,1999; Odent,2002; Verny,2000, contienen muchos ejemplos de la impronta prenatal a este nivel).
Dando apoyo a la madre se da apoyo al bebé
Mi trabajo consiste en dar apoyo a la madre para que preste atención a las sensaciones de asentamiento y expansión por el núcleo de su cuerpo, de esta manera es más probable que su sistema establezca un estado de equilibrio y de autorregulación en su sistema nervioso autónomo. Esto a su vez, conduce a las conductas de autovinculación del bebé, de asirse al pecho y chupar, y de que la leche salga a un ritmo compatible entre la madre y el bebé, dejando que el flujo de leche satisfaga la demanda del bebé. Cuando el sistema nervioso autónomo se desequilibre y se interrumpa la sintonía, la leche de la madre no satisfará la necesidad o demanda del bebé. Si la leche que da la madre excede la demanda, el bebé responderá teniendo que engullirla y puede que sienta ahogo por el exceso de leche. Si el abastecimiento materno no satisface la demanda, el bebé tratará de chupar con más fuerza y fácilmente puede empezar a sentir frustración y a emitir los sonidos correspondientes, a llorar, y después renunciará. Si el bebé empieza a engullir debido a un exceso de leche, recomiendo a la mamá que se tome un pequeño descanso a fin de que el bebé pueda retomar el ritmo. El bebé volverá de manera natural al pecho a medida que lo necesite para seguir alimentándose.
Dar apoyo a las conductas de autovinculación en los bebés no sólo ayuda a la lactancia y alimentación, sino que favorece una propiocepción óptima y la integración vestibular. Esto contribuye posteriormente a la coordinación motora general del niño y al desarrollo óptimo del sistema nervioso.
Los niños con experiencias natales o perinatales traumáticas no son observadores pasivos de los sucesos de su vida, más bien, absorben y almacenan todo el dolor que han encontrado en su camino. No se trata de dar seguridad, eso es para los adultos. Los niños necesitan la verdad para sentirse apoyados en el momento presente. Este trabajo no tiene nada que ver con sentirse alegre o triste, puede conllevar cualquier tono emocional, incluso de terror o rabia. Lo vemos, lo contenemos, después lo reflejamos y lo sacamos.
Un bebé es completamente consciente en el momento del nacimiento. En cada fase del desarrollo, ya bien si es un embrión, un feto, un recién nacido, un niño, etc. un ser humano está entero y completo. Incluso el recién concebido es consciente y capaz de experimental dolor y placer. Tiene la capacidad de tomar decisiones incluso sin un sistema nervioso. Los estudios de embriología nos enseñan este principio: la integridad es nuestro derecho de concepción. Aún así, por el camino el embrión humano experimenta tensión y trauma. Nos desarrollamos a través de ciertas fases específicas, las cuales se han documentado bien tanto en la embriología como en la psicología del desarrollo. Dentro de estas fases de desarrollo existen numerosas diferenciaciones específicas que ocurren y que nos dan nuestra singularidad individual y personalidad. Sin embargo, cuando nosotros experimentamos tensión, trauma o shock (conmoción) en cualquier fase de la vida, pero sobre todo durante el período pre y peri-natal, allí pueden existir consecuencias devastadoras para nuestra salud a lo largo de nuestra vida. Este hecho se declaró recientemente en la portada de la revista Time en septiembre de 1999.
Junto a estas consecuencias de trauma prenatal y shock, tales como el cigarro maternal y uso del alcohol, los pensamientos de aborto, la adopción y otros, existe todavía otro obstáculo que cruzar. Nosotros debemos nacer nueve meses después de ser concebidos. Aquí en el Oeste la medicación en el proceso de nacimiento, mientras que salva vidas también deja cicatrices en la mente y cuerpo del bebé y futuro adulto. Emerson (1999) declara que el 95% de nacimientos occidentales implican shock y trauma para el infante. Este número en sí mismo es espeluznante.
Para empezar el terapeuta deben entender que el recién nacido es indiferenciado de la madre. El bebé está activamente envuelto en un proceso llamado auto-apego (self-attachment) y de vinculación. Este proceso es el fundamento del amor. Ello incluye el desarrollo somático y neurológico así como la integración de emociones, el cual es el trabajo neurológico primario en los primeros dos años de vida. La madre y padre son parte del campo metabólico del niño. . El bebé debe cuidar de los padres a su vez para asegurar su propia seguridad y protección. Igualmente los padres deben proteger y dar recursos al infante tanto como sea posible mediante el tacto físico nutritivo, mirando fijamente a los ojos (lo cual desarrolla el hemisferio derecho del cerebro), el reflejo verbal y una multitud de técnicas de contacto no-verbales. Estas conductas o instintos apoyan el desarrollo saludable del bebé en este tiempo crítico de su nueva vida. Por lo tanto, el primer papel del terapeuta es evaluar el shock y trauma en el sistema familiar completo así como la serie de auto-apego y de vinculación. La madre es el recurso primario y debe ser apoyada en una sesión de tratamiento tanto como el bebé. ¿Se están vinculando vía el amamantamiento, etc.? ¿Dónde está la tensión en su relación?.
El suministro de recursos al bebé a través del contacto de ojos es crucial. Si el bebé y la madre no son capaces de mantener profundamente las miradas entre sí, puede ser un indicador de shock. La madre y el infante metabolizan cada uno los estados de sentimientos a través del contacto no-verbal como el mirar fijamente a los ojos, el contacto piel con piel, el entrainment respiratorio y cardiovascular (Schore 1996). El bebé ayuda a absorber y procesar los estados emocionales de la madre tanto como la madre absorbe y procesa al bebé a través de su propia mente y cuerpo.
. Los bebés experimentan y procesan el mundo con su cuerpo entero. Nosotros construimos una imagen del cuerpo según el mundo se comunica con nosotros a través de nuestra piel hasta nuestro tejido blando interior y sistemas de fluido, la cuna de nuestro conocimiento del mundo interior de quiénes somos. Nuestro cuerpo es nuestro ego original en los seis primeros años de vida. El sistema límbico, sobre todo la amígdala que es el principal indicador de emociones, es bastante activo en los bebés y directamente conectado al hemisferio derecho, la corteza emocional.
El bebé apenas pasó por una muy intensa experiencia y quiere contar la historia. Alguien necesita escuchar y el bebé necesita saber que esta siendo escuchado para que la curación ocurra. El terapeuta mantiene silenciosamente el shock y trauma como un testigo interior. Cuando el terapeuta detecta parte del esquema del trauma en el sistema craneosacral del bebé, él o ella podría decir "Oh, eso era mucho para ti" en lugar de decir, "Oh, aquellos fórceps eran grandes y desagradables". Las partes difíciles de la historia del nacimiento son consideradas por el terapeuta dentro de su corazón, quien entonces vuelve a contar la historia en silencio en presencia del bebé. De esta manera el shock y trauma ocurridos en el nacimiento se reconocen y se consideran en un contenedor silencioso. Esta comunicación se recibe y se integra en el sistema fluido del bebé. El terapeuta le sugiere espacio “¿te gustaría algún espacio aquí?". Entonces el terapeuta le sugiere opciones al bebé " ¿te gustaría hacer algo diferente aquí?".
Nacer no es simple, es un trabajo duro y a veces se sienten agobiados en el proceso de su nacimiento. El bebé es un ser completo de hecho desde el momento de la concepción es un ser consciente. Como embrión, como feto, de bebé y de niño somos seres completos. En la etapa prenatal, durante los 9 meses de gestación ya estamos experimentando la vida. Las experiencias de mamá son nuestras experiencias.
Como he nombrado antes nacer es un acontecimiento traumático (entendiendo trauma como una situación estresante) pero no todo nacimiento tiene porque conllevar trauma. Cuando de forma natural el bebé inicia el parto, se dan una serie de acontecimientos los cuales pueden dejar improntas en nuestro organismo. Nos vemos sometidos a fuertes presiones (contracciones) y nuestros tejidos, membranas durales, huesos, se contraen. Si la mamá se encuentra en un ambiente tranquilo, respetuoso, se siente confiada en ella misma y en su bebé, las contracciones y la dilatación se irán desarrollando de manera rítmica y armónica, al tiempo que la descarga de hormonas como la oxitocina y las endorfinas (que nos ayudan a lidiar con el dolor) se irán dando a su debido tiempo. Pero si se dan situaciones alrededor del parto donde la madre conecte con un estado de alerta, ya sea por un padre nervioso, familiares, excesivo ruido o quizá, lo más importante, conecte con patrones de experiencias de vida no resueltas tales como sentimientos de no valía, de no ser capaz de llevar a término las cosas, miedos…pueden ocasionar que el parto se pare o que se haga largo y dificultoso. En estos casos el bebé puede sufrir excesiva compresión en determinadas partes de su cuerpo, quedarse retenidos durante demasiado tiempo en una posición y eso conllevar un exceso de estrés en su sistema nervioso y tejidos.
Desde que nacemos queremos contar nuestra historia. El bebé quiere contar la historia que ha vivido durante su experiencia al nacer. Nos podemos imaginar a nosotros mismos con algún problema yendo a contárselo a un amigo, pero cual es nuestra sorpresa cuando nuestro amigo más allá de escucharnos nos hace partícipes de su historia (preocupaciones, problemas) y nos vamos de amigo en amigo intentando que alguien escuche. Que alivio cuando alguien simplemente está ahí, presente, escuchando ¡por fin! He podido contar mi historia y soltar aquella experiencia de vida que no había digerido.
Ciertamente cuando se le otorga un espacio, un contacto seguro, sin intención de resolver nada, sin juicios, simplemente permitiéndole ser, el bebé nos muestra con gestos, arrullos, con todo su cuerpo, incluso con su llanto aquella experiencia vivida demasiado estresante o dolorosa, durante su etapa prenatal o durante su nacimiento. Manteniéndome centrada, aceptando al ser que es tal y como es, estando presente y simplemente escuchando he visto a muchos bebés comenzar a mantener un vínculo más afectivo, más cercano y seguro con sus madres, a la vez que resuelven patrones inerciales en sus tejidos, tales como los cólicos de lactante, en sus cráneos
El llanto (y las rabietas) de los niñ@s-bebés es una fuente constante de preocupación para muchos padres. El llanto de un niñ@-bebé nos pone en alerta y nos mueve para atender su necesidad o calmar su malestar, pero cuando un niñ@-bebé llora sin una razón aparente nos descoloca, nos sentimos agobiados y nos ponemos nervios@s; y sin darnos cuenta se despiertan en nosotr@s sensaciones de ansiedad, desamparo, frustración e incompetencia que pueden ser seguidas de enfados, cólera e incluso hostilidad.
Ese llanto “sin sentido” sucede con frecuencia a la hora de dormir, y se convierte en algo especialmente irritante y desesperante para muchos padres.
Por qué lloran los niñ@s-bebes??
Los niñ@s-bebés lloran para comunicar una necesidad o un malestar. Lloran cuando tienen hambre, están mojad@s, sienten frío o calor, desean ser cogid@s en brazos y/o acariciad@s, o necesitan ser estimulad@s. Estas necesidades primarias son la realidad central del niñ@-bebé. El papel de los padres es intentar satisfacer las necesidades de sus hij@s tan pronto y con tanto acierto como sea posible. Pero cuando todas sus necesidades primarias son atendidas, ¿por qué lloran los niñ@s-bebés?
