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04.04.2013 09:40

 
in duda el aliento constituye uno de los factores
más importantes en el desarrollo de la espiritualidad
en cualquier camino que uno pueda seguir en su vida. El
aliento es la razón principal de nuestra existencia continua
en este mundo. El aliento de vida y de existencia
nos lo da Dios y nos lo quita Dios. Es uno de los medios
fundamentales por los que podemos realizar al Amado
a través de Sus Atributos. El aliento es el torrente sanguíneo
que da vida, sin el cual uno claramente dejaría de
existir. Es un tema tan importante que ha sido el centro
de muchos escritos de poetas místicos y maestros sufíes,
entre otros, Rumi, Sanāi, Jayyām, Shabestari, Sultān Bāhu
y el Dr. Javad Nurbakhsh, maestro actual de la orden sufí
Nematollāhi. El aliento también ha sido el punto central
de referencia de diversos libros sagrados, como la Biblia
y los Upanishads. El alcance de este artículo es analizar
cómo ha sido presentado el aliento en varias tradiciones
espirituales y particularmente en el sufismo.
«La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo
os envío». Dicho esto, echó su aliento sobre ellos y les dijo:
«Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados,
les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos». (Jn 20,21-23)
Se puede decir que la referencia en este pasaje a Jesús
echando su aliento sobre sus discípulos significa que
otorga la Atención divina o la Presencia de Dios a sus
discípulos, para que puedan recorrer con éxito el camino
espiritual.
El siguiente libro sagrado que hace referencia al
aliento es el Qorán. En la sura III titulada La familia de
Imran, cuando el ángel dice a María que dará a luz un niño
llamado Jesús, está escrito:
Dijo ella: «¡Señor! ¿Cómo puedo tener un hijo, si no me ha
tocado mortal?» Dijo [el ángel]: «Así será. Dios crea lo que
Él quiere. Cuando decide algo, le dice tan sólo: “¡Sé!” y es. Él
le enseñará la Escritura, la Sabiduría, la Torah y el Evangelio
». (Qo 3, 47-48)
Y luego continua por boca de
Jesús:
Y como enviado a los Hijos de Israel:
«Os he traído un signo que viene de
vuestro Señor. Voy a crear para vosotros,
de la arcilla, a modo de pájaros.
Entonces, soplaré en ellos y, con permiso
de Dios, se convertirán en pájaros».
(Qo 3,49)
La referencia directa al aliento
está claramente enunciada en la última
frase de este pasaje. Hay otra referencia
más indirecta al aliento al comienzo
del pasaje cuando Dios dice
Sé y es —que es una frase común citada
en todo el Qorán. Este Sé, es similar
a un aliento de Dios por el que
todas las cosas son creadas o traídas
a la existencia. En el mismo capítulo
del Qorán hallamos un ejemplo de
esto, cuando dice:
Esto te recitamos de las aleyas y de la
sabia Amonestación. Para Dios, Jesús
es semejante a Adán, a quien creó de
tierra y a quien dijo: «¡Sé!» y fue. (Qo
3,58-59)
En el Avesta, el libro sagrado
de los zoroastrianos, la creación del
ser humano no tiene relación con
el barro y el aliento de Ahurāmazdā
(Dios), sin embargo, el ser y la existencia
de los seres humanos y los
animales depende del «viento», que
es un ser divino. Zoroastro, en diferentes
oraciones, se dirige también a
Dios como «el Aliento de la vida».
En el Avesta, wāt es el nombre del
dios del viento que acompaña al dios
del amor. En el Zād-seperm figura:
El Espiritu bueno del viento se manifestó
sobre la tierra bajo la imagen de
un hombre joven, luminoso y de estatura
alta… Es como el alma que mueve
al cuerpo y el cuerpo cobra movilidad
gracias a él… El soplo es lo que da
origen a los alientos y a la respiración
de los hombres y de los animales.
También en el libro Rawāyat-e
pahlawi, viene:
Ahurāmazdā, para resucitar a los
muertos, toma de la tierra los huesos,
del agua la sangre, de los vegetales el
pelo y del viento el alma. Luego los
mezcla y les otorga su propia imagen.
(Avesta, Jalil Dustjāh, p. 941)
Se encuentran también referencias
al aliento en las antiguas escrituras
chinas.
cada
miembro de las familias nobles de
China posee dos espíritus que a la
hora de la muerte se separan. Uno,
llamado Hun, contiene la personalidad
espiritual de la persona y pertenece
al Yang y después de la muerte
va al paraíso. Y el otro, conocido
como P'o, es un aliento vivificador y
fortificador perteneciente al Yin, que
después de la muerte regresa a un
mundo intermedio conocido como
«los ríos amarillos». Según la sabiduría
Ch'i, el aliento es un ser celestial
que mora entre el cielo y la tierra, y
la vida es la encarnación de una parte
del Ch'i en el cuerpo humano, la cual,
después de la muerte de la persona,
vuelve a su fuente celestial (como la
gota que vuelve al océano). (Dictionary
of Religions)
Otro libro sagrado que contiene
algunos puntos de referencia sobre
el tema del aliento son los Upanishads.
Se reconoce generalmente este
libro como las Escrituras centrales del
hinduismo. Se dice en el Katha Upanishad
en la parte 5:
Los poderes de la vida adoran a ese
Dios que está en el corazón y Él regula
el aliento de la vida, inspirando y espirando.
(Mascaro, p. 63)
Una vez más, podemos inferir de
este pasaje que el mismo aliento que
respiramos proviene de Dios. Otra
cita del Mundaka Upanishad, parte 2,
capítulo 1, también parece confirmar
esto:
Su aliento es el viento que sopla y el
universo, en su totalidad, es Su corazón.
Esta tierra es la huella de Sus
pies. Él es el Espíritu que está en todas
las cosas. (Mascaro, p. 78)
Los Upanishads también contienen
algunas palabras sabias y de
sentido común relativas al uso del
aliento. Por ejemplo, el Svetasvatara
Upanishad en su parte 2 enuncia:
Y cuando el cuerpo está en silenciosa
calma, respira rítmicamente a través de
las ventanas de la nariz con un pacífico
ir y venir del aliento. Tiran de los carros
de la mente caballos salvajes y esos
caballos salvajes deben ser domados.
(Mascaro, p. 88)
Este pasaje se refiere al uso del
aliento, particularmente en el momento
de la meditación, porque es
entonces cuando el cuerpo está en
calma silenciosa, y es también el momento
concreto en el que tienen que
ser domados esos caballos salvajes
de la mente (que a menudo incluyen
todas las formas de imaginación, las
sombras del ego, del yo propio). Esto
no suele ser fácil y requiere una disciplina
considerable, que depende de
la capacidad y de la aptitud de cada
persona.
Por supuesto, es obvio señalar
que una persona no puede mantenerse
respirando [de esta manera] indefinidamente,
a lo largo de todo el día.
El aliento debe asumir un cierto nivel
de sacrificio para hablar, hecho que
señala un extracto de los Kaushitaki
Upanishads:
Cuando alguien está hablando, no puede
estar respirando: éste es el sacrificio
del aliento al habla. Y cuando alguien
está respirando no puede estar hablando:
este es el sacrificio del habla al
aliento. Son las dos inacabables ofrendas
inmortales del hombre, ya esté despierto
o dormido. (Mascaro, p. 105)
Inayat Khan (1882-1927), el gran
músico y maestro sufí indio, en su libro
titulado The Mysticism of Sound and
Music, dice que los grandes místicos
siempre han cultivado el aliento y que
la fuente de su capacidad sanadora y
de su evolución espiritual reside en el
aliento. Va incluso más allá al afirmar
también que el poder del aliento del
hombre santo está tan equilibrado,
purificado y desarrollado que atrae a
todos los elementos y que, como tal,
su aliento puede hacer mil veces más
de lo que puede la medicina (Hazrat
Inayat Khan, p. 104). El misterio de
la vida yace en el aliento y la pulsación
de este aliento es como un ritmo
que mantiene al cuerpo funcionando.
Hay, por supuesto, mucho más en el
aliento de lo que la persona ordinaria
puede ver y la siguiente cita del libro
de Inayat Khan puede ser indicativa a
este respecto:
El aliento no llega sólo hasta donde
conoce el hombre de la ciencia material.
Él sólo conoce las vibraciones
del aire, que va y viene, y no ve más
allá. Más allá de esto hay una pulsación:
el latido del corazón y de la cabeza,
cuyo pulso mantiene un ritmo.
El hombre muy rara vez piensa acerca
de todo lo que depende de este
ritmo. ¡La vida depende toda ella de
él! El aliento con el que se respira es
ciertamente un secreto en sí mismo;
no sólo un secreto sino la expresión
de todo misterio, algo de lo que depende
la psicología de la vida. (Hazrat
Inayat Khan, p. 254)
Y ahora, en este punto, vuelvo al
contexto espiritual en el que se usa el
término «aliento>>
04.04.2013 09:37

 
Cuando de verdad Me busques, instantáneamente Me verás.
Me encontrarás en la más pequeña casa del tiempo.
Dice Kabir: estudiante, dime, ¿qué es Dios?
Es el aliento dentro del aliento.
—Kabir

 

04.04.2013 09:19

Hazrat Inayat Khan, maestro sufi de India, trajo a Occidente el mensaje del sufismo en el año 1910, enseñando la unión mística existente entre el ser humano y el Ser Divino. Tanto él como Pir Vilayat Inayat Kahn, su hijo y sucesor, destacaron la importancia de este conocimiento para nuestra época.

Maestra sufi en Chile

 

 

Sharifa Oppenheimer es guía espiritual y representante de la Orden Sufi Internacional. Su estudio intuitivo de la enseñanza pionera de Hazrat Inayat Khan, es el pilar de su trabajo, y su interés se enfoca en la conciencia humana y la sanación del individuo, la sociedad y el planeta.

Es una magistral intérprete de sueños y guía talleres sobre este tema, ya que está convencida de que aprender a seguir el hilo del sueño nos ayuda a seguir el hilo de nuestras vidas.

En El Jardín de la Rosa (www.ourheavenonearth.net), su centro de educación preescolar en Virginia, EEUU, ella comparte con los niños y sus familias su conexión viva con el mundo natural.

Sharifa ha sido pionera en guiar caravanas sufis en Chile junto a Taj Loreto González, representante en Chile de la Orden Sufi Internacional (https://www.sufiorder.org/)

El mensaje de nuestra Unidad Divina es siempre el mismo, pero el lenguaje requerido para comunicar esta Realidad debe modificarse de acuerdo a los cambio de los tiempos.

En la actualidad se está produciendo una metamorfosis en las comunicaciones globales y las relaciones, con lo cual la velocidad del proceso de nuestra experiencia humana llega a ser impresionante. ¿Cómo se traduce en la era digital este mensaje de unidad que en sí mismo no experimenta cambios? ¿Qué conceptos y qué lenguaje de la experiencia pueden llenar el vacío que se ha producido en la conciencia en los últimos cien años?

Todas mis relaciones

Una expresión de otra antigua tradición pueda tal vez responder a esta necesidad: “Todas mis relaciones”. El pueblo indígena lakota la emplea para codificar una visión del mundo que visualiza la totalidad del Ser y de los seres vivos en íntima relación unos con otros y con el Ser Único.