Estos métodos son más humanos y sensibles, y están mucho más cercanos a las necesidades de los bebés, pero en general asumen equivocadamente que todos los llantos del bebé se deben a una necesidad presente. Por este motivo, la mamá (o el papá) responde a las demandas de su bebé para satisfacerlas inmediatamente e intenta calmar el llanto del bebé con atención y cariño.
La mayoría de las personas que participan de esta visión no comprenden que los niñ@s-bebés no sólo lloran para satisfacer una necesidad inmediata (como el hambre o la necesidad de contacto físico), sino que el llanto cumple una función primordial en la descarga del estrés acumulado causado por la insatisfacción de una necesidad primaria o por un suceso traumático (como un parto difícil o la separación de la madre al nacer).
Debido a la represión sistemática del llanto en nuestra sociedad, casi todos los llantos causados (o activados) por un suceso presente conectan con alguna experiencia pasada. Es decir, casi siempre que lloramos por algo presente, conectamos y damos salida a sensaciones de otras experiencias atrasadas que no hemos llorado lo suficiente. Más aún, en muchas ocasiones, el suceso presente es un “pretexto” para llorar sentimientos atrasados.
Se despiertan (o activan) por algo presente, pero tienen su origen en el pasado. El niñ@ puede valerse de un incidente sin mayor importancia para mostrar su malestar. Puede querer su rebanada de pan sin cortar, y al verla cortada en dos trozos puede empezar a sollozar o a quejarse. Si nos ponemos a su lado y le escuchamos, o incluso le acariciamos y/o le abrazamos, el sollozo puede subir de intensidad hasta convertirse en un llanto desproporcionado con el incidente en sí, y prolongarse durante un buen rato.
Normalmente, a los padres les parecerá que el niñ@ está siendo manipulativo o que es un malcriado. Los padres más sensibles pensarán que llora por otra razón, e intentarán averiguar que otros sucesos ocurridos en el momento presente pueden haber causado esta situación. Pero muy pocos sabrán mirar lejos en el tiempo y ser conscientes de que el niñ@ puede estar descargando una experiencia de hace días, semanas, meses o incluso años, que se ha activado a causa de un suceso reciente.
Muy pocos adultos somos conscientes de esta realidad en nosotros mismos. Nuestro llanto está generalmente tan enterrado en nuestro mundo inconsciente que necesitamos darnos permiso para llorar. Podemos sentirnos fatal, pero sólo lloraremos cuando exista un motivo “objetivo”, como cuando rompemos una pierna o se muere una persona querida, porque para la mayoría de los adultos “llorar sin sentido no tiene sentido”.
El llanto y los gritos se lo permitimos, hasta cierto punto, a los bebés más pequeños porque aún no saben hablar. Pero en cuanto el bebé se inicia en la expresión de la palabra la represión del llanto se vuelve casi siempre sistemática, y exigimos a nuestros hijos un motivo reciente que sea aceptable en nuestro entorno social o familiar antes de permitir que sus lágrimas caigan libremente.
Los bebés que son dejados llorar solos, aunque sólo sea unos minutos, se sienten confusos y abandonados, con frecuencia impotentes y ansiosos, y en ocasiones aterrados. Más aún, fallan a la hora de desarrollar una confianza básica, que es vital para su desarrollo emocional. Por esta razón, nuestro mensaje primal es contundente: Los bebés nunca deberían ser dejados llorar solos.
Cuando todas las necesidades inmediatas, como el hambre o el frío, son descartadas (y se ha descartado también cualquier problema médico), el objetivo no debería ser parar el llanto, sino prestar atención al bebé y aceptar toda la expresión emocional de su llanto.
Escuchar atentamente y comprensivamente a nuestros hij@s mientras lloran es una de las actividades más valiosas y productivas que podemos hacer por nuestros hij@s y por nuestra relación con ellos.
El mundo de los bebés es un mundo desconocido para la inmensa mayoría de los padres. Estamos tan desconectados de nuestras propias vivencias de cuando éramos niñ@s-bebés que nos es muy difícil comprender los sentimientos y la intensidad de las necesidades primarias de nuestros propios bebés.
si las expresiones emocionales -descargas emocionales- son reprimidas repetidamente, y el niñ@-bebé continúa acumulando experiencias dolorosas en su interior, sufrirá enfermedades físicas y emocionales en una etapa posterior de su vida.
Por lo tanto, los padres deberíamos ser conscientes, en primer lugar, de las carencias primarias que sufre nuestro bebé para intentar corregirlas, y evitar así que sigua sufriendo y acumulando más estrés.
En segundo lugar, deberíamos comprender que para el niñ@-bebé es primordial expresar lo que siente, cuando lo siente y con la intensidad que lo siente. La represión de la expresión emocional es una manifestación más de la falta de amor que sufren los niñ@s-bebés en general, con importantes consecuencias en su salud físico-emocional.
Con el tiempo, la falta de amor en general y la represión emocional en particular terminan afectando los procesos internos del cerebro y del organismo en general.
No vamos a profundizar aquí en la naturaleza del amor, pero sí en la naturaleza del estrés y su relación con el llanto y las rabietas.
¿Estrés psicológico o fisiológico?
Una premisa básica de este texto es que los niñ@s-bebés no sólo lloran para que se atienda una necesidad inmediata, sino que también lloran para descargar tensión y estrés acumulado.
Además de descargar el estrés a través del llanto, los niñ@s-bebés también utilizan la palabra, el juego y la risa, y otras formas menos evidentes como temblar, bostezar o sudar.
Las palabras, los juegos o las risas son formas de expresión que los adultos toleramos bastante bien, pero existe una "discriminación" general con relación al llanto y las rabietas. Estas formas de expresión no sólo son consideradas molestas sino también innecesarias. Además, mucha gente tiene la idea errónea de que los niñ@s-bebés se sentirán mejor si dejan de llorar, cuando en realidad lo contrario casi siempre es cierto.
El llanto no sólo es discriminado con relación a otras formas de expresión, sino que existe una “discriminación sexual” con relación a esta forma de expresión: A las niñas se les permite llorar más que a los niños. Existen evidencias claras de que los chicos sufren una mayor represión en su necesidad de expresar sentimientos de miedo o tristeza
Las experiencias vividas durante los primeros meses y años de vida son fundamentales para conseguir un mínimo de felicidad durante el resto de la vida.
Si no conseguimos que nuestros hij@s se sientan amados durante la temprana infancia, pasarán el resto de su infancia en una agonía invisible, y el resto de sus vidas buscando, sin saberlo, el amor y la comprensión que nunca tuvieron cuando eran más pequeñ@s.
El estrés acumulado (y no resuelto) durante la infancia se manifiesta de múltiples formas. Por ejemplo, un bebé que no sufre ningún problema médico pero se despierta cada media hora, todas las noches, sufre un problema de estrés importante.
¿A qué es debido el estrés de los niñ@s-bebés?
El estrés se debe principalmente a la insatisfacción de una necesidad primaria, pero también puede tener su origen en una experiencia traumática aún sin resolver.
Es necesario permitir la descarga físico-emocional del estrés acumulado, y los padres necesitan saber que el llanto y las rabietas son las principales formas de descarga de dicho estrés.
En el proceso, el bebé va resolviendo y liberando su dolor acumulado en forma de estrés, descargándolo no sólo emocionalmente, sino también físicamente, mediante la eliminación de sustancias químicas relacionadas (detectables en las lágrimas o el sudor).
Es necesario insistir en que un bebé NUNCA debería llorar solo, sino en los brazos de la madre/padre, y acompañado de su atenta mirada y su comprensión incondicional.
La expresión de los sentimientos en forma de llanto y berrinches no es sólo una descarga físico-emocional que ayuda a relajarse al bebé, sino también una necesidad vital de dar expresión a lo que siente.
Un bebé que puede expresar sus emociones libremente se siente amado porque se aceptan todas sus formas de expresión (y no sólo cuando sonríe y "se porta bien") y esto es en sí mismo esencial para su bienestar y tranquilidad.
Cuando los padres o cuidadores no somos capaces de escuchar, atender o soportar las emociones fuertes de los niñ@s-bebés, estos no se sienten vistos y oídos en su totalidad, y forman vínculos sustitutorios con objetos inanimados (chupetes, biberones, ositos de peluche,...) o con partes de su cuerpo (como un dedo), o con el pecho de su madre.
Los “mecos” -mecanismo de control- más comunes en los niñ@s-bebés son:
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Lactancia excesivamente frecuente por “comodidad”
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Chupetes o similares
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Chuparse los dedos
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Colgarse en exceso de la madre
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Vínculos con juguetes o mantas
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Solicitud constante de entretenimiento
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Hiperactividad.
Una vez que aprendemos a “recibir con atención” el llanto (y las rabietas) del niñ@-bebé, en vez de reprimirlo, la necesidad de estos “mecos” desaparecerá
¿Formas en que se reprime el llanto de un niñ@-bebé?
Diciéndole que se calle. |
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Castigándole (o amenazándole). |
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Retirándole el amor o la atención (aislándole). |
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Distrayéndole con palabras, música, movimiento o juegos. |
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Poniéndole algo en la boca (comida, chupete,...). |
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Burlándose de él o avergonzándole. |
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Negando o minimizando su dolor. |
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Recompensándole si deja de llorar. |
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Haciendo que hable o se ría cuando intenta llorar. |
pueden volverse adictos a la teta y piden mamar cada vez que, por cualquier motivo, se sienten frustrados, ansiosos, enfadados o molestos.
Los mecanismos de control que se utilizan para parar el llanto no le hacen ningún favor al niñ@-bebé, sino que lo perjudican, aunque a los adultos nos parezca que es un acto de amor y de cuidado. Su necesidad de llorar se pospone, pero no desaparece. Dar la teta en exceso puede ser el principio de un hábito crónico de comer cuando “nos sentimos mal”. Los desórdenes de la alimentación son muy comunes en los adultos. Muchos adultos comen compulsivamente cuando se sienten enfadados, frustrados o deprimidos.
Los bebés suelen llorar desconsoladamente cuando la madre los desteta.
Los bebés lloran cuando se les desteta porque la madre ya no detiene su llanto sistemáticamente dándoles el pecho. Los bebés están, por así decirlo, “recuperando el llanto perdido”, que ha sido contenido y reprimido sistemáticamente desde el nacimiento. Las madres que atienden cualquier incomodidad del bebé dándole el pecho deben de saber que pueden estar proyectando sus propias necesidades hacia sus bebés.
Las sensaciones de incomodidad o malestar de un niñ@-bebé tienden hacerse conscientes cuando su atención se interioriza, y esto sucede sobre todo en los momentos de transición que preceden al sueño. Por esta razón, los niñ@s-bebés son especialmente “llorones” durante esa fase. Durante la vigilia, la actividad y las distracciones mantienen la atención del niñ@-bebé hacia el “exterior” y es más difícil que el niñ@-bebé conecte con sus sensaciones interiores profundas. Los momentos que preceden al sueño son la fase más propicia para que el niñ@-bebé descargue una parte de su estrés, malestar o conflicto interno, ya que no puede distraerse fácilmente ni evitar sentir las sensaciones que afloran de su interior. De hecho, esas sensaciones en su interior son las que le activan y le impiden dormirse.
En la mayoría de los bebés, el cambio en los hábitos de sueño empieza a verse en pocos días, aunque una mejoría clara puede durar varias semanas o meses.
En algunos casos, con carencias importantes o experiencias traumáticas serias, el bebé puede tardar bastantes meses en procesar su estrés e integrar su trauma. Pero, incluso en los casos más dramáticos, la mejoría se empieza a notar en pocas semanas. Lo más importante es saber que los frutos se recogen el resto de la vida.
Por decirlo de alguna forma, hasta que el estrés acumulado no es expulsado del organismo, el bebé lleva su lucha interna (su lucha por satisfacer sus necesidades primarias o su lucha por resolver su trauma) al estado de conciencia del sueño y no puede dormir o descansar “normalmente”.
es importante tener presente que algo de estrés es siempre inevitable. No podemos protegerlos de la vida misma, ya que crecer y aprender siempre están acompañados de un mínimo de dolor y de frustración.
Nuestra labor como padres (o cuidadores) no debería consistir en sobreproteger a nuestros niñ@s-bebés contra toda clase dificultad, dolor o frustración, sino más bien en ayudarles a aprender como tratar las emociones y sensaciones resultantes.
Cuando un pequeño incidente sin importancia hace llorar a un niñ@, los adultos no deberíamos irritarnos ni sentirnos manipulados, sino valorar la descarga emocional que supone para el niñ@. No es necesario desesperarse por comprender la causa de su dolor. Sólo necesita nuestra atención y saber que estamos allí para escucharlo sin interrumpir sus lágrimas. Si es un bebé pequeño, deberíamos cogerlo en brazos. Si ya no es tan bebé, deberíamos respetar su espacio, pero con la máxima atención, abrazándolo o no en función de su demanda, hasta que el niñ@ llore toda la frustración y la tristeza que necesita llorar en ese momento.
La experiencia de un parto traumático o la separación de la madre durante horas nada más nacer puede necesitar de numerosas descargas emocionales, y no hay forma de expresar con palabras esas sensaciones, porque no hay palabras para describirlo, y si las hubiera no servirían de mucho. Todo intento por explicar esa realidad interior sería una forma de maquillar los sentimientos en un esfuerzo por satisfacer la inquietud o la desesperación de los padres, pero no se correspondería con la necesidad de expresión del niñ@-bebé.
Los adultos, aunque no comprendamos la causa del llanto del niñ@-bebé, hacemos una labor inapreciable al saber estar ahí, escuchando atentamente y acariciando sus emociones.
Es necesario que los padres (y cuidadores) seamos capaces de aceptar toda la gama de emociones de nuestros niñ@s-bebés con el fin de crear vínculos emocionales saludables; y deberíamos también comprender que nunca es demasiado tarde para mejorar la relación con nuestros niñ@s-bebés”.
Muy pocos adultos fuimos permitidos llorar libremente cuando éramos pequeños. No es por lo tanto sorprendente que casi todos tengamos dificultades para reconocer estas necesidades en los niñ@s-bebés, y no sepamos proporcionar una atención comprensiva y cariñosa cuando estos lloran.
Tampoco debemos culparnos por sentir la necesidad de parar el llanto de los niñ@s-bebés. Es muy probable que nos encontremos diciendo las mismas frases que nuestros padres o cuidadores utilizaron cuando llorábamos de niñ@s. El primer impulso ante el llanto de un niñ@-bebé tiene muchas probabilidades de ser exactamente lo mismo que nos hicieron a nosotr@s cuando éramos pequeñ@s, aunque no tengamos un recuerdo consciente de ello.
Nuestra primera reacción al llanto y las rabietas del niñ@-bebé suele ser fuerte y negativa. Por ello se hace necesario procesar las reacciones automáticas que sentimos por dentro para no descargarlas sobre ell@s. Una opción es formar un grupo de escucha con otros padres en donde hablar sobre las dificultades de ser padres y de los sentimientos que se despiertan en nosotr@s al ver a nuestro hij@ llorando, rabioso, frustrado o indignado. Nuestra mente estará más clara si tenemos una oportunidad de expresar las situaciones que nos descolocan y de compartir las posibles soluciones con otros padres.
Esfuérzate por llevar una gestación con el mínimo estrés posible.
Esfuérzate por conseguir un pato sin drogas y con la mínima tecnología.
Cuida tus propias necesidades físicas y emocionales.
¿Qué hacer cuando un bebé llora?
Muchos padres y cuidadores se preguntan qué hacer cuando tienen ante si a un bebé llorando. ¿Cómo atender a un bebé que llora cuando parece llorar “sin sentido”?
Los siguiente consejos están dirigidos a madres/padres con bebés:
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Coge al bebé en brazos, siéntate en una silla confortable y mira a su cara. Si sus ojos están abiertos, mira a sus ojos. Siente su energía y fuerza vital. Sostenlo con calma sin moverlo o mecerlo.
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Respira profundamente y trata de relajarte.
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Sé consciente del amor que sientes por tu bebé. Habla a tu bebé. Dile: "Te quiero... estoy escuchando... estás a salvo conmigo... voy a estar aquí contigo... puedes llorar tranquilamente que no me voy a ir..." Puedes también asumir la causa de su llanto y verbalizar tus pensamientos. Si has tenido un día difícil, puedes decir: "Es posible que hayamos estado demasiado activos hoy o que no te hayamos atendido lo suficiente"; "Comprendo lo difícil que es ser un bebé". Déjale saber con palabras, aunque no te entienda, que quieres ayudarle a sentirse mejor.
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Sé consciente de tus propias emociones. Si necesitas llorar con él, adelante. Dile que estás triste también.
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Si se revuelve e intenta alejarse de ti y no te mira. Dile: "Por favor, mírame, estoy aquí, quiero que te sientas segur@ conmigo". Con ternura, toca los brazos o la frente de tu bebé, para reasegurarle de tu presencia física. No te sorprendas si esto produce aún más llanto en tu bebé.
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Continua estando con tu bebé y sosteniéndolo hasta que espontáneamente deje de llorar. Muchos bebés lloran con sus ojos cerrados, pero periódicamente los abren para comprobar si hay alguien prestando atención. Una vez que se aseguran de que estás emocionalmente disponible, cierran sus ojos y siguen llorando. Es importante hacer contacto visual cuando el bebé te mira.
El entorno adecuado para la descarga emocional.
La descarga emocional "conectada", en forma de llanto (o risa), sólo sucede cuando el niñ@-bebé percibe un equilibrio adecuado entre “seguridad” y “emoción”.
si un niñ@-bebé no se siente lo suficientemente seguro y protegido, no permitirá que sus emociones profundas se manifiesten.
Abraza y/o acaricia al niñ@ con respeto y haz contacto visual:
El contacto físico y la mirada comprensiva son la antesala de la confianza. Abraza y/o acaricia al niñ@ de modo que pueda mirarte a los ojos si lo desea. Si ve en tu mirada una comprensión profunda y una aceptación total de su expresión emocional. un abrazo, una caricia, una mirada tierna, un beso, unas breves palabras reconociendo su malestar. El niñ@ recibe esa atención cuidadosa y respetuosa como un acto de amor, pero no lo distraigas en exceso. le permitirá sentir que todo está bien a su alrededor, y podrá dirigir su atención a resolver lo que está sintiendo dentro de sí.
Pregúntale lo que está sintiendo, pero no insistas en obtener una repuesta “satisfactoria”:
El niñ@ que llora siempre tiene un buen motivo para hacerlo. Cuanto más profundo sea el sentimiento más difícil será hablar de ello. Dile que quieres entender como se siente (o lo que pasó) y déjale a él expresar y compartir lo que quiera. Muchas veces, el simple hecho de intentar explicar lo que siente le hará empezar a llorar de nuevo.
Evita los consejos:
El niñ@ espera tu apoyo y comprensión en el momento que está descargando. Escúchalo y/o acarícialo o abrázalo. Además de no reprenderlo, deberías evitar aleccionarlo o aconsejarlo. Su atención está enfocada hacia la descarga, y necesita concentrarse en ello por completo. No lo distraigas con lecciones de cómo evitar que vuelva a pasar eso. Cuando termine de llorar, estará receptivo a un dialogo comprensivo.
No juzgues lo que el niñ@ siente:
Esto no es fácil de hacer ya que en general percibimos a nuestros hij@s a través del filtro de nuestras propias carencias y necesidades. Los sentimientos del niñ@ le pertenecen y están lejos de nuestro alcance, tanto más cuanto más lejos estemos de nuestros propios recuerdos y sentimientos de la infancia. Decirle a un niñ@ que no debería llorar o estar triste es decirle que tiene que dejar de sentir lo que está sintiendo. El niñ@ necesita saber que estamos ahí con él mientras se expresa y se desahoga, mientras expulsa de su ser sensaciones y sentimientos conflictivos. Cuando permitimos y atendemos el llanto del niñ@ no estamos ni mimándolo ni malcriándolo, estamos ayudándole a recuperar su equilibrio físico-emocional, su propio equilibrio vital. Con el llanto, el niñ@ echa fuera sensaciones perturbadoras que lo mantienen tenso y alterado. Cuando los niñ@s pueden llorar y expresar de forma total lo mal que se sienten, su amargura, su malestar, su dolor, su apatía y su “sinrazón” se va disolviendo.
Cuanto más apoyo, cariño y comprensión reciba más probabilidades hay de que su llanto sea prolongado e intenso, al menos durante un tiempo. Es evidente que incluso los adultos (especialmente las mujeres) tendemos a llorar más libremente con alguien de confianza que nos sabe escuchar incondicionalmente y sin juzgarnos.
Nuestra tarea será menos incómoda si entendemos el llanto de nuestro hij@ como un proceso de recuperación, y nos liberamos de nuestra tendencia a preocuparnos excesivamente, o desistimos de nuestra inercia a reprimir o regañar. Deberíamos de hacer un esfuerzo por comprender que no somos nosotros quienes tenemos que procesar el malestar de nuestro hij@, sino que le corresponde a él/ella procesar sus sensaciones. Todo lo que tenemos que hacer es relajarnos, abrazar y/o acariciar con cariño al niñ@ y permitirle descargar, en un entorno de seguridad, lo que le hace daño por dentro.
Escuchar atentamente a un niñ@ cuando llora debería de ser sencillo, pero no es fácil para la mayoría de los adultos.
Para poder estar totalmente atentos a las descargas emocionales de los niñ@s mientras se recuperan de su malestar, los adultos necesitamos trabajar sobre nuestro propio malestar.
Escuchar atentamente las fuertes emociones de los niñ@s despiertan inevitablemente las nuestras. Es conveniente hablar con otros de lo difícil que es ser padres o educadores, de las cosas que nos molestan, irritan y preocupan, de nuestras frustraciones y de nuestros propios deseos y necesidades.
La mayoría de nosotros ni hemos sido escuchados cuando éramos niñ@s ni se nos ha permitido quejarnos lo suficiente, por ello soportamos bastante mal las “quejas” y la expresión de malestar de los niñ@s.