Por una parte, nuestra tecnología ofrece conectarnos con la totalidad del mundo. Estas poderosísimas herramientas de comunicación constituyen una amenaza de desestabilización de nuestra propia capacidad de relacionarnos a nivel humano. “Un nivel humano” implica no sólo la mente y el ámbito de las ideas, sino también la presencia física y emocional de otro ser humano, y también la presencia física y vibracional de otro ser no humano: la naturaleza.

El aislamiento físico y emocional genera una sensación de enajenación y soledad. Es posible comprender esta sensación creciente de aislamiento en la humanidad, y visualizarla como un efecto secundario producido necesariamente por la individuación de la conciencia humana.

En la medida en que hemos dejado atrás la conciencia tribal pasando a identificarnos en mayor medida como individuos únicos, no es sorprendente que hayamos perdido el sentido de pertenencia. La humanidad fue procreada y criada en los brazos del mundo natural. Hemos adquirido mayor conciencia del carácter único de nuestras almas y hemos perdido el sentido de ser parte de la Unidad.

En esta época de transformación global, lo que se requiere no es volver a la conciencia del pasado, sino dar un paso adelante. Ahora debemos recuperar del pasado ese elemento perdido de pertenencia a la Gran Unidad y coserlo en este tapiz de la evolución. Es esencial proseguir en el trabajo de individuación. Cada uno de nosotros debe seguir descubriendo el llamado de su propia alma, y sin embargo debemos aprender a hacerlo dentro del contexto de la familia, de la comunidad y del ámbito más amplio e infinitamente variado de la naturaleza.

“He muerto como mineral…”

 

“He muerto como mineral y me convertí en planta,

he muerto como planta y pasé a ser animal,

he muerto como animal y fui hombre.

¿Qué habría de temer? ¿Cuándo pasé a ser menos por haber muerto?”

– Rumi

 

Encontramos el reino mineral en las piedras y los cristales, en las conchas y en nuestros propios huesos. Los minerales de nuestra propia sangre también revelan relación con el fuego: contienen electrolitos, esenciales para todo funcionamiento celular sano, y algunos se consideran “alimento cerebral”·, ya que el cerebro consiste enteramente en actividad eléctrica.

Nuestro carácter mineral también otorga a nuestra alma una sensación de tierra, firmeza y pertenencia. Nuestro espíritu también está ligado a la tierra mediante nuestra condición mineral.

 

Comer lo natural del mundo

“Cuando hemos probado este carácter natural, comenzamos a tener hambre de un alimento que se nos ha negado durante mucho tiempo, y mientras más lo ingerimos, en mayor medida despertaremos”.

–Steven Buhner

 

La dirección energética del reino mineral es descendente. En contraste, el movimiento energético del reino vegetal es ascendente. Las fuerzas del crecimiento se mueven hacia arriba, en dirección a la luz. Se genera un eje vertical entre ambas fuerzas.

El fuego de la creación se mueve a lo largo de este eje en que la luz desciende y las plantas apuntan hacia arriba con hambre del procesamiento de alimentos de la fotosíntesis. Para despertar, la semilla necesita el fuego, el calor del sol, como también el fuego de una fuente más humilde: el abono. El proceso de descomposición produce calor, y la descomposición de la materia genera nutrientes para la semilla. Las fuerzas que mueren dan alimento para nueva vida. Nace así el ciclo de la vida, la muerte y la nueva vida.

Los pueblos “con cuatro patas”

“Cuando tengas un pensamiento, una sensación, una necesidad…

¡Sale! Todos estos pueblos (con cuatro patas) están ahí para ayudarte. ¡Conversa con estos pueblos!”

– Hopi Elder, 2010

 

La semilla de nuestro Yo se encuentra en las fuerzas ascendentes del crecimiento. En el interior de nuestro propio cerebro, encontramos huellas de antiguos grupos de animales, desde los peces hasta los reptiles y todos los mamíferos y los otros primates. Cada embrión humano es una recapitulación del largo arco de la evolución.

Estamos constituidos a partir del mismo principio sobre cuya base se genera toda la vida: una progresión funcional en serie. Esto significa que cada nuevo desarrollo del crecimiento, desde lo más pequeño del funcionamiento del sistema nervioso de un niño hasta la inteligencia interconectada de todos los seres vivos, depende enteramente del carácter funcional de la etapa anterior. Estamos sobre los hombros de todos esos seres que nos han antecedido. Por consiguiente, en el cerebro humano encontramos huellas de todas nuestras relaciones.

Cada embrión traza nuevamente las aguas amnióticas de nuestro pasado más antiguo, de los organismos unicelulares que nadaban en el mar primordial. En el primer trimestre, el desarrollo del feto recorre nuestro pasado de reptiles al desarrollar el cerebro sensorial y motor o de los reptiles. En el segundo trimestre surge el cerebro de las relaciones, de los mamíferos. En el tercer trimestre, se desarrolla el cerebro neocortical capaz de pensar: nuestro cerebro humano.

En el cerebro mamífero se encuentran las raíces de nuestra capacidad de comunicarnos. Allí comenzaron las complejidades de las relaciones reales, al dar vida la madre a sus crías. Los reptiles ponen sus huevos y se alejan deslizándose, mientras que los mamíferos deben aprender a pasar por el complejo terreno de las relaciones.

La herramienta de navegación que hemos recibido para este viaje de la relación es la emoción. En el cerebro límbico, de los mamíferos, aparecen caminos neurales para cada sombra sutil de emoción propia de la vida humana. En el cerebro límbico aprendemos a estar juntos. Tal vez las maravillas de la neocorteza son como un fabuloso Ferrari nuevo, mientras el cerebro de los mamíferos es el manual que nos da instrucciones para usar el vehículo. Pero, además, en el milagro de la relación aprendemos el por qué.