El llanto de un bebé nos hace “perder los nervios” porque vibran en nosotros sensaciones que creíamos olvidadas o superadas.
estrés como algo que interrumpe el equilibrio normal del cuerpo.
Enfermedades relacionadas con el estrés.
Nuestros cuerpos responden al estrés psicológico como si fuera estrés fisiológico, como si fuéramos perseguidos por un tigre.
La respuesta al estrés puede causar daños a largo plazo. De hecho, sufrimos una amplia variedad de dolencias y enfermedades relacionadas con el estrés. Ambas partes de la respuesta de estrés (la enervación del sistema nervioso simpático y de las hormonas glucocorticoides) pueden contribuir a la enfermedad.
La repetida estimulación del sistema simpático puede causar la presión arterial alta crónica y “atherosclerosis” (la acumulación de depósitos de grasa en las arterias de la sangre), lo cual puede causar ataques cardíacos y trombosis (dos de las principales causas de muerte, especialmente entre hombres)
Un exceso de glucocorticoides causados por el estrés puede dar origen a muchos efectos negativos secundarios, incluyendo irritabilidad, aprehensión y la inhabilidad para concentrarse. Pero esta es sólo una parte del problema. Una consecuencia más seria (efectos secundario) de los glucocorticoides es la supresión del sistema inmunológico. Los individuos que están continuamente o severamente estresados tienen altos niveles de ACTH y glucocorticoides, y se ha demostrado que esto esta correlacionado con una menor resistencia a las infecciones. El estrés incrementa el riesgo de contagio de enfermedades, tal como infecciones respiratorias, al igual que desordenes inmunológicos relacionados, tal como la esclerosis múltiple. Los glucocorticoides causados por el estrés pueden incluso acelerar el crecimiento de tumores. Un exceso de hipocorticoides pueden también dañar una parte del cerebro llamada hipocampo, que juega un papel importante en el aprendizaje y la memoria.
Otras consecuencias negativas de estas hormonas del estrés es un aumento en el riesgo de osteoporosis y diabetes en los adultos. También contribuyen a las úlceras, cuya relación con el estrés es bien conocida, y pueden interferir con la función sexual.
Algunas de estas enfermedades pueden tener causas genéticas y ambientales, pero el efecto del estrés ha sido claramente establecido.
El estrés y el intelecto.
Si la descarga emocional está prohibida, el niñ@ tendrá demasiadas dificultades para aprender y, en el futuro, cuando se enfrente a situaciones similares, se despertará nuevamente la frustración y la sensación de inseguridad e incompetencia.
las cantidades más altas de cortisol.
Estas hormonas son producidas durante el estrés y pueden dañar una parte del cerebro, llamada hipocampo, que juega un papel muy importante en el aprendizaje y la memoria. El llanto elimina los excesos de ACTH del cuerpo a través de las lágrimas, lo que ayuda a disminuir el nivel de glucocorticoides. Una chica con “frustraciones acumuladas” (estrés acumulado) de la infancia cuando intentaba resolver puzles, puede tener dificultades para aprender geometría de adolescente. Las diferentes figuras geométricas pueden recordarle, inconscientemente, los frustrantes puzles de su infancia y activar una reacción de rabia en su interior que le impedirá pensar claramente. La situación presente activa una "impresión" en su inconsciente que la hace reaccionar al dolor emocional acumulado.
Otros análisis de estas lágrimas revelaron la presencia de ciertos neurotransmisores y hormonas que se encuentran presentes en el cuerpo durante el estrés.
Estas sustancias sirven para preparar diversos órganos del cuerpo para hacer frente a la tensión producida por un “suceso excitante” ya sea físico o psíquico. Sin embargo, cuando se termina el acontecimiento estresante, estas sustancias ya no son necesarias, y su presencia sólo sirve para mantener al cuerpo en un estado de tensión y enervación innecesarios.
La conclusión de la investigación del Dr. Frey es que el propósito del llanto posterior a la tensión es eliminar los residuos químicos del cuerpo a través de las lágrimas, de forma similar a como se eliminan residuos a través de la orina. El llanto, por lo tanto, responde al propósito de restablecer el equilibrio químico del cuerpo después de un acontecimiento estresante. Sudar es otro mecanismo importante a través del cual el cuerpo se libra de estas sustancias químicas.
La presencia de ciertas sustancias, como la hormona ACTH, indican que algo único sucede cuando se producen lágrimas emocionales.
La hormona ACTH estimula la producción de glucocorticoides. Es posible que el llanto emocional ayude a reducir un exceso de ACTH y otras sustancias que se acumulan en el cuerpo a continuación de un suceso estresante. la presencia de catecalominas en el llanto (ejemplos de catecalominas son epinefrina y norepinefrina). Estas sustancias son los intermediarios químicos del sistema nervioso simpático que estimula el corazón para acelerarlo, incrementa la presión sanguínea y el flujo de sangre a los músculos. La expulsión de estas sustancias a través del llanto ayudaría a reducir la enervación del sistema nervioso simpático durante el estrés. Estos y otros neurotransmisores regulan nuestros estados de ánimo y determinan si nos sentimos felices o deprimidos. Algunos psiquiatras piensan que los traumas de la infancia pueden causar desordenes en los sistemas neurotransmisores. Es muy probable que el llanto juegue un papel crucial en restaurar un balance beneficioso de estas sustancias químicas, y reducir así los síntomas de depresión o ansiedad sin la necesidad de utilizar drogas.
El llanto no es un subproducto innecesario del estrés, sino una parte importante del ciclo de relajación del estrés. Cuando lloramos como respuesta a un estrés emocional, descargamos energía, reducimos la tensión, reducimos nuestra presión arterial, y expulsamos las hormonas del estrés (los neurotransmisores) de nuestro cuerpo a través de las lágrimas, restaurando así nuestro equilibrio fisiológico.
Después hay una disminución gradual de los niveles de cortisol hasta los seis meses de vida, y con posterioridad se producen muy pocos cambios.
El alto nivel de estrés en los bebés de menos de 6 meses ayuda a explicar por qué el llanto es más frecuente durante esa etapa. Los investigadores han medido los niveles de cortisol en diferentes situaciones y han descubierto que el llanto en si mismo no activa la reacción de estrés en los bebés; es decir que el llanto no los estresa, sino todo lo contrario. El objetivo no es pues hacer que los bebés dejen de llorar sino minimizar las causas de estrés en sus vidas. Aunque los bebés recién nacidos no vierten lágrimas cuando lloran hasta que tienen varias semanas, sudan bastante durante el llanto, expulsando quizás así un exceso de hormonas del estrés.
El método del Dr. Estivill no sólo no ayuda a los padres a satisfacer la necesidad del bebé de compañía, contacto físico y seguridad (durante el día y la noche), sino que las convierte en carencias crónicas. El bebé deja de quejarse (llorar, patalear, gritar,...) porque deja de sentir esas necesidades primarias, o más bien decide bloquear la sensación de su necesidad e intenta sustituirla con alguna necesidad simbólica.
Pero el bebé no puede hacer desaparecer una necesidad primaria (ya que estamos hablando de necesidades esenciales, vitales o básicas), tan solo puede "adormecer" una parte de su ser (una especie de muerte parcial invisible que pasa desapercibida a la mayoría de los adultos).
Thomas A. Stone: El poder curativo del llanto. En su libro “Cure by Crying” -la cura a través del llanto- explica cómo curar la depresión, el nerviosismo, los dolores de cabeza, el insomnio, las adicciones y otros muchos problemas físico-emocionales, y dice: “Mis memorias bloqueadas estaban causando mis síntomas. Cuando las descubrí y las lloré, mis síntomas desaparecieron”.
Su método parte de dos premisas:
1) Que la causa de muchos trastornos físicos y emocionales está en los recuerdos traumáticos bloqueados de la temprana infancia.
2) Que si recordamos estos sucesos traumáticos y extraemos el dolor a través del llanto, nuestro cerebro se reparará gradualmente y los síntomas desaparecerán.
La condición neurótica es física en el sentido de que hay cambios físicos en el cerebro. Como si los cables fueran cortados o los interruptores hubieran sido apagados. La escena traumática es bloqueada, pero no se borra sino que continúa existiendo en forma de energía electro-bioquímica bloqueada en el cerebro (y en el cuerpo) .
Van Winkle: El poder curativo de las rabietas El “dulce arrullo” con el que se silencia a los bebés (Eah, Eah, ... no llores más mi vida) sirve a los padres, no al bebé. Aunque no tengamos recuerdos de haber sido maltratados físicamente o descuidados emocionalmente, a la mayoría de nosotros nos han enseñado a suprimir nuestra rabia.
La terapia Primal: El poder curativo de los sentimientos Si una madre recibe una dosis lo suficientemente grande, la anestesia actúa directamente sobre las funciones de supervivencia del feto, interfiriendo con el acceso al oxígeno.
En algunos casos, el cordón umbilical es cortado demasiado pronto, impidiendo que llegue el tan necesitado oxígeno de la placenta.
Un recién nacido no sabe que tiene que ser cogido en brazos cuando llora o que no debe ser destetado demasiado pronto. Al principio hará todo lo posible para satisfacer sus necesidades. Llorará y pataleará para que se atiendan sus necesidades, pero si estas continúan sin ser satisfechas, bien sufrirá un dolor continuo hasta que sus padres las satisfagan o se apartará de su dolor desconectándose de su necesidad.
Esta separación de uno mismo de sus necesidades y sentimientos es una maniobra instintiva para desconectarse de un dolor excesivo. Esto no significa sin embargo que las necesidades no satisfechas desaparezcan, sino que por el contrario, continúan de por vida presionando inconscientemente, pero constantemente. Un niño que es destetado muy pronto aprende como desviar y canalizar sus necesidades reales hacia otras simbólicas. Cuando sea adulto puede que no sienta la necesidad de chupar del pezón de su madre, pero puede ser un empedernido fumador.
La hipótesis principal de la terapia primal dice que todas las neurosis y dolores emocionales que sufrimos, junto con la mayor parte de las enfermedades físicas, son el resultado del dolor primal reprimido durante la infancia. el inconsciente funciona no sólo como una grabadora de nuestras experiencias, sino como un almacén de las tensiones físico-emocionales de nuestro pasado. El dolor inconsciente no resuelto es la causa principal subyacente en la mayoría de los problemas humanos, y está siempre presente en forma de tensión, aunque la persona sólo sea consciente de ello cuando se desbordan sus mecanismos de control.
Cerebro Instintivo:
1ª línea de conciencia o complejo cerebral reptiliano. Controla las funciones automáticas del organismo: la respiración, la actividad cardiovascular, las hormonas, los procesos digestivos, la presión arterial, los latidos del corazón y otras funciones vitales. Los traumas que suceden al feto o al bebé antes de los seis meses de vida tienen una probabilidad muy alta de afectar a estas funciones.
Cerebro Emocional:
2ª línea de conciencia o sistema límbico. Es el nivel afectivo o la mente del sentimiento. Se relaciona especialmente con la emoción y la motivación. Se empieza a desarrollar hacia el sexto mes y continúa durante la infancia.
Cerebro Intelectual:
3ª línea de conciencia o corteza cerebral. Organiza las cosas intelectualmente, se relaciona con el mundo exterior, e integra los niveles de conciencia inferiores, ayudando a inhibir los impulsos y dando un sentido a los sentimientos. Empieza a jugar un papel activo hacia los seis años de edad y continua desarrollándose hasta los veinte años aproximadamente.
Nuestra salud mental y física está relacionada con el “flujo de la energía” o “flujo de la información” a través de los tres niveles de conciencia de nuestro cerebro. Los traumas físico-emocionales que no han sido descargados emocionalmente afectan al flujo de la energía y tienen efectos negativos en nuestra salud emocional y física. Cuanto mayor sea el bloqueo energético causado por el trauma más perjudicial será para nuestra salud futura. Sensaciones, sentimientos y pensamientos.
El fluir de la energía en el nivel más primario de consciencia de nuestro cerebro (primer cerebro) se corresponde con la “sensación”. El fluir de la energía en el segundo nivel de consciencia de nuestro cerebro (segundo cerebro) se corresponde con el “sentimiento”. El fluir de la energía en el tercer nivel de consciencia de nuestro cerebro (tercer cerebro) se corresponde con el “pensamiento”. Estos tres niveles de consciencia se corresponden con nuestros tres cerebros (instintivo, emocional e intelectual) y funcionan como ordenadores interconectados entre si, cada uno con su propia memoria y funciones.
Cuando la información (energía) fluye libremente, y no hay fricciones ni reacciones contradictorias entre los diferentes niveles de conciencia, gozamos de una buena salud. En caso contrario, se producen desequilibrios, trastornos y enfermedades.
Las experiencias traumáticas pre-natales y peri-natales quedan almacenadas en la parte del cerebro que gobierna nuestro mundo más instintivo o biológico, mientras que las experiencias posteriores a partir de los seis meses y después de los seis años se almacenan prioritariamente en los otros niveles de consciencia (emocional e intelectual).
Todo esto quiere decir que los sucesos traumáticos que afectan a nuestro primer y segundo nivel de consciencia necesitan ser descargados a ese nivel, y nos ayuda a entender por qué las palabras o razonamientos son inútiles a la hora de descargar emocionalmente traumas almacenados a un nivel más primario.
El llanto y las rabietas nos molestan, y con frecuencia nos parecen exigencias, o nos suena como un reproche de que algo hemos hecho mal o de que hemos fallado. Deberíamos empezar por no tratar los problemas del niñ@-bebé, como por ejemplo los trastornos del sueño, como procesos independientes, sino como parte integral de toda una forma de sentir y de actuar del niñ@-bebé.
Educar a un niñ@-bebé con hábitos constructivos sin tener en cuenta sus necesidades primarias, o tratar de corregir una conducta inapropiada con métodos conductistas suele ser poco productivo a medio y largo plazo.
Cualquier esfuerzo educativo que no contemple una visión global de las necesidades primarias del bebé y la satisfacción de las mismas está condenado al fracaso. Es posible que el niñ@ aprenda a comportarse “correctamente” durante un tiempo, pero su malestar se mostrará de muchas formas y su infelicidad será evidente sin que nadie comprenda el motivo.
No tiene sentido distraer al niñ@-bebé de su llanto porque ello sólo pospondrá su necesidad de llorar.
La descarga de energía durante el llanto es necesaria para completar con éxito el ciclo estrés-relajación.
Los niñ@s-bebés siempre lloran por algo real que están sintiendo
La vida de un niñ@-bebé debería de girar siempre entorno al “amor incondicional” de sus padres. - Los niñ@s-bebés nunca pueden ser “estropeados” o “malcriados” al satisfacer todas sus necesidades primarias. Es imposible darles demasiado amor, atención, o contacto físico. - Los niñ@s-bebés necesitan padres que sean capaces de escuchar sus expresiones de rabia, pena y temor, y que puedan “sintonizar” con ell@s. - Para tener una buena autoestima, los niñ@s necesitan sentir el amor y la aceptación incondicional de sus padres, lo cual conlleva la satisfacción de sus necesidades primarias.
Si mostramos a los niñ@s nuestro amor y aprobación sólo cuando están sonrientes y contentos, aprenderán a negar y reprimir una parte de si mismos con el fin de complacer a los adultos. Con el tiempo, estas emociones serán también inaceptables para ell@s mism@s.
La falta de amor termina afectando los procesos internos del cerebro y del organismo en general, causando enfermedades físicas y emocionales en una etapa posterior de la vida.
Existe una correlación entre problemas peri-natales y posteriores problemas emocionales y de conducta en los niñ@s. El trauma de nacimiento puede ser en parte responsable de la esquizofrenia, crímenes violentos, conducta suicida y varias enfermedades físicas.
Los adultos podemos rodearnos de un armazón de aparente seguridad externa que protege a un niñ@ interior débil e inseguro, pero con frecuencia seguimos reclamando simbólicamente aquello que necesitábamos y nunca tuvimos durante la infancia.
Los bebés y sus necesidades.
1). Los bebés “saben” lo que necesitan. Los seres humanos nacemos sabiendo básicamente lo que necesitamos no sólo para sobrevivir, sino también para un desarrollo físico, emocional e intelectual óptimo; y nuestra conducta, “buena” o “mala”, será determinada por la forma en que somos tratados, especialmente durante la temprana infancia.
2). El “saber” de los bebés puede ser trastocado por los adultos. cuando no tienen suficiente libertad (o son forzados), sus necesidades no son satisfechas, o son heridos, se sienten “desorientados”, y su inteligencia, su vitalidad y su alegría se ven afectadas. Las heridas tempranas y la insatisfacción de las necesidades primarias durante la infancia tienen profundos y duraderos efectos sobre nuestra conducta y nuestra forma de sentir.
3). Los bebés (y los adultos) tienen la capacidad de recuperarse de sus traumas.
¿Por qué es tan esencial para nosotros entender la importancia de una gestación y de un parto feliz y saludable? ¿Por qué tenemos que hacer todo lo posible para eliminar el trauma natal de la sala de parto? ¿Nos está afectando ésto? ¿Cómo?
Bueno, nos afecta muchísimo. El nuevo bebe es mucho antes, durante y después de nacer extremadamente sensible, más sensible que nunca lo será en su vida de adulto. Y además de tener todas estas sensaciones y sentimientos, el bebé no los recuerda de manera cognitiva. Nuestras primeras impresiones se quedan con nosotros para el resto de nuestra vida, para bien o para mal. Veinte años de investigación y estudios en el área de psicología prenatal muestran claramente la relación directa entre la manera de nacer y los patrones subconscientes de comportamiento y emociones en el adulto. Esto se debe a un mecanismo que se llama "impronta límbica".
Sabemos como manejar los programas de nuestra televisión, cámara y de nuestro ordenador... Imagina que la televisión esta puesta en "azul intenso". Entonces no importa qué película se esta dando, la pantalla será azul. O si pones el botón de claridad en oscuro, entonces no importa la claridad de las imágenes en la película, la pantalla te mostrara imágenes oscuras.
Este mecanismo también funciona en nosotros siendo mamíferos. Es la misma impronta límbica que se está usando a propósito desde miles de años para entrenar animales: elefantes, camellos, caballos, osos en el circo. Rutinariamente, un elefante cuando es bebé está atado a una cadena con un palo en el suelo. Durante algunos días intenta soltarse con todas sus fuerzas y luego se rinde. Cuando crece y ya tendría suficiente fuerza para sacar el palo, no lo intentará más - ¡no lo intentará nunca más!
Para comprender mejor el término "impronta límbica" veamos la estructura básica de nuestro cerebro. En la parte de arriba de la espina dorsal hay un segmento llamado cerebro reptiliano que es responsable solamente de las funciones fisiológicas del cuerpo. Es la parte del cerebro que sigue funcionando cuando una persona está en coma, en estado "vegetal". La fisiología del cuerpo sigue funcionando, una mujer sigue menstruando e incluso puede continuar la gestación si esta embarazada.
Luego está el córtex, también llamado "materia gris" que es responsable de la actividad mental. Normalmente nos referimos a esta parte cando hablamos del "cerebro", la parte del cerebro que es responsable de las funciones cognitivas como la lógica, cálculo, planificación...
Y después tenemos el sistema límbico del cerebro que es responsable de las emociones, sensaciones y sentimientos.
La impronta límbica tiene lugar en la parte del cerebro que no está directamente conectada con el córtex, que es responsable de la memoria cognitiva. Durante la gestación, el nacimiento y la primera infancia, el sistema límbico registra todas nuestras sensaciones y sentimientos sin traducirlo al idioma del córtex, simplemente porque éste todavía no está desarrollado. Esta memoria vive en nuestro cuerpo para el resto de nuestra vida, nos demos cuenta o no.
Llegamos a este mundo abiertos a recibir amor. Si lo recibimos como experiencia primaria, nuestro sistema nervioso imprime en nuestro sistema límbico nuestro innegable derecho de vivir. Estar en los brazos amorosos de la madre, siendo amamantados por su pecho y viendo la inmensa alegría en los ojos del padre, nos trae el sentido natural de felicidad y seguridad. Nos muestra el mundo como el sitio adecuado para nosotros.
Si las primeras impresiones de estar en el cuerpo son menos que amorosas (dolorosas, intimidantes, de soledad...) entonces ese "menos" se imprime como experiencia valida de amor. Se imprime enseguida en nuestro sistema nervioso como "zona de comodidad" actuando como sustituto de amor y caricias no importa lo doloroso, frustrante o desagradable que realmente era.
Y en el futuro, como adultos, vamos a recrear inconcientemente, automáticamente las condiciones que se imprimieron en nuestro nacimiento y en nuestra primera infancia.
Investigaciones por parte de los pioneros de la psicología prenatal como Dr.Thomas Verny, Dr. David Chamberlain y Dr. William Emerson muestran que una cantidad increíble de condiciones físicas y disfunciones de comportamiento son el resultado directo de una gestación traumática y complicaciones en el parto incluyendo intervenciones innecesarias de instrumentos y una sobredosis de anestesia.
También resulta que encima del efecto horrible del trauma del parto en sí, lo que pasa después, como la rutina impersonal de los hospitales, también causa muchos problemas: la falta de contacto inmediato con la madre, su calor, su ternura y alimentación, el corte rápido del cordón umbilical, tratamiento sin ternura, circuncisión, agujas, luces fuertes, ruido... toda esa sobrecarga sensorial se graba enseguida en el sistema nervioso del recién nacido como su nueva "zona de confort", en contra de toda lógica. La lógica se encuentra en otra parte del cerebro y no esta desarrollada todavía. Así que la persona recreará y atraerá inconcientemente la misma situación de abuso y/o hacerse abusador. Si más tarde en la vida su cerebro racional/córtex reconoce este patrón de "abuso", la impronta se habrá hecho hace tiempo en otra parte del cerebro que no tiene la capacidad de parar ese patrón.
Según un estudio del año 1995 realizado por el Dr.William Emerson, el 95% de todos los nacimientos de Estados Unidos se consideran traumáticos, el 50% de ellos se clasifican como "moderado," y el 45% como trauma "severo". Esto afecta a todos nosotros.