“Yo era un tesoro oculto…”

… y anhelaba ser conocido.”

Los sufis cuentan la historia del Ser Divino en busca de un lugar al cual pudiera considerar su hogar. El espacio intergaláctico, así como las distancias incalculables entre las moléculas y las órbitas de los electrones no eran suficientemente vastos. Fue en el corazón humano donde lo Divino encontró finalmente un espacio para residir.

¿Qué significa esto? Claramente, lo Divino se encuentra en cada partícula de polvo y, sin embargo, existe el misterio de la conciencia y específicamente la conciencia de sí mismos que se ha otorgado a los humanos.

La conciencia humana tiene el don y la responsabilidad de reflexionar sobre el propio ser, y eso implica una capacidad de pensar, ponderar y evaluar, y en definitiva, elegir quiénes llegaremos a ser y cómo. Esta “elección” y los consiguientes pasos en la acción nos sitúan en una condición de co-creadores. Al ofrecernos como instrumento mediante el cual puede revelarse lo Divino, producimos un impacto en el curso de la creación.

Los animales –y especialmente los mamíferos- nos ofrecen la capacidad de relación; pero los humanos, con nuestro “cerebro pensante”, podemos agrupar todas las capacidades de todos los reinos anteriores, ya que estos dones permanecen vivos dentro de nosotros con el fin de proteger y preservar la Vida misma.

Nuestro cerebro humano contiene también una cuarta estructura: la corteza prefrontal. Es la estructura más reciente de la evolución y contiene nuestras aspiraciones humanas más elevadas: el altruismo, la generosidad, la capacidad de ver “la totalidad” y la percepción de la Unidad. Éste es el propósito del reino humano: ser el vehículo mediante el cual lo Divino toma conciencia de Sí Mismo, de ser la capacidad “de conocimiento” de Dios.

Hechos para el amor

La totalidad de la creación está hecha para el amor.

Los sufis dicen que el motivo de la totalidad de la creación

es que el Ser perfecto deseaba conocerse a Sí Mismo, y lo hizo

despertando el amor a Su naturaleza.

– Hazrat Inayat Khan

 

Este estado de amor es propio de nosotros: hemos nacido a imagen de Dios. El acceso al Amor Divino reside directamente en nuestros corazones, y a cada ser humano se le otorgan las herramientas necesarias para descubrirlo.

Al comienzo de nuestro viaje, este amor está oculto por las 10.000 cosas del mundo y por nuestro corazón adolorido; pero a medida que avanzamos hacia lo Divino los velos dejan de ocultar al Amado. Finalmente, el mundo manifestado llega ser el exquisito rostro de Dios.

Es posible ofrecerse como instrumento para que el Tesoro Divino se conozca a través de uno. Mediante esta “unidad del Corazón Único”, podemos ofrecernos para la formación, la protección y la preservación de todos los seres… y de nuestra magnífica residencia, nuestra Tierra exquisita.

 

Ella ha sido una de las mujeres sufis-maestras de las cuales he aprendido entre otras cosas, que la mujer es un aspecto divino de Dios y estamos para realizarnos con nuestros opuestos masculino y femenino, con ella aprendí la esencia de las cosas, fuera de las formas

 

 

 

 

Sharifa Oppenheimer es guía espiritual y representante de la Orden Sufi Internacional. Su estudio intuitivo de la enseñanza pionera de Hazrat Inayat Khan, es el pilar de su trabajo, y su interés se enfoca en la conciencia humana y la sanación del individuo, la sociedad y el planeta.

Es una magistral intérprete de sueños y guía talleres sobre este tema, ya que está convencida de que aprender a seguir el hilo del sueño nos ayuda a seguir el hilo de nuestras vidas.

En El Jardín de la Rosa (www.ourheavenonearth.net), su centro de educación preescolar en Virginia, EEUU, ella comparte con los niños y sus familias su conexión viva con el mundo natural.

Sharifa ha sido pionera en guiar caravanas sufis en Chile junto a Taj Loreto González, representante en Chile de la Orden Sufi Internacional (https://www.sufiorder.org/)

El mensaje de nuestra Unidad Divina es siempre el mismo, pero el lenguaje requerido para comunicar esta Realidad debe modificarse de acuerdo a los cambio de los tiempos.

En la actualidad se está produciendo una metamorfosis en las comunicaciones globales y las relaciones, con lo cual la velocidad del proceso de nuestra experiencia humana llega a ser impresionante. ¿Cómo se traduce en la era digital este mensaje de unidad que en sí mismo no experimenta cambios? ¿Qué conceptos y qué lenguaje de la experiencia pueden llenar el vacío que se ha producido en la conciencia en los últimos cien años?

Todas mis relaciones

Una expresión de otra antigua tradición pueda tal vez responder a esta necesidad: “Todas mis relaciones”. El pueblo indígena lakota la emplea para codificar una visión del mundo que visualiza la totalidad del Ser y de los seres vivos en íntima relación unos con otros y con el Ser Único.

Por una parte, nuestra tecnología ofrece conectarnos con la totalidad del mundo. Estas poderosísimas herramientas de comunicación constituyen una amenaza de desestabilización de nuestra propia capacidad de relacionarnos a nivel humano. “Un nivel humano” implica no sólo la mente y el ámbito de las 

 
03.04.2013 20:09

 

LA IDEA DEL ISLAM

 

La idea del Paraíso en el islam tiene mucho que ver con sus orígenes desérticos. En la magnífica descripción que hace Waldo Frank del ambiente en el que surgió el islam, en su “España Virgen”, comentaba que los desiertos en los que nace esta “idea”, “el mundo del día es un mundo de violencias, sin agua y sin dulzura; el mundo de esta vida que apenas es una marcha falaz y apasionada hacia el crepúsculo. La noche es el reino del hombre, su amada realidad: un mundo de jardines en los que fluye el agua, un hogar de llamas tranquilas, un paraje de sombras y de meditación, un refugio empapado de amor. No es extraño el triunfo de Mahoma, el amo de las tierras de la desolación, que aún conduce su pueblo a través de un día de llamas hacia el sueño revelador de su sombrío paraíso”. 
 