Nacidos bajo dolores y el veneno de anestesia, nuestra impronta límbica contiene el sufrimiento y la inconciencia. El nacimiento traumático nos quita nuestro poder y afecta nuestra capacidad de amar, confiar, ser íntimos y experimentar nuestro verdadero potencial. Adicciones, no saber enfrentar problemas, baja autoestima, la incapacidad de sentir compasión, responsabilidad – todos estos problemas se relacionan con el trauma de nacimiento. Para obtener más información entra en www.birthpsychology.com.
Normalmente una mujer da a luz de la misma manera que ella nació debido al mecanismo de la impronta límbica. Esto es lo que su cuerpo sabe de "como" procrear. Si ella nació bajo complicaciones, es muy probable que ella recree el mismo escenario. Hasta que ella concientemente cambie la memoria límbica, ella pasará su trauma natal a su hija como ella lo recibió de su madre. Dar a luz por primera vez es un paso grande para la sanación. Por ello los siguientes partos suelen ser mucho más fáciles. Pero esto es una observación muy general.
Los aspectos sangrientos y violentos de la historia del hombre fueron creados por personas que no recibieron el amor y la ternura que necesitaban cuando eran bebés. La estadística de Dr. Stan Grof muestra que 100% de todos los criminales violentos eran bebés no queridos. Esto, por supuesto, no significa que un bebé no querido tiene que acabar siendo un criminal, ¡claro que no! La mayoría de los padres llegan a enfrentarse al reto, se enamoran de sus bebés y finalmente los cuidan muy bien. Pero si significa que los bebés infelices, cuyos padres no podían satisfacer sus necesidades, tienen muchas menos posibilidades de tener éxito en la vida.
Históricamente, la mayoría de las obras maestras de la cultura humana reflejan el drama de la vida: celos, avaricia, pasión, odio, sueños perdidos, potencial no realizado. Las piezas de Shakespeare, siglos de cuadros, música clásica hablan de manera muy bonita del desespero de la humanidad. Solo una parte muy pequeña habla de amor, belleza y realización. ¿Por qué es así?
Para mí, el flujo creativo está determinado por como sentimos y experimentamos la vida. Y como experimentamos la vida es mayormente determinado por la impronta límbica. Esa impronta define lo que nos gusta y lo que nos disgusta, lo que nos parece bonito, atractivo y lo que nos causa rechazo.
Yo entiendo que para dar a luz a una obra maestra iluminada, sea en forma de un bebé humano o un bello poema, o un jardín saludable, o simplemente un día precioso que merece ser vivido, primero hay que pasar por la experiencia de haber nacido con amor. Y todos nosotros que hemos nacido hace mucho tiempo en una situación que era menos que feliz, necesitamos encontrar una forma de sanar nuestro trauma natal que era nuestro guía desde el primer día. Un auto-apadrinaje con mucho amor PUEDE neutralizar mucho daño.
Hay muchas maneras de recuperar nuestro sentido de bienestar, y yo ofrezco una de ellas en mis talleres de nacimiento. Luego hablaré más acerca de esto.
La sanación del trauma natal permite a la persona disfrutar la deliciosa experiencia de sentirse bien en su cuerpo, estar completamente comprometida con la vida y amarla. Creo que disfrutar la vida es la forma más práctica y segura de vivir. Todo lo que no es bienestar es caro, confunde y requiere mucha energía – somos capaces de gastar mucho para equilibrar nuestra sensación de no sentirnos bien en nuestro cuerpo.
Lo que empezó para mí en 1982 como trabajo con el pionero ruso de parto en agua, Igor Charkovsky, buscando maneras de eliminar el trauma natal de bebés resultó una experiencia preciosa de sanación profunda para mí personalmente. Si quieres conocer mi compromiso profundo con la felicidad, estoy dispuesta a compartir contigo todo lo que he aprendido.
Podemos hacer un esfuerzo para sanar nuestro trauma natal y elegir crear una obra maestra de nuestra vida. Podemos reconocer que aunque nuestro principio fue desagradable, como adultos podemos elegir cambiar nuestro programa básico, reprogramar nuestra impronta límbica y transmutar nuestro sufrimiento e impotencia durante el parto en amor y alegría de vivir en este planeta. Podemos recuperar nuestro poder autentico, limpiar el dolor de los ancestros de nuestro sistema. Podemos crear un escenario para nuestros niños, para que entren su vida como pacíficos y poderosos guardas de la tierra. Te invito a visualizar las posibilidades que se abren para la humanidad si la mujer reclama la capacidad original que tienen todos los mamíferos: dar a luz y criar los bebés sin trauma.
Me puedes llamar naif, pero realmente creo que podemos mejorar la calidad de nuestra especie dentro de solo una generación si permitimos a nuestros hijos entrar en este mundo sin estar programados con sufrimiento y dolor. Yo visualizo una nueva generación llegando a un mundo de seguridad, compasión y sentido común. Por favor acompáñame en esta visión.
Veo la Procreación Conciente como un portal para recuperar nuestra especie. En este libro estoy explicando como y por qué. Es un gran tema filosófico – la programación habitual del hombre en el dolor como norma. Por ello estoy escribiendo este libro :) La "programación" tiene lugar de todas formas, si somos conciente de ello o no. Es como funciona nuestro cuerpo, si nos gusta o no. Así que quiero compartir mis experiencias de lo que funciona para que todo salga bien.
Como dijo Einstein: "No podemos resolver un problema con la misma mentalidad que lo hemos creado." En este momento tenemos 250 guerras en nuestro planeta. Nosotros creamos niveles de contaminación medio-ambiental que ponen en peligro nuestra vida, sistemas políticos que no funcionan, economías que no nos pueden sostener y estrategias sociales que no nos tienen en cuenta. Es más que claro que estamos listos para algunos cambios. Si realmente entendemos como creamos este desastre, tenemos una oportunidad de remediarlo.
Revoluciones sociales y acciones políticas no funcionan porque están diseñados por personas empujadas por su trauma natal y guiadas para cubrir nuestro dolor inconciente colectivo y nuestro miedo a vivir (solo tienes que mirar lo que hacen nuestros gobiernos...). Es imposible tener un sentido de profundo bienestar si nunca hubo un punto de referencia de cómo se siente ésto. Lo primero: necesitamos crear un punto de referencia dentro de nosotros. Luego podemos buscar soluciones para nuestros dilemas, que se basan en un fundamento sólido, no más reacciones desesperadas.
No podemos tener éxito como especie hasta que hayamos creado una nueva generación que no ha sido dañado en el útero por el alto nivel de hormonas de estrés en la sangre de la madre. Yo digo: "Es mas fácil crear buenas nuevas personas que arreglar las viejas".
Si la programación humana no se basa en "ansiedad", "dolor", "miedo", sino en "amor", "seguridad", "profunda conexión",- entonces nosotros como especie tenemos una oportunidad.
"La violencia en el seno y en el nacimiento siempre ha sido motivo de preocupación para los miembros de APPPAH, muchos de los cuales son psicoterapeutas ... Hemos adquirido la convicción de que cualquier tipo de violencia que da la bienvenida a un bebé en el útero o en el momento del nacimiento servirá como una forma silenciosa e inconsciente de condicionamiento, que actúa como un modelo para las relaciones futuras. Este condicionamiento - dependiendo de su frecuencia y gravedad - puede afectar la salud física y mental de una persona en las próximas décadas.
"Irónicamente, en la moderna parto en el hospital, la violencia y el dolor se han convertido en rutina para los bebés!
"Para la mayoría de los últimos cien años, ni obstetras ni psicólogos consideraban el dolor como una realidad para los recién nacidos. Por lo tanto, los médicos que trabajan con los niños no han dudado en exponer a las duras condiciones ambientales que se violaron sus sentidos y rutinariamente les molesta el uso de instrumentos y protocolos dolorosas.Tampoco han dudado en utilizar productos químicos potentes en forma de medicamentos y anestésicos. Todas estas fuertes desviaciones de lo que normalmente se pasó en un parto en casa han alterado profundamente la experiencia del nacimiento de las últimas generaciones de bebés. Durante este tiempo los bebés período nunca han estado en silencio.Es virtualmente universal para ellos para protestar siendo pinchado con agujas para muestras de sangre o inyecciones de vitamina K, para reaccionar contra manipulaciones bruscas como se lo ponga boca abajo por los pies, se precipitó a través del espacio, o manipulado por una serie de extraños.Su piel es extremadamente sensible (y, de hecho, sirve como una poderosa forma de comunicación), por lo que debe ser ninguna sorpresa que muestran su desagrado por ser más o menos rubbbed y "limpia" y son conocidos por sus gritos y llantos de marca de nacimiento! En resumen, los profesionales han estado haciendo los bebés enojado, temeroso, a la defensiva, triste y desorientada - en su mayor parte de un siglo desde que el tratamiento médico de nacimiento se convirtió en la "norma" en los Estados Unidos ".
Y, debo añadir, en la mayor parte del resto del mundo, como las prácticas culturales son congénitos vapor rodaron en la imitación de la industria y la economía del obstétrica monopolio estadounidense sobre los servicios de maternidad.
"Los resultados no previstos de esta nueva forma de nacimiento pueden finalmente ser manifestada en el comportamiento agresivo de las generaciones de los hombres, las mujeres y los niños nacidos de la violencia. Se nos ha impregnado de drogas desde el primer momento de la vida. ¿Estamos tan fascinados con las drogas y los estados alterados que evocan porque nos presentaron al nacer? "
Aunque aprecio las conclusiones de Chamberlain y sus colegas, y coinciden en que la violencia en los centros de obstetricia moderna tiene graves repercusiones para la sociedad en general, una cosa se destacaba crudamente a mí como llegué a la conclusión artículo de Chamberlain:
¿Dónde están las madres en todo esto?
Yo estaba aturdido por la invisibilidad de las mujeres de parto en este artículo introductorio.
Mientras se realiza la conexión entre el trauma del nacimiento a los bebés y las enfermedades psicológicas entre los adultos, entre la mayoría de los profesionales que hay poca o ninguna comprensión de que la violencia hecha a los bebés en el parto institucionalizado rutina es la manifestación exterior de la violencia hecha a sus madres. Esto tiene sus raíces en la misoginia - Un valor bajo de las mujeres y un desprecio por la autonomía de la mujer, la integridad corporal y la energía que hace que muchas mujeres sienten que no tienen otra opción que aceptar que carecen de poder durante el parto.
Ya en la década de 1970 Frederick Leboyer y Michel Odent advierte del daño causado a la sociedad por la violencia del nacimiento institucional. Sin embargo, incluso Leboyer no parecía para conectar a los niños que la violencia no fue aislado de la violencia a las madres - sino que fue el resultado directo de la misma.
Leboyer escribe en "Nacimiento sin violencia" (1974)
"El doctor (sosteniendo a un bebé histéricamente gritando por los pies) ha completado" su "entrega y está justificadamente orgulloso de sí mismo."
Pero entonces Leboyer vuelve su ira contra la madre:
"La expresión radiante, sonrisa extática. Ella está sonriendo porque se acabó. Ella está satisfecha de sí misma ".
No! En el margen, escribí:
"Ella" sonrientes ", porque su" niña buena interior "la obliga a.Se supone que es compatible, y agradecido, y no hacer un escándalo, o ser un inconveniente, o (Dios no lo quiera) ser "estridente" y gritaba: "Dame mi bebé cretino!" No importa qué tan traumatizada que pudiera sentir por prácticas inhumanas de nacimiento, ella esconde su dolor, la humillación y la confusión detrás de una máscara de bien entrenados, la cortesía arraigada. Cualquier sistema que trata a los bebés tan brutal no va a tratar a sus madres nada mejor ".
Y ahora el avance rápido a la actual milenio. Aquí está un video de un bebé recién nacido tiene su primer baño, como filmado por su padre. No puedo poner en palabras lo bien preocupante es ser testigo.
Y yo me pregunto, en un lugar donde una diminuta niña preciosa es tratado tan brutalmente, ¿cómo fue para su madre? ¿Dónde está su voz? ¿Cómo es que tanto su madre como su padre eran tan impotente para intervenir y detener lo que estaba sucediendo a su bebé?
Sólo hay que ver un par de episodios de "One Born Every Minute realizada" SBS "(si su estómago es fuerte), un documental filmado en una mano de obra ocupada y atención del parto en Londres, para ver un sinnúmero de ejemplos de mujeres que se faltó el respeto, forzada, se precipitó, intimidado, abucheado y se trata con indiferencia.
La violencia institucionalizada hacia los recién nacidos no se acabará, y por lo tanto las raíces de la violencia en la sociedad no será abordado, hasta la manera como las mujeres son tratadas y considerado en todo parto, el nacimiento y se cambia la lactancia materna. Por eso es vital que el parto en casa con el apoyo y sostenido en nuestra sociedad.
El efecto de las prácticas violentas durante el parto ha sido discutido por la antropóloga Sheila Kitzinger que escribió:
"El ambiente de cuidado de los recién nacido empieza con un entorno propicio para la mujer trabajadora, el respeto a sus ritmos, la paciencia de esperar y ver, y el apoyo amoroso."
Lo contrario es tristemente tan cierto, y afecta a las mujeres de todo el mundo.
Estamos hablando de un mundo en el que se dan 100% de las mujeres en Arabia Saudí episiotomías, donde también son extremadamente altos en China y Japón, las tasas de episiotomía donde hay una tasa de cesárea de 60% en China y una tasa aún más alta que la en Brasil. Cuando todo el mundo, las imágenes culturales de posiciones de parto gravedad-positivas, activas se están perdiendo a medida, futhered por la industria de obstetricia y medios de comunicación modernos, la imagen de parto la gran mayoría de la gente evoca es de una mujer acostada en una cama.La imagen mental de una mujer acostada de espaldas, con las piernas atadas a los estribos, gritando a voz en cuello (como se muestra en la popular película Red Dog) está en el subconsciente colectivo como escenario bastante normal para el parto en lugar de un ejemplo de trato atroz de una mujer de parto. También en el subconsciente colectivo es el miedo, y el miedo, el control - la pérdida de poder de las mujeres individuales, y la transferencia de la autoridad a las instituciones y profesionales que son de confianza y se supone que 'sabe mejor ".
Estamos hablando de un mundo en el que muchos hospitales tienen todavía una política de llevar a cabo exámenes intrusivos vaginales en las mujeres trabajadoras cada cuatro horas. Ahora tenemos una gran cantidad de pruebas que demuestran que muchas de las prácticas obstétricas rutinarias no se basan en pruebas, pero son perjudiciales y contraproducentes. Sin embargo, las parteras y los médicos se sienten obligados a continuar con estos protocolos y procedimientos con el fin de evitar ser demandado. Sin embargo, las parteras parto en casa que no practican la partería agresiva de aversión al riesgo de acuerdo con los protocolos obstétricos-determinados y líneas de tiempo, son penalizados y hostigados.
Estoy consternado ser testigo de cómo todavía se toman los bebés lejos de sus momentos madres después del nacimiento, a una mesa de examen de los brazos de la madre llegar a - una galaxia de distancia para la madre y el niño, cuya hormonal tapiz y llamada imperativo biológico para la piel más cercano a piel en esta ventana crítica del tiempo en sus respectivos ciclos de vida. Este tipo de prácticas que promueven la separación en lugar de vínculo y apego se hacen en nombre de la seguridad clínica. Eso no es una excusa para la violencia institucionalizada y la violación de las parturientas y los recién nacidos. Seguridad clínica se puede alcanzar y mejorado, mientras la madre se trata con respeto, paciencia y mansedumbre. Hay excelentes hospitales y centros de maternidad que al menos algunos de los empleados, en algunas ocasiones, tratar de proporcionar esto. Estadísticas Homebirth demuestran.
Si queremos combatir la violencia en nuestras comunidades, tener una mirada a cómo se valoran las mujeres en edad fértil, se trata, considerado, se habla - en los medios de comunicación, los pubs, en facebook, por los obstetras líderes y los políticos en su esclava.Observe cómo las parteras que realmente se esfuerzan por encarnar el "con las mujeres" principio, que apoyan el empoderamiento y la autonomía, son tratados. Están apoyados profesionalmente? ¿Son sus habilidades, su excelencia y su experiencia como guardianes de parto normal valorados por una sociedad comprometida con opciones maternidad suaves y apacibles crianza de los hijos? O son marginados tales parteras, aislado, puesta a secar, procesados, criminalizados, y dirigidos en la prensa?
(¿Quieres ejemplos? Google Nan Koehler. Gloria Lemay. Lisa Barrett. John Stevenson. Katie McCall. Maggie Lecky Thompson. Graeme Reeves, el "Carnicero de Bega ', que fue clave en la destrucción de la carrera de Maggie. O simplemente google" partera arrestado "y ver qué sale. Cuando usted ha leído todos los artículos relevantes, que bien puede venir pensando: "Estos vaqueros parteras cañones sueltos son un peligro para la sociedad! Deben ser encontrados, y se detuvieron" Ahora sólo piensa. ¿Por qué ??? pensando esto porque es verdad o por la manipulación mediática y si media vuelta es un factor, entonces preguntar: ¿por qué?)
Piense acerca de por qué las mujeres de todo el mundo son tratados tan mal durante el parto, incluso en los países ricos.Piense en las raíces culturales y espirituales de eso. Mira la historia de la obstetricia toma de posesión de la partería y la forma en que las mujeres han sido atado, sedado y violados en nombre de la ciencia obstétrica. Mira cómo está siendo erradicado el arte de la partería en favor de un monopolio obstétrica. Leer Marjorie Tew.
Considere Occupy Wall Street y nosotros son el 99%, para ver cómo la corporativización de la sociedad ha hecho mucho daño.¿Cómo aplicar el mismo enfoque corporativo, con fines de lucro para la atención de maternidad mismo no mucho daño.
Luego veremos que el tratamiento cruel de nuestro precioso recién nacidos es un resultado inevitable de la desvalorización de la mujer para dar a luz, de utilizar sus cuerpos como forraje para una industria de mil millones de dólares, lucrativa obstétrica, de forma continua abusando de las parturientas como los ubicamos en el mentir de una situación de doble vínculo: diciéndoles que deben elegir entre la degradación y el trauma a sí mismos y los órganos, o la seguridad y la vida de su bebé - cuando cada vez que no existía tal conflicto, porque el tratamiento de las parturientas con cuidado, paciencia y bien AUMENTA seguridad clínica para nuestros bebés.
Para ser justos con APPPH, esta observación también aparece en otro artículo en su sitio:
"En nuestra cultura tecnológica, el embarazo sigue siendo tratada como una enfermedad más que una experiencia natural de las mujeres sanas Esta continua medicalización del parto tiene consecuencias psicológicas profundas Autoridades -.. Médicos, enfermeras o educadores para el parto - que ejercen influencia, si no competencia sobre nacimiento - puede intimidar fácilmente y socavar la autoridad natural de las mujeres a dar a luz en libertad, plenamente informado, en lugares que eligen, y con los cuidadores prefieren ".
Bien dicho. Sin embargo, un análisis de trauma a luz sin la discusión de un traumatismo en las mujeres, así como un traumatismo en los bebés, se carece de una perspectiva importante. Los bebés sienten que están a su madre - su madre es todo su mundo. Este poema 'Dos Nacimientos' fue escrito por mí para expresar cómo las intervenciones y de la separación durante el tiempo de dar a luz afectan profundamente a la madre y el bebé.
Para correr, empuje, presión, coaccionar, estrés, intimidar, asustar, intimidar, o se comporta de una forma que carece de bondad y paciencia hacia una madre, es hacer eso a su bebé. Por no hablar de los efectos de la separación de rutina de las madres y los bebés durante las horas cruciales después del nacimiento.¿Cuántas veces vemos a un bebé desnudo colocado en escalas frío, en su espalda - sobresaltada por el reflejo de Moro, gritando de terror, mientras que un cuarto lleno de gente busca sobre sonriendo? Al colocar un pañal caliente en la balanza, y colocar al bebé boca abajo, impediría tal malestar. Cuando se acueste de piel a piel con la madre que importa mucho más que nuestra obsesión cultural con la medición y obtener la documentación completa.
A medida que se estrechan y se eliminan por el gigante obstétrica, ya que la cultura del miedo en torno al nacimiento aumenta las opciones de cuidado de partería, como el parto que se aproxima cada vez más con una labor de derivación, actitud tecno-filo-McBirth 'de los proveedores de cuidado de cínicos que concluir que una generación, las mujeres perezosas grasas que son "demasiado elegante para pujar" tienen la culpa, las tasas de aumento de la intervención. Los índices de trastorno de estrés postraumático y los trastornos psicológicos y físicos después del ascenso del nacimiento. Las tasas de lactancia materna caen. Las compañías de fórmula cosechar la bonanza. La calidad de la unión instintiva se baja. Paso Baby-formadores en la brecha, lo que agrava el debilitamiento del instinto femenino. Y el resultado final: un montón de dinero se hace.
Las tasas de aumento de la angustia y el trauma de las madres como consecuencia del monopolio sobre los servicios obstétricos de maternidad no se reconoce y la advertencia llora evidente en las secuelas de no ser atendida la sociedad. En la mayoría de los lugares, no se escucha la voz de la mujer, y las mujeres se les dice lo que es bueno para ellos por quienes detentan el poder. No haycomentarios de los consumidores de los servicios de maternidad se recoge de forma rutinaria o analizar o utilizar para determinar la política obstétrica. Artículos como el escuchar Encuesta madres indican que el aumento de los problemas de las mujeres son despedidos laregely. Esto equivale a un amordazamiento efectiva de la mujer de parto.
Y sigo recibiendo mensajes de correo electrónico como esta en mi bandeja de entrada:
"Me siento mal del estómago, ya que considero mis opciones para un VBAC ... luego se la llevaron fuera para ser limpiada y me dejaron solo durante más de una hora en la recuperación.No dejaban de decirme que traían de vuelta en pocos minutos y pero no lo hicieron y fue dos horas antes de que siquiera la vi. Estoy tan, tan enojado y herido todavía y me siento como todo el sistema estaba en mi contra. Simplemente dijo, 'por lo menos tienes un bebé sano. "
¡Qué angosta, estrecha interpretación de "seguro" y "saludable" se utiliza cada vez que éstos desdeñoso, paternalista, invalidando las declaraciones se sacó a relucir.