He entrecomillado la palabra idea para referirme al islam, ya que en opinión de Frank, “el Islam clásico no es esencialmente una religión; es una idea. Una idea en movimiento, en movimiento horizontal cuyo punto de partida es el triunfo. El que sigue al Profeta no puede perder. Lo peor que puede suceder es morir, y la muerte en el sagrado campo de la batalla significa beatitud  huríes. Sigue diciendo esta pensador que “la vida del islam era un ventajoso estado de guerra. En el caos ingente del desierto se creó este esfuerzo constante de avance, y el islam fue perpetua invasión. La vida de este pueblo no era más que guerra, invasión, conquista…, muerte al fin. Lo contrario de la guerra –de la vida del islam-era la paz”.
 
La tragedia del islam, desde el punto de vista de Waldo Frank, que yo comparto, estriba en dos razones: la primera de ella es que “el cuerpo (simbolizando a la idea del islam) se movió, pero las formas del cuerpo no se movieron, de lo cual resultó que el cuerpo comenzó a pudrirse en cuanto cesó de crecer por la yuxtaposición de la conquistas exteriores”. En segundo lugar, el islam carece de “la autonomía del sistema para la creación de las ideas, por medio de la cual la vida se recrea. El lenguaje literarios de los árabes es el mismo que el del Corán, porque el dogma declara que la maraña de los escritos de Mahoma es perfecta, y….¡Quién se atreverá a cambar lo que es perfecto!. Se puede decir que “la idea del islam ha impedido su propio crecimiento”. Esta muerte por inanición, que es patente en el Islam moderno, está ya implícita en su origen.  
Mi conclusión es que, como acertadamente comentaba Nasama Ali Ahmed en uno de sus escritos, es necesario que los musulmanes aborden una profunda autocrítica en torno a la idea que sostiene su manera de entender la vida..y la muerte. Tarea harto complicada si no son capaces de romper los férreos vínculos que les unen con unos textos que fueron redactados para que nunca fueran cuestionados o interpretados. Lo único que podemos solicitar a los musulmanes es que, si ellos mismos no son capaces para salir de la cárcel ideológica en la que se han cerrado de manera voluntaria,  al menos permitan que quienes estamos fuera de su “idea” podamos ayudarle a escapar de un presidio del que nosotros pudimos escapar hace varios siglos por medio de la ilustración y la razón.
 

 

03.04.2013 20:02

 

Desde hace años vengo realizando una investigación sobre la homosexualidad en el islam, que abarca aspectos doctrinales, históricos, de jurisprudencia y de hermenéutica coránica. Considero que no hay fundamento alguno ni en el Qur'án ni en el ejemplo del profeta Muhammad para una condena de la homosexualidad, entendida como amor entre dos hombres. Este estudio abarca más de cien páginas, que resultaría muy difícil resumir ahora. En esta intervención, solo quiero mostrar mi posición al respecto, advirtiendo a los presentes de que esta posición no es en absoluto representativa del islam en su conjunto, sino fruto de una indagación personal cuyos resultados se oponen al pensamiento dominante. No puede ser de otra manera: cada vez que un ser humano reflexiona por si mismo entra en oposición con el pensamiento dominante, pues un pensamiento cuando es dominante se convierte en una cárcel para la conciencia.

La condena de la homosexualidad en el islam -repetida una y otra vez por las autoproclamadas "autoridades religiosas"- se basa en dos argumentos principales. Por un lado, la supuesta condena a esta tendencia sexual contenida en el Qur'án, en las aleyas que relatan las transgresiones cometidas por la gente de Lot. Por otro lado, en la consideración del matrimonio heterosexual como base del equilibrio y del orden ideal que debe regir en una sociedad islámica, con una distribución precisa de los roles que deben asumir el hombre y la mujer. En último extremo este planteamiento conduce a la total segregación de la mujer.

El primer punto, sobre lo que se denomina "transgresiones de la gente de Lut", tal y como se nos muestra en el Qur'án: gentes que practicaban toda clase de perversiones sexuales. Una lectura minuciosa de estas aleyas nos lleva a la conclusión de que no hay ni una sola mención explícita de la homosexualidad, tan solo a la promiscuidad sin freno y a la violación, además de la trasgresión de las leyes de la hospitalidad. Cuando el pueblo de Lut (as) quiere tomar a los ángeles de Al-lâh, no se trata de homosexualidad, sino de un intento de violación. Algunos confunden lo uno con lo otro, y citan estas aleyas para demostrar que Al-lâh ha condenado la homosexualidad. Es posible que mi interpretación esté equivocada, pero se basa en un análisis minucioso y consciente del Qur'án.

El otro argumento habitual es de orden social, y es exactamente el mismo utilizado por los sectores más reaccionarios de otras religiones para condenar la homosexualidad. Como ejemplo, recordar que el Consejo del Poder Judicial (órgano consultivo de los jueces españoles) arremetió en enero del 2005 contra la ley de matrimonios homosexuales, con el argumento de que el matrimonio es una institución específicamente heterosexual, al estar basada "en el principio de la complementariedad entre los sexos".

Este argumento es el mismo que utilizan los ulemas reaccionarios para justificar la represión de los homosexuales. Tal y como lo describe Abdelwahab Bouhdiba en La sexualité en Islam(ed. Puf, p. 43): "La visión islámica de la pareja fundada sobre la armonía preestablecida de los sexos supone una complementariedad esencial entre lo masculino y lo femenino. Esta complementariedad armónica es creativa y procreativa. (...) La bipolaridad del mundo reposa sobre la rigurosa separación de dos 'ordenes', lo femenino y lo masculino. Todo lo que viola el orden del mundo no es más que un grave 'desorden', fuente de mal y de anarquía".

Según esta visión, el hombre debe actuar únicamente como "hombre", y eliminar de si mismo cualquier rasgo femenino. La mujer debe actuar según las características consabidas de "lo femenino": sumisión, pasividad, maternidad, ternura... El hombre se reserva para si las cualidades activas, de penetración y de dominio. Ante esta rigurosa polaridad, cualquier expresión o planteamiento que trate de romper o difuminar la frontera entre los sexos es vista como una aberración contra natura y, lo que es peor: como una tendencia destructora de la sociedad. De ahí la doble condena, moral y penal, a que se ven abocados los homosexuales.

Según creemos, este tipo de consideraciones son sumamente groseras, y son el resultado de la incomprensión de la cosmología coránica. En realidad, ponen en evidencia la ausencia total de espiritualidad en sus promotores. El hecho de que todo haya sido creado por pares no significa que haya cosas exclusivamente masculinas frente a otras exclusivamente femeninas, sino que dentro de todas las cosas creadas existe esa polaridad:

Subhana al-ladzî jalaqa al-'azwâja 
kul lahâ mim mâ tumbitu al-'ardzu 
wa anfusi-him wa mim mâ lâ ya'alamûn.

Glorificado sea Aquel que ha creado pares 
en todo lo que la tierra produce, 
y en los mismos egos, y en lo que no conocen.
(Qur'án 36: 36)

Esta aleya clarifica que los pares (las polaridades) están en el interior de todo lo creado. Un par no es únicamente la unión de un varón y una hembra, sino que los pares habitan en las criaturas: y en los mismos egos (nafs). El hombre y la mujer forman un par, y en cada uno de ellos existe la polaridad masculino-femenina. En caso de eliminar uno de estos dos polos, el par sería destruido y el hombre y la mujer ya no serían criaturas completas. No hay nada en la Creación que no sea dual, salvo Al-lâh, quien ha establecido la balanza.

En la unión amorosa se da esa dualidad: se establecen roles. Esto sucede tanto en las parejas heterosexuales como en las homosexuales. La unión amorosa, cuerpo a cuerpo, es la búsqueda de la unidad en algo que está fuera de nosotros, y sin embargo esta unión nos remite a nuestra propia interioridad. Si la pareja es la unión entre complementarios, lo importante no es una supuesta complementariedad física, sino espiritual. Un hombre que no ama a una mujer no forma una pareja con ella, por mucho que sus sexos parezcan acoplarse. Dos homosexuales que se aman forman plenamente una pareja, verifican su unidad en el espejo del Amado.

Frente a la conciencia de la unión se sitúa el sueño de la segregación, territorialización de lo masculino y de lo femenino en ámbitos perfectamente separados. Este sueño es el fanatismo de los que se niegan a reconocer su propia feminidad. De ahí las estructuras jerárquicas enteramente masculinas habituales en diferentes religiones. Esta es la enfermedad de los guardianes de la fe, los representantes de Dios sobre la tierra. En relación a la homosexualidad, no pueden aceptar que Dios haya creado un ser que se les presenta como híbrido, y que rompe sus esquemas dualistas. Un ser físicamente hombre y espiritualmente mujer: esto parece contradecir el orden perfecto de las cosas, la utopía de un orden estático y sin mezcla. Y sin embargo es todo lo contrario: la homosexualidad es un signo, que viene a poner al descubierto que las diferencias entre lo masculino y lo femenino no son tajantes, que todas las criaturas participan de ambas cualidades. Lo femenino y lo masculino no pueden ser acotados en base a distinciones físicas: hay un carácter masculino de la mujer y una feminidad en el hombre.

En realidad, establecer los roles según la apariencia física conduce a graves desequilibrios: ¿qué importancia puede tener que alguien tenga pene si no desea a una mujer? En las épocas de represión, muchos homosexuales se casan con mujeres para salvar las apariencias, llevando a uno y otro cónyuge a vivir en la infelicidad y frustración de sus apetitos naturales. Lo importante del matrimonio es consumar la unión (sexual, intelectual, afectiva) entre complementarios. Desde este punto de vista, la unión entre un homosexual y una mujer es lo verdaderamente anti-natural, no conduce a la satisfacción mutua de los cónyuges.

La homofobia en nombre de la religión es una constante, tanto entre cristianos, como budistas, hinduistas, musulmanes... A las declaraciones del Papa hay que sumar las del Dalai Lama, en la revista Odissey: "Los órganos sexuales han sido creados para la reproducción entre el elemento masculino y el femenino. Toda desviación a eso es inaceptable. La homosexualidad es mala". Claro que en el mundo islámico es donde se llevan la peor parte, a causa de la pervivencia de legislaciones pretendidamente religiosas.

Según Human Rights Watch, a principios del siglo XXI existen 83 países donde la homosexualidad está explícitamente condenada por la ley, 26 donde el islam es mayoritario. Entre ellos casi todos los miembros de la Liga Árabe. En algunos países la condena por sodomía (liwat) es la pena de muerte: Arabia Saudí, Irán, Mauritania, Sudán, Yemen y Afganistán. Aunque en la mayoría de los casos la pena no se aplica, conocemos casos de homosexuales ejecutados en los últimos años en Irán, Arabia Saudí y en el Afganistán de los talibanes.