Marsden Wagner escribió: "Humanizar el parto significa entender que la mujer que da a luz es un ser humano, no una máquina y no sólo un contenedor para hacer bebés. Mostrando las mujeres - la mitad de todas las personas - que son inferiores e inadecuados quitándole su poder de dar a luz es una tragedia para toda la sociedad. Por otra parte, el respeto a la mujer como un ser humano importante y valioso y asegurándose de que la experiencia de la mujer al dar a luz está cumpliendo y el empoderamiento no es sólo un buen extra, es absolutamente esencial, ya que hace que la mujer fuerte y por lo tanto hace que la sociedad fuerte ".
Cuando des-potenciar las parturientas, estamos socavando la sociedad. Las raíces de la violencia en la sociedad se encuentran en la violencia institucionalizada infringido innecesariamente en las parturientas y sus hijos en nombre del beneficio.
La mujer sabia lo decía todo: "Sanar nacimiento - curar la tierra."
"Sacudido por la epidemia de la violencia hoy en día, padres, legisladores, criminólogos, policías, teólogos, psicólogos, maestros, políticos y profesionales de la salud están todos alarmados y en busca de una comprensión más profunda que podría conducir a medidas prácticas para hacer frente al problema. "
La conexión entre la violencia abunda en toda la sociedad y la violencia durante el parto ha sido un concepto 'do' de las parteras (a la altura de otras joyas esclarecedor del mundo científico como 'oh ¿adivinen qué, que conocía del trabajo es más corto y menos doloroso que las mujeres no están confinados a la cama "y" ¡Oh, qué increíble, las mujeres con la continuidad de la solicitud de atención menos un alivio del dolor "- y muchos más), ya que los días de los espartanos abandonar los bebés en el suelo inmediatamente después del nacimiento de criar guerreros duros (léase: asesinar, violar, saquear villanos).
Chamberlain sigue:
"El resultado de esta actividad febril es una literatura enorme y multiplicación mide en los miles de artículos, libros, conferencias y producciones multimedia. Sin embargo, en toda esta actividad de los orígenes de la violencia tempranas - rara vez se exploraron en la vida "- muy tempranas.Melbourne/Doula
Cada vez son más los estudios que indican que el estrés, en cualquiera de sus formas, durante lo que Michel Odent denomina “etapa primal” – la que va desde la concepción hasta más o menos el primer o segundo año de vida, influye directamente en aspectos tan importantes en la vida adulta como la tendencia a la obesidad y por tanto a padecer enfermedades asociadas – cardiovasculares, hipertensión, diabetes, síndrome metabólico – o incluso en aspectos psicosociales de la personalidad – mayor tendencia a sufrir patologías psicológicas, problemas de adaptación social, problemas de aprendizaje…
En biología una situación estresante es toda aquella que nos aleja de la homeostásis, el equilibrio. Hambre, miedo, frío, deprivación de sueño, dolor, aislamiento social…todo ello es estrés y se traduce en los mismos neurotransmisores y hormonas. Es por esto que el cerebro registra situaciones de soledad o abandono de la misma forma en que detecta un dolor físico evidente. El estrés es por tanto una situación amenazante y la respuesta natural del organismo es tratar de resolverla. Cuando esto no es posible el mecanismo de adaptación al estrés se altera y aparecen las patologías asociadas al estrés.
El estrés se regula a través del eje HHA – hipófisis-hipotálamo-adrenal – y desde allí es capaz de modificar respuestas aparentemente tan alejadas como el metabolismo de la glucosa o la respuesta del sistema inmune ante una infección. Por eso el estrés afecta a todo.
Para entender los estudios científicos que relacionan el estrés prenatal con cosas tan dramáticas como el autismo hace falta saber un poquito cómo funciona la ciencia y los estudios científicos.
La medicina basada en la evidencia es una ciencia compleja. En ciencia, los estudios randomizados a doble ciego son los más fiables y son los que se utilizan por ejemplo para probar la eficacia y los efectos secundarios de un nuevo fármaco. Para el que no sepa de qué van, los estudios randomizados consisten en distribuir a los sujetos en dos grupos aleatoriamente – por eso son randomizados- , en uno de los grupos de administra el fármaco y en el otro se administra un placebo. Ni los sujetos sometidos al estudio ni los científicos que después analizan los resultados saben a qué grupo pertenece cada sujeto – por eso son doble ciego.
Pero es obvio que en muchas ocasiones existen motivos éticos que impiden realizar estudios randomizados doble ciego con seres humanos. Por ejemplo, no se puede distribuir a un grupo de mujeres embarazadas aleatoriamente en dos subgrupos y someter a uno de ellos a estrés prenatal y a otro no para comprobar los efectos del estrés en los bebés. Tampoco se puede distribuir a un grupo de bebés aleatoriamente en dos subgrupos y someter a uno de ellos adeprivación materna para ver qué pasa. Además es muy difícil realizar un doble ciego, por motivos técnicos – si te separan de tu hijo o te someten a estrés es bastante probable que te des cuenta.
Por eso la medicina basada en la evidencia avanza despacio. En medicina basada en la evidencia una gran parte de los estudios son estudios de clases o de casos. Esto generalmente quiere decir que cuando se detecta un grupo suficientemente grande con un problema suficientemente grave se echa la mirada atrás y se trata de determinar qué factores influyeron en el problema, es decir, se focaliza en los extremos y después se trata de extrapolar a la población en general. Unos ejemplos.
Los prematuros son buenos candidatos para hacer estudios de clases sobre la influencia del estrés en las primeras etapas de la vida. Otro grupo susceptible de estudio son los niños abandonados por sus madres y que se crían en instituciones. Bebés de madres muy alcohólicas o drogadictas, bebés de madres que han sufrido eclampsia o diabetes gestacional grave, bebés que han nacido en partos instrumentales o por cesárea, bebés de mujeres que han sufrido violencia de género…
El problema de los estudios de clases es que se hacen a posteriori y afortunadamente el ser humano tiene una enorme capacidad de recuperación, además de un cerebro plástico sobre el que influyen multitud de factores, por lo que se producen montones de sesgos que a veces es imposible eliminar. Por otra parte, afortunadamente también, estos casos extremos son poco habituales, con lo que los estudios suelen ser pequeños y con porca representatividad estadística. Esto, que es de cajón, es utilizado por ejemplo por las compañías que fabrican leche de bote para bebés cada vez que un estudio habla sobre las ventajas de la leche materna.
Sin embargo conviene de nuevo recordar que en biología todo lo que se aleje de la homeostásis (el equilibrio) se traduce en el cerebro como estrés, se procesa en el eje HHA y de ahí se transfiere a todas partes, desde la síntesis de hormonas sexuales hasta el hipocampo, influyendo en cosas tan dispares como pueden ser los ovarios o la memoria a largo plazo.
Con estudios científicos o sin ellos para un bebé toda situación que no sea la prevista por su naturaleza de mamífero altricial tiene un coste. Mayor o menor, existe, y hay que tenerlo en cuenta.
Estrés, embarazo y neurodesarrollo.
Pensar que el estrés en el embarazo afecta al feto es de sentido común y además está avalado por miles de años de cultura popular. Existen ya numerosos estudios científicos que relacionan el estrés durante el embarazo con el aumento de los partos prematuros, de bebés de bajo peso y de alteraciones durante el desarrollo. Durante el embarazo la madre y el bebé actúan prácticamente como un organismo simbionte, comunicados a nivel molecular a través de la placenta y todo lo que afecte a uno influye en el otro. Por supuesto también el estrés. Seguramente, sobre todo el estrés. Pero estos estudios suelen ser estadísticos. Y la estadística tiene muchas fisuras.
Un estudio realizado en la Universidad de Pensilvania zanja cualquier cuestión. El estrés durante el embarazo influye en el neurodesarrollo del bebé, y tiene su efecto aumentando el riesgo de padecer enfermedades mentales graves como la esquizofrenia o trastornos como el autismo. Y desde ahora se conoce, o empieza a conocerse el mecanismo biológico causante. El estrés materno afecta a la síntesis de una proteína fundamental para el desarrollo correcto del cerebro, lo hace además modificando la expresión de un gen que está ligado al sexo, es decir, al cromosoma X. Esto explicaría el hecho de que los varones tengan más riesgo de sufrir este tipo de patologías.
Aseguran los investigadores que este estudio podría servir para detectar precozmente a las personas más susceptibles de padecer estos trastornos, desde el nacimiento y por un simple análisis de las concentraciones de este biomarcador en laplacenta. Y yo, que soy una chinche, me pregunto si no será mejor destinar todos los fondos que van a ser necesarios para acometer tal tarea, o al menos una gran parte de ellos, a prevenir el estrés de las mujeres embarazadas, que seguro que sale más barato. Pero claro, yo, que disfruto cuando la ciencia encuentra respuestas prácticamente indiscutibles, soy además una antisistema. Y no me van a hacer ni caso.
Ya que mañana es el Día internacional de la Mujer aprovecho para reivindicar unos niveles saludables de OGT (que es como se llama la proteína) en el embarazo. Aunque los más perjudicados sean los hombres.
Lo que sucede antes, durante y hasta un par de años después del nacimiento marcará nuestra vida, nuestra psique y la forma en que nos relacionamos con las personas; además de influir siempre en nuestra salud física, la etapa primal tiene una importancia enorme en todo nuestro futuro, como cada día más estudios científicos demuestran.
El nudo. Lo que sucedió en las primeras etapas de tu existencia es el nudo que hay que desatar si pretendes conocerte bien. Es además importante conocer las implicaciones de cada suceso, incluso de los anteriores a nuestro nacimiento, para poder – sin agobiarse – entendernos a nosotros mismos y sobre todo a nuestros hijos. La naturaleza ha previsto una serie de mecanismos que hacen que el embarazo, el parto y la crianza puedan desarrollarse en condiciones óptimas (que no ideales, lo ideal no existe) y dependiendo del ambiente que exista en estos primeros momentos nuestros genes y nuestro cerebro funcionarán de una forma u otra.
Ejemplos sobre la salud física hay bastantes. Las carencias alimentarias durante el embarazo favorecen la obesidad en el adulto, por ejemplo. El estrés provoca un aumento de partos prematuros, con todas las implicaciones que esto tiene. Cuidar y entender la etapa primal es fundamental para mejorar la calidad de vida, tanto de las madres como de los niños (futuros padres y madres).
Para eso nace esta Asociación, para “promover, coordinar y realizar actividades y proyectos orientados al apoyo de profesionales que se dedican al ejercicio de la Psicología Perinatal, asi como a su investigación. También contemplamos la elaboración y participación de programas de prevención e intervención en los ámbitos de Salud Primal, la salud perinatal, materno-infantil y familiar, así como la primera crianza.”
Un buen sitio donde acudir si necesitas un profesional que te ayude a deshacer tus nudos. Un buen sitio donde encontrar información que te permita entender los nudos de tus hijos. En definitiva, una buena noticia, que nunca está de más.
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