En otros lugares, la condena para los homosexuales es la cárcel. En Malasia, el artículo 377 del código penal castiga con 10 años de prisión las "conductas antinaturales", y hasta 20 años de cárcel en caso de "penetración entre hombres". En Pakistán y en Bangla Desh, el código penal equipara la homosexualidad a la zoofilia, y puede reportar hasta diez años de cárcel. En Siria y en Jordania la pena es de cinco años, y en Marruecos, Túnez, Argelia, Irak y Kuwait, de hasta tres años. Aunque en muchos de estos países existe "tolerancia de facto", estas leyes se mantienen como una amenaza.

Siendo el problema judicial gravísimo, no lo es menos el cultural. La homofobia se extiende como un cáncer entre los musulmanes. El islam, que durante siglos fue signo de justicia y de progreso, ha sido transformado en una religión retrograda y cruel hacia las minorías. Los jóvenes musulmanes que desprecian y hacen la vida imposible a los homosexuales en muchos lugares del mundo islámico no saben que con su actitud están destruyendo una tradición de siglos. Aquí, como siempre, la ignorancia es la culpable de una situación penosa, una ignorancia fomentada por prestigiosos alfaquíes, instituciones y universidades a través de las cuales se fomenta la ignorancia y la repetición mecánica de dogmas.

La persecución de los homosexuales en el mundo islámico es muy reciente, y tiene que ver con la colonización y la influencia de occidente. Existen innumerables pruebas de que hasta la colonización la homosexualidad era plenamente aceptada. Durante las primeras décadas del siglo XX, el Magreb fue un "paraíso para los homosexuales", que huían de la puritana Europa en busca de la libertad sexual que se vivía en tierras del islam. En Marruecos, la homosexualidad es considerada un delito tan solo desde 1972, y esto a causa de la influencia Saudí. En Indonesia (el país con más musulmanes en el mundo) jamás ha estado prohibida, siendo la escuela shafi'í mayoritaria.

La aceptación de la homosexualidad en la historia del islam está ampliamente documentada, en diferentes épocas y territorios. No era algo oculto o marginal, sino aceptado socialmente. Los estudiosos occidentales de la homosexualidad han destacado con asombro la actitud mostrada hacia este tema en dar al-islam. Merece destacarse la visión de John Boswel sobre la homosexualidad en al-Andalus de sus obras Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad Las bodas de la semejanza

 
 
03.04.2013 19:59

 

Después de hablar sobre diferentes temas de la realidad, presente e histórica, muchas veces complicados, hablaré sobre un tema teóricamente abstracto que bordea la física y la metafísica y por lo tanto es menos conflictivo, aunque un poco más complicado.

El amor es la fuerza misteriosa que impregna la creación; es el supremo móvil de todo lo creado; es la base de la existencia de los seres humanos. Por amor, Dios, el Eterno Absoluto, creó los cielos, la Tierra, los mundos visibles e invisibles y todo los que ellos contienen. Y les impregnó a todas las cosas creadas, su esencia.

Dios, siendo absoluto e infinito no puede tener límite alguno; lo opuesto a Dios, es Dios mismo. El amor de Dios, es el amor absoluto. Todo lo demás, que ha tenido un principio, está basado en la Ley de los opuestos. Así que el Amor y sus sinónimos: Atracción, afinidad, cohesión, gravitación, contracción, acción, materia, etc. Opone a su contrario: odio, repulsión, no-afinidad, incohesión, repulsión, expansión, reacción, antimateria, etc.

El amor no es sólo la atracción sensual entre los seres humanos, o el amor espiritual más elevado, como el amor de la madre por su hijo, sino también la afinidad que hace a un átomo unirse con otro; a una molécula a unirse con otras para formar cuerpos más grandes; a la atracción de un cuerpo por otros, por efecto de sus masas hacia un centro de gravedad; a la expansión de lo pequeño a lo grande, liberando energía; a la acción sobre un cuerpo o una fuerza; hacia la formación de materia; a la unión de 2 polos desiguales vía magnetismo o electricidad, etc.

Toda acción tiene una reacción de igual intensidad, pero de sentido contrario. Toda partícula material está ligada a una antipartícula en simetría CPT: Carga,  Spin y Tiempo. Juntas se neutralizan liberando energía. Materia + antimateria separadas forman 2 realidades; juntas se neutralizan y lo material desaparece. De allí se explica físicamente (y quizá metafísicamente), ¿cómo puede crearse algo de la nada? Separar la materia de la antimateria. Pero eso le corresponde únicamente al Creador.

En el mundo atómico y subatómico, la materia y antimateria coexisten y se neutralizan en reacciones quánticas, desintegrándose en energía pura, generalmente electromagnéticas: fotones, de diferente λ, electrones+positrones, protones+antiprotones, neutrones+antineutrones, neutrinos+antineutrinos, etc.

A nivel macro sin embargo, la antimateria no se observa ya que se encuentra en un universo paralelo. La producción en exceso de materia, hace que ésta se acumule formando planetas, soles y galaxias.

La tierra no es el centro del Universo; sino que es un simple planeta alrededor de un sistema solar que se encuentra en la periferia de una Galaxia, llamada  Vía Láctea, donde se encuentran más de 100,000 millones de estrellas, como el sol (no un millón, ni 100 millones, son cien mil millones) y en el Universo conocido hay más de 100 mil millones de Galaxias, como nuestra Galaxia ¡Y todavía esperamos estar solos en el Universo! Y ese es solo el Universo conocido de 3 dimensiones. ¿Y los universos paralelos; y los universos de mayor número de dimensiones, que la ciencia Física reconoce hasta 26 dimensiones por ahora, aunque ya se habla de un paquete dimensional de 226 dimensiones, y eso no es más, que lo que la Ciencia reconoce hasta ahora?

Y Dios es todavía más grande… Theo, God, Allah, Jehová, Jahvé

Dios, el Infinito, es más grande de lo que podemos captar o podemos comprender. Es el Todo… “El es el Primero y el Último”; el Interior y el Exterior; lo Visible y lo Oculto. El conoce todo. Dimensiones infinitas (sin tiempo) pero también un vacÍo sin límites, (vacuum without limits); dos medidas extremas que son al mismo tiempo, lo mismo.

No le pongamos forma, ni siquiera forma humana. Dios es imposible de explicar o comprender. Como dijo el poeta: No fuera Dios quien es; si fuera Dios comprendido y así, es más profundo alivio, el hablar que el entender:

¡Que Dios se entiende así mismo!...

Todo en Él es absoluto. Todo misericordioso, Todopoderoso, Todo Compasivo; si es la Luz, la luz absoluta; si es movimiento, el Movimiento Perpetuo; si es el tamaño, el Infinito. Pero el ser humano no puede captar lo absoluto, solo lo relativo. De allí que para captar la luz, necesitamos la sombra, para captar el movimiento, el reposo; para captar el amor, el odio, etc.

En ese contraste, nuestra mente falla porque relacionamos al infinito con su inverso, aclarando matemáticamente que el complemento del infinito es el conjunto vacío.

Esa es nuestra limitación mental, porque no podemos tampoco concebir al círculo sin circunferencia, porque éste desaparece. De allí que algunos científicos envalentonados de su propia ignorancia pretenden negar a Dios, solamente porque no tienen capacidad para abarcarlo.

La revelación de Dios, no significa que Dios se revela a sí mismo; sino que ésta viene de Dios, a través de sus enviados. Para encontrar a Dios no se piensa con el intelecto, sino con el amor, con los sentimientos, con la fe. Metafóricamente, no con el cerebro sino que con el corazón.

Finalmente el principio común a todas las religiones.

Amar a Dios sobre todas las cosas, pero también: Amar a tu prójimo como a ti mismo, por amor a Dios.

Amén.

 

https://www.nurainmagazine.info

 

03.04.2013 19:35

 

significa "se entrega a Dios y consagra todos sus actos",
El ·Islam es el mensaje que Al/ah (o Dios) revel6 a Su
Apóstol Muhammad y orden6 Que llamara a toda la humanidad
a él, y que oomprende las doctrinas que Dios envió a todos Sus
enviados o profetas, desde Adán hasta Muhammad, el último
en el ciclo profético, la paz sea con el. Por eso el Islam es la Religión de Allah, tal como se afinna en el Sagrado Corán
(111,19).
"Por cierto que para Dios, la Religión es el Islam. "
Allah denominó Musulmanes ("muslimún", en árabe) a los
seguidores de este Mensaje, en diversos pasajes de Su Libro, el
Sagrado Corán.
 
 
03.04.2013 19:31

 

Islam, pClr lo tanto, significa una total entrega y sumisi6n
a Allah (Dios) Vla interpretaci6n del versl'culo divino:
" ¿ "Y quien profesa mejor religión que quien se consagra a
Dios y es cadt.tivo...? (CORAN, IV, 125)
 
03.04.2013 19:05

Son libros revelados por los grandes maestros de
compasión, ó libros divinos que han hecho carne y luz en
las mentes inmaculadas de hombres predilectos.
Un día llega el gran mensajero y besando la frente de
un escogido, le dice: «Y bendito sea el fruto de tu mente.»
Y la mente salutada por el ángel da á luz, quedando pura.
Pare entre las bestias y los humildes, y el gran hijo, perseguido por la ira del mayor y más viejo de los ancianos, el
Herodes del sentido rutinario, vive errante y oculto hasta
que llega la hora de su glorificación eterna.
La última idea es el último Cristo y el último Budha
que se revela á los hombres.
La revelación se hace de dos maneras distintas, opuestas al parecer, pero conformes entre sí, porque en el fondo
no se trata más que de una sola y única revelación: de la
única verdad.
Unas veces los grandes libros son revelaciones directas
de lo Divino, como ocurre con los más grandes y antiguos
y el Quijote
será un libro místico que podía haber escrito un Swedenborg ó cualquier creyente en la Nueva Jerusalén ó en
cualquier Sión de los Estados Unidos.
La cosa es fácil. Sentado esto, lo demás va saliendo
como el hilo de un ovillo.
Aquello de que el libro fue engendrado en una cárcel es
una alusión á las miserias déla vida cotidiana; los cuidados
que pone Don Quijote en la nominación de las personas y
cosas es una exaltación de los mantras. Dulcinea es la nueva
vida. Sancho el espíritu que se va liberando y así todos y
cada uno de los personajes y episodios de la obra.
El Quijote, discurriendo así, es la conquista de la perfección, es la liberación del alma, de esa alma que para
subir al Carmelo ha de hacer su salida como decía Juan de
Yepes, San Juan de la Cruz:
En una noche obscura,
Con ansias en amores inflamada,
;Oh, dichosa ventura!,
Salí, sin ser notada,
Estando ya mi casa sosegada.
 
03.04.2013 18:42

 
DEFINICIÓN DE HIJO POR JOSE SARAMAGO
Premio nobel de literatura: 
Hijo es un ser que Dios nos presto para hacer un curso intensivo de como amar a alguien más que a nosotros mismos, de cómo cambiar nuestros peores defectos para darles los mejores ejemplos y de nosotros aprender a tener coraje. Sí, Eso es! Ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado? perder? ?como? No es nuestro? Fue apenas un préstamo... EL MAS PRECIADO Y MARAVILLOSO PRÉSTAMO ya que son nuestros solo mientras no pueden valerse por si mismos, luego le pertenecen a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pues a nosotros ya nos bendijo con ellos.
